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HISTERIA COLECTIVA, UN MONTÓN DE HIPOCONDRIACOS O SOLAMENTE MENTES CANSADAS Y ENFERMAS
A
Por: J. A². M.
ntes de empezar a profundizar con este ensayo es muy importante que podamos partir de un concepto: la salud, que según la OMS puede definirse como “un estado de completo bienestar físico, mental y social, y no solamente la ausencia de afecciones o enfermedades”.
De acuerdo con tal aseveración, en el contexto actual y de emergencia sanitaria, podríamos asegurar, por un lado, que el hecho de aún no haber contraído el Covid-19 es una factor elemental que asegura nuestro bienestar físico, entonces por ese lado estamos saludables, sin embargo, ¿qué sucede con los otros dos aspectos?, ¿la salud social y la salud mental?, en este sentido, podría decirse que también gozamos de una “buena” salud social, porque aunque duramente y a la fuerza, hemos podido adaptarnos y más allá de eso autogestionarnos para poder sobrevivir a esta nueva realidad llena de desafíos antes no conocidos, y tal vez ni pensados a los que nos enfrentamos día a día. Ahora las salidas con amigos se hacen virtualmente, las reuniones familiares de igual forma son videollamadas, hasta ir a una sala de cine cambió su concepto por una silla frente a un computador, definitivamente no es lo mismo, pero como dirían los conformistas, “es lo que hay”, y “un poco de algo es mejor que mucho de nada”, aunque no hay que dejar de lado que han existido personas que a pesar de su buena condición de salud social no han logrado acostumbrarse a esta realidad, lo que ha hecho que su vida y su salud física se vean afectadas. En principio, si queremos comprender la salud mental de forma más profunda, debemos partir del concepto que nos propone la APA (American Psychological Association por sus siglas en inglés) “la salud mental es la forma en que nuestros pensamientos, sentimientos y conductas afectan nuestra vida.”, de esta manera podemos analizar y comprender, que al tener que vivir situaciones bastante inusuales como una pandemia, el tener que ver y soportar una cuarentena mundial, y al ver nuestra movilidad restringida por incontables toques de queda, es bastante obvio deducir que nuestra salud mental, o mejor dicho, la salud mental del mundo, cambio, sin importar cómo haya estado nuestra salud mental antes de la pandemia, después y durante la misma, esta se transformó, en algunos casos para mejor y en otros lamentablemente para peor. Entonces, ¿Quién ha estado completamente saludable desde aquel trece de marzo de dos mil veinte?, personalmente creo que nadie, puede que los primeros días y exagerando las primeras semanas la salud física, mental y social de una gran parte de la población estuviese bien, pero después de eso las cosas se han tornado bastante más complejas.