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Mujeres mundo Después de cuatro años de cúpulas, puertas y torreones, su trabajo se dirige hacia las mujeres; pasa de representar la urbe del Quito colonial a capturar los interiores de la ciudad en una mirada más explícita. Patios, portales, pasillos, habitaciones en las cuales aparecen mujeres semiocultas, encerradas, recreando ciertos espacios íntimos que solo parecen existir en el recuerdo de estas mujeres solitarias. Es una manera de mostrar la soledad en sus diferentes formas, en la que la mujer no tiene otra cosa que referenciar su casa. Se quiere mostrar el mundo de las mujeres de la época, contemplativas, solas, envueltas en medio de una niebla espesa que oculta sus historias. Esta es una reflexión sobre la mujer y su condición humana. Ya en la serie anterior, la niebla surge envolviendo aquellos detalles de la arquitectura colonial. En esta serie la arquitectura persiste, pero con las mujeres dentro, en un trabajo reiterativo que dura años, durante los cuales la artista recrea la misma forma de diferentes maneras. En “Mujeres, mundos”, muestra que Ruby Larrea presenta en 1984, en la Galería Club de Arte, se exhibe a estas mujeres que surgen de su ilusión; no se trata de mujeres reales, sino de mujeres inventadas que hablan de la soledad, sin ser esta la intención de la artista. La exposición es todo un éxito, a tal punto que la artista no conserva una sola obra de la época. Explica Ruby Larrea que cuando ella ve la exposición se asombra de lo realizado, pues estas mujeres reflejan el peso de la soledad. Cuando yo monté la exposición, cuando la vi puesta en las paredes, me agarró una jaqueca terrible, porque me di cuenta de lo que había hecho sin haberlo pensado, pues claro, eran mujeres que estaban en un espacio solas, no necesariamente tristes, entonces claro, mucha gente pensaba que yo estoy pensando en soledad, pero yo que no tengo esa soledad, o sea, no es mi espíritu, ni vivo esa soledad (Larrea, 2018). Probablemente el hecho de que estuviera vinculada a un grupo de mujeres intelectuales con las que vive algunas experiencias hace que absorba esas vivencias personales que, finalmente, emergen en su obra. Este grupo formado por ocho mujeres profesionales entre historiadoras, escritoras, periodistas, etc., y de diferentes nacionalidades (Francia, Perú, Argentina, Brasil), se reúnen de forma periódica para tratar temas de interés que presentan a la sociedad con el fin de emitir una visión distinta. La agrupación llega a publicar una revista bajo el título Eva de la manzana, que tiene una sola edición; la falta de presupuesto impide que se puede continuar con este proyecto. Con el tiempo el
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