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resante -es la palabra más suave que puedo encontrar- saber que los mucho más jóvenes que nosotros comenzaron a reconocernos o a enterarse de que existíamos en los 80. No todos. algunos buscaban periódicos viejos, se acercaban a nuestras casas. pero so lamente 4 o 5. Otros, gente que ahora son nuestros amigos. pueden agruparse en lo mejor de la poesía y ele la narra ti va cubana actual. Simplemente no sabían. no se enteraron porque eran muy jóvenes. Eso, creo, le hace daño a cualquier país. a cualquier movimiento c ultural, ) a cualquier ser humano por fuerte que sea su carácter y personalidad ...
F. L.: ¿Qué opinas de la figuración de Retamar y de Jamis con respecto a otros excelentes poetas cubanos contemporáneos que permanecen en el olvido?
C. L.: ··como a partir de ese caso. en la propia _generación. se estab lece un a división porque hay unos nombres que siguen circulando como los que acabas ele nombrar y a los que se les puede agregar otros como Luis Suardías. etc .. se estab lece un vacío; es decir, en América Latina y Europa los voceros , los abanderados ele la poesía en Cuba son estos nombres. Los otros son los disidentes o los problemáticos. Como todavía en este momento el c isma intelectual no era tan gra nde, a nosotros se nos vetó; además, no había posibi lidad tampoco de difusión y divulgación, puesto que la mayoría de este pequeño grupo. de estos cast igados. no quisimos aprovechar ninguna coy untu ra extrainsular, no publicamos en Cuba, pero prácticamente no publicamos fuera de Cu lt<l. En mi caso. los libros que salieron en el extranjero estaban entregados un mes antes de este problema. hablo ele La h1ísqueda y su signo, y de Segundo libro de Ciudad, que había ganado e l premio Ocnos ele poesía en España, un mes an tes de la explosión ele la segunda etapa del Caso Padilla. Luego hubo un sil enci o que impli có la no publicac ión tanto fuera como dentro de Cuba. E nto nces, en ustedes los más jóvenes de América Latina era lógico que no nos conocieran; eso a mí no me molesta, me lo han reiterado varios ami gos en es ta estancia en Bogotá, y lo encuentro completamente lógico " .
F. L.: ¿Cuáles tu mecánica para escribir, a qué hora, a mano, en el bus? C. L.: "No tengo ningún método privilegiado, sobre todo, cuando se trata de abordar la poesía, pero sí algunas manías. como todo el que escribe. Escribo poesía siempre a mano nunca a máquina de escribir, no tengo computadora, solamente trabajé en computadora cuando estaba en la Aca-
REVISTA DE POESÍA ULRIKA
dcmia de Ciencias, y sólo escribía cosas cien tífi cas. En el texto poético, sí hago un pase por la máquina de escribir, y empiezo a corregir, si tengo que corregir. Casi siempre tengo que corregir, retocar o reconsiderar sobre esas copias de mecanografía. Poesía escribo a cua lquier hora, c;uando puedo; ya cuando se trata de los cuentos, de ensayos, sí tengo un ritmo más sosegado, prefiero escribir por la noche, siento mayor tranquilidad. Otra de mis manías , es la absoluta soledad. No me gusta escribir delante de nadie ni aún de las personas que puedan estar más cerca de mí en todo sentido: amoroso, literario, cu ltural. No me gusta ver a nadie, ni a mi propia familia, ni a mi mujer cuando vivía, ni a mi hija, ni a mis hermanos, ni a mis amigos, cua ndo estoy escribiendo; es que eso sí forma parte de un ritual. Me gusta consultar todo lo que pueda ser consultable. Yo creo que la literatura es una incorporación no so lame nte de vivencias y reflexiones si no también de lo que nos rodea y que Ortega llamaría circunstancia, por eso no rechazo nunca de las circunstancias los referentes librescos o populares, ni siquiera los lugares comunes que me parecen e lementos fundamentales ele la obra poética. Siempre me ha gustado tener un rincón. por suerte en mi casa en La Habana lo tengo, mi casa está frente al mar dato que ofrece muchas ventajas pero muchas desven tajas también , porque el mar es violento, traicionero a veces; pero nunca e ntenderé cómo un poeta de la talla de José Maní, un hombre con la intensidad y ca lm a espiritual y cu ltural que lo caracteri zaba pudo decir -y además lo reitera en un poema importante- "odio el mar".
F. L.: En algunos de tus libros se ve un formato específico. ¿Este tipo de libros tienen un proyecto o surgen espontáneamente? C. L.: Sí y no, yo creo que hay en lodo texto núcleos generadores de poesía, esos núcleos van informando lo que va ocurriendo. Yo entiendo el poema, los poemas en su idea tradicional , como un c uerpo extenso y resistente, el poema puede ser muy ambicioso, un poema es La Ilíada, La Odisea, La Eneida, El Cid, La tierra baldía, el Anabasis ... Son las so ledades, las residencias para preparar el día, los cánticos. Partiendo de esto, e l trabajo es distinto; yo creo que solamente en un libro Consideraciones, algunas alegrías se rompe esa metodología de t_rabajo, puesto que éste es un libro armado con poemas elegiacos de épocas diversas. Los demás son otra clase de trabajo, tienen esa proyección de lograr la unidad; por ejemplo, lo que estoy haciendo ahora podría ser, según algunos amigos que han leído, unos fragmentos, podría ser un Tercer libro de la Ciudad, pues los rige esa misma.idea; aunque quizás no conlleve esta actitud, estoy siendo fiel a mi concepto de extensión del poema.