WRITER HERO Versión del director Etgar Keret, trad. de Pedro Flores
Julio 9, 2020 Para Jess Maček Smolansky fue un cineasta, empresario y filósofo. Pero, sobre todo, fue un perfeccionista. Por ello nadie quedó particularmente sorprendido cuando anunció que su nueva película, “Vida”, se filmaría con tres cámaras y correspondería, minuto a minuto, a la duración de una vida humana. El rodaje comenzó con el nacimiento de Mateusz Krotoczowski, el introvertido personaje de la película, y duró setentaitrés años. En el set de la escena final, en la que Mateusz se cuelga en su sótano después de haber sido diagnosticado con un cáncer de próstata en su etapa terminal, el equipo completo lloraba. Ni siquiera el desesperado llamado de silencio del técnico de sonido pudo detener las lágrimas. La postproducción tomó ciento catorce años. Maček murió de viejo unos cuantos meses después de iniciada. La edición de sonido tomó otros noventaiséis años, y, aun así, cuando se estrenó la película hubo varias quejas en las redes sociales diciendo que se había hecho de manera apresurada y descuidada. Todos los más destacados críticos de cine fueron invitados a la premier y los pocos boletos que se ofrecieron al público fueron vendidos en el mercado negro a precios exorbitantes. La película,
tal como se había prometido, tenía una duración de setentaitrés años. Cuando aparecieron los créditos finales y se encendieron las luces de sala, los acomodadores descubrieron que, con la excepción de un espectador, toda la audiencia había muerto. La mayoría despedía un fuerte tufo. En medio de los cadáveres descompuestos se encontraba el espectador sobreviviente, desnudo y calvo, sollozante como un bebé. Cuando por fin sus lágrimas dejaron de caer, se secó los ojos, se puso de pie y caminó tranquilamente por el pasillo. Este viejo era el hijo de una famosa crítica de cine, quien no sabía que estaba embarazada cuando se sentó a mirar la película. El hombre había nacido a los ocho meses de iniciada la proyección y creció en la sala oscura, hipnotizado por la pantalla. Cuando abrió las puertas y salió a la calle, estaba cegado por el sol. Docenas de reporteros que esperaban fuera del teatro le lanzaron sus micrófonos y le preguntaron su opinión sobre la película. “¿Película?”, tartamudeó, mientras parpadeaba por la luz del sol. Durante toda la función había pensado que eso era la vida.
Los libros de Etgar Keret incluyen "Fly Already" y "The Seven Good Years".