Revista Marejada Vol. 3 #1 otoño 2008 - primavera 2009

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¿Sobrecargando el Planeta? p. 26

Un Mundo a la Deriva p. 34

Del RUM a la Patagonia p. 18

REVISTA AMBIENTAL

Vol. III, Núm. 1

otoño 2008-primavera 2009

MAMÍFEROS INDEFENSOS TRATAMIENTO PRIMARIO DE AGUAS USADAS: Obsoleto en Estados Unidos, permisible en Puerto Rico

VARADOS EN LA FALTA DE INFORMACIÓN

ODA AL CONOCIMIENTO Dr. Juan González Lagoa

UN ERUDITO DEL ENTORNO

¡INCLUYE CALCOMANÍA OFICIAL!

$4.00


Carta del Director Esta edición de Marejada marca un avance evolutivo significativo en nuestra revista educativa. Gracias a los esfuerzos de nuestro equipo de producción y a la disposición de nuestros colaboradores, brindamos a nuestros lectores un nuevo formato que definitivamente facilita la lectura y transforma la revista en una fuente de información atractiva, certera y confiable. Como siempre, incluimos una variedad de temas relacionados a los recursos y a las atracciones naturales marinas y costeras que sabemos ampliarán sus conocimientos acerca de la conservación y el desarrollo sustentable de éstos. Bajo el tema de Alerta Ambiental en el artículo Marea alta de contaminantes se ofrece a los lectores la oportunidad de entender cómo en Puerto Rico continuamos con la práctica de utilizar nuestras playas y aguas costeras como pozos sépticos. Atrapados por un hilo presenta el tema de la basura marina desde la perspectiva de sus amenazas al medio ambiente y los esfuerzos de un grupo de jóvenes voluntarios que se han dado la tarea de removerlo del sistema, reciclarlo y educar al público acerca de cómo disponer de éste adecuadamente. Por su parte, la sección de Mar Adentro trae un artículo la mar de interesante sobre la suerte de un bebé manatí que fue rescatado en Guayama y que hoy es atendido por el personal del Zoológico de Puerto Rico. Es curioso que pocas personas puedan identificar a qué organismo pertenece la cola de la foto de portada. Esta cola es la del manatí bebé y precisamente es nuestro interés que nuestros lectores entiendan que la extinción de una especie no es ciencia ficción y que debemos preocuparnos para que estas vacas de mar no corran la misma suerte de la foca monje del Caribe la cual desapareció para siempre de las aguas de Puerto Rico y el Caribe. En Marea Roja se nos informa de un interesante viaje de investigación científica por las aguas al sur de la Patagonia realizado por dos puertorriqueñas a bordo del buque español BIO Hespérides. Huella Ecológica, de un modo firme y sutil nos presenta la incapacidad de la mayoría de las naciones para ser autosuficientes y reconocer la interdependencia en asuntos de energía, alimento y capital humano. Se pretende familiarizar al lector con este término y con las implicaciones de explotar la naturaleza de un modo no sustentable. Una sección de Marejada que estrenamos en esta edición es la de Vidas Apasionadas. En esta sección resaltamos las ejecutorias de jóvenes puertorriqueños que sobresalen por su compromiso con los recursos marinos y costeros y que son un ejemplo a emular. Nuestro primer artículo está dedicado al Dr. Juan Gerardo González Lagoa. Juan Gerardo es un hombre joven que nunca envejecerá pues su 2

energía y pasión por la investigación científica, educación y transferencia de conocimientos le han permitido descubrir la fuente de la juventud que evadió a Ponce de León. Este volumen presenta también la contradicción en el manejo de las aguas usadas en Puerto Rico, donde los mismos recursos naturales que sirven como base a las industrias de la recreación marina y el turismo— y son habitáculo esencial para los mamíferos marinos y las pesquerías de la Isla— son utilizados para descargar millones de galones de aguas usadas. Dicha situación nos invita a reflexionar acerca de las razones que tiene la AAA para solicitar dispensas al gobierno federal y seguir contaminando nuestras aguas en lugar de invertir en la salud y protección de nuestras playas. La huella ecológica que dejamos sobre nuestra Isla es como para romperse los cascos pensando en cuántos años más podremos seguir manteniendo el estilo de vida al que estamos acostumbrados en nuestra Isla, donde la capacidad de carga ideal es de 500,000 habitantes y la real es de 4 millones (4,000,000). Como dirían los mulatos del sabor, El Gran Combo de Puerto Rico: “No hay cama pa’ tanta gente.” Nuestro equipo de trabajo se ha esmerado en producir esta nueva edición de Marejada que entiendo marca el paso que vamos a seguir en nuestros esfuerzos educativos. Nuestro reto es superar la calidad de esta edición y promover la sustentabilidad de los recursos marinos y costeros entre nuestros lectores. Saludos cordiales. Respetuosamente, Ruperto Chaparro Serrano Director del Programa Sea Grant de la Universidad de Puerto Rico Créditos Marejada es publicada por la Oficina de Comunicaciones del Programa de Colegio Sea Grant de la Universidad de Puerto Rico bajo la subvención Núm. NA06OAR4170016 del Departamento de Comercio de Estados Unidos y la Administración Nacional Oceanográfica y Atmosférica (NOAA). ISSN 1947-1424 Ruperto Chaparro Serrano, MA, Director Manuel Valdés Pizzini, PhD, Director Asociado/Director Programa de Extensión Marina Milton D. Carrero Galarza, MA, Especialista en Comunicaciones/Editor en Jefe Delmis del C. Alicea Segarra, MA, Diagramación/Coordinadora de Actividades María E. Font, Especialista en Información Oliver Bencosme Palmer, Ilustrador Científico/Diagramación Alexis Rivera Miura, Ilustrador Científico Cristina D. Olán Martínez, Editora Guillermo Damiani González, Jefe de Impresos Juan Ríos Ramos, Asistente de Fotolitografía Las opiniones y los puntos de vista expresados en esta revista no necesariamente reflejan los de la Universidad de Puerto Rico o los del Programa de Colegio Sea Grant. La mención de marcas de productos en esta revista no debe ser interpretada como un endoso a las mismas.


REVISTA AMBIENTAL

otoño 2008 - primavera 2009 * volumen III * número 1

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Alerta Ambiental

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Desagüe de Contaminantes:

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La historia de las aguas usadas y nuestro mar. Atrapados por un Hilo: El hilo de pesca es uno de los contaminantes más dañinos para nuestra vida marina.

4 21

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Mar Adentro Al Rescate de los Mamíferos Marinos: Una variedad de mamíferos

marinos habitan nuestras aguas pero los datos para protegerlos son escasos.

Razones Científicas

16 Marea Roja: Un fenómeno para investigar. 26 Huella Ecológica: El análisis de

nuestra carga sobre el planeta.

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Xplorah

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26

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Vidas Apasionadas Oda al Conocimiento: La vida del Profesor Juan Gerardo González Lagoa traza sendas de inspiración y sabiduría.

Océano Global Expedición Bloom 2008: Científicas del RUM investigan en las aguas marítimas de la Patagonia.

Educando con el Mar Guardarenas: Una herramienta de exploración marítima para el salón de clases.

Horizonte

30 Xplorah: Nueva herramienta de planificación podría ayudar a un desarrollo sustentable.

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Crítica Reflexiva Nuestra Vida a la Deriva: El fitoplancton como metáfora de nuestra situación ambiental actual.

Portada: Manatí bebé huérfano custodiado en el Zoológico de Puerto Rico, por Oliver Bencosme. 3


MAREA ALTA DE CONTAMINANTES Aguas usadas acechan nuestro mar Por Milton D. Carrero Galarza y Cristina D. Olán Martínez

Fotos: Ruperto Chaparro

La historia habla por sí misma. Un paseo en lancha entre las costas de Rincón y Aguada lo ilustra. De camino, una línea de surfistas aprovecha cada arco de las olas para subirse a un recorrido que desemboca frente a una planta nuclear en desuso. Un fulgor transparente sobre las olas traza el paso del sol en el azul del mar, que se extiende en el océano hasta chocar con una piscina de desperdicios, patógenos y sedimentos que impregnan de marrón la superficie marina. Son las aguas usadas de la Planta de Tratamiento de Aguada que se confunden con las descargas del río Culebrinas a media milla de la costa. Y a sólo minutos de la zona de descarga, una manada de delfines se pasea por el mar. Es la paradoja de belleza y contaminación que compite a diario por nuestras costas, nuestros ríos, nuestra agua potable. Esta colisión entre conservación y destrucción es la que enfrentan las agencias gubernamentales a la hora de decidir entre otorgar un permiso a aquéllos que proponen explotar algún recurso natural o atender los reclamos de aquéllos que se oponen y exigen que el desarrollo se lleve a cabo de manera sustentable. En este caso, el conflicto lo propicia la Planta de Tratamiento de Aguas Usadas de Aguada que solicita una dispensa a la Agencia de Protección Ambiental, EPA por sus siglas en inglés, para continuar descargando estas aguas usadas, tratadas solamente a nivel primario, a menos de 800 metros de la orilla del mar. Esto no tan sólo preocupa a los pescadores, a los bañistas y a los vecinos, sino que promueve un nivel de tratamiento que está prácticamente extinto en los Estados Unidos y en otros países desarrollados. Actualmente, hay cerca de 19,000 plantas de tratamiento en los Estados Unidos y sus territorios, según la EPA. De ésas, sólo 37 son de tratamiento primario, de las cuales seis

están localizadas en Puerto Rico —aproximadamente un 16 por ciento de todas las plantas de tratamiento de aguas usadas en todo Estados Unidos y sus territorios. “La EPA puede discriminar contra Puerto Rico porque si intervienen con las plantas de tratamiento de aguas usadas aquí, tendrían que aportar fondos para ayudarlas a subir su nivel de tratamiento,” explicó la doctora Ana Navarro, especialista en calidad de agua del Programa Sea Grant de la Universidad de Puerto Rico. Según el doctor Jorge García Sais, quien hizo un estudio exhaustivo de las aguas aledañas a la zona de descarga de la Planta de Tratamiento, hay una presión “gigantesca” de parte del gobierno para que se concedan estas dispensas debido al costo que conllevaría aumentar el nivel de tratamiento de las aguas usadas que regularmente son descargadas al mar. Para Edwin “Paúco” Font, pescador con más de 40 años de experiencia en las costas de Puerto Rico, el costo ambiental es mayor que el económico. Según Font, el agua de la zona de descarga está turbia 300 de los 365 días del año. Él lo sabe pues depende de esos días en que el agua está clara para pescar langostas a sólo media milla de la zona de descarga. Además, durante los pasados 20 años, navegó esas aguas diariamente rumbo a su zona de buceo en Isabela. “Yo tengo una marquita ahí y estoy pendiente a que eso aclare,” señaló Font. A pesar de que diversos científicos que han evaluado las aguas señalan que la zona tiene una capacidad rápida de mezcla, su experiencia es que las corrientes son muy lentas y no permiten que los sedimentos y los contaminantes que descarga el río y la planta de tratamiento se disipen fácilmente.

De camino en lancha hacia la zona de descarga de la Planta de Tratamiento de Aguada, unos surfistas aprovechan las grandes olas en Playa Domes, Rincón, PR.

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En el caso de la Planta de Tratamiento de Aguada, el tubo de evacuación se encuentra a una distancia de menos de media milla de la orilla y existe un desacuerdo en cuanto a la profundidad del mismo. Una visita a las coordenadas que la Planta de Tratamiento cita en la solicitud de dispensa demuestra que la zona tiene menos de 30 pies de profundidad. Sin embargo, oficiales tanto de la EPA como de la Autoridad de Acueductos y Alcantarillado (AAA) señalan que el tubo está a una profundidad mayor. Mientras Jaime Géliga, de la EPA, indica que el tubo descarga a 60 pies de profundidad, el ingeniero Juan Carlos Pérez Bosill, Director de Cumplimiento de la AAA a nivel central, dice que el tubo

Y aún con estos riesgos, por diversas razones, es muy difícil medir el impacto ambiental directo de las descargas de la planta de tratamiento. “El que hizo esto es un genio,” refiriéndose a cómo la Planta de Tratamiento es capaz de enmascarar sus descargas con las del río. “Se confunden los contaminantes.” Cuando llueve, las descargas del río son mayores, lo que hace aún más difícil la tarea de distinguir qué patógenos vienen del río o proceden de la planta de tratamiento. Y aunque el muestreo comienza dentro de la planta de tratamiento, mientras el río siga descargando grandes cantidades de agua es difícil establecer un

Abajo a la izquierda: El pescador Edwin “Paúco” Font recorre la zona de descarga en su lancha. Abajo a la derecha: Vista de las aguas en la zona de descarga, según las coordenadas indicadas en la solicitud de la dispensa.

puede llegar a 80 pies. García Sais señala que el tubo está a 45 pies de profundidad, siendo así el desagüe de menos profundidad de todas las plantas de tratamiento primario en el país. “La marca que yo tengo es media milla más (lejos) y es 42 pies, así es que es imposible que eso tenga 60 pies,” indicó Font. Los oficiales de ambas agencias también difieren de los pescadores, de los científicos y de los bañistas acerca de la probabilidad de que los contaminantes lleguen a la costa. “Pudieran llegar y llegan porque están descargándose en la bahía,” expresó García Sais. “Yo no creo que esta planta es beneficiosa para nadie.” Además de la concentración de patógenos que se encuentran en las aguas cercanas al desagüe de la planta de tratamiento, la contaminación también contribuye a la proliferación de medusas, lo cual pudiera alterar el balance del ecosistema, explicó García Sais.

enlace categórico entre los contaminantes y la planta de tratamiento. Es por eso que la Planta de Tratamiento, en la Certificación de Compatibilidad con el Programa de Manejo de la Zona Costanera, indica que no existe ningún impacto adverso al ambiente marino de la zona. Pero los que han estudiado las aguas de la zona saben que el efecto de estas descargas en el mar no se puede obviar. “Yo no he dicho que no tiene un efecto,” aseguró García Sais, quien sugiere que se realicen pruebas en el agua durante las épocas de sequía. De esta manera, indica el experto en oceanografía biológica, se puede atribuir con mayor seguridad la relación entre los contaminantes en el agua y las descargas de la planta de tratamiento que inevitablemente tendrán que arrojar al mar. “Es como cuando tienes que hacer una necesidad biológica,” señaló, “tú lo puedes aguantar y aguantar, pero tarde o temprano tienes que ir al baño.” En otras palabras 5


El recorrido de nuestras aguas usadas: Diagrama de los tres tipos de tratamiento disponibles Termina tratamiento secundario

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Descarga al mar 9

Remoción de nutrientes (ej. nitrato, amonia)

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Clorinación 11

Descarga al mar 12

Termina tratamiento primario

Termina tratamiento terciario

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Aguas usadas desembocan en el alcantarillado sanitario

2 6 Descarga al mar

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4 Separación de líquidos y sólidos y clorinación

Sólidos mayores son filtrados por rejillas

se debe muestrear en las aguas durante la temporada de sequía cuando la planta alcance su capacidad de almacenamiento de aguas tratadas y se vean obligados a descargar. No obstante, el que no se pueda establecer un enlace directo entre las descargas de la planta de tratamiento y la presencia de patógenos en el mar, no significa que no afecte el ecosistema. El argumento es similar al que utilizaron las industrias tabacaleras durante mucho tiempo para negar que fumar causa cáncer. “Una vez tú tiras algo dañino, algo vas a impactar negativamente,” manifestó el pescador. “Tú no estás tirando agua destilada, ni agua de manantial. Tú lo que estás tirando es agua contaminada. ¿Cómo no va a afectar?” Aunque ninguno de los tratamientos dejaría el agua igual que si fuera destilada, un tratamiento secundario disminuiría significativamente el impacto ambiental. Normalmente, las aguas usadas de las fábricas, de las empresas y de aquellos hogares conectados al sistema de acueducto llegan todas a la tubería de alcantarillado sanitario. En ese lago de desperdicios, dice Pérez Bosill, representante de la AAA, se puede hallar de todo: desde troncos, latas y toallas sanitarias, hasta animales y— en ocasiones contadas— fetos de bebé. Se desplazan hasta una estación de bombas donde son impulsadas en su recorrido hacia la planta de tratamiento. 6

3 Bomba de recolección

Afluente comienza recorrido hacia la planta de tratamiento

En el tratamiento físico o primario, el afluente pasa por unas parrillas o rejillas, desarenadores y trituradores que remueven los sólidos de mayor tamaño. El filtrado pasa luego por unos tanques de sedimentación que precipita los sólidos al fondo, separándolos del agua que permanece en la superficie. El llamado lodo o cieno que queda en el fondo se envía a un digestor o se airea para ir luego al vertedero, ser incinerado y/o usado como composta en la agricultura. El agua, a su vez, es descargada al mar, después de ser tratada con cloro. La clorinación por sí sola, según explicó Navarro, no basta para asegurar que se erradiquen las bacterias antes de que el efluente sea lanzado al mar. Si bien es necesario que la planta continúe descargando los millones de galones que consume la comunidad diariamente, es vital que se tomen mayores medidas para disminuir la contaminación, puntualizó Navarro. “El ‘issue’ no es que no se descarguen las aguas tratadas, sabemos que tienen que descargar, lo que queremos es que mejoren el tratamiento,” expresó. Es el mismo reclamo que hace Jorge Sepúlveda, vecino de la Planta de Tratamiento y presidente de Ciudadanos Aguadeños Pro Conservación del Ambiente. “Esa planta tiene la capacidad para hacerla secundaria,” señala Sepúlveda. “¿Por qué la EPA no le exige? Tienen una medida distinta en Puerto Rico. Aquí permiten unas cosas que allá no,” expresó refiriéndose a los EUA.

Diagrama: Oliver Bencosme

Eliminación de sólidos orgánicos disueltos y clorinación

Degradación de sólidos orgánicos disueltos


En el tratamiento secundario, las aguas, además de ser sometidas inicialmente al proceso de tratamiento primario, también pasan a otro tanque en donde se degradan los sólidos restantes hasta eliminarlos. Para asegurar que no queden sólidos sedimentables, el agua vuelve a pasar por otra separación física en otro tanque antes de lanzarse al mar, tras desinfectarse con cloro. Un tratamiento terciario, removería del agua substancias tales como nitratos, nitritos y amonia para evitar restringir la cantidad de oxígeno disponible en el mar, necesario para sustentar el ecosistema marino. Según Perez Bosill, quien supervisa el desempeño de las seis plantas de tratamiento primario en la isla, la inversión mínima necesaria para llevar la planta a nivel secundario es de $100 millones, eso sin contar los gastos de mantenimiento que también serían cuantiosos.

Aguas Usadas de Mayagüez optimizara su servicio de primario a secundario. En el caso de Mayagüez, se requirió una lucha de más de una década en la que la comunidad ejerció presión hasta el punto de ir a Washington a testificar frente a la EPA. Y rindió frutos, pues recientemente esta planta de tratamiento obtuvo un galardón por su desempeño otorgado por la National Association of Clean Water Agencies. Sepúlveda y los vecinos de la zona de descarga en Aguada se opusieron en el 2003 cuando la Planta de Tratamiento de Aguada solicitó la misma dispensa. Aunque perdieron la batalla en los tribunales su lucha logró que disminuyera el mal olor en la costa. “No es que nos hemos rendido,” dijo Sepúlveda, “lo que estoy diciendo es que no es fácil.”

Sin embargo, con las alzas en el precio del servicio de agua, expresó Ruperto Chaparro, director del Programa Sea Grant de la Universidad de Puerto Rico, lo menos que debe hacer la AAA es asegurarle al pueblo que no están contaminando las playas del país ni comprometiendo la atracción más importante para las industrias de la recreación y del turismo.

Conseguir un cambio en esta ocasión resulta ser igual de cuesta arriba, pues Géliga, quien es Jefe de los Programas de Aguas Municipales en la División de Protección Ambiental del Caribe, división de la EPA que evaluará el caso, ya ha dicho que es muy probable que la Planta de Tratamiento obtenga nuevamente la dispensa.

“El que el gobierno no reconozca la necesidad de ofrecer tratamiento secundario a las aguas usadas representa una falta de interés en el manejo adecuado de un recurso natural que constituye un habitáculo esencial para los mamíferos marinos y las pesquerías, apuntó Chaparro.

Mientras se mantenga el patrón de otorgar dispensas a las plantas de tratamiento primario en vez de ayudarlas en la transición para que el tratamiento se mejore a secundario, expresó Martínez Cruzado, le estamos enviando el mensaje equivocado a la población que depende de los recursos costeros cerca de la zona de descarga.

No basta con confiar en que la AAA opte por hacer mejoras, es necesario que la comunidad se organice para provocar los cambios, comentó el profesor Juan Carlos Martínez Cruzado, quien fue instrumental en la lucha que libraron los residentes de Mayagüez para propiciar que la Planta Regional de Tratamiento de

“¿Cuál es la ruta que vamos a tomar?,” señaló Martínez Cruzado, “Si vamos a tomar la ruta de que somos un vertedero, por lo tanto no va a haber proyectos de turismo, restaurantes ni pesca cerca de las playas, o si nos vamos a dar a respetar y vamos a desarrollar nuestro entorno de una forma saludable.”

Abajo: Varios delfines nadan en aguas cercanas a la zona de descarga.

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AL RESCATE DE NUESTROS

MAMÍFEROS MARINOS

“Del mar llegó Moisés, Moisés llegó del mar, llegó en un atardecer, amor vino a buscar.” — Tony Croatto

Por Cristina D. Olán Martínez

El que conozcamos los detalles de su vida es de por sí una excepción. Con tan sólo dos semanas de nacido, quedó varado en el Sector Machete en Guayama. Fue avistado por un turista y rescatado por el Departamento de Recursos Naturales y Ambientales (DRNA) para luego ser trasladado al Zoológico de Puerto Rico en Mayagüez. Y aunque aparenta estar solo en su piscina de agua dulce — ya que no puede recibir visitas del público— lo rodean otros guardianes que cuidan de su salud, vigilan su peso, monitorean el agua y observan su conducta. Mientras el manatí se recupera, permanece a salvo de los peligros generados por los seres humanos. Es un lujo que pocos mamíferos marinos tienen en nuestras costas. “La destrucción de su hábitat, (las amenazas de) los botes y los ‘jet skis,’ los derrames de petróleo y sus derivados y el hilo de pesca son algunos de los riesgos que enfrentan los manatíes,” mencionó el doctor Luis Figueroa, veterinario del Zoológico de Puerto Rico. “Destruyen las praderas de Thalassia (especie de yerba marina) y se quedan sin comida,” añadió refiriéndose 8

Manatí bebé en el zoológico.

Hierbas marinas bajo amenaza

Hierba de manatí

Hierba de tortuga

Crece en aguas de: el Golfo de México, el Mar Caribe, Bermuda y las Bahamas. Sobresale por sus hojas cilíndricas.

Es la hierba más común en el Caribe. Se encuentra principalmente en las zonas llanas y tranquilas pero puede crecer donde existe algún embate del oleaje.

(Syringodium filiforme o Cymodocea filiformis)

(Thalassia testudinum)

Las hélices y el anclaje de los botes amenazan la supervivencia de las praderas de hierbas marinas. El manejo inapropiado de los sedimentos aumenta la turbidez en el agua y reduce la capacidad de las hierbas para absorber la luz solar.

a algunos dueños de embarcaciones que no tienen el debido cuidado al anclar sus botes en las praderas de hierbas marinas en lugar de hacerlo en boyas de anclaje o en sitios más seguros. Atender un manatí es una tarea bastante parecida a la de cuidar a un niño recién nacido, según demuestran sus custodios del personal del Programa de Rescate de Mamíferos Marinos (PRMM) del DRNA. “Al principio lo alimentábamos cada tres horas y estábamos 24 horas junto al manatí,” señaló Luis Figueroa, quien, junto a los señores David Cole, Oscar Vázquez y un nutrido grupo de estudiantes

Foto del manatí: Oliver Bencosme

Este bebé manatí parece estar protegido por algún ángel marino, pues su historia es muy distinta a la de la mayoría de los mamíferos que quedan varados en nuestras costas.


voluntarios, cuida del crío. “Ya tiene dos meses y medio y ha alcanzado un peso saludable de 77 libras. Ahora, trabajamos en turnos de tres horas que comienzan a las 6 a.m. y terminan a la 1 a.m. del día siguiente.” La mayoría de los mamíferos marinos que habitan nuestras aguas no reciben tanta atención. A pesar de que las costas y las aguas oceánicas de Puerto Rico están repletas de mamíferos marinos, la información que poseemos acerca de las especies que circundan el archipiélago puertorriqueño es escasa. Aún cuando se sabe que diversos tipos de ballenas y delfines viven y visitan el Caribe durante todo el año, son muy pocos los censos que se han realizado en las aguas de Puerto Rico, lo cual podría ser crucial a la hora de diseñar medidas para su protección. “Es difícil legislar y tomar medidas si no se conoce la población,” expresó preocupada Grisel Rodríguez del Laboratorio de Investigaciones Pesqueras en Joyuda, un componente del DRNA. Además, si ocurre un varamiento en masa (que pudiera ser producto de un derrame de petróleo, por ejemplo), ¿cómo vamos a ayudar a los mamíferos a recuperarse si no sabemos cómo era su población? ¿Cómo vamos a saber si el número de individuos es aceptable si no conocemos cuántos había antes?,” mencionó mientras explicaba la

importancia de llevar a cabo un censo de la población de mamíferos marinos. En la mayoría de las ocasiones en que queda un mamífero varado, el animal muere. A veces, pasan días antes de que alguna persona avise al Programa de Rescate de Mamíferos Marinos que hay un animal varado. Mientras más días transcurren, menores son las posibilidades de obtener información acerca de la causa de muerte del animal y de sus patrones de conducta, alimentación y reproducción previos a su fallecimiento. Además, si los seres humanos desconocen su presencia en nuestros mares o el impacto que está teniendo nuestra conducta en su ecosistema, difícilmente se pueden implementar los cambios necesarios para protegerlos. Los delfines, las ballenas y los manatíes a menudo comen, por equivocación, bolsitas plásticas de comestibles y de hielo. Son heridos por las hélices de los motores de las embarcaciones y se enredan en el hilo de pesca que arrojan los pescadores, lo cual provoca su muerte por asfixia o gangrena. Otros quedan varados, agonizantes, a la orilla del mar. En las aguas de Puerto Rico se han identificado tres mamíferos marinos en peligro de extinción: la ballena jorobada, el cachalote y el manatí antillano. Estas

Foto del delfín: Grisel Rodríguez Ferrer

Delfín hocico de botella (Tursiops truncatus)

Nota al maestro: Actividades educativas acerca de los mamíferos marinos disponibles en nuestra página web www.seagrantpr.org

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Foto: Oscar A. Cairo Mejía

Las ballenas jorobadas se aparean en aguas de la República Dominicana y dan a luz a sus crías en Puerto Rico. Arriba: Una ballena jorobada se pasea por la Bahía de Samaná en República Dominicana, febrero 2006.

Foto: Grisel Rodríguez Ferrer

El Programa de Rescate de Mamíferos Marinos del DRNA vela por el cumplimiento de estas leyes.

Una ballena jorobada sale a la superficie haciendo despliegue de su fuerza y de su gran tamaño.

especies están amparadas bajo la Ley de Especies en Peligro de Extinción. Así como esta ley protege a los mamíferos marinos en peligro de extinción, existen otras leyes que salvaguardan el bienestar de estos organismos. A nivel federal, la Ley de Protección de Mamíferos Marinos de 1972 obliga a proteger a los mamíferos marinos y a recopilar la información necesaria para estos fines. Existen muchos factores que contribuyen a la falta de información acerca de nuestros parientes marinos. Asimismo, la Ley 241 de Vida Silvestre de Puerto Rico provee directrices para el manejo, la protección y la conservación de estos organismos en Puerto Rico. 10

Pero a pesar de las leyes todavía hay un gran desconocimiento por parte del público acerca de los organismos que viven en nuestros mares y costas y los efectos que tienen las actividades humanas sobre estos cuerpos de agua. “En Puerto Rico vivimos de espaldas al mar,” señaló recientemente Robert Mayer, profesor de biología en la Universidad de Puerto Rico, Recinto de Aguadilla. Existen muchos factores que contribuyen a la falta de información acerca de nuestros parientes marinos. Entre ellos se encuentran la falta de fondos designados para la investigación y las dificultades que conlleva el estudio de los mamíferos marinos. No obstante, se han realizado algunos esfuerzos para rastrear mamíferos en nuestras playas. La Administración Nacional Oceánica y Atmosférica, NOAA, por sus siglas en inglés, ha llevado a cabo algunos censos de ballenas jorobadas esporádicamente y de paso ha documentado la presencia de otras especies, como ballenas piloto, delfines moteados, cachalotes y delfines hiladores, avistadas durante los censos. Por su parte, durante los pasados quince años, el personal de la Red de Varamientos ha hecho censos aéreos de manatíes.


CLASIFICACIÓN DE LOS MAMÍFEROS MARINOS Cetáceos Los cetáceos son el grupo mejor adaptado al ambiente marino. Incluye aproximadamente 78 especies de ballenas, de delfines y de marsopas. A los que no tienen dientes se les conoce como misticetos y a los que tienen dientes se les llama odontocetos. Aquellos que carecen de dientes poseen barbas con las que capturan diminutos crustáceos. Viven en ríos y océanos en latitudes polares y tropicales. Pueden medir desde 5 hasta 90 pies de largo y deben subir a la superficie para respirar. Sus aberturas nasales se encuentran a lo alto de la cabeza, por donde sale un vapor acuoso. En las costas de Puerto Rico podemos encontrar delfines hocico de botella y en las aguas oceánicas aledañas a la Isla habitan los delfines moteados, hiladores, enlistados y de dientes rugosos al igual que las ballenas jorobadas, las ballenas piloto, los cachalotes, las ballenas rorcuales y las ballenas de Cuvier.

Pinnípedos Se reconocen tres familias de pinnípedos: Otaridae (focas con orejas y leones marinos), Odobenidae (morsas) y Phocidae (focas sin orejas). Los pinnípedos poseen especializaciones que le permiten realizar sus actividades acuáticas tales como: forma hidrodinámica, pabellón auditivo reducido, extremidades en forma de aleta, cola pequeña y órganos genitales y glándulas mamarias retraídos bajo la piel. Van a tierra a parir y a mudar el pelo. Además, poseen una capa adiposa bajo la piel que sirve como aislante y permite que sus cuerpos conserven el calor. En las costas de Puerto Rico habitaba una especie de pinnípedo conocida como la foca monje del Caribe, la cual ya fue declarada extinta.

Los sirenios son mamíferos acuáticos herbívoros comúnmente conocidos como “vacas de mar.” A este grupo de mamíferos marinos pertenecen tres especies de manatíes, los dugongos y una especie extinta conocida como vaca marina de Steller. Al igual que los cetáceos, los sirenios completan su ciclo de vida en el agua. Son organismos grandes, de cuerpo abultado, tienen cola ancha y aplastada y poseen aletas delanteras. Su piel es dura, gruesa y con poco pelo. Además, cuentan con glándulas mamarias, una en la base de cada aleta. No obstante, los sirenios no pueden sumergirse tan profunda ni prolongadamente como muchos de los cetáceos y de los pinnípedos. En las costas de Puerto Rico habita el manatí antillano.

“Es bien sacrificado irse por semanas mar afuera, soportar la intensidad del sol y tratar de avistar especies de mamíferos marinos,” comentó Rodríguez. “No siempre están visibles. Hay que esperar a que salgan a la superficie. No todo el mundo está dispuesto a soportar esas condiciones.” Debido a las condiciones ambientales de nuestros mares el número de mamíferos en nuestras aguas es menor que en otras partes del mundo. El Caribe es un ambiente oligotrófico, es decir, bajo en nutrientes, y por consiguiente el número de presas es más bajo, lo que se traduce en menos alimento para los mamíferos marinos. Esto ocurre de manera distinta en las zonas

Ilustraciones por Alexis Rivera Gráfica por Oliver Bencosme

Sirenios

templadas como el noroeste de los Estados Unidos donde abundan grupos grandes de mamíferos marinos. Es por esto que las ballenas de Puerto Rico emigran hacia el norte durante los meses cálidos para alimentarse. En mayor o en menor cantidad, los mamíferos marinos habitan los océanos y los mares de todo el globo y comparten ciertas características. Son vertebrados de esqueleto óseo, tienen sangre caliente, respiran por medio de pulmones, fecundan y desarrollan a sus crías internamente y las alimentan mediante glándulas mamarias. No obstante, existen claras diferencias en el nivel de adaptación 11


El recuerdo de la foca monje del Caribe Pocas personas conocen que en las costas y en los mares de Puerto Rico habitaban focas. Sin embargo, en el Mar Caribe y en el noroeste del Golfo de México, habitó una especie de pinnípedo conocido como Monachus tropicalis o foca monje del Caribe. El avistamiento más antiguo de este dócil mamífero marino se remonta al segundo viaje de Cristóbal Colón en 1494, travesía en la que fue identificado como “lobo de mar.” La foca monje del Caribe se avistó por última vez en la Isla o Banco Serranilla en 1952. Dicha isla pertenece al departamento colombiano del Archipiélago de San Andrés. Esta especie fue declarada extinta en 1996 por la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza y, en el 2008, por el Servicio Nacional de Pesquerías Marinas.

En la década de 1950 se avistaron focas encapuchadas que fueron confundidas con la foca monje del Caribe. Estos avistamientos sugerían que la foca monje del Caribe no estaba extinta. Sin embargo, ya la población de la foca monje del Caribe se había agotado. Su extinción se debe a razones diversas, entre ellas: la pérdida de hábitat como consecuencia del desarrollo costero y la caza indiscriminada con el fin de obtener su piel, su aceite y su esperma; ésta última era utilizada para producir aceite de lubricación. Además, los coleccionistas de los museos las mataban y las exhibían en los zoológicos. También, gran parte de la población fue exterminada debido a la falsa creencia de que estas focas eran una amenaza para los bancos de peces. Cabe mencionar que aún sobreviven otras dos especies de foca monje: la foca monje hawaiana o Monachus schauinslandi y la foca monje mediterránea, conocida como Monachus monachus. Ambas se encuentran en peligro de extinción. La extinción de la foca monje del Caribe constituye un ejemplo de lo que pudiera ocurrir con otras especies de mamíferos marinos si no se toman las medidas necesarias para su conservación.

al ambiente marino que permiten distinguir unos organismos de otros y ubicarlos en tres clasificaciones: cetáceos, pinnípedos y sirenios. Debido a esta diversidad de mamíferos marinos y a la escasez de información que existe acerca de ellos en nuestros mares y costas, es vital señalar cuáles son las necesidades en el manejo de estas especies, cómo se van a canalizar los fondos para su estudio e identificar los factores que las están afectando negativamente. Por tal razón, el DRNA y la Comisión de Mamíferos Marinos a nivel federal discutieron estos asuntos en una reunión que llevó a cabo en diciembre de 2008 en Puerto Rico. Además, en dicha reunión, el DRNA y la NOAA realizaron un acuerdo para el desarrollo de un taller de adiestramiento para la respuesta a varamientos. Este taller se efectuará en Panamá en el 2010 y beneficiará a los gobiernos de los países caribeños de habla hispana. También, el PRMM inició una serie de conversaciones con el Laboratorio del Sureste de Miami, perteneciente a la NOAA con el fin de realizar una evaluación de las poblaciones de mamíferos marinos basada en datos históricos. Esta reunión, al igual que los esfuerzos que realiza el DRNA a través de su Programa de Rescate de 12

Mamíferos Marinos, representa un paso adelante en la protección de estos organismos. El bebé manatí es una muestra de ello. Aún no tiene nombre pero su recuperación ha sido favorable. Eventualmente, el manatí, al igual que el conocido Moisés en 1994, tendrá que volver al mar, interactuar con otros miembros de su especie y buscar su propio alimento. Pero al igual que en el caso de Moisés, su interacción cercana con los humanos deja una huella y denuncia silentemente la situación que enfrentan muchos otros mamíferos marinos que quedan varados en nuestros mares y costas. Quizás la canción que Moisés inspiró de las manos de Tony Croatto aún sirva de portavoz para otros mamíferos sin nombre. “Hoy al verlo me he puesto a reflexionar, el lugar de un manatí está en el mar. Quiero que a su mundo vuelva, pero siento el gran pesar, de por ser tan amigable, algún ser irresponsable, por maldad o por abuso, lo pueda matar.”

Ilustración por Alexis Rivera Gráfica por Oliver Bencosme

Sus características eran similares a las de otros tipos de focas: carecían de pabellón auditivo, sus cuerpos eran alargados, sus extremidades anteriores eran cortas y aplanadas y funcionaban como aletas ideales para la natación. Sus extremidades posteriores se encontraban dirigidas hacia atrás. Sus crías nacían completamente negras. Sin embargo, de adultas eran de color marrón con un matiz grisáceo, más claro en los lados, y poseían un color amarillo pálido o un blanco amarillento en la parte de abajo de su cuerpo y en el hocico.


El manatí antillano es la única especie de sirennio que podemos encontrar en nuestras costas. Un manatí antillano nada en aguas de La Parguera, Lajas, PR.

Foto: Efraín Figueroa

Señalaba Tony Croatto en su canción “Moisés:”

Conozca el Programa de Rescate de Mamíferos Marinos Por Grisel Rodríguez Ferrer

El Departamento de Recursos Naturales y Ambientales (DRNA), entendiendo la necesidad de un rol más activo en el manejo y en la conservación de los mamíferos marinos en Puerto Rico, creó el Programa de Rescate de Mamíferos Marinos bajo la Orden Administrativa núm. 25 del 22 de agosto de 2007. Con el fin de mejorar la coordinación durante los varamientos de mamíferos marinos, este programa se propone ampliar los recursos disponibles para el manejo de los varamientos, unir esfuerzos con entidades gubernamentales y no gubernamentales involucradas en la respuesta y en el rescate de mamíferos marinos varados, mantener una base de datos de los casos atendidos, proveer la información necesaria para el mejor manejo de las especies marinas y fiscalizar las labores de las entidades participantes en el rescate y en la rehabilitación de estas especies. El Programa de Rescate de Mamíferos Marinos tiene base en el Laboratorio de Investigaciones Pesqueras localizado en el Sector Punta Arenas, Cabo Rojo. El programa lo integran biólogos del DRNA, el Cuerpo de Vigilantes, el Coordinador de Emergencias del DRNA, otras agencias gubernamentales y varias organizaciones sin fines de lucro cuyo propósito es coordinar una

mejor respuesta a situaciones de varamientos. Además, cuenta con un protocolo de varamientos que sirve de guía para la respuesta tanto para animales vivos como para animales muertos. Recientemente, el DRNA firmó un acuerdo con la Compañía de Parques Nacionales para atender varamientos. Este acuerdo establece al Zoológico de Puerto Rico Juan A. Rivero como centro de rehabilitación de especímenes varados vivos. Cabe mencionar, también, que el otorgamiento de fondos John H. Prescott del Servicio de Pesquería Nacional (NMFS) ha sido de gran beneficio para el establecimiento del programa. La ayuda del público en este tipo de proyecto es sumamente importante. Le exhortamos que si encuentra un animal varado, herido o en una situación que entienda que necesita ayuda, se comunique con el Centro de Mando del Cuerpo de Vigilantes al (787) 7245700 o con el Laboratorio de Investigaciones Pesqueras al (787) 833-2025 de lunes a viernes de 7:30 a.m. - 4:00 p.m.). También puede comunicarse con Grisel Rodríguez al (787) 538-4684 o con Nilda Jiménez al (787) 6455593, en cualquier momento del día o de la noche. 13


Un delfín murió luego de haberse enredado con hilo de pesca, Florida, EUA.

Foto provista por el Progrma de Vida Marina, cortesía del Monofilament Recovery and Recycling Program

LIMPIEZA DEL MAR PENDE DE UN HILO Muchos animales mueren enredados anualmente

todo el hilo que se encuentra en la orilla,” afirmó Robert Meyer de la Universidad de Puerto Rico en Aguadilla. “En Crash Boat hay tanto hilo que tomaría meses removerlo. Nosotros, el Programa de Vida Marina, sus voluntarios y miembros de la comunidad, hemos sacado cientos de libras de hilo de pesca en esa área.”

Por Cristina D. Olán Martínez

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El hilo de pesca encontrado en el mar representa una amenaza a la vida marina pues muchos animales se asfixian, sufren de gangrena, pierden extremidades y fallecen puesto que se enredan en el hilo o lo consumen accidentalmente. Se enreda en las aves, las tortugas, en los mamíferos marinos y hasta en los gatos. Las esponjas y los corales crecen irregularmente alrededor de él. Es capaz de dañar los motores de las embarcaciones pesqueras y poner en riesgo la vida de los buzos durante sus actividades bajo el mar. 14

Foto Héctor Varela

unque no lo parezca, el hilo de pesca constituye una de las fuentes más dañinas de contaminación en los mares y en las costas de Puerto Rico.

Instalación de un contenedor para hilo de pesca en el sector El Boquete en Peñuelas, PR.

Por desgracia, nuestras costas y mares se encuentran repletos del mismo. “Solamente en Boca de Cangrejo en Piñones, tomaría semanas quitar

Precisamente, el tema del hilo de pesca fue uno de los tópicos que se abordaron en la conferencia Un Mar Caribe sintético: fuentes, impactos y soluciones al problema de la basura marina, ofrecida por el doctor Robert Meyer recientemente. El término de basura marina se refiere “a cualquier material sólido persistente, manufacturado, procesado y que sea, directa o indirectamente, intencionalmente


Foto: Héctor Varela

Hilo de pesca enredado en un pilote de un muelle en Playuela (Crashboat), Aguadilla, PR.

o accidentalmente, desechado o abandonado en el ambiente marino o en los Grandes Lagos de los Estados Unidos,” según la definición redactada por la Administración Nacional Oceánica y Atmosférica y la Guardia Costanera de los Estados Unidos. A pesar del oscuro panorama que representa el hilo de pesca en nuestras aguas, la comunidad ha tomado acción sobre este problema. El Programa de Vida Marina del Centro Caribeño de Reducción de Desperdicios Acuáticos en la UPR de Aguadilla se ha hecho cargo de la remoción de gran parte de este material y ha colocado alrededor de 80 contenedores en villas pesqueras, marinas, embalses, playas y rampas de toda la Isla. Muchos de los pescadores, tanto comerciales como recreativos, se han interesado

en el proyecto y han comenzado a promover el manejo y el uso responsable del hilo de pesca. El hilo de pesca depositado en estos contenedores se envía a Berkley, compañía en los Estados Unidos en la que el hilo se convierte en materia prima para la fabricación de juguetes, de equipo para la pesca y de “fish habs”—pequeñas jaulitas que se colocan en el fondo del mar para atraer a los peces. También lo reciclan algunas personas encargadas del mantenimiento en las marinas. Para más información acerca del Programa de Vida y su componente de recuperación y reciclaje pueden escribir a Héctor Varela a croapr@gmail.com o a Robert Meyer a rjmayear@gmail.com. También pueden acceder a http://vidamarinapr.blogspot.com/. 15


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Las científicas Yasmín Detrés y Deborah Cedeño junto a otras compañeras de la expedición Bloom 2008, quienes estuvieron recientemente en las aguas de la Patagonia investigando el fenómeno de marea roja.

Por Liz Yanira Del Valle

La marea roja Parecería que el mar se baña en sangre. Su característico color rojo arropa el agua. Quizás este fenómeno, popularmente conocido como “marea roja,” tenga su atractivo visual pero sus consecuencias no son favorables para el ser humano y mucho menos para la ecología de las zonas donde se produce. Los científicos han denominado estas pigmentaciones como floraciones de microalgas nocivas (FMN) o “harmful algal blooms,” en inglés. Aunque en muchas ocasiones su aspecto destila un color rojo, las FMN pueden mostrar otros colores. Existen casos de floraciones de color amarillo o verde, entre otros colores, dependiendo de la especie responsable. A pesar de que en Puerto Rico se han reportado eventos de marea roja, no se han documentado efectos nocivos asociados a estos eventos. La ciguatera es la única enfermedad causada por 16

dinoflagelados tóxicos en la Isla, pero la misma no está asociada a eventos de marea roja. Cómo, cuándo y dónde La doctora Yasmín Detrés, bióloga marina adscrita al Departamento de Ciencias Marinas de la Universidad de Puerto Rico en Mayagüez, explicó que las FMN son acumulaciones de ciertos microorganismos fotosintetizadores y fitoplancton, en la superficie del mar entre los cuales figuran los dinoflagelados. No obstante, otras clases de microalgas como las diatomeas, las cianobacterias y las primnesiofitas o cocolitofóridos, también pueden causarlas. Estos organismos poseen los pigmentos que imparten las coloraciones llamativas al agua. La coloración dependerá del tipo de microalga presente y de su composición de pigmentos. En el caso de los dinoflagelados su pigmento predominante, y responsable de impartir el color rojo al agua, es el pigmento carotenoide peridinina.

Foto suministrada por Deborah Cedeño

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Para que ocurran las floraciones, Detrés explicó que es necesario que se den unas condiciones físicas, químicas y biológicas favorables para el crecimiento y la predominancia de una especie fitoplanctónica particular aunque las mismas suelen estar conformadas por más de una especie. Además, “se necesitan condiciones meteorológicas e hidrográficas adecuadas que permitan la acumulación de estas microalgas en la superficie,” mencionó la bióloga.

El incremento Durante las últimas décadas, los eventos de FMN aumentaron sustancialmente en aguas costeras alrededor del mundo. Las doctoras Detrés y Cedeño expresaron que dicha tendencia se debe tanto a causas naturales como antropogénicas entre las cuales resaltaron las siguientes: los mecanismos biológicos de dispersión de especies, la variabilidad natural en los patrones climáticos, los cambios en las condiciones ambientales que promueven la dispersión de especies a través de tormentas y corrientes y el transporte de especies en las aguas de lastre de los barcos.

En Puerto Rico, debido a los altos niveles de precipitación, también aumenta la cantidad de dinoflagelados en nuestras aguas, como ocurrió en La Parguera recientemente. No obstante, a diferencia de países como Chile o India, donde la marea roja afecta la pesca y puede tener efectos letales en quien consume los peces, en nuestra isla no es dañina.

Por otra parte, los desechos domésticos, industriales y agrícolas, que debido al manejo inapropiado de los mismos son arrastrados por las escorrentías hasta llegar al mar, contribuyen a acrecentar la cantidad de nutrientes en las aguas costeras. A este exceso de nutrientes se le conoce como eutrofización. También, los desechos provenientes de la acuicultura, particularmente en las bahías cerradas, facilitan el aumento de nutrientes. Por ende, el proceso de eutrofización permite el crecimiento excesivo de algas lo que a su vez provoca la pérdida de oxígeno disponible para otros organismos en el ambiente acuático. Es por tal razón que la eutrofización provoca un incremento en las FMN.

Consecuencias de la marea roja para la salud, el medio ambiente y la economía Deborah Cedeño, candidata doctoral del Departamento de Ciencias Marinas de la Universidad de Puerto Rico en Mayagüez, cuyo trabajo investigativo está relacionado al dinoflagelado ictiotóxico (nocivo para los peces) Cocholodinium polykrikoides, indicó que este fenómeno de la marea roja acarrea consecuencias nocivas para la salud del ser humano, para el medio ambiente y para la economía. En los seres humanos, la marea roja puede provocar síndromes tóxicos que llegan al organismo por vías de la alimentación. Al ingerir peces y mariscos como camarones, almejas, vieiras, ostras y mejillones, el ser humano puede sufrir de algún tipo de intoxicación como por ejemplo el envenenamiento paralítico, diarreico, neurotóxico y amnésico, así como sufrir los efectos de la tetradotoxina y de la ciguatera. Éstas últimas, afectan principalmente a ciertos peces y han sido descritas para zonas tropicales. A pesar de que la ciguatera es ocasionada por un dinoflagelado tóxico, ésta no forma floraciones.

Las aguas de La Parguera se pigmentaron alrededor del mangle recientemente, después de copiosas lluvias.

Foto: Yasmín Detrés

Por otra parte, la marea roja también tiene efectos negativos sobre el medio ambiente. A nivel ecológico dichas floraciones causan: desplazamiento de especies endógenas, alteración de hábitats y de estructura trófica, condiciones de anoxia, deterioro en la calidad del agua, mortandades masivas de peces y de organismos filtradores, tales como los bivalvos, y muerte de aves y de mamíferos marinos. Estos efectos sobre el medio ambiente también tienen severas repercusiones sobre la industria turística, la acuicultura y la recreación.

Asimismo, ambas investigadoras señalaron que existe un mayor interés científico por las especies nocivas, concurrente con el desarrollo de mejores técnicas analíticas e instrumentación que facilitan el proceso de detección de estas especies.

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Foto suministrada por BIO Hespérides

El Buque de Investigación Oceanográfica (BIO) Hespérides navega sobre las aguas heladas del Polo Sur.

A bordo del BIO Hespérides Por Liz Yanira Del Valle y Cristina D. Olán Martínez

El Instituto Canario de Ciencias Marinas (ICCM) dirigió Bloom 2008, viaje de investigación que tuvo como objetivo principal la caracterización óptica, biológica e hidrográfica de los florecimientos masivos de microalgas o “blooms” en las costas patagónicas. Además, se dieron cita científicos adscritos a instituciones como la Universidad de Vigo en España y el Instituto Nacional de Investigación y Desarrollo Pesquero en Argentina. Asimismo, el Programa Sea Grant de la Universidad de Puerto Rico y el Centro de Ciencias Atmosféricas, auspiciaron la participación de Detrés y de Cedeño, respectivamente. 18

Fueron catorce días de trabajo arduo e intenso pues, desde el 13 hasta el 26 de marzo de 2008, los científicos estuvieron recopilando datos radiométricos, hidrográficos y taxonómicos en 27 estaciones. A lo largo de esos 14 días, tuvieron la

Foto: Yasmín Detrés

Es una aventura científico marina que recuerda al célebre Jacques Cousteu, sólo que ahora sus investigadores cuentan con una tecnología más sofisticada. Algo parecido a los valiosos documentales del francés, fue la experiencia que vivieron las dos científicas puertorriqueñas, la doctora Yasmín Detrés y la candidata doctoral Deborah Cedeño, a bordo del Buque de Investigación Oceanográfica (BIO) Hespérides durante la expedición conocida como Bloom 2008.

La candidata doctoral Deborah Cedeño utiliza el radiometro de campo GER 1500 durante un muestreo en la expedición.


oportunidad de colectar datos y muestras en áreas con altas concentraciones de clorofila, lo cual es un indicador de la presencia de florecimientos de algas. La selección de estas áreas de investigación o estaciones se hizo mediante telemetría utilizando imágenes de satélite, a casi tiempo real, que les facilitaron desde el ICCM. Dichas áreas de investigación se encontraban localizadas en las costas de la Patagonia, zona que sobresale por el alto grado de actividad en sus aguas. Detrés, investigadora del Departamento de Ciencias Marinas del Recinto Universitario de Mayagüez, indicó que la región costera de la Patagonia está influenciada por la Corriente de Las Malvinas, un brazo muy energético de la Corriente Antártica circumpolar donde se dan unas propiedades idóneas para la proliferación de las microalgas tóxicas. La Corriente Antártica es muy fría y posee un alto contenido de nutrientes y de oxígeno, explicó Detrés. Ésta interactúa con aguas someras más calientes que provienen de la Corriente del Brasil y se sitúan en la plataforma continental, lo cual hace de la zona un lugar muy cotizado para el estudio científico. A su vez, estas aguas de mayor temperatura interactúan con el agua dulce que procede de las desembocaduras de los ríos de la zona, como por ejemplo, del Río La

Plata. La combinación de aguas, nutrientes y oxígeno provee un escenario favorable para las floraciones. En este ambiente de continua interacción entre el mar y la ciencia, fue que Detrés y Cedeño llevaron a cabo sus tareas de análisis científico. Específicamente, las investigadoras estuvieron a cargo de analizar el componente óptico de las floraciones microalgales. Mediante el uso de radiómetros de campo, como el GER 1500 y el Satlantic, midieron la cantidad y la calidad de la luz, tanto en la superficie como a distintas profundidades en la columna de agua. La información obtenida contribuye, junto a los demás parámetros medidos, a la caracterización de los distintos componentes del medio acuático. Entre esos componentes figuran: la materia orgánica disuelta, los sedimentos suspendidos y el fitoplancton. Esto facilita la determinación de los grupos fitoplanctónicos, como son los dinoflagelados, diatomeas, predominantes en cada estación. Aunque en el BIO Hespérides se realizó una gran cantidad de trabajo, Bloom 2008 no concluyó al desembarcar. Aún los investigadores se encuentran en el proceso de análisis e interpretación de datos. Este proceso es muy complejo debido al alto número de estaciones y a la diversidad y cantidad de información obtenida en cada una de ellas.

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Mar del Plata

Punta Arenas

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A la izquierda: Una foto de satélite muestra la ruta que recorrio la expedición Bloom 2008. A la derecha: Se identifican los puntos de muestreo donde los científicos investigaron el fenómeno de marea roja.

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“La expedición fue un esfuerzo multidisciplinario y cada científico participante era responsable de un componente diferente. Hasta que no se integren todos los resultados no tendremos las conclusiones finales,” explicó Cedeño. Es por eso que la comunicación entre los participantes de Bloom 2008 constituye un elemento clave al momento de unificar los resultados y llegar a conclusiones. El eslabón que mantiene unidos a los participantes de la expedición es el doctor Javier Pérez Marrero, investigador principal adscrito al ICCM. Pérez Marrero ha facilitado la comunicación entre todos los científicos de manera tal que, en sus respectivos países, puedan continuar el análisis de los datos obtenidos. Además, hay que darle continuidad a la expedición puesto que ya Bloom 2009 se encuentra en planes. Las floraciones son más intensas durante el mes de octubre, primavera en el hemisferio sur. Por consiguiente, una nueva expedición durante octubre de 2009 sería de gran beneficio para la comunidad científica. La prosecución de los trabajos de Bloom 2008 llena de emoción tanto a Detrés como a Cedeño, pues ambas se encuentran complacidas con la labor realizada durante el pasado mes de marzo. Para ambas, la expedición fue una experiencia única que enriqueció sus vidas a nivel personal y a nivel profesional. Cedeño expresó que Bloom 2008 fue: “la mejor experiencia de oceanografía que haya podido tener durante mi vida académica.” Por su parte, Detrés destacó el apoyo del gobierno a la investigación oceanográfica en España.

Para la doctora Yasmín Detrés, la oportunidad de trabajar junto a otros investigadores internacionales en un buque de investigación oceanográfica (BIO) como el Hespérides y ser parte de una investigación de tanta relevancia científica, tiene un valor incalculable. “Fue una gran experiencia hacer oceanografía de altura en una región tan importante e interesante como la de la Patagonia Argentina. Esta región posee características muy diferentes a las que encontramos en nuestra región tropical. La complejidad de las interacciones existentes en esta zona (corrientes, descargas riverinas, entre otras) hacen de ésta una muy dinámica y estimula la proliferación de estos floraciones de microalgas sobre la plataforma continental Argentina,” señaló Detrés. En términos de investigación, tanto para Detrés como para Cedeño, la oportunidad de investigar en la plataforma continental fue como alcanzar un pináculo profesional. Para ver fotos y escritos acerca de Bloom 2008 en la Red, visite: www.seagrantpr.org

Foto suministrada por Yasmín Detrés

“Tuvimos apoyo logístico y técnico en todo momento por parte de la Unidad de Tecnología Marina, que

pertenece al área de Recursos Naturales del Consejo Superior de Investigaciones Científicas de España. Esta unidad fue creada para darle apoyo a los buques oceanográficos y a las bases antárticas de España y ha contribuido significativamente a los resultados de las ciencias marinas a nivel nacional e internacional. Además de contar con la presencia de personal técnico especializado, responsable de calibrar y de darle mantenimiento a todos los instrumentos, el barco está equipado con una gran variedad de instrumentos científicos y técnicos que permiten y facilitan la investigación oceanográfica,” apuntó la investigadora.

La tripulación de científicos de Bloom 2008 se reunen dentro del buque.

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Fotos: Oliver Bencosme

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CONOCIMIENTO La vida del Profesor Juan Gerardo González Lagoa traza sendas de inspiración y de sabiduría

Durante casi cincuenta años, el doctor Juan Gerardo González Lagoa ha vivido para el estudio y la enseñanza acerca de entorno.

Por Milton D. Carrero Galarza A sus 76 años, el doctor Juan Gerardo González Lagoa aún recuerda cuáles fueron los únicos dos días en los que faltó a la escuela. Fueron un 14 y 15 de octubre, en la víspera de la llegada del huracán San Calixto en el año 1943. Era un niño de 10 años que estaba dispuesto a caminar diariamente tres millas de ida y tres de vuelta para llegar a su salón. Pero aquel día no pudo salir de su casa en el sector Río Hondo de Mayagüez. “Las nubes están al revés,” le dijo su padre, quien a pesar de haber cursado sólo hasta el cuarto grado de escuela elemental era capaz de discernir con la habilidad de un meteorólogo cuando amenazaba seriamente un huracán. El paso de las nubes era irregular, de norte a sur en lugar de este a oeste. Para su padre esta información era usual. Pero para su hijo, aquel dato era algo maravilloso que

dejaría en él una marca imborrable. Su padre le había abierto la puerta a uno de los secretos de la naturaleza y sin saberlo lo lanzó a descubrir muchos más por sí mismo. Todo comenzó en aquel terreno. Las noches mirando al cielo, deslumbrado por el contorno de estrellas en el firmamento. Las mañanas escuchando con detenimiento cada uno de los trinos de los distintos pájaros. El tiempo que pasó sembrando y hasta una que otra clase de anatomía que dictó de adolescente, mostrándoles a sus amigos cómo se realiza la disección de un sapo. Allí desarrolló su curiosidad por el entorno y sentó las bases para lo que sería su vida: La vida de un erudito que ha mantenido su mente en los misterios más lejanos del Cosmos y sus pies muy cerca de la rugosidad del suelo. Un hombre que se ha destacado tanto por su excelencia profesional como por su bondad y perseverancia en el servicio. 21


Arriba: Su esposa Carmen Rosado en la sala de su casa en la urbanización Belmonte. Abajo: El científico rememora acerca de su niñez en el barrio Río Hondo.

González Lagoa recoge un pimiento en su finca en Mayagüez.

Es una de las personalidades más reconocidas en el campus del RUM y sus contribuciones a la rama de la oceanografía son conocidas mundialmente. Se mantiene como director del Centro de Recursos para Ciencia e Ingeniería (CRCI), después de haberse retirado como profesor en el 2000. Como administrador ha dirigido proyectos de investigación subvencionados con fondos que sobrepasan los 17 millones de dólares. Y tal vez su orgullo mayor: los 12 estudiantes de doctorado y 13 de maestría que ha graduado en más 45 años de cátedra. Sus logros, sin embargo, han dejado intacta su humildad. En su agenda, figuran con igual prominencia una reunión con científicos de la NASA que una charla del medio ambiente en alguna escuela elemental. Sus colegas administradores lo ven como un mentor y, aunque ha dicho que se jubilará como director del CRCI cuando cumpla sus 80 años, nadie puede imaginar a González Lagoa lejos del campo de la investigación y de la ciencia.

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“Es una persona buena, de un gran corazón y de una gran nobleza,” dice la doctora Yasmín Detrés quien fue una de sus estudiantes de maestría.

“Él es el mejor ejemplo de lo que es excelencia científica. Es una persona que conoce muchos temas y puede dictar un curso en cada uno. Adonde él llega es imposible que no eduque a alguien.” Pero el recorrido hacia su propia educación ha sido largo. Comenzó de forma inusual cuando la iglesia envió a un grupo de sacerdotes irlandeses para que aprendieran español en su barrio. Pero en vez de hablarles a los sacerdotes en español como era el plan, González Lagoa se armó de un diccionario de inglés y empezó a memorizar palabras en orden alfabético. Adquirió mucho vocabulario, aunque no sabía cómo usar las palabras en oraciones completas, pero su mente siguió abriendo horizontes que apuntaban hacia lugares más allá de su finca. Sus padres entendían el valor de la educación y permitieron que continuara sus estudios de escuela elemental a intermedia y de intermedia a escuela superior aún cuando esto suponía prescindir de él y de su trabajo en la finca. Sabían cuánto él valoraba la escuela, pues lo veían hacer sacrificios para poder estudiar. Sus maestros veían su potencial y siguieron su progreso hasta verlo


González Lagoa mira al horizonte durante su caminata semanal a su finca localizada, en el mismo lugar en que creció.

llegar al Colegio de Agricultura y Artes Mecánicas, lo cual suponía un gran logro para cualquiera en esa época, mucho más para alguien proveniente de un hogar humilde. En el Colegio pulió sus intereses por el magisterio y aunque la Universidad no ofrecía un grado en pedagogía, se matriculó en Estudios Generales con la idea de seguir el currículo de Ciencias con especialidad en Zoología. Hizo una concentración menor en Química y se empezó a proyectar como futuro médico. Pero el destino tenía algo distinto reservado para él y en las postrimerías del bachillerato, recibió una oferta que no pudo rechazar. La Universidad había recién adquirido la isla Magueyes y el doctor Juan A. Rivero, profesor de Biología, ya veía nacer un instituto de estudios marinos con sede en la islita. Anticipando la necesidad de profesores para el nuevo departamento, el doctor José A. Ramos, a instancias de Rivero, le ofreció enviarlo a estudiar Oceanografía en Estados Unidos. Su admiración y respeto por ambos fue tal que no dudó en cambiar sus planes.

Del Colegio pasó a la Universidad de Texas A & M, donde completó su maestría en Oceanografía y más tarde a la Universidad de Rhode Island en Kingston para su doctorado, lo cual lo preparó para una breve carrera en la Agencia de Protección Ambiental (EPA, por sus siglas en inglés). Ésta era la segunda vez que cambiaba drásticamente su plan de vida. En una ocasión anterior había considerado seriamente ir al seminario para ser sacerdote. Esto, tal vez influido por aquellas charlas en inglés con los sacerdotes irlandeses o como él dice: Por “ayudar a la gente, por ayudar a alguien.” Pero su idilio con el conocimiento tuvo consecuencias de índole espiritual. Las respuestas que alguna vez encontró en la Biblia para satisfacer sus inquietudes acerca del entorno ya no tenían sentido para él. No podía entender como un Dios podía haber creado el sol en el cuarto día si para que hubiera días debía existir el sol. Esto trazó un conflicto interno que aún no ha superado. 23


“El ver la grandiosidad de esto que nos rodea y no encontrar la solución en un ser que lo creó,” como él dice, le hizo buscar en su intelecto las respuestas a sus curiosidades sagradas.

Pero hay algo que ella quisiera y no se atreve a pedirle. Y si lo pide no se atreve a insistir.

“En el conocimiento, ahí está mi Dios,” expresa González Lagoa. “El conocimiento es la fuerza motriz que mueve nuestra sociedad.”

“No hace falta hacer mucho,” expresa. “Simplemente estar juntos. Ir a un lugar en donde nos olvidáramos del reloj.”

Pero este cambio ha dejado en él un conflicto interno que carga silentemente, pues respeta las creencias de aquellos a quien tiene cerca y que han podido encontrar su lugar en el mundo a través de la religión. Por eso no es inusual oírle despedirse en una conversación con alguno de sus seis hijos con un convincente: “Dios esté contigo y te ayude.” O verlo acompañar de la mano a su esposa Carmen Rosado a la iglesia y apoyarla cuando, en sus momentos de delicada salud, rogaba a Jesús que intercediera para que apareciera un donante de riñón después de más de cinco años de diálisis. “Le inculqué las cuestiones Divinas,” dice González Lagoa, “pero les dejé que ellos decidieran qué hacer. No he querido que ellos piensen que yo no creo en estas cosas.” Pero Carmen sabe que su fe religiosa es más fuerte que la de su esposo. Y entiende que su enfermedad ha sido una prueba muy dura para él. González Lagoa describe la enfermedad de Carmen como una espina en el alma. El ver a su esposa enferma y no poder ayudarla es algo que “me está decimando la vida en estos momentos.”

Es el tiempo. El tiempo que ella quisiera pasar junto a él.

Pero ella sabe que esa petición no está a su alcance. Es algo que no puede controlar. Si están en un hotel lujoso con vista al mar, él se levanta temprano y se sienta en el balcón con una tesis del tamaño de un tomo de enciclopedia. Como dice Carmen: “Tú no sabes decir no.” Pero es por eso y muchas cosas más que sus colegas lo admiran y lo tienen de ejemplo. Porque cuando un estudiante de maestría necesita que le haga un revisión a su tesis de un día para otro él está ahí. Inclusive, el día en que por vez número 13 llamaron de Texas para anunciar que ya había un trasplante para Carmen, ella tuvo que salir de Puerto Rico sola pues una de las estudiantes de González Lagoa tenía que defender su tesis. Él llego más tarde; y permanece a su lado, pero ella sabe que cuando él finalmente se jubile como director de CRCI, eso no significará que se retira de las ciencias. Todavía estará allí dispuesto a dar la milla extra por algún estudiante. O irá a alguna escuela a hablar de las estrellas. O saldrá a La Parguera con sus instrumentos de medición a examinar la bioluminiscencia. Pues como el mismo dice: “Me falta un mundo de razones por delante.”

Por eso pasa las tardes, las mañanas y los días entretenido en el saber. Y no es que no ame lo que hace. Se disfruta al máximo esas mañanas enseñándoles a estudiantes de escuela elemental acerca de los mangles o de los planetas. Es una vocación de vida, inculcarles a los niños que presten atención al entorno, y además demostrar la importancia de esa zona de transición que es el mangle, capaz de restaurar los nutrientes de un mar que está perdiendo la batalla contra la contaminación y el desarrollo desmesurado. Pero además, los estudios y los viajes de campo son un refugio para subsanar esa herida en el alma. Para afrontar esos días cuando su esposa le cuesta salir de la cama y él anhela, como un niño, descubrir algo nuevo. “Da conferencias hasta en Vieques,” comenta Carmen, “y cuando no son del sol, son de las estrellas y cuando no, son del mangle.” Ella sabe cuánto la ama su esposo. Él hace el trabajo más pesado en la casa. Cocina y friega durante la semana. Barre y mapea toda la casa durante el fin de semana. “Cualquier cosa que le pida, si está en sus manos, yo sé que él me lo va a conceder,” señala. 24

Juan González Lagoa entre los mangles de la isla Magueyes en La Parguera, Lajas.


La directiva obliga a los Estados miembros a establecer zonas marinas protegidas, escasas en la actualidad.

UNIÓN EUROPEA APRUEBA SALVAVIDAS COSTERO Por María Fernández Arribas

En una iniciativa que promete ser un ejemplo para la conservación de las costas a nivel mundial, la Unión Europea (UE) ha firmado una directiva que persigue alcanzar el buen estado medioambiental de las aguas marítimas comunitarias para el año 2021. La misma obliga a aquellos países de la UE que tengan costa a proteger la salud de los tres millones de kilómetros cuadrados de aguas marinas que circundan Europa. Esta estrategia marina fue propuesta por la Comisión Europea en octubre de 2005, entrando en vigor a mediados del 2008. Antes de ésta ya se habían adoptado otras medidas como el Convenio para la Protección del Medio Marino del Atlántico del Nordeste (OSPAR), el Convenio para la Protección del Mar Báltico y el Convenio de Barcelona para la Protección del Mar Mediterráneo.

Esta nueva directiva significa un gran paso en la protección del medio marino, ya que supone la toma de acción por la salud de una amplia zona costera que se extiende al oeste hasta el Cabo da Roca en Portugal; al este, hasta el extremo oriental de la isla de Chipre y al sur hasta la isla de Lampedusa en Italia. En sus regiones ultraperiféricas, la protección se extiende hasta Las islas Azores, Madera y Canarias, en el Atlántico; las islas Guadalupe, San Martín, San Bartolomé, y Martinica, en las Antillas; la Guyana Francesa, en América del Sur; San Pedro y Miguelón, en América del Norte; las islas Mayotte y Reunión, en el Índico y las ciudades españolas de Ceuta y Melilla en el continente africano. Se prevé que la comunidad internacional estará muy pendiente a la forma en que se implementarán los esfuerzos de esta directiva, ya que podría sentar las bases para establecer programas similares en otras partes de nuestro planeta. Para más información puede visitar: Comisión Europea http://ec.europa.eu/environment/water/marine/index_en.htm EUR-Lex http://eur-lex.europa.eu/LexUriServ/LexUriServ.do?uri =CELEX:32008L0056:EN:NOT Fuera del mapa principal

Cada estrategia consistirá en un plan de acción que se aplicará en varias fases antes del 2015. Los países miembros deberán evaluar primero el estado ecológico de sus regiones marinas respectivas y valorar las principales presiones que sufren las mismas. De ahí deberán establecer programas de seguimiento, de manera que se garantice para el 2021 un buen estado ecológico, demostrando que hay una presión sostenible por parte de las actividades humanas.

Francia

Guayana Portugal

Guadalupe Martinica Reunión España

Azores Madeira Islas Canarias

Mapa: Michelle Scharer

Con la nueva Directiva se consigue dar cobertura a todas las franjas costeras. Los Estados miembros que compartan una región marina deberán cooperar para velar porque sus estrategias sean coherentes y deberán hacer también todo lo posible para coordinar sus actividades con países no pertenecientes a la UE en la misma región marina— incluso mediante convenios marinos regionales.

El mapa de arriba muestra los países miembros de la Unión Europea.

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Por: Giovannie Soto-Torres1, Colegio de Ciencias Agrícolas, Recinto Universitario de Mayagüez, Universidad de Puerto Rico. Correo electrónico, gisoto@uprm.edu. La ideología de la sociedad industrial, basada en el crecimiento económico, niveles de vida cada vez más altos y la fe en que la tecnología lo arreglará todo, es insostenible a largo plazo. (…) Tenemos que contemplar la vida con respeto y asombro. Necesitamos un sistema ético en el cual el mundo natural tenga valor no sólo por su utilidad para el bienestar humano, sino por sí mismo. Tickell, C. (2002)

¿Te has preguntado de dónde viene el alimento que consumes diariamente, la camisa que tienes puesta, tu pantalón, tus zapatos, tu auto y la casa en la que te proteges? Si no lo has hecho, ya es tiempo de que lo hagas. La Primera Ley de Termodinámica, Ley de la Conservación de Energía, nos dice que la materia puede ser transformada, pero no puede ser creada ni destruida. Por lo tanto el ser humano al no poder crear materia se ha dedicado a transformarla. Esta transformación evidencia su máxima expresión en la explotación de la naturaleza por parte de nosotros los humanos. Esa explotación de la naturaleza no ocurre en el vacío, por el contrario, tiene un impacto que puede ser definido como nuestra huella ecológica. El concepto Huella Ecológica (HE) fue acuñado por W. Rees y M. Wackernagel a mediados de la década del 1990. La HE se define como: “el área de tierra/ agua requerida para producir los recursos consumidos y asimilar los desperdicios generados de una población definida, a un estándar específico de vida en cualquier 1

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Profesor adscrito al Departamento de Educación Agrícola, Especialista en Desarrollo de los Recursos de la Comunidad, Servicio de Extensión Agrícola. En cooperación con el Departamento de Agricultura de los Estados Unidos de Norte América. Este artículo fue revisado en agosto de 2008.

Tomado de Informe Planeta Vivo 2006 (WWF, 2006)

Foto: Ruperto Chaparro La foto de arriba muestra el desparrame urbano y el desarrollo desmedido en la zona metropolitana de San Juan

Huella Ecológica: el peso de nuestros pies sobre el planeta

La fig. 1 nos demuestra cómo desde finales de los 1980 hemos ido excediendo la biocapacidad [área biológicamente productiva que está disponible para suplir las necesidades de la humanidad (WWF, 2006)] de la tierra, en donde nosotros convertimos los recursos en desechos más rápido de lo que la naturaleza puede convertir los desechos en recursos. En otras palabras estamos tronchando nuestro biocapital y con él, nuestra supervivencia como especie.

lugar del mundo que esa población se encuentre” (Rees, 1996). En otras palabras la HE es nuestro impacto sobre el planeta tierra. A su vez la HE es una forma de medir la capacidad de carga de nuestro planeta. La capacidad de carga se define como la población máxima de una especie dada que puede ser mantenida por tiempo indefinido en un hábitat dado, sin dañar permanentemente la productividad de ese hábitat (Rees, 1996). Este concepto suele pasar desapercibido ya que nuestra sociedad posee la “habilidad” de expandir nuestra capacidad de carga: ya sea eliminando competencia, importando productos que no tenemos o que hemos agotado y a través del uso de ciertas tecnologías. Pero como todos sabemos nuestro planeta tiene un límite. Según James P. Leape (2006) director general del “World Wildlife Fund” nuestra huella actual excede en casi un 25 por ciento la capacidad del planeta para regenerarse (ver Fig. 1).


Tomado de Informe Planeta Vivo 2006 (WWF, 2006)

La fig. 2, nos demuestra la huella ecológica de distintas regiones a nivel mundial y su biocapacidad o capacidad para sostener la población que habita en ese lugar específico. Ésta nos demuestra cómo las regiones más industrializadas del mundo [América del Norte y Unión Europea (el mal llamado primer mundo)] sobrepasan su capacidad biológica para su sostenimiento.

El “primer mundo”

Las poblaciones industrializadas consumen más recursos que aquellas poco o no industrializadas. De hecho, las naciones ricas consumen recursos que están más allá del control de su zona geográfica (ver fig. 2). Según Papparelli et al. (2003:19), “las huellas ecológicas de ciudades de altos ingresos son generalmente 2 a 3 veces más grandes que las áreas geográficas que ocupan físicamente.” Estos eventos acarrean grandes problemas a nivel biológico y social. Por un lado para sostener un estilo de vida (sociedad de consumo) se degrada el planeta y la biodiversidad que lo sustenta, por el otro lado se priva de los recursos que le pertenecen a otras naciones pobres incapaces de utilizar los mismos, sumiendo a estas en un nivel mayor de pobreza.

Debemos entender la diferencia entre biocapacidad local y global (ver tabla 1). A nivel global la biocapacidad es de 1.8 ha por persona, esto significa que nuestro planeta posee 1.8 ha por persona para suplir sus necesidades. Pero, a nivel local por ejemplo, hay países como Japón que poseen una biocapacidad de 0.7 ha y una huella ecológica de 4.4 ha, o sea, que Japón tiene un déficit de -3.6 ha. Esto implica que Japón está consumiendo los recursos que le pertenecen a otras naciones. En el caso de Brasil, aunque su huella ecológica (2.1 ha) es mayor de 1.8 ha, poseen una biocapacidad de 9.9 ha por persona, o sea, posee un superávit de +7.8 ha. Esto representa un gran problema ya que las naciones poderosas continuarán explotando los recursos de las menos “desarrolladas” para mantener sus altos estándares de vida. Sabemos que muy pocas naciones poseen la capacidad para ser completamente autosuficientes (energía, alimento y capital humano) por lo tanto entendemos que las mismas deberían estar conscientes de su interdependencia. Esa interdependencia se ve tronchada por los estilos de vida de consumo excesivo de algunas naciones que promueven el desequilibrio y la falta de equidad. Es injusto ver a ciertas naciones (“tercer mundo”) como los mercados de consumo/explotación de otras naciones (“primer mundo”). No podemos perder de perspectiva que el ser humano es un organismo dentro de la gran cadena de lo vivo, si degradamos el medio ambiente estamos degradando al ser humano. Tenemos que abortar la visión fragmentada (reduccionista) y dualista. Vivimos en un gran organismo vivo [el planeta tierra, (Lovelock, 2007)] y por lo tanto las decisiones político-económicas no pueden estar desvinculadas de las ecológicas.

La disponibilidad de área biológicamente productiva para la humanidad

Se estima que existen solo dos (2) hectáreas (1 ha = 2.47 acres) biológicamente productivas por persona en el planeta y de esas sólo 1.7 ha están disponibles ya que 0.3 ha deben ser conservadas para proteger la biodiversidad (Papparelli et al. 2003:19). En el Informe Planeta Vivo 2006 (WWF, 2006) la disponibilidad de área biológicamente productiva para la humanidad se estimó en 1.8 ha por persona. Estos estimados nos brindan un punto de partida para conocer la huella ecológica de diferentes naciones a través del mundo (ver tabla 1).

hag=hectáreas globales

Tomado de Informe Planeta Vivo 2006 (WWF, 2006)

La tabla 1, nos demuestra entre otras cosas, la huella ecológica de algunos países seleccionados y su reserva o déficit ecológico.

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El caso de Puerto Rico

Según Subirana (1999) el ecosistema global está ya en el límite de su capacidad de carga, esto se debe a dos principales factores: la creciente población y la demanda de recursos para sostener el estilo de vida de los países (ricos) industrializados. Aunque a nivel mundial Puerto Rico es considerado como una nación en vías de desarrollo, nuestra sociedad de consumo se asemeja más a los países del “primer mundo”. De hecho, en nuestra Isla la generación de desperdicios sólidos se estima en 3.91 libras (lbs.) por persona por día. Esta cifra es mayor que la del país más industrializado del mundo, los Estados Unidos de Norte América que genera 3.15 lbs. por persona por día. (PEMRS, 2004).

Fig. 3. Cantidad de territorio necesario para sostener la población puertorriqueña

La fig. 3 representa la cantidad de área biológicamente productiva que necesitan los habitantes de Puerto Rico para su sostenimiento.

Las cuatro principales islas de Puerto Rico (la Isla grande, Vieques, Culebra, y Mona) poseen un área de 8,900 kilómetros cuadrados (Rodríguez, 2007) lo que representa un total de 890,000 ha. Si tomamos como base las 1.8 ha de área biológicamente productivas por persona a nivel mundial (WWF, 2006) nuestra Isla podría sostener una población de 494,444 habitantes. Y esto es asumiendo que todo el territorio de las cuatro (4) islas es biológicamente productivo (tierras agrícolas, praderas, bosques y zonas pesqueras). En teoría Puerto Rico necesitaría que 3.4 millones de habitantes migren hacia otras partes del planeta o poseer la capacidad adquisitiva y tecnológica para explotar los recursos de otras naciones (moralmente inaceptable). O sea necesitaríamos ocho (8) Puerto Ricos para sostener nuestra población (ver fig. 3). En nuestra Isla el mal manejo de los recursos naturales se refleja en múltiples áreas tales como: 1-la degradación de los ecosistemas costeros (arrecifes coralinos, bosques de mangle, estuarios, dunas de arena, entre otros), 28

2-la deforestación de las cuencas hidrográficas, 3-construcción en la zona marítimo terrestre, 4-pérdida de tierras agrícolas y desparrame urbano entre otros. Todo este manejo inadecuado hace a la Isla más propensa al impacto de eventos naturales (huracanes, tsunamis y otros) y al bajo aprovechamiento de nuestras reservas de agua debido a la sedimentación por escorrentías. El conocimiento, el compromiso y la acción local (comunidades) son vitales para el desarrollo ordenado de nuestros recursos, más aún, cuando debemos entender que nuestra diaria relación con lo que nos rodea (relación ser humano/naturaleza) construye la sociedad en la que vivimos. Esta crisis medioambiental y social nos debe invitar a reflexionar sobre nuestros hábitos de consumo. Según el Programa Ambiental de las Naciones Unidas (2002) a la altura del 2002 el 20% de la población mundial era responsable por el 90% del consumo personal a nivel mundial. En la otra cara se encuentra el restante 80% de la población mundial, entre ellos 1.2 billones de personas que sobreviven con menos de un dólar al día. Nosotros los puertorriqueños somos parte del 20% de la población mundial que está trastocando el delicado balance ecológico con nuestros hábitos de consumo. No hay más que salir a la calle para encontrar un tráfico automovilístico espeluznante con nuestras SUV’s (de alto consumo de combustible), los centros comerciales abarrotados (comprando lo que no necesitamos), los restaurantes de comida rápida y los “all you can eat” (nos servimos el último plato para dejarlo en la mesa) y como si fuera poco, nuestros hijos son cuidados por juguetes electrónicos. Y tenemos la osadía de decir que eso es calidad de vida. Como antítesis a este estilo desenfrenado de vida se propone un cambio en el paradigma de consumo hacia una vida más simple. El estilo de vida frugal propuesto puede definirse como simplicidad voluntaria. Según Rodríguez (2002) simplicidad voluntaria es: 1-adquirir conciencia del impacto social y ambiental de nuestros estilos de vida, 2-tomar decisiones como consumidores que causen el menor impacto ambiental, 3-trabajar para vivir y no vivir para trabajar, 4-dar tiempo a la familia y la comunidad, 5-dejar de medir el progreso personal y social sólo en términos materiales y 6-reducir nuestro impacto sobre los recursos del planeta, para que quede algo para el futuro.


Reduciendo nuestra huella ecológica

Al igual que Subirana (1999) el Informe Planeta Vivo 2006 (WWF, 2006) plantea la sobrepoblación y los excesos en consumo por parte de las naciones industrializadas como las principales causas de la degradación de la biocapacidad del planeta. Por esto, los gobiernos y los individuos deben crear conciencia sobre estos aspectos. Más complejo que proponer alternativas es implantar las mismas. En cuanto a la sobrepoblación, la educación reproductiva de las parejas debe trascender al acceso de métodos anticonceptivos. Una verdadera educación reproductiva debe ir de la mano de sólidos servicios de salud, oportunidades de desarrollo económico así como profesional y del entendimiento ecológico del humano como especie en el planeta. A su vez, es ridículo pensar que los países del “tercer mundo” alcanzarán el nivel de consumo de los países del “primer mundo”, pues para eso necesitaríamos conectar otro planeta tierra al ya existente (o tal vez dos). Por lo tanto, resulta más plausible reducir el nivel de consumo del “primer mundo,” no existe otra alternativa. El paradigma de calidad de vida como la capacidad para adquirir cosas materiales tiene que cambiar. Tenemos que entender que el problema no es ¿cuánto costaría eliminar el exceso?, sino ¿cuánto costaría no hacerlo?

Conclusión

No podemos perder de perspectiva que para sostenernos como especie en este planeta debemos hacer grandes ajustes en nuestra forma de relacionarnos con la naturaleza. Debemos cambiar el paradigma de que consumo es sinónimo de calidad de vida. Y sobre todo es vital descartar la visión reduccionista/dualista y entender que el humano y el medio ambiente son una misma cosa.

Literatura citada

Leape, J. P. (2006). Prólogo al Informe Planeta Vivo 2006. World Wildlife Fund. Edición Española coodinada por WWF Colombia. En Internet: http://www.footprintnetwork.org/ newsletters/gfn_blast_0610.html. Lovelock, J. (2007). La venganza de la tierra: la teoría de Gaia y el futuro de la humanidad. Planeta Editores. Papparelli, A., A. Kurban y M. Cunsulo (2003). Diagnostico ambiental de ecosistemas humanos. Universidad Nacional de San Juan, Argentina. PEMRS (2004). Plan Estratégico para el Manejo de los Residuos Sólidos. Autoridad de Desperdicios Sólidos. Estado Libre Asociado de Puerto Rico, San Juan, Puerto Rico. Rees, E. (1996). Revisiting Carrying Capacity: Area-Based Indicators of Sustainability. Population and Environment: A Journal of Interdisciplinary Studies Volume 17, Number 3, January 1996. Human Sciences Press, Inc. Rodríguez, A. (2007). Ecosistemas de Puerto Rico. Laboratorio 10, Universidad Interamericana de Bayamón. Accedido el 12 de junio de 2007, a través de http://bc.inter.edu/facultad/arodriguez/ cursos/biol3503/lab10_biol3503.htm. Rodríguez, A. (2002). La responsabilidad individual para un desarrollo sustentable. Boletín Marino. Sea Grant. Vol. XXIII. 4-6 abril-junio. Subirana, P. (1999). Ecología para vivir mejor. Respuesta Sostenible a los retos personales y sociales. Icaria Editores. Tickell, C. (2002). La tierra nuestro destino. Fragmento del un discurso ofrecido en la catedral de Portsmouth, en Lovelock, J. (2007). La venganza de la tierra: la teoría de Gaia y el futuro de la humanidad. Planeta Editores. United Nations Environment Programme (2002). Global Environment Outlook 3. Past, present and future perpectives. UNEP, UK. WWF (2006). Informe Planeta Vivo 2006. World Wildlife Fund. Edición Española coodinada por WWF Colombia. En Internet: http://www.footprintnetwork.org/newsletters/gfn_blast_0610.html.

Agradecimientos: a los doctores Aixa Rodríguez, Departamento de Inglés, UPR-RUM y Carlos A. Vivoni, Servicio de Extensión Agrícola, UPR-RUM, por la revisión de este artículo.

Foto: Ruperto Chaparro

La foto de abajo muestra los efectos de la construcción en zona marítimo-terrestre, uno de los problemas más comunes en el manejo de los recursos naturales en nuestra Isla, Sandy Beach, Rincón, PR.

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Xplorah

Una herramienta de planificación futura en el presente

Por Carlos J. Carrero Morales y Cristina D. Olán Martínez

E

n momentos en que la falta de planificación en el desarrollo atenta contra los recursos naturales limitados en Puerto Rico, aparece en el panorama una herramienta que promete proveer la información necesaria para propiciar un desarrollo sustentable en el futuro. Xplorah es una herramienta que permite a los planificadores prever posibles escenarios en los terrenos de nuestra Isla, basado en información social, económica y ambiental. “Xplorah es un sistema de apoyo a la toma de decisiones sobre el uso del espacio territorial,” comentó el doctor Elías Guitérrez, director de la Escuela Graduada de Planificación de la Universidad de Puerto Rico en Río Piedras, uno de los gestores del proyecto. El programa surge como una iniciativa conjunta del gobierno central, la Junta de Planificación de Puerto Rico, las agencias federales, el sector privado y la Universidad de Puerto Rico. Además, es un proyecto que se ha desarrollado en colaboración con el Instituto de Investigación para Sistemas de Conocimiento en Holanda. La meta principal de este sistema es modelar cambios en el uso del terreno con

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el propósito de tener más elementos de juicio a la hora de tomar una decisión de planificación. Vivimos en una isla en la que a diario se edifican carreteras, centros comerciales y viviendas nuevas. Con frecuencia, los constructores convierten montañas en llanos, rellenan humedales, ocupan la zona marítimo-terrestre y arrasan con grandes cantidades de árboles. En muchas ocasiones, todo esto se realiza sin considerar que, debido a nuestra condición de isla, los recursos que poseemos son limitados. Para evitar que continúen estos patrones de desarrollo, Xplorah permite que los planificadores visualicen los posibles escenarios de usos de espacios y terrenos. Los datos se organizan en capas o niveles de información que, a su vez, permiten hacer proyecciones sobre los usos de suelo y la ordenación del territorio. Además, tiene la capacidad de soportar toda la información que se le incorpore como, por ejemplo, características del territorio, información climatológica y ubicación de comunidades, carreteras y vías de tránsito, entre otros tipos de información. “Xplorah es un producto abierto. Puedes añadir cualquier tipo de información directamente


Natural

1990

Forest Agriculture Construction Mining Industry Trade and services Residential Forest reserve Mangrove and swamps

2008

Salt water Beach Coral reef Sweet water Public and recreational uses Utilities Infraestructure Military

Xplorah proyecta los posibles usos del terreno a través del tiempo. Arriba: Imagen del programa que muestra los usos del terreno en los años 1990 y 2008. Se percibe un aumento significativo en el terreno de uso residencial.

toma de decisiones. “Xplorah es más que una herramienta. Su implantación constituye un cambio fundamental de estilo y de potencial para acometer la difícil tarea de atisbar futuros alternos. Yo diría que los beneficios son, precisamente, de largo alcance. El patrón de uso de terrenos cambia sólo a largo plazo,” indicó Gutiérrez.

relacionada con el proceso de planificación,” expresó el señor Aurelio Castro, de Geographic Mapping Technologies, compañía que ofrece asesoría técnica para el diseño del programa Xplorah.

Las agencias que provean la información para Xplorah tienen la responsabilidad de mantener sus datos actualizados para que los resultados que produzca esta herramienta sean confiables.

Para Gutiérrez este proyecto representa “la modernización del sistema gerencial del recurso más limitado del país, que es su espacio territorial.”

“A veces, las agencias de gobierno tienen información que no es congruente,” señaló Del Valle mientras enfatizaba la importancia de mantener los datos al día y Para más información sobre Xplorah la necesidad de que en Puerto puede visitar las siguientes páginas de Rico se cree una oficina que Internet: recopile todas las estadísticas del gobierno. Escuela Graduada de Planificación http://graduados.uprrp.edu/planificacion/ Aunque Xplorah posee un sinnúmero de virtudes, no Research Institute for Knowledge Systems suplantará ni ahora ni en el futuro a los responsables en la http://www.riks.nl/projects/Xplorah

“Xplorah es uno de los mejores y más completos instrumentos de planificación existentes hasta el día de hoy,” expresó Carlos Del Valle, profesor en el Departamento de Ciencias Sociales de la Universidad de Puerto Rico en Mayagüez.

Foto: Ruperto Chaparro

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Foto: Suministrada

Educando con el mar

Guardarenas: Una herramienta de exploración marítima para el salón de clases Por Cristina D. Olán Martínez

S

Arriba: Varios participantes del Taller de Guardarenas en Boquerón miden las líneas de marea alta y de marea baja en la playa.

i te interesa conocer las maravillas del mar o quieres mejorar tus clases de ciencia y no sabes cómo, existe una alternativa.

Es el manual de experimentos educativos producido por la Organización Educacional, Científica y Cultural de las Naciones Unidas (UNESCO, por sus siglas en inglés), y traducido por el Programa Sea Grant de la Universidad de Puerto Rico. Su nombre es Introducción a Guardarenas: Una herramienta educativa para el desarrollo sustentable y constituye un valioso instrumento para la educación ambiental que se les ofrece a los niños y a las niñas, a los jóvenes y a las comunidades en general. La publicación cubre tópicos como: medición y composición de las playas, erosión y acrecentamiento, calidad del agua, olas y corrientes, plantas y animales y basura. Sea Grant, como auspiciador de Guardarenas en el país, no solo tradujo el libro al español sino que 32

Portada del libro Introducción a Guardarenas: Una herramienta educativa para el desarrollo sustentable.


añadió ilustraciones y actualizó parte del material, adaptándose a cambios recientes. La Compañía de Turismo de Puerto Rico a través de su Programa de Playas Bandera Azul subvencionó dicha traducción.

El mismo ofrece la posibilidad de visitar las playas para identificar los usos que las personas le dan a estos espacios, medir la calidad del agua u observar plantas y animales costeros, entre otras actividades.

A pesar de que la traducción del manual es reciente, los orígenes de Guardarenas se remontan al verano de 1998 en Tobago. En esa ocasión la UNESCO celebró el Primer Taller Regional de Educación Ambiental del Caribe. Sin embargo, el proyecto tomó forma durante el año 2001 en el Primer Taller Regional en Santa Lucía. Actualmente se ha implantado en treinta y cinco países y ha tenido gran acogida y éxito en los lugares donde se ha establecido.

Este libro cobró vida hace poco en Boquerón durante un taller de adiestramiento donde maestros, líderes comunitarios y miembros de la Compañía de Parques Nacionales pusieron en práctica los experimentos del manual. El entusiasmo era evidente.

El Programa Guardarenas busca cambiar los estilos de vida de los jóvenes y de los adultos y alertar a las comunidades acerca de la fragilidad del ambiente marino y costero y la necesidad de utilizarlo sabiamente. Es por esta razón que el libro trata de hacer que la ciencia viva a través de interesantes actividades que se pueden realizar en la playa y de aplicaciones interdisciplinarias que incluyen áreas de estudio como la literatura, las matemáticas y distintas ramas de la ciencia como la biología y la química.

Por su parte, Luis J. Ortiz, administrador del Balneario de Caña Gorda, encontró otros usos para la publicación. “Voy a implantar el programa en el balneario,” dijo Ortiz. “Se necesita la cooperación de todos y de todas para mantener la calidad y el buen funcionamiento de éste.” Para obtener una copia del libro puedes llamar a la señora María Matos en el Programa Sea Grant al (787) 832-3585 o al (787) 832-8045. El mismo tiene un costo de $12.00.

Foto: Suministrada

Asimismo, el manual representa una gran fuente de ideas para educadores, líderes comunitarios y administradores de los recursos naturales.

“Guardarenas es un excelente instrumento educativo que se puede integrar al currículo ambiental de los Niños Escuchas en Puerto Rico,” señaló Lori Morales, maestra en la American Military Academy y madre de un niño escucha.

Los participantes del taller dibujaron un croquis de la playa luego de tomar las medidas.

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Foto: Milton Muñoz Hincapié

EL PLANCTON:

EL FUTURO DE NUESTRAS ESPECIES A LA DERIVA Nuestro comportamiento amenaza al Fitoplancton, responsable de la producción de más de la mitad del oxígeno del planeta Los ecosistemas marinos están bajo una innegable amenaza debido a los altos niveles de contaminantes que llegan a diario a nuestros ríos, mares y atmósfera. La principal causa de esta alarmante situación es el aumento en la población mundial que reclama recursos para continuar el ritmo de vida y el desarrollo tecnológico que hemos alcanzado actualmente. Es de amplio conocimiento la disminución progresiva en la cubierta vegetal de la selva húmeda debido principalmente a la tala continua de árboles en la región Amazónica, ya sea con fines comerciales legales o ilegales, o de subsistencia de colonos o campesinos que van ampliando la frontera agrícola para la siembra de pastizales que alimentarán su ganado y el desarrollo de cultivos de subsistencia. De igual manera, se conoce que las emisiones de algunos refrigerantes, propelentes y fungicidas afectan y disminuyen la capa de ozono y que alimentamos el desbalance de los gases de invernadero que a diario inyectamos a la atmósfera. Sin embargo, no comprendemos la magnitud del problema ambiental que afecta a nuestros océanos, principalmente al fitoplancton. Etimológicamente, la palabra plancton se origina del término griego, “planktos” que significa “a la deriva” o “errante.” El plancton está compuesto por tres grandes grupos de distinta naturaleza. El primer grupo lo integran pequeñas algas procarióticas o eucarióticas que poseen clorofila y otros pigmentos accesorios, similares a los de las plantas terrestres, que les permiten transformar la energía lumínica del sol en energía química necesaria para llevar a cabo sus funciones vitales. Este grupo es conocido como Fitoplancton (del griego “phyton” que significa “planta”) y es por tanto el componente autotrófico o generador de alimento.

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El segundo componente primordial del plancton es el Zooplancton, que está conformado por diferentes especies de animales, desde protozoarios a grandes metazoarios. Éstos a pesar de que poseen estructuras como cilios, flagelos o filamentos que les permiten el movimiento, están a merced de las corrientes. Este grupo es heterótrofo, es decir, no fabrica su propio alimento y consume a especies del fitoplancton, desechos o detritos en las aguas oceánicas y a especies del tercer grupo del plancton conocido como

Diagrama de los dinoflagelados Este diagrama presenta tres especies de dinoflagelados que habitan en la Bahía bioluminiscente de La Parguera, Lajas, PR. Pyrodinium bahamense y Peridinium divergenes son responsables de la bioluminiscencia. Estos dinoflagelados forman parte del plancton. Su tamaño es microscópico. Se requieren 25 a 30 de estos organismos para cubrir el espacio que ocupa una pulga.

Ilustración: Jorge Montes Goñi

Por Milton Muñoz Hincapié

Bacterioplancton. Este último grupo está compuesto por bacterias que cumplen un papel fundamental en la remineralización de la materia orgánica en la columna de agua, reciclando todos los nutrientes necesarios para el funcionamiento de los seres vivos. El plancton desempeña una tarea muy importante en la fijación o utilización del CO2 que se encuentra en la atmósfera y su exportación a aguas más profundas del océano o al fondo marino. Además, contribuye a exportar o secuestrar aproximadamente 8 millones de toneladas de CO2 al año o 2200 millones de toneladas de carbono al año, pero las actividades humanas que involucran la quema de combustibles fósiles inyecta a la atmósfera más del doble de esa cantidad anualmente. El plancton también es responsable de la producción de más de la mitad de todo el oxígeno de nuestro planeta; a nivel trófico es el inicio de la cadena alimentaria. El término trófico se refiere a la sucesión de relaciones entre los organismos vivos que se nutren unos de otros en un orden determinado. El estudio de la dinámica del plancton ha generado grandes cúmulos de conocimiento sobre el funcionamiento del océano y la vida en la tierra.


El plancton ostenta un papel protagónico desde la expedición del HMS Challenger hasta las más recientes expediciones oceanográficas que buscan entender los efectos del calentamiento global en todos los componentes del plancton. En la oceanografía moderna hay dos trabajos científicos que marcan un antes y un después en las ramas de la Oceanografía y la Limnología -ciencias que estudian los océanos y los cuerpos de agua dulce, respectivamentey ambos tienen como protagonistas al plancton.

al considerar que la gran variedad de especies que lo conforman puedan sobrevivir en un medio aparentemente tan uniforme y no estructurado donde todas las especies están compitiendo por el mismo tipo de nutrientes. Esta paradoja parecía contradecir el Principio de Exclusión de Hardin (1960), que plantea que una especie puede sacar de competencia a las demás y que al final en una situación de equilibrio el ensamblaje del plancton se puede reducir a una población de una sola especie.

El primero fue The Biological Control of the Chemical Factors In The Environment, publicado por el científico Alfred C. Redfield en 1958. Los hallazgos de este trabajo abonarían el terreno para ampliar los conocimientos de los ciclos biogeoquímicos. La famosa razón de Redfield (1 Fósforo: 16 Nitrógeno: 106 Carbono), analiza los hallazgos de las proporciones estadísticas en las que ciertos elementos entran en el ciclo biológico en el océano, así como su disponibilidad relativa en las aguas oceánicas.

Hutchinson realiza consideraciones muy importantes que pueden resolver esa paradoja. De igual manera, estudios modernos sobre el pastoreo selectivo de tamaños y la heterogeneidad y variabilidad del medio marino, también ayudan a entender la paradoja del plancton. El interés de la comunidad científica por comprender los efectos del cambio climático global provoca que poco a poco la comunidad en general vaya entendiendo que estamos afectando de manera significativa nuestro mayor y más ignorado precursor de vida en nuestro planeta.

Tres años más tarde el zoólogo anglo americano George E. Hutchinson, publicó su célebre artículo titulado The Paradox of the Plankton, en el que hace un análisis sin precedentes sobre la dinámica ecológica del plancton,

El plancton no sólo se ve afectado por el incremento en las concentraciones de gases de invernadero como el CO2, sino también por desechos de hidrocarburos y basura sintética.

1000 millas

AMÉRICA IO

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CORRIENTE ECUATORIAL

Concentración de desperdicios Mapa tomado del artículo “Across the Pacific Ocean, Plastics, Plastics, Everywhere” escrito por Charles Moore y publicado en http://www.mindfully.org/Plastic/Ocean/Moore-Trashed-PacificNov03.htm. El mapa fue adaptado por Oliver Bencosme Palmer. El mismo ilustra la ubicación del Giro Subtropical del Pacífico Oriental, región en la que se acumulan el plástico y la basura debido a la baja velocidad de sus corrientes.

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Foto: Deborah Cedeño

Foto: Carmelo Tomás

Cochlodinium polikrikoides

Ceratium furca

Esta foto muestra el dinoflagelado Cochlodinium polikrikoides, una especie potencialmente ictiotóxica -nociva para los peces- y formadora de marea roja en la Bahía bioluminiscente de La Parguera, Lajas, PR

La foto muestra dos células del dinoflagelado Ceratium furca, especie muy común en el centro de la Bahía bioluminiscente de La Parguera, Lajas, PR

En este último caso, la situación se ha tornado sumamente crítica debido a la existencia de grandes parches de plásticos que por acción de las corrientes se han establecido en las regiones subtropicales de nuestros océanos. En el caso del Giro Subtropical del Pacífico Oriental (GSPO), esa gran mancha de plásticos y basura sintética alcanza un tamaño equivalente a dos veces el estado de Texas y así como esa existen cuatro más flotando en nuestros océanos. Esto ocurre así en el GSPO porque en esa región del océano las corrientes circulan a muy baja velocidad y forman un vórtice que alcanza un diámetro de cientos de kilómetros, lo que favorece la acumulación de cualquier material que se encuentre a la deriva. En estas áreas el plancton está siendo desplazado por la basura: por cada 6 libras de plástico apenas hay una de plancton. Eso sin contar el efecto de sombra que impide que la luz pueda penetrar y facilitar que el fitoplancton lleve a cabo la fotosíntesis.

con el plomo de sus vajillas y recipientes para almacenar alimentos, agua y vino. Hoy día quien está peligrosamente amenazado es el imperio de la raza humana, pero este envenenamiento es a escala global, afectando a todos y cada uno de los miembros de la cadena trófica, pues estamos cambiando drásticamente el equilibrio de nuestro entorno.

El problema mayor con este tipo de contaminantes no biodegradables es que sólo se desintegran con la exposición prolongada a la luz ultravioleta del sol y al movimiento del oleaje, generando miles de pedazos más pequeños. En este largo proceso se libera un gran número de compuestos químicos de alto poder cancerígeno que entran en los primeros eslabones de la cadena trófica y finalmente llegan a los depredadores de alto orden donde está incluida la raza humana. Un gran número de aves marinas se alimentan selectivamente de estas partículas pues las confunden con pequeños crustáceos. Otras mueren con sus estómagos llenos de tapas de botellas, encendedores y un gran número de objetos plásticos que flotan en las aguas oceánicas. Uno de los contribuyentes silenciosos de la decadencia del Imperio Romano fue el envenenamiento progresivo 36

Nos acercamos al final de la primera década del siglo 21 y aún no hemos resuelto efectivamente problemas como: la producción excesiva de desperdicios, la contaminación de los océanos y mares de nuestro planeta y la falta de interés por la protección y la conservación de los recursos naturales. Por tal razón, tenemos la responsabilidad de exigir un cambio en nuestros hábitos y perspectivas acerca de los océanos y de nuestro planeta en general. Igualmente debemos formular y responder las siguientes preguntas: ¿Cómo estamos ajustando nuestro ritmo de vida de manera tal que podamos reducir los niveles de consumo? ¿Estamos viviendo una doble moral al pedir conservación y cuidado de los ecosistemas marinos y al mismo tiempo continuar el consumo desmedido de recursos naturales? Ya evidenciarán los artículos científicos, dentro de 100 años, cuáles fueron las consecuencias de nuestras decisiones durante estos primeros años del siglo 21. Es de esperar que a nivel de dirigentes, empresarios y ciudadanos en general tomemos las decisiones necesarias para paliar o disminuir el efecto de nuestra presencia dominante en el planeta. La salud del plancton en nuestros océanos y la de todos los ecosistemas que de él se derivan constituye un buen índice para medir la salud de la raza humana, pues sin el plancton, el futuro de la especie humana está a la deriva.


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Teléfonos: (787) 832-3585 / (787) 834-4726 / (787) 832-4040, ext. 2521

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GEOAMBIENTE RECIBE SEXTO EMMY DE EXCELENCIA Por Milton D. Carrero Galarza En lo que demuestra ser un logro de consistencia en el periodismo ambiental, María Falcón y su programa televisivo GeoAmbiente obtuvo recientemente su sexto premio Emmy en la categoría de Salud, Ciencia y Ambiente. Con 20 años de experiencia en el periodismo ambiental, cinematografía y producción de televisión, Falcón y su equipo han recorrido gran parte de la isla puertorriqueña, documentando los temas más vigentes y controversiales que aquejan la salud de nuestro ecosistema natural caribeño. Su trabajo está estrechamente relacionado con las labores del Programa Sea Grant de la Universidad de Puerto Rico, el cual subvenciona la labor de uno de los fotógrafos que participó en los dos episodios premiados por la Edición 2008 del Suncoast Emmy Awards. Falcón, quien ya ganó cuatro premios similares en el 2006 por su cobertura acerca de temas como la agonía de los corales de Culebra, el turbio estado de La periodista María Falcón posa junto a sus dos Emmys recientemente durante la ceremonia la leche fresca y los paisajes del Río de premiación en Orlando, Florida. Cubuy y Punta Guaniquilla, obtuvo Jaime Costas, a Efraín Figueroa en el trabajo de cámara y a esta vez el galardón por sus reportajes acerca del Cambio Berti Rodríguez en el sonido. Climático y el Corredor Ecológico del Noreste. En esta ocasión también tenía cuatro nominaciones al igual que en el “El mayor galardón de este proyecto es que hoy está en 2006. las 1600 escuelas del sistema de educación pública de PR, gracias a TUTV y a Junte Ambiental,” aseguró la productora. Además del cotizado Emmy, Falcón recibió hace unos meses el premio “Filmmaker of the Year Award” que otorga Para Ruperto Chaparro, director del Programa Sea Grant la prestigiosa organización internacional “Filmmakers for de la Universidad de Puerto Rico, estos reconocimientos Conservation” de Londres. no sólo deberían demostrar el tipo de periodismo ambiental que se está logrando con pocos recursos, sino que debería “Estos premios representan un reconocimiento al motivar a otras agencias a proveer fondos para que se pueda compromiso de mi equipo de trabajo y a la labor que realizan continuar con la labor a largo plazo. todos aquellos que se esmeran por la protección de nuestro ambiente,” expresó Falcón. “Si alguien tenía alguna duda acerca de la calidad de los programas de GeoAmbiente, los reconocimientos son Entre las personas instrumentales en la realización de testigos,” señaló Chaparro. “Sin lugar a dudas, la mejor esta serie de reportajes se encuentran la libretista Gloribel inversión que hemos hecho en el Programa Sea Grant Delgado, la coordinadora Diane Arroyo y el director-editor es la colaboración con GeoAmbiente. Estamos más que Jean Charlois. También Gisela Rosario colaboró en la orgullosos de ser parte de un equipo ganador.” edición. Carlos Zayas, quien también editó, participó junto a 38


Pregúntale a Sea Grant

¿Qué es la marejada ciclónica?

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ebido a la fuerza de gravedad producida por la atracción entre la luna y el sol, el nivel del mar sube y baja con cierto ritmo. A esto se le conoce como marea astronómica. La marea astronómica es un fenómeno que ocurre a diario. Hay dos mareas bajas y dos mareas altas cada día.

Por Aurelio Mercado

Ilustración: Jorge Montes Goñi

(run-up)

Sin embargo, el nivel del mar puede incrementar por encima del efecto de la marea astronómica debido a los cambios en el oleaje, en la presión atmosférica y en el viento. A medida que la presión atmosférica baja, la marea sube. El viento, por su parte, también produce cambios en el nivel del mar. A mayor velocidad del viento, mayor será la cantidad de agua que se acumula en la orilla. Pero la causa mayor de la marejada ciclónica es el embate de los huracanes. La presión atmosférica extremadamente baja, la alta velocidad de los vientos y las grandes olas asociadas a estos eventos atmosféricos se combinan y producen un aumento significativo en el nivel del mar. Aunque el viento, el oleaje y la presión atmosférica provocan cambios en el nivel del mar, el efecto de cada uno de estos elementos predomina dependiendo del sitio en que ocurran los cambios en la marea. Por ejemplo, el efecto de los vientos es más marcado en lugares donde la plataforma continental, o insular en el caso de islas como

Puerto Rico, es ancha y de poca profundidad. La plataforma continental o insular comienza en la costa y se extiende en profundidades no mayores a 200 metros. En su límite hay una acentuación brusca de la pendiente que es el talud oceánico. En plataformas anchas y poco profundas, la energía del oleaje se disipa más que en plataformas angostas y profundas, ya que las olas rompen porque están tocando fondo. Por lo tanto, la contribución del viento es mucho mayor. Ése fue el caso del huracán Katrina en el 2005. Durante Katrina se experimentaron vientos cuya velocidad aproximada fue de 240 km/h y el nivel del mar alcanzó unos 30 pies sobre el nivel promedio en algunos lugares. Ocurre de manera distinta en islas como Puerto Rico donde, con excepción de la costa este y del oeste de Cabo Rojo, la plataforma insular es muy angosta, la contribución del oleaje puede ser tan importante como el efecto del viento. En este tipo de plataforma las olas pueden llegar a la orilla sin que su energía se haya disipado. En Puerto Rico no debemos esperar marejadas ciclónicas mayores de 15 a 20 pies, aproximadamente. Para concluir, se puede decir entonces que la marejada ciclónica es el aumento en el nivel del mar asociado a los cambios en presión atmosférica, velocidad del viento y oleaje que ocurren gracias al paso de un huracán. 39


GeoAmbiente... donde escuchamos la voz de la naturaleza. Horario: lunes a las 8:30 p.m TUTV, Canales 6 y 3

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