quedaron materializados en esa misma ciudad, y sólo en ella. Una vez más –insistimos–, no podía haber sido de otra manera: los inkas habían conquistado el territorio andino para hacerse de la riqueza de éste –y no para beneficiar a los pueblos sojuzgados, como ingenua, idealista y antihistóricamente sigue sosteniendo en general la historiografía tradicional–.
Sacsahuamán: el reloj más costoso del planeta Como parte de la concentración en el Cusco de la enorme riqueza que fluía de todo el territorio andino, la ciudad contó con el más grande y espectacular edificio de piedra jamás erigido en toda la América Meridional: la fortaleza de Sacsahuamán. El cronista español Sancho 587 dijo de ella: ...muchos españoles que la han visto y han estado en (...) otros reinos extraños [de Europa] dicen que no han visto otro edificio como esta fortaleza, ni castillo más fuerte. El historiador inglés Clements Markham, diría en las postrimerías del siglo XIX: “No hay construcción de su género en el mundo, que pueda comparársele. Es la obra más grandiosa del hombre antiguo de América” 588. En general se presume –como afirma Del Busto 589–, que su construcción se inició bajo el gobierno de Pachacútec. Y, según se cree, la enorme obra continuó levantándose hasta el gobierno de Huayna Cápac 590. A despecho de lo que tradicionalmente se afirma, es muy posible que la versión más remota de Sacsahuamán empezó a erigirse muchísimo antes de que Pachacútec gober-
nara en el Cusco. Esto es, cuando todavía el pueblo inka no había rebasado sus fronteras, cuando sólo era uno más de los pueblos andinos que pugnaba por materializar su propio proyecto nacional. Los textos de Garcilaso 591 y otros cronistas dejan entrever que, durante siglos, hubo una mutua y profunda animadversión entre ambos vecinos. Hoy está claro que el imperialismo chanka dio razones suficientes para ello. Tras la caída del Imperio Wari, y quizá a lo largo de todo el siglo XII, ambos pueblos habrían vivido, empobrecidos y encerrados en sus fronteras, lejos de un clima bélico. Es posible presumir, sin embargo, que los conflictos fronterizos reaparecieron y las tensiones fueron constantes a lo largo de los siglos XIII y XIV, llegando a su cima durante la invasión chanka del Cusco, en las primeras décadas del siglo XV. Es entonces razonable suponer que fue en ese contexto de tensión fronteriza, en presencia de la siempre latente amenaza chanka, que el pueblo inka empezó a erigir la primera versión de Sacsahuamán. Esto es, hasta doscientos años antes de lo que viene sugiriendo la historiografía tradicional. Aquella primera fortaleza, erigida sólo con los brazos del pueblo inka, habría sido una obra diminuta y rústica. Por lo menos en comparación con el edificio que, con el concurso de miles y miles de constructores kollas y de otras naciones, terminó de levantarse durante el imperio. No obstante, el principal objeto de esta sección es poner en tela de juicio si la monumental obra que llegaron a conocer los conquistadores españoles, para efectos prácticos y hacia las primeras décadas del siglos XVI, aún era o no una fortaleza.
TAHUANTINSUYO: El cóndor herido de muerte • Alfonso Klauer
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