ARQUITECTURA. Texto de Leonardo Ignacio González Ferreras.
LARRABETZUKO ATERPEA. ¡A REFUGIARSE TOCAN! Es curioso cómo lo pequeño puede evocar lo grande o viceversa. Esto es lo que me ha sucedido en cuanto al recuerdo que guardo de hace años, cuando me topé con el vasto espacio interior generado en el Centro de la Fundación Ford para la Justicia Social (también conocido como Ford Foundation Building). Es un edificio de oficinas de doce plantas en East Midtown Manhattan de la ciudad de Nueva York, diseñado por el arquitecto Kevin Roche. Esta pequeña y coqueta pieza arquitectónica en Larrabetzu me lo ha traído a la memoria. Estos espacios cubiertos y abiertos, en nuestras latitudes tan necesarios por las condiciones de abundantes lluvias, se han ido supliendo por los frontones tradicionales o los atrios de las iglesias y, en algunos casos, por espacios pergolados en plazas, más o menos afortunados en cuanto a sus lenguajes arquitectónicos o lo acertado o no de sus materiales. Pero este caso, es de singular acierto y consigue ganar un espacio exterior-interior de muy apreciable interés. Un verdadero espacio polivalente y multifunción. Desconozco si por la entreplanta se accede al edificio de Udal Etexea. Parece ser que es así. Esto llenaría de más sentido y contenido la obra arquitectónica. Se manifiesta un respeto por los restos arquitectónicos, quizás de forma algo puntual (desde mi punto de vista, quizás debiera haber sido el lateral completo de la escalera), en cuanto a la esquina que se mantiene con mamposterías de piedra originales consolidada con elementos de hormigón como la escalera de acceso a la entreplanta. Recogiendo a su vez el elemento emblemático preexistente de la fuente. El hecho de plantear la pequeña pieza a modo de txosna en el bajoescalera, redunda en su valor multifuncional y versátil. Función a la vez estética y estructural de las fachadas debido a la profusión de los “pilarcillos” de madera, a modo de esqueleto, de cuadernas de un navío varado en medio de
la plaza del pueblo, configurando tanto la potente imagen, como el conjunto de la permeable volumetría que respeta la original del edificio que se sustituyó. Los materiales son los adecuados, los tipos de maderas, en cuanto a sus características, color, etc., ya nos describen su función en el conjunto del edificio. Tonos y colores claros para la madera laminada encolada, con una función marcadamente primordial, portante, estructural y determinante, con un más que apreciable efecto “canto pilastra” en las esquinas. Tonos más grises en formato más tradicional de tabla, para elementos de cierres de carpinterías, más móviles y flexibles. El hormigón con un tratamiento que asemeja a piedra natural. Los pequeños elementos barandillas, bajantes, se minimizan y mimetizan al objeto de no distorsionar la composición global del edificio. La iluminación nocturna, refuerza su identidad de elemento permeable, con iluminaciones de ambiente en luces corridas con efectos de sombras repetidas y en serie. El equipo del arquitecto Behark, ya ha conseguido reconocimientos por algunas de sus obras, desenvolviéndose de forma acertada en todo lo que supone espacios fronterizos exterior-interior como se puede apreciar en su intervención de renovación de la envolvente sobre el edificio en Dique 2A Berria en el barrio de Olabeaga de Bilbao. La única pena es la pérdida del mural antibelicista realizado por escolares de Larrabetzu que se encontraba en la fachada del edificio sustituido. LARRABETZUKO ATERPEA. Autores: Behark. Ubicación: Askatasuna Enparantza. Larrabetzu. Bizkaia Lo mejor: La idea en cuanto a la integración en el conjunto urbano edificado. Un detalle: La creación de goterón de las vigas.
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