SOCIAL
México, familia, educación y sus nuevos dilemas México es un pedazo de tierra de todo este mundo, lleno de un sistema de creencias particularmente orientado al cuidado y protección del otro: nos cuidamos los unos a los otros, nos cuidamos del otro y cuidamos que el otro se sienta bien cada vez que está con nosotros. Por siglos, los gobernantes del primer plano como de cada entidad han dado muestras de que a sus posibilidades militantes, de conocimientos y sus propias ambiciones, han establecido como prioridad la superación en niveles académicos con más fuerza en cada intento realizado. Y hoy, año 21 del siglo XXI no es la excepción. Llevamos 17 meses en continuo cuidado de unos y de otros, cada uno desde su trinchera se ha esforzado o ha dejado de hacer lo que rutinariamente venía tejiendo como su proyecto de vida, porque la COVID-19 llegó para cambiarlo, específicamente el 20 de marzo del 2020, día en que oficialmente se suspendieron las clases presenciales. Como bien lo señaló el Dr. Ángel Díaz Barriga en su artículo de opinión (21 de agosto, 2021, Educación Futura) Regreso que no es regreso. Una visión didáctica, la noticia de continuar con un proceso académico, ha causado revueltas en todos los actores que forman parte de esta institución, aclarando también, que una discusión pedagógico/didáctica sobre este tema es la gran ausente en estos planteamientos. Es decir, hoy la escuela puede ser vista como un foco de infección dado el estado de la pandemia, como un bote de rezagos inminentes que desde hacía tiempo se venían vislumbrando, y también como una oportunidad para poner a prueba todo lo aprendido justamente en este tiempo de ausencia en las aulas. Y es que, a mi entender y sin simplificar el contexto, el regreso a clases presenciales ha contrariado a la población en general por varias situaciones: En la familia porque implica un cambio de rutina a la que tuvimos que ajustarnos para la convivencia en espacios, tiempos, presupuesto, emociones y temperamentos. No es fácil aceptar la noticia de que hay que volver a cambiar, pero lo que no nos hemos dado cuenta es que justo tuvimos que aprender que somos habilidosos en la adaptación, a todo nos acostumbramos, es un dicho mexicano, menos a no comer… ¿Qué cambios has tenido que hacer tú ante esta situación? ¿Cómo percibes el panorama familiar ahora? En la escuela y con la escuela, además de la inversión de tiempo que implica el traslado, la inversión en autocuidados (cubre bocas, mascarillas, guantes, gel), hoy nos toca renovar los votos de convivencia, la educación socioemocional y estos ejercicios de habilidades blandas que durante un año nos han repetido en las sesiones virtuales, hoy toca vivirlas y compartirlas. Las preguntas son ¿estamos listos para la socialización? ¿qué es lo importante para aprender hoy? Aquí hay otro punto interesante, y es que tras el regreso a las aulas hay un incremento en el nivel de ansiedad. De acuerdo con Delgado (9 de septiembre, 2020), en la Universidad de Standford se estudiaba el Trastorno de Ansiedad por Separación (o SAD por sus siglas en inglés) entendiendo a éste como “la preocupación y temor excesivos de estar separado de los miembros de la familia o individuos con los que el niño está más ligado”, y recordemos, que bajo las condiciones que hemos vivido, las conexiones y estimulaciones disminuyeron debido al
REVISTA AUDACIA | PÁGINA 29
audaciacorporativafiscal.com