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nuestroCIELO ENTORNO VALDIZARBE
¿Qué son las enanas blancas? JUANJO SALAMERO
Las estrellas, esos pequeños puntitos luminosos que aparecen en nuestro cielo después de ocultarse el astro rey, son esferas de gas gigantescas que fusionan varios millones de toneladas de hidrógeno por segundo convirtiéndolas en helio, y se encuentran a mucha distancia de nuestro planeta. Solo hay una excepción, nuestra estrella (el Sol) que está aquí al lado. Nuestra estrella es un estrella más bien pequeña y lleva cinco mil millones de años fusionando a razón de 4 millones de toneladas por segundo y aun le quedan otros cinco mil millones de años para llegar a agotar la casi totalidad del hidrógeno del que está formado. Los datos son sorprendentemente espectaculares y nos hace sentir que nuestro planeta es muy pequeño. Todos esos puntitos que vemos titilar en el cielo nocturno son estrellas de todos los tipos y tamaños. Las estrellas pequeñas como la nuestra viven durante mucho tiempo y llevan una vida tranquila hasta que llegan al final de sus larguísimas vidas. Las fases más interesantes de la vida de las estrellas es cuando estas llegan a su final. El final de la vida de las estrellas siempre acaba siendo un espectáculo inigualable, produciendo objetos muy interesantes de observar con nuestros telescopios. Las gigantes que explotan como supernovas, las súper gigantes que estallan como hipernovas, e incluso las pequeñas como nuestro Sol que al morir crean uno de los objetos más bonitos del cielo nocturno, las nebulosas planetarias. Estas nebulosas, llamadas así por su forma esférica, son parecidas a los planetas en los principios de la observación con telescopios. Hoy en día, con el telescopio espacial Hubble y con los gigantescos telescopios que tenemos en la superficie del planeta podemos observarlas con todo lujo de detalle. Lo que vemos es el resultado de la formación de elementos que la estrella ha generado a lo largo de su existencia. Se nos muestran como objetos bellísimos con colores y formas agradables para su contemplación. Pero estas estrellas pequeñas no sólo forman nebulosas. En su núcleo queda un pequeño cuerpo estelar llamado enana
Representación artística de una enana blanca en comparación con nuestro planeta azul.
blanca que tiene un tamaño aproximado al de la tierra y donde la estrella ha ido concentrando elementos como el carbono o el oxígeno. Estos núcleos estelares desnudos de sus capas externas, que ahora se disipan por el espacio circundante, alcanzan temperaturas que llegan a los 16 millones de grados centígrados y vivirán así durante muchos millones de años más, eso sí, perdiendo muy poco a poco temperatura hasta que en algún momento, cuando ya no puedan emitir más radiación, se convertirán en enanas negras. Las enanas blancas pueden robar material ligero de alguna compañera cercana y aumentar su masa y de este modo pueden volver a generar fusión y brillar como novas. Además, si superan en un 44% la masa del sol pueden llegar a estallar como supernovas y crear estrellas de neutrones e incluso agujeros negros. Este tipo de supernovas (tipo Ia) son muy interesantes de estudiar ya que su masa e intensidad de brillo es siempre muy similar y al observarlas en otras galaxias hacen que podamos medir sus distancias con mucha precisión y así comprendamos y conozcamos mejor nuestro entorno galáctico. La enana blanca más
cercana a nosotros es una pequeña compañera de la estrella Sirio, la más brillante que observamos en el cielo, que se encuentra a una distancia de 8 años luz.
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