Las viejas calles de Lima
1.13 SEMBRÍOS Y HUERTAS DE DENTRO Y FUERA DE LA CIUDAD Se ha dicho ya que entre las edificaciones de la ciudad y las murallas existían todavía en 1862 apreciables extensiones de terrenos rústicos constituidas por huertas y otros sembríos. El primer sector rústico comenzaba desde cerca de la Portada de Monserrat y llegaba hasta la Portada del Callao. Allí estaban la antigua huerta llamada “de Cuero”, que fue del mayorazgo de Aliaga; la de San Nicolás, de los frailes agustinos (antiguo Tejar de los Agustinos); y la que fue de los Manrique de Lara, en parte de la cual se levantó el monasterio de las Nazarenas. Estaba en este propio sector el Jardín del Camal, muy solicitado para agasajos y diversiones. El segundo sector, entre las portadas del Callao y de Juan Simón, tenía la denominada Chacarilla de San Jacinto, de propiedad de los religiosos dominicos, y las huertas de la Venturosa, también de Santo Domingo, y de Belén, de los mercedarios. El tercer sector corría entre las portadas de Juan Simón y de Guadalupe. Estaba ahí la huerta de Juan Simón, entre otras. El cuarto sector, desde la portada de Guadalupe hasta la portada de Santa Catalina, comprendía lo que se llamó el barrio de las Chacritas, con sus huertas del Olivar de la Concepción, la Huerta Perdida y las del Noviciado y de Guadalupe. El Olivar de la Concepción fue originariamente del capitán D. Antonio de Ribera y de su mujer Da. Inés Muñoz, cuñada de Francisco Pizarro, y pasó a propiedad del convento de la Concepción que fundó la referida Da. Inés. En ella fue donde se cultivaron los primeros olivos que trajo Ribera de Sevilla. Constituye, pues, un error afirmar, como se ha venido aceptando, que dicho monasterio se ubicó en la huerta de los Olivares. La Huerta Perdida perteneció primitivamente al mayorazgo de Ríos de Navamuel, fundado por el Secretario de la Gobernación, Álvaro Ruiz de Navamuel y de los Ríos, y llegaba hasta Santa Catalina. En parte de ella y de otra también denominada “de Cuero” se formó a fines del siglo XVIII el Cuartel y Fuerte de Santa Catalina. En 1873, Meiggs inició la urbanización de ese lugar. La huerta de Guadalupe fue la que Alonso Ramos Cervantes y su esposa Da. Elvira de la Serna cedieron a los frailes franciscanos, que edificaron en parte de ella su colegio de San Buenaventura y su iglesia de Guadalupe. La huerta del Noviciado, de la Compañía de Jesús, era la que anteriormente se llamó Chacarilla de San Bernardo, que lindaba con la Perdida y la de Guadalupe. Estas huertas del Noviciado y de Guadalupe – 99 –