CARPE DIEM Alma Pat ricia Olme do N úñez Luis M igue l Ca mpos Oje da Sentados nuevamente en el café de la plaza mayor de Salamanca, como había sido su costumbre desde hacía varios años, están Patricio y Luis; un cálido viento de verano sopla mientras aquel par de amigos en forma parsimoniosa beben sus respectivos cafés, sólo que esta vez sus pensamientos afectados por tanto encierro los mantiene en silencio, únicamente dejándose acariciar por la calidez del aire, hasta que Patricio volteando a ver a Luis con una mirada inquietante le pregunta: ¿Recuerdas lo que significa Carpe Diem? ¡Claro¡ tú y yo somos abogados y sabemos qué significa esa locución latina. Sí, por supuesto, quiere decir –que aproveches el momento-. Contestó Luis enfáticamente. - Sí, dijo Patricio, pero, si también lo recuerdas, en literatura significa que se aproveche un tema que viene en relación al momento que se está viviendo. - Como es el caso de nosotros, dijo Luis, ¿quién lo hubiera podido imaginar? Las cosas que le ha tocado vivir al mundo entero y nosotros sobrevivientes de esta pandemia. - Así es amigo, y tomando ese tema como un referente, te diré que la obra que por excelencia se relaciona con esto de las pandemias es, ni más ni menos, El Decamerón. Dijo Patricio con la seguridad de quien conoce una obra y la aprecia por su grandeza,
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¿Sabes Luis? La obra de Boccaccio, la he leído no solo una vez, y te puedo decir que en este caso sí se trata de palabras mayores. Y todo lo que se puede decir al respecto, o al menos lo más importante, creo que ya se ha dicho. En efecto, viene a cuento porque la trama se ubica justamente en el momento en que Florencia está viviendo una epidemia de Peste Negra. Por cierto Luis ¿tú recuerdas que la peste negra parece que no era otra cosa que la misma peste bubónica, sólo que en la Edad Media se le llamó así? - Quien sabe, contestó Luis, como en realidad no hubo estudios científicos. Además tenía la característica que los bubones, es decir, la inflamación de los vasos linfáticos y la gangrena en las extremidades, en este caso se presentaban negros. - Así es, siguió Patricio con su interlocución. El caso es que precisamente la existencia de esta peste, que se presentó en Europa entre 1347 y 1353, le da a Boccaccio el marco necesario para desarrollar su trama. Se trata de que unas jóvenes, siete, algunas casadas y otras no, pero solas al fin, resuelven, un día, después de salir de misa, esconderse para pasar el tiempo de la cuarentena, pero como tenían miedo de irse solas, deciden invitar a tres muchachos, que en ese momento entraban al templo, para que las cuidaran en su aventura, pues piensan esconderse en un sitio retirado algunos kilómetros de la ciudad, que no era otra cosa que un huerto o bosque perteneciente a una finca abandonada. Ahí, para pasar el tiempo, establecen contarse un cuento cada uno todas las noches, durante las dos semanas que estarían en ese sitio, sin contar sábados y domingos, por dedicarlos al aseo y a las oraciones, y como ellos eran diez, se tendrán los cien relatos que integran esa obra de Boccaccio. Otra parte interesante de esta magna obra, continuó Patricio, es que además es tan perfecta y elaborada, que las siete mujeres representan a las cuatro virtudes cardinales y a las tres virtudes teologales, en tanto los hombres representan a la razón, al apetito irascible y al apetito concupiscente.