Sobre el mestizaje La conquista europea no sólo no resolvió problemas sociales del mundo andino, sino que los agravó y complejizó. Y, en todo caso, hizo que algunos de ellos resultaran –incluso hoy– mucho más difíciles de comprender. Ése es precisamente, y entre otros, el caso del “mestizaje”. En efecto, con la consideración implícita de que todos los hombres andinos “eran iguales”, los conquistadores españoles introdujeron un concepto falso y distorsionante del “mestizaje”. Veamos. Huamán Poma de Ayala y Garcilaso de la Vega, como muchos habitantes de los Andes que nacieron después de iniciada la conquista europea, deben contarse entre los primeros “mestizos andino–españoles”. Felipe Huamán Poma de Ayala fue un típico representante de la nación chanka. Había nacido en Lucanas (Ayacucho), hacia 1534, de padres andinos –como nos recuerda Burga 655–. Sus padres y él, pues, ya eran culturalmente mestizos: chanka–inkas. Fue, sin embargo, además, uno de los primeros bilingües quechua–hispano parlantes –como afirma a su turno Porras Barrenechea 656–. Y Gómez Suárez de Figueroa, finalmente llamado Garcilaso de la Vega, cusqueño, nacido en 1539, de padre español y madre andina, también bilingüe quechua–hispano par-
lante, asimiló y sintetizó igualmente ambas culturas. Sin embargo, los conquistadores españoles utilizaron e impusieron el término “mestizo” para referirse al “nacido de padres de raza diferente” –conforme puede leerse hoy en los diccionarios–. En ese sentido, tradicional y sistemáticamente, se niega a Huamán Poma su carácter de “mestizo”, reconociéndosele como “andino”, y específicamente como “indio”, dentro de las categorías que impusieron los conquistadores españoles. Y se le consideró “indio” porque siendo “mestizo de cultura” no era “mestizo de raza”. Garcilaso en cambio, en función a esos estrechos y restrictivos criterios, sí fue –y es– considerado “mestizo”. Porque fue “mestizo de raza”. En ambos, no obstante, se habían mezclado y sintetizado las culturas española y andina. Ambos pues eran producto del “mestizaje cultural”. En general, en la consideración de “mestizaje” [M] deben tomarse en cuenta las dos variables intervinientes: carga étnico–genotípica, comúnmente referida como “raza” [R], y “cultura” [C]. Así, la expresión matemática del “mestizaje” es:
TAHUANTINSUYO: El cóndor herido de muerte • Alfonso Klauer
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