gar a creer que no están cumpliendo adecuadamente su función; los hijos también sufren porque consideraran que no cumplen con los estándares de calidad de los abuelos o tíos, lo cual afecta invariablemente su autoestima. También pueden ocasionarse conflictos entre la pareja (padre y madre), especialmente si uno de ellos trata de defender su posición o hacer respetar sus opiniones, en cuyo caso, podrá ser considerado como malo, afectándose nuevamente las relaciones familiares. En el segundo caso, -el de los límites rígidos-, generalmente encontramos familias que no aceptan ningún comentario de los demás, se aíslan y, por ende, pierden las redes de apoyo familiares, las cuales son importantes para cualquier ser humano. No nacimos ni vivimos aislados, de ahí que sea importante comprender que en cualquier momento podemos necesitar aunque sea de una palabra de apoyo proveniente de algún familiar, y por qué no brindarla nosotros también en alguna circunstancia. Por eso es importante que nuestros límites hacia los demás miembros de nuestra familia extensa se establezcan con respeto, es decir, aceptar opiniones pero no imposiciones, y lo mismo de nuestra parte hacia los demás: respetar sus decisiones, sin criticar y sin minimizarlos, y especialmente fomentar las redes de apoyo entre todos los miembros, sobre todo durante esta etapa que estamos viviendo. 31