Territorios indígenas en la ciudad de Santa Cruz de la Sierra Estudio urbanístico
De acuerdo a la mitología chiquitana, la tierra parece haber existido siempre. Es destruida periódicamente por tempestades que vuelcan la Tierra, piedras que caen del cielo, fuegos y diluvios que eliminan toda vida en el planeta. Después de cada cataclismo, la tierra se forma de nuevo y emergen, otra vez, seres humanos en ella. Los actuales chiquitanos se consideran descendientes de aquellos hombres y mujeres que surgieron tras el último cataclismo después del cual se configuraron las serranías que estabilizaron la Tierra. En los tiempos míticos, antes del último cataclismo, los chiquitanos vivían en un estado paradisíaco sin necesidad de trabajar para su sustento, puesto que la naturaleza les brindaba todo lo que necesitaban para su reproducción. En la cosmovisión chiquitana todo el universo es animado y antropomorfo. En los tiempos originarios los elementos cósmicos eran seres humanos, quienes, por diversas razones, se convirtieron en cometas, vientos, plantas y animales. Relato Chiquitano
3. Antecedentes de los pueblos indígenas de tierras bajas y su presencia en la ciudad Adiferencia de las comunidades ayoreas urbanas Degüi y Garay, la Comunidad
Indígena Urbana Vallecito II está conformada, como su nombre lo indica, por familias de distintos pueblos indígenas. Para los fines descriptivos del estudio, se destaca la presencia de chiquitanos, en mayor medida, yuracarés, mojeños y de otros pueblos de las tierras bajas de Bolivia, además de algunas familias de origen quechua y mestizas. En el período colonial, los pueblos indígenas que habitaron el territorio que hoy conocemos como Bolivia, fueron incorporados al mundo occidental a través de instrumentos imperiales “del reino español y de la Santa Iglesia Católica”, en el marco de un ordenamiento civil vinculado al régimen comunal, complementado con un sinnúmero de instituciones propias, creadas para materializar el nuevo modelo. Es decir que este sistema de reducciones, llevado a cabo por los jesuitas, posibilitó la construcción de una opción, un tanto utópica, de tener una colonia sin encomenderos. En el territorio boliviano se destacan los subsistemas misionales de Mojos y Chiquitos. Las misiones de Mojos dependían de la provincia Jesuita del Perú, vía Cochabamba; y, la de Chiquitos, de la provincia Jesuita del Paraguay, vía Tarija.
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