EDICIÓN 48
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AYÚDAME A COMPRENDER Mi mente se puso en modo, busca una situación en que ellos se hayan visto envueltos, para que con su propio ejemplo lo pudieran asimilar. Créanme, lo pensé hasta hacer una lista de ejemplos. Recuerdan, les dije, cuando al entrar al edificio conseguimos un billete y ambos me dijeron ¡nos encontramos este billete, nona, podemos comprar helados! Y mi respuesta inmediata fue preguntarles, si hubiese sido a ustedes a quienes se les perdió, cómo se sentirían. De inmediato, Mariangel me respondió, sí nona; primero nos alegramos por conseguirlo y después sentimos tristeza. Y tú nos enseñaste a respetar lo que no nos pertenece, siempre dices, si no es tuyo es de otra persona, era de la señora del quinto piso.
Nona, mi maestra nos dijo hoy que las personas deben ser honestas, responsables, respetuosas, que tenemos que hacer las cosas sin hacerle daño a nuestros compañeros, conseguir lo que queremos respetando a los otros, y al final, nos dijo que debíamos crecer siendo personas íntegras. Íntegras, nona ¿tú me puedes ayudar a comprenderlo?
Si, ser bondadoso y comprender la situación de otros, dando no solo lo que nos sobra, sino desprendiéndonos de lo que resulta valioso para ayudarlo, es parte de la integridad moral de cualquier persona. Así, pasamos un buen rato, recordando acontecimientos en los que ellos se sintieron personas con integridad moral. ¡Ah!, ahora sí comprendemos. Gracias nonita.
CONECTA TU EMOCIÓN
E
n medio de este año de cambios tan abruptos en nuestra cotidianidad, estaban mis nietos intentando responder sus cuestionamientos en torno a las responsabilidades escolares.
Al instante, Neo recordó su episodio en el parque con el niño que no tenía merienda, porque nosotros cuando vivíamos en la isla de Margarita también nos pasó, me dijo, y yo fui feliz en ese momento, por eso lo recordé. Eso es ser una persona íntegra, preguntó.