ESTILO DE VIDA Por Angie López Arias
Tesoro escondido entre volcanes
Una leyenda cuenta que el Río Celeste debe su color a que Dios, después de pintar los cielos, limpió sus pinceles en esas aguas.
Un pueblo llamado Bijagua, ubicado en medio del corredor biológico Tenorio-Miravalles, en la zona norte de Costa Rica, alberga una riqueza natural única. Visitarlo es una experiencia que hará explotar sus sentidos.
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corredor biológico vital para innumeraos majestuosos volcanes esconden un tesoro mágico e intenso bles especies que se movilizan entre sus en el que se dibujan atardeceres más de 12.000 hectáreas de extensión. naranjas radiantes resguardados por Por si fuera poco, Bijagua, un distrimontañas esculpidas por los dioses, las to del cantón de Upala, en la provincia cuales vibran con la música inquietante de Alajuela y a unas cuatro horas de la de una flora y fauna orquestada en un ciudad de San José, tiene muy cerquita cuasi diminuto Amazonas. a un vecino espectacular: el Río CeEsa joya natural es Bijaleste, considerado una de las siete maravillas naturales de gua, un pedacito de tierra Costa Rica por su exótico cubierto por un tupido color turquesa, que caubosque lluvioso, que se encuentra entre los tiva a las 1.200 turistas, volcanes Tenorio y Minacionales y extranjeros es donde se origina el que a diario ingresan por ravalles, ambos parques el Parque Nacional Volnacionales, ubicados en color celeste. la zona norte de Costa cán Tenorio. Rica, y que conforman un
TEÑIDEROS
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Esplendoroso En el parque, localizado en el cantón de Guatuso, en esa misma provincia costarricense, es donde se descubre el Río Celeste en todo su esplendor. Luego de una caminata de una media hora y de bajar alrededor de 250 gradas, una imponente catarata se aprecia y allí, un tumulto de visitantes (con distancia y mascarilla en todo momento) aguarda el turno en un mirador para tomarse la foto, sí, LA FOTO. Aunque está prohibido meterse en sus aguas, el espectáculo es admirable y lo mejor, es que aún falta más por conocer. Después de un sendero más exigente se admira la Laguna Azul, una poza de aguas mansas que es la antesa-
