RAÚL, UNA VIDA CON AUTISMO un capítulo que continúa Por: Jezrael Luna & Juan Aguilar
Otro diagnóstico… por si quedaba duda Después de trajinar por diversos especialistas, pudieron diagnosticar a Raúl en la ciudad de Guadalajara, el DX Autismo. Ahora sí con el conocimiento de saber el trastorno que aquejaba a mi hijo me di a la tarea de buscar ayuda profesional y fue como llegamos al IRA (Instituto de Rehabilitación y Aprendizaje), en donde no solo ayudaron a mi pequeño hijo sino también a toda la familia para saber de qué manera enfrentar esta situación y conocer esta condición de vida que estaría con mi hijo por el resto de sus días. Tiempo después y por recomendaciones de los especialistas consultados, le realizamos a Raúl una batería de estudios en Nuevo Laredo para confirmar el diagnóstico
médico y de esta manera conocer más a detalle la manera en la que podíamos trabajar con él. Tristemente en ese momento también nos dijeron que su pronóstico de vida era limitado en su desarrollo profesional posiblemente, solo asistiría a la primaria por sus limitantes cognitivas y que difícilmente sería una persona socialmente activa integrada de lleno a su entorno, por ende difícilmente podríamos soñar con pensar en una carrera universitaria y aquí estamos 25 años después con su Licenciatura en Periodismo y dedicado a la docencia rural, productor radial para Radio Universidad de la U de G. Ninguna batería y/o estudio puede determinar que lograremos en la vida, si somos perseverantes.
Te odio Y después de este estudio, aunque no fue nada fácil y siempre con el temor latente de equivocarme, tenía que tomar algunas decisiones. Y así un día, sin más ni más, al siguiente año escolar lo metí en un colegio regular que si me lo recibía; ya que por aquel entonces las escuelas públicas se “reservaban el derecho” de dar o no cupo a los chicos con necesidades especiales... ¡Lloraba, sufría y me pedía a gritos que lo llevara de nuevo a su escuela, a su hermosa y tranquila escuela, pero no podía hacerlo, tenía que enseñarle a manejarse y en el instituto siempre
le darían un trato muy distinto a lo que es la realidad y con todo el dolor de mi corazón me aguantaba cuando me decía a gritos TE ODIO, ERES MALA Y ME HACES SUFRIR! Era un dolor extra-
ño y a veces aún me conmueve el recuerdo... pero la vida seguía y teníamos que dar otros pasos, avanzar... así que yo le decía pues ódiame, pero no importa no te voy a regresar.
MISIÓN17 - INFORMAR PARA FORMAR
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