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El higo, el fruto que no es una fruta POR SILVIA BELTRÁN
Los higos son un alimento que se consume desde los albores de la humanidad en su lugar de origen, en Oriente Medio y en la zona mediterránea. La higuera, Ficus cárica, el árbol que produce los higos es mencionado en la Biblia (Adán y Eva taparon sus partes íntimas con sus hojas al ser expulsados del paraíso) y se encuentran en múltiples frescos de las pirámides de Egipto. Los griegos los consagraban a la diosa Atenea, se empleaban en el culto a Baco y a Demeter y en las ceremonias nupciales, como símbolo de fertilidad. Hasta Rómulo y Remo fueron amamantados por una loba bajo una higuera. La higuera produce dos cosechas al año. En agosto y septiembre las higueras dan higos, más pequeños y dulces que las brevas, que se cosechan en junio. Por ello en el refranero español la expresión “de higos a brevas” se utiliza para significar que algo ocurre raramente, muy espaciado en el tiempo. Los higos no son una fruta, sino una cápsula que contiene en su interior multitud de pequeñas flores invertidas, que al madurar producen un minúsculo fruto, el aquenio, que contiene una semilla. Esto es lo que da la textura crujiente al higo. Los higos son digestivos, con un alto contenido en fibra, por ello ayudan a mejorar el tránsito intestinal. Aportan nutrientes interesantes, como el ácido cítrico, máli-
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O O O «Los higos son digestivos, con un alto contenido en fibra, por ello ayudan a mejorar el tránsito intestinal» co y acético, y vitaminas A, B1, B2, B3 y C. Fresco contiene un 80% de agua, mientras seco menos del 30% (por tanto son más calóricos). Son uno de los frutos con más contenido en calcio, siendo también muy ricos en potasio, hierro, magnesio, hierro, cobre y manganeso. A lo largo del tiempo, los higos se han usado como remedio contra los dolores de garganta y el asma y para el tratamiento de malestares gástricos. Se recomienda en per-
sonas con debilidad, estrés, estreñimiento (es un laxante suave), adelgazamiento, anemias… Una vez cogidos del árbol, debemos conservarlos en la nevera y consumirlos lo antes posible, ya que se estropean de forma rápida. Encontramos múltiples variedades, con su piel con múltiples tonalidades, hay variedades moradas, casi negras, violáceas, verdosas, amarillentas…, con distinto tamaño, textura y dulzor. Los higos se consumen en su temporada frescos, pero los excedentes se deshidratan, y se consumen secos. Frescos o secos se consumen tanto solos como formando parte de múltiples recetas, sobre todo en postres, mermeladas, ensaladas… pero también acompañando a platos de carne (cerdo, caza…) o pescado (combinan muy bien con las anchoas). En invierno un postre típico es el pan de higos, muy apreciado en muchos lugares.