a historia del arte desde su creación ha sepultado a las mujeres
artistas mostrando diferentes grados de opresión y marginación
con base en una diferencia de naturaleza sexual. Las mujeres
siempre han producido arte, lo que sucede es que el comportamiento
sexista y la desigual división del trabajo reservaron la posibilidad de
dedicarse a la creación artística sólo a una minoría femenina dentro
del sector productivo —mayoritariamente masculino—, relegando a
la mujer al trabajo doméstico y a la reproducción del género humano,
como si esto fuera algo normal y lógico.