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21 de junio de 2021: Solsticios Junta Editora: Roxanna D. Domenech { Directora Anto Gamunev Sonia Cabanillas Martín Cruz Santos María José Moreno Juan Carlos Quiñones Carlos García Alexandra Pagán Vélez { Lectora externa Hugo R. Viera Vargas { Lector externo Junta Asesora: Sugelenia Cotto { Presidenta
Portada: “Lo que va” Aydasara Ortega Torres Montaje: Anto Gamunev
2 / REVISTA CRUCE: CRÍTICA SOCIO-CULTURAL CONTEMPORÁNEA
Para colaborar: En Cruce publicamos artículos de investigación, reflexión; reseñas; notas de opinión; comentarios de textos; fotoensayos o arte plástico; entrevistas; textos creativos; y otro tipo de escrito que suponga un análisis o mirada crítica a la sociedad contemporánea. Toda persona que desee colaborar deberá enviar su artículo por correo electrónico, comprometiéndose a que dicho texto respeta las normas internacionales en materia de conflicto de intereses y normas éticas. Los escritos se someterán a estricto arbitraje y proceso de edición y corrección, por lo que la colaboración puede sufrir alteraciones, a menos de que se trate de un texto literario. Nos enfocamos en los siguientes temas: Política y sociedad: Los escritos de crítica sociopolítica presuponen colaboraciones de los diferentes saberes de las Ciencias Sociales, las cuales a través de principios o esquemas conceptuales o teóricos analizan y explican los fenómenos y estructuras sociales.
Letras: Los escritos literarios de autor (poemas, cuentos, dramas, fragmentos de novela, prosa poética…) que muestran la sensibilidad humana e inspiran a la creación. Asimismo, reseñas, críticas a textos literarios y otros acercamientos literarios o propiamente lingüísticos. Arte: Los escritos dedicados al análisis, el estudio y la presentación de todo aquello que comprenda al mundo cultural. Abarca la gestión cultural, la autogestión, los estudios culturales, la música, el arte plástico, movimiento escénico, danza, la cultura popular y el arte urbano, vistos preferentemente desde el prisma de la cotidianidad. La fotografía como narrativa visual que sirve para retratar la cotidianidad y la realidad social, y los acercamientos a la obra fotográfica de algún autor. Cine: Los escritos que analizan o reflexionan acerca del mundo cinematográfico y cómo se atiende desde lo visual los temas de relevancia contemporánea. Se aceptan formatos audiovisuales. Los derechos de las publicaciones son exclusivas del autor. Todas las colaboraciones y comunicaciones se harán al correo institucional de la revista editorescruce@uagm.edu
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ÍNDICE Lo que va Aydasara Ortega Torres
p.6
Contenidos y vacíos: reflexiones en torno a la educación en tiempos de pandemia Cielo Naara Ríos Camacho y Martín Cruz Santos
p.8
La educación en línea y la posibilidad de disidencia Vibeke L. Betances Lacourt
p.12
Influencias de Conan Doyle, Agatha Christie y S.S. Van Dine en La muerte y la brújula Manuel Martínez Maldonado
p.16
En búsqueda de lo inasible: la poesía del conocimiento de Luis Gilberto Caraballo Diana Guemarez Cruz
p.22
Fotoensayo Alan McAbee
p.42
La visión de Vieques como una colonia dentro de otra en Usmaíl Lorez Manon Martínez
p.46
La amiga de todos Judy Ann Seda Carrero
p.52
Crónica: diario de una mariposa Laura Veloza, “Velocita”
p.56
MANipulations (series III) Anto Gamunev
p.66
Dos soldados enamorados y el mar Daniel Torres
p.72
El muñeco de brea: hablando del silencio en la colonia. Cuarta parte Julia Cristina Ortiz Lugo
p.76
(Des)memoria / Insomnio Mayra Encarnación
p.86
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Asimismo, esta edición de verano integra el arte de Anto Gamunev y las fotografías de Alan McAbee. Gamunev exhibe su obra titulada “MANipulations” y McAbee un fotoensayo paisajista. Nos alegra incluir los textos creativos de Mayra Encarnación y dos cuentos: “La amiga de todos” de Judy Ann Seda Carrero; y “Dos soldados enamorados y el mar” de Daniel Torres. Además, este número cuenta con una crónica muy íntima de la exalumna y licenciada Laura Veloza, quien nos recuerda cómo somos capaces de fluir entre la fragilidad y la fortaleza cuando estamos en procesos de transformación.
NOTA EDITORIAL
En esta edición, Cruce presenta una variedad de textos que aluden a momentos de transformación. Como suele ocurrir durante los diversos rituales ancestrales de esta época del año, Solsticios nos invita a que reflexionemos sobre lo vivido estos primeros 6 meses del 2021, y a que retomemos el trabajo colectivo para impulsar nuevos cambios. Comienza con un hermoso collage que también forma parte de la portada. “Lo que va” es una obra de la artista y colaboradora recurrente, Aydasara Ortega Torres. La edición continúa con dos ensayos críticos que nos exhortan a (re)pensar los procesos educativos (y otros) en el transcurso de la pandemia. Cielo Naara Ríos y Martín Cruz Santos convergen como co-autorxs en el primero, “Contenidos y vacíos: reflexiones en torno a la educación en tiempos de pandemia” y en el segundo, “La educación en línea y la posibilidad de disidencia”, Vibeke L. Betances nos comparte sus vivencias como profesora universitaria. Luego, Manuel Martínez Maldonado y Diana Guemarez Cruz nos presentan ensayos elaborados donde analizan el trabajo literario de escritores como Arthur Conan Doyle, Agatha Christie, Jorge Luis Borges y Luis Gilberto Caraballo. Por otra parte, Lorez Manon Martínez, nos describe cómo la obra Usmaíl de Pedro Juan Soto presenta una “visión de Vieques como una colonia dentro de otra”.
En esta ocasión concluimos con un ensayo significativo de parte de Julia Cristina Ortíz Lugo titulado “El muñeco de brea: hablando del silencio en la colonia. Cuarta parte” donde examina la “significación que surge de la oposición silencio/discurso que se da entre … personajes porque es inevitable asumir la carga política que surge del silencio del muñeco y de la capacidad para gritar e increpar...”. Cerramos con una convocatoria donde la Junta Editora nos insta a reflexionar sobre las diversas perspectivas, estudios e investigaciones relacionados con movimientos y comunidades LGBTTQIA+ para la próxima edición especial del verano 2021 de Cruce. Agradecemos la llegada del solsticio de verano, y los ritos vinculados al mar, al sol y al fuego y sus funciones purificadoras, para invitarles a manifestar nuevas propuestas para los espacios que (co)habitamos en el archipiélago de Puerto Rico. De igual forma, esperamos continuar recibiendo sus colaboraciones para las ediciones de Cruce este próximo semestre académico (agosto-diciembre 2021). Les exhortamos a que estén atentxs a nuestras convocatorias, publicaciones y actividades en https://issuu.com/revistacruce. Esperamos que disfruten este número, al igual que nuestras publicaciones anteriores. Gracias por sus lecturas y por continuar cruzándose con nosotrxs. Cordialmente, Roxanna Domenech Cruz, directora Revista Cruce División de Artes Liberales editorescruce@uagm.edu JUN 2021: Solsticios / 5
ARTE
Lo que va Por: Aydasara Ortega Torres
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LETRAS
Contenidos y vacíos:
reflexiones en torno a la educación en tiempos de pandemia Por: Cielo Naara Ríos Camacho y Martín Cruz Santos
Ningún virus cambia la vida al punto de convertirla en algo radicalmente distinto a la realidad previa al surgimiento del patógeno. Que hay variaciones en el ciclo vital causadas por una pandemia está estipulado. Pero, las continuidades y las discontinuidades de los procesos vitales, en particular, los sociales no caducan con el final de una epidemia y sus secuelas. La síntesis que emerge de la correlación entre la etapa anterior y la siguiente, vinculadas por una crisis, contiene la continuidad y su contraparte, la discontinuidad, como también vacíos epistemológicos que deben ser abordados, si pretendemos aprehender el constructo surgido. Cuando a mediados de marzo de 2020 inició una cuarentena afectante a la sociedad puertorriqueña, aprender y enseñar formalmente, esto es, en instituciones dedicadas a ese quehacer, cambió en parte la dirección
tradicional de las dinámicas pedagógicas y aceleró una tendencia venida desde mucho antes de la pandemia: la educación virtual. A partir de ese momento las discusiones sobre los medios e instrumentos tecnológicos y comunicacionales para seguir adelante con el proceso educativo ocuparon el espacio de los contenidos, las experiencias e interpretaciones críticas del contexto histórico nuevo que nos interpela. Qué educación, para qué país o el porqué de la educación, preguntas medulares subyacentes a cualquier filosofía educativa que se privilegie de serlo, se tornan secundarias frente a cuáles son las plataformas y las aplicaciones más eficientes para instrumentar la virtualidad en Puerto Rico. Dos precariedades han sido enlazadas: la ausencia de contenidos filosóficos reflejada en las perspectivas educativas institucionales (públicas y privadas) y la infraestructura tecnológica que propicie la conexión a internet
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y la interconexión de las comunidades de aprendizaje.
1920) que no hemos aprendido las lecciones históricas de ese evento que causó el contagio de un tercio de la población mundial calculada en 1,800 millones de habitantes. Murieron entre 20 y 50 millones de humanos, más que en la Primera Guerra Mundial que llegó a su fin cuando la pandemia comenzaba. Probablemente, podemos extrapolar su planteamiento al marco educativo en los tiempos pandémicos actuales. La continuidad de los planes institucionales y el uso de medios alternativos para mover el aparato educativo ha sido lo central ahora. Y es comprensible, dada la emergencia, pero, no es suficiente, porque es imprescindible ahondar en las complejidades del cambio de época que desde hace tiempo atisbamos, pero que confundimos como una época de cambios. He ahí la presencia del contenido paradigmático que debemos auscultar.
No generalizamos la cuestión. Hay gradaciones en las dinámicas operacionales de las diferentes instancias directivas de los centros educativos escolares y de la educación superior. Sin embargo, el traslado de la experiencia presencial a la remota se asemeja más a un traslapo de modalidades que a un cambio paradigmático. Aun cuando, en algunos casos, la educación en línea no era novel para entidades insertas en la hibridez o en la distancia asincrónica total, un panorama de incertidumbre parece arropar a unos y otros. Enseñamos y aprendemos en remoto, porque una situación de salud pública impuso el distanciamiento físico con amplias repercusiones sociales. Mas algo queda al descubierto: la ruta hacia la educación a distancia como realidad predominante está repleta de interrogantes cuyas respuestas continúan vacías. Cabe preguntar: ¿cuál es la pertinencia de las misiones y visiones de las diversas instituciones educativas en El agravante constituido por el fenómeno demográfico esta coyuntura histórica? ¿Nuestra responsabilidad soque afecta a la Isla desde mediados de la primera dé- cial se cumple o agota en proveer medios tecnológicos cada de este siglo, entiéndase, la emigración masiva, más o menos adecuados para tratar de lidiar con una conocida como pérdida poblacional o despoblamiento, infraestructura de energía eléctrica y comunicaciones sumado a la baja poblacional, es un asunto que amerita que lejos de apoyar el proceso lo obstaculiza? ¿Por qué mayor rigor analítico. Hacer ajustes en las expectativas el modelo fordista aplicado a las aulas presenciales y de las matrículas escolares y universitarias es una de virtuales es tan difícil de ser erradicado, si está comlas prácticas administrativas frecuentes. También llevar probado que es obsoleto? ¿Qué educación y basada en a cabo recortes presupuestarios operacionales en detri- qué filosofías educativas para cuál proyecto de país? mento de la vida de muchos más allá de los protagonis- ¿Después de pandemia, qué? ¿Cuáles son las lecciones tas del proceso educativo. La pandemia del COVID19, de la pandemia que no debemos olvidar y por qué? ¿Qué junto a la crisis económica prolongada desde 2006, las significa una economía fiscal saludable o autosustentsecuelas de los huracanes Irma y María en 2017, suma- able en el plano educativo? ¿Cómo, con la participación do a los sismos que sacuden a la población del suroeste de quiénes, cuándo, dónde y por qué se construye no la desde diciembre de 2019 representan retos mayores educación del futuro, sino la pertinente al mundo actual cuyas soluciones trascienden los enfoques y medios en evolución, que es otro modo de visualizar el tiempo tecnológicos que podamos utilizar para subsanarlos. que aún no ha llegado? Estas son solo algunas de las Máxime cuando la homogeneidad de condiciones so- preguntas posibles. cioeconómicas para enfrentar la crisis en el ámbito estudiantil y docente no acompaña la etapa actual ni la En cuanto a las continuidades y discontinuidades, la anterior. proliferación de las interminables preguntas acerca de nuestra práctica educativa no son la excepción. Aducir Anthony Stephen Fauci, el prominente inmunólogo y que el sofoco que provoca el análisis del sistema educadirector del Instituto Nacional de Alergia y Enferme- tivo actual es a causa estricta de un agente microscópidades Infecciosas (NIAID) de los Estados Unidos de co sería evidencia de un completo desarraigo histórico. Norteamérica, expresó en un documental reciente sobre La eventualidad, no solamente del virus, sino de todas la pandemia de la mal llamada Gripe Española (1918- las catástrofes (atmosféricas, geográficas, demográfi-
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“Si decidimos continuar de forma acrítica no… aprenderemos nada. Caminaremos en círculos, no sacaremos los pies del plato… el punto es el siguiente: las soluciones no surgen por acto de magia; tenemos que convocarnos y trabajarlas.”
cas, etc.) solo revelan abrumadoramente los sesgos y fallas de nuestros sistemas existentes desde hace años, si no décadas. Al concentrarnos en el COVID-19, la accesibilidad a conexiones de internet estables y a equipos tecnológicos de calidad, la falta de restructuración paradigmática de los procesos educativos, la prisa por regresar a la “normalidad” y pretender que no estamos en crisis, el apoyo brillante por su ausencia para la comunidad escolar en general (particularmente los grupos que requieren atenciones específicas como los de Educación Especial) son solo algunas de las dificultades y sesgos que se han destapado. Sin embargo, al observar el contexto en su totalidad, nos percatamos de planteles con infraestructura física debilitada a causa de terremotos, vacantes de maestros, escuelas con pretensiones ideológicas discriminatorias, falta de apoyo a maestros/estudiantes/encargados y demás miembros de la comunidad de aprendizaje, filosofías que no responden a las necesidades o intereses del momento y que no permiten proyectarnos hacia el futuro y el resto de esta plétora de asuntos que luce interminable. Aunque el COVID-19 ha priorizado unas preguntas ante otras, es imprescindible mantener presente que no es el culpable de todos nuestros problemas como señalábamos arriba dado que muchos de estos se han presentado hace años.
un vaivén de vértigo, solo han sido el espacio regalado por la naturaleza para reflexionar acerca de nuestras intenciones. Sin rayar en un eufemismo, reconozcamos que el distanciamiento físico y permanecer en casa la mayoría del tiempo posible, más allá de una medida de prevención de contagios, es un espacio para diseñar soluciones ante las reflexiones inminentes que debemos hacer como las aquí sugeridas. La vorágine que nos ajora a pretender llevar nuestra vida como si no estuviéramos en plena emergencia global consume nuestras energías y nos arrebata la oportunidad de enfocarnos en lo que importa: estamos en el momento idóneo para diseñar y ejecutar cambios correspondientes a nuestra realidad y la que proyectamos. Si decidimos continuar de forma acrítica no hemos aprendido ni aprenderemos nada. Caminaremos en círculos, no sacaremos los pies del plato, descríbanlo como les plazca, pero el punto es el siguiente: las soluciones no surgen por acto de magia; tenemos que convocarnos y trabajarlas.
Siendo múltiples las interrogantes, deben ser en esa proporción las respuestas. Contestaciones que surjan de la participación directa de todos los sectores de las comunidades de aprendizaje, particularmente, sus estudiantes. Rememoramos unas palabras pronunciadas por el filósofo, humanista, profesor y legislador, ÁgueTanto este virus como las otras catástrofes y eventu- do Mojica Marrero, en la Cámara de Representantes alidades que han hecho del siglo XXI en Puerto Rico cuando se discutía la Reforma Universitaria de 1968:
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“Yo digo que no hay un solo asunto en la Universidad, en ninguna universidad, que no le ataña al estudiante universitario. No hay uno solo”. (8 de marzo de 1968). Coincidimos con su observación, porque ser estudiante en determinado centro de educación es ser partícipe de un proyecto en construcción en el cual todos aprendemos activamente. Sea en la toma de decisiones, evaluando los resultados, proponiendo cambios, aprendiendo a aprender, en fin, desarrollando las competencias para vivir el compromiso personal, cívico y profesional, crecemos intelectual, ética y socialmente. Los vacíos inmediatos y urgentes interpelan a los contenidos prefigurados o como dijera Jostein Gaarder: “Una sola pregunta puede contener más pólvora que mil respuestas”. (Gaarder, 1994). Cada intento de contestación emanado de la reflexión abierta y en la búsqueda de interlocutores ávidos por lograr nuevos conocimientos, interpretaciones diversas, consensos y líneas de investigación, puede aportar contenidos renovados. Para alcanzar el ambiente creativo y propicio de la libertad para construir el conocimiento, las escuelas, los colegios y las instituciones de educación superior están convocadas a abrazar tamaño reto sin el cual el crecimiento sucumbirá en la satisfacción efímera con los logros cuantitativos disminuidos de las matrículas y los discursos de autocomplacencia propios de la posverdad, realidad afincada en las falacias perennes.
Después del final de la pandemia, pero no de sus consecuencias advertidas, y en la continuidad de la vida social y cultural, las crisis pendientes esperan su atención. El cambio de época, no causado por el COVID-19, ha traído consigo un panorama histórico inédito. Sin pretensiones de ser analistas, nos aventuramos a vaticinar que sobrevivirán por su pertinencia las instancias capaces de vislumbrar otros significados para la educación auténtica que rebasen el mero cumplimiento de los currículos desgastados y las normativas anquilosadas. Aquellas con la voluntad férrea para distanciarse de las funciones de reproducción cultural acrítica, que rechacen el rol de fábrica de profesionales para la exportación o la empleomanía de salarios bajos en la Isla, las empeñadas en proponer cambios sociales, políticos y económicos fundamentados en la investigación científica; las capaces de comprender que el prestigio es ganado por la excelencia educativa y no por la publicidad maquilladora de imágenes. Son tantos los contenidos y no menos los vacíos. Esperamos que nuestras reflexiones promuevan otras, pero, sobre todo, las transformaciones particulares propias del aprendizaje. Lo contrario sería hacer más de lo mismo, es decir, vaciar de contenidos una actividad convocada a ser liberadora: la educación.
“… ser estudiante en determinado centro de educación es ser partícipe de un proyecto en construcción en el cual todos aprendemos activamente… proponiendo cambios, aprendiendo a aprender, en fin, desarrollando las competencias para vivir el compromiso personal, cívico y profesional, crecemos intelectual, ética y socialmente.”
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LETRAS
La educación en línea y la posibilidad de disidencia Por: Vibeke L. Betances Lacourt
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Computadora, cámara de videollamada y una sola carita sonriente haciéndome compañía: así fue la primera reunión virtual. La pantalla llena de pequeñas letras identificando nombres y una que otra foto, generalmente de algún estudiante ‘entogado’ posando con orgullo para celebrar su no-desfile, sí-graduación. ¿Cómo una se enfrenta al salón de clases que trasciende los predios de la universidad, pero en algunos casos encierra al estudiantado dentro de las cuatro paredes de su hogar? Educar en el salón de clases se ha convertido, a casi diez años, en ese espacio seguro en donde podemos y debemos incomodar las mentes – las propias y la del alumnado – en pos de ciudadanos curiosos y diligentes. Ese salón, con mesas o pupitres, de cierto modo nos alejaba un tanto de todo lo demás que nos rodeaba y abría, cuando menos, una pequeña fisura en la pared que suele construirse entre profesorxs y alumnxs. El primer se-
mestre que la UPR RUM ofreció sus cursos, desde el inicio completamente en línea, me enfrenté a un nuevo reto, ¿cómo fomento el interés por cuestionarlo todo en la mente de jóvenes que siguen viviendo en el mismo espacio que ha – en algunas ocasiones – promovido el solo seguir órdenes? Ese primer semestre la columna de Luce López Baralt me conmovió. Tenía junto a mí, a 180 estudiantes que jamás habían experimentado el proceso de estar dentro de la universidad. No quiero que se me confunda, estoy consciente de los beneficios de la educación a distancia. Desde los inicios de mi carrera como educadora he seguido muy de cerca los artículos relacionados con la educación en línea y, como toda una millennial, los equipos tecnológicos y las posibilidades que brindan me suelen deslumbrar. No obstante, soy parte de ese grupo de personas que reconoce dentro del ambiJUN 2021: Solsticios / 13
ente universitario, sus predios, salones, oficinas, áreas verdes, teatros, cafeterías y más, espacios siempre abiertos para el intercambio intelectual. Ante ese panorama sentí la necesidad de emular, hasta donde me fuera preciso, el espacio del salón de clases físico en el digital. Así pues, me ocupé de dividir a lxs estudiantes en grupos pequeños de no más de cinco. Además, les pedí que crearan dos grupos de WhatsApp: el de la sección completa y el de su pequeño grupo. Finalmente, decidí utilizar lecturas que estuvieran directamente relacionadas con el mundo que les rodeaba pero que sus posturas presentaran opiniones alternas a las que estaban siempre acostumbradxs a oír. Para usar de manera eficiente el tiempo, comencé a desarrollar ejercicios que dieran pie a la discusión de ideas, pero antes les pedía que las discutieran entre ellxs en sus pequeños grupos. Al principio la dinámica me preocupaba, no es lo mismo mantener el control en el salón de clases físico que en el digital. No obstante, la experiencia fue realmente agradable y sorprendente. Ya a la tercera semana de clases las cámaras encendidas
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eran más y las voces a través de los micrófonos se multiplicaban. La razón primordial por la que siempre he dividido a lxs estudiantes en pequeños grupos es porque tengo la certeza de que solo así aprenderán a escuchar otras voces y reconocer que Puerto Rico no es uno solo, sino la multiplicidad de formas que tenemos para experimentarlo de acuerdo a nuestras condiciones de vida. En este nuevo panorama, resultó que todos estos jóvenes comenzaron a crear vínculos afectivos porque esos pequeños grupos se convirtieron en redes de apoyo para el duro proceso que resulta tomar clases a distancia en un país que no tiene la infraestructura necesaria para garantizarle a todxs el mismo acceso a la educación. De hecho, lo más que me conmovía era el oír “profesora, “x” no puede hablar por micrófono ahora porque “y” (hay gallos, están cortando la grama, en su casa hay mucha gente hablando, sus (p/m)adres están en el cuarto, entre otra enorme variedad) pero yo leeré su aportación”. Es decir, estos jóvenes fueron capaces de constatar que sus realidades de vida no son únicas pero que tampoco son las de todxs lxs demás. Hablar de género, raza, clases sociales como pretexto para cumplir con los objetivos del curso tomó otro rumbo cuando corroboraron que si bien no son realidades que les afectan directamente, afectan a miembros de esos pequeños grupos que, a veces, aceptaban tener que bajar el volumen del curso para que (p/m)adres no les cuestionaran las posturas disidentes o no se enteraran de experiencias de sus vidas que deseaban compartir con el resto del salón. Así, la violencia de género, el sexismo, la homofobia, la transfobia, el racismo y el clasismo que leíamos en los textos – enjuiciados o avalados – se convirtieron en asuntos que sí violentaban a algunxs de sus compañerxs pues, a diferencia de la experiencia en el salón de clases presencial, cuando se toman clases en línea, se sigue en el mismo ambiente en donde estas prácticas ocurren por lo que resulta más complejo ocultar las condiciones en las que se vive. Por otro lado, lxs más agraciadxs, mínimo veían de primera mano cómo el repetir en su día a día algunas de estas prácticas – aun sin estar conscientes del impacto que generaban – podían afectar a lxs demás. Al final del semestre me contaron cómo muchos de esos chats seguían activos a pesar de haber terminado la hora de clase. De hecho, en más de una ocasión los dejé en la reunión virtual mientras seguían dialogando luego de haber terminado el periodo.
Ese ambiente no fue siempre, no fue en todos los grupos del mismo modo, pero fue y con eso me bastó. Entendí que sin importar la modalidad de enseñanza mi rol, como educadora comprometida con mi país, es crear espacios seguros para inquietar mentes y fomentar la necesidad de construir, mano a mano – con actos y no solo con palabras – un país más justo para todxs, más inclusivo y más empático: más comunidad. Confirmé que presencial o a distancia, es posible crear “(com)unidad” y que los vínculos que se crean son igual de poderosos porque nacen del deseo de querer ayudar al otro a vivir en un lugar que le comprenda y le reconozca su valía. El último día de clases, lo acepto, lloré. Lloré porque reconocí en cada una de las caras, esta vez no solo una sino muchas caras sonrientes, el deseo de hacer todo lo posible porque nuestras condiciones sociales cambien. Vi la esperanza en sus rostros, a pesar de los tiempos que les han tocado vivir, y entendí a Galeano cuando recuerda en una entrevista la pared de Bogotá que leía: “dejemos el pesimismo para tiempos mejores”. Referencias: Elizalde, Rosa M. “Galeano: ‘Dejemos El Pesimismo Para Tiempos Mejores.’” Cubadebate, 14 Apr. 2015, www.cubadebate.cu/noticias/2015/04/13/ galeano-dejemos-el-pesimismo-para-tiempos-mejores/. López-Baralt, Luce. “La Educación a Distancia: Una Educación Distante.” El Nuevo Día, El Nuevo Día, 22 Aug. 2020, www.elnuevodia.com/opinion/con-acento-propio/la-educacion-a-distancia-una-educacion-distante/.
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LETRAS
Influencias de Conan Doyle, Agatha Christie y S.S. Van Dine en La muerte y la brújula Por: Manuel Martínez Maldonado Parte III1
desorden del mundo real. En Brújula, escrita cuando ya el argentino parecía estar desencantado con Joyce, la La influencia de Chesterton, Van Dine y Agatha Chris- magia rodea el mundo y lo une, pero las clarificaciones tie en “La muerte y la brújula” están ocultas en los intentos del autor de subvertir el género policial y, al mismo tiempo, crear un cuento que 2 En un incisivo ensayo, James Ramey explora la visión es en realidad un resumen de una novella con aspectos que sobre el arte y la erudición profesaba Borges, y de varios otros cuentos. cómo su lectura del Ulises de Joyce puede haber influido en su aversión por la novela. Simultáneamente, Esa condensación que logra Borges crea algo novel: ve en esa novela el uso de «la magia» y de cómo esta una atmósfera fantástica que trasciende las muchas páinfluye en proveer un cemento para unir y clarificar el ginas de otros autores y que está resumida en las pocas 1 La primera parte de este ensayo se encuentra en la siguiente edición de él. Aunque Brújula no es el interés principal de Rade Cruce: https://issuu.com/revistacruce/docs/humanidades_para_nues- mey, resulta que ese cuento es la sinécdoque de cuentos tros_tiempos__edicion_14_de_d y la segunda en: https://issuu.com/revisy novelas creados por otros. Es muestra de cómo Borgtacruce/docs/desatando_causas_y_efectos_-_cruce__22_de_feb.2021 2 Ramey, J; Sinécdoque y parasitismo literario en Borges y Joyce, Litera- es, con el propósito de crear algo nuevo, ha violado los tura: teoría, historia, crítica; N 12, octubre, 2010, pp99-129
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cánones del género establecidos hasta entonces por Van Dine y manipulados con frecuencia por Agatha Christie.3 Borges crea una abstracción del relato detectivesco y, en parte, como es el caso en dos de las más famosas obras de Christie, el asesino es quien nos brinda el dénouement, el secreto del misterio. Como discutiré más adelante las contribuciones de Chesterton a Brújula son significativas, pero no de la magnitud de Scarlet. Es curioso que el acto «parasitario» borgeano, como ha señalado Ramey, sea criticado por el mismo Borges disfrazado como Pierre Menard, epítome de la alusión y el parasitismo autoral, cuando dice: Esa técnica (del anacronismo deliberado y de las atribuciones erróneas) puebla de aventura los libros más calmosos. Atribuir a Louis Ferdinand Céline o a James Joyce la Imitación de Cristo ¿no es una suficiente renovación de esos tenues avisos espirituales?
No dudamos que hay algo de eso, como indica Gayton en su artículo Jorge Luis Borges y G. K Chesterton. Las coincidencias borgeanas con el autor inglés parecen estar basadas más en sus propias aseveraciones que en un examen de las fuentes que he indicado. Aunque existen analogías de trama con algunos relatos del padre Brown, las más veces las concordancias con Chesterton son de naturaleza gramatical y lingüística. Esa insistencia borgeana de otorgarle el reconocimiento casi exclusivo al inglés se asemeja a uno de los trucos de Menard/ Borges y Scharlach/Borges para despistar a los lectores y a los críticos. A pesar de que Chesterton es un buen escritor, no está en el canon al nivel de Joyce, con quien Borges, en el momento, dice estar desencantado. El esnobismo crítico en contra de la inexplicable afinidad del argentino por Chesterton hubiera sido más cruento si Borges vertiera elogios sobre Conan Doyle, a quien consideraba «de segundo orden» y en Christie a quien critica indirectamente en Examen de la obra de Herbert Quain. Ninguno de los dos son parte del «canon» y su popularidad con las masas, al igual que la de S. S. Van Dine, es anatema para la literatura «seria» y sus adeptos. Por supuesto Chesterton tampoco es parte del «canon», pero, desde el punto de vista literario, está mejor cotizado que los otros escritores de misterio.
Sin quitarle peso a la explicación de Ramey sobre la atribución a otro de la Imitación de Cristo o el Imitatio Christi, en el contexto que lo hace, podríamos tomar como Imitatio Christie, muchas de las cosas que Franken4 cita parte de una conferencia de Borges ¡de suceden en Brújula. 1978! titulada El cuento policial: Cauteloso, como indica Ramey, tratando de evitar evo«Aquí tenemos otra tradición del cuencar a otros autores, Borges «extrae lo esencial, pero en to policial: el hecho de un misterio desla medida de lo posible, elimina lo personal, las palcubierto por obra de la inteligencia, por abras específicas del escritor». Como he argüido, es lo una operación intelectual. Este hecho que ha hecho con Conan Doyle y Christie para escribir está ejecutado por un hombre muy inBrújula. Sin embargo, en el cosmos creado a su alredeteligente que se llama Dupin, que se llador hemos visto que Borges sí usa las palabras de otros, mará después Sherlock Holmes, que se pero nos despista cuando «confiesa» que su modelo llamará más tarde Padre Brown, que tenpara lo detectivesco es Chesterton. drá otros nombres, otros nombres famosos sin duda5. (Énfasis mío.) El primero de todos ellos, el modelo, el arquetipo 3 Christie revolucionó el género con The Murder of Roger Ackroyd (1926) y And Then There Were None (1939). En ambas, el asesino es el que suple podemos decir, es el caballero Charles la solución al misterio. Hay que señalar que, en la segunda, el asesino Auguste Dupin.» atrae a las víctimas a una isla solitaria en la que una gran casa sirve de escenario para los crímenes que se ajustan a los sucesos en una rima infantil (esto relaciona la novela a S. S. Van Dine). En la habitación de uno de los huéspedes, en la repisa de la chimenea desnuda, hay un enorme bloque de mármol blanco en forma de oso. Sobre la escultura, en un marco de cromo brillante, hay un pergamino que contiene el poema que va prediciendo cada asesinato y en qué forma morirá la víctima.
4 Franken CK: Jorge Luis Borges y su detective-lector Lit. lingüíst. n.14 Santiago 2003 5 Este «otros» equivale al de la «Palabra Liminal» de Seis problemas para don Isidro Parodi, y me parece que constituye una forma usada por los dos autores para no referirse ni a Van Dine ni a Christie, cuyos detectives en el momento eran hasta más populares que Sherlock Holmes.
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Es evidente que al mencionar al padre Brown Borges se detiene en Chesterton, a pesar de que el padre Brown debutó en 1914 y que para el momento de la conferencia hacía tiempo había sido desplazado por Philo Vance y Hercule Poirot en el interés de los lectores de las novelas de misterio (de hecho, ya para 1978 estaba en boga la novela negra y los hard boiled mysteries, como Mickey Spillane). No planteo que la popularidad de uno sobre el otro fuera a determinar la preferencia borgeana, sino que en ese «… que tendrá otros nombres» en el párrafo que cito, no me cabe duda que están el detective belga y el norteamericano. No los nombra porque la influencia de ninguno de los dos es «literaria» en el sentido de un estilo o una forma de escritura, o por su legado filosófico o metafísico, sino por algunas ideas de sus tramas y, como hemos visto, de sus personajes. La insistencia en Chesterton sin duda tiene que ver precisamente con las afinidades filosóficas y metafísicas que tiene Borges con el inglés. Pero desde el punto de vista del detective de butaca, el padre Brown, católico, no depende tanto de la deducción sino de la intuición, una de las características que ayuda a resolver los casos de otro detective de Christie, Miss Jane Marple, quien «nació» en 1927. El padre Brown quiere «sentirse» como el asesino para poder descubrirlo. La más de las veces lo logra porque ha tenido la experiencia de los pecados que le han sido confesados durante su carrera como sac-
erdote. En todo caso, eso pondría al padre Brown más cerca de Treviranus que de Lönnrot y, por lo menos, lo haría menos «interesante».6 Insistir en él desvía la atención de Christie/Poirot, y de Van Dine/Philo Vance, que no son personajes susceptibles a ninguna ideología religiosa particular. El triángulo y el número tres escondido en el nombre Treviranus apunta a la Trinidad y al cristianismo del comisario contrapuesto a lo judaico que la generó, pero es, como señalo más adelante, junto a la búsqueda errónea de Lönnrot de un nombre de cuatro letras, otra manera borgeana de despistar al lector (a lo que he de regresar más adelante). En fin, Chesterton, influye sobre Brújula de varias maneras, pero como dice Guerrero Cabrera7, principalmente por su ironía y por el uso del «laberinto», que según el estudioso remite a The Curse of the Golden Cross (1926) caso, a mi parecer, muy débil. Luego procede a dar el «espejo» y el «pájaro de mal agüero» que hacen apariciones muy breves en Chesterton, y poco comparan con la magnitud de la influencia de Conan Doyle, Christie y Van Dine. 6 Luego de que Treviranus le da su intuitiva pero correcta solución al primer crimen, Lönnrot lo despacha diciéndole: «Posible, pero no interesante…» 7 Guerrero Cabrera M: Poe y Chesterton en La muerte y la brújula de Borges. Isagogé 3 (2006)
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El engaño teológico y la falsedad numérica en Brú- al «Adán rojo». Guerrero Cabrera prosigue a citar a jula Niggestich: «son golems, hombres rojos…» (también citado por C. K. Franken; ver nota al calce número 34). La subversión mayor del cuento policial y la novela de Se le atribuyó la creación del golem más conocido en misterio por Borges reside en la obsesión de Lönnrot de el folclor judío al rabino Judah Loew. Como en el caso buscar el «infalible Nombre de Dios» basándose en los de Adán, lo creó del barro (usualmente rojo) principalmensajes que le deja Scharlach y en la falsedad de que mente para que protegiera el gueto de Praga de ataques son cuatro asesinatos y, por lo tanto, el nombre tiene antisemitas. El golem era fuerte, no muy inteligente, y cuatro letras en vez de tres. Ese engaño del asesino lo seguía órdenes al pie de la letra, pero una de sus debilusa Borges para darle pistas falsas al lector. idades mayores era que no hablaba. Para conseguir que lo hiciera se le metía un papel en la boca o en algún otro Al confundir tres con cuatro, Lönnrot se va en búsqueda orificio; pero la forma más «teológica» era inscribiéndel Tetragramatón o nombre de cuatro letras o YHWA dole (casi siempre en la frente) alguno de los Nombres (en letras latinas). Lo hace porque, contrario a lo que se de Dios o la palabra Emet, o “verdad” en hebreo, que espera de un ser racional que es «puro razonador» no es uno de los Nombres de Dios8 y tiene tres letras y se acepta que la desaparición de Gryphius o tercer crimen escribe תמא. es, como ha dicho Treviranus, un simulacro, y que el cuarto asesinato (el suyo) ha de ser el tercero. Además, Por haberse convencido que busca el Tetragramatón no sabe que solo dos serán cometidos por el mismo ase- («una polvorienta palabra griega» la llama el narrador) sino: el de Azevedo y el de él. Si ese es el caso, aunque o nombre YHWA basándose en la mentira del simulalos mensajes sobre las letras del Nombre sean falsos, cro de un tercer asesinato (el de Gryphius), y de que ya que solo habrá tres asesinatos, el nombre que bus- habrá un cuarto asesinato, Lönnrot no se percata de la ca tiene tres letras, no cuatro. Treviranus le envía la posibilidad de que Scharlach es un Adán rojo, a quién carta firmada Brauj Spinoza (Gryphius/Scharlach) que se le ha concedido el don del habla y la inteligencia, y contiene el triángulo rojo y Lönnrot insiste en buscar el la orden que ha de cumplir (que le ha dado su creador, Tetragramatón, ignorando la enseñanza del verdadero Borges) es matarlo. Por otro lado, él se está comportanSpinoza, que afirma que ser libre es regirse por la razón do como un golem siguiendo las órdenes de Scharlach, y evitar la sumisión de todo, incluyendo la religión. La tal y como ha sugerido Franken. Ese Adán rojo es dual, carta, por el contrario, debió de servir como una adver- y lo ha creado el narrador para matar al detective quien, tencia de que estaba despistado por la «religión» y por después de todo es la imagen o la otredad del asesino. el Tetragramatón. No sorprende que en la misma oración en que alude a «una polvorienta palabra griega», Lönnrot dice que la A pesar de lo que dice Guerrero Cabrera, uno puede explicación de los crímenes está en un triángulo anónconcluir que «es vano e inútil desentrañar la realidad imo, sin percatarse que, como veremos más abajo, el y la verdad mediante la filosofía, la literatura […] la número tres encierra el verdadero secreto. teología» La afinidad de Borges con lo judío y la judaica, como es el caso con Lönnrot, es importante para de- Si a la palabra Emet ( )תמאse le quita el aleph ( )אqueda scifrar cuál es el engaño con lo del nombre. Ese Nom- la palabra met que quiere decir Muerte en hebreo. En bre, como veremos, está oculto en otro. el caso que eso suceda, el golem se puede desactivar y vuelve a ser barro o polvo. Con la muerte de Lönnrot el Si regresamos brevemente al complejo origen del nom- otro personaje creado por Borges que ha muerto en su bre Lönnrot nos encontramos con la interesante suger- laberinto ha revertido al barro de su creador. El juego encia de Roslyn M. Frank (citada por Guerreo Cabre- borgeano con el término va mucho más allá pues indira) que encuentra que en alemán medio alto el verbo “Löhen” quiere decir “fuego sagrado” y está vinculado 8 No se puede pasar por alto que Le Roi (Génesis 16:13) y Rey (Salmo 24:7-10) son otros dos de los nombres de dios en hebreo. De modo que, a algo ardiente, llameante o escarlata, y puede referirse además de lo que ya he dicho de Triste-le-Roy, queda la idea que un dios triste vela u observa la muerte del detective.
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ca que buscando la verdad Lönnrot alcanzó la muerte. ¿No es esa la ruta de todos los filósofos? ¿No debería ser esa la ruta de todo hombre pensante: ir a la muerte abrazando la verdad? Más aún, ese nombre de dios que es «verdad», ¿no avisa que se ha alcanzado todo lo que la vida ofrece y que lo único que queda es la muerte?9 En este análisis también podemos descubrir que en Scarlet y en Brújula, son dos los asesinatos cometidos por el asesino principal. Hope no mató a Ferrier el padre de Lucy, ni Scharlach mata a Yarmolinsky. De modo que, en ambos casos, la búsqueda de dios y su nombre conducen a la Verdad y a la Muerte. Aunque el poema El Golem está fechado mucho después de Brújula (en 195810) me parece que, como he argumentado, provee prueba sólida de la influencia de ese aspecto del folclor judío sobre Brújula. En el segundo cuarteto referencia «…un terrible Nombre, que la esencia cifre de Dios…»; en el cuarto, «… el pueblo de Dios buscaba el nombre…»; en el sexto, «… se dio a permutaciones/ de letras y a complejas variaciones/ Y al fin pronunció el Nombre que es la Clave.» Ese Nombre que busca el rabino para poder hacer hablar al Golem es Emet o verdad, como he indicado más arriba. De hecho, en el penúltimo cuarteto del poema el rabino Judá León (Judah Loew) se lamenta: ¿Por qué di en agregar a la infinita/ Serie un símbolo más? ¿Por qué a la vana/ Madeja que en lo eterno se devana, / Di otra causa, otro efecto y otra cuita. (sic). Propongo que la «infinita serie» son los nombres de Dios a los que entiendo, que 9 Volver al polvo (a barro) es otro significado, como ya he sugerido de la flor que se desintegra en Triste-le-Roy 10 Obras Completas de Jorge Luis Borges, 1923-1972, Emecé, Buenos Aires, Argentina, 1974, 885-887
le ha agregado uno más. En esos versos también está resumido lo que hizo Lönnrot con la evidencia que tuvo ante sí. Resumen Me parece que queda claro que la inspiración de “La muerte y la brújula” no reside tanto en Chesterton como en la trama y muchas escenas del primer cuento de Sherlock Holmes A Study in Scarlet, en la obra de Poe, de Agatha Christie, y partes de la de S.S. Van Dine. De ellos Borges tomó mucho, y en la coctelera que era su imaginación, los mezcló con algunas frases de Cervantes y de Chesterton (tal vez también de otros que no he detectado) para conjugar un cuento que resulta ser original, embriagante y alucinante. Si es cierto, como dice Cristina Parodi (Borges y la subversión del modelo policial), que exaltó a Poe y Chesterton y que lo hizo «para asegurarse de que su propio gesto fundador nace de la deformación coherente de un género clásico, de un (declarado) ilustre linaje». De hecho, ese argumento de Parodi muestra cierto prejuicio hacia el lector del misterio o cuento policial al concluir que la fórmula del género es «eficaz para los lectores de Poe […] pero, además, Borges escribe para un lector aún más experto y escéptico que los de Poe». ¿Por qué no puede ser que, como es el caso del mismo Borges, la «fórmula» sirva para satisfacer lectores expertos y escépticos que también leen, no solo a Poe, a Conan Doyle, Christie y Van Dine, sino a Cervantes y a Joyce? Pienso que el ego borgeano ocultó las fuentes de su inspiración ayudado por el esnobismo académico y literario que había y que evidentemente aún persiste de
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que fuera influido por Chesterton y por escritores de «segunda». El desdén hacia el género detectivesco es tal que, al parecer, los críticos no se han tomado el tiempo para leer cuidadosamente el cuento de Conan Doyle ni la obra de Christie y Van Dine para detectar sus influencias en el maestro argentino, porque no son escritores «literarios». Aún en 1982, Beatriz Sarlo (Borges en Sur: un episodio del formalismo criollo, Punto de vista, n° 16, noviembre de 1982, Buenos Aires, p. 33-6) comentaba sobre «zonas de preocupación» en el gusto de Borges y otros contribuyentes a Sur, que incluía el género policial tan «menor» respecto al canon literario dominante y criticó que ese género exigía un patrón formal estricto, «cuya ‘moral » está centrada en reglas de lealtad al lector. Esto aplica a los cuentos Borges/Casares, pero ciertamente no a Brújula, en el que Borges subvierte esas leyes que, como ya he dicho, remontan a Van Dine. Borges, sin embargo, en su conferencia en la Universidad de Belgrano el 16 de junio de 1978 a la que ya he aludido, habla del desorden de la poesía y de la narrativa en la época y concluye: «Yo diría, para defender la novela policial, que no necesita defensa; leída con cierto desdén ahora, está salvando el orden en una época de desorden. Esto es una prueba que debemos agradecerle y es meritorio». De todos modos, a pesar de ese comentario se refiere al género como «lateral» y “«humilde». Como señala Lema Hincapié (ver la nota número 6), su agria disputa con Roger Caillois sobre la invención de la novela policial (Borges decía Poe; Caillois decía Conan Doyle) se extendió a cuál era la mejor forma narrativa para el género. Borges volvió a manifestar
su desdén por la novela e insistió que el mismo Poe había preferido el cuento para dar existencia a tramas de crimen y que «el mejor discípulo» del norteamericano (Chesterton) también lo había hecho. En cambio, Caillois prefería las novelas de Agatha Christie, de S. S. Van Dine y Émile Gaboriau. ¿Sería esto otro motivo por el cuál Borges evita mencionar a Christie y Van Dine? Me inclino a creer que sí lo fue. Es curioso que basándose en los textos, conferencias y comentarios del propio Borges los intérpretes de Brújula han sufrido la misma suerte que Lönnrot: se han ido por las lecturas de lo que en realidad no ayuda a establecer las verdaderas fuentes del cuento. Tratando de defender a su ídolo11 de la “«condena» de tener algunos gustos middle brow (o, peor, una debilidad por «basura literaria») estos analistas no han permitido una apreciación de los vericuetos artísticos y filosóficos que tomó Borges para componer una de sus obras maestras, y no se percataron (en el caso de Borges) que la alta literatura no puede existir sin los géneros menores que la rodean y la sostienen.
11 En particular luego de los tres famosos artículos esnobistas de Edmund Wilson en The New Yorker (1944-46) denigrando la novela detectivesca. Wilson, a quien todos consideran un gran crítico literario, recurrió al argumento arbitrario y poco subjetivo de «odio la novela detectivesca». Tanto así, que tituló uno de sus artículos «Who Cares Who Killed Roger Ackroyd?» en referencia a la novela de Christie “The Murder of Roger Ackroyd”, sin mencionar nada sobre ella y poniendo en duda si la leyó o no. Dudo que Borges no leyera los artículos, que son famosos, y que no sucumbiera a la necesidad de distanciarse del género. Hay que indicar que muchos consideran que los artículos de Wilson son de lo peor que escribió el intelectual norteamericano.
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LETRAS
En búsqueda de lo inasible: la poesía del conocimiento de Luis Gilberto Caraballo Por: Diana Guemarez Cruz “Tú espiritualidad es tan alta como como esa escalera que evocas en tu poesía; tan profunda como tu mar; tan amplia como tu universo literario” . DGC
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En este trabajo voy a explorar el motivo del viaje como modo de conocimiento y auto cocimiento en la poesía de Luis Gilberto Caraballo y ver cómo a través de las más diversas formas poéticas este escritor venezolano nos lleva a ese viaje, al intentar definir qué es la poesía, cuál es la función del poeta y el lector de su texto. Veré símbolos relevantes en su poesía. Me apoyaré en textos publicados e inéditos de Caraballo1 y veré estos como pares, y veré los temas que los unen y los símbolos que se repiten. Este es el primer ensayo largo sobre la obra de este escritor. Aunque este escritor ha sido avalado por escritores como Roberto Bianchi, María Eugenia Caseiro, Ernesto Kahan, Alberto Martínez Márquez, Antonio Miranda, Francisco Palacios, algunos de los cuales citaré en este estudio. Pero antes hay que hablar un poco del escritor. Nacido en Caracas, Venezuela, Caraballo es autor de seis poemarios publicados; Encuentros con el Sur (2007), El árbol de las casas vacías (2008), Los caminos del tiempo (2009), Poemas de números y series infinitas (2012), Arpa Invisible (2020), Es tiempo de volver: Destellos de un regreso (2021); además de más de una docena de libros inéditos. Es también pintor e ingeniero de informática de profesión. Ha recibido prestigiosos premios literarios en Los Ángeles, Estados Unidos, São Paulo, Brazil y Lima, Peru y ha participado en más de un centenar de recitales poéticos. Dos libros de viaje: Encuentros con el Sur (2007) y Es tiempo de volver: Destellos de un regreso (2021). Encuentros con el Sur registra el viaje que el autor realizó a la Argentina y a Chile. Es tiempo de volver es un texto que remorara con nostalgia su viaje a Loja, Ecuador, lugar al que promete regresar. El primer poemario es más complejo en estructura. Cuenta con tres partes, una dedicada a Argentina y otra a Chile y una de encuentros con los escritores chilenos, Vicente Huidobro y Pablo Neruda. Cuenta, además, con epígrafes de poetas argentinos y chilenos y, además, contiene un poema en prosa. Es tiempo de volver tiene una estructura menos complicada de poemas en versos, divididos en dos partes y es significativo el título de la segunda parte, “Destellos de un regreso”. En Encuentros con el Sur, Caraballo alude a sitios específicos en Argentina y Chile: Buenos Aires, Palermo, Puerto Madero, El Barrio de Corrientes, Rio Elqui, Montegrande, Isla Negra. En Es tiempo de volver, la Ciudad de Loja en Ecuador es la protagonista con sus escenarios como su catedral y un hotel. Estos libros de viajes se pueden considerar autobiográficos,2 y los paisajes citados sirven al poeta como espejos lacanianianos o receptáculos donde él proyecta sus preocupaciones existenciales y como escritor. Así, por ejemplo, en el primer poema o “tango” de Encuentros con el Sur, “Deambula soledad”, busca el sentido de este género musical que él aprecia de manera particular: Tango te escondes En un arrabal de novia rota Hasta la aldea de sus ansias, Moja el canto ebrio de un visitante La recorre Y el mirar del puerto viejo entreabierto En la oscura voz se agita Y pasa agazapado
1 Agradezco a Luis Gilberto Caraballo su generosidad al facilitarme el acceso a sus textos inéditos y/o publicados difíciles de acceder. La paginación de sus textos inéditos es provisional. 2 Al privilegiar el yo como su sujeto lírico, este autor establece un pacto autobiográfico con su lector, donde este puede confirmar si lo desea la autenticidad de lo que se escribe. Philip Lejeune, Le pacte autobiographique.
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Y añade: Tango como sus manos Llenas de Buenos Aires Del sabor del vino eterno Con sus calles se aguantan, contenidas En faroles Deambulando con sus soledades Entrañables...días heridos. (16) Luis Gilberto Caraballo, así como busca el sentido del tango, busca también el sentido de los espacios de Argentina que el humaniza para captar mejor la realidad detrás de ellos. De modo que escribe en el tango “Buenos Aires inacabado”: Soledad es su noche Cae en Corrientes. Luz de azucenas muertas Calman, detienen el reloj De historias, Insalvable amor te eternas Azul en tus Manos minuciosas, Buenos Aires inacabado rozas Con su loco corazón De amores azarosos. (20) Caraballo no sólo ve este paisaje, lo humaniza, lo decanta en poemas/tangos, sino que sostiene una relación emotiva con ellos. En “Me regresas el beso” expresa: Quiero recordar Amarte en un silencio indeciso Y nada será como fue, Y nada es ajeno Y nada es ajeno A este lugar. Lo andado me hereda Vino y noche Sueño, letras y tango En tu Sur de peregrinos. Paisajes, Ambiguas cruzadas de ojos Canibales del poema. (34) Ya anticipé que la segunda parte de este poemario está dedicada a Chile. Tal como en la parte de Argentina, en la sección dedicada a Chile, el paisaje es mirado y sentido de modo humano. El paisaje refracto al poeta y el poeta indaga en él. Así que en “Valle del Retiro”, el escritor dice;
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No recuerdo Mi nombre antiguo Ni tampoco su sueño. ….. Tampoco sé de su silencio, Pero el valle me retrae Y tu rostro busca en mí su soledad Me hace dudar de mi sombra En luna llena, Pasos inadvertidos de un cielo Abierto De esta sección quiero destacar el hermoso poema dedicado a las mujeres de pan. Ya que Caraballo no sólo exalta el paisaje, sino que también a la gente en estos libros de viaje. Las mujeres de pan son como El lejos de una risa Qué no se sabe de dónde Cuelgan sus maizales Que no se sabe de dónde caminan Sus antesalas Que no siente el mar ni su soliloquio Ni sabe cómo se esconde En la mirada Que no tiene anchuras Y si sabe de olvido Como un frágil canto Que abraza su cuerpo Y su esperanza. (64) Estas mujeres que el poeta no sabe al final de su texto si el las sueñan o existen. Sobre este poemario ha comentado Roberto Bianchi: “Tu estadía en el Sur fue a todas luces fructífera para la poesía”. Y añade, “Realmente Luis Gilberto, creo que tu Encuentro con el Sur es un verdadero encuentro con la poesía y como dices espléndidamente: ‘hay días que no dicen nada/se esconden las noches/del pasado’”. Es tiempo de volver, tal cual lo anuncia su título, el paisaje de Loja es sentido en el tiempo: el tiempo en que el poeta estuvo en Loja, el tiempo en su memoria y un futuro donde piensa regresar o volver. Aquí también las personas de Loja cobran importancia en la figura de los niños, que pueden ser presente y futuro de ese espacio ecuatoriano. En el poema que abre el libro, “El verbo en tus ojos”, Caraballo expresa: Loja tiene un sueño invertido El tiempo otro Que será De esos niños que crecen Con la poesía en sus ojos, Bocas descubiertas El caminar de nubes sin lluvia? Cómo juntamos sus manos, JUN 2021: Solsticios / 25
El tiempo y Loja? ¡Qué no desaparezca el amanecer! ¡Qué pueda existir otro silencio! (3) Este futuro de Loja, no es cierto. Tal como el nuestro está en el espacio de la incertidumbre. En “El oído sin fin”, el poeta expresa: Alguien pregunta adónde vas Y nadie sabe, No hay voz, La brisa chata De cigarras libres y sordas Aplana carceles de sueño Deja su tempestad en el oído, Túnel de flores muertas. (10) Más aún con el futuro incierto, el poeta enuncia en “De paso y por siempre”, “Solo se que algún día llegaré y no me iré de Loja”. (14) En el poema “Quise” se ve esta relación dinámica entre el poeta y el paisaje: las imágenes tienen que ver con el sueño, el mar, los elementos de la naturaleza, motivos o símbolos que Luis Gilberto Caraballo privilegia en su poesía. Cito: Quise tener una esfinge lojana Con su amor helado que deletrea Su aliento. Sabor a azúcares delgados en El susurro de un vuelo, El llanto fresco del nubarrón. Aunque estaba preso en un delirio Sobre el barco de otros mares. Tuve suaves vientos Aromados a letanía y flautas que me Tentaban Con bosquejos torneados de arenas, A saltarme aquella luna De bordes rosas y grillos que pesan, Pies grisáceos se sujetan A La Luz, a un sueño desesperado. (29) Francisco Palacios ha prologado de forma ejemplar este último poemario de Caraballo y ha resaltado en él el carácter trascendente de este poemario, la aspiración a la eternidad en él, las bellísimas imágenes del texto, pero más importante para mí es que ha visto el tono de nostalgia, casi elegiaco de este texto. Al efecto comenta Palacios que quiso escribir sobre este libro “porque sus versos me han llenado de ese sentimiento, mezcla de tristeza, placer, afecto que nos embarga cuando piensas en tiempos felices del pasado”. (7)
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Del paisaje vivido al paisaje soñado Además de estos libros de poemas de viajes, Luis Gilberto Caraballo ha escrito dos poemarios que son más sobre espacios concretos o soñados como son “Moradas y templos” de 1999 y El árbol de las casas vacías de 2006. En dichos textos los espacios como las moradas y templos son símbolos obvios del lugar donde mora la realidad del poeta. El árbol de las casas vacias, apunta a esos espacios o casas que están en nuestro corazón y que dicen sobre el poeta. Símbolos como el espacio, el mar, la naturaleza aparecen una vez más en ellos. Citaré brevemente de ellos porque estos poemarios, a mi juicio, preludian un poemario mayor y reciente, escrito por Luis Gilberto Caraballo entre octubre y noviembre de 2020: “Gruta del Ávila”. En “Moradas y templos”, el símbolo obvio es el templo como receptáculo del alma, de acuerdo con la concepción cristiana entre la relación de estos dos pares. De “Moradas y templos” quisiera citar el poema que Luis Gilberto Caraballo dedica a su padre. Es un poema obviamente autobiográfico y emotivo donde el poeta comunica su visión cristiana de que al despojarnos de nuestro cuerpo y todo lo que nos ata a él, vamos a un estadio superior:
Deshazte de la incubadora mecánica Arremete con ira, si es necesario, Ábrele un hueco al cielo donde te vacíes Qué nosotros te veremos en un recuerdo Vivo. A los años en un retrato Malgastado Con una mirada impávida. (6)
Y al final del poema expresa la capacidad de sus deudos para entender este tránsito agónico que va de la vida a la muerte, pero que es un trance por el cual todos pasaremos como seres humanos. Luis Gilberto Caraballo escribe: Entrarás por los túneles Y saldrás con La Luz del día En tu rostro, Con la poesía en los labios. Tendrás tu delirio, Aunque duela perderlo Deshazte de todo Lo que te dimos. (7) De este mismo libro es el poema de amor “Quisiera vivir”, poema que no podré citar dada su extensión. Pero sí deseo expresar que el amor, nos impele como la muerte a trascender nuestro cuerpo físico y querer llegar a un lugar superior. Al respecto expresa Caraballo: Quisiera derivar del Mar Aquellos misterios De los que hablaste Preguntarle a la hiel Por tu amor. (11)
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Y termina, este hermoso poema: Quisiera odiar y amar sin pena Preguntar sin olvidar Oír el canto del pájaro Como me oigo Abrir las jaulas Volar al tiempo. (13-14) El próximo texto de este poemario que quiero citar es “Sirena de nadie”. La mitología que está presente en la poesía de Caraballo, recordemos sus “esfinges lojanas”, toda la mitología cristiana, pues aparece, una vez más, en la forma de esta sirena de nadie a la que poeta busca acceder y perderse con ella en lo marino: De este tránsito marítimo Espera, Al más tenue Al más leve Y ese destino que lleva Lo desea inmensamente. (19) Y concluye el poema: “me dejaré llevar a ella/y seré uno más!”. El árbol de las casas vacías es otro texto donde el espacio no es enteramente real o al menos es soñado o recreado por el sueño. Este texto viene con un inteligente prólogo de María Eugenia Caseiro donde ella resalta el motivo del viaje en él: Desde ese punto de vista del autor, partimos en la barca de sus elucidaciones para viajar al origen, a la raíz, donde Luis Gilberto Caraballo engendra y conforma el poema; el resto es mera cuestión de enfoques, de de ubicar al poeta y a su obra en el lugar idóneo… (1) Como Maria Eugenia Caseiro lo permite, puedo inferir que el árbol es el poeta y las casas vacías son los “resquicios’’ de su alma que busca entender. Así abre el poemario: Esta noche se funden En una sola casa las raíces Intrincadas en la memoria de un sólo árbol Sus columnas resquicios y temporadas hacen en mi Moradas regias azuzadas Y muchas aún verdes Con sus muebles enmohecidos lamen el tiempo Y hablan con sus otroras sueños. (5)1
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En el poema XI de esta serie, que es extenso, el poeta busca su origen en esa espácio imaginanado de las casas vacías. Se embarca en un viaje casi odisiaco donde ve seres humanos, barcos, vegeles y en este viaje soñado, a través del poema, va en busca de su origen: Timonel colgado en algún clavo de la pomarrosa santa De la última casa con la memoria rota Severa gravita Sobre alguna pared del cuarto central Con sus gaviotas prendidas de sed hurgan la arena Y el Mar entre las sábanas Abrevia sus paredes misteriosas El cuarto gotea tiempo Y sales entre rocas muertas Suturan El eco de la profundidad espiritual. (34) En los caminos del tiempo de 2009, como el título indica, el poeta se embarca en un viaje imaginado a través del tiempo. Así, por ejemplo, el el poema que abre el libro, “Muros del tiempo” ya busca otros tiempos, otros lugares, otras utopías que no son las occidentales y escribe: En el prado de piedras únicas Y muros de utopia con posturas antiguas, Desde los shamanes, Se levantaron hileras de dioses Creencias, íconos, brebajes del sueño; Serpientes, giraron en la oquedad Con ojos de cuarzos azarosos. (15) O en “Al Rio Heraclito” expresa: Me he re encontrado sobre ti, Mirándome con el otro Sobre crepúsculos plata, y su torrente que se alza. Me llevas, No eres más que rio Memorias cósmicas. (23) El poeta refiere a otras culturas ancestrales y quiere que estas se recuerden o queden en el tiempo. Por ello, es de gran significación su poema hermoso y extenso, “Un edificio de papel”, donde añora otros libros que registren de manera elíptica la historia que no se ha escrito, de pueblos olvidados. Caraballo dice: Hoy quiero que los dedos de las manos se muevan Y dejen las trazas de una elipse, Y esta gire con los años, Para que no sean los mismos libros
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Y los mismos hombres, Para que se hagan nuevos edificios de páginas, Porque de la mano de unos pocos, del silencio de Muchos Hemos sido lo que no somos Y cuántos abismos de esos ciegan. (47) Mas el poeta aspira a una nueva historia de los hombres, de culturas o ciudades olvidadas, de símbolos sacramentales no avalados en la historia oficial como los tótems, de países tan lejanos al occidente como Sri Lanka. Es obvio, que esta voz lírica sabe que él tiene una conexión con todos esos tiempos y todos esos espacios. Y esto nos lleva a otro libro de Caraballo donde el paisaje vivido y/o soñado es humanizado y es su sombra y su reflejo. En “Noches, mares, fragmentos del poema” de 2010 y en su poema “Retazos, surcos” el poeta expresa cómo aparecen estas sombras y finiquita el texto expresando: De noche Se me aparecen Golpeándome el sueño Tocando el latir, Tan sólo amanezco Creyendo que soy mar Abrazando mi cuerpo. (4) Y citaré sólo un fragmento de otro bello texto de este libro, “A la sombra del camino”, que Caraballo dedica al poeta venezolano Eugenio Montejo, donde estas sombras aparecen en el paisaje que lo espeja.
Mientras camino me concierne Algo de lo invisible. Unos pájaros resquebrajados De una niñez que apenas Trinan. Y no se Cómo se llama ese algo, No sé, Si es simplemente mi sombra. (19)
Otro viaje en el tiempo en busca de lo infinito: Poema de números y series infinitas de 2012 Este poemario de Luis Gilberto Caraballo está prologado por el gran poeta de ascendencia israelí y pacifista, Ernesto Kahan. Kahan ve este poemario como uno metafísico donde el poeta a través del sentido de los números, en una especie de álgebra de la vida humana, viaja por el tiempo buscando una vez más el sentido de esta. Apunta Kahan; “A nosotros los lectores, nos abarca y evidencia íntegramente. Esta obra se pregunta por los límites y con ellos indaga los pensamientos de sí mismo, un nostálgico y metafórico poeta que sabe llegar al intelecto y al corazón del lector (subrayado mío). Es un libro oportuno y actual y es enormemente poético”. (2)
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Y así, Caraballo inicia este poemario con “El arte del sueño indefinido” donde una vez más se embarca en un viaje tempora espacial por medio del sueño. Cito: Suave, en la aurora La luna, Se va con un halo de arameo En sus orejas infinitas, A murmurar con sus trapecistas deslumbrados Al túnel de luz, En un anochecer indefinido. Mañana, será otra, Cuando reaparezca Acicalada por el tiempo. (5) Luis Gilberto Caraballo se ve así mismo y a sus lectores como un ciclista que rueda sobre la vida y el tiempo en búsqueda de su realidad inmanente y una realidad trascendente. El ciclista Un equilibrista El cineasta de la vida, Va con su cuerpo Sobre el tiempo Dibujando Una aproximación del camino, Hacia la noche. Se pierde en el horizonte Como un relámpago que viaja Al compás de su aliento A la voluntad de sus piernas. (7) Y como había señalado el maestro Kahan en su sentido y bello prólogo de este libro, todo en este texto es una búsqueda al sentido de la vida, casi en un presente eterno, prescindiendo de los relojes, los números, que fragmentan. Escribe Luis Gilberto Caraballo: Sigo pensando, Sin detener el descanso algebraico. Al paso, Al paso que algún día sea distinto; Las series elípticas, Llegarán con su sueño a restaurar el inicio, Sin que sea locura. O el cero desmedido de un sanatorio Junto a los fantasmas de una ciudad. Que sea entonces el amor intenso del amanecer. Y aún me veo niño A la espera. (11) JUN 2021: Solsticios / 33
Y el tema de la Casa soñada o vivida se reitera en este libro. El espacio sea real o imaginado nos sirve como espejo de nuestro ser y con ello intentamos entender el origen de la vida, la eternidad y nuestro lugar en el mundo. En el poema “La casa infinita”, que evoca la casa de su infancia, Caraballo expresa; Siempre creí, Haber vivido En la misma casa infinita De puertas y una serie en mi memoria. Me produce dulzura, goce, Y estas tallan bajo las paredes su universo. Me acuestan cerca, Muy cerca de quien yo creo ser Y oyen el murmurar del manantial, Brotar con tonalidades bíblicos (sic) Desde lo más profundo de una tierra En la cual me hice hombre. (17)3 Y en “Mar infinito”, último poema que voy a citar de esta colección, el mar aparece como símbolo del eterno presente, elíptico, no fragmentado por números o series, a ese presente en que el poeta quiere vivir: El mar no tiene fronteras. Posee infinitos, Instintos-circunvalaciones elípticas. Un bramar donde Todo cabe: El olvido El pasado innombrable… (34) Aunque al final, el poeta no está seguro de quiénes somos, de nuestro lugar o pertenencia en el mundo: Y aún no sabemos quiénes somos, Se lo preguntamos sin cesar Hasta caer rendidos junto al eco Sangrante del resonar, el cual pulsa El silencio. (34) Este hermoso poemario viene con reproducciones de algunas de las pinturas cubistas de su autor. Al respecto ha comentado Antonio Miranda en otro prólogo del libro: Poemas de números y series infinitas, es un mosaico que sobrepasa el texto, invade nuestra imaginación y nos sitúa en un territorio sin fronteras. Con precisión, evoca epígrafes que ilustran una pauta proposiciones de imágenes y sensoriales: Cesar Dávila Andrade, Vicente Huidobro, también Arthur Rimbaud y André Breton, Octavio Paz y Olga Orozco. Textos interconectados. (4) 3 Videoconferencia con Luis Gilberto Caraballo, via WhatsApp, 20 de diciembre de 2020.
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Y más abajo escribe: “...traducidos en un lenguaje que se completa con las ilustraciones, que superan al cubismo, pero conserva su prismática de imágenes y textual.” (4) Me parece una forma exquisita de avalar este texto. Un viaje al centro del corazón: “La Gruta del Ávila”, inédito, 2020 Después de presentar su libro Arpa Invisible en septiembre de 2020, Luis Gilberto Caraballo vuelve a sorprender con un largo poema en prosa y verso “Gruta del Ávila”, En este texto de apariencia híbrida, este escritor y pintor venezolano, hace un viaje “ensoñador” al interior de su ser que invita tanto a una reflexión sobre su proceso creativo como a una reflexión sobre las artes que este autor domina. Al principio del texto, Caraballo expresa: “Me levanté sobre un sueño que iluminó la noche, cuando cansado por la espera, veía incrédulo hacia el oscuro horizonte iluminado por luces de la ciudad, subía la mirada, me tropezaba con aquella morada envolvente a la espesura”. (3) El poeta dialoga en la primera parte del texto con las “sombras” de temas existenciales como la vida, la muerte, el tiempo, la oquedad, o, con la naturaleza, la lluvia, la intemperie, o el viento, en la primera parte del texto. Fue interesante, por ejemplo, su diálogo con la sombra porque hay un entendimiento de que está es parte integral de la vida. Caraballo escribe: Tú que dices ser mi mitad Si te alimentas de mis fallas, tú crees que eres Mejor en las desventuras, quién dices entonces, Lo que está bueno o malo, lo real o lo irreal La verdad de la falsedad, si no es la conciencia y Quién es la conciencia, si eres tú o si es otro, o si son los dos O si en el envés de un sueño Quién dice y quién habla. (19-20) En la segunda parte de Gruta del Ávila, Caraballo entabla diálogos con las “sombras” de autores que son de su agrado como Vicente Gerbasi, Olga Orozco, Alejandra Pizarnik, André Breton, Arthur Rimbaud, José Antonio Ramos Sucre, Federico García Lorca, Luis Cernuda, entre otros. Estos diálogos van acompañados de poemas de Caraballo, epígrafes de otros autores, textos que los dinamizan. El escenario que escoge el autor y el símbolo del texto, es la Gruta del Ávila, Gruta que puede avistar desde su departamento en Caracas, Venezuela y que recuerda el símbolo platónico de la caverna. Para dialogar con estas sombras, el escritor nos lleva por escenarios reales y surrealistas u oníricos al interior de dicho espacio. Dada su habilidad como pintor, podemos visualizar esos escenarios fácilmente. Aunque la Gruta es el símbolo central de este texto, hay otros símbolos de interés en el como el mar, símbolo del idioma; la cama, símbolo de la muerte que se aproxima; o el reloj, como símbolo del paso del tiempo. Así como en la “Alegoría de la Caverna” de Platón, vemos sombras que no son “lo real” y vamos a buscar lo “real”, que son las preocupaciones existenciales de un poeta y la búsqueda de una realidad inasible de la mano de escritores que son influyentes en su vida y que han sido y son centrales para ahondar en su proceso de creación. “La Gruta del Ávila” es, además ese “espejo lacaniano” donde el hombre Luis Gilberto Caraballo se mira constantemente para ver su realidad y reflexionar sobre su intimidad y los temas que son caros a él. Ya dije que este escritor privilegia el yo como su sujeto lírico. Como lectores, podemos ver que los temas transcendentales
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presentes en el texto son los temas que preocupan a un hombre venezolano, de carne y hueso, que es un artista autodidacta. También se pueden ver sus preferencias literarias que lo han moldeado y que han calado hondo en su ser. Podemos ver su proceso de escritura después de estos avistamientos y viajes a la Gruta del Ávila. Después de algunos de ellos, el poeta hace referencia a algún papel o escrito que ve sobre su mesa. Incluso, el escritor invita a ver su cotidianidad: sus paseos por la ciudad, por su departamento, lo que desayuna, lo que toma, etc. A la vez, que vemos las proyecciones e imágenes que surgen desde el “corazón” de un poeta y que son imágenes que el afirma con vehemencia que le vienen de modo espontáneo. Este texto se puede ver como un escrito de auto conocimiento. Como en el “Primero Sueño” de Sor Juana Inés De la Cruz, el alma del que escribe, en este caso Caraballo, parece desprenderse de su ser corpóreo y liberarse para conocer el mundo y lo inasequible a través del sueño.4Se debe recordar que este escritor usa la palabra ensoñacion al inicio de su libro y su alma recorre diferentes espacios en Gruta del Ávila para autoconocerse y dialoga con otras “sombras” para buscar la verdad de su ser. Este proceso de auto conocimiento refracta en nosotros, sus lectores. “Gruta del Ávila” en su segunda parte, apunta al tema que ha señalado el crítico estadounidense, Harold Bloom en su clásico libro, The Anxiety of Influence. El escritor contemporáneo vive la ansiedad de saber que nada de lo que haga será totalmente original, y Luis Gilberto Caraballo lo sabe. En este texto hay resonancias platónicas, surrealistas, de la vanguardia latinoamericana y aún española, ver sus textos dedicados a Lorca, y sin embargo, este autor abraza esas influencias o espejos de sí mismo. Como “espejos” o “sombras” que lo impelen a buscar más de sí. Es interesante notar que estas influencias lo han acompañado por tanto tiempo, han calado tan hondo en él, como dije, que escribe poemas que recuerdan la escritura de Lorca, ver su diálogo con este autor, o sus diálogos con Luis Cernuda o Walt Whitman. O más aún en su diálogo con André Breton, donde Caraballo entabla un juego con el escritor francés para escribir un poema surrealista, usando de manera aleatoria, nombres y adjetivos. Esto en un escritor, que no obstante, es original en su escritura. Por eso, el poema que dedica a Lorca es uno de los que más me complace en “Gruta del Ávila”. Como experta en este artista granadino que soy, veo que Caraballo ha captado las divergencias temáticas del escritor, que lo mismo escribió sobre su ciudad natal y sus gitanos que sobre Nueva York y su gente. Este poema en sí se podría desprender de “Gruta del Ávila” y ser publicado de forma autónoma. Para celebrar el aniversario luctuoso de Lorca, a la vez que condena el insensible asesinato de este escritor, Caraballo escribe: Y usted Lorca, después de 84 años vivo Da vueltas por Granada y Nueva York. Pues si comprendieran las voces No las silencia la pólvora y abierto el canto en la ventana En el tiempo este nunca se cierra. Y más abajo añade: Pues allá en los rascacielos De Nueva York anda un poeta sereno Se oyen sus versos en Granada, España y America ¿Y entonces, a quién mataron ese día? (189) 4 Paz, citado por Thomas Eggensperger, “Sor Juana De la Cruz: Primero Sueño, implicaciones filosóficas, 1.
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Ya que Caraballo ha decantado estas influencias que le acompañan, las recrea de modo especial y y ofrece en “Gruta del Ávila” un libro único por su tejido textual, por la combinación de géneros literarios, por sus imágenes o “videncias”, como él las llama, totalmente originales que funde con su legado cultural. Y más que todo, este libro asombra por la honestidad de un escritor que escribe desde su “corazón” y nos desvela su proceso creativo. Este libro vino después de un libro de aforismos o poesía minimalista como Arpa Invisible y es sucedido por dos libros de poesía breve como “Neblinas de un sueño” y “Temblores de piel” y como en ellos, desvela toda una poética del conocimiento. La poesía breve, el epigrama o el aforismo de Caraballo: De Arpa Invisible, a “Neblinas de Sueño” En epigramas o aforismos, este escritor expresa una poética. El autor vuelve a privilegiar la noche, el sueño, como el momento ideal para captar visiones de la realidad. Así, por ejemplo, escribe en Arpa Invisible: En la noche Dejaré los versos Puestos en silencios, Colgados de la mesa. (11) Y también: Escribir en los límites del día, En el borde de un precipicio, Justo antes Invita al deleite de conocer, Más allá de la tempestad. (68) Otro elemento que se privilegia en estos pequeños poemas es el de la naturaleza como espejo de la creación, donde el poeta busca un sentido, un conocimiento a través de las imágenes que está le ofrece. Es interesante el título de Arpa Invisible como un instrumento musical invisible que está en la naturaleza y le ofrece al poeta sonidos para entenderla. También es importante destacar la portada de este texto que reproduce un grabado del siglo XVII, de Robert Fludd, “Harmony of the Spheres” que remite a la idea pitagórica de la música de las esferas.5 Pero volviendo al tema de la naturaleza como fuente para el poeta, espejo que le da imágenes y entendimiento de la realidad, Luis Gilberto escribe en “Neblinas del sueño”:6 A mí se me ha ido el recuerdo En el soplo De la página Donde solo levanta polvo Escudriñando en la piedra La luna. (3) Ahora de acuerdo con lo que escribe Luis Gilberto en estos poemas, el proceso de creación es uno doloroso. Por ello, el poeta usa con frecuencia las palabras, heridas, abismo, precipicio, hendidura. Así, por ejemplo, apunta en “Neblinas del sueño”:
5 Este afortunado grabado fue escogido por el poeta y editor puertorriqueño, Alberto Martínez Márquez de Letras Salvajes. 6 Poemario inédito, terminado en noviembre 2020.
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Quien no ha recibido el Resplandor no sabe de las Heridas, del dolor que se siente, Ni del tiempo que requiere sanar. (13) No obstante, al dolor que supone el proceso creativo, el poeta se embarca en un viaje hacia adentro y hacia afuera, en la búsqueda del signo preciso que quiere convocar: Mi único viaje A la búsqueda de un sueño Es adentro en el jardín interno, En los olores del silencio. (AI, 47) El poeta se embarca en este viaje, hacia afuera y hacia adentro, doloroso quizás, mas hace el lector, partícipe de él y eso da un gran hálito de esperanza a estos poemarios. Incluso, Luis Gilberto expresa su deseo de cultivar la poesía en los niños, en este sentido epigrama que evoca a los niños de Loja, Ecuador. Niños, que según cuenta el poeta, recibieron con cariño sus versos, cuando los presentó en dicho país, “Es tiempo de volver”.7 Cuando se siembra a tiempo Un verso en los ojos de un niño Este puede convertirse en el jardín De su vida. (6) “Temblores de la piel”, su más reciente libro de aforismos8 Como en Arpa Invisible y “Neblinas de un sueño”, en “Tembores de la piel”, escrito en noviembre de este año, Caraballo expone su visión de la poesía, el poeta, el lector, en este texto. Y busca imágenes o símbolos de la naturaleza para reflexionar sobre esos temas. Signos que el poeta privilegia como la sombra, el mar, el tren aparecen una vez más aquí. En el segundo aforismo de este texto inédito, Caraballo apunta: No dejo de oír los pasos de la sombra Que camina al lado mío, Los quejidos endurecidos por la luz. (2) Y reitera la idea de que el proceso creativo es un camino doloroso y difícil de transitar, pero el escritor casi lo abraza. Dice en el tercer poema de este libro: No hay día que al moverse en los Extremos no hiera, Como también puede que genere Extasis. Con el tiempo la piel se Acostumbra. (3) Es interesante el uso de la palabra “éxtasis” en este aforismo. La poesía de Caraballo ha sido catalogada en mo7 Conferencia con Luis Gilberto Caraballo via WhatsApp, 20 de diciembre 2020. 8 Su último libro escrito al momento de escribir la primera versión de este ensayo, después de lo cual Caraballo ha escrito cuatro poemarios más.
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mentos como meta poesía. Pero nunca cómo poesía mística, poesía que llevaría al estadio mayor de conocimiento o comunicación con algo transcendente, como la idea misma de Dios. El mar que es un símbolo polivalente en la poesía de Caraballo, aparece una vez más en este libro de aforismos. Por lo que he visto en los textos de este autor venezolano el mar es paisaje, metáfora del viaje o transitar por la vida, espejo que refleja el poeta, y símbolo del mismo lenguaje como en “Gruta de Ávila”. Así expresa en el sexto aforismo de “Temblores de piel”: Vi la ola vaciarse en la playa Y quise dejar escrito algo en esta, Así que la guardé en mi playa. (6) Y escribe mucho más adelante en este poemario: Me gusta el mar, me gusta su olor Cercano a mi piel. El oleaje Silbando su brisa en el lápiz De sutiles sueños. (99) Por los parámetros que he impuesto a este trabajo no puedo indagar en toda la simbología que usa Caraballo en su prolífica obra. Sin embargo, quiero apuntar otro símbolo que aparece constantemente en sus escritos y este es el tren. Tanto como el mar, el tren se puede asociar al motivo del viaje, motivo prevalente en la poética de este autor. Como ya he recalcado este viaje puede ser real o imaginado o soñado y el que lo lleva a buscar lo inasible, lo que está detrás de la realidad aparente. Así aparece el tren en “Temblores de piel”: Lo poesía es como un tren Cuando pasa frente a nosotros Nos deja celajes de ventanas Para leerlas. Y cuando se detiene hay que Subirse Y si regresa nunca viene igual. (26) O dice más adelante: “Un tren lejano susurra estrellas/en los ojos de un verso”. (50) Demás está decir que en este texto como en otros, Caraballo habla de la poesía como un proceso vivo, doloroso, quizás, pero central a su vida. Por eso pienso que su título es afortunado, “Temblores de piel”, recordando que el poeta no sólo escribe con su mente, su corazón, con su alma, sino aún con su cuerpo, con “esa mano zurda” que Caraballo evoca en más de una ocasión en sus versos. Conclusiones 1) Con base a la lectura que he hecho de una decena de libros de este autor, se ve que su poesía es una muy flexible ya que este escritor puede escribir poemas largos, poemas en prosa, poesía minimalista, y puede abordar prácticamente cualquier tema humano. 2) Se puede ver que el motivo del viaje como búsqueda de su inmamencia, así como de algo transcendente o inasible es uno de los motivos centrales en la obra o muestra presentada en este ensayo. Por lo tanto, es
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una poesía de conocimiento. 3) Este escritor venezolano expone su proceso creativo en sus textos y reflexiona sobre ellos en su poesía por lo cual se puede decir que es un meta poeta. 4) Su simbología es muy amplia y variada y que el estudio de dicha simbología merecerá otro estudio, así como el estudio de su poesía total merecería al menos un libro. 5) Al aludir al viaje, Caraballo alude a espacios, paisajes, casas, templos, moradas, el mar, Gruta, y el mismo espacio del papel o un lienzo,9 espacios que se transitan en en el devenir del tiempo en búsqueda de algo superior y al hacer esto, consciente o inconscientemente, Caraballo toca al concepto platónico de la khora. De este modo, a mi entender, su poesía alcanza un nivel místico. Tal como ha visto la intelectual puertorriqueña, Laura Robledo González, con relación a la poesía de San Juan de la Cruz, o Ibn’ Arabi de Murcia, el corazón de este poeta venezolano es un “receptáculo” de todo lo creado que intenta asir.10 Lo que confirma que la poesía mística es un género, por fortuna, muy contemporáneo. Ya el propio poeta había anticipado el carácter místico de su escritura en 2015 cuando dijo; “El camino también estará lleno de ambigüedad, quedarán en el poema, y será un reto lograr que el poema esté imbricado en sus versos, y éstos pertenezcan al contenido total. Tocarlo, leerlo es como abrir el espacio a una memoria que le pertenece al infinito...es tener vasos comunicantes con lo atemporal”. ©️Diana Guemarez- Cruz San Miguel de Allende, México ©Derechos reservados de todos sus textos publicados e inéditos citados, Luis Gilberto Caraballo, Caracas, Venezuela
Obras citadas Bloom, Harold. The Anxiety of Influence: A Theory of Art, Princeton, NJ: Princeton University Press, 1973. Impreso.
——. Poemas de números de series infinitas. Sin lugar: Puboteca, 2012. Impreso. ——. “Temblores de piel”. inédito.
Caraballo, Luis Gilberto. Arpa Invisible. Aguadilla, PR: Letras Salvajes, Col. Errancia del Ser, 2020. Impreso.
Eggensperger, Thomas. “Juana Inés De la Cruz: Primero Sueño. Implicaciones filosóficas. AISO. Actas V. Centro Virtual Cervantes. .457-62.
——-. Encuentros con el Sur. Sin editor: 2007. Impreso.
Guemarez-Cruz. Diana, “Presentación de Arpa Invisible”, 16 de septiembre de 2020. Zoom meeting, convocado por Alberto Martínez Márquez, editor del libro y de Letras Salvajes.
—— . Es tiempo de volver. Ed. JMalo. Madrid: De Sur a Sur Ediciones. Col. Poetas de Hoy, 2021. Impreso. ——-. El árbol de las casas vacías. España: Baile del Sol, 2008. Imprenso. ——-. “Gruta del Ávila”. Inédito. 2020
https://YouTube//6fyfkyM-LPho
Lejeune, Philippe. Le pacte autobiographique. Paris: Seuil, 2010. Impreso.
——-. “Iluminaciones de un lienzo”. Inédito 2020
Robledo-González, Laura. “La poética del espacio en San Juan De la Cruz y el receptáculo platónico de la joora. Tesis inédita. Universidad de Puerto Rico, Recinto de Río Piedras, 2011.
——-. “Las puertas están abiertas. Introducción a la poesía y la pintura de Luis Gilberto Caraballo” Https://diario-digital.com/2015/01/15/.
——-. “Mi corazón es capaz (o recipiente) de cualquier forma: Ibn’ Arabi de Murcia, El “QALB” y El Timeo Platónico” en Melanges, Ed. Luce López-Baralt. Zaghouan, Tunisie: Publications de la Fondation Temimi pour la Reserche Scientifique et l’ Information: May 2001: 2-8. Impreso.
——-. Los caminos del tiempo. Pontevedra: España: El taller del escritor, 2009. Impreso, ——-. “Moradas y templos”. Inédito. ——. “Neblinas de un sueño”. Inédito. 2020,
Torres Vanessa, conductora. Promoción de Arpa Invisible, con su autor y su editor. Auspiciado por “Poesía Fuera de los Márgenes”, Cronopio Radio. 9 de diciembre de 2020. https://Zeno.fm//cronopio.radio Radio Satelital.
9 Pienso escribir un artículo sobre el libro homenaje de Luis Gilberto Caraballo, “Iluminaciones de un lienzo”, dedicado al pintor Armando Reveron, y compararlo con el libro de Rafael Alberti de 1945, A la pintura”. Por límites de espacio no pude abordar ese estudio comparativo aquí. 10 Laura Robledo Gonzalez, “La poética del espacio en San Juan de la Cruz y el receptáculo platónico de la jo ora”. Tesis doctoral inédita: Universidad de Puerto Rico, Recinto de Río Piedras, 2011. Ver también su estudio sobre Ibn’ Arabi de Murcia en las obras citadas.
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ARTE
Fotoensayo Por: Alan McAbee
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IG: Wild.and.adventurous
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IG: Wild.and.adventurous
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LETRAS
La visión de Vieques como una colonia dentro de otra en Usmaíl Por: Lorez Manon Martínez
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Pedro Juan Soto publica Usmaíl en el 1959 en la cual colocó a la isla nena de Vieques como escenario principal y resulta importante destacar la situación histórica- política – social de Puerto Rico para poder abordar esta obra. El escenario escogido por Soto es importante ya que refleja la relación colonial existente entre la isla grande, Puerto Rico, y Estados Unidos. El contexto histórico en la cual está enmarcada la novela es entre los años 1930 y 1950. Dos programas federales son mencionados en la obra: la P.R.E.R.A (Puerto Rican Emergency Release Administration) y la P.R.R.A (Puerto Rican Reconstruction Company). El primer programa mencionado (P.R.E.R.A) respondió a una extensión del Nuevo Trato del entonces presidente Franklin Delano Roosevelt. Este plan se llevó a cabo entre los años 1933 a 1936 y más que cambiar el sistema económico o social tuvo como objetivo aliviar la crisis y la miseria en que se sumió la isla a causa de los sucesos de La Gran Depresión en 1929, el desempleo y el paso de dos fenómenos atmosféricos: San Felipe en 1928 y San Ciriaco en 1932. Sin embargo, este alivio económico tuvo pocos efectos positivos y se le conoció como “el mantengo”, puesto que este programa comenzó a facilitar subsidios alimentarios a la población y en 1934, el 35% de la población puertorriqueña dependía de ello. El segundo gran proyecto, la P.R.R.A, fue una agencia destinada para la reconstrucción de Puerto Rico, como medida alterna al Plan Chardón y se responsabilizó en la compra de tierras y de los asentamientos de las familias en las parcelas. Los años restantes cubiertos en la obra de Pedro Juan Soto son aquellos en los que vemos el comienzo del programa “Manos a la Obra” cuando el Partido Popular Democrático sube al poder. Mucho más importante que todo este cuadro político- económico que encontramos en la isla, encontramos la invasión del ejército norteamericano en la isla de Vieques, la construcción de una base naval y el uso de terrenos viequenses para las prácticas de tiro. A raíz de lo mencionado anteriormente, toda esta situación trae consigo otras problemáticas sociales presentadas por Pedro Juan Soto en Usmaíl como la prostitución, el racismo, la pobreza, la ineficacia de servicios básicos de salud y la ineptitud de los partidos
políticos locales en lograr mejoras para el pueblo. Problemas que siguen vigentes en la isla. Por otro lado, la dominación de la Marina en Vieques llegó a tal extremo que los pescadores viequenses no les permitían pescar libremente. Esta situación es presentada por Soto a través del personaje de Juan Solero: “Pero él mismo, a pesar de sus críticas a los otros, comenzaba a mostrarse inquieto ante las ordenanzas que la Marina extendía para impedir la pesca en tantas millas a la redonda del lugar” (225). En Usmaíl, Vieques es presentado como un microcosmo de la Isla Grande, pues más allá de la ocupación militar la novela presenta la ocupación social, cultural y económica que sufre Vieques y el resto de la isla. La trama de Usmaíl se divide en tres partes y cada una lleva el nombre de tres personajes femeninos centrales en la novela: Chefa, Nana Luisa y Cisa. La primera parte nos introduce a Chefa, una mujer negra, natural de Vieques, que se enamora de Mr. Adams; un norteamericano encargado de la P.R.E.R.A en la Isla Nena y que luego de dejar embarazada a Chefa la abandona antes de que esta dé a luz a un niño. La mujer le pone Usmaíl a la criatura dentro de una sicosis provocada por la espera de alguna carta por Mr. Adams que nunca llega. Poco tiempo después, Chefa muere y Nana Luisa, la curandera del barrio, se hace cargo de él. A medida que el niño crece y descubre su procedencia racial y el significado verdadero de su nombre (US Mail), va creando dentro de sí una lucha de identidad, que dará fin cuando asesina a un militar norteamericano, declarando que su nombre es Negro y no Usmaíl. El tema de la identidad puertorriqueña lo vemos principalmente en este personaje. Pedro Juan Soto retrata la marginalización del puertorriqueño a través de Usmaíl, tema muy común entre los escritores de la generación de la Literatura de la Postguerra, que representaron en sus obras la problemática social, política y económica a raíz de la llegada de los norteamericanos a la isla y la dependencia socioeconómica en la que se sumió el puertorriqueño al punto de ir perdiendo poco a poco su identidad. Como se mencionó anteriormente, Usmaíl está dividida en tres partes cumpliendo esto con varios
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propósitos: fecundación y nacimiento, niñez y pubertad. El hijo de Chefa nunca la conoció y tan pronto esta muere, Nana Luisa es quien se encarga de su crianza y su educación social. La formación de Usmaíl al lado de Nana Luisa fomenta una personalidad débil, dependiente e incapaz de valerse por sí mismo. Cuando llega a la etapa de la pubertad, conoce a Cisa. Una mujer mucho mayor que él, de tez blanca y muy dominante. Pareciera que Usmaíl anda en busca de una figura materna que llene el vacío de su madre, al mismo tiempo que podemos ver un paralelismo con la situación de Puerto Rico: de una “madre” española, pasó a manos de una “madrastra” norteamericana a la que nunca le permitieron “ser” con toda libertad. A través de toda la novela Pedro Juan Soto presenta al habitante de Vieques, totalmente despojado de su propia tierra, desmoralizado por la invasión militar sintiéndose extraño, humillado y atropellado. Vieques es retratada como una colonia dentro de otra colonia, como el propio Mr. Adams presenta en el momento que espera contestación de un traslado que pidió al gobierno central: “Puerto Rico: colonia norteamericana… y llave del Canal de Panamá, como algunos tontos estaban empeñados en bautizarla. Y eso de estar viviendo en la colonia de una colonia ya no era para él” (49). Del mismo modo, la denuncia que hace Soto ante el atropello del gobierno norteamericano hacia los viequenses la vemos en personajes como en el de Nana Luisa: De un lado, los que no estaban dispuestos a ceder la tierra a los americanos. Del otro, los que estaban dispuestos a ceder la isla entera porque la democracia - ¡ah, la espléndida y maravillosa y divina democracia de los “demos gracias”! – tenía que perdurar y Vieques no podía dejar de contribuir a esa doctrina, al enaltecimiento de bellos ideales, al ademán victorioso de alzar la antorcha de la libertad…, aunque se le quemara la mano. (191)
La voz narrativa en Usmaíl (narrador heterodiegético) es la que constantemente nos pone al tanto de la situación de los residentes en Vieques. Nos describe el estado de miseria física del viequense cuando nos describe a los hombres y mujeres como “moñosos y raquíticos” (16) con “rostros mohínos, lívidos” (25) y a los niños con sus “barrigas hinchadas” (25). Más aun, el entorno también contribuye a este cuadro tétrico y mísero en la Isla Nena cuando Soto, a través del narrador nos describe un domingo en Vieques como uno “esmirriado -largo, flaco de entretenimiento, lívido-, alimentado con las sobras de aquella resolana. El calor era asfixiante”. (39) Sin embargo, la crítica más fuerte que hace Pedro Juan Soto en Usmaíl es sobre el coloniaje. Samir Amin, en la introducción del libro de Franz Fanon, Piel negra, máscaras blancas, en el epígrafe “Colonialismo externo y colonialismo interno” define colonialismo como: “una forma particular de expansión de determinadas formaciones centrales (calificadas por este hecho de potencias imperialistas) fundada sobre la sumisión de los países conquistados (las colonias) al poder político de las metrópolis”. (Amin, 7) En este caso, explica Amin que la colonización es “exterior” porque tanto las metrópolis y las colonias son entidades distintas, aunque las segundas estén bajo el dominio político de las primeras. Más adelante, en el mismo epígrafe, Samir Amin añade que la colonización es exterior desde el punto de vista de la metrópolis porque son naciones más industrializadas y modernas. No obstante, estos avances nunca beneficiaron a las colonias. En Usmaíl, Pedro Juan Soto señala a la nación norteamericana como la responsable de la situación en que se encuentra la isla municipio. Uno de los aspectos que más critica es las ayudas federales, pues la burocracia y las promesas eran mayores que las propias ayudas; estas llegaban tarde y cuando llegaban rayaban en lo ridículo:
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Todo se volvía papeleo y promesas, aunque alguna que otra vez cierto funcionario se hubiera encontrado en medio de un sembrado sobre el cual el sol tirara piedras calientes y hubiera resuelto que una cisterna era necesaria para darle colorido al paisaje. (92) Esos programas no tenían como objetivo rehabilitar socialmente a los habitantes de Vieques, pues solo se ocupaban de proveerles alimentos para que continuaran viviendo del sistema, pero no generaban empleos. Por otro lado, los alimentos que se distribuían a la población no correspondían a la realidad cultural del pueblo. La ignorancia y desfachatez del gobierno principal proveedor del mantengo se hace visible en la novela con el incidente de la avena Quaker, cuando Chefa le lleva a Nana Luisa la lata que le dio la P.R.E.R.A para ver si ella sabía para qué se usaba. Nana Luisa apenas sabía leer y las palabras “Quaker Oats no significaba nada para ella” (34). Dada la ignorancia para su uso Nana Luisa decide usarla como incienso “cada vez que, de ahora en adelante, llegara a ella un ser necesitado de un despojo o una santiguada” (36). Esta misma crítica aparece en otro incidente cuando varios vecinos comentan que una persona encontró un dedo en una lata de salchichas de la P.R.E.R.A: “¡Por mi madre, un deo to aguachoso y blandito! Él mismo me lo enseñó…la lata decía sal-chi-chas… En inglés, claro” (53). A medida que transcurre la novela, podemos ver que la dependencia hacia el mantengo crece en la población y Usmaíl se lamenta de esta situación pues ve que la gente se alimenta cada vez más de estos productos enlatados de la P.R.E.R.A. Otra crítica que hace el autor, producto del coloniaje, es la ineptitud de los partidos políticos locales en lograr mejoras para el pueblo. En primera instancia, el gobierno estadounidense le presta poca importancia a los problemas insulares: “…sabía que la alharaca de los partidos insulares influía bien poco en la alta jerarquía gubernamental” (57). Y, en segundo lugar, ningún líder
político de renombre como Albizu, Barceló o Iglesias abogaban por el bienestar de los viequenses (57). Por otro lado, a través del personaje de Mr. Adams vemos reflejado la imagen que tienen los norteamericanos de los puertorriqueños. Mr. Adams es el encargado del programa de la P.R.E.R.A en Vieques y amante de Chefa. Este personaje se convierte en símbolo de la cultura norteamericana y a la misma vez una víctima de ella. Para Mr. Adams los puertorriqueños “eran escoria, gusanejos, inmundicia a la que jamás se le debió otorgar la ciudadanía americana” (17). El narrador de la obra nos permite conocer los más íntimos pensamientos de Mr. Adams dejando al desnudo su desprecio y resentimiento por los puertorriqueños. Luego, vemos como busca desquitarse por todo ese rencor que siente hacia los puertorriqueños teniendo relaciones sexuales con Chefa como señal de superioridad. Al saber que ella queda embarazada, decide huir de Vieques dejando desamparada a la negra con su mulatito. Mr. Adams también es víctima de su propia cultura pues a pesar de sus títulos universitarios fue enviado a ese rincón llamado Vieques y todas sus peticiones al gobierno norteamericano de traslado eran negadas. En la obra, Pedro Juan Soto también nos hace un planteamiento en cuanto al problema racial. Al comienzo de la novela se da una relación interracial entre Mr. Adams y Chefa, de la cual nace Usmaíl producto de la unión de razas. Este personaje es descrito una sola vez en toda la novela, cuando era niño: “El muchachito de pelo de serrín y narices demasiado chatas y labios demasiado gruesos para la blancura de su piel…” (95). El hecho de que su piel sea blanca hace que Usmaíl no se perciba como una persona negra. A medida que va avanzando la obra, Usmaíl cambia radicalmente acerca de la percepción que tiene de sí mismo. En un principio, todo lo norteamericano y blanco le parecía admirable y bueno. Ya casi al final de la novela notamos un cambio en cuanto a esa idea cuando él mismo se autodenomina negro y blanco y le da asco acostarse con su mujer blanca, Cisa. En la parte final de la obra vemos a un Usmaíl autodenominándose como Negro. Dice que se llama Negro y no Usmaíl una vez que es arrestado por matar
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a un soldado norteamericano en el Viejo San Juan. Por otra parte, el nombre de Usmaíl es presentado en la obra como símbolo de la colonia, por eso es que el muchacho lo veía como una maldición y quería ir donde un juez a cambiárselo: “Naturalmente, todo era producto de su maldito nombre, que no se lo había dado ningún brujo sino su propia caprichosa madre… Le diría al juez o al notario o a quien tuviera que ver con eso: “Yo me vua llamar Celedonio” (265). A pesar de toda la violencia que Usmaíl ha vivido, encuentra que, con la muerte del Marino, símbolo de la muerte de su madre y de su padre y del asesinato de Guimbo, ha ganado un poco de paz. Por otro lado, consiguió determinar su procedencia racial, crecer y hacerse más hombre sintiéndose que por fin hace algo por la patria. A lo largo de este análisis hemos visto como Pedro Juan Soto condena a la nación norteamericana por todos los males sociales que padece la sociedad puertorriqueña. Las ayudas federales antes mencionadas no resuelven la crisis social y económica por la cual atraviesa la isla propiciando, más bien el mantengo, situación que prevalece todavía hoy día en la isla; el mismo perro, pero con otro collar. Los líderes de los partidos políticos locales se ven imposibilitados en arreglar estos males, dada la poca importancia que el gobierno norteamericano le da a la isla, pero son quienes en realidad la gobiernan; coloniaje puro y duro que aún prevalece en nuestra isla. Pedro Juan Soto también plantea el complejo de inferioridad del puertorriqueño que piensa que todo lo que proviene de Estados Unidos es mejor, visto esto a través del personaje de Usmaíl en casi toda la novela hasta la parte final. Otro problema que presenta Soto en Usmaíl es la relación matriarcal que ha tenido Puerto Rico durante toda su existencia desde la llegada de los españoles hasta que pasó a manos de la nación norteamericana. Solo cuando la isla corte el cordón umbilical de una vez y por todas podrá comportarse como un adulto y tomar las riendas de su vida. La novela Usmaíl presenta a una nación puertorriqueña que sufre y se encuentra en un laberinto sin salida por no poder afrontar sus males y salir de ellos. El desempleo, la falta de interés del gobierno norteam-
ericano en solucionar el problema del estatus político, las ayudas federales que continúan perpetuando el famoso “mantengo”, la ineficacia de los partidos políticos locales en mejorar la situación del país son temas en esta obra que siguen vigentes en el Puerto Rico de hoy. Las preguntas ¿quiénes somos? y ¿hacia dónde vamos? aun no tienen respuestas, lo cual deja a la isla en ese limbo, en ese mundo errante llamado “colonia”, mejor conocido como “territorio no incorporado”. Todos estos escritores puertorriqueños que pertenecen a la generación del 45 o de la Literatura de la postguerra dieron visos de lo que sería Puerto Rico si no se rompía con el colonialismo disfrazado de Estado Libre Asociado. Una y otra vez el gobierno norteamericano nos recuerda de una forma u otra que hemos sido, somos y seremos una colonia si el pueblo no decide cortar con esa relación dependiente que le ha tenido amarrado por más de 500 años. El caso Sánchez Valle, la Ley Promesa, las pocas ayudas federales recibidas por los huracanes Irma y María y los sismos sufridos en el área sur de la isla son solo algunos ejemplos de que el pueblo puertorriqueño no es más que un ciudadano de segunda categoría ante la nación norteamericana. Al igual que Usmaíl, al final de la novela nos encontramos en un hueco negro y solos. Bibliografía Fanon, Franz. Piel negra, máscaras blancas. Ediciones Akal, S.A., 2009. Feiman, Gloria. “El tema de Puerto Rico en Abelardo Díaz Alfaro, René Marqués y Pedro Juan Soto”. Revista del Instituto de Cultura Puertorriqueña, no. 69, 1975, pp. 16-23. Soto, Pedro J. Usmaíl. Editorial Cultural, 1959. Umpierre, Luz M. “Corrientes Ideológicas en el “Usmaíl” de Pedro Juan Soto”. Revista Bilingüe, vol. 8, no. 1, 1981, pp.62-74.
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LETRAS
La amiga de todos Por: Judy Ann Seda Carrero
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Siempre fui la amiga de todos, la novia de nadie. Era gorda, usaba espejuelos desde quinto grado, tenía las piernas marcadas porque me las rascaba compulsivamente; yo era como un imbunche, un to’junto con uniforme escolar. Mi mamá y mis tías se desvivían para que me viera un poquito mejor: me pusieron a dieta varias veces, tuve bracers, me llevaban al beauty, me vestían de las tiendas más caras para que fuera “mona” a los parties; en fin, hacían lo posible para que luciera menos fea. La dinámica escolar era interesante para mí. Aunque era fea, todos querían ser mis amigos. Mientras pasaba por los pasillos de la escuela superior, todos me saludaban cantándome la canción del cerdo Porky. Otros me gritaban como en los anuncios de la jamonilla Tulip. Yo los saludaba también. Hablaba con todos, particularmente con los de mi salón hogar. Tenía un amigo muy cercano al que le prestaba mis libretas porque se dormía en las clases, se llamaba Miguel. La mamá de Miguel, que se vanagloriaba de tener un hijo rubio, hermoso y muy responsable, les decía a todas las personas que su nene tenía una amiguita en la escuela que era su secretaria, pues le resolvía todo. De hecho, no olvido que para la Semana de las Secretarias, Miguel me llevaba un regalo a la escuela. Ciertamente, yo era la secretaria de Miguel, quien era mi amigo y me quería mucho, aunque sé que siempre se burló de mi gordura. Ahora que ya somos adultos, Miguel se hizo doctor y vive en los Estados Unidos. Me dio alegría encontrarlo por Facebook y conseguir la dirección de su oficina médica. Hace cinco años, pedí una semana de vacaciones en mi trabajo y decidí ir a visitarlo. Miguel vivía en California con su familia, así que viajé hasta allá para darle la sorpresa. Habían pasado 30 años desde la última vez que nos vimos. Recuerdo que fue durante unas vacaciones en las que vino de visita. Yo lo saludé muy contenta, y él apenas me dirigió la palabra, quizás no se acordaba de mí. Quería que nuestro encuentro fuera especial. Luego de llegar a California y descansar en el hotel, busqué la ferretería más cercana y compré algunas cosas que necesitaba para nuestro encuentro. Lamentablemente, no nos llegamos a ver. Su oficina se incendió justo antes de que Miguel saliera, así que murió. Es una pena que no me pude despedir de él. Como había dicho, yo era feíta. En mi escuela hacían disco parties y mi mamá insistía en que asistiera. Bueno, me compraba ropa y me mandaba en taxi para el party. Yo me entretenía mucho en esas fiestas. Mientras los demás bailaban, agarraba una bolsa de basura y empezaba a recoger latas de refresco y colillas de cigarrillo de los pasillos de la escuela. En una ocasión, en décimo grado, otro de mis amigos estaba besándose con una muchacha y los interrumpí al pasar con la bolsa llena de latas. Me disculpé y él se rio de lo que yo hacía. Me puso el
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pie, tropecé y rodé por las escaleras. Gracias a Dios, solo fue un machucón en la espinilla que no pasó a mayores. Ese fue Jorge, a quien me lo encontré hace poco en Plaza las Américas, me saludó y hablamos unos 15 minutos. Me dijo que si quería, nos podíamos encontrar para desayunar y recordar viejos tiempos. Yo, muy entusiasmada, le dije que podía ser el próximo fin de semana. En eso quedamos. El sábado nos encontramos a las 9 de la mañana en The Coffee Place, The Happy Place, un lugar que Jorge nunca había visitado. Mientras desayunábamos, nos reímos mucho recordando episodios graciosos de la escuela: cuando me metieron un sapo en el locker, cuando me robaron varias veces el libro de geometría y cuando se escondían de mí durante la hora de almuerzo. De momento, Jorge tuvo que ir al baño y aproveché para sazonarle mejor su café. Pasé un rato divino a su lado. Nos despedimos con el compromiso de encontrarnos, al menos, una vez al mes. Triste fue leer en el periódico del lunes que a Jorge lo encontraron muerto en su apartamento el domingo en la tarde. Aparentemente, le dio un ataque al corazón. Realmente, no me gustaban las fiestas; pero mi mamá se empeñaba en que asistiera a todas para ver si así me conseguía un novio. Mi mamá hubiera querido que yo me casara con alguno de mis amigos, pero eso nunca sucedió. Ella aspiraba a escalar socialmente, a que yo tuviera una mejor vida por medio de tener un marido con dinero; pero ninguno de mis amigos se fijó en mí. En una ocasión, en el décimo grado, hubo una fiesta de disfraces. Mi mamá quería que me disfrazara de gitana, pero yo insistí en ser una calabaza, por aquello de ocultar mejor mi cuerpo amorfo. Así, como una calabaza/imbunche enorme, fui a la fiesta. Cuando llegué al party, tuve que ir al baño; el del primer piso de la casa estaba ocupado. Pregunté dónde había otro baño y me dijeron que en el segundo piso. Recuerdo que Ricardo me mostró donde estaba ubicado. Estuve encerrada en el baño unas dos horas. El año pasado, coincidí con Ricardo en una oficina médica. Se alegró mucho de verme; y yo, también. Así que decidimos encontrarnos otro día para dar una caminata. Nos encontramos en el Faro de Cabo Rojo. Bajo el sol intenso de la mañana, Ricardo y yo caminamos unas dos horas. Hablamos mucho, nos reímos mucho; sin embargo, Ricardo resbaló y se cayó por uno de los precipicios cercanos al faro. Le dije que no se acercara tanto al borde, que se podía caer, pero él insistió en tomarse fotos al borde del abismo. Entonces, como yo era la única persona que estaba con él en ese momento, tuve la desagradable oportunidad de informar a la familia sobre el terrible accidente.
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De todos mis amigos, el más especial era Martín. A ese lo amé en silencio todos los años de escuela. Martín siempre me llevaba a mi casa porque mi mamá no guiaba. Yo lo veneraba, hacía todo lo que él quería, era su paño de lágrimas cuando terminaba con alguna novia. Tuvo varias rupturas amorosas y yo siempre fui su refugio nocturno de largas conversaciones por teléfono durante horas. Martín nunca supo que yo lo amaba. Yo sabía muy bien que él no me quería como yo lo quería. Primero, era fea; segundo, yo estaba becada en una escuela en la cual la gran mayoría de la gente tenía dinero. Las novias de Martín eran lindas y adineradas. Yo no podía competir con ninguna de ellas, así que me conformé con ser su amiga. Cuando nos graduamos, sabía que la vida nos llevaría por caminos distintos. Yo me quedé a estudiar en la IUPI y Martín estudió en una universidad norteamericana. Aunque nos veíamos durante las vacaciones, no compartíamos como antes porque venía acompañado de la novia de turno. Si coincidíamos en algún momento con la de turno, siempre le decía: “Mira, Fulanita, esta es mi gran amiga Julita. Estudiamos juntos en la escuela. Yo siempre le daba pon porque en su casa no había carro. Además, mi mamá le compraba los uniformes de la escuela para ayudarla”. Los papás de Martín me querían mucho, yo era como una sobrina para ellos. Pasó el tiempo y hace cinco años Martín regresó a Puerto Rico. Coincidimos en uno de esos reencuentros de la clase graduanda a los que mi mamá aún me obliga a asistir, a pesar de que ya soy adulta. En esos reencuentros, los amigos siempre me reciben con mucho cariño. Martín me contó que se divorció por tercera vez y que se había mudado para acá buscando paz. En ese momento vivía alquilado y me pidió que lo acompañara a ver unas casas para comprar una en un futuro cercano. Yo disimulé mi nerviosismo y le dije que sí. Cuando me fue a buscar a mi casa, le pedí que entrara para mostrársela y hablarle un poco de mi vecindario. Le ofrecí café y galletas, y conversamos un rato. Luego dimos un recorrido por la casa. Me compré una casa porque siempre viví en espacios reducidos con mi mamá. Así que cuando tuve oportunidad, compré una propiedad grande en la que habitamos mis gatos y yo. De hecho, a Martín le gustó tanto el sótano de la casa, que se quedó a vivir allí encadenado. Así que, vivo felizmente con Martín desde hace tres años. Aún me falta encontrar algunos amigos que sé que me quisieron mucho. Espero ansiosamente esos encuentros.
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LETRAS
Crónica: diario de una mariposa Por: Laura Veloza, “Velocita”
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ARTE
MANipulations (series III) Por: Anto Gamunev
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LETRAS
Dos soldados enamorados y el mar Por: Daniel Torres
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… O that our night of woe might have remember’d My deepest sense, how hard true sorrow hits, And soon to you, as you to me, then tender’d The humble salve which wounded bosoms fits! But that your trespass now becomes a fee; Mine ransoms yours, and yours must ransom me. … Ojalá que lo triste de esa noche Y lo que a ti y a mí nos ha dolido Nos haga hoy ofrecer, y en gran derroche, La cordura que sana al pecho herido. Tu delito se convierte en rescate; Con él pagas el mío. Es un empate. Final del Soneto CXX de William Shakespeare Érase La Ciudadela de San Juan, allá por la mitad de los años del sueño interminable de la primera Colonia. Una pareja de soldados criollos, Tobías y Jesús María, habitaban en una derruida casucha, frente al mar y a extramuros, en las inmediaciones de los restos del Fortín La Perla. Esta área fue matadero, caserío de esclavos y personas sin casa, sirvientes de diversos colores, así como cementerios, separado todo del centro de la comunidad de la ciudadela fuera de las murallas. Es ese margen geográfico adonde fueron llegando a la ciudad capital campesinos y obreros. No lejos de los dos dormitorios, con cocina, letrina, salón pequeño y balcón destartalado, había una fonda abierta a la playa, con un pequeño balcón y vistas inmejorables al Atlántico contrastando con la miseria de las inmediaciones. Este comedero, frecuentado por la soldadesca cosmopolita de la ciudadela, contaba con varios ambientes internos, una barra rústica y desvencijada, decorado marino, y “camareras” que aún se vestían con los trapos que conseguían más abajo por el puerto, hasta con pañuelos de trabajadoras de ingenios y telas blancas que disimulaban sus cuerpos indiscutiblemente masculinos. No eran profesionales de la hostelería, pero casi todas eran, por la época, lo que los peninsulares daban en llamar pardas y mulatas, legado viviente de la mezcla entre razas que todo el Mar Caribe emanaba en el reguero del género que se confunde con todos los otros géneros de mujeres hombres u hombres mujeres, trans, vestidas o desnudos.
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Por aquel entonces seguía el flamante despotismo ilustrado español sus pasos, eran los años antes o después de la invasión napoleónica a la península, da igual. A los restos del Fortín de La Perla los envolvían un aire de misterio que la pareja de hombres ya mencionada observaba durante sus paseos, matutinos o nocturnos, por el malecón del variopinto barrio fuera de la muralla, o en los túneles que iban del Castillo San Felipe del Morro al Fuerte San Cristóbal con su Garita del Diablo, de la cual en noches sin luna desaparecían los centinelas “tragados por endriagos” que subían de la mar como bestias hambrientas de carne joven y jugosa. Nada de lujosos coches tirados de caballos, calesas, aparcaban frente a la muralla y descargaban preciosos machos catrines, venidos a menos, vestidos de ciudad, empinados en sus bastones, engarzados al brazo de algún mafioso local, pirata retirado u “hombre de negocios” turbiamente sospechosos. Ni qué decir hay que ellos les doblaban la edad. A los soldados enamorados Tobías y Jesús María les intrigaba el sitio, sus tenues luces al anochecer, el bullicio de risas acompañado por el tintineo de tarros de cerveza al mediodía recio del Trópico que quema como un carbón encendido. Hasta que un día esos dos mancebos robustos decidieron, sin saber a ciencia cierta por qué, adentrarse en el interior del océano Atlántico a vivir o a morir 74 / REVISTA CRUCE: CRÍTICA SOCIO-CULTURAL CONTEMPORÁNEA
su verdad y caminaron como dioses extraviados al son de una extraña, pero ligeramente familiar, música cantada en una curiosa mezcla papiamentosa de idiomas lucumíes, en mescolanza con los propios sones del puerto, que paralizaban toda La Ciudadela de San Juan, en tambores de úes profundas: en francés, holandés, inglés, español, francés, portugués, y hasta en gallego: “¿Qué horas son mi corazón?” palpitaba el estribillo. Fue allí donde en el vaivén de las olas, del mismo color que tendrían algún día los adoquines de la ciudad amurallada, descubrieron el paso en falso, la caída hacia las profundidades marinas, tras las piedras secas del arrecife que una vez cubrió toda esa zona y, al fin, se hundieron despacito, poco a poco, de repente y sin prisas, en el furioso oleaje casi casi tomados de la mano y mirándose a los ojos hasta desaparecer por completo entre toda la espuma que salpicaba las rocas de la costa. Lo que quedó del Fortín de La Perla adquiere también protagonismo en esta historia porque fue el fuerte donde se recogían sobras de comida cada noche. Su barrio extramuros refleja sin pestañear la otra cara del bullicio de La Ciudadela de San Juan: la de los sin techo y su implacable lucha por sobrevivir. Se codean sin verse, los que duermen en la calle de arriba hacia el Fuerte San Cristóbal o el Castillo de San Felipe del Morro, en la otra punta del islote, al otro lado de la orilla del Fortín Santa Bárbara, que terminaría siendo un leprocomio, y los que habitan las más altas esferas de una sociedad de soldados en una Capitanía General a los que se le ha olvidado lo que es la compasión por los prójimos, no saben de aquellos dos soldados enamorados y el mar que se perdieron en el salitre desperdigado de una ola que rocía la muralla perennemente hasta el sol de hoy... De repente, se oyeron dos voces marinas concertadas en el viento de las olas, como en sordina, que repetían, con una llovizna leve que caía imperceptible entre el salitre, lo siguiente, como palabras de un Poeta: “Y ojalá que lo triste de esa noche, y lo que a ti y a mí nos ha dolido, nos haga ahora ofrecer, y en gran derroche, la cordura que sana al pecho herido porque tu delito se convierte en rescate, con él pagas el mío y es empate en el fondo del mar. Fue que un día me heriste, ya lo sabes, y el dolor lo recuerdo por entero porque confieso el sufrimiento que sentí en el centro mismo del pecho. No estoy hecho de piedra ni de acero y si a mi vez te causé pena, ésta fue del tamaño de la mía. Mucho que habrás sufrido porque la condena de amor se cumple sin papel, sin policía, como lo triste de esa noche en que tú qué sabes”. Y dicen que hay un punto en esa zona en el que todavía se puede escuchar estos restos de un poema en el viento, a la hora del atardecer, cuando el mar se reviste de naranjas hasta hacerse sombras frente a la muralla. JUN 2021: Solsticios / 75
LETRAS
El muñeco de brea: hablando
del silencio en la colonia. Cuarta parte Por: Julia Cristina Ortíz Lugo
“The control of knowledge through silence is the act of saying nothing to prevent knowledge from passing to any other person” (Victoria Ellen Smith, “Secrets of West African Slave Ancestry: Fante Strategies of Silence and the Didactic Narrative in Ghanaian Literature”).
Primera parte - 18 de enero de 2019 Segunda parte - 10 de mayo de 2019 Tercera parte - 26 de diciembre 2019
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“The control of knowledge through silence is the act of saying nothing to prevent knowledge from passing to any other person” (Victoria Ellen Smith, “Secrets of West African Slave Ancestry: Fante Strategies of Silence and the Didactic Narrative in Ghanaian Literature”).
…si ha firmado esta carta [Aníbal Acevedo Vilá] y la envía a un Washington en el que nadie los escucha porque como he dicho tantas veces la tragedia del pueblo puertorriqueño por 122 años, vamos pa 123, es que cuando se manda una carta a Washington nadie la contesta, no hay un acuse de recibo, si se llama por teléfono, se deja mensaje y nadie hace nada con él y eso es para estadistas y para populares. Este pueblo no ha sabido a través de sus líderes poder tener poder nunca ha llegado a la interlocución con Washington, nunca. Eduardo Lalo1(transcripción literal). Una vez más un cuento folclórico confirma que las narraciones comunican las visiones de mundo de la cultura (Cutanda 19) en la que se desarrollan y transmiten. Por eso ante un cuento que ha vivido tantas polémicas como es “El muñeco de brea”2 y que hoy día podríamos querer dejarlo silenciado, me niego, precisamente por lo que su propio texto nos comunica. Hay múltiples maneras de enfrentarse al ninguneo, al ostracismo del silencio y al silencio que oprime. Sea la forma que se elija o aun si se opta por la resignación o la culpa, vale la pena tratar de entender el escándalo del silencio. Como parte de nuestras colecciones de narraciones folclóricas tenemos la presencia de un cuento que es internacional3 y antiguo. El llamado cuento del muñeco de brea ha provocado, a lo largo de la historia, muchas disquisiciones y polémicas por su origen y desarrollo. De igual manera, ha provocado el acercamiento por las sugerencias de sus significados. Hace tiempo debimos haber hablado sobre nuestras versiones. En Puerto Rico contamos con 12 versiones accesibles de este cuento. John Alden Mason incluyó en las colecciones que publicó en el Journal of American Folklore 10 versiones; y Aixa Pérez Sotomayor y yo grabamos dos de boca de Aurora Texidor, una narradora oral de Guayama. La estructura de la anécdota que sobrevivió en nuestras versiones es: un hombre o animal tiene una huerta, que en ocasiones es una idea o proyecto común entre dos amigos. Uno solo de los amigos la trabaja y la cuida, mientras el otro, a escondidas se roba los productos. Para lograr encontrar al que hurta, el amigo que la trabaja construye una figura de algún material pegajoso y cuando el ladrón viene, intenta que el muñeco le hable, como el muñeco no le habla4 se inicia la discusión o más bien el “monólogo dramático,” según lo denomina el investigador Aurelio M. Espinosa, que generalmente llega a los golpes, con el resultado de que el intruso se queda pegado por diferentes lados de su cuerpo según se va complicando la lucha. Se suele pegar desde por una parte hasta por 4 o 5, exactamente por sus extremidades. El final comprende una falsa súplica por parte del amigo que hurta y una escapatoria lograda por el engaño de la súplica o simplemente un golpe de agilidad o suerte que le permite escaparse.5 A este cuento y sus versiones les he dedicado tres artículos anteriores. “El muñeco de brea. Versiones puertorriqueñas,” que mayormente se dedica a trazar la genealogía de las versiones puertorriqueñas usando los estudios que hay sobre ese cuento en la investigación internacional. “Negro, mudo e incomprensible. El muñeco de brea. Segunda parte,” en él abordo, a partir, de los planteamientos de Brian Wagner, los asuntos relacionados con el comportamiento del pícaro en su relación con el muñeco, las tretas, la presencia de la violencia, así como las manifestaciones culturales puertorriqueñas que se pueden significar. En el tercer artículo, “De brea, de dulce
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o de PAN. Lectura de un cuento folclórico en tiempos de la Junta,” me acerco a enfocar este cuento como una metáfora de la experiencia esclavizante y colonial. En la medida en que fui trabajando diversos aspectos de ese rico cuento, ayudándome mayormente del estudio de Brian Wagner, así como de las aportaciones que se han hecho sobre la novela de Toni Morrison Tar Baby y de apreciaciones de Henry Louis Gates y Maria Tatar, fueron abriéndose nuevas interrogantes y nuevas posibilidades. Fue lo que me llevó a fijarme particularmente en toda la significación que surge de la oposición silencio/discurso que se da entre ambos personajes porque es inevitable asumir la carga política que surge del silencio del muñeco y de la capacidad para gritar e increpar que se le adjudica a Araña/Conejo. Es por eso que para terminar mi conversación con este increíble cuento me he planteado centrarme un rato breve en el episodio del silencio del muñeco. Parto de la premisa, que ya he trabajado antes, de que ese muñeco negro sirve de intermediario al que se proclama como “dueño” de la finca o de la siembra. Sabemos que en todas las versiones en que sale, ese muñeco cumple la función de vigilar, amedrentar y hasta exacerbar al supuesto “ladrón.” Claro, les invito a leer los artículos que ya he mencionado donde puede verse que la literatura sobre este cuento pone en duda que Araña o Conejo sean ladrones, sino que se les mira como quienes se enfrentan con un nuevo orden, el de la propiedad privada que les priva (redundancia necesaria) del acceso libre a la tierra, una tierra que antes era de todos y ahora es de quien se apropia de ella. Me permito citarme: Lejos de pensar en un comportamiento antisocial, a partir de Wagner tenemos la opción de ver el comportamiento de Araña y Conejo como el de alguien que no ve las bondades de las divisiones que trajo consigo el estricto régimen que alienó no solo la tierra, sino la convivencia común. Para una sociedad esclavizada, trabajar la tierra de otro no es garantía de nada porque “legally, the food belongs to the ‘master,’ but morally, the enslaved have a right to it, too. ‘The briar patch,’[el lugar a donde se escapa Conejo, en algunas versiones internacionales, luego de zafarse del muñeco de brea] says Wagner, “is a symbol of the commons, the unenclosed, unowned land that provides refuge and resources that sustain the life of the community.” (Martyris)(Ortiz-Lugo, “De brea…”10) A partir de ese entendido, trabajemos algunas posibles lecturas de la dinámica del silencio en el cuento. Recordemos que en todas las instancias donde aparece el muñeco, menos en una, no habla ni a pesar de las increpaciones por parte de Araña o Conejo. En primer lugar, recordemos que, como público o lector, sabemos desde siempre que el muñeco no habla por su condición de muñeco, pero que es la estrategia o arma que eligió aquel que quiere averiguar lo que está pasando con la siembra. De igual manera, pensemos en que el supuesto “ladrón” no sabe que es un muñeco y que lo entiende como un ser real. Usemos la imaginación (un relato oral parte de la imaginación como recurso fundacional y fenomenal) para explicarnos por qué se usa esa tecnología. Sin duda, la primera explicación es que se usa como cepo, como trampa. Su única finalidad es engañar y atrapar. Si el muñeco está embarrado de brea o de dulce, quien lo colocó sabe perfectamente que para que su estrategia funcione, el vigilado tiene que acercarse y establecer algún tipo de comunicación o contacto. Si a ese contacto o comunicación, la respuesta es el silencio no sería entonces irrazonable esbozar la hipótesis de que el silencio es un arma que se utilizó a propósito. Un muñeco que de antemano se sabe que no habla, se convierte en una herramienta. Un uso político de la retórica del silencio es que no es “just an absence of speech, but a rhetorical tool in its own right “(Anderson 2). En otras palabras, cuando nos acercamos al silencio en este cuento nos damos cuenta de que es una estrategia y que es precisamente cuando el personaje Araña/Conejo lo reconoce, que se desata toda la complicación de la trama. El “dueño” de la
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siembra entiende que su manera de solucionar el litigio es usando los servicios y la presencia de un muñeco negro y silencioso. Para contextualizar lo que esta estrategia significa veamos lo que Kipling D. Williams señala sobre el acto de ostracizar6 a alguien: “Few events in life are more painful than feelings that others, especially those whom we admire or care about, want nothing to do with us. There may be no better way to communicate this impression than for others to treat you as though you are invisible – like you don´t exist” (1). Anderson (6) explica que el silencio estratégico nace cuando se genera una expectativa de comunicación y a cambio se otorga el silencio. Es ni más ni menos lo que ocurre cuando se usa un muñeco con apariencia de humano, cuya imagen se sabe que Araña/Conejo reconocerán como tal y que naturalmente genera la expectativa de que, si se le acercan, podría hablar. Pero no lo hace. Es entonces cuando se sabe que el silencio es más que la ausencia de palabras y es cuando la acción y la narración nos dicen tanto al personaje como al público que hay que encontrar un sentido a ese silencio. Porque el silencio así ejecutado es una demostración de poder. “Ostracism, because is characterized by silence is inextricably tied to the absence of explanations – strengthening its power over its targets” (23). A esto debe añadirse que, como agravante, el hecho de que Araña/Conejo no espere ni advierta de antemano que va a enfrentarse a ese comportamiento le impide imaginar a qué obedece el silencio del muñeco. Quienes se enfrentan a estas experiencias permanecen en desconcierto “wandering why it is happening to them” (Williams 21). El personaje lo entiende como una ofensa que no cabe dentro de su imaginario cultural, recordemos que el talante del muñeco, Araña/Conejo lo interpretan, en ruta ascendente, pasando de incomprensible a desconsiderada y amenazante (Wagner 85). Repaso rápidamente: …resulta pertinente mencionar que Wagner, en su análisis, le da extremada importancia al hecho de que en el episodio/encuentro del protagonista con el muñeco de brea lo que provoca la reacción agresiva del protagonista es el hecho de que el muñeco no le habla, no lo saluda y no le responde su saludo. In most versions on record, however, the rabbit’s approach to the tar baby is unmotivated. Meeting the tar baby for the first time, the rabbit approaches the figure with all of the energy, generosity, and goodwill that he withheld from his neighbors during the story’s opening sequence […] Whatever differences may exist between them, the rabbit assumes that these differences can be bridged by staying true to the established norms that are supposed to govern relationships between individuals even under uncertain circumstances […] the violence between the rabbit and the tar baby is not an inevitable fact of existence but instead the result of a breakdown in an established etiquette that otherwise serves as a reliable basis for civil interaction. (81- 82) (Ortiz, “Negro, mudo…” 11). Y recuerdo cómo se da la dinámica en las diferentes versiones puertorriqueñas: Suéltame […] y al no tener contestación, llega y saca la mano derecha y le da y se quedó pegado (1. “El conejo y el tigre,” p. 315). ―Buenas noches, señorita; señorita, buenas noches. Y le dijo ―Señorita, usted no me quiere hablar. Buenas noches, señora; pues ya que usted no me quiere hablar, deme un pedacito de queso. Como nadie le habló, le dio una bofetada… (2. “El conejo, el tigre y el perro,” p. 317).
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www.youtube.com/watch?v=m1UlMxOaMoA
Primera parte
Segunda parte
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Tercera parte
Y el negrito callado […] Y él callado, y le dijo- A que te doy una bofetada (3. “Cuento de un tigre y un conejo,” p. 319). … y viendo que no le conversaba, le dio coraje y le desafió a pelear y viendo que tampoco le hablaba, brincó y le dio una bofetada … (5. “El tigre y el conejo,” p. 322). ―Buenos días. Y la estatua no se los contestó, y le dijo: ―¡A que te doy una bofetada!” (13. “El conejo y el tigre,” p. 330). Entonces el conejito vino y vio al muñeco y se creía que era un hombre que estaba jugando solo. Entonces el conejito le dijo ―¡Oh!, amigo, ¿usted jugando solo? ¿quiere que yo juegue con usted? Amigo, deme para fumar de su cigarro ―pero el muñeco no le decía nada. Entonces el conejito le dio con una pata… (15. “La mujer y el conejo,” p. 332). El muñeco no le contestó y el conejo le dijo […] El muñeco tampoco le contestó. - Compay, usted está medio serio conmigo, mire que yo doy unos puños que no hay quien los resista… (17. “El conejo,” p. 333). Cuando Juan Bobo llegó a la hortaliza y vio aquel muñeco se le acercó y en vista de que no le contestaba, le dio una bofetada en la cara al muñeco… (21. “Cuentos picarescos.” The Journal of American Folklore, Vol. 34, No. 132 [Apr. - Jun., 1921 “El muñeco de brea” 165]). Contamos con dos versiones en cuyo texto la relación con el muñeco presenta dos diferencias: [El conejo] encontró un negro en la puerta y le dijo: - Quítate de ahí o te doy un bofetón. Y como no se quitaba, le dio el bofetón. (21. “El conejo y el tigre,” p. 336) Y finalmente, la versión de Dña. Aurora Texidor: “Cuando tú no quieres hablar es porque tú quieres que yo coma dulces” (Ortiz 55). La exasperación de Araña/ Conejo tiene su explicación en lo que Williams James describe: “If no one turned round when we entered, answered when we spoke, or minded what we did, but if every person ´cut us dead´ and acted as if we were unexisting things, a kind of rage and impotent despair would ere long well up in us” (citado en Williams 2). Más claro aún: “Gottman categorizes silence as withdrawal, notes its importance in triggering violence, and sees it as symptomatic of deteriorating relationships” (citado en Williams 15). En contraste con la perplejidad del personaje, el público sí sabe que es parte de una trampa mortal que se le ha tendido al personaje para atraparlo en su propia red. Y también sabe que es, desde el principio, una reacción que conlleva desprecio, la hostilidad de quien tiene como objetivo atrapar un “delincuente.” “The existing research demonstrates that ostracism is an aversive interpersonal behavior to the targets of ostracism” (Williams 11). De acuerdo con Anderson, existe otra posibilidad para utilizar el silencio en conflictos políticos y personales: quitarle legitimidad al asunto (Anderson 8). Esta dinámica se utiliza precisamente cuando el asunto es importante, pero desde el poder el distanciamiento es una herramienta. Es obvio que, para el perseguidor, en el cuento, es importante, esencial, atrapar al “causante” de sus “pérdidas.” Por eso, el silencio del muñeco se usa para sonar a no me importa lo que pienses, no me importa lo que sientas, aquí solo importo yo y mi “problema.”7 También para
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sugerir que Araña solo tendrá un encuentro casual y sin consecuencias con el muñeco en la siembra. Naturalmente, sí hay consecuencias para Araña/Conejo y eventualmente para el supuesto dueño. No hay que olvidar que según Anderson (27) el silencio, usado como estrategia, también construye una narrativa. En el caso del cuento, la narrativa que el silencio construye desde la posición de quien se ha erigido como dueño, en cierta medida podría verse como un espejo: Araña es un “otro,” que se apodera de los recursos que no son suyos, un “otro” que es violento. Pero… ¿acaso termina funcionando como una proyección? ¿Acaso una lectura resistente no puede hacernos entender que el supuesto dueño ejercita la violencia desde el silencio y según las lecturas de Brian Wagner, es también quien se ha apropiado de una tierra que antes era comunal? “When crises occur, people demand answers [...] the space may be filled with speculation and misinformation and cause the crisis to escalate” (LE et al 2). Creada la crisis, el comportamiento resultante es de exasperación por parte de Araña/Conejo. Esto ocurre primero, porque trata de leerlo desde sus coordenadas culturales8 en las que ese comportamiento de silencio y ninguneo es inaceptable y luego porque se da cuenta de que debe reaccionar. La reacción es violenta porque es la respuesta a un silencio que es un comportamiento violento por igual. Por otro lado, dentro de ese contexto de violencia ejercitada a través del silencio, los gritos de Araña son su espacio discursivo de poder. Cuando, como público, nos topamos con la reacción de Araña es cuando surge la necesidad de decidir con qué comportamiento nos adherimos. Exactamente igual que ante la violencia que ejerce el estado y sus instituciones o la Metrópoli, las huelgas, las manifestaciones y las reacciones de exasperación son el espacio discursivo de poder. Y exactamente igual, nos toca decidir con quién nos identificamos. ¿Aceptamos que Araña/Conejo es un pillo, un vago, un jaiba? ¿Aceptamos que Animalito es el “dueño,” que debe ser resarcido por sus pérdidas? ¿Aceptamos que Animalito está en su derecho de hacer lo que sea para encontrar al responsable? ¿Nos identificamos con Animalito o con Araña? ¿Vemos el comportamiento de Animalito como violencia? El problema surge cuando desencadenamos nuestra (de)formación colonizada. El silencio utilizado como estrategia de poder surge su efecto. Porque tal como explica una de las personas colaboradoras de Williams que han sufrido ostracismo: “It´s a powerful weapon. No one can ever accuse you of attack, violence of harassment. But the wounds are still inflicted” (24). La ambigüedad se usa a favor de quien utiliza el mecanismo, con lo cual sigue adquiriendo poder (Williams 48). ¿Y si traemos esa historia a nuestros días? Leer este cuento en estos tiempos me sugiere una actualización con mi entorno. En nuestros días las luchas no son por siembras de subsistencia, no son por calabazas o frutos menores. Sin embargo, nuestra realidad política se parece a esa historia. No es mi intención hacer un recuento de nuestras penas, pero como son tantas es bastante sencillo pensar en algunas rápidamente. Había una vez un país que nos invadió, se apoderó de nuestros territorios y riqueza. Según pasó el tiempo se nos construyó la narrativa en la que figuraban como benefactores y dueños. Se nos proveyó de un supuesto papel de “socios” de un “pacto” en el que había una parte que se apropiaba y beneficiaba mucho más del trabajo del otro. A lo largo de todos estos años ese personaje, como Animalito, se autoproclamó como dueño, y lejos de ser tratados como “socios” se nos ha vigilado, engañado, ninguneado, aplicándonos la estrategia del ostracismo, igual que a Araña/Conejo. En ese cuento se nos ha privado de nuestras tierras y nuestros recursos, se nos han aplicado leyes que van en contra de nuestra idiosincrasia y visiones de mundo, pero si alguien se exaspera y se rebela, se nos ha enseñado a elegir la versión del invasor, jamás la versión de los nuestros. Los nuestros son los terroristas, los violentos, los delincuentes. También somos los vagos y los pillos. La estrategia del silencio que deslegitima, que castiga, que
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borra, que nos echa en cara el poder, grandes sectores de nuestra población jamás la entienden o tipifican como violencia. Y es un cuento que se repite porque en la época de la Junta se sigue usando la estrategia del silencio, de la misma forma que el silencio ha construido la narrativa de lo mala pagas, embrollones y corruptos que somos. ¿Que la deuda es ilegal, odiosa, que hubo manos siniestras a quienes luego se les premió con puestos en la Junta? Eso es parte del silencio violento, es la narrativa que lo justifica. O si no, igual que en una de las versiones de Aurora Texidor, cuando el muñeco habla para confirmar que no va a soltar a Araña, en las poquísimas instancias en que estas instituciones hablan es para decir lo mismo: “No te voy a soltar na.” Existe la posibilidad de que el silencio pueda entenderse como aceptación de una culpa. Sería eso que el dicho nos comunica “el que calla, otorga.” La realidad es que quien calla queda sujeto a toda clase de interpretaciones. Quien lo sufre puede especular todo el tiempo y tomar decisiones a partir de esas especulaciones. Es lo que ocurre en la relación de Araña con Animalito. Araña descifra el silencio a partir de sus coordenadas como falta de respeto, de civilidad. Y, ofendido, reacciona. Si volvemos a nuestra realidad, esa que con la ayuda de “El muñeco de brea” podemos leer de otra manera, ¿cómo interpretamos ese silencio de la Junta, de Estados Unidos? ¿Lo leemos como el silencio del culpable, del que otorga? ¿Por el contrario, nos vemos nosotros como los culpables, nos resignamos? ¿Logramos captar la dimensión de elitismo que comunica ese mutismo? Una crisis que se soluciona con el silencio por parte de quien tiene el poder cosifica a quien lo sufre y lo mutila. Resulta significativo que el cuento le dé tanta importancia al proceso mediante el cual Araña pierde su movimiento al quedar pegado al muñeco de brea.9 La brea o el dulce buscan inmovilizarlo a la par que lo marca como el “ladrón.” Esta metáfora es súper sugerente para aplicársela a toda la “dinámica” ―palabra absolutamente inútil para describir lo que es precisamente el empantanamiento e inmovilidad― del problema del estatus colonial en Puerto Rico. Puerto Rico, como ente colonial se ha quedado “pegado” en sus partes al muñeco silencioso, embreado y pegajoso que nos ha sentado Estados Unidos a la vera del camino de nuestras “relaciones.” Si bien este cuento durante la época de la esclavitud pudo apelar a “the wake of expropriation” (Warren, 124) -y como señalé en “De brea, de dulce o de PAN. Lectura de un cuento folclórico en tiempos de la Junta”, “Para la sociedad esclavizada y para la colonizada, la vida siempre es una expropiación,” -no me queda duda de que este cuento nos habla hoy, cuando en el siglo XXI sufrimos el mismo tratamiento por parte de la Junta de Control Fiscal, de Estados Unidos y de los gobiernos de turno. Tenemos en el medio de nuestro camino un muñeco silencioso que nos exaspera, que trabaja y responde a ese “amo” o “dueño” que no tiene absolutamente ningún interés en hablar, que fomenta la narrativa de que somos buenos para nada y que queremos vivir del cuento, que calla adrede porque es culpable, pero a la misma vez porque con su silencio nos dice que no le merecemos respeto y al ningunearnos nos mutila y cosifica. Jamás ha estado dispuesto a contestar nuestras preguntas, esas preguntas que tenemos todxs lxs puertorriqueñxs. Por eso nunca una consulta de estatus tiene aval del Congreso (La brega, Se acabaron las promesas, minuto 23). Mientras termino este trabajo, en Puerto Rico y sobre todo, lxs mayagüeznxs, buscamos respuestas al escándalo de corrupción que ha quedado al descubierto en la administración de José Guillermo Rodríguez. Ante todas las preguntas, el alcalde se da el lujo de no aparecer, de no contestar, de despachar el asunto con comunicados de prensa y decisiones que nadie entiende. Lxs periodistas corren de aquí para allá buscando a quién entrevistar, entonces el presidente del Partido Popular, José Luis Dalmau, acorralado, ha expresado con toda la flema de que es capaz que la información que se maneja ha sido “manipulada políticamente” y “que no ha identificado un solo señalamiento que deba llevar a José Guillermo Rodríguez a renunciar como alcalde de
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Mayagüez” (elnuevodia.com, martes 30 de marzo de 2021,). Igualmente, los viequenses y los culebrenses han vuelto a tirarse al mar para enfrentar, esta vez, la burocracia, la dejadez y la indiferencia criminal del gobierno frente a los perennes problemas de transportación que sufren. El gobierno no ofrece respuestas, y cuando responde, igual que Dalmau, igual que Guillito, igual que el Congreso, igual que la Junta, el muñeco nos responde: “No te voy a soltar na.” A nosotros, Arañas y Conejos puertorriqueñxs nos queda exasperarnos, tratar de despegarnos y usar todo lo que está a nuestro alcance para lograr nuestro espacio de libertad. Algunas de las personas colaboradoras de Williams que han sufrido ostracismo entienden que la única forma de sobrevivir a esa violencia: “is to leave and rebuild their lives” (33). Lo que también me trae a la mente la explicación de Arcadio Díaz Quiñones sobre los diferentes significados y contextos de la palabra bregar en Puerto Rico. Puedo claramente utilizar las palabras de Díaz Quiñones para recordar cuántas manifestaciones vivimos, en nuestras vidas cotidianas, de este abusivo pegoste en nuestras relaciones políticas. Frente al silencio, a las estrategias para ignorarnos y para deslegitimar nuestras necesidades y reclamos, Díaz Quiñones nos recuerda que el ser de a pie “no tiene el poder, tiene la brega en sus manos” (Casanova-Burgess 11:44-11:48). Esa herramienta tan nuestra que supone atender, en palabras de Ana Pagán “lo que me está tirando la vida porque no hay otro remedio […] aunque no la estés pasando bien, estás haciendo lo que tienes que hacer para sobrevivir…” (Casanova-Burgess 7:37-7:51). Pero, ¿qué duda cabe?, estas reflexiones creo que demuestran que también nos queda seguir leyendo nuestros cuentos para seguir ampliando la conversación ininterrumpida sobre los conflictos que se repiten a lo largo de la vida de todas las generaciones de puertorriqueñxs que hemos sufrido la explotación en sus múltiples maneras y fuentes.
NOTAS 1 Palabra Libre. Episodio 27, De fantasías y futuro entre P.R. y E.U. 6 de marzo de 2021 (mins 24:00 -24:55) 2 Polémicas que se refieren tanto a sus orígenes, como a sus representaciones y significados. 3 Según asevera Brian Wagner existen cientos de versiones a través de los siglos en, al menos 5 continentes (p. xi). 4 En una de las versiones de Aurora Texidor, la que titulé “Compay Araña y la tala de calabazas,” el muñeco de brea, le habla y le dice al Compay Araña que le pide que lo suelte, que no lo va a soltar. 5 Este recuento concuerda con el patrón básico que resume Ruth I. Cline en su artículo “The Tar-Baby Story.” Ella explica que en la India los ladrones atrapados suelen ser un mono, un hombre o un chacal. En África y América, el conejo (73). 6 En su libro, Williams trata el poder del silencio como arma preferencial para ostracizar. En cuanto al uso de la palabra ostracizar que no aparece en la RAE, me amparo en la necesidad de su uso. La misma RAE ha señalado: “la palabra ostracizar cuenta con alguna documentación en Google y su formación sería válida, incluso su origen griego (ostrakizo) permite justificar su uso en algunas lenguas modernas …” 7 Resulta fascinante que, en las versiones del cuento, en otros lugares, donde el Conejo logra su libertad precisamente pidiendo que no lo manden al zarzal (“briar patch”) (estrategia para lograr que sí, que precisamente lo manden) con lo cual le quita legitimidad e importancia a la solución que más le interesa. Es decir, el Conejo le aplica la misma medicina. 8 Para ampliar este asunto lea mi artículo “Negro, mudo e incomprensible. El muñeco de brea. Segunda parte.” 9 Repaso las formas en las que se ve en nuestras versiones: “The multiple-attack and stick-fast episode,” es el cuarto. Según Ruth I. Cline, el motivo del stick fast es el elemento más importante del cuento del muñeco de brea (“The Tar- Baby Story,” 73). Espinosa incluye veintisiete opciones. En las versiones puertorriqueñas se pueden consignar: el animal da el primer golpe porque el muñeco no contesta sus saludos o preguntas (D); el animal da el primer golpe porque el muñeco no quiere jugar cartas o topos (D3); el animal se pega cuando va a comer (D5); el animal empieza a atacar y se pega tan pronto ve al muñeco (D6). Incluido en este elemento se da el monólogo de F en el que le pide al muñeco que lo suelte. De igual forma se incluye a G que es una pormenorización de las partes en las que el muñeco se pega. En las versiones puertorriqueñas se dan: atrapado rápidamente en 6 puntos – pies, brazos, cabeza y barriga- (G1); atrapado rápidamente en cinco puntos -si se cuentan brazo y pie por dos, más cabeza- (G2), si no, atrapado rápidamente en dos o tres puntos (G4). (Ortiz Lugo “El muñeco de brea…” 37).
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Obras citadas Anderson, Timothy J. “The Use of Silence as a Political Rhetorical Strategy.” 2003. Eastern Illinois University. <https://thekeep.eiu.edu/theses/1434>. Casanova-Burgess, Alana. “¿Qué es la brega?” La Brega. Nueva York: WNYC Studios and Futuro Studios, 24 febrero 2021. Podcast. Cutanda, Grian. The Earth Stories Collection: Cómo hacer otro mundo posible con mitos, leyendas y relatos tradicionales. Sevilla: The Earth Stories collection y The Avalon Project, 2019. Lalo, Eduardo. “De fantasías y futuro entre P.R. y E.U.” Palabra libre. San Juan, 6 marzo 2021. Podcast. Martyris, Nina. “Tar Baby: A Folk Tale About Foof Rights, Rooted in the Inequalities of Slavery.” 11 May 2017. The Salt, What’s on Your Plate. Digital. 24 febrero 2021. Ortiz Lugo, Julia Cristina. “De brea, de dulce o de PAN. Lectura de un cuento folclórico en tiempos de la Junta.” Revista Cruce (2019): 5-20. Digital. —. “Negro, mudo e incomprensible. El muñecod e brea. Segunda parte.” Revista Cruce (2019): 16-27. Digital. ―. “El muñeco de brea. Versiones puertorriqueñas.” Revista Cruce (2019): 34-42. Digital. Phuong D. LE, Hui Xun TEO,Augustine PANG,Yuling LI,Cai-Qin GOH. “When silence is gold en: The use of strategic silence in crisis.” 2018. Institutional Knowledge at Singapore Manage ment University. <https://ink.library.smu.edu.sg/lkcsb_research>. Wagner, Brian. Tar Baby: A Global History. Princeton University Press, 2017. Williams, Kipling D. Ostracism. The Power of Silence. New York, London: The Guilford Press, 2001.
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LETRAS
(Des)memoria / Insomnio Por: Mayra Encarnación
(Des) memoria Pródigo de la memoria recorrió la película de su pasado narrado por otros. Disfrutó el encuentro de los amantes y aspiró a una vida feliz como los protagonistas del cuento. P. D. La desmemoria no inmortalizó cómo vivió desamparado y jamás se enteró de su inexistencia en la vida de su único amor. Ella borró su nombre de la historia.
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Insomnio Entregué la noche al encuentro con mi ser… mutilado paso floresta simiente ocaso de verdades desatadas la noche pregona por detener el tren la noche subsiste en cada estación cada dilación eleva el llanto de los paisajes muertos memoria desconocida memoria habitada visito la hoguera encendida de Safo Julia Clara Alejandra ¿Dónde moran los sueños? ¿Dónde anida la verdad de cada espejismo? Grito al tren para detener el paso… el ferrocarril del tiempo inmoviliza hondonadas de pensamientos emergen la noche abrasa la vigilia nunca llegué a la estación P.D. Alcé vuelo contrario.
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La revista Cruce está recibiendo colaboraciones para
CON VOCA TORIA 88 / REVISTA CRUCE: CRÍTICA SOCIO-CULTURAL CONTEMPORÁNEA
a la Edición Especial- Perspectivas LGBTTQIA+
La Junta Editora convoca a nuestra comunidad a reflexionar sobre las diversas perspectivas LGBTTQIA+. Invitamos a especialistas interesadxs en explorar de modo crítico los más variados aspectos de los siguientes temas, tanto en Puerto Rico como en la(s) diáspora(s) y a nivel internacional:
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Identidades LGBTTQIA+ Expresiones culturales en todas sus vertientes Estudios LGBTTQIA+ Intersecciones e interseccionalidades Trabajos y acercamientos antirracistas Medios de comunicación como vías de documentación, divulgación, construcción de redes y activismo Iniciativas que integran y apoyan la autogestión, el emprendimiento, entre otras Proyectos educativos de todo tipo Organizaciones y colectivos de base comunitaria Violencia en sus diferentes manifestaciones Investigaciones desde diferentes disciplinas Iniciativas salubristas, de justicia social y equidad Activismos LGBTTQIA+
Nos interesa compilar diferentes textos (composiciones, ensayos, textos creativos), artes plásticas, entre otras expresiones artísticas que cuestionen, problematicen, denuncien y se expresen sobre los ejes temáticos sugeridos. Ante todo, nos interesan textos ágiles reflexivos y críticos. Estos deben estar identificados dentro del documento con el título y autor (a) y estar escritos en letra Times New Roman, 12 puntos, doble espacio, tamaño carta, en formato de Word, identificado. Los artículos no deben exceder las 8 páginas. Las reseñas de libros no deben superar las 6 páginas. Los textos creativos tendrán un límite de 5 páginas. No se recibirán manuscritos que superen estos tamaños. Debe incluir una foto y una biografía del autxr que no exceda las 200 palabras. Si se incluye cualquier tipo de gráfico explicativo dentro del documento, deben estar en alta resolución (en formato jpg o png con el título con el cual será identificado en la publicación) y el o la suscribiente debe contar con los permisos de uso o regirse por la Ley de Derechos de Autor. Las imágenes, pueden sumar las 15 en alta resolución y deben incluir el nombre con el cual quiere que sean identificadas en la revista. La fecha de entrega está pautada para el 5 julio de 2021 para que así podamos publicar esta edición especial el 19 de julio. Los textos deben enviarse a editorescruce@uagm.edu. Les agradecemos que colaboren con nuestro interés de gestar un espacio de encuentros. Para más información sobre la revista pueden visitar https://issuu.com/revistacruce o contactarnos a editorescruce@uagm.edu.
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