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los marginados -Pastoral afro
Dichosos
Año 68 No. 791 junio 2021
ISSN 0186-8314
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La Carta
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DICHOSOS LOS MARGINADOS, PORQUE ESTÁN EN EL CORAZÓN DE DIOS
MISIONEROS COMBONIANOS
P. Enrique SÁNCHEZ G., mccj
E
n nuestra sociedad la realidad de la marginación es un fenómeno que ha ido creciendo en la medida en que se le ha dado más importancia al individualismo, a lo productivo, al poder y la fama. Ser alguien hoy parece ir asociado al poder adquisitivo, a la apariencia y a la capacidad de imponerse sobre los demás. Mientras que, en un pasado no muy remoto, lo que hacía grandes a las personas era su capacidad de acogida, su sencillez, su cordialidad, su amabilidad y bondad. Incluso en la pobreza se reconocía lo noble de las personas. Hoy se cree que sólo quien posee gran fortuna y goza de gran prestigio es la persona que ha triunfado en esta vida. Y, para lograr dicha meta, se supone que debemos ser perfectos, superdotados, hábiles y capacitados para responder a todo. Quien no responde a estos parámetros está condenado a engrosar las filas de la marginalidad. Marginados, los hay de todo tipo. Marginado es el niño a quien se le ha negado su derecho a la educación o a la asistencia sanitaria y que, en muchas ocasiones, acaba teniendo la calle como familia y la sombra de un puente se convierte en casa. Marginado es el joven, a quien le han robado sus sueños y le han matado sus ilusiones, porque aunque tenga un título universitario, simplemente no encuentra trabajo. Marginada es la niña que a sus 12 años ha sido obligada a dejar su casa, su familia, su infancia, para irse a la ciudad y convertirse en sirvienta explotada. Marginada es la madre abandonada por el esposo y que hace de todo para sacar adelante a sus hijos.
Marginados han sido pueblos enteros por el color de su piel, por sus culturas distintas, por sus maneras de estar en este mundo. Esos estilos de vida han demostrado que se puede vivir libres del poder del dinero, de la apariencia, del derroche y han enseñado que la vida pasa por caminos que llevan a la comunión con los demás y a la armonía con la naturaleza que cuida y nutre, que lo da todo gratuitamente. Marginadas son, también hoy, todas aquellas personas que mantenemos al margen de nuestra sociedad porque nos hacemos selectivos e indiferentes al dolor y al sufrimiento de los demás; pero somos personas llamadas a vivir en relación, en donde nadie es superfluo y cada uno tiene una riqueza que aportar. Nuestra humanidad no debería generar experiencias de marginación, no podemos ignorar esa realidad asumiendo actitudes de indiferencia; abrámonos a todo aquello que nos ayude a crear puentes hacia un mundo en donde todas las personas tienen derecho a ser integradas, reconociendo su diversidad como una riqueza y no como una fatalidad.
Esquila Misional
junio 2021
Distribuidor exclusivo Misioneros Combonianos del Corazón de Jesús, A.R.
Dichosos los marginados -Pastoral afro Año 68 - No. 791 junio 2021 Portada: Ismael Piñón y MISIONERAS COMBONIANAS
REDACCIÓN Y PÁGINA WEB Director y Editor responsable P. Enrique Sánchez González, mccj Subdirector P. Ismael Piñón López., mccj Jefa de Redacción Claudia Villalobos Palacios Equipo de Redacción Fernando de Lucio Ocaña Paulina Galicia Sandoval Diseño Creativo Vanessa Ixchel Aguilar Delgado Colaboradores Felipe Cardenal Arizmendi, monseñor Vittorino Girardi, Hno. Joel Cruz, Pp. Fernando González, José de la Cruz, Gustavo Covarrubias y Enrique Sánchez, y Hnas. Cecilia Sierra y Mary Carmen Galicia. www.esquilamisional.org Envíe comentarios y sugerencias a la Redacción: esquilam@live.com esquilam@prodigy.net.mx ADMINISTRACIÓN Administrador: P. Gustavo Covarrubias Rodríguez, mccj Para asuntos administrativos, (suscripciones, donativos, reclamaciones, pedidos de libros, pagos, etcétera) visítenos en: Ponciano Arriaga, 10 Col. Tabacalera, Alcaldía Cuauhtémoc, 06030 Ciudad de México; teléfono: 55 55 92 38 33 Correo electrónico: combomis@prodigy.net.mx Precio del ejemplar $ 20.00 Suscripción anual $ 200.00 Suscripción Esquila Misional y Aguiluchos $ 400.00 Suscripción Extranjero (en dlls.) $70.00 Favor de hacer sus depósitos en el banco más cercano. Cuentas a nombre de: Misioneros Combonianos del Corazón de Jesús, A.R. (Escriba el nombre completo) Santander: 65501062197 Bancomer: 0452603004 Banamex: 70070359098 Banorte: 0259125723 Envíe su ficha bancaria con sus datos completos a vuelta de correo. Si envía cheque, mándelo en sobre certificado. Si envía un giro postal, hágalo a nombre de Misioneros Combonianos del Corazón de Jesús, A.R., Clave 59, oficina pagadora: Gerencia de Tesorería de la Ciudad de México 00098. No envíe dinero dentro del sobre. Si desea hacer una transferencia bancaria: Santander: 014180655010621976 Bancomer: 012180004526030044 Banamex: 002180700703590983 Banorte: 072180002591257234 Esquila Misional Año 68 No. 791 junio 2021, es una publicación mensual editada por los Misioneros Combonianos del Corazón de Jesús, A.R. Calle Ponciano Arriaga No. 10, Col. Tabacalera, Alcaldía Cuauhtémoc, C.P. 06030 Ciudad de México, Tel. 55 55 92 38 33, www.esquilamisional.org, esquilam@prodigy.net.mx Editor responsable: P. Enrique Sánchez González, Reservas de Derecho al Uso Exclusivo No. 04-2021-012517230000-102. ISSN 0186-8314, ambos otorgados por el Instituto Nacional del Derecho de Autor, Licitud de Título y Contenido No. 10275 y No. 7203 otorgados por la Comisión Calificadora de Publicaciones y Revistas Ilustradas de la Secretaría de Gobernación. Permiso SEPOMEX No. PP09-0297 Impresa por Multigráfica Publicitaria S.A. de C.V. Democracias No. 116, Col. San Miguel Amantla, Alcaldía Azcapotzalco, C.P. 02700. Este número se terminó de imprimir el 21 de mayo de 2021, con un tiraje de 13,000 ejemplares.
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La reproducción total o parcial de artículos y reportajes de Esquila Misional queda permitida citando su procedencia. Se imprime con licencia eclesiástica. Las opiniones de los autores vertidas en esta revista no reflejan necesariamente el punto de vista de esta editorial. Consulte nuestro aviso de privacidad en: www.esquilamisional.org
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CONTENIDO 1 4 5 6 7 8
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LA CARTA Dichosos los marginados, porque están... nuestros lectores una imagen vale más... Más allá de la noticia semblanza CARTAS DE MISIÓN
Toda una vida en Esmeraldas De vuelta a la misión Pakota
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En familia Consagrados a Dios para la Misión SERVICIO ESPECIAL El cuidado de la Casa Común EVANGELIO, IGLESIA Y SOCIEDAD Pastoral Juvenil Afro DESDE INTERNET ¿Por qué son grises los rinocerontes? REALIDADES Al servicio del pueblo negro... para orar con el papa La belleza del matrimonio JUSTICIA Y PAZ La política, altísima vocación EN CLAVE DE MUJER María, modelo de discipulado... BIBLIA Y MISIÓN Noemí y Rut La columna de Monseñor Y Dios creó el Corazón Misión aquí y ahora El amor que nos transforma... francisco, el papa misionero El virus de la exclusión PUNTO DE VISTA Compartir desde el corazón LLAMADOS A LA MISIÓN Descubre tu vocación... EXPRESIÓN Y CULTURA Día de las «mulitas» Literatura comboniana
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Esquila Misional
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Nuestros lectores
Lectores
Facebook:
Lamentable, vi la noticia sobre el ataque que sufrió el misionero comboniano monseñor Christian Carlassare en Rumbek, Sudán del Sur. Me uno a la oración por su pronta recuperación. Saludos a todos en Esquila Misional.
Ricardo Tovar Facebook:
Me gustaría saber más sobre cómo puedo ayudar a los misioneros que se encuentran en India, pues vi en las noticias que los católicos en ese país están muy ocupados ayudando a la gente que padece con esta nueva ola de Covid-19. Rezo por todos ellos y por todos los que sufren las consecuencias de este terrible virus en el mundo. Saludos.
Luis Vargas
Facebook:
Me da mucho gusto que el Papa haya convocado al «maratón de oración» durante todo mayo para pedir por el fin de la pandemia y su llamado a combatir el virus con ciencia e investigación; ojalá superemos esta difícil etapa. También espero que todos los misioneros tengan la fuerza y fe necesarias para seguir apoyando a quienes más lo necesitan. Gracias por su trabajo. Esther Flores Facebook:
Hola, amigos y sacerdotes combonianos de Esquila Misional, les envío una gran felicitación por el número de mayo. Me gustó mucho, desde la portada tan hermosa, hasta cada una de las lecturas, pues me parecieron muy interesantes. ¡Sigan así!
Erika Salas
Facebook:
Sólo quiero enviarles un cordial saludo desde Guerrero, donde recibo cada mes su revista, aunque ahora he visto que también se puede ver en internet, me da mucho gusto que sigan creciendo para que lleguen a más gente que apoye a los Misioneros Combonianos.
Justino Hernández
Renata Solís
Escríbenos tus sugerencias y comentarios a: esquilam@live.com esquilam@prodigy.net.mx O bien, envíanos un mensaje por WhatsApp
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Facebook:
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Hola, es un gusto poder saludarlos. Me gustaría que publicaran mi mensaje en Esquila Misional, pues quisiera desearles mucho ánimo a todos los que, como yo, han perdido a su madre recientemente. Espero hayan pasado un 10 de mayo en paz, sabiendo que todos nuestros difuntos están al lado del Señor. Mucha luz y fuerza a todos.
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José Luis Rodríguez
Una imagen vale más...
«Al terminar su oración, el lugar en que estaban reunidos tembló; todos quedaron llenos del Espíritu Santo y se pusieron a anunciar la Palabra de Dios con toda valentía» (Hch 4,31) Esquila Misional junio 2021
Más allá de la noticia
Por: P. Gustavo COVARRUBIA S, mccj
Ismael Piñón
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África en alerta UNICEF
por pandemia
Jerusalén debe ser la ciudad de todos Ante la reciente escalada de violencia que se vive en Israel, tanto el papa Francisco como los Patriarcas de Tierra Santa hicieron un llamado a la comunidad internacional para que se preserve el carácter especial de Jerusalén. El Papa pidió que «sea lugar de encuentro y no de conflictos violentos, lugar de oración y de paz» e invitó «a todos a buscar soluciones compartidas para que la identidad multirreligiosa y multicultural de la Ciudad Santa se respete y pueda prevalecer la fraternidad. La violencia sólo genera violencia. «¡Basta de enfrentamientos!», afirmó. Por su parte, los líderes cristianos piden «a la comunidad internacional y a todas las personas de buena voluntad que intervengan para poner fin a estas acciones provocadoras, y sigan rezando por la paz en Jerusalén». En el cierre de edición, continuaban los enfrentamientos entre israelíes y palestinos con varias
decenas de muertos, entre los cuales hay varios niños. En una reciente entrevista con el New York Times, el vicealcalde de Jerusalén, Aryeh King, afirmó que el desalojo de familias palestinas del barrio de Sheikh Jarrah en favor de colonos judíos, uno de los detonantes de esta nueva escalada de violencia, forma parte de una campaña para «rodear de hebreos» Jerusalén Este. El Patriarcado Latino reitera ante «cualquier intento de hacer de Jerusalén una ciudad exclusiva para cualquiera», que «ésta es una ciudad sagrada para las tres religiones monoteístas, y sobre la base del derecho internacional y las resoluciones pertinentes de las Naciones Unidas, también una ciudad en la que el pueblo palestino, compuesto por cristianos y musulmanes, tiene el mismo derecho a construir un futuro basado en la libertad, la igualdad y la paz». (Fides / Vatican News) •
El Covax, mecanismo solidario de acceso a vacunas coordinado por la OMS, comenzó a enviar las primeras remesas de dosis a países pobres, principalmente de África, por lo que la inmunización (a ritmo lento e intermitente) inició ya en casi todo el continente, con excepción de algunos que, hasta principios del mes pasado, no habían recibido una sola dosis: Tanzania, Burundi, Burkina Faso, República Centroafricana, Chad y Eritrea. De hecho, a principios de mayo, los africanos sólo habían recibido 37 millones de dosis (principalmente de AstraZeneca), de las cuales sólo se habían administrado poco más de la mitad. Pero, ante la reducción en la exportación de vacunas producidas en India, la ONU expresó su preocupación sobre la disponibilidad de más dosis, pues algunas naciones recibieron menos de las esperadas y otras ya agotaron sus limitadas reservas. Ante ese cuadro, la OMS recomendó que se priorice dar la primera dosis a la mayor cantidad de personas más vulnerables. También los ministros de salud y expertos de la Unión Africana recomendaron no confiarse ante el número relativamente menor de casos y defunciones registrados en África, pues no se descarta lo que pasó en la India. En ese sentido, John Nkengasong, director del Centro de Control y Prevención de Enfermedades de África, reconoció que el continente está aún lejos de alcanzar la inmunidad de rebaño, por lo que hay que incrementar la aplicación de pruebas, vigilar el surgimiento de posibles variantes, proveerse oportunamente de oxígeno y equipos de protección sanitaria y mantener las medidas sanitarias, a fin de estar preparados para un eventual cambio en las curvas epidemiológicas. (BBC / EFE). •
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MISIONEROS COMBONIANOS
Semblanza
S.O.S. por Colombia
Según varios analistas, la secuela de protestas y actos violentos que se ha vivido en Colombia desde principios de mayo apunta para lo que también podría ocurrir en otras naciones latinoamericanas como parte de las secuelas políticas y económicas de la pandemia. En el caso de la nación sudamericana, el rechazo al intento de un aumento de impuestos fue el fósforo que encendió el estopín creado por la vulnerabilidad, el deterioro económico y el descontento social ante un sistema de salud precario, un elevado saldo oficial de defunciones por Covid-19, falta de apoyos para el creciente número de familias empobrecidas, asesinatos de líderes sociales y manifestantes, así como una creciente represión policial y violación de derechos humanos. Hasta principios del mes pasado, la respuesta del Gobierno ante las protestas habría provocado decenas de muertes de manifestantes y centenas de denuncias de desapare-
E
cidos en varias ciudades importantes. Por ello, Marta Hurtado, portavoz del Alto Comisionado de Naciones Unidas, denunció particularmente el uso excesivo de la fuerza y la violencia en Cali. Entonces, muchos activistas colombianos percibieron que el mundo estaba volteando a ver la situación, por lo que aprovecharon una reunión virtual de la ONU para lanzar pedidos de auxilio, llenando el chat abierto de los funcionarios con el mensaje «S.O.S. Colombia». En medio de todo eso, el episcopado colombiano también intentó fijar una postura con un comunicado de ocho puntos, publicado el 4 de mayo en el que, entre otras cosas, hace este «llamado urgente y clamoroso: ¡Que se detenga, por el bien de todos, la espiral de violencia y el círculo de muerte que se están impulsando! Es momento de emprender juntos la tarea de generar un modelo de desarrollo humano integral» (Twitter / Comunicado 63 de la CEC). •
Padre Juan María Piu
l padre Piu, como todos lo conocemos, es un comboniano de 94 años que ha vivido desde su infancia la pasión por la misión. Hizo su primera profesión religiosa en 1947 y recibió la ordenación sacerdotal en 1952. Luego de seis años de servicio en la provincia de Italia fue destinado a México, en donde se dedicó a la formación de futuros misioneros combonianos. Trabajó en los inicios de las revistas Esquila Misional y Aguiluchos, fue uno de los primeros directores. Estudió en la Escuela de Periodismo Carlos Septién García. Ha dedicado muchos años a la animación misionera de las iglesias locales también de Ecuador y Guatemala. Ha sido un gran apasionado de su ministerio sacerdotal, confesor y animador de personas que buscan un apoyo espiritual. Una de sus grandes preocupaciones ha sido la formación de líderes misioneros laicos que pudieran convertirse en evangelizadores en sus propias comunidades. Por eso apoyó en la construcción de un Centro de animación y espiritualidad misionera en la ciudad de Guatemala, donde se han formado muchas personas que son fermento misionero. Además, ha escrito varios libros. Hoy, a sus 94 años sigue al pie del cañón, trabajando y dando testimonio de fidelidad y de gran amor a la obra misionera.
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Cartas de misión
Por: Hna. Leonilda BALBUENA, mc Fotos: MISIONERAS COMBONIANAS
Toda una vida en Esmeraldas
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oy natural de León, en España. Tengo una larga vida misionera. He pasado más de 50 años años en la misión, la mayor parte de ellos en Esmeraldas, en la costa pacífica de Ecuador, cuya población, en su mayoría, es afroecuatoriana; el país es un gran mosaico de razas y culturas, y yo tuve más presencia en
medio de la cultura afro. A lo largo de todo este tiempo, he podido realizar gran actividad pastoral. Trabajaba en la catequesis, en la animación de las comunidades eclesiales de base, en la pastoral carcelaria, visitando a los presos, aunque mi principal actividad fue siempre la labor con las mujeres negras esmeralde-
La hermana Leonilda Balbuena es una misionera comboniana originaria de León, en España. Ha pasado casi toda su vida en la misión, concretamente en Ecuador. Ahora está en Madrid, en la comunidad que las Misioneras Combonianas tienen en España para ofrecer un merecido descanso a quienes han dado los mejores años de su vida a la misión. Desde ahí nos cuenta su testimonio.
ñas. Últimamente trabajaba con los drogadictos en un centro de rehabilitación llamado Centro Santa Cruz de Esmeraldas. Mi labor con ellos consistía en ayudarles a levantar su autoestima y ver cómo podían reconstruir sus vidas. Uno de los temas que más me impactó en este tiempo que viví ahí, es
Cartas de misión
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cómo la gente esmeraldeña, especialmente en zonas rurales, afronta y vive la realidad de la muerte. Recuerdo una vez que fui a ver a una señora que estaba muy enferma. Se encontraba en la sala de su casa y justo al lado de ella estaba el ataúd. Yo no pude disimular un gesto de sorpresa, porque aquello me impactó mucho. Ella se dio cuenta de mi extrañeza y me dijo: «mire, madre, yo ya tengo todo, ya tengo el ataúd y dentro, está mi vestido. Sólo me falta el rosario. Ya luego me voy a mi largo viaje y ya está todo». Aquello me chocó mucho, sobre todo la serenidad y fe de aquella mujer, y cómo estaba viviendo los últimos momentos de su enfermedad.
muy grande. En una esquina dormía el señor que vendía el tabaco; en otra, el que compraba oro; y yo, «la madrecita», que dormía en la misma sala, siempre me ponían al lado del altar en el que colocaban a los santos. Recuerdo que la gente es muy hospitalaria y me enseñaron muchas cosas. De ellos aprendí a compartir. Cuando viajaba, siempre llevaba conmigo una pequeña mochila y algo de comer. Los niños solían acompañarme y ayudarme con la mochila, y cuando le daba a uno una galleta, un caramelo o algo para comer, nunca se lo comía él solo, siempre llamaba a otros niños y compartía con ellos. Eso me
vive en la región de Esmeraldas. Ellos me enseñaron la paciencia y la tranquilidad. Viajábamos mucho en un tren muy viejo que transportaba personas, gallinas y animales, además de toda clase de mercancías. A veces el tren se descarrilaba. La gente no se alteraba y esperaba con gran paciencia a que vinieran los trabajadores encargados de colocarlo otra vez sobre los rieles. Cuando eso ocurría, era normal esperar un día o día y medio, pero la gente no se preocupaba ni se alteraba. Para mí era una hermosa manera de aceptar el presente con paciencia. Todos esos años vividos en Esmeraldas fueron una experiencia
La gente me apreciaba mucho y siempre me cuidaba, porque en aquel entonces yo era muy joven y muchas veces viajaba sola a los poblados, aunque luego llegara el padre para celebrar la misa. Siempre me ofrecían un lugar para quedarme. Recuerdo que la mayoría de veces dormíamos en una sala
llamó mucho la atención; yo me lo hubiera comido, porque llevábamos un rato caminando y el hambre apretaba. También aprendí de ellos la paciencia. Es un pueblo muy tranquilo, especialmente en su forma de convivir. También trabajé un tiempo con los chachis, un grupo indígena que
muy bonita. Agradezco a Dios por haber compartido con los esmeraldeños su vida y su realidad. Ahora que no estoy con ellos, me gustaría mucho que otras personas tomaran la antorcha para hacer el relevo, para seguir presentando la bondad, la justicia y la luz de Cristo en medio de ellos.
Esquila Misional
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Por: P. Aarón CENDEJAS, mccj Nakwamekwi, Kenia
Cartas de misión
MISIONEROS COMBIONIANOS
De vuelta a la misión
Al regresar de vacaciones, retomé mis actividades pastorales en Nakwamekwi. Realicé celebraciones en capillas, escuelas y comunidades al lado de mis compañeros, los padres Pablo Simón Rodríguez, mexicano, y David Khayesi, keniano.
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Cartas de misión
Texto y fotos: P. Fernando CORTÉS, mccj Mongumba, República Centroafricana
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l mal de Pakota proviene de una extraña enfermedad que poco a poco lo afectó. Cuando gozaba de buena salud no tuvo mujer ni procreó hijos. Él es tranquilo; saluda a todos con una sonrisa; a nadie hace daño. La gente de esta misión de Mongoumba no lo ve como un peligro. Tiene un hermano catequista en Bassan, una localidad vecina a nuestra parroquia, pero a Pakota parece que no le gusta estar atado a una familia, lo suyo es andar libre, o mejor dicho, andar sin rumbo fijo. ¿Qué otra cosa se puede hacer en su situación? A Pakota le atraen los sitios concurridos, como la iglesia o el mercado, también se hace presente de improviso donde hay gente reunida a causa de algún festejo o un velorio, o simplemente para conversar; pero eso sí, manteniéndose a mitad de la calle, guardando la distancia, desde donde todo lo observa en silencio, siempre de pie con una postura relajada y con las manos detrás. Por lo
Pakota
Pakota es un hombre cuya edad ronda los 50 años, casi mudo y con un problema mental. «Gúguma» es la palabra en sango para referirse a las personas que física o cognitivamente no pueden desarrollarse con normalidad.
general, Pakota habla solo. Dice cosas sin sentido alguno. Cuando parece inquieto gesticula con todo su cuerpo, da vueltas sobre sí mismo, hace como que se retira, pero enseguida retrocede. Mueve sus brazos en todas direcciones y utiliza mucho su dedo índice para acusar, señalar o hacer alguna indicación a quién sabe quién, como queriendo ordenar un mundo que no marcha bien. Si acaso llega a perturbar alguna reunión, le piden que guarde silencio con el dedo índice en los labios, o con una señal de la mano le indican que siga su camino. Una tarde, ante la Iglesia, caminaba yo solo, y mientras iba y venía de un lado a otro pensando en la for-
mación que debía preparar para los miembros del consejo parroquial, comencé a hablar en voz alta y a realizar algunos gestos tanto con mi rostro como con mis manos sumergido en mi mundo. De súbito, me detengo con la sensación de estar haciendo algo indebido. Hago una pausa para cerciorarme que nadie a mi alrededor me estuviera viendo y pensando que no estaba en mi sano juicio por hablar solo. Para mi sorpresa, desde el portón de la misión se encontraba Pakota, que seguramente había seguido mi monólogo de principio a fin, y nomás se me quedaba viendo muy pensativo, como diciendo para sí mismo: «Creo que no soy el único loco en este pueblo».
En familia
Texto y fotos: P. Ismael PIÑÓN, mccj
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Consagrados a Dios para la Misión El pasado 8 de mayo siete novicios combonianos hicieron su primera profesión religiosa en Xochimilco, sede del noviciado americano de los Misioneros Combonianos.
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Servicio especial
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stamos en un mundo que funciona a dos velocidades: cada vez más rápido en la acumulación de beneficios para unos pocos; y cada vez más precario para la gran mayoría. Asumimos esta desigualdad como si fuera natural. Nos acostumbramos a vivir en sociedades de la abundancia y del descarte, mientras que a nuestro alrededor se multiplican las sociedades de supervivientes. América Latina es la región del mundo con mayor desigualdad de ingresos, según datos de la ONU. En la ciudad donde vivo, São Paulo, la esperanza de vida depende del código postal: los que habitan en uno de los barrios de lujo viven en promedio 20 años más que los que están en las periferias. Para que este sistema se mantenga, algunos territorios y comunidades deben ser condenados a ser zonas de sacrificio. Nuestro continente, desde el inicio de la colonización, ha sido y sigue siendo considerado una mina de recursos para el desarrollo de otros.
Texto y fotos: P. Dário BOSSI, mccj
Es la lógica, hoy muy afirmada en casi todos los países latinoamericanos, del extractivismo depredador. En Brasil, la palabra suena aún más amarga y agresiva, porque se opone a la experiencia ancestral de los pueblos y comunidades autodenominados «extractivistas»: aquellos que, desde siempre, han aprendido a vivir en equilibrio y simbiosis con su territorio.
Existe, por tanto, un conflicto entre dos modelos que se disputan los mismos territorios. Nos hacen creer que el primero (depredador, extensivo, tecnológico y contaminante) sería el más eficiente, desarrollado y generador de riqueza. De hecho, favorece la acumulación de bienes en los bolsillos de muy pocas personas, a costa de graves violaciones socioambientales acumuladas sobre la mayoría.
El cuidado de la Casa Común en América Latina: un pacto comboniano
En el contexto de la Jornada Mundial del Ambiente compartimos lo que están haciendo los Misioneros Combonianos para cuidar nuestra Casa Común.
Servicio especial El Procurador de la República, Felício Pontes, afirma que el segundo modelo tiene un potencial increíble para generar ingresos y calidad de vida para las comunidades locales. Por ejemplo, el conjunto de 17 tipos de actividades en el ecosistema amazónico –desde el suministro de agua y la regulación del clima hasta la provisión de alimentos, como peces, frutas y nueces– alcanza los 692 mil millones de dólares al año. Sin embargo, para garantizar el interés de las élites terratenientes y las grandes empresas, el Estado y el gran capital se han aliado. Es lo que se define como «la captura empresarial del Estado», que también Laudato si’ (LS) denuncia, al decir que la política se ha sometido a la economía (LS 189). Con base en esta opción, habiendo ocupado ya la mayoría de territorios con grandes proyectos de monocultivo, agroindustria, ganadería extensiva, minería, generación de energía con inundación de grandes áreas, etcétera, la extracción depredadora ahora necesita traspasar las últimas fronteras, cruzando nuevos límites geográficos y legales. Así, se disputan bosques o áreas protegidas, parques nacionales y, especialmente, toda la cuenca amazónica. Se busca flexibilizar las leyes ambientales; el Estado garantiza la impunidad de quienes violan la ley; se tolera y muchas veces incluso se institucionaliza la violencia contra comunidades y líderes, cada vez más criminalizados, perseguidos y asesinados.
Acción comboniana En los últimos años, principalmente por la inspiración de la encí-
clica LS, la acción comboniana para el cuidado de la Casa Común se ha consolidado en el continente latinoamericano, aunque todavía necesita ser fortalecida y articulada. A continuación, destacamos, de forma sintética, algunas áreas en las que estamos presentes: • La Red Eclesial Panamazónica (REPAM), actor principal del Sínodo Amazónico, que se organiza en varias líneas de trabajo (pueblos indígenas, derechos humanos, fronteras, justicia socioambiental y Buen Vivir, formación, redes internacionales y comunicación). Es una presencia dinámica, flexible e interactiva con las iglesias locales, capaz de tejer redes con otros movimientos populares. • Iglesias y minería: es una red ecuménica latinoamericana que atiende a las comunidades afectadas por la minería. Reconoce y nutre las espi-
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ritualidades como raíces que sostienen a las comunidades y su resistencia; actúa de manera clave en todos los ámbitos de las iglesias, para que mantengan su fidelidad en la defensa de los pobres y de la Madre Tierra; propone una campaña de desinversión de las empresas mineras, provocando una postura ética de iglesias y congregaciones, con respecto a sus inversiones financieras. • Presencia cercana y solidaria al lado de las comunidades: hay hermosas experiencias de cuidado y regeneración de espacios urbanos y educación ambiental (por ejemplo, Chorrillos, en la periferia de Lima, Perú); compromiso con la defensa de los ríos y la resistencia a la minería (Borbón y toda la región de Esmeraldas, Ecuador); compartir con comunidades indígenas en Pangoa (Perú), Petén (Guatemala), Guerrero (Méxi-
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Servicio especial
co) o en Manaos y Roraima (Brasil); presencia junto a las comunidades costeras en Tumaco (Colombia) y de ribereños en el bajo Río Madeira (Brasil). Todas estas experiencias tienen el potencial de proteger y afirmar las culturas como principio y garantía de relaciones saludables y como un instrumento de cura para todos los seres de la Creación. • Redes de comunidades afectadas: cuando nuestros esfuerzos logran articular comunidades que se reconocen víctimas de los mismos emprendimientos y actores, se fortalece la organización popular, la intensidad de las reivindicaciones y la creatividad en la búsqueda de caminos alternativos. Es la experiencia de la red «Justicia en los Rieles», en la región de exploración de mineral de hierro, en Carajás, y especialmente en Piquiá (Brasil). • Incidencia y denuncias internacionales (VIVAT International): también en América Latina, como en otras partes del mundo, los Combonianos y las Combonianas utilizan la estrategia de conexiones que pueden escalar un conflicto local para llegar a instituciones internacionales de defensa de derechos. Ya ha habido informes de violaciones en el Consejo de Derechos Humanos de la ONU, así como interacción con relatores especiales de las Naciones Unidas, basados en nuestro trabajo misionero.
Pacto comboniano por la Casa Común En el Sínodo Amazónico, un importante grupo de obispos, laicos y laicas, sacerdotes, religiosos y religiosas celebraron el Pacto de las
Catacumbas por la Casa Común y firmaron un compromiso, con el propósito de multiplicarlo en los distintos territorios misioneros. Los Misioneros Combonianos, por iniciativa de los provinciales de América Latina, también adaptaron este Pacto a la realidad de su presencia y comunidades en el continente, y lo relanzaron para promover una mayor adhesión. Hubo celebraciones y firmas en algunas regiones, así como la divulgación del compromiso a través de los medios y redes sociales de nuestras circunscripciones. El Pacto se convirtió en un instrumento de evangelización y animación misionera, pero también en una responsabilidad para cada uno de nosotros, consagrados a la misión de cuidar y promover la vida, siguiendo el ejemplo de Jesús. Más recientemente, el dicasterio vaticano para el Desarrollo Humano Integral lanzó un Plan Laudato si’, para ser desarrollado en los próximos siete años. Creemos que la inspiración del Pacto comboniano podría ser una de las formas de comprometernos concretamente.
Por ello, recomendamos a todas las circunscripciones retomarlo, relanzarlo y avanzar en la práctica de los compromisos anunciados.
Conclusiones «Yo soy la vid; ustedes los sarmientos. El que permanece en mí y yo en él, da mucho fruto» (Jn 15,5). El XIX Capítulo General de los Combonianos está iluminado por una de las muchas imágenes de Jesús inspiradas en la naturaleza. El Padre, agricultor, sabe que sólo daremos fruto si nos mantenemos bien unidos a su Hijo. La encíclica LS nos recuerda que esta unión, vivida intensamente en la eucaristía, es «un acto de amor cósmico». En el discernimiento y las decisiones que tomaremos en este Capítulo, no hay forma de separar la misión comboniana de la grave urgencia actual de cuidar de toda la Creación: porque somos sarmientos, somos tierra (Gn 2,7). Y «entre los pobres más abandonados y maltratados, está nuestra tierra oprimida y devastada, que gime y sufre dolores de parto» (LS 2); pero que, si nos mantenemos unidos a ella, ¡daremos mucho fruto!
Evangelio, Iglesia y sociedad
Texto y Fotos: Hno. Joel Cruz, mccj
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Pastoral Juvenil Afro –Primera parte–
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En 1997, cuando llegué como misionero a Guayaquil, Ecuador, muchos jóvenes afrodescendientes se agrupaban en las esquinas de las calles, en los terrenos baldíos o en construcciones abandonadas del sec-
tor… por su color de piel eran etiquetados como «malhechores»… y en ese contexto el hermano Joel Cruz, misionero comboniano, comenzó la Pastoral juvenil afro.
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Desde Internet
¿Por qué
Hace mucho, mucho tiempo, sólo animales salvajes y los san (las primeras personas del continente africano) vivían en los espacios abiertos de África. Era el tiempo en que las personas y los animales aún podían hablar y entenderse entre sí. Los animales que llevaban ahí mucho más tiempo, eran más sabios y más fuertes que los humanos, y a menudo tenían que enseñarles a sobrevivir en el desierto. Pero el rinoceronte era un viejo gruñón amargado y malo, y se negó a compartir su conocimiento con los seres humanos. Cada vez que los san le pedían: «Por favor, enséñanos cómo hacer fuego, tenemos frío por la noche y la oscuridad nos da miedo», el rinoceronte meneaba la cabeza y se alejaba gritando: «No sé, váyanse de aquí». Pero cada vez que el rinoceronte decía esa mentira, su poderoso cuerno en la nariz comenzaba a picarle terriblemente. Al no tener las manos a la altura para rascarse, utilizó un árbol para frotar contra él su cuerno, pero sólo conseguía prender fuego al árbol. Así, durante largo tiempo, las cenizas grises de todos los árboles quemados fueron cambiando su piel a un color gris. Moraleja: el conocimiento se debe compartir.
Pinterest de Fine Art America
son grises los rinocerontes?
Fábula ancestral africana, disponible en: africafundacion.org
Al servicio del Pueblo Negro
Misioneras Combonianas en Costa Chica
Realidades
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Texto: P. Ismael PIÑÓN, mccj Fotos: Ismael Piñón y MISIONERAS COMBONIANAS
Hna. Mary July Pérez
Fui a Costa Chica invitado por las Misioneras Combonianas para apoyarlas en las celebraciones de la Semana Santa en la docena de pueblos que acompañan, ya que hacía más de dos años que no tenían celebraciones de los sacramentos. Lo que me encontré fue un pueblo orgulloso de su ser negro, generoso, acogedor y tremendamente agradecido con las «madres». Esas «madres», como dicen ellos, son cinco misioneras
combonianas venidas de diferentes partes del mundo (Portugal, España, Perú y Guatemala) que, como un auténtico cenáculo de apóstoles, no miden esfuerzos para atender a los 12 pueblos que el obispo les ha confiado; misioneras todoterreno que, a pie, en transporte público, en moto o en lo que haga falta, recorren las carreteras de pavimento o de terracería, cruzan ríos y campos para compartir su fe con el pueblo.
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«S
oy negra, bien negra, como mi abuelo», son palabras de la señora Chon, conocida por todos como «la Negra», una mujer afro de El Jiote, un pueblo de la Costa Chica oaxaqueña. Habla con orgullo, mientras se toca con firmeza la piel de los brazos. Acto seguido comienza a cantar el Himno Nacional de México, para hacerme comprender que, aunque su piel sea negra, como la de su abuelo, ella es y se siente plenamente mexicana. Fui a Costa Chica invitado por las Misioneras Combonianas para apo-
La señor Chon, tocando el tambor
«Negros y mexicanos» yarlas en las celebraciones de la Semana Santa en la docena de pueblos que acompañan, ya que hacía más de dos años que no tenían celebraciones de los sacramentos. Lo que me encontré fue un pueblo orgulloso de su ser negro, generoso, acogedor y tremendamente agradecido con las «madres». Esas «madres», como dicen ellos, son cinco misioneras combonianas venidas de diferentes partes del mundo (Portugal, España, Perú y Guatemala) que, como un auténtico cenáculo de apóstoles, no miden esfuerzos para atender a los
12 pueblos que el obispo les ha confiado; misioneras todoterreno que, a pie, en transporte público, en moto o en lo que haga falta, recorren las carreteras de pavimento o de terracería, cruzan ríos y campos para compartir su fe con el pueblo. Según un estudio elaborado y publicado por el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI) en el año 2017, 10 por ciento de la población mexicana es o se considera afrodescendiente. La mayor parte de esta población se encuentra en la región de Costa Chica, que
comprende parte de los estados de Guerrero y de Oaxaca, a orillas del océano Pacífico. Durante mucho tiempo la población negra de México estuvo abandonada y olvidada de todos los estamentos estatales y nacionales. Apenas en el año 2010 se inició el proceso formal para que los afromexicanos fueran reconocidos como tales en la Constitución. Hace tan sólo ocho años, el 19 de octubre de 2013, el Estado de Oaxaca publicó el reconocimiento constitucional de los «Pueblos Negros Oaxaqueños». Por su parte, la Iglesia mexicana también dio sus pequeños pasos. Las diócesis de Oaxaca y Puerto Escondido comenzaron a organizar pequeños encuentros de pastoral afro, creando comisiones diocesanas que buscaran responder a las necesidades pastorales de una población que, hasta entonces, estaba olvidada.
Realidades Realidades
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Las Misioneras Combonianas quisieron dar una respuesta a esta realidad y decidieron, hace más de una década, tener presencia en la región. Hoy tienen una comunidad en el Cerro de la Esperanza, aunque
a ese pueblo todo mundo lo llama «El Chivo», en el municipio de Pinotepa Nacional. Desde ahí se desplazan para atender a los pueblos de alrededor. Me impactó mucho su compromiso, entrega y dedicación por aquella población, como también me llamó la atención cómo la gente las quiere y las apoya. Todos los días hay alguien que se acerca a su casa para dejar alguna ofrenda. Las pioneras de esta experiencia ya no están, han regresado a África, misión en la que han bebido para iniciar una pastoral específica en este «rincón de África» en el corazón de México. Pude contactarlas y les pedí que me contaran sobre el origen y el porqué de este compromiso. También les pedí a algunas de las que ahora están ahí que compartieran con los lectores de Esquila su experiencia con el Pueblo Negro Oaxaqueño. Estos son sus testimonios.
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Orígenes de nuestra presencia en la comunidad afromexicana Por: Hna. Cristy IBARRA, mc
La hermana Cristy Ibarra, comboniana mexicana, actualmente en la misión de Renk, en Sudán del Sur, formó parte del primer grupo que se estableció en Oaxaca. uve la dicha de vivir por siete años en la Costa Chica de Oaxaca y Guerrero, un bello «pedacito de África en México», tal vez para
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muchos aún desconocido; ahí, como combonianas, compartimos la vida y la fe con nuestros hermanos afromexicanos; personas sencillas y acogedoras, alegres y guapachosas, gente que sabe disfrutar la vida aún en sus luchas diarias y que reconoce en ellas la presencia de Dios que los sostiene. Son pue-
blos con mezcla de costumbres indígenas, mestizas y africanas. Nuestra presencia comboniana con los pueblos afromexicanos comenzó hace ya muchos años, con experiencias temporales en las zonas afro de Veracruz, Guerrero y Oaxaca (Semanas Santas, encuentros de animación misionera...). Pero
Realidades
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siempre alimentamos el anhelo de tener una presencia permanente en este «pedacito de África» en México, anhelo que finalmente se vio concretado en 2009 con la apertura de nuestra casa-misión en la parroquia de Huazolotitlán, en la diócesis de Puerto Escondido, Oaxaca; ahí iniciamos un bello camino de fe, insertas en la pastoral parroquial, sobre todo en la formación de líderes, tratando de desarrollar una pastoral afro que les ayudara a valorar más su identidad propia como pueblo negro y desde ahí responder al Señor. Son pueblos que por muchos años fueron abandonados no sólo a nivel social, sino también religioso. Aún así, en su religiosidad popular y en sus valores podemos palpar su sed y búsqueda de Dios. Antes de la apertura de nuestra casa-misión estuvimos visitando
parroquias con presencia afro en la Costa Chica para conocer un poco la realidad y explorar el lugar que podría ser más adecuado para establecer nuestra comunidad misionera. En todos esos lugares la gente nos acogió con la alegría que los caracteriza. Finalmente, en acuerdo con el obispo de Puerto Escondido vimos la conveniencia de establecernos en la vasta parroquia de Huazolotitlán, con gran presencia afro y poca atención pastoral, debido sobre todo a las distancias y a tener un solo sacerdote. Estuvimos tres meses en el pueblo de La Boquilla y luego pasamos al pueblo del Cerro de la Esperanza, en donde nos establecimos de forma permanente. Desde entonces caminamos junto con ellos en este camino de fe. Una de las primeras dificultades que nos encontramos fue constatar
que estábamos ante un vasto campo de misión. La parroquia contaba con 28 pueblos, tres de ellos indígenas y el resto afros. A nosotras nos confiaron una parte de la parroquia con nueve pueblos, algunos distantes, a los que era difícil llegar. Era un campo de primera evangelización, y esa fue, precisamente, la motivación para quedarnos y asumir con esperanza ese gran reto. Otro desafío que tuvimos, sobre todo al inicio, fue mostrar a estos pueblos la belleza de una fe vivida «en comunidad». Cuando empezamos a visitarlos en sus casas nos recibían muy bien, pero invitarlos a participar en alguna sencilla actividad en la capilla, esa era otra historia, no mostraban ningún interés. La mayoría de las capillas estaban muy abandonadas, la religiosidad popular (funerales, rezos, novenas...) se desarrollaba más en las casas particulares o en los barrios. El reto era darle un nuevo sentido a las capillas como espacio de oración no sólo personal, sino también comunitaria, así como espacio de encuentro fraterno. Creo que ha sido una gran bendición para nuestra familia comboniana caminar estos años al lado de nuestras hermanas y hermanos afromexicanos que, como tierra virgen se han abierto con gozo a la semilla de la fe. Comprendemos que la obra es de Dios y que Él la lleva adelante valiéndose de nuestra pequeñez.
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Un pedacito de África en México
Otra comboniana mexicana, la hermana Tere Soto, con más de 20 años de vida misionera en Chad, en África Central, llegó a Costa Chica cuando las combonianas ya estaban instaladas en Cerro de la Esperanza. Ella también es testigo de los inicios.
«A
hí tienen un pedacito de África», nos dijo el obispo cuando decidimos instalarnos en su diócesis. Fuimos porque vimos que eran los más pobres y marginados. Ni siquiera eran reconocidos en el censo mexicano como población negra. Estaban olvidados de todo el mundo, ni siquiera el sacerdote venía con frecuencia, sólo acudía si había algún funeral o alguna fiesta especial. Nosotras vimos que a nivel de evangelización la región de Costa Chica era una de las más abandonadas, propio para nosotras, porque respondía a nuestras inquietudes. No había una pastoral específica
Por: Hna. Tere SOTO, mc
para la población afro y tuvimos que empezar de cero. Nuestra idea era comenzar a crear comunidades a través de un acompañamiento de cercanía para dar confianza a la gente y formarla para que, a través de la Biblia, recuperaran sus raíces, de forma que, cuando nosotras no estemos, ellos puedan continuar. Empezamos de manera muy sencilla, visitando a las familias para darnos a conocer. Íbamos casa por casa, les leíamos el Evangelio del día y nos íbamos, sin hacer ningún comentario. Poco a poco, eso fue llamando la atención de la gente y un día nos propusieron organizar una reunión para platicar con más calma. A medida que nos fueron conociendo, empezó a crecer en ellos la inquietud y el deseo de hacer pequeños grupitos para estudiar la Biblia. La hermana Cristy empezó a formar
Hermanas: Mary July Pérez, Tere Soto y Cristy Ibarra
catequistas en los pueblos, para comenzar la preparación al bautismo y la primera comunión. Nuestro objetivo no era hacer una simple catequesis sacramental, sino elaborar una pastoral propia para ellos, partiendo de sus raíces, para hacer que se sientan orgullosos de su ser negro. Como siempre fueron marginados, siempre se creyeron inferiores, menos que los demás. Como primer grupo de misioneras en Costa Chica teníamos claro por qué estábamos ahí. Queríamos hacer una evangelización personalizada, de cercanía con la gente. Para empezar a hacer un camino, lo primero era dar confianza a la gente, ayudarles a reconocerse negros no sólo a nivel folclórico, sino de manera integral, que se vean como hijos de Dios, también como negros. Nosotras teníamos claro que no es igual una pastoral genérica que una específica, y veíamos la necesidad de ir más allá de una pura celebración de los sacramentos, veíamos necesario una pastoral que les ayudara a recuperar sus raíces y a vivir su fe desde su ser negros. La hermana Cristy elaboró unos folletos de formación para esta pastoral. Comenzamos a formar grupitos y tuvimos una buena respuesta. Esos pequeños grupitos que surgieron empezaron a tomar conciencia de su identidad y su dignidad como negros y como mexicanos de pleno derecho, empezando a vivir su fe desde su propia realidad.
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Realidades
Experiencias vividas
Por: Hna. Olga de María MORALES, mc
La hermana Olga Morales es de Guatemala. Acaba de terminar su experiencia pastoral en Costa Chica y se prepara para regresar a Centroáfrica, donde ya trabajó en el pasado.
E
l Señor es bueno, su misericordia es eterna, su fidelidad por todas las edades. Jesús me concedió vivir en estas bellas tierras costeñas de Oaxaca, en donde disfruté de la alegría de su población, de la belleza de sus paisajes, del colorido de su vestuario, de la música que acompaña cada acontecimiento, de la comida sazonada y deliciosa o de los frutos exóticos de su suelo. En el tiempo que pasé ahí, la actividad pastoral que desempeñé enriqueció mi vida personal y mi consagración misionera. Las celebraciones de la Palabra de Dios, antecedidas por la reflexión en comunidad, me siguieron revelando a un Padre misericordioso, cuya fidelidad dura por siempre; es su fidelidad que lo hace caminar junto a su pueblo y lo acompaña en su faena diaria. Conocí gente alegre, comprometida, creyente, generosa y altruista. Después de convivir con algunas personas de las diez comunidades que se nos han confiado, puedo decir que se renovó mi deseo y compromiso misionero. Estando en este lugar recordé muchas veces a los centroafricanos, el pueblo africano con el que viví 12 años, ya que sus cuerpos bañados de sol, el duro trabajo de la tierra, la alegría por la vida y el ser agradecido con Dios por lo bueno y no tan bueno, son aspectos presentes en ambos pueblos. Las familias y las personas enfermas que visité, las mujeres responsables de las distintas capillas, los integrantes del coro de algunas comunidades y los que realizan un servicio específico en su comunidad (ya sea en la limpieza, la liturgia, el quitar, lavar y poner manteles, arreglar las flores, etcétera), quedarán grabadas en mi memoria y corazón.
Me quedo con la imagen de los rostros, con la alegría del encuentro, con la fe compartida y con el servicio que mutuamente se brindaron a los miembros de las comunidades compartiendo sus dones y talentos. Termino con un acróstico compuesto para mi bella Costa Chica: Cómo olvidarme de ti, si ahora estás en mi corazón. Ojalá, pudiera yo, seguir caminando por tus calles y por tus «encierros». Sabes bien que no olvidaré lo vivido, lo gozado junto a tus hijas e hijos amados. Te agradezco la amistad que me brindaron, no los olvidaré, lo prometo. A donde quiera que vaya hablaré de este cariño especial que siento por ellas y ellos. Calor, sudor y esfuerzo dan testimonio de su bravura. Hijas e hijos admirables te ha dado Dios, Él los proteja. Iglesias llenas de historia, de tradición, de fe y de compromiso cubren tu suelo. Caminemos juntos en el seguimiento de Cristo Resucitado y Misionero. ¡Ah!, y cómo olvidar tu mar «abierto» y «Pacífico» que me dio tanto gozo en este tiempo. Costa Chica, ahora eres una luz en mi camino misionero. Demos gracias a Dios.
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La hermana Vera es una joven misionera portuguesa. A pesar de llevar poco tiempo en Costa Chica, ya se siente como en su casa gracias al cariño que le ha brindado la gente.
C
osta Chica y su gente me hacen sentir en familia. Me han recibido con alegría y sencillez, abriéndome las puertas de sus casas y de sus corazones. Su cariño, generosidad y cercanía fueron alimentando mi corazón en este poco tiempo que tengo de caminar con este pueblo indígena y afromexicano. ¿Qué es lo que más me gusta en Costa Chica? Los niños curiosos y sus carcajadas; los pies descalzos
Gracias, Costa Chica Por: Hna. Vera Lucia REBELO, mc
que caminan ágiles, decididos; las manos que golpean con la misma facilidad la tortilla y el tambor; la fe compartida en la celebración de la Palabra y alrededor de una mesa; las mujeres comprometidas con servicio y el trabajo junto a las «Madres Combonianas». Me gustan los campesinos que trabajan la tierra con sudor bajo el sol, los jóvenes que se arriesgan por caminos que les pueden llevar a un futuro mejor, las familias separadas por una frontera... Hay de todo en este «pedazo de paraíso», y yo encuentro a Dios en las alegrías y en las penas compartidas con este pueblo. Gracias, Costa Chica,
por enseñarme que lo importante es «ser», «estar», compartir mi vida y esperanza con todos lo que tan amablemente me acogen en su tierra.
MISIONERAS COMBONIANAS
Para orar con el Papa
Por: P. José DE LA CRUZ, mccj
Intención de oración para la evangelización:
La belleza del matrimonio
«Recemos por los jóvenes que se preparan para el matrimonio con el apoyo de una comunidad cristiana: para que crezcan en el amor, con generosidad, fidelidad y paciencia».
C
omo cristianos, sabemos que se unen en matrimonio quienes libremente forman una sociedad de vida realizada en un contexto eclesial, y a esta unión realizada entre bautizados, Jesús la ha elevado a la dignidad de sacramento, es decir, alianza que tiene como propiedades esenciales la unidad y la indisolubilidad. En nuestros días, esta institución, que lleva a su plenitud la vocación humana, se ha visto debilitada por ideologías nuevas que promueven
una libertad de actuar sin mucho compromiso y que invitan a la sociedad a vivir como si Dios no existiera. Nuestros jóvenes necesitan de una comunidad cristiana que los ayude a prepararse para el sacramento del matrimonio, pues son bombardeados y cuestionados cuando quieren institucionalizar el amor que sienten, y se les invita a conocer el mundo y a divertirse; cosas que no son del todo malas, pero lo mejor sería que una persona ejemplar los ayudara a entender que el matrimonio es
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una vocación, un llamado de Dios, y así, entrar en un proceso de discernimiento vocacional, para preguntarse ellos mismos, y a Dios, si es el momento preciso y la persona adecuada para formalizar su relación en el sacramento del matrimonio, después del conocimiento mutuo y madurez tanto humana como en la fe. El testimonio y ejemplo de una sociedad fundada en los valores y cultura cristina, ayudará a una mejor preparación de los futuros esposos, ya que nuestros jóvenes necesitan de signos palpables y alentadores de parte de la comunidad cristiana para que la belleza y dignidad del sacramento del matrimonio sean cada vez más evidenciadas, ya que: «La familia cristiana está fundada en el sacramento del matrimonio entre un varón y una mujer, signo del amor de Dios por la humanidad y de la entrega de Cristo por su esposa la Iglesia. Desde esta alianza de amor, se despliegan la paternidad y la maternidad, la filiación y la fraternidad, y el compromiso de los dos por una sociedad mejor» (DA 433). Unidos en oración con el papa Francisco presentamos a Dios a nuestros jóvenes y sus proyectos de realizar su vocación humana plenamente en el sacramento del matrimonio.
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Por: Felipe Card. ARIZMENDI
Ahora que en nuestro país estamos en campañas electorales, aunque ya no tengo ningún cargo en una diócesis, se me han acercado algunos candidatos a puestos públicos, para platicarme sobre sus proyectos y escuchar una palabra de mi parte… les animo a participar en la contienda electoral, siempre con la mejor intención de promover el bienestar del pueblo.
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Miguel A. Villegas
Justicia y paz
LA POLÍTICA, ALTÍSIMA VOCACIÓN
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En clave de mujer Por: Hna. Cecilia SIERRA, mc
María, modelo de discipulado misionero
Murillo
–Última parte–
E
n el magníficat María revela qué piensa de Dios. Él es santo y misericordioso, es alguien digno de confianza, que hace grandes cosas en y a través de quienes se confían en su gracia. Ella lee su propia experiencia desde la historia de su pueblo. Los juicios de valor del magníficat son la expresión colectiva de su fe y reconocen que Dios está ac-
En el número anterior, vimos que ella sigue a Jesús, desde fuera, y aún siendo su madre, debe hacer un camino de discipulado como todos los demás. Siempre estuvo presente como protagonista al inicio de la predicación de Jesús, acelerando su hora, y también lo está en la hora definitiva: al pie de la cruz. tuando en su persona y en la historia. Haciendo memoria de sus antepasados, María, la chica de esa aldea olvidada, le canta que se acuerda de su misericordia, le promete y cumple sus promesas. ¿Con qué Dios me relaciono? ¿Qué características tiene? Otro pasaje en que sobresale la figura atenta y asertiva de María, es el relato de las bodas de Caná (Jn 2,1-
11). Ella detecta que hay necesidad. En este relato, la madre de Jesús fue invitada a una boda. Habrá estado ayudando muy de cerca como para percatarse que hacía falta el elemento esencial de la fiesta. Con asertividad y prontitud se dirige confiada a su hijo, y creando un espacio abierto, y en tono firme y cálido, le expresa: «no tienen vino» (vv. 3). Ante la respues-
En clave de mujer miento humano de Cristo en la casa de Nazaret» (RVM 15). Los recuerdos de Jesucristo, impresos en su alma Murillo
ta de Jesús, María no se inquieta; sin inmutarse, se centra en temas reales. No habla en forma apologética o con lamentaciones, sino que involucra a los sirvientes, se dirige a ellos en tono claro, respetuoso y firme, «hagan lo que Él les diga» (vv. 5). Su comportamiento sereno transmite coherencia y seguridad. Su intervención asertiva y a tiempo moviliza no sólo a Jesús, sino también a los sirvientes, al mayordomo y al novio. Sosteniendo y reclamando respeto a su autoridad y al proyecto de Dios, María consigue de su hijo el primer gran signo y apresura la hora de la salvación (vv. 11). Ella estuvo cerca de Jesús y ha estado conectada a su misión a lo largo de la historia. Es quien más de cerca y desde dentro conoce el pensamiento, el ser y el sentir de Jesús. La madre tiene en cuenta cada una de sus palabras porque «guardaba todas estas cosas, y las meditaba en su corazón» (Lc 2,19; cf 2,51). Las imágenes de María, sobre todo en la iconografía de Oriente, la muestran contemplando a su hijo con dulzura maternal. Por su cercanía, «avanzó en la peregrinación de la fe» (Lumen gentium, 58) y como buena discípula, «se convirtió en lo que contemplaba». En El Rosario de la Virgen María (RVM), san Juan Pablo II expresa que meditar sobre los misterios del Rosario es como ir a la escuela de María para conocer a su hijo. «El pueblo de Dios aprende de María a contemplar el rostro de Cristo con el corazón de María», dice. El rosario, que ha forjado muchos santos, es una oración sencilla y profunda a través de la cual pedimos a María sus ojos y corazón para contemplar los misterios de Jesús. Acompañamos a la Madre amorosa «dedicada a seguir el creci-
maternal, han sido recitados continuamente, de forma que, «mientras más cercanos estemos a María, más cercanos estaremos a Jesús, porque es María, mujer y madre que nos introduce en la vida de Jesús y nos hace respirar sus sentimientos». Juan Pablo II dice que «el rosario es como ir recibiendo abundantemente las gracias de Dios de la mano de María». De igual manera, en sus diversas apariciones, ella sigue siendo «la misionera que se acerca a nosotros para acompañarnos por la vida, abriendo los corazones a la fe con su cariño materno» (Evangelli gaudium 286). Otro de los aspectos que resalta en María es su relación con José; es la esposa del carpintero. En la familia de Nazaret, ella se muestra como una mujer amorosa, pero, al mismo tiempo, es dinámica, fuerte y emocionalmente independiente. A lo largo de
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su vida, como lo verifican los pasajes de la escritura, María mantiene los pies sobre la tierra, y demuestra gran valentía al salir de su área de confort. La esposa de José está dispuesta a seguirlo a Belén a pesar de que su hijo estaba por nacer; lo acompaña a una tierra extranjera (Mt 2,13-23) y regresa a Galilea cuando a José le fue anunciado en sueños que el peligro había pasado. En una época en que la mujer no era valorada ni tomada en cuenta, el anciano Simeón se dirige a ella y profetiza sobre el hijo y sobre ella (Lc 2,34). Ella es además la portavoz de la familia. En los relatos de la escritura, María toma la palabra mientras su esposo calla. Cuando el hijo se quedó en el templo y lo reencuentran después de tres días, la madre se hace portavoz de los sentimientos y situación en que se encontraban, «Tu padre y yo hemos estado muy angustiados mientras te buscábamos» (Lc 2,48). ¿Conoces mujeres parecidas a María? ¿Qué significa ser hoy como ella? ¿De qué manera te interpela o compromete el contexto y su persona en tu discipulado misionero? Esta mujer de Nazaret sobresale por su fe, confianza en Dios, fortaleza, valentía, asertividad y estabilidad emocional. Ella es la gran evangelizadora que ha contemplado y acompañado a su hijo Jesús durante toda su vida terrena, y como tal, conoce desde dentro su ser, su sentir y su actuar. Por todas estas características, María se nos presenta como perfecto modelo de discipulado misionero. Y como lo hizo ella, el reto es que también nosotros pronunciemos un sí confiado y sostenido que nos ayude a fortalecer nuestra decisión de vivir en plenitud como discípulos misioneros.
Esquila Misional
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Biblia y misión
«No insistas más en que me separe de ti. Donde tú vayas, yo iré; donde tú vivas, viviré; tu pueblo es mi pueblo, y tu Dios es mi Dios; donde tú mueras, moriré y ahí me enterrarán. Juro hoy solemnemente ante Dios que sólo la muerte nos ha de separar» (Rut 1,16-17).
Por: P. Fernando MAL GATKUOTH, mccj Roma, Italia
Wikimedia
Biblia y misión
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Noemí y Rut, testigos de fidelidad y amor a la familia
Ahora que en nuestro país estamos en campañas electorales, aunque ya no tengo ningún cargo en una diócesis, se me han acercado algunos candidatos a puestos públicos, para platicarme sobre sus proyectos y escuchar una palabra de mi parte… les animo a participar en la contienda electoral, siempre con la mejor intención de promover el bienestar del pueblo.
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La columna de monseñor
Por: Mons. Victorino GIRARDI, mccj, obispo emérito de Tilarán-Liberia
Jorge Decelis
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Y Dios creó el Corazón San Daniel Comboni encontró en el Sagrado Corazón de Jesús la fuerza e inspiración para ayudar a los más pobres y abandonados, a todos los hijos de África que también tienen lugar en el inmenso amor que tiene el Señor Jesús a todos los hombres, sin importar si son blancos o negros, ricos o pobres.
1.
«También la gente comentaba sobre Él. Unos decían: “Es un hombre bueno”» (Jn 7,12). Jesús tenía un «buen corazón», y no podía ser de otro modo: en Él se manifestaba el amor sin límites de Dios. Jesús es Dios que ama con un corazón de hombre. «¡Oh profundidad de la riqueza, de la sabiduría y de la ciencia de Dios! ¡Nadie puede explicar sus decisiones ni comprender sus caminos!» (Rom 11,33). Nunca comprenderemos suficientemente qué pueda significar que un corazón humano, el de Cristo, sea portador del amor infinito del Padre. Sin embargo, ya no nos extraña que tal amor lleve a Jesucristo hasta la entrega total, has-
ta la «exageración» de dejar que un soldado le abriera ese corazón: más que la herida, se lo abrió el amor. Cristo mismo, un día dijo a santa Margarita María: «Mi divino corazón está tan apasionadamente enamorado de los hombres que no puede contener en sí las llamas de su ardiente amor». Y a santa Faustina Kowalska un día le dijo: «Mi corazón es la misericordia misma. De este mar de compasión se derraman gracias sobre todo el mundo. Toda miseria desaparece en mi compasión, y toda gracia redentora y santificadora brota de esta fuente». No es nada fácil conocer los secretos íntimos del corazón huma-
La columna de monseñor
2.
Más que «conocer» en sentido abstracto e impersonal, se trata aquí (y san Pablo lo intenta expresar de muchas maneras), de vivir con la certeza y la experiencia profunda y personal, de ser amados por Dios hasta el extremo; se trata de la convicción íntima de poseer en el corazón de Dios todo el lugar que quisiéramos. Nunca iremos a la deriva, en cualquier situación y circunstancia, siempre nos envolverá el amor de Dios, y Él siempre seguirá llamando por amor a la puerta de nuestros corazones, para que le abramos y así pueda cenar con nosotros (cf Ap 3,20). También nosotros, pues, asombrados como Pablo por tanto amor, exclamamos: «¿Qué más podemos añadir? Si Dios está con nosotros, ¿quién estará contra nosotros? ¿Quién nos separará del amor de Cristo? Porque estoy seguro de que ni la muerte, ni vida, ni ángeles, ni otras fuerzas sobrenaturales, ni lo presente, ni lo futuro, ni poderes de cualquier clase, podrán separarnos del amor de Dios manifestado en
Cristo Jesús, Señor Nuestro» (Rom 8,31.35.38.39). En el mes de junio celebramos la solemnidad del Sagrado Corazón de Jesús. La lanza del soldado que abrió su corazón, que para nosotros cristianos se ha tornado como una flecha en el camino, que nos guía hacia la fuente de la vida y la misericordia. En la contemplación del Corazón traspasado de Jesús, san Daniel Comboni ha encontrado la inspiración y la fuerza para seguir perseverando, hasta la muerte, en su compromiso misionero entre los más pobres y abandonados. Ese Corazón abierto le revelaba a Comboni la inmensidad del amor de Dios para todos, blancos y negros, ricos y pobres, señores y esclavos... Precisamente por eso pudo escribir: «Y fiándome de aquel Corazón sacratísimo, me siento mucho más dispuesto a sufrir y a morir por Jesucristo, y por la salvación de los pueblos infelices del África Central».
3.
Comboni afirma y escribe que ese Corazón late por los más
pobres y abandonados. La contemplación de aquel Corazón es la razón última, la más profunda y la más determinante, de su compromiso heroico, de sus múltiples y exigentes viajes, de sus luchas... de toda su vida y de su muerte. Es por eso que exhorta a todos sus compañeros misioneros a tener siempre fija la mirada en el Corazón de Cristo, tomando de Él inspiración, fuerza, constancia e incluso el deseo del martirio... con tal de que la Buena Nueva del amor de Dios llegara a los últimos rincones de África y del mundo. Toda la Iglesia, no sólo la familia misionera de Comboni, quiere guardar como herencia preciosa este aspecto relevante de la espiritualidad de nuestro amado y santo fundador. Cada cristiano y, por consiguiente, cada misionero tiene que ser un apóstol de ese amor que Cristo ha manifestado en su Corazón traspasado. Y entonces «trabaja, suda y da la vida» para que todo hombre conozca y experimente la infinita misericordia de Aquel que sigue invitándonos: «Vengan a mí todos los que están fatigados y agobiados, y yo los aliviaré» (Mt 11.28). Y para ello se esfuerza también en hacer propias las actitudes interiores del mismo Corazón de Jesús, y concretamente su entrega incondicional al Padre, la «exageración» de su amor universal e incondicional, su participación amorosa en el dolor y en la pobreza de los hombres, en fin, su disponibilidad de dar su propia vida como expresión de la absoluta sinceridad y transparencia de su amor. Jorge Decelis
no, sin embargo, podemos afirmar que conocemos el hondo «secreto» del Corazón de Jesús, que ha quedado abierto y no encontramos nada más que amor: ese es su «secreto», el que había quedado escondido en los siglos, pero que se había manifestado en la plenitud de los tiempos (cf Gal 4,4).
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Esquila Misional
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Misión aquí y ahora
Texto y foto: Hna. Mary Carmen GALICIA, mc
El amor que nos transforma... «El Señor es mi Pastor, nada me falta. En prados de hierba fresca me hace descansar, me conduce junto a aguas tranquilas, y renueva mis fuerzas. Me guía por la senda del bien, haciendo honor a su nombre. Aunque pase por un valle tenebroso, ningún mal temeré, porque tú estás conmigo; tu vara y tu bastón me dan seguridad» (Sal 23,1-4).
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E
n este último año tomamos conciencia de lo cercana que está la muerte en nuestras vidas; muchas personas vieron partir a familiares y seres queridos en cuestión de días. La pandemia y el complicado virus que empieza a controlarse con dificultad son temas recurrentes. Nos asusta y preocupa el aumento del número de difuntos, y no es para menos. Pero, al parecer, no nos percatamos de que existen otros virus que, de igual forma, cada año acaban con la vida de muchos hermanos. Entre esas toxinas, el papa Francisco habla de la exclusión de las personas en la sociedad como resultado de políticas económicas que las consideran sólo en función de su utilidad o su productividad. En todo el mundo existe una realidad que excluye a las personas, obligándolas a vivir al margen y sin posibilidad de ejercer su derecho a un trato digno. Por muchas razones acaban en las calles, sin una morada fija, sin alimento asegurado, sin cuidado sanitario; son marginadas y despreciadas. Basta ver un poco más alrededor para comprobar los miles de niños abandonados que viven bajo los puentes, las personas marginadas que se refugian en la droga o el alcohol; otras son víctimas de la trata de personas; niños obligados a trabajar; niñas que se convierten en empleadas domésticas; personas sin estudios que son explotadas y tratadas como esclavas. En todos los continentes vemos a miles de hermanos obligados a dejar su tierra, sus hogares y sus familias para emigrar en busca de oportunidades de trabajo, con la esperanza de volver un día a gozar de una vida más digna. ¿Cuántos migrantes parten con ese sueño? Y les toca cargar con la dura experiencia de la exclusión y el desprecio en países que nunca llegarán a ser los suyos y en culturas en las que nunca acabarán por integrarse. El mandamiento que nos recuerda el Papa: «no matarás» se alza para que no seamos cómplices ni quedemos indiferentes ante el sufrimiento; nuestra grandeza está en incluir a los demás, reconociendo que todos tenemos la misma dignidad. La paz y la felicidad llegarán cuando creemos sistemas y modelos de sociedad en donde se les reconozca a todos los seres humanos el derecho a participar.
Francisco, el Papa misionero
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El virus
de la exclusión «Así como el mandamiento de “no matar” pone un límite claro para asegurar el valor de la vida humana, hoy tenemos que decir “no a una economía de la exclusión y de la inequidad”. Esa economía mata. No puede ser que no sea noticia que muere de frío un anciano en situación de calle y que sí lo sea una caída de dos puntos en la bolsa. Eso es exclusión» (Evangelii gaudium 53).
MISIONEROS COMBONIANOS
Por: P. Enrique SÁNCHEZ, mccj
Esquila Misional
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Punto de vista
Por: Fernando DE LUCIO
MISIONERAS COMBONIANAS
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desde el corazón
T
al vez podría parecer poco ordinario ligar la imagen gráfica de un corazón a la figura del padre, pero que sepamos, también los padres cuentan con uno; órgano que está latiendo a la izquierda del pecho y que ante sus
hijos también debería desdoblarse en ternura y bondad infinitas. Dicen que del corazón nace todo; que es un pozo del que brotan todas las cuestiones de la vida; es fuente que bombea vida y proyecta hacia fuera la voluntad de amar a los demás.
Llamados a la misión
Por: P. José Luis MEJÍA G., mccj
DESCUBRE TU VOCACIÓN: SER PARA DIOS Y PARA LOS DEMÁS
En esta época en la que muchos de los cristianos tienen hasta vergüenza de hablar sobre su fe, los apóstoles nos recuerdan que no se requiere de riquezas y comodidades para llevar a todo el mundo la esperanza de la resurrección de nuestro Jesús.
H
emos vivido la Pascua, cuando celebramos el misterio de nuestra fe: «la resurrección de nuestro Señor Jesucristo». En este tiempo, Cristo nos dice que el pecado y la muerte no tienen la última palabra. Con su deceso el Señor nos compró para Dios, con su resurrección nos restituyó la vida del Señor, porque somos de Él. El primer anuncio de la resurrección (según el Evangelio de Marcos) lo dio un joven a tres mujeres (María Magdalena, María la mamá de Santiago, y Salomé) que fueron después del sábado muy temprano al sepulcro para ungir al Señor. Las mujeres pensaron que encontrarían el cuerpo de Jesús, pero en cambio encontraron una tumba vacía. Habían ido a llorar a un hom-
Antonio Villarino
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bre muerto, en cambio escucharon un anuncio de vida: «Buscan a Jesús de Nazaret, el crucificado. Ha resucitado; no está aquí». El joven las envió a anunciar la noticia a sus discípulos y a Pedro diciéndoles: «Él va camino de Galilea; ahí lo verán» (Mc 16,1-7). El papa Francisco en la Homilía de la Vigilia Pascual explicó el significado de ir a Galilea: Ir allá significa, sobre todo, volver a empezar. Para los discípulos simboliza volver al lugar donde el Señor los buscó por primera vez y los llamó a seguirlo. Él los llama para que lo sigan sin cansarse nunca. El Resucitado les está diciendo: «Empecemos de nuevo por donde empezamos. Te quiero de nuevo conmigo, a pesar y más allá de todos los fracasos». En esta Galilea aprendemos el asombro del amor
43 Jorge Decelis
Llamados a la misión infinito del Señor, que traza nuevos caminos en las vías de nuestras derrotas. El libro de los Hechos de los Apóstoles nos narra los comienzos de la Iglesia, que no fueron nada fáciles. Y ahí comienza una nueva vida, la del ser para los demás. Los apóstoles son los informadores: «Nosotros somos testigos de todo lo que hizo en el país de los judíos y en Jerusalén. A Él, a quien mataron colgándolo de un madero, Dios lo resucitó al tercer día y le concedió que se manifestara, no a todo el pueblo, sino a los testigos elegidos de antemano por Dios, a nosotros que comimos y bebimos con Él después de que
¿TE GUSTARÍA SER... Misionero Comboniano? P. Wédipo Paixão Cel. 55 71 43 05 73
Guadalajara, Jal.
Tel. 33 36 28 53 77
Monterrey, NL.
P. Roberto Pérez Cel. 81 23 36 52 57 Tel. 81 81 90 47 61 combonianos@prodigy.net.mx
Temixco, Mor.
Sahuayo, Mich.
P. José Luis Mejía Seminario comboniano Cel. 55 45 72 92 81 mejiagonzalez@yahoo.com.mx
San Francisco del Rincón, Gto.
P. Sylvain Alohoungo Seminario comboniano Tel. 47 67 43 05 47
combonianosanpancho@gmail.com
P. Moisés García Cel. 77 72 01 60 71 combonianoscuernavaca@hotmail.com
La Paz, BCS.
Parroquia del Sagrado Corazón de Jesús Tel. 61 21 22 21 21
Diócesis de Cuautitlán
Ciudad de México
Misioneras Combonianas Guadalajara, Jal.
Tel. 33 36 27 11 53
vocacion_misionera2@yahoo.com.mx
Ciudad de México
Tel. 55 55 86 85 89
Laicos Misioneros Combonianos Guadalajara
Adriana Salcedo Cabello Cel. Bety Maldonado: 55 15 05 29 60 laicosmisioneroscombonianos.org
vocaciones_combonianas@yahoo.com.mx
Esquila Misional
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Llamados a la misión
Ulrike Purrer
MISIONERAS COMBONIANAS
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resucitó de entre los muertos» (Hch 10,39-41). Imaginémonos a menos de 12 hombres sin dinero, ni prestigio, seguidores de un hombre que fue crucificado y que ellos afirman que resucitó porque es el Hijo de Dios. Anuncian una nueva vida a personas que están bien afianzadas en su propia religión, prácticamente empezaron de cero, con un ambiente difícil que les era adverso, con privaciones, persecuciones, maltratos; pero en la pequeñez y la fuerza el Espíritu Santo fue haciendo crecer a esta comunidad hasta llegar a ser la Iglesia a la que hoy pertenecemos. La pequeña comunidad del tiempo de los Hechos de los Apóstoles debe de inspirarnos a vivir en la Iglesia de nuestro tiempo. Por ejemplo: san Pedro en una predicación que no fue muy extensa convirtió a tres mil personas, hoy en día (como dijo el padre Ricardo López Díaz y hago mías sus palabras) con tres mil sermones no convertimos a uno solo. Los apóstoles no tenían dinero para dar limosna, pero por el poder de Jesús Resucitado levantaron e hicieron caminar a un paralitico; hoy muchos cristianos dan despensa, hacen activismo social, animan a los jóvenes de superación personal, hacen proyectos de medicina alternativa, pero no llevan ni entregan al Señor Jesús. Los primeros cristianos eran pocos y vivían unidos, ponían en común sus bienes, ahora somos muchos, no nos ponemos de acuerdo, nos dividimos y peleamos nuestros bienes. En aquel tiempo se anunciaba el Evangelio, los cristianos anunciaban a Jesús y las personas se convertían y bautizaban; hoy en día, nuestro pueblo se dice en su mayoría cristiano, pero qué difícil es anúnciales el
Voz del seminarista Llamados comboniano a la misión Evangelio, y aún más difícil que un cristiano hable de Jesús, por eso la mayoría de los que son bautizados no llegan a ser evangelizados y menos a ser discípulos del Señor Jesús. Los primeros discípulos anunciaban con valentía a los paganos y muchos de ellos fueron perseguidos y dieron su vida por ser fieles a Jesucristo y ahora a muchos cristianos hasta les da pena hablar de su fe. ¿Qué nos está pasando a los que heredamos la fe trasmitida por los apóstoles? ¿No será que nos estamos convirtiendo en una Iglesia que sólo despacha sacramentos? En nuestro tiempo necesitamos cristianos que se comprometan a conocer y vivir el Evangelio, que se encuentren con Jesucristo y lo sigan para estar con Él, que se conviertan y se renueven con la Vida de Jesús, que den testimonio y se sientan enviados a anunciar por todo el mundo el Evangelio. Que se sientan llamados y salvados por Jesucristo. Y tú joven, te has preguntado alguna vez en tu vida: ¿Para quién soy? Es la pregunta vocacional que quiere suscitar en ti una respuesta. Esta interrogante la lanza el papa Francisco en su exhortación Cristo Vive. Es una pregunta que nos lleva a reflexionar que nosotros somos más que para una cosa, un trabajo, o una ocupación; estamos llamados a ser «para Alguien», para quien es capaz de llenar el corazón y la vida: para Dios. Y como fuimos creados por amor y para amar, también estamos llamados a ser para los demás. Ser cristiano es vivir como Cristo y Él se nos da a todos para darnos la Vida de Dios. Esto lo comprendieron bien los apóstoles, por eso la fe de ellos nos sigue moviendo hoy y se sigue anunciando.
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Texto y foto: Martín XALAMIHUA Z., postulante
Agradecido
por la vocación
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oy Ma r t ín, or ig ina r io de Tona li xco Gra nde, Zongolica, Veracr uz. Tengo 21 a ños. En m i pa r roqu ia de Sa n José Coma lapa, los Misioneros Combon ia nos ha n estado por más de d iez a ños. Mi pr imer contacto con el los f ue en 2013, yo era catequ ista, y u na vez por mes nos reu n ía mos en la pa r roqu ia. Este acerca m iento f ue suscita ndo el deseo de conocer la v ida consag rada. En 2018, cua ndo ter m iné la prepa rator ia, m i pá r roco, el pad re Gu i l ler mo Ag u iñaga, me inv itó a ing resa r a l sem ina r io combon ia no. Ing resé en agosto de ese a ño. Ha sido u na ex per iencia ú n ica, especia l y l lena sor presas, a lg u nas buenas y ot ras ma las; pero siempre hay a lgo nuevo que aprender. He ten ido momentos d if íci les, pero con ay uda de Dios he cont inuado. Los compa ñeros ha n sido u na ay uda espir it ua l, intelect ua l, f ísica y mora l en este proceso, he aprend ido muchas cosas de el los. Act ua lmente me encuent ro en el tercer a ño del post u la ntado y de los est ud ios de Fi losof ía; estoy cerca de ent ra r a l nov iciado. Me siento muy feliz y prepa rá ndome con la oración pa ra pasa r a la nueva etapa. El ca m ino se hace cada d ía. Ag radezco a Dios el rega lo de la v ida y todos los bienes espir it ua les conced idos. De ig ua l for ma, doy g racias a todas las personas que me ha n acompa ñado, en especia l a m is pad res, a m i pá r roco, a m is compa ñeros y for madores. Que Dios per ma nezca en cada u no de nuest ros cora zones.
Esquila Misional
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Expresión y cultura
Por: Paulina GALICIA
DÍA DE LAS «MULITAS», TRADICIÓN MEXICANA
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Cada Jueves de Corpus Christi felicitamos a todas las «mulitas en su día», pero muchos desconocen el origen de esta singular tradición, relacionada con la presencia de Dios en lo cotidiano.
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Literatura comboniana
Un libro, el mejor regalo para papá
$57
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Con la fuerza del Espíritu
Viviendo los valores
El autor relata la extraordinaria difusión del catolicismo en el territorio nuer, en Sudán meridional; también aparecen los «padres» de estas comunidades que, después de 30 años, vieron escuchadas sus plegarias de presenciar la llegada de los primeros misioneros combonianos, quienes llegaron para confirmarlos en su fe.
Este libro ofrece reflexiones sobre algunos valores que nos servirán cuando haya que aclarar conceptos o saber cómo intervenir en la difícil tarea de educar, entendida ésta como «sacar lo mejor del corazón de los seres humanos» a quienes nos toca acompañar.
P. Fernando González Galarza
Rezar pensando
P. Francisco Xavier Sánchez Hernández Rezar pensando es mucho más que sólo rezar o sólo pensar. Este libro presenta las oraciones básicas del cristianismo explicadas frase a frase: Padre Nuestro, Ave María y Credo.
No incluye gastos de envío
Fernando de Lucio Ocaña
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Misioneros desde el dolor
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P. Enzo M. Canonici
El autor presenta testimonios de hombres y mujeres desgarrados por el dolor, quienes quisieron dar soluciones o explicaciones a su situación. Si bien es cierto, que la Biblia no brinda una respuesta racional, sí nos da una teológica al sostener que el sufrimiento puede convertirse en un medio para encontrarnos con Dios.
Consulte nuestro catálogo en www.esquilamisional.org
Para pedidos, contáctenos: Tel. 55 55 92 38 33 - WhatsApp: 55 62 15 79 14 Correo electrónico: combomis@prodigy.net.mx
Chemello
Misioneros Combonianos durante una procesión de catequistas en Nyal, Sudán del Sur
Renovados por el gozoso encuentro con Cristo, deseamos continuar siendo una comunidad misionera «en salida». Al fundar una Beca nos ayuda a llevar la alegría del Evangelio más allá de las fronteras.
Con esta suma de dinero contribuye a la formación de un joven aspirante a la vida misionera, sacerdote o hermano.
Beca completa: $14,000.00
Beca parcial: $7,000.00
Puede dividir la suma y entregarla en abonos que usted mismo determine.
Favor de hacer sus depósitos en el banco de su preferencia.
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FUNDE UNA BECA
Cuentas a nombre de:
Misioneros Combonianos del Corazón de Jesús, A.R. (Escriba el nombre completo)
Santander: 65501062197 Bancomer: 0452603004 Banamex: 70070359098 Banorte: 0259125723 Si lo prefiere, realice una transferencia bancaria (clabes interbancarias) Santander: 014180655010621976 Bancomer: 012180004526030044 Banamex: 002180700703590983 Banorte: 072180002591257234
¡Feliz día del Padre!
MUNDO NEGRO
«Sean para sus hijos como san José: custodios de su crecimiento en edad, sabiduría y gracia. Custodios de su camino, educadores. Y caminen con ellos...» Papa Francisco
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...y aventúrese al mundo de las misiones en 48 páginas