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CUIDADOS
GIORGIO ARMANI ACQUA DI GIÒ
Mediterráneo embotellado Se cumplen 25 AÑOS del nacimiento de una de las fragancias más influyentes de la historia de la perfumería. Un aroma tan popular y omnipresente… como el MAR. por HÉCTOR IZQUIERDO
Una fragancia como Acqua di Giò sólo podría haber nacido en el Mediterráneo. Únicamente en las costas de este mar que los romanos consideraban como propio y que vio nacer la civilización moderna se encuentra la mezcla entre frescor cítrico, fuerza acuática, yodo, salitre y sensualidad que, hace ahora 25 años, se combinaron de forma magistral en una de las fragancias más importantes de todos los tiempos. En efecto, un cuarto de siglo contempla a esta creación de dos hombres que, por supuesto, llevan también el Mediterráneo en la sangre: Giorgio Armani y Alberto Morillas. Corrían los primeros años de la década de los 90 cuando el diseñador italiano tuvo la idea de crear un perfume que capturara la esencia salvaje y mineral de Pantelleria, una fascinante isla
ICONO INMORTAL
El frasco de Acqua di Giò ha ido cambiando ligeramente a lo largo de la última década para dar cabida a nuevas variaciones de un mismo tema.
volcánica en la intersección entre Sicilia y el continente africano. Le encargó el reto al nariz sevillano y maestro perfumista Alberto Morillas, quien no sólo estuvo a la altura del desafío, sino que lo superó con creces, elaborando un eau de toilette revolucionario que ha sido copiado una y mil veces desde entonces. Morillas se atrevió a mezclar moléculas sintéticas salidas del laboratorio con otros ingredientes tradicionales. Así, utilizó el calone para reproducir ese característico olor de la ribera del mar; y el hedione, que también ofrece toques acuáticos y de jazmín, para dotar de modernidad al conjunto. La bergamota y el neroli, notas clásicas donde las haya, completaban la salida cítrica, mientras que el pachulí y el cedro lo dotaban de ijación. Una vez elaborado el jugo, se escogió un frasco de vidrio de líneas sencillas, con las aristas redondeadas y un efecto esmerilado en la supericie, como si hubiera sido sometido a la erosión de las olas y la arena. Se lanzó en el año 1996 y, el resto, es historia. NUEVAS VERSIONES. A lo largo de la última década, la marca ha lanzado diversas interpretaciones del eau de toilette original: Essenza (2012), Profumo (2015) y Profondo (2020), todas de la mano del mismo dúo original: Giorgio Armani y Alberto Morillas. El protagonista de las diversas campañas de publicidad ha ido cambiando con los años, así como los fotógrafos que lo han retratado (de Patrick Demarchelier a Matthew Brookes, pasando por Herb Ritts, Peter Lindbergh y Bruce Weber). Pero una cosa no ha variado un ápice: el fabuloso mundo acuático en blanco y negro en el que hombre y mar se funden en uno y que también ha marcado un antes y un después en la forma de expresar de manera artística el universo de una fragancia. Acqua di Giò es hoy, en cualquiera de sus declinaciones, un icono inmortal. Muchos otros eau de toilette, antes y después, han tratado de aprehender esa misma esencia marina que Armani y Morillas capturaron magistralmente en 1996. Pero muy pocos siguen siendo relevantes. Los clásicos, al in y al cabo, son clásicos por algo.
FOTOGRAFÍAS: CORTESÍA DE GIORGIO ARMANI.
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