SALUD
Trabajo de flexibilidad para aductores.
Una opción es centrar los esfuerzos en el tratamiento del trauma, prestando toda la atención al proceso terapéutico desde la perspectiva clínica. Pero nos gusta más la opción de orientarnos hacia el desarrollo de estrategias y programas de intervención relacionados con la prevención y la readaptación del deportista. En un modelo de intervención general deberemos incluir una evaluación general del contexto deportivo (modalidad deportiva, características personales del atleta, condiciones de entrenamiento, etc…) con el objetivo de conseguir un estudio preventivo ante los factores predisponentes a la lesión y un protocolo sistematizado de actuación en el caso de que aparezca la lesión. El objetivo último es conseguir la mayor salud deportiva posible o, si se da el caso, la recuperación funcional más eficiente y eficaz. Si queremos dar un enfoque mínimamente profesional a la prevención de lesiones deportivas debe84
mos tener en cuenta que no existe un único factor que nos predisponga a la lesión. Para facilitar su identificación podemos clasificarlos en factores intrínsecos (predisposición del deportista) y extrínsecos (exposición a factores de riesgo), aunque se entiende que en la realidad del proceso de entrenamiento-competición, todos estos factores se dan de manera compleja, interactiva e incluso acumulativa. Identificamos como factores intrínsecos: lesiones anteriores, edad, sexo, composión comporal, estado general de salud, aspectos anatómicos como la alineación articular, laxitud ligamentosa o los acortamientos musculares, la condición física (fuerza, flexibilidad, coordinación, resistencia, equilibrio muscular anta/agonista) y por último, no por ello menos importante, el estado psicológico. En cuanto a los factores que nos exponen al riesgo de lesión o extrínsecos identificamos: la motricidad específica de cada deporte (contacto corporal, ges-