Pedazos tallados en la historia.
Todos empezamos igual, una semilla que germina y crece tratando de llegar a lo mas alto. Muchos se quedan allí por años y años tratando de alcanzar el sol. Otros, somos cambiados por el ser humano. Somos elegidos para dejar nuestra marca en la historia. Yo, como los demás, me dirigía hacia arriba. Arriba hasta tocar el cielo, arriba hasta mas no poder. Arriba, arriba, arriba, hasta que, de repente, cambié de dirección. Empecé a ir de lado rápidamente hasta chocar con el suelo. El golpe fue tan fuerte que me rompí en pedazos. Podía sentir cada uno de ellos, algunos se desvanecieron sin dejar rastro de su existencia; otros, los que mantuvieron mi consciencia fueron cambiados. Me sentí triste por un tiempo, sabía que ya no podría alcanzar el sol, pero con el tiempo entendí que tendría un nuevo propósito. Un propósito que perduraría por años y años. Un propósito que me haría avanzar, no hacia arriba, sino hacia el futuro.
Mi cambio fue rápido, comparado a mi larga existencia antes de caer en manos del ser humano. Cada pedazo fue acostado, tallado, entintado y estampado. El proceso era repetitivo, pero para mi asombro cada pedazo tenía resultados diferentes. No entendía por qué, si todos eran mis pedazos ¿por qué su estampa era diferente? Así que me di a la tarea de investigar y esto fue lo que descubrí. Los humanos tienen la necesidad de estampar formas. Les gusta crearlas y llevarlas encima o mirarlas colgadas en la pared. Resultó que mis pedazos eran uno de los medios más prácticos para tallar y estampar las formas que los humanos querían. A esta práctica se le comoce como el “arte de realizar sobre la superficie plana de un taco de madera un dibujo, suprimiendo lo ajeno a él por medio de cortes o entalladuras, con el fin de obtener reproducciones del mismo” (Larraya, 1952, pág. 5). Arte que los humanos conocen como Xilografía. Pedazos tallados en la historia 25