Vol. 11, Núm. 2 2014
RESERVAS MARINAS PARTE II
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Carta del director En este volumen de Marejada, traemos información a nuestros lectores sobre unos recursos naturales, que no solamente proveen oportunidades económicas y recreativas a residentes y visitantes de comunidades costeras, sino que además, sirven de habitáculo a una gran cantidad y variedad de organismos marinos que se benefician de los servicios ecológicos que estos ofrecen. Me refiero a las reservas marinas de Puerto Rico, áreas que por su productividad ecológica, belleza y majestuosidad natural, juegan un rol importante en la conservación de la biodiversidad, proveen beneficios económicos significativos a las comunidades adyacentes y por su poder intrínseco de relajamiento, contribuyen a nuestro bienestar físico, mental y espiritual. Existen diferentes razones para establecer reservas marinas entre las cuales se destacan: la conservación, la protección y la restauración de habitáculos; mantener la biodiversidad; la investigación científica y la educación; la preservación de recursos culturales o atributos estéticos; y la recreación pública. Estas atracciones naturales proveen diferentes niveles de acceso y uso, así como niveles de protección al recurso, dependiendo de las metas establecidas y los resultados esperados. Las reservas marinas forman parte de lo que se conoce como Áreas Marinas Protegidas (AMP). En esta edición especial de Marejada, hemos incluido dos artículos sobre las AMP: uno de ellos escrito por la doctora Michelle T. Schärer Umpierre (aparece en la Parte I) y el otro preparado por el doctor Richard Appeldoorn, profesor del Departamento de Ciencias Marinas de la UPR-Mayagüez (aparece en la Parte II). También, contamos con artículos sobre las reservas marinas de: Tres Palmas en Rincón, Canal de Luis Peña en Culebra, Arrecife de la Isla Verde en Carolina e Isla de Desecheo. Haber resaltado estas reservas en la revista tiene propósitos múltiples: dar a conocer sus recursos y atracciones naturales, 2
motivar a otras personas a involucrarse en esfuerzos de conservación y uso sustentable de las reservas marinas y educar con el fin de promover admiración y sentido de pertenencia por la naturaleza. Es en un contexto de educación y respeto a la naturaleza que resaltamos, en el segundo número de este volumen de Marejada, la vida de la doctora Álida Ortiz Sotomayor, precursora de la educación marina en Puerto Rico, primera persona en obtener el grado doctoral en el Departamento de Ciencias Marinas de la Universidad de Puerto Rico (UPR) en Mayagüez y primera directora del Programa Sea Grant de la UPR. Muchas son las personas que han conocido el mar a través de los esfuerzos educativos de la doctora Álida Ortiz, quien también se ha destacado por su labor a favor de las reservas marinas y naturales, particularmente en las Reservas Naturales de Humacao y Arrecifes de la Cordillera, al este de Puerto Rico, y en la Reserva Marina de la Isla Verde en Carolina. Las áreas marinas protegidas (30 en total) y las reservas marinas establecidas (4) en Puerto Rico proveen beneficios en la conservación de la biodiversidad y en la generación de divisas provenientes de actividades de recreación y turismo. Para ser más efectivos y alcanzar los beneficios esperados de estas herramientas de manejo, es necesario implementar las leyes efectivamente, proveer facilidades de acceso adecuadas, centros interpretativos, asignar biólogos residentes e instalar señalización adecuada. Además, debe estudiarse la posibilidad de aumentar el tamaño de las AMP y de las reservas marinas y traer a consideración el desarrollo de un programa de investigación científica para evaluar la efectividad y los beneficios de estas áreas. Las reservas marinas proveen oportunidades para aprender sobre la naturaleza y el medioambiente y nos recuerdan que tenemos una responsabilidad ética de respetar la naturaleza.
Ruperto Chaparro Serrano, MA
Marejada es publicada por la Oficina de Comunicaciones del Programa de Colegio Sea Grant de la Universidad de Puerto Rico bajo la subvención Núm. NA14OAR4170068 del Departamento de Comercio de Estados Unidos y la Administración Nacional Oceanográfica y Atmosférica (NOAA). ISSN 1947-1424 Ruperto Chaparro Serrano, Director del Programa Sea Grant Manuel Valdés Pizzini, Director asociado del Programa Sea Grant/Director Programa de Extensión Marina Cristina D. Olán Martínez, Coordinadora de comunicaciones/Directora editorial Delmis del C. Alicea Segarra, Asistente de comunicaciones/Especialista en educación Alessandra Otero Ramos, Especialista en información Oliver Bencosme Palmer, Ilustrador científico/Diagramador/Artista gráfico Raúl Omar Ortiz Arroyo, “Pichón Duarte,” Fotógrafo/Videógrafo/Jefe de Impresos Larimar Castro Medina, Asistente de impresión
Foto: Oliver Bencosme Palmer
Las opiniones y los puntos de vista expresados en esta revista no necesariamente reflejan los de la Universidad de Puerto Rico o los del Programa Sea Grant. La mención de marcas de productos no debe ser interpretada como un endoso a las mismas.
Portada: La foto de portada muestra un mero negro (Mycteroperca bonaci), una especie que habita en aguas de las reservas marinas de Puerto Rico. La imagen fue tomada por el biólogo Jan P. Zegarra.
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Visión Mucha gente piensa que el espacio sideral, el universo, es nuestra frontera final de la exploración y del conocimiento. Sin embargo, los océanos todavía son una región desconocida y nuestros mares, los que nos quedan a unos pasos de nuestras casas, aguardan por nuestros esfuerzos en investigación, para conocerlos a profundidad, mantener su valor ecológico y salvaguardarlos para que las generaciones futuras puedan beneficiarse de las oportunidades económicas y recreativas que estos ofrecen. Tal vez, lo irónico es que muchos conocen sobre el planeta Tierra o sobre nuestro sistema solar, pero conocen muy poco sobre los ecosistemas marinos y costeros y su extraordinaria biodiversidad, su fuerza y su energía física, así como su papel en la climatología. Como ciudadanos, debemos entender bien esa inmensa parte de esta biosfera que está formada por las aguas de los océanos.
Foto: Oliver Bencosme Palmer
Marejada surge como un medio de comunicación enfocado en educar a los hispanoparlantes acerca de la importancia de proteger nuestros mares y océanos de los complejos procesos climáticos y antropogénicos que los amenazan.
Isla de Palomino, Reserva Natural Arrecifes de la Cordillera 4
Marejada es una revista ambiental comprometida con la conservación y el desarrollo sustentable de nuestros recursos y atracciones marinas y costeras. Nuestro interés es educar al público general y llevarle información científica de una manera sencilla y fácil de entender. Para nosotros, uno de los puntos clave, en el marco de las investigaciones científicas aplicadas, es poder desarrollar proyectos dirigidos a solucionar problemas actuales que afectan los recursos marinos y costeros que nos rodean, al tiempo que facilitamos los resultados de estas investigaciones a los manejadores y los usuarios de estos recursos. Estos resultados deben ser publicados y puestos al alcance de la mayor cantidad de personas. Esta revista ambiental constituye ese espacio accesible para que los investigadores, los científicos, los usuarios de los recursos, los educadores, los manejadores y los especialistas publiquen artículos cónsonos a nuestra visión, al tiempo que el lector disfruta en este proceso del saber. Marejada: una manera de acercarte más a la costa.
REVISTA AMBIENTAL
MAR ADENTRO
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Áreas marinas protegidas: Un reto para la ciencia y el manejo
RESERVAS MARINAS
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Reserva Natural del Canal de Luis Peña: Un tesoro de Culebra para el mundo
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Reserva Marina Arrecife de la Isla Verde: Una reserva en el área metro
COMPROMISO AMBIENTAL
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Arrecifes Pro Ciudad, Inc.
VIDAS APASIONADAS
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Alida Ortiz Sotomayor: Pionera de la educación marina en el Caribe
EDUCANDO CON EL MAR
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Cuidemos los arrecifes de coral
CONOCE NUESTRO EQUIPO DE TRABAJO
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Deifchiramary Tirado Choque, ilustradora
ACERCAMIENTO BIBLIOGRÁFICO
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Un acercamiento bibliográfico a las áreas marinas protegidas (Parte II)
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Áreas marinas protegidas:
Fotos: Oliver Bencosme Palmer
Un reto para la ciencia y el manejo
Arrecife El Mario, Reserva Natural de La Parguera, Lajas, PR.
Por: Dr. Richard Appledoorn Traducido al español por: Wilmarie Cruz Franceschi, MA
Las áreas marinas protegidas (AMP) cumplen varios propósitos. Ayudan a distribuir espacio entre los usuarios que compiten por sus recursos, permiten la conservación de la biodiversidad y de las especies amenazadas y constituyen una herramienta esencial para el manejo de las pesquerías. Para este útilmo factor, las AMP poseen particular importancia ya que tienen el potencial de: exportar larvas y juveniles para poblar áreas externas, mantener la salud de las agregaciones de peces y de sus hábitats y proveer un seguro en contra de un fracaso en el manejo. Dada esta gran diversidad de objetivos, las regulaciones que gobiernan las AMP varían considerablemente de lugar a lugar y podrían proteger solo una especie en particular (como las tortugas marinas, por ejemplo) o los hábitats tales como los arrecifes 6
de coral o los manglares, o limitar la pesca, ya sea parcialmente o en su totalidad.
Dentro del Caribe Estadounidense (Puerto Rico y las Islas Vírgenes Estadounidenses), las AMP existen desde la década de 1960, cuando se designó el Parque Nacional de St. John y el Monumento Nacional de Buck Island en las Islas Vírgenes Estadounidenses. La primera designación de esta clase en Puerto Rico ocurrió en 1979, cuando se designó Punta Petrona en el pueblo de Santa Isabel. Sin embargo, la ciencia de las AMP es mucho más reciente y solamente abarca los últimos 20 años. Gran parte de los trabajos de investigación realizados se enfoca en aspectos de diseño y de evaluación de las AMP y su desempeño. Estos trabajos se han llevado a cabo a través de una combinación de
monitoreo a largo plazo, estudios hechos en el campo y la elaboración de modelos. Estos estudios, junto con lo que hemos aprendido sobre los éxitos y los fracasos de las AMP a nivel mundial, nos dan una base científica sólida sobre el uso de las AMP como una herramienta de manejo. ¿Qué nos dice la ciencia? El hábitat es la clave
El hábitat es la primera clave de conservación ya que el hábitat satisface las necesidades de alimento y albergue de las especies. Cada tipo de hábitat, ya sea el manglar, la pradera de hierbas marinas, los arrecifes de coral o las planicies algales, funge un rol importante para las comunidades asociadas de pequeños peces, invertebrados y plantas marinas. Estas comunidades también van a variar conforme al tamaño del segmento de hábitat y a su localización relativa a la profundidad y distancia de la orilla. Por ejemplo, al utilizar los mapas de tipos de fondos marinos provistos por NOAA, un estudio proyectó un total de 22 tipos de hábitats diferentes alrededor de Puerto Rico, los cuales cuentan además con 8 subclases de arrecifes y tres tanto para los manglares como para las hierbas marinas. La inclusión de tantos hábitats de diferentes tipos debería ser un objetivo importante dentro del diseño de cualquier AMP. Trasladándonos a una escala más amplia, existen peces, invertebrados de mayor tamaño tales como las langostas y los carruchos, tortugas y mamíferos marinos que se mueven a lo largo de varios hábitats y dependen de estos ya sea diariamente para obtener alimento y refugio, por motivo de cambio de temporada (ya sea por el cambio de temperatura o por procesos reproductivos) o por cambio en sus requisitos biológicos asociados a diferentes etapas de sus vidas. Este grupo incluye el mayor número de especies bajo explotación y que usualmente son el objetivo de protección dentro de las AMP. Esto apoya el criterio de diseño que argumenta que todos los hábitats deben ser incluidos, a la vez que identifica propiedades emergentes y características de diseño como
por ejemplo, maximizar la cercanía entre estos hábitats para fomentar la interconectividad entre ellos, incluyendo áreas que se extienden desde la orilla hasta el borde de la plataforma y más allá. De esta manera, se puede lograr que las AMP sean lo suficientemente grandes como para abarcar el movimiento de estas especies y colocar límites de AMP a lo largo de las interrupciones de los hábitats con el fin de que algunos organismos permanezcan en el área protegida. La calidad del agua – el requisito de hábitat olvidado
La calidad del agua, incluyendo la composición química, la claridad y la temperatura, es uno de los factores más importantes que afectan la salud y la distribución de las especies. La calidad del agua puede ser degradada por: la sedimentación y la turbidez, el aumento en
Arrecife en la Reserva Marina de la Isla de Desecheo. 7
nutrientes (eutrofización), la contaminación y la descarga de patógenos de los alcantarillados y pozos sépticos. Estos son todos resultados de las actividades humanas y por ende, todos pueden ser controlados. Sin embargo, la fuente del daño a la calidad del agua puede ocurrir fuera de los límites de una AMP y usualmente, esto queda fuera del control de las agencias de manejo a cargo del AMP afectada. Al no proteger la calidad del agua, todas las demás prácticas de manejo en el AMP pueden resultar infructuosas. Se necesita cooperación e integración multiagencial para lograr un efecto sostenido en un AMP. Esto incluye todas aquellas agencias a cargo de: los recursos naturales, los alcantarillados, el manejo de la escorrentía agrícola, el desarrollo costero y las actividades portuarias. Más es bueno, pero una red es mejor
Tan importante es la conectividad entre los hábitats dentro de un AMP como la conectividad a gran escala entre varias AMP. Las AMP que existan en aislamiento son vulnerables y pueden colapsar por causa de los huracanes, de los eventos contaminantes tales como los derrames de petróleo o por un fallo en el cumplimiento de
parte de las agencias involucradas. Las AMP en conjunto sirven como un amortiguador contra esta vulnerabilidad. No obstante, al vincular estas AMP a una red ofrece aún más protección. Si las poblaciones saludables de un AMP pueden apoyar otra AMP, la red se puede hacer autosuficiente. Para lograr esto, se necesita un criterio de diseño adicional, uno que identifique la distancia mínima entre dos AMP adyacentes. Los estudios de campo y por modelos de la dispersión de las larvas de peces, sumados a estudios genéticos que utilizan la tecnología más reciente, sugieren que esta distancia mínima puede ser tan pequeña como 30 km (18.6 millas). Esto sugiere, por ejemplo, que la recuperación de las especies de la Reserva Natural de Isla de Mona, que está a una distancia de sobre 40 km (24.8 millas) de las áreas poco profundas más cercanas en la costa oeste de Puerto Rico, podría depender de su capacidad para lograr el auto-reclutamiento; es decir, el grado al cual los huevos y las larvas desovadas en Mona pueden ser retenidos cerca del área, dada la combinación de las corrientes marinas y el comportamiento de las larvas. La naturaleza puede no ser suficiente
Una clave para lograr el éxito de un AMP es el mantenimiento de la resiliencia del ecosistema. En otras palabras, se debe procurar el mantenimiento de la integridad (componentes de especie) y la función (alimento, albergue y una dotación completa de las redes alimentarias), con tal de que el ecosistema tenga la capacidad y la flexibilidad de responder a los factores estresantes naturales o antropogénicos. Sin embargo, a veces restablecer las especies y los niveles de abundancia puede no ser suficiente si ha ocurrido un daño muy severo al ecosistema. Por ejemplo, cada vez se utiliza más la reducción en el ingreso de nutrientes, en conjunto con la restauración de las poblaciones de herbívoros que controlan el sobrecrecimiento de algas en los corales y con la protección absoluta de los peces herbívoros Cardumen de peces en la Reserva Marina de la Isla de Desecheo. y los erizos de mar, con el fin de restaurar los 8
Arrecife El Mario, Reserva Natural de La Parguera, Lajas, PR.
arrecifes de corales, particularmente en las islas del Pacífico. No obstante, estos herbívoros pueden ser incapaces de remover grandes cantidades de algas carnosas o cianobacteria. En Hawaii, se demostró que la remoción manual de estos tipos de alga puede ser requerida antes de implantar la restauración de los herbívoros mencionados anteriormente, que entonces podrían controlar el crecimiento de las algas. De la misma forma, criar y plantar nuevas colonias de corales puede ser necesario para lograr impulsar la restauración del arrecife en los arrecifes de coral severamente degradados. ¿Cómo nos va?
El éxito de las AMP depende de varios factores que pueden ser biológicos, físicos o sociales. Un estudio reciente, que investigaba la conservación de peces, descubrió que el desempeño general puede ser evaluado con
cinco factores que integran muchos de los procesos subyacentes. Estos son los criterios NEOLI (según sus siglas en inglés). A continuación, los criterios:
1. No-tomar (No-take, en inglés) - Se refiere a la protección total, le hace referencia al impacto severo que puede tener la sobrepesca, y reconoce que una protección poco abarcadora afecta la habilidad del AMP de cumplir sus metas de conservación. 2. Cumplimiento (Enforce, en inglés) Reconoce que se necesita un grado de protección y cumplimiento funcional para asegurar el éxito de un AMP. 3. Tiempo (Old, en inglés) - Se refiere al plazo de más de diez años, ya que la restauración depende de esfuerzos de manejos sostenidos, al igual que los tiempos de vida de las especies clave,
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Mero mantequilla (Cephalopholis fulva) en la Reserva Marina de Isla de Desecheo. Esta especie presenta diferentes patrones de color.
que en algunos casos podría ser de hasta 20 años o más. 4. Grande (Large, en inglés), más de 100 km2 - Reconoce el criterio clave para manejar múltiples hábitats y la interconectividad entre los mismos, aunque el tamaño actual puede depender de la abundancia y distribución de los varios hábitats y el ancho de la plataforma de la isla. 5. Aislado (Isolated, en inglés) – Reconoce el hecho de que los peces se desplazan y que deben existir límites en las brechas entre hábitats las cuales funcionen como barreras que protejan contra la dispersión.
En el estudio, se determinó que se deben cumplir cuatro de los cinco criterios antes mencionado para que existan efectos significativos en la conservación. Una evaluación realizada en 39 AMP de Puerto Rico y de las Islas Vírgenes Estadounidense mostró que solamente una, el Distrito de Conservación Marina del Banco de Mero Cabrilla, al sur de
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St. Thomas, cumplió con un número suficiente de estos requisitos, y de hecho, la población de mero cabrilla en el área ha aumentado de manera dramática desde que comenzó la protección del área.
Las AMP podrían ser una herramienta esencial a la disponibilidad de los manejadores que busquen restaurar la resiliencia al ecosistema. El adherirse a la evidencia científica puede hacer la diferencia entre el éxito y el fracaso. No obstante, el tiempo no nos favorece. Las crecientes amenazas que se esperan como consecuencia del cambio climático—que incluyen el aumento de la temperatura y la acidez del agua marina, al igual que el incremento del nivel del mar—constituyen factores estresantes significativos que van más allá del alcance de los manejadores. Solamente a través de la combinación de la reducción de las fuentes locales de estrés ambiental junto con una creciente resiliencia del ecosistema, podrá el manejo local combatir estos factores estresantes globales. Las AMP podrían ser el punto focal de este esfuerzo.
Por: Cristina D. Olán Martínez, MA
Designada el 11 de junio de 1999, la RNCLP alberga una gran diversidad de especies entre las que se destacan peces de importancia comercial y recreativa, aves y tortugas marinas, mamíferos marinos, moluscos, crustáceos y esponjas. De igual manera, sobresale por sus manglares, praderas de hierbas marinas y una amplia cobertura de corales, ecosistemas
Mapa preparado por: Programa de Manejo de la Zona Costanera
La Isla Municipio de Culebra es mundialmente conocida por sus hermosas playas y parajes naturales. Miles de personas la visitan anualmente buscando contacto con la naturaleza, recreación y sosiego. Una parte de estos valiosos recursos naturales de Culebra está protegida dentro de la Reserva Natural del Canal de Luis Peña (RNCLP).
Foto: Oliver Bencosme Palmer
Reserva Natural del Canal de Luis Peña: Un tesoro de Culebra para el mundo
En el mapa, se muestra la RNCLP marcada en franjas diagonales anaranjadas. Además, se indica que la RNCLP es un hábitat crítico para la tortuga verde y para los corales cuerno de alce y cuerno de ciervo. 11
trascendentales para la vida, reproducción y estabilidad de las especies marinas y costeras. Tanto el Cayo Luis Peña como el canal de agua de mar que lo separa de Culebra, recibieron el nombre a partir de un pescador y agricultor que custodió el cayo a finales del siglo XIX. El cayo y el canal se encuentran localizados al suroeste de la Isla Municipio. El canal, por su parte, está delimitado al norte por la Península de Flamenco y, al sur, por la Punta Melones. El cayo, las aguas del canal y las playas aledañas a éste forman parte de la Reserva.
El área del Canal de Luis Peña así como también la zona de la Península de Flamenco fueron utilizadas para muchas actividades que impactaron sus recursos. Entre ellas se destacan: la pesca, el anclaje de embarcaciones en tránsito por la región, la agricultura de frutos menores, la crianza de ganado, la producción de carbón y las prácticas militares.
La creación de esta Reserva y el haberla designado como zona de no extracción ofrece protección para las poblaciones de especies en peligro de extinción que habitan en la Reserva. Según se menciona en el Plan de Manejo de la RNCLP, en la Reserva, existe una población residente de tortuga verde o peje blanco (Chelonia mydas), viven careyes (Eretmochelys imbricata), transitan tinglares (Dermochelys coriacea) y se avistan cachalotes (Physter macroceptalus) y distintas especies de delfines, entre otros organismos cuyas poblaciones se han visto disminuidas considerablemente. “La RNCLP cuenta, además, con una multiplicidad de sistemas naturales representativos del noreste del Caribe, incluyendo, arrecifes de coral, arrecifes rocosos, pavimentos colonizados, comunidades de hierbas marinas, fondos arenosos, litorales rocosos, arenosos
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Foto: Oliver Bencosme Palmer
Ante este panorama y, dada la importancia ecológica y económica del lugar la Asociación de Pescadores de Culebra, vecinos de la Isla Municipio, la comunidad científica y el gobierno se unieron con el fin de promover la designación de esta reserva y proteger sus recursos. El esfuerzo de todos estos sectores, particularmente el liderato de la Asociación de Pescadores, fue clave para la creación de la reserva en la cual, posteriormente, se prohibió la pesca. Es por ello que el 30 de septiembre de 1999, la RNCLP se convirtió en la primera zona de no pesca en Puerto Rico en virtud de la Ley de Pesca de Puerto Rico.
y la Laguna Cornelio. La riqueza biológica es inigualable con sobre 920 especies identificadas, incluyendo al menos 290 especies de peces documentados, sobre 60 especies de esponjas y 124 cnidarios, que incluyen 51 corales escleractíneos, 5 hidrocorales y 31 octocorales. Igualmente, se han documentado al menos 54 especies de artrópodos, 200 especies de moluscos, 20 especies de anélidos, 27 especies de equinodermos, 20 cordados, 3 especies de tortugas marinas y múltiples representantes de otros grupos. A su vez, se han documentado preliminarmente sobre 100 especies de algas y 5 especies de hierbas marinas,” explicó el doctor Edwin Hernández Delgado sobre la biodiversidad de la RNCLP.
el cultivo de corales, realizar inventarios de poblaciones de distintas especies, caracterizar habitáculos y evaluar los usos históricos y actuales y el valor arqueológico de la Reserva.
“La RNCLP tiene varias funciones vitales. La primera es que constituye el mecanismo principal que identificó y diseñó la propia comunidad de pescadores de la Isla de Culebra para facilitar la recuperación natural de los recursos marinos de la Isla de Culebra. Estos recursos fueron impactados por las maniobras militares. También, sirve como mecanismo para la recuperación de las pesquerías sobreexplotadas. Esta zona protegida constituye un eslabón entre las islas del noreste del Caribe, fomentando una conectividad genética mayor entre las poblaciones de múltiples especies. Otro aspecto de vital importancia es que la prohibición de la pesca asegura un efecto mayor de desparrame o spillover de peces de valor comercial hacia otros arrecifes adyacentes abiertos a la pesca,” señaló Hernández Delgado, quien, junto a diversos colaboradores de la academia y de la comunidad, ha llevado a cabo diferentes esfuerzos de investigación y conservación en la RNCLP dirigidos a monitorear cambios ecológicos, resaturar arrecifes mediante
“Un aspecto particularmente importante es que dentro de la RNCLP existen varios núcleos de poblaciones rehabilitadas del coral cuerno de ciervo (Acropora cervicornis) y del coral cuerno de venado o alce (Acropora palmata) mediante el proyecto de cultivo comunitario de corales. Ambas especies están clasificadas como amenazadas bajo la Ley Federal de Especies en Peligro de Extinción.
Foto: Oliver Bencosme Palmer
Dicha cantidad de organismos evidencia claramente la importancia de la conservación de la RNCLP. Sus ecosistemas sostienen la vida de muchas especies y mantienen la conectividad entre sus hábitats. Asimismo, contribuyen a la economía de Culebra y de Puerto Rico y el Caribe, en general.
Tal y como mencionó Hernández Delgado, la RNCLP, al ser designada como un área marina protegida, provee a diversas especies de importancia comercial un espacio para reproducirse y, eventualmente, trasladarse a otras zonas donde la pesca es permitida. El hecho de que ciertas actividades no se realicen en las áreas marinas protegidas no significa que estas carezcan de valor. En gran medida, su valor radica en la conservación y protección de sus recursos, en la creación de espacios para que otras especies se reproduzcan y en la posibilidad de realizar actividades recreativas y económicas cónsonas con los propósitos de la reserva. La recreación en espacios naturales redunda finalmente en personas más saludables y productivas y con un mayor sentido de pertenencia por sus recursos naturales. Ejemplo de estos recursos son ciertas especies de corales que están en peligro de extinción.
Las tortugas verdes se alimentan en las praderas de hierbas marinas de la RNCLP. 13
Navegar en kayak es una de las actividades recreativas que se puede realizar en la Playa Tamarindo, RNCLP.
Igualmente, en la RNCLP se encuentran las otras cinco especies de corales catalogadas como amenazadas bajo dicha Ley. Los arrecifes de coral de la RNCLP constituyen parte del hábitat crítico de los corales acropóridos. De paso, sus arrecifes de coral presentan densidades muy altas del coral estrella, Orbicella annularis y de O. faveolata, ambas amenazadas. Sus arrecifes y comunidades de hierbas marinas también constituyen parte del hábitat crítico designado de la tortuga verde (Chelonia mydas), la cual tiene una población residente dentro de la reserva,” detalló Hernández Delgado, investigador que ha liderado varios proyectos de conservación, restauración y cultivo de corales en Culebra. La RNCLP constituye un lugar idóneo para actividades de investigación, restauración y educación ambiental. El Programa Sea Grant de Puerto Rico, grupos como CORALations y Sociedad Ambiente Marino y esfuerzos educativos como Junte por el Canal, por ejemplo, han utilizado la reserva para dar a conocer sus recursos, proveer experiencias que fomenten el sentido de pertenencia por la costa y el mar y promover la conservación y el uso sustentable. A pesar de estos esfuerzos, la RNCLP aún confronta amenazas que atentan contra la integridad y la salud de sus recursos. El Plan de Manejo de esta Reserva apunta como amenazas, desde el punto de vista biológico, la eutrofización, la sedimentación terrígena y los derrames químicos, principalmente aquellos que
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Hernández Delgado, por su parte, identifica también como amenazas la deforestación masiva que, a su vez, propicia erosión, la aprobación de proyectos de desarrollo urbano y turístico de escalas que no guardan relación con el carácter de isla pequeña de Culebra y la toma de decisiones de gran impacto ambiental y socio-económico sin mediar la participación comunitaria. Todas estas amenazas, en su conjunto, constituyen un reto para el gobierno y para la comunidad. Dicho reto debe ser confrontado y resuelto tanto para el beneficio del medio ambiente como el de las personas que habitan en Culebra y que dependen de estos recursos.
La conservación y el uso sustentable de la RNCLP son asuntos vitales para mantener la salud de los ecosistemas del lugar. El bienestar de los recursos de la Reserva garantizará las posibilidades de vida de múltiples especies, una fuente de trabajo para el sector de la recreación y el turismo y, además, paisajes hermosos para el disfrute de todas las personas.
Foto: Edwin Delgado Hernández
Foto: Oliver Bencosme Palmer
provienen de los lixiviados del vertedero. Este vertedero se encuentra muy cerca de los predios de la reserva. La basura que allí se deposita, entre ella las bolsas plásticas, es trasladada por el viento a la Reserva. Las bolsas plásticas y otras envolturas son confundidas por las tortugas como alimento. Al ingerirlas, estos animales mueren.
Finca de cultivo de corales en la Playa Tamarindo en la RNCLP. La misma forma parte del Programa Comunitario de Acuacultura de Corales y Rehabilitación de Arrecifes y es operada por la Sociedad de Ambiente Marino.
Glosario
2. anélidos – Gusanos de cuerpo cilíndrico y segmentado en anillos.
3. artrópodos – Invertebrados que tienen el cuerpo cubierto por un exoesqueleto (esqueleto externo). Los crustáceos (ej. langostas y camarones) son un ejemplo de estos.
4. cnidarios – Animales que viven en ambientes acuáticos y cuyos tentáculos poseen células urticantes. Las medusas y las anémonas son ejemplos de cnidarios. 5. conectividad – Grado de movimiento de las especies y/o de procesos de los ecosistemas y la capacidad de estos de relacionarse entre sí. 6. cordados – Animales que cuentan con una cuerda dorsal al menos en alguna etapa de su desarrollo. 7. escleractíneos – Corales duros. Se caracterizan por su exoesqueleto de
carbonato de calcio. Por ejemplo, los corales cuerno de alce y cuerno de ciervo y el coral cerebro son escleractíneos.
8. equinodermos – Animales que poseen esqueletos calcáreos en su interior y que de su centro salen extensiones con características similares. En ocasiones, poseen espinas. Ejemplo de estos son las estrellas de mar y los erizos.
9. eutrofización – Incremento de nutrientes en el agua, el cual provoca el crecimiento excesivo de algas.
10. hidrocorales – Animales que no son corales verdaderos pero que poseen un esqueleto calcáreo similar al de los corales verdaderos. Ejemplo de ello son los corales de fuego. 11. octocorales – Corales blandos cuyos pólipos cuentan con ocho tentáculos. Los abanicos de mar, por ejemplo, son octocorales.
12. pavimentos colonizados - Fondos duros y rocosos, usualmente de poco relieve, que están colonizados por corales blandos y pétreos (duros) y por esponjas.
Enlaces de interés
Corales del este https://coralesdelestepr.wordpress.com
Plan de Manejo de la Reserva Natural del Canal de Luis Peña http://issuu.com/lucard/docs/plan_de_manejo_reserva_canal_luis_pena__septiembre
La autora agradece los datos recopilados por Berliz Morales Muñoz, MSc. También agradece la información provista por el doctor Edwin Hernández Delgado mediante entrevista y la información provista por Mary Ann Luckling (CORALations) y el doctor Alejandro Torres Abreu (Junte por el Canal) en entrevistas realizadas para el volumen anterior de la revista Marejada. 15
Foto: Oliver Bencomse Palmer
1. acropóridos – Corales duros (escleractíneos) de esqueleto macizo compuestos por carbonato de calcio. Los corales cuerno de alce (Acropora palmata) y cuerno de ciervo (Acropora cervicornis) son acropóridos.
Enclavada en la zona metropolitana, se encuentra la Reserva Marina Arrecife de la Isla Verde (RMAIV). Allí, en el océano que roza las playas a las cuales se asoman condominios, restaurantes, residenciales públicos, lujosas urbanizaciones, hoteles, casinos, bares e importantes centros de actividad comercial, surge esta reserva como recordatorio constante de que la naturaleza se impone aún en medio de la ciudad. “La Reserva Marina está ubicada frente a la Punta del Medio, lugar que divide las dos playas de Isla Verde. La referencia en la orilla es desde la playa del Hotel San Juan hasta el área de Bandera Azul y el Bosque Costero del Balneario de Carolina. Forma un rectángulo trapezoidal de aproximadamente 3.85 kilómetros (2.39 millas) y una superficie de 220 cuerdas,” explicó Francisco “Paco” López Mújica, presidente de la organización no gubernamental Arrecifes Pro Ciudad, Inc., entidad que inició los esfuerzos de conservación de esta Reserva. Esta zona de Isla Verde, en el Municipio de Carolina, fue designada como reserva el 26 de septiembre de 2012 bajo la Ley 274. De esta forma, la RMAIV se convirtió en la primera reserva marina urbana de Puerto Rico. Para lograr tal designación, se unieron la comunidad, el sector gubernamental y la academia, lo que
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Vista aérea del desarrollo urbano alrededor de la reserva.
sirve una vez más como muestra de que todas las partes interesadas pueden ponerse de acuerdo para procurar el bienestar del medio ambiente. Miembros de todos estos sectores presentaron sus ponencias a favor de la creación de la Reserva.
Previo a su designación, la comunidad ya ocupaba un papel protagónico en el cuidado de la misma. La RMAIV surge desde la comunidad
Foto: Oliver Bencosme Palmer
Por: Cristina D. Olán Martínez, MA
Foto: Oliver Bencosme Palmer
Reserva Marina Arrecife de la Isla Verde: Una reserva en el área metro
El colectivo Arrecifes Pro Ciudad, Inc. junto con otras agencias y organizaciones colaboradoras, diseñó un letrero interpretativo en el cual se muestran las delimitaciones de la reserva, se explican las reglas y los usos de la zona y se presentan los organismos más comunes que habitan en el área. Actualmente, hay seis letreros en el área.
Tanto López como Tolentino viven frente al arrecife. Durante años, ambos lo visitan y utilizan sus recursos casi a diario, principalmente para ejercitarse. De ahí y del interés de otros miembros de la comunidad, surge Arrecifes Pro Ciudad, Inc. Esta ha sido la organización no gubernamental que ha tomado cartas en el asunto. Gracias a su creación, vecinos y vecinas de Isla Verde, y personas interesadas en la conservación en general, se han unido para cuidar la Reserva y educar a otros sobre su importancia.
“Mi compañera Annette Tolentino y yo nadamos distancias con careta, snorkel y aletas y nos preparamos para participar en el evento de 5 kilómetros Power Swim que se celebra todos los años en la isla de St. John, Islas Vírgenes. Así pues, entrenando en la playa de Pine Grove en la primavera del 2005, (ese año que fue tan trágico para los arrecifes de coral por ser de un verano prolongado) para nosotros representó una oportunidad de nadar todos los días en el Arrecife desde el mes de enero, (algo súper raro en este lugar donde las olas reinan hasta mayo). Nadando, comenzamos a ver todas estas especies, mucho carey, peje blanco, manatíes, corales, ángeles franceses, langostas, y mucha gente figando, jet skies pasándole a uno por encima, embarcaciones raspando los corales, aguas contaminadas y todo lo demás. Ahí nos preguntamos cómo se podría proteger el lugar y resulta que fuimos a la universidad de las áreas marinas protegidas, St. John. Por ahí empezó esta idea,” relató López.
La RMAIV alberga casi 200 especies entre las que se destacan corales, peces, anfibios, reptiles, mamíferos marinos y organismos invertebrados. La Reserva funciona como oasis para todas estas especies que, en ausencia de la designación, seguirían a merced de mayores impactos antropogénicos. Algunas son peces de importancia comercial que, protegidas en esta Reserva, tienen la oportunidad de reproducirse y mantener niveles poblacionales saludables. Otras se encuentran en peligro de extinción tales como el manatí antillano, las tortugas marinas—peje blanco o tortuga verde (Chelonia mydas), tinglar (Dermochelys coriacea) y carey (Eretmochelys imbricata)—y el coral cuerno de alce (Acropora palmata).
El Arrecife de la Isla Verde funciona como criadero de peces de diversas especies. En la foto, se observan seis especies distintas en su etapa juvenil.
Paco López Mújica, líder comunitario y artista, ha sido un ente clave en la designación de la Reserva y los esfuerzos de educación y conservación.
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Foto: Oliver Bencosme Palmer
Foto: Paco López Mújica
y a partir de la observación mediante el uso de sus predios. Su creación constituye un ejemplo de que no hay que ser científicos exclusivamente para contribuir a la conservación de los recursos marinos y costeros y tomar acción.
Foto: Archivo de Reserva Marina Arrecife de la IslaVerde
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Foto: Google Earth
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Se observa una imagen aérea de la RMAIV en el año 1937 (izquierda) y una imagen actual (derecha). En la zona marcada con una cruz blanca, se observa una salida de la Laguna Torrecillas que no era navegable y en la que abundaban arena, manglares y dunas, los cuales desaparecieron a partir de la construcción del Aeropuerto Internacional Luis Muñoz Marín.
A pesar de su designación, los impactos negativos al arrecife no han sido eliminados en su totalidad. Aún el arrecife lucha con problemas que iniciaron a partir de la construcción del Aeropuerto Internacional Luis Muñoz Marín en la década de 1950.
“La construcción del Aeropuerto Internacional marcó el punto histórico de este arrecife. De hecho, podríamos dividir su historia como Antes del Aeropuerto y Después del Aeropuerto. Si se observa una vista aérea, uno ve la proximidad y analiza la inmensidad que esto significa y no es para menos. Con la construcción del Aeropuerto, el Cuerpo de Ingenieros del Ejército abrió la Boca de Cangrejos, se eliminaron sus dunas, una cantidad enorme de manglares fueron arrasados y para empeorar el cuento, se empezó la construcción de los condominios y hoteles en la playa con la misma infraestructura de alcantarillado de 1950. A eso hay que añadirle las urbanizaciones de Carolina que impactan la Laguna Torrecillas, la construcción del Cangrejos Yacht Club que eliminó los pocos mangles que habían en esa esquina, la sobre pesca, el dragado del canal que divide la Punta del Medio y el cayo Isla Verde para pasar una embarcación a la que le hicieron un muelle ilegal. Eso entre otros factores son los que han impactado nuestro Arrecife Urbano, héroe de mil batallas,” expuso López.
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La RMAIV confronta además los estragos de la pesca furtiva, del tránsito descuidado de jet skies y otras embarcaciones y de la contaminación lumínica. Asimismo, esta Reserva se ve impactada por las descargas de aguas usadas que, en vista de que el sistema de alcantarillado está obsoleto, se desbordan y se mezclan con las aguas del alcantarillado pluvial.
Como reserva localizada en un área metropolitana, en la que predominan el cemento, los carros y la contaminación en todas sus formas, la tarea de conservación de la RMAIV presenta múltiples retos. A preguntas en torno a los retos que enfrenta la RMAIV, la doctora Álida Ortiz Sotomayor, bióloga marina, educadora y miembro de la Junta de Manejo Colaborativo de la RMAIV, contestó:
“Primero, darle a los arrecifes de coral la misma
atención e importancia que se les da a los bosques en tierra y que las personas entiendan que este valioso ecosistema marino también está accesible y que nos provee unos servicios únicos, tales como: protección a la costa, refugio para especies marinas de valor comercial, recreación y atracción turística. Segundo, es un laboratorio de investigación para conocer las adaptaciones que hacen los organismos que habitan en el arrecife de coral a los impactos de sedimentación continua y pobre calidad de agua. Tercero, la misma
Foto: Paco López Mújica
Foto: Oliver Bencosme Palmer
La manatí Marena (arriba en la foto) es miembro de la familia de manatíes que frecuenta la Reserva. Foto: Paco López Mújica
El tránsito de embarcaciones de motor no se permite dentro de la Reserva. Arrecifes Pro Ciudad, Inc. y la Junta de Manejo han logrado acuerdos con operadores de concesionarios privados y estos instruyen a sus clientes para que no entren en el área. No obstante, todavía hay personas que, en su carácter privado, entran al área con sus jet skis.
accesibilidad que vemos como ventaja, es un reto para la protección, pues las personas causan todo tipo de impactos, porque presumen que ahí no puede existir coral vivo y por lo tanto no hay que tener cuidado de no pasarle por encima con las embarcaciones, lo cual hace la vigilancia ciudadana necesaria todo el tiempo.”
“Los retos en la protección de este arrecife son enormes pero peor estábamos antes que se designara reserva. La designación de reserva nos provee un sinnúmero de ventajas. Lo primero es el reconocimiento de que existe este lugar meritorio de protección. Esto impacta a las autoridades del orden público, a los usuarios y a los vecinos del área. Coloca el lugar en el mapa ambiental que antes no estaba. Anima las personas que se han esforzado en la protección para seguir trabajando. En inglés, la palabra standing es exactamente lo que ofrece una designación, le da una posición a la comunidad que se ha organizado como los “Vigilantes del Arrecife”. El grupo sigue el Protocolo de Vigilancia con las autoridades de orden público,” indicó López.
El biólogo Carlos E. Diez identifica las colonias de coral cuerno de alce (Acropora palmata) en el arrecife. Foto: Paco López Mújica
Paco López también reconoce los retos al tiempo en que destaca la importancia que ha tenido la designación del lugar como Reserva Marina. Para la comunidad, esto ha representado un impacto positivo.
El Arrecife de la Isla Verde es un hábitat ideal para las tortugas marinas. La tortuga en la foto es una residente. Esto se conoce por el sedimento en su caparazón. 19
“El DRNA es el custodio responsable de la Reserva Marina, y con el DRNA y el Municipio de Carolina, Arrecifes Pro Ciudad, Inc. tiene el Acuerdo para poder trabajar. También recibimos la colaboración de la Junta de Calidad Ambiental, la Compañía de Turismo, Programa del Estuario de la Bahía de San Juan, el Capítulo Estudiantil Sociedad Ambiente Marino, la academia, Coalición Playas Pa’l Pueblo, vecinas y vecinos, usuarios y usuarias de nuestras playas,” explicó López acerca del funcionamiento de la Reserva y de los colaboradores que contribuyen con el éxito de la misma.
La designación oficial de esta Reserva facilita que más personas se sumen a los esfuerzos de conservación. Simultáneamente, incrementan las tareas que hay que realizar. Entre ellas se destacan: la comunicación con la ciudadanía y las autoridades, el desarrollo de actividades educativas y mantener la continuidad de la vigilancia en la Reserva. No obstante, Paco López, ente clave en la designación de la Reserva, así como también los miembros de la Junta de Manejo y otros colaboradores miran el trabajo con un alto nivel de energía y positivismo. “Haber comenzado en la aventura de la protección de este lugar nos ha dado la oportunidad de conocer tanta gente comprometida: los profesores que nos han guiado, los servidores públicos de corazón; sentir la cantidad enorme de boricuas entregados en la protección de nuestras islas. Ese es el mejor regalo que podemos recibir así que estamos felices y bien agradecidos. Esto no es un sacrificio, es un placer, por eso no hay cansancio, hay energía para seguir adelante,” manifestó asertivamente Paco López.
La autora agradece la información provista por el señor Francisco “Paco” López Mújica, por la doctora Álida Ortiz Sotomayor y por el señor Ruperto Chaparro Serrano para la redacción de este artículo.
Miembros de la Junta de Manejo Colaborativo Reserva Marina Arrecife de la Isla Verde. De izquierda a derecha se encuentran: Carlos Félix, Annette Tolentino, Gino Negretti, Robert Matos, Álida Ortiz, Alberto Pérez, Michelle Gil y Paco López. 20
Foto: Archivo de Reserva Marina Arrecife de la IslaVerde
Actualmente, la Reserva cuenta con una Junta de Manejo compuesta por los siguientes miembros: la profesora Álida Ortiz, las señoras Annette Tolentino y Mirgrelis Ramos y los señores Carlos Félix, Robert Matos, Gino Negretti, Alberto Pérez y Paco López. El plan de manejo para la RMAIV se encuentra en etapa de revisión y, mediante la Ley 274, se asignaron $100,000 al Departamento de Recursos Naturales y Ambientales (DRNA) para la colocación de letreros interpretativos y boyas, la preparación del plan de manejo y el desarrollo de actividades educativas. La Reserva carece de un lugar de operación, tal como un centro de bienvenida u orientación. También, hay problemas de estacionamiento. Estas situaciones, a juicio de Paco López, las estarán “superando en la medida en vayamos organizando la Reserva Marina,” según expresó.
Foto: Hector J. Ruiz Torres y Oliver Bencosme Palmer
Arrecifes Pro Ciudad, Inc.
Este fotomontaje muestra la cercanía que hay entre los ecosistemas marinos de la Reserva Marina de Isla Verde y la ciudad. Por: Cristina D. Olán Martínez, MA
En el área metropolitana, un grupo de ciudadanos—voluntarios y voluntarias—ha aunado esfuerzos para proteger y restaurar los arrecifes de coral y las especies que habitan en ellos. Son Arrecifes Pro Ciudad, Inc. y a su labor se le atribuye, en gran medida, la designación de la Reserva Marina Arrecife de la Isla Verde (RMAIV).
“Esta es una corporación sin fines de lucro cuya naturaleza o propósitos son: proteger, fomentar, conservar y administrar la protección de la Zona Marítima Costera, las playas, los arrecifes de corales, estuarios, mangles, el agua, flora y fauna,” indicó Paco López, fundador de Arrecifes Pro Ciudad, Inc. y miembro de la Junta de Manejo de la RMAIV. La RMAIV constituye un pulmón marino en medio del área metropolitana. Su designación es uno de los mecanismos con los que se cuenta para proteger los pocos recursos naturales que quedan en la zona.
“Esta reserva, a pesar de que se encuentra amenazada constantemente por impactos del área urbana (como contaminación y pesca y otra condiciones antropogénicas) es un oasis marino en el medio de una costa tan impactada y urbanizada como lo es Isla Verde y San Juan. En este arrecife, hay representación de muchas especies críticas como lo son el carey, el peje blanco, el manatí, los tiburones, los acropóridos y otras especies tales como las langostas y los meros, por ejemplo. Hay una diversa variedad de peces juveniles y larvas de crustáceos, moluscos y peces. También, hay representación de diferentes ecosistemas o comunidades marinas como hierbas de Thalassia y arrecifes de coral. Claro, todo en pequeña escala por su área, pero si de gran valor,” explicó Carlos E. Diez, biólogo que, en su carácter profesional, ha asesorado y adiestrado al personal de Arrecifes Pro Ciudad, Inc. en técnicas de monitoreo de vida marina, ha servido de enlace entre el Departamento de Recursos Naturales y Ambientales y el grupo y ha ofrecido su apoyo en actividades educativas.
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Foto: Paco López Mújica
Foto: Paco López Mújica
En las imágenes de la parte superior, se muestran los participantes y parte de las actividades de la charla-taller “Pinta tu arrecife” que se ofreció como parte del campamento de verano de la Junta de Calidad Ambiental y que fue organizada por el DRNA, el Municipio de Carolina y Arrecifes Pro Ciudad, Inc.
“La naturaleza toma tiempo en sanar y eso es lo que hemos estado haciendo [ayudarla a sanar],” expresó Pérez sobre el trabajo de Arrecifes Pro Ciudad, Inc. A través de actividades educativas, de presentaciones y de la participación en simposios, torneos de surf, ferias y festivales buscan, entre otras cosas, concientizar a las personas acerca del valor ecológico del Arrecife de la Isla Verde. 22
Carlos Diez, biólogo del DRNA, ofreció una charla sobre contaminación lumínica y anidamiento de tortugas marinas. Foto: Paco López Mújica
Los trabajos de Arrecifes Pro Ciudad, Inc. comenzaron en el año 2005. Sus metas de conservación originales incluían el área que comprende las 7 Marías en Puerta de Tierra hasta Piñones. De ahí, el nombre de Arrecifes Pro Ciudad, un grupo compuesto por ciudadanos que, como bien afirmó Alberto Pérez, miembro de la Junta de Manejo Colaborativo de la RMAIV y propietario del Hotel La Playa, quieren concientizar a Puerto Rico acerca del valor de esta área para el disfrute de las personas y para el turismo y dar a conocer la gama de efectos que tienen nuestras acciones sobre el medio ambiente.
Foto: Paco López Mújica
Diez, además, recomienda a la ciudadanía y a los turistas visitar la RMAIV. El biólogo destacó también que esta reserva permite que las personas tengan la experiencia de ver el mundo marino a unos cuantos metros de la costa y en el área metropolitana.
Como parte de las actividades de “Conoce tu Reserva Marina”, CESAM, DRNA y Arrecifes Pro Ciudad, Inc. organizaron el “Festival de la Colilla” en el cual se recogieron 5,000 colillas de cigarrillo en la playa en un periodo de 6 horas.
“Durante esas actividades además, recogíamos firmas de endoso a la idea de proteger el arrecife. Así llegamos a recoger 3,500 firmas de gente que no tenían idea que existía este lugar con sus especies, cuatro de estas amenazadas y en peligro de extinción tales como el manatí, el carey, el peje blanco y el coral cuerno de alce, con carácter de urgencia para su protección,” indicó Paco López en referencia al Arrecife de la Isla Verde. Adicional a las actividades educativas, Arrecifes Pro Ciudad, Inc. ha creado un grupo de vigilancia del área del Arrecife de la Isla Verde. Los propios ciudadanos procuran que se respeten las normas de la reserva e identifican
problemas que pueden estar afectando este recurso natural.
“Para los fines de vigilancia del arrecife celebramos una reunión donde formamos los “Vigilantes del Arrecife”, voluntarios que vigilamos que se observen las reglas de la Reserva Marina en su protección y para esto nos reunimos en dos ocasiones con la Policía Estatal, la Policía Municipal de Carolina y el Cuerpo de Vigilantes del DRNA para coordinar el protocolo de vigilancia que seguimos en el lugar,” comentó Paco López al respecto.
Arrecifes Pro Ciudad, Inc. cuenta además con el respaldo de: el Departamento de Recursos Naturales y Ambientales, el Municipio Autónomo de Carolina, la Cámara de Representantes, el Programa del Estuario de la Bahía de San Juan, la Compañía de Turismo, The Nature Conservancy, la Coalición Playas Pa’l Pueblo, el Grupo ATMAR, el Grupo Tortuguero de Puerto Rico, CORALations, la Sociedad de Ambiente Marino y CESAM.
La autora agradece la información brindada por los señores Francisco “Paco” López Mújica (fundador de Arrecifes Pro Ciudad, Inc. y miembro de la Junta de Manejo de la RMAIV) y Alberto Pérez (miembro de la Junta de Manejo de la RMAIV y dueño del Hotel La Playa en Isla Verde) y por el biólogo Carlos E. Diez (biólogo del DRNA y experto en tortugas marinas). Foto: Archivo de Reserva Marina Arrecife de la IslaVerde
Las actividades que ha realizado el grupo son numerosas. Entre ellas, figuran talleres de dibujo y pintura, instalación de letreros, reuniones comunitarias, charlas nocturnas en la playa sobre contaminación lumínica y recogidos de basura. Junto al Capítulo Estudiantil de la Sociedad Ambiente Marino (CESAM) llevaron a cabo el “Festival de la Colilla”, en el que recogieron colillas de cigarrillo y orientaron a las personas sobre la contaminación en la playa debido a las colillas de cigarrillo que la gente lanza. También, junto a la Federación de Surfing de Puerto Rico, organizaron el evento “Stand Up Paddle Board.”
Participantes del evento de “Stand-Up Paddle Board” organizado por Arrecifes Pro Ciudad, Inc. en colaboración con la Federación de Surfing de Puerto Rico. 23
Participantes del Campamento Cajaya junto a la doctora Álida Ortiz durante un viaje de estudio en la década de 1970.
Por: Jannette Ramos García
La primera impresión
Entrar a su hogar es internarse en un templo a la educación. Desde que se transita bajo el dintel de la puerta principal hacia la sala, te transportas a un mundo mágico donde los libros denotan la pasión que por ellos sienten la doctora Álida Ortiz Sotomayor y su esposo Edgardo Ortiz Corps. Cajas llenas de revistas, estibas de periódicos perfectamente organizados, cuadros interesantes en las paredes, una bandera de Puerto Rico y libros: libros por todas las esquinas y un sótano donde numerosos anaqueles albergan cientos y cientos de ellos. Se observan libros antiguos perfectamente conservados, libros de ficción, de historia, de ciencias, de política y curiosamente, su dueña y su dueño parecen saber dónde están cada uno de ellos y de qué tratan. Cada libro parece tener un nicho y sobre todo, allí se
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respira un profundo respeto por ellos. La sola presencia de los textos delatan el compromiso con una tarea que no tiene fin: educar, esa misión a la que Álida le ha dedicado gran parte de su vida. La niñez
Su niñez en Mayagüez fue presagio de su vida como educadora. El entorno que la vio nacer “era de barrio, era de vecindario,” donde todo el mundo se conocía. Álida se crió junto a sus dos hermanas—Rosa Iris e Irma—jugando en las aguas de lluvia que corrían por las cunetas de las calles no pavimentadas del sector Buena Vista en Mayagüez. Para ellas, era una delicia porque “en Mayagüez llueve todos los días después de las tres de la tarde.” Proviene de un hogar muy conservador y a su alrededor vivía la familia extendida. Las mujeres de su
Foto: Archivo Fotográfico de Sea Grant Puerto Rico
Álida Ortiz Sotomayor: Pionera de la educación marina en el Caribe
Vida universitaria
En 1958, fue la primera de su familia en ingresar al Colegio, como se le conoce popularmente a la Universidad de Puerto Rico, Recinto de Mayagüez. Todos los días iba a pie desde su casa en Buena Vista hasta el Colegio y luego de regreso. Su sueño era estudiar literatura hispánica. Para ese entonces, el Colegio no ofrecía dicho currículo y sus padres no la dejaron irse a la Universidad de Puerto Rico en Río Piedras. Por lo tanto, decidió entrar por ciencias, específicamente, biología. Allí, el impacto que en ella causaron profesores tales como los doctores José Ramos, Juan Rivero, Juan Gerardo González Lagoa y Manuel Vélez entre otros, fue tal que según expresó, “hicieron mi personalidad de estudio y de campo y fueron los modelos más importantes de toda mi vida de estudios.” Como parte de su experiencia universitaria, tuvo la oportunidad de formar parte de un curso que se ofreció por primera vez en los años 60 llamado biología de campo. En él, se aglutinaron un grupo de profesores y unos 15 estudiantes que durante todo un verano, viajaron por todo Puerto Rico; desde el Bosque de Maricao hasta Maunabo. Ese fue el primer contacto de la doctora Ortiz con el este de Puerto Rico. Allí nació su deseo de vivir cerca de una de las rocas grandes que son características de esa región.
Fue un sueño que, al pasar los años, logró. En su hogar en Humacao, una roca enorme se balancea en una pendiente de su patio. Así las cosas, cada una de las experiencias que adquirió durante su bachillerato la fueron llenando de fascinación por el trabajo de campo. Tanto le gustaba que procuraba asistir a todos los “field trips” que pudiera, aún cuando no estuviera matriculada. Pero fue un curso de biología marina impartido por el doctor Juan Rivero el que la llevó un verano por primera vez a Magueyes. Allí conoció a los pescadores de La Parguera y a los boteros que la llevaban a la islita que luego se convertiría en su centro de estudio. Esas vivencias fueron tan importantes que aún conserva cada libreta y los apuntes que tomó en ese periodo. La interacción con personas de diferentes disciplinas académicas la fueron moldeando y le dieron “estructura y contenido.” Cada persona que conoció aportó a su formación porque más allá de ser expertos en alguna materia, tenían una amplitud de conocimientos, eran sencillamente, interdisciplinarios. Reconocer que esas interacciones son casi cosa del pasado, la lleva
La doctora Álida Ortiz lideró viajes de campo para que los estudiantes de la Escuela Intermedia de Yabucoa aprendieran sobre los ecosistemas marinos y costeros. 25
Foto: Archivo Fotográfico de Sea Grant Puerto Rico
familia eran y son fuertes de carácter, longevas y muy unidas. Esas características permean aún sus vidas. Su padre, Epifanio Ortiz, poseía un colmado allí en Buena Vista, mientras que de su madre, Inés Sotomayor, recuerda, que fue una mujer que solo llegó hasta octavo grado. Sin embargo, tuvo la sabiduría de leer mucho con ella. Leía a su lado los libros de Álida y la esperaba en las noches cuando tenía que estudiar. De esa forma, hilaba el amor que luego su hija desarrollaría por los libros y la educación sin imaginarse que la niña se convertiría en la primera persona en obtener un doctorado en Ciencias Marinas en Puerto Rico.
Foto: Archivo Fotográfico de Sea Grant Puerto Rico
a lamentarse de que ahora las universidades crean expertos en una materia pero no le dan el bagaje cultural necesario para que sus conocimientos sean más amplios.
Sus interacciones con sus compañeros y compañeras también han quedado fijas en la memoria de ellos y ellas. Allá para 1972 a 1973, Miguel Rolón (actual Director del Consejo de Administración Pesquera del Caribe) visitaba Magueyes por primera vez antes de comenzar a estudiar biología marina. Al llegar, se topó con Álida sin saber que luego estarían ligados por décadas de trabajo.
“Veo a una muchacha muy hermosa, sentada en un escalón gigante, frente a los laboratorios y yo pienso que era una artista. Entonces, me siento al lado de ella a mirar lo que hacía y le digo: ‘A la verdad que esos cuadros se ven tremendos.’ Ella me pregunta, ‘¿Qué cuadros?’ Y yo le contesto, ‘esas algas, esas pinturas están tremendas.’ Y ella viene y me dice, si serás @$#^%@, ¿no ves que estos no son cuadros? Estas son algas. ¿Tú no sabes nada de esto?’,” relató Miguel. Miguel le contestó entonces que no sabía nada porque él lo que tenía era un bachillerato en biología. En ese momento, Álida lo sentó y comenzó a explicarle “de la A a la Z” todo sobre las algas, cuáles son las rojas, las verdes. Por qué unas se ponen de una forma y otra. En fin, se tomó el tiempo para darle la mayor cantidad posible de información sobre las algas y la forma de montarlas luego para preservarlas para estudio.
Álida aún era estudiante, pero ya bullía en ella, la educadora. Desde ese día nació en Miguel admiración, respeto y una amistad que perdura hasta hoy. En ese periodo, compartieron también como compañeros de clase y tomaron un curso de verano con el doctor Máximo Cerame Vivas. Ella fue la única A en la clase. Miguel la considera una de las personas más inteligentes que ha dado Puerto Rico o en cualquier parte.
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La doctora Álida Ortiz junto al primer grupo de extensionistas marinos y personal administrativo de Extensión Agrícola cuando se inició el Programa Sea Grant en Humacao.
Por su parte, el doctor González Lagoa quien fue su profesor de biología oceanográfica durante el doctorado recuerda que cuando ella tomó su curso “fue glorioso por el tipo de estudiantes extraordinarios que tuvo, especialmente ella. Me impacta su pasión por la educación de hacerle llegar a maestros y a estudiantes la información sobre los sistemas marinos de forma que sea asimilable para que todos y todas la entiendan. Cuando yo trabajaba con Hernández Ávila en el Programa de Educación (de Sea Grant) yo organizaba los talleres y uno se buscaba personas conocidas porque le llegan a la gente. Y yo la buscaba a ella para que diera una conferencia o parte del taller […]. Ella venía y entretejía todo el material que se le dio sobre los ecosistemas para que luego se lo pudieran llevar a los estudiantes. Juntos, trabajamos en muchas cosas y compartimos en Sea Grant en las cuestiones de educación y luego ella lo cogió [el Programa de Educación] y lo desarrolló en un programa bien fuerte,” expresó el doctor González. Rumbo a la academia
Al terminar su bachillerato, Álida permaneció en el Colegio en un trabajo de verano dentro
de lo que se conocía como el Centro Nuclear, lugar en donde ahora se encuentra el Centro de Investigación y Desarrollo. En esos días, vino como invitado desde la Universidad de Cornell, el doctor Harlam Banks, quien ofreció conferencias de las cuales Álida participó. A partir de ese momento, Cornell se convirtió en su centro de estudios para la maestría ya que Banks la invitó a estudiar en esta prestigiosa universidad y el doctor Suckey, con quien ella trabajaba en el Centro Nuclear, le regaló el pasaje. En Cornell, dirigida por el doctor Banks, completó su maestría en botánica. Al regresar a Puerto Rico, se reencontró con su antiguo profesor de biología, el profesor Ángel Rodríguez, quien le dijo; “tú vas a ir a Humacao,” refiriéndose a que Álida se convertiría en profesora de dicho recinto.
Foto: Archivo Fotográfico de Sea Grant Puerto Rico
En aquel tiempo, lo que es hoy el Recinto de Humacao, era un colegio regional donde los programas de estudio solo duraban dos años. La mentalidad de colegio regional era refrescante, porque era “una comunidad de aprendizaje” en la cual la biblioteca siempre estaba abierta para todos y todas. Contratada como profesora, Álida comenzó su vida en Humacao, un pueblo que le era totalmente desconocido y que, posteriormente, se convirtió en su hogar. El ambiente de colegio regional fue uno excepcional para la nueva profesora. Según cuenta Edgardo, todo el mundo, incluyendo
Se observa a la doctora Álida Ortiz en el campo. “Además de estudiar la costa, es importante conocer los rasgos geográficos del interior para entender los impactos sobre la orilla del mar,” indicó Álida.
al profesorado, cooperaba organizando los laboratorios, todos salían juntos al campo y cuando “queríamos pasar un momento chévere nos íbamos al Yunque a ver hongos bioluminiscentes, a la playa de Humacao o a la Fanduca. Y lo mejor era que nadie tenía egos en aquel grupo.” El compartir entre profesores y estudiantes, salía de los confines de los salones y de los laboratorios. Proyecto Sea Grant
Ya como profesora de universidad, a la doctora Álida Ortiz se le presentaron muchas oportunidades de proyectos de educación fuera del salón de clases. Fue la primera persona en realizar un doctorado en Ciencias Marinas en Puerto Rico y en ese periodo, cuando se graduaba de doctorado en 1976, el presidente de la Universidad era el doctor Arturo Morales Carrión. Para entonces, él estaba en conversaciones con la National Oceanic and Atmospheric Administration (NOAA) para establecer el Proyecto Sea Grant en Puerto Rico. Durante su graduación de doctorado y mientras recibía su investidura de manos del doctor Morales Carrión, él le dijo que al otro día iniciaban el Proyecto Sea Grant en el Colegio Regional de Humacao. “Comenzamos como Proyecto de Extensión— asociado al Servicio de Extensión Agrícola— asesorando pescadores con tres extensionistas marinos que trabajaban en el campo. Luego, iniciamos las actividades de Educación Marina, con actividades para estudiantes preuniversitarios y maestros. De aquí nació el Centro de Educación Marina en UPR-Humacao,” explicó Álida sobre los inicios de Sea Grant y su intervención como primera directora del Programa.
Al tiempo en que Sea Grant se desarrollaba, dio comienzo también un esfuerzo muy cercano entre maestras y maestros del área este de Puerto Rico y el Departamento de Educación (DE), gracias a Julio López Ferrao quien era el director de ciencias en el DE. Esta iniciativa dio
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Foto: Archivo Fotográfico de Sea Grant Puerto Rico
muy regionalista. Confrontaban entonces con el problema de que los libros de texto con que educaban, eran basados en el marco continental. Por consiguiente, no tenían la base, para entender otras corrientes marinas y otros temas. Así que durante un semestre aprendían sobre el ambiente marino de Puerto Rico y luego acudían a otros lugares para continuar aprendiendo.
Visita al paseo del Indio en la Reserva Nacional de Investigación Estuarina de Bahía de Jobos, lugar que Álida considera como sitio ideal para desarrollar el salón de clases fuera de la escuela.
paso a diversas conferencias que Edgardo y Álida ofrecían en las escuelas y, posteriormente, a varias series de talleres para maestros. Los talleres para maestros, para los cuales contaron con el auspicio del DE, preparaban a los educadores para discutir temas marinos en la sala de clases y facilitaban la trasmisión de conocimiento a los estudiantes. Por cada maestra o maestro que asistía a los talleres, cientos de estudiantes también aprendían sobre los ecosistemas marinos y costeros. Tanto para Álida como para Edgardo, como educadores, era muy importante la relación de excelencia que guardaban con otros Programas Sea Grant en los Estados Unidos. Entre los diferentes programas, se lograron acuerdos de intercambio muy fructíferos. Los maestros y las maestras contaban con la oportunidad de entender el ambiente marino tropical caribeño. No obstante, el marco conceptual que tenían era
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Gracias a un acuerdo con el Programa Sea Grant de Carolina del Norte y del estado de Maine, el grupo de maestros y maestras tenía la oportunidad de ir por la costa del Atlántico a ver las diferencias en mareas entre la costa este de Estados Unidos y Puerto Rico. Veían las diferencias en las pesquerías y asistían a los mercados. Luego, los maestros de Carolina del Norte y de Maine, venían a Puerto Rico durante una a dos semanas a conocer nuestro ambiente. Estos intercambios permitían la creación de lazos entre los grupos que con el paso del tiempo, se mantenían. Este esfuerzo era subvencionado por el Departamento de Educación, por el Programa Sea Grant y la Universidad de Puerto Rico y se conocía como Asociación de Maestros Pro Educación Marina (AMPEM).
Luego, durante la presidencia del doctor Ismael Almodóvar, el Programa Sea Grant se transfirió al Departamento de Ciencias Marinas en el Recinto de Mayagüez. Sus oficinas principales permanecen en Mayagüez al día de hoy. El primer director del Programa en Mayagüez fue el doctor Manuel Hernández Ávila, quien a juicio de Álida, realizó un excelente trabajo. El componente de educación marina se mantuvo en Humacao hasta el momento en que Álida se jubiló, pero en su lugar quedó su alumna, Lesbia L. Montero Acevedo, quien hasta el día de hoy es la Coordinadora de Educación del Programa Sea Grant de la Universidad de Puerto Rico (PSGUPR). “Conocí a Álida en 1988 cuando tomé el curso de Seminario de Temas Costaneros durante mi bachillerato en Biología Marina. En ese curso, el tema principal fue Jobos. Álida quería que se desarrollaran trabajos alrededor de la Reserva
Como mentora, Álida ha infundido confianza y le ha permitido a otras personas desarrollar su capacidades. Ella cree firmemente en ayudar a los demás para que ellos mismos puedan adquirir destrezas y ponerlas en práctica. Lesbia es una entre muchos educadores y educadoras a quienes Álida les ha brindado su apoyo y conocimiento. “Ella tuvo una confianza increíble en mí; ella sabía que yo podía hacerlo y no se equivocó. Aprendí muchas cosas; ella fue un modelo a seguir. Todo lo que soy en el área profesional se lo debo a ella. Fue mi mentora, amiga y mi segunda madre. Yo cuando la llamo le digo
madre y algunas veces nos encontramos, hablamos; nos ponemos al día o solo para abrazarnos y ese abrazo es mi forma de agradecerle por todo,” expresó Lesbia acerca de las cualidades de Álida.
Son numerosos los esfuerzos educativos que ha llevado a cabo la doctora Ortiz. Dentro del Programa Sea Grant, Álida también trabajó en el desarrollo del conocido Campamento Cajaya (que significa tiburón en taíno), experiencia que, durante varios veranos, le permitió a una gran cantidad de jóvenes adolescentes conocer el mar. Algunas de las personas participantes de Cajaya continuaron carreras en las ciencias marinas y en la biología marina. Además, Álida colaboró en los inicios del Programa Guardarenas en Puerto Rico. Mediante Guardarenas, grupos de niñas, niños y jóvenes junto a sus líderes, estudian las corrientes, el viento, las olas y la composición de la arena, entre otros factores clave en la dinámica de las costas.
“Álida tiene un compromiso genuino con la conservación de los recursos marinos y costeros y no ha bajado la guardia en su defensa de estos ecosistemas y atracciones naturales. Álida es
La doctora Álida Ortiz junto a grupo de estudiantes de la UPR-Humacao en una visita al Yunque en la cual coincidieron con el cantautor Tony Croatto. 29
Foto: Provista por Álida Ortiz Sotomayor
Estuarina. A mí me interesó el tema de la educación con el manglar, en especial, realizar una guía de actividades. Desde ese entonces, Álida y yo desarrollamos una relación bien interesante. A partir de ese curso, Álida me contrató por jornal para trabajar en Sea Grant en las actividades educativas. Comencé realizando actividades educativas de varios temas marinos, luego los viajes de campo y por último, los talleres a maestros,” relató Lesbia sobre su relación con Álida en el Programa Sea Grant.
Foo: Oliver Bencosme Palmer
la madre de Sea Grant en Puerto Rico y nunca ha dejado de serlo. Ella ha colaborado con Sea Grant en innumerables oportunidades. Hemos desarrollado proyectos para las escuelas, maestros, pescadores, recepcionistas, agencias gubernamentales, estudiantes universitarios y siempre con la misma pasión y deseo por la educación,” expresó Ruperto Chaparro Serrano, actual director del PSGUPR. Compromiso continuo y a todos los niveles
Su labor con los educadores de Puerto Rico, siempre ha ido de la mano con el trabajo académico en la universidad. A lo largo de más de 30 años, Álida impartió clases en diferentes recintos de la Universidad de Puerto Rico aun cuando su base fue siempre el Recinto de Humacao. Dictó cursos en temas tales como: Biología general, Botánica marina, Recursos pesqueros, Manejo de recursos costeros, Geomorfología de costas y Didáctica ambiental. En la UPR, además, se desempeñó como Asistente Especial del Presidente de la UPR, Lcdo. Fernando Agrait, durante la implantación del Programa de Desarrollo de la Facultad. De igual forma, ocupó diversos puestos administrativos, muchos de ellos vinculados estrechamente con la educación y la capacitación de maestros y maestras en el área de las ciencias. Álida se jubiló de la UPR en el año 2000. No obstante, esto no significa que la tarea haya culminado. Actualmente, imparte cursos en la Universidad Metropolitana (UMET), ofrece talleres con el Departamento de Recursos Naturales y Ambientales (DRNA) y lidera el Panel Asesor de Extensión y Educación en el Consejo de Administración Pesquera del Caribe (CFMC, por sus siglas en inglés). Desde 2001, a través de su propia firma de consultoría educativa Consultores Educativos Ambientales, C.S.P., ofrece talleres sobre temas de comunicación y educación ambiental, estrategias pedagógicas en ciencias fuera del salón de clases y servicios de mentoría para maestros. Ha prestado también servicios como consultora de la Compañía de Turismo de Puerto Rico (CTPR).
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No siempre son estudiantes jóvenes los que acompañan a la doctora Álida Ortiz. Adultos, pescadores y líderes comunitarios también son alumnos de educación marina.
“Mi trabajo en la CTPR, luego de jubilada de la UPR, fue esencialmente proveer espacios de aprendizaje al personal de la CTPR y a los dueños de facilidades de hospederías en las costas con el propósito de que pudieran comprender la importancia de los ecosistemas costeros para el turismo, pero al mismo tiempo, la fragilidad que tienen ante el impacto del turismo. Además, trabajamos en el diseño de la Política Ambiental de la CTPR, en el establecimiento del Programa Bandera Azul de Playas y la implantación de las Buenas Prácticas Ambientales en los Paradores,” comentó Álida al hablar de sus esfuerzos de educación dentro del ámbito del turismo. Desde el campo de las ciencias y gracias a su vocación de educadora, Álida ha podido llegar a miles de personas y fomentar el amor por la naturaleza y su estudio en ellos y ellas. Su interés profesional ha sido principalmente “la educación para el buen uso de los recursos costeros a diferentes poblaciones, irrespectivamente de sus intereses académicos y niveles de escolaridad,” según expresó. Esta preocupación por el buen uso de los recursos es el motor que la ha llevado también ha trabajar en pro de la conservación y el uso sustentable de nuestras reservas marinas. A lo largo de varias décadas, Álida ha pertenecido a diversos grupos de trabajo cuyo propósito principal ha estado dirigido a la conservación, al uso sabio y al manejo de los recursos. Con
Asimismo, revisó el Plan de Manejo de la Reserva Natural Arrecifes de la Cordillera, la cual considera un recurso extraordinario para cursos y talleres en ecosistemas marinos. En tiempos más recientes, ha estado involucrada en las labores relacionadas a la conservación y al manejo de la Reserva Marina Arrecife de la Isla Verde en Carolina, ya que, entre otras cosas, forma parte de su Junta de Manejo. Dentro de la Junta, específicamente, su presidente, Paco López, la considera como “una de sus profesoras” en lo que a ambiente marino se refiere.
Foto: Jannett Ramos García
la Reserva Natural de Humacao mantiene un estrecho vínculo que se remonta a la década de los 70 ya que participó del grupo comunitario que luchó para evitar que secaran las lagunas y las convirtieran en urbanizaciones. Esta Reserva le ha servido además como laboratorio de campo en sus cursos y talleres de maestros. “Le tengo un cariño enorme a esa Reserva,” declaró Álida.
Álida ha sido la profesora para una gran cantidad de personas en Puerto Rico. Mediante sus talleres y la preparación de materiales educativos para diferentes disciplinas en temas marinos ha logrado capacitar a cientos de maestros y maestras en la enseñanza de temas marinos en el salón de clases. Los materiales educativos que ha preparado han sido incluidos en el currículo general y en los cursos de educación ambiental de muchas escuelas en Puerto Rico. “Como educadora es excelente, intuitiva, firme y paciente. Ella desarrolla al máximo las potencialidades ocultas de cada estudiante, de forma que, a partir de ellas, puedan ocupar un rol importante en la sociedad,” mencionó Lesbia.
Asimismo, su labor educativa ha trascendido los límites de Puerto Rico. Álida ha servido como Consultora Internacional para el Programa de Medio Ambiente de las Naciones Unidas (PNUMA) en el Caribe. A través del PNUMA, ha capacitado a personas responsables de tomar decisiones sobre el medio ambiente en temas de conservación y uso sustentable de los recursos marinos y costeros en Barbados, Belice, Jamaica, República
Álida Ortiz junto a su esposo, Edgardo Ortiz, frente a la gran roca que forma parte del patio de su casa. “El patio de mi casa es particular...,” dice Álida. 31
Dominicana, México, Trinidad-Tobago, Saba y Sta. Lucía. También ha servido como Consultora para la Alianza del Caribe para el Turismo Sustentable en la capacitación del personal en las empresas hoteleras y de turismo con el fin de lograr un manejo adecuado del ambiente y la conservación de los recursos costeros en diferentes países del Caribe. Junto con sus labores en el CFMC, se puede decir que todas estas experiencias han hecho de Álida una auténtica caribeña.
“En 1995 tuve la oportunidad de colaborar con el Programa de Naciones Unidas de Medioambiente (PNUMA) en Jamaica y con la Alianza del Caribe para el Turismo Sostenible en San Juan, encuentro que causó una impresión irreversible en mi forma de ver lo que sabía sobre el ambiente marino, por mi preparación profesional y la conexión con la actividad del turismo. Hasta ese momento entendía ambos espacios como contrarios y el turismo como el impacto totalmente negativo sobre el ambiente marino. Los ejemplos de Puerto Rico contribuían bastante a esa idea. Sin embargo, cuando tuve la oportunidad de presentar los ecosistemas costeros como los manglares, las playas y los arrecifes a los dueños de hoteles, gerentes de negocios de turismo y oficiales de gobierno en diferentes lugares del Caribe y lograr que comprendieran que pueden hacerse actividades de turismo sin impacto negativo y que estuviesen dispuestos y entusiasmados a hacerlo, me hizo ver claramente el espacio de educación amplio— más allá de la ecología y las ciencias marinas— para todos los sectores. Y eso es lo que vengo haciendo desde entonces,” confesó la doctora Ortiz al tiempo en que también demostró que ella también sigue aprendiendo. Hacia el futuro
La educación, al igual que la gran mayoría de los procesos en la vida, no tiene un final. Constituye un devenir constante en el que se busca la transformación permanente del ser humano y su participación integral en la sociedad. En su tiempo libre, Álida se mantiene leyendo
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y escribiendo y, por ende, viviendo en carne propia lo que es su pasión: educar.
Sus planes futuros siguen atados a esta vocación incesante y desprendida. La doctora Álida Ortiz cuenta con una vasta colección de publicaciones. Entre las más recientes, se destacan Los arrecifes de coral (publicado por el Programa Sea Grant en Puerto Rico), Juntos… aprendemos a preservar nuestra Reserva Natural de Humacao (publicado bajo el Programa de Educación Comunal de Entrega y Servicio) y Local Action Strategies for Coral Conservation in Puerto Rico (publicado con la UMET y el DRNA). No obstante, a ella no le interesa acumular publicaciones sino compartir con los demás lo que sabe y recibir de otras personas más enseñanzas y experiencias. Sus publicaciones, más bien, son herramientas para educar. Le basta saber que ha tocado el corazón y el intelecto de alguien y que esa otra persona puede también seguir transformando vidas. “Mantenerme en este rumbo de educación en todos los espacios e instancias en los cuales me tope con la mirada brillante de una persona que pueda ser motivada, por lo que digo, a examinar todos los puntos de vista y encontrar más tarde que [esa persona] me diga: ¡lo hice!,” puntualizó Álida sobre sus planes futuros.
Nota de la autora Conocer e interactuar con Álida Ortiz es estar en la presencia de una mujer que se me antoja excepcional. Transmite luz y aunque se proyecta suave, se nota el empuje, la fuerza y la pasión que siente por lo que hace, por educar. El compartir un rato con ella sencillamente te nutre. Aprendes, disfrutas y sientes que quieres saber más. En fin, dice una canción de Serrat, “es menuda como un soplo.” Ella es pequeña en estatura, tanto como un soplo, pero su estatura intelectual, cultural, de justicia, de conciencia de todo tipo, la hacen una gigante que la lleva a sobresalir entre los y las mas grandes de nuestra patria. Gracias a ella y a Edgardo por abrirme las puertas de su hogar, de sus vidas y por el rato tan placentero que compartieron conmigo. Agradezco también la información provista por el señor Ruperto Chaparro Serrano (PSGUPR), la bióloga Lesbia L. Montero Acevedo (PSGUPR), el señor Miguel Rolón (CFMC), la señora Diana Martinó (CFMC), el doctor Juan G. González Lagoa (UPRM), el señor Francisco “Paco” López Mújica (RMAIV) y la señora Zulma E. Martínez Camacho (UPRM).
Foto: Héctor J. Ruiz Torres
Cuidemos los arrecifes de coral Por: Delmis del C. Alicea Segarra, EdD
Los arrecifes de coral son ecosistemas que cobijan una gran diversidad de especies marinas por lo que proveen un atractivo para actividades como el buceo recreativo.
Tiempo: Esta actividad durará varios periodos de clase. El maestro lo determinará de acuerdo al tema que se está estudiando y a las necesidades de los estudiantes. Nivel: El maestro adaptará la actividad al nivel que se encuentran sus estudiantes.
Puerto Rico posee abundantes recursos marinos y costeros que son utilizados de diversas maneras. Con el fin de reducir los conflictos de usos y proteger estos recursos, se designan las áreas marinas protegidas. Dentro de los distintos tipos de áreas marinas protegidas, se encuentran las reservas marinas. En Puerto Rico, estas reservas poseen una gran variedad de especies entre las cuales se destacan los arrecifes de coral. Este ecosistema se caracteriza por su amplia biodiversidad y por la gran cantidad de beneficios que ofrece. Los arrecifes de coral…
• proveen hábitat para peces de importancia recreativa y comercial. • son productores de oxígeno ya que las zooxantelas que contienen en sus tejidos llevan a cabo fotosíntesis. • sirven de protección costera ya que funcionan como una barrera natural que disminuye la fuerza de las corrientes y del oleaje y, a su vez, reducen la erosión costera. • constituyen uno de los atractivos turísticos más importantes del mundo. • continúan siendo fuente de importantes proyectos de investigación científica. • contribuyen al proceso de formación de arena. Debido a que los corales y otros organismos asociados poseen carbonato de calcio, cuando mueren, sus esqueletos vienen a formar parte de las arenas.
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A pesar de la gran importancia que tienen los arrecifes de coral, estos se ven amenazados por diversos factores tales como: la sedimentación, el alza en las temperaturas del agua como resultado del cambio climático y el calentamiento global, las descargas de desperdicios y de aguas usadas al mar, la deforestación, la sobrepesca, el desarrollo costero desmedido y el uso irresponsable de los recursos marinos y costeros, entre otros aspectos.
Foto: Craig Quirolo/Reef Relief/Marine Photobank
Estos problemas no sólo afectan a los arrecifes de coral, que ya son muy frágiles de por sí, sino también a los organismos asociados a estos. Si alguno de los organismos se ve impactado, todo el ecosistema sufre y el balance natural se rompe, lo que puede resultar en su deterioro y en su eventual muerte. Los corales son sumamente delicados y, por ende, vulnerables a los cambios en parámetros tales como temperatura, salinidad, turbidez y calidad del agua, entre otros. Al igual que cualquier otro
Los arrecifes de coral son hábitat esencial para los peces. 34
organismo, los corales pueden enfermarse. Las enfermedades que sufren son variadas y sus causas también.
Algunos de estos padecimientos se pueden observar a simple vista como por ejemplo, las enfermedades de banda blanca, de banda amarilla y de banda negra. Las mismas, además de amenazar la superviviencia del coral, cambian su apariencia. Las condiciones en su entorno también afectan los procesos vitales que llevan a cabo los corales. Por ejemplo, si hay demasiados sedimentos en el agua y la turbidez es demasiado alta, la cantidad de luz que reciben se reduce significativamente y se afecta el proceso de fotosíntesis que llevan a cabo las zooxantelas (algas pequeñas) que viven en sus tejidos formando una relación simbiótica con el coral. Además, los corales pueden experimentar blanqueamiento, que ocurre cuando el coral expulsa sus zooxantelas y debido a ello, pierde el color.
Un arrecife enfermo también se puede identificar por la pobre cantidad de organismos que habitan en él. La disminución en la cantidad de organismos puede significar que la salud del arrecife es deficiente. relación simbiótica - Proceso mediante el cual varios organismos que viven juntos se benefician de su vida en común.
Muchos de los cambios que ocurren en el entorno de los arrecifes están relacionados a las actividades humanas. Cambiar los malos hábitos y cuidar nuestros recursos marinos y costeros es un compromiso que debemos asumir todos para nuestro beneficio y el de futuras generaciones.
A continuación, realizarás una actividad, que te ayudará a identificar distintos elementos que pueden afectar los corales y te permitirán proponer soluciones a estos problemas. Objetivos:
Antes de comenzar la actividad, debes buscar información sobre los arrecifes de coral. Puedes encontrar información sobre los arrecifes de coral en los libros: Encuentro con el mar y Los arrecifes de coral del Programa Sea Grant.
Foto: Oliver Bencosme Palmer
1. Identificar arrecifes de coral enfermos. 2. Mencionar los factores que pueden estar afectando los arrecifes de coral. 3. Explicar por qué estos factores impactan negativamente a los arrecifes de coral. 4. Determinar el ambiente propicio para que el arrecife de coral se desarrolle saludablemente. 5. Proponer soluciones efectivas para proteger y cuidar los arrecifes de coral. 6. Concienciar al público de la importancia de conservar este ecosistema tan valioso. 7. Compartir el conocimiento adquirido para lograr proteger los corales.
Acercamiento a los pólipos del coral estrella grande, Montastrea cavernosa. 35
Preguntas: 1. Menciona qué factor(es) observaste en las fotos que pueden estar afectando negativamente los arrecifes de coral. Explica cada uno de estos factores. 2. Analiza exhaustivamente cada factor y explica qué puede estar causándolo.
Foto: Pichón Duarte
Foto: Pichón Duarte
Foto: Pichón Duarte
Foto: Pichón Duarte
Foto: Juan L. Torres
Foto: Héctor J. Ruiz Torres
I. Corales saludables vs. Corales enfermos Observa cuidadosamente las siguientes fotos e identifica la(s) que muestra(n) un ecosistema de arrecifes de coral poco saludable. Escribe una marca de cotejo (✔) en el cuadro que se encuentra al lado de la(s) foto(s) que seleccionaste. Luego, contesta las preguntas que se presentan a continuación. Recuerda que para hacer tu elección puedes comparar los colores, la calidad del agua (turbidez, cantidad de sedimentos) y la cantidad de especies, entre otros elementos.
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II. ¿Cuál es el ambiente ideal para que los corales se desarrollen? La claridad del agua es fundamental para que se desarrollen los arrecifes de coral saludablemente. Esto se debe a que las zooxantelas (algas microscópicas) que viven en los corales necesitan la luz del sol para poder realizar el proceso de fotosíntesis, tan necesario para que los corales puedan vivir. Por lo tanto, el que el agua no esté turbia es un factor determinante para el crecimiento del coral.
La turbidez es una propiedad que expresa el grado de claridad del agua. Sus unidades de medida son: NTU (Unidades nefelométricas de turbidez), JTU (unidades de turbidez de Jackson) o m-1. A mayor turbidez del agua, menor probabilidad de que se desarrollen efectivamente los arrecifes de coral.
A continuación podrás observar una tabla que contiene tres (3) puntos de muestreo de turbidez hipotéticos. En estos 3 puntos, se muestra la turbidez medida en unidades de turbidez de Jackson (JTU). Analiza cuidadosamente cada uno de los puntos y determina en cuál(es) de ellos existe un ambiente propicio para que puedan crecer saludablemente los arrecifes de coral. Utiliza la siguiente escala de turbidez para hacer tu análisis. Recuerda que existen muchos factores que deben estar presentes para que los arrecifes de coral puedan desarrollarse, sin embargo, en este ejercicio solamente utilizaremos el factor de la turbidez. Escala de turbidez
En esta escala se observa un Disco Secchi que es un instrumento que se utiliza para medir la claridad del agua. Mientras más claro ves el disco, más clara está el agua y menor turbidez existe en ese lugar. En otras palabras, a menor el número
de turbidez (JTU), mayor claridad del agua y mayor probabilidad de desarrollo de corales. Luego de comparar los diferentes muestreos con la escala de turbidez, determina en cuál(es) punto(s) constituyen un ambiente ideal para que los arrecifes de coral crezcan saludablemente.
Muestreo de turbidez Punto de muestreo Turbidez (JTU) 1 6 2 98 3 25
III. Salvemos los corales Reúnete con tus compañeros y discute con ellos posibles alternativas para proteger y evitar que los corales enfermen o mueran. Para realizar este trabajo, el grupo se dividirá en sub-grupos de 3 o 4 personas. Cada sub-grupo hará su análisis y luego lo compartirá con el grupo completo. Justifica tu respuesta. IV. Conciencia ambiental Es fundamental que se concientice al público sobre la importancia de mantener con vida este ecosistema. Para lograrlo, crea un anuncio publicitario donde muestres la belleza de los arrecifes de coral en las distintas reservas marinas. Luego, haz una invitación o un llamado a la conservación y al uso sustentable de estos. Realiza esta actividad en el mismo sub-grupo que trabajaste el ejercicio anterior y utiliza tu creatividad al máximo. Busca fotos, información e imágenes de las playas, de los corales y de las reservas marinas que se mencionan en los dos números de la revista sobre reservas marinas. Después crea un afiche publicitario (collage, dibujo, etc.) impactante en el que se presente la necesidad de cuidar ese lugar. Si tienes acceso a tecnología, crea un anuncio publicitario animado, de 30 segundos, utilizando la página electrónica: http://animoto.com. Al final de la próxima página, te mostramos un ejemplo del afiche que puedes realizar.
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V. Comparte tu conocimiento Ya has logrado identificar corales enfermos y saludables. También explicaste los factores que podrían estar afectando los corales, analizaste la turbidez de varios puntos de muestreo y determinaste el ambiente ideal para que un coral pueda desarrollarse efectivamente. Luego, propusiste alternativas viables para protegerlos y creaste conciencia al público de la necesidad apremiante de cuidarlos. Ahora, es importante que compartas todo lo que aprendiste. Para esto, analiza la siguiente situación y resuélvela. Situación: Supongamos que has decidido comenzar un negocio de guía turístico y te has dado cuenta que a la mayor parte del público le gusta visitar aquellos lugares que tienen que ver con el mar. Como parte de tu oferta, has incluido viajes a las reservas marinas para que las personas puedan disfrutar de los recursos marinos y
costeros que posee. Para que los turistas tengan una experiencia única, tú los llevarás a hacer “snorkeling” o a bucear en los arrecifes de coral. Eres una persona muy consciente de la importancia que tiene este ecosistema y como parte del recorrido que ofreces a los turistas, les hablarás de esta importancia, la manera de utilizarlos sustentablemente y de varias alternativas viables para protegerlos.
Imagina que tus compañeros de clase son los turistas a los que estás llevando al recorrido por los arrecifes de coral. Ofréceles la información que les darías a tus clientes. Recuerda que debes ser breve, conciso pero contundente ya que es un recorrido turístico y es importante ir al grano y expresarte de forma simple y clara. Después, escribe tu mensaje para que se lo entregues a tu maestro.
Foto: Héctor J. Ruiz Torres
Este recurso es tuyo, utilízalo y protégelo.
Esta imagen muestra un ejemplo de un afiche que invita a proteger el arrecife de coral. 38
Ilustraciones por: Defichiramary Tirado Choque
Deifchiramary Tirado Choque, ilustradora
Foto: Oliver Bencosme Palmer
Por: Cristina D. Olán Martínez, MA
A los seis años se refirieron a ella como una artista y, desde entonces, no ha parado de dibujar. Esa es Deifchiramary Tirado Choque, una de las ilustradoras del Programa Sea Grant de la Universidad de Puerto Rico (UPRSG), a quien muchas personas conocen como “Chira.”
Desde pequeña, se interesó en el mundo del arte, nos relató. Una combinación de curiosidad, talento y práctica, la llevó a tomar la decisión de completar un Bachillerato en Artes Plásticas en la Universidad de Puerto Rico en Mayagüez (UPRM). Allí, tuvo la oportunidad de tomar cursos en áreas tales como dibujo, pintura, escultura y grabado, entre otros. No obstante, el dibujo es lo más que le apasiona.
“De verdad que prefiero utilizar el dibujo como medio ya que siempre ha sido lo más placentero para mí. Siempre tengo una diversidad de ideas en la cabeza que prefiero poder ilustrar en vez de escribirlas en una hoja de papel. Para mí, el dibujo es la forma más rápida para poder representar mis pensamientos, sin importar cuán absurdos sean. Recientemente, me ha surgido un interés de realizar dibujos a color, pero aún queda un largo camino antes de poder aplicar correctamente las diversas combinaciones de colores. En segundo lugar, estaría la escultura pero aún no he podido practicarla lo suficiente. Además, lo único que tengo para esculpir son unas barras de jabón, y aunque quedan muy interesantes los resultados, me gustaría encontrar otros materiales para practicar,” comentó la ilustradora. Esta misma pasión por el dibujo fue la que la condujo al PSGUPR cuando aún era estudiante
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de bachillerato en la UPRM. Supo, a través de algunos compañeros, que en el PSGUPR estaban buscando una persona para ilustrar. Además, fue recomendada por el profesor Alfredo Ortiz, quien en diversas ocasiones, también ha apoyado a otros estudiantes talentosos a conseguir oportunidades de trabajo y exposición.
En el PSGUPR, ha realizado múltiples trabajos. Chira ha preparado diversos afiches e ilustraciones. Entre los afiches se destacan uno que preparó para la Primera Asamblea Nacional de la Federación de Pescadores y Defensores del Mar (FEPDEMAR), Inc. y otro que hizo para el Centro Hemisférico de Cooperación en Investigación y Educación en Ingeniería y Ciencia Aplicada (CoHemis). Sus trabajos de ilustración han sido variados: imágenes de aves para un libro que está pronto a publicarse, ilustraciones de plantas, estampas de la cacería en Puerto Rico e ilustraciones para la revista Fuete y Verguilla. Su arte, además, constituye un medio para expresar su preocupaciones con relación al medio ambiente. “Mediante las ilustraciones, se puede concientizar, emocionar, prevenir, aprender, sobre una diversidad de actos que afectan al mar y la vida marina. He podido ver cómo mediante las artes se han podido ilustrar una serie de cuentos educativos excelentes que les enseñan a los niños a cómo valorar y conservar su entorno. Además de la ilustración, en Sea Grant tenemos unos excelentes videos, imágenes, hasta música que en conjunto forman lo que considero una obra de gran calidad. Mediante estos, se puede despertar en los individuos unos valores que ayuden a poder apreciar nuestros mares y medio ambiente,” expresó Chira. Luego de trabajar, Chira no para de ilustrar. Su pasatiempo consiste en “practicar dibujando muchos bocetos”
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y “jugar” con PhotoShop para aprender cosas nuevas de esta herramienta. Asimismo, continúa estudiando ya que le interesa también el campo de la educación.
“Actualmente, pertenezco al Programa de Preparación de Maestros de Escuela Secundaria. Más específicamente, estoy realizando la Metodología en las artes visuales. Durante la Metodología, se observa en una escuela asignada para prepararte a realizar la Práctica, en la cual se darán clases de la materia de especialidad. Además de este curso, también estoy tomando otras dos clases de educación y una de arte. La motivación para querer dar clases aumenta por semana. Sobre todas las cosas, quiero aprovechar lo que el Colegio me ofrece y seguir adelante con ello,” dijo con entusiasmo. Chira tiene muchas metas a completar y sigue trabajando para lograrlas. Esa misma motivación la lleva a ver su trabajo en Sea Grant como un descubrimiento nuevo cada día. Sus expresiones lo evidencian: “El trabajo es toda una aventura.”
Un acercamiento bibliográfico a las áreas marinas protegidas
Al igual que la lista bibliográfica publicada en el número anterior, en esta sección les presentamos una serie de recursos informativos relacionados al tema de las áreas marinas protegidas en Puerto Rico. Estos los dirigirán a páginas electrónicas, agencias gubernamentales, colecciones de libros, entre otros recursos, que ayudan a profundizar en los temas desarrollados en este segundo número de la revista. También, les proveemos una lista básica de palabras clave para realizar búsquedas en línea. Palabras claves áreas marinas protegidas, reservas marinas, reservas naturales, marine protected areas, notake marine reserves, marine nature reserves, marine preserves
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Fotos: Oliver Bencosme Palmer
Por: Alessandra Otero Ramos, MIS
(Parte II)
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CONOCE A LOS COLABORADORES DE ESTE VOLUMEN
Jannette Ramos García, BS fueteyverguilla@gmail.com
Nació en Cabo Rojo, Puerto Rico. Posee un bachillerato en Enfermería Profesional de la Universidad de Puerto Rico, Recinto de Mayagüez, donde también, en una etapa posterior a su bachillerato, tomó cursos libres en áreas tales como: antropología, etnografía, política, pensamiento puertorriqueño y conciencia de género, entre otras. Completó cursos en el Centro de Estudios Avanzados de Puerto Rico y el Caribe conducentes a una maestría en Estudios puertorriqueños. Los estudios posteriores a su bachillerato fueron claves en su formación para las responsabilidades que luego asumió en el Centro Interdisciplinario de Estudios del Litoral (CIEL) y en el Programa Sea Grant de la Universidad de Puerto Rico (PSGUPR). En el PSGUPR, ha realizado tareas diversas entre las que se destacan la coordinación de la revista Fuete y Verguilla—publicación principalmente dirigida a divulgar, reconocer y colaborar con los asuntos concernientes a la pesca comercial—y la dirección de esfuerzos enfocados en la promoción de la pesca, comercialización y consumo del pez león, especie invasora en nuestras aguas caribeñas. Por muchos años, trabajó como mantenedora de un espacio radial de temas libres. Usando esa experiencia en locución radial, sirve como la voz oficial de los videos educativos del PSGUPR. Fue también la voz y libretista del documental Con Sabor a Mayagüez, producción del Programa Sea Grant y del curso de Cultura musical afroboricua que resaltó la herencia de la bomba y la plena como géneros musicales en la costa oeste de Puerto Rico. Jannette es la orgullosísima madre de tres hijas y abuela de dos nietos.
Paco López Mújica, BA arrecifeislaverde@gmail.com
Se desempeña como diseñador gráfico y animador. Posee un bachillerato de la Universidad Autónoma de México. En 1984, fundó Animación Boricua, Inc. y creó “Las Plumas del Múcaro”. Con ello, comenzó la incursión en el universo de la naturaleza como tema para la gráfica. En 1990, realizó los filminutos ecológicos y logró exhibirlos en cine y televisión. Estos abordaban los temas de: la basura en las playas, el ruido y la tala de árboles, entre otros. Están disponibles en su canal de YouTube, en el siguiente enlace: http:// youtu.be/dtdv7eaMJmw?list=PLA41BDDFF7B18 FC27. Durante dieciocho años, ha impartido clases de animación en la Universidad del Sagrado Corazón. En el año 2005, junto a su compañera Annette Tolentino, comenzó el esfuerzo para la protección del Arrecife de la Isla Verde. Entre 2006 y 2007, diseñó seis carteles sobre los Sistemas Naturales de Puerto Rico y creó la historieta ambiental “Las playas son del pueblo pa’ que tú lo sepas”. En 2009, fundó Arrecifes Pro Ciudad, Inc. y organizó el Comité para la Designación de la Reserva Marina. Luego, en el año 2012, este comité logró la designación de la Reserva Marina Arrecife de la Isla Verde. Una vez designada la Reserva Marina, procedió a: dirigir su Junta de Manejo, comenzar los trabajos de diseño de letreros para la Reserva, dibujar la historieta ambiental Tina Tinglar y la contaminación lumínica y crear las animaciones Chef Volitans y el Pez León y Limpiando el agua con la Pelícana Chana. Su mayor satisfacción, a los 64 años, es contar con los mejores profesores en: la Junta de Manejo, el DRNA, Sea Grant, la UMET, la UPR de Río Piedras y las Organizaciones Ambientales que lo van guiando por esta aventura maravillosa de conservar nuestros recursos naturales. “La naturaleza y la gráfica: una excelente combinación,” expresó. 43
Delmis del C. Alicea Segarra, EdD delmis.alicea@upr.edu
Jan P. Zegarra, MS jpzool@yahoo.com
Posee un maestría en Biología de la Universidad de Puerto Rico, Recinto de Mayagüez. Actualmente, trabaja para el Servicio Federal de Pesca y Vida Silvestre bajo el Programa de Especies en Peligro. Es del signo Piscis y fanático de toda la naturaleza. Obtuvo su primera licencia de buceo a los 17 años de edad en La Parguera, Lajas. Siempre le ha gustado la fotografía y, durante sus estudios graduados, comenzó a retratar debajo del mar. Su vínculo con el ambiente marino y la fotografía lo expresa de la siguiente manera: “No me puedo imaginar una vida separado del mar. Realmente es un reto poder fotografiar los organismos del mar lo más natural posible. La naturaleza no deja de sorprenderme y trato de capturar eso en mis fotos para compartirlo con los demás, ya que me preocupa lo desconectados que vivimos del mundo que nos rodea. Considero un privilegio las oportunidades que me brinda mi trabajo por la conservación de las especies en Puerto Rico. Igual le doy gracias a la madre naturaleza.”
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Posee un Bachillerato en Ciencias Físicas de la Universidad de Puerto Rico en Mayagüez (UPRM), una Maestría en Enseñanza de Ciencias de la Universidad Interamericana de Puerto Rico en San Germán (UIPR-SG) y un Doctorado en Educación con Especialidad en Currículo y Enseñanza de la UIPR-SG. Ha fungido como instructora en la UIPR-SG en el Departamento de Educación y Educación Física y como catedrática auxiliar en la División de Educación Continua y Estudios Profesionales de la UPRM. En la UIPRSG, a nivel graduado, ha enseñado los cursos de: Historia y filosofía de las ciencias, Ecología para maestros, Las ciencias y su enseñanza a nivel elemental y Física 1 para maestros. En la UPRM, ha enseñado los cursos de: Uso de la microcomputadora en el salón de clases, Fundamentos filosóficos de la educación y Práctica docente en la enseñanza de física en la escuela secundaria. Ha ofrecido talleres en los siguientes temas: principios de currículo, estrategias, métodos y técnicas de enseñanza, medición, evaluación y avalúo, estilos de enseñanza y aprendizaje, planillas de especificaciones y construcción de pruebas, construcción de blogs educativos y maestro efectivo. Además, ha participado en el diseño de blogs, módulos educativos y cursos en línea en la UPR y en el Departamento de Educación de Puerto Rico. Actualmente, se desempeña como Especialista en Currículo y Evaluación y Coordinadora del Proyecto Guardarenas en el Programa Sea Grant de la Universidad de Puerto Rico (PSGUPR). En el PSGUPR, es también gestora de la preparación de guías educativas para maestros.
Richard Appledoorn, PhD richard.appeldoorn@upr.edu
Posee un bachillerato en Ciencias Ambientales de la Universidad de Rudgers y completó su doctorado en Oceanografía Biológica en la Universidad de Rhode Island. Desde 1981, ha fungido como Catedrático en la facultad del Departamento de Ciencias Marinas de la Universidad de Puerto Rico en Mayagüez. Durante ese periodo ha graduado 13 estudiantes de maestría y 11 estudiantes doctorales. Dentro del campo de la biología pesquera ha llevado a cabo un amplio trabajo en el tema de la biología y de la pesquería del carrucho y de los peces de los arrecifes de coral. Sus investigaciones más recientes se han enfocado en las agregaciones de peces, la dispersión de larvas de peces y la distribución y los movimientos de los peces de arrecifes de coral y su relación con las distribuciones de los hábitats en el paisaje marino. Le ha dado particular énfasis al desarrollo de criterios biológicos para las reservas marinas y al uso de las reservas en el manejo de las pesquerías y de las zonas costeras. Posee vasta experiencia en la investigación y el avalúo de las pesquerías en el Caribe, particularmente en: Venezuela, Colombia, Belice, Jamaica, República Dominicana, las Islas Vírgenes Estadounidenses y las aguas de las Antillas Menores. Por largo tiempo, ha sido miembro de la Junta de Directores del Instituto de Pesquerías del Golfo y el Caribe (GCFI, por sus siglas en inglés) y del Comité de Ciencias y Estadísticas del Consejo de Administración Pesquera del Caribe (CFMC, por sus siglas en inglés). En este último, el doctor Appledoorn se encuentra a cargo de mejorar el manejo a través de la producción de la mejor información científica posible.
Cristina Damaris Olán Martínez, MA comunicacionespsgupr@gmail.com
Nació, se crió y actualmente vive en Mayagüez. Posee un bachillerato en Administración de Empresas con Concentración en Estudios Organizacionales y una maestría en Estudios Hispánicos. Comenzó a trabajar como editora en el Programa Sea Grant de la Universidad de Puerto Rico en el año 2007, en los inicios de sus estudios de maestría. Actualmente, se desempeña como Coordinadora de Comunicaciones de dicho Programa. Allí está a cargo de la coordinación de trabajos en equipo, colaboraciones con otras instituciones y actividades, edición de textos, manejo de redes sociales y redacción de artículos y libretos, entre muchas otras tareas que realiza junto a un amplio equipo de trabajo del cual se siente muy orgullosa. Además, forma parte del Panel Asesor de Extensión y Educación del CFMC. Desde pequeña, ha disfrutado de la escritura, de la naturaleza y de la vida en familia y en comunidad. Le fascina el mar y entiende que este le ha brindado oportunidades maravillosas de crear, escribir, soñar y sentirse libre. Entre sus pasatiempos, figuran el snorkeling y el arte marcial coreano Tae Kwon Do.
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Edwin A. Hernández-Delgado, PhD coral_giac@yahoo.com
Nació en San Juan, PR el 15 de febrero de 1966. Creció y estudió en el sistema de escuelas públicas de Juncos. Posee un bachillerato en ciencias en Biología Marina de la Universidad de Puerto Rico (UPR)Humacao, una maestría en Microbiología Ambiental de la UPR-Río Piedras, un doctorado en Biología Tropical, con especialización en Ecología de Arrecifes de Coral, de la UPR-Río Piedras y un postdoctorado en Microbiología Molecular de Corales en la UPR-Río Piedras. Trabaja como Investigador Afiliado al Centro de Ecología Tropical Aplicada y Conservación y al Departamento de Biología, UPR-Río Piedras, donde coordina el Grupo de Investigación en Arrecifes de Coral. Igualmente, trabaja como Investigador Principal de la Sociedad Ambiente Marino. Sus áreas de investigación principales son: 1) impactos de los factores humanos y el cambio climático en los arrecifes de coral, 2) dinámicas transicionales y capacidad de recuperación en los arrecifes de coral, 3) rehabilitación ecológica de los arrecifes de coral, 4) conectividad entre los ecosistemas terrestres y marinos y 5) el uso de los corales como indicadores del paleoclima. Edwin es también poeta, guitarrista, intérprete y cantautor de la Nueva Canción.
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Craig Quirolo cquirolo@gmail.com
Fundó la organización Reef Relief en 1987 y lideró la misma hasta su retiro en 2009. Ha fungido, además, como director de varios programas relacionados a la salud de los arrecifes de corales y el manejo apropiado de los mismos. Es un un marinero de gran destreza: sus viajes lo han llevado a las costas de Jamaica, Honduras, las islas Bahamas, Cuba, Panamá y el Cayo Hueso y los Cayos de la Florida. Ha aportado ideas para la colocación y el mantenimiento de boyas de anclaje para proteger los corales a través de todo el Caribe. Más allá de mostrar la belleza de los corales, utiliza las fotografías para dar seguimiento a la condición de estos organismos y documentar anomalías. Por tal razón, sus fotografías resultan de gran valor científico al momento de estudiar los impactos que tienen las enfermedades y los procesos naturales sobre los corales. Dada su amplia experiencia, ha contribuido con fotos o texto que se han incluido en varias publicaciones de carácter científico. Quirolo es también un autor muy prolífico: ha publicado más de 10 obras de fotografía e informes de salud de los corales. Estas labores le han ganado reconocimientos de parte de organizaciones científicas, políticas y de carácter de conservación y manejo de recursos. Su labor cívica también le ha ganado varios premios y becas para promover su labor. Se ha destacado por ser un trabajador incansable y por ser un profesional que por medio de su obra, tanto científica como artística, ha beneficiado a los arrecifes de coral y a las comunidades que lo utilizan como recurso.
Es graduada del programa de maestría en Educación de Inglés de la Universidad de Puerto Rico, Recinto Universitario de Mayagüez. Sus intereses investigativos incluyen: el uso de la cultura popular en la educación y la literatura popular con enfoque en el género y en la subversión/inversión de roles. Esta pasión la ha llevado a presentar sus investigaciones a Chicago, Michigan y Nueva Orleans. Su experiencia laboral es una reflexión de sus intereses; ha sido educadora en varias plataformas de enseñanza, traductora de temas de ciencias marinas e investigadora y redactora de artículos sobre la cultura y la literatura popular. En su tiempo libre, juega videojuegos en consolas, lee todo tipo de ficción y a diario, camina por la orilla de la playa con sus perros.
Foto: Oliver Bencosme Palmer
Wilmarie Cruz Franceschi, MA wilmarie.cruz@upr.edu
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Archivos fotográficos del Programa Sea Grant Puerto Rico Nuestro Programa cuenta con una amplia colección de imágenes que ayudan a comprender y a delinear el desarrollo de las Ciencias Marinas en Puerto Rico, así como el quehacer del Programa desde sus inicios. Estos archivos documentan el periodo de 1977-1997, aunque existen imágenes de 1966 y 1968. Para acceder esta valiosa colección, visite https://www.flickr.com/people/seagrantpr-archives/.
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