CURIOSITY
ARQUEOMISTERIOS
“ESTIMADO FAMILIAR MUERTO...”
METROPOLITAN MUSEUM OF ART
LA EGIPCIA ES UNA CULTURA Y UNA CIVILIZACIÓN IMPREGNADA DE MISTERIOSOS RITUALES Y DE EXÓTICOS E INCOMPRENDIDOS CEREMONIALES Y PROCEDERES MÁGICOS. UNO DE ELLOS, TAN DESCONOCIDO COMO INQUIETANTE, CONSISTÍA EN ENVIAR CARTAS Y MENSAJES A LOS MUERTOS.
Las cartas de Heqanakht –aquí mostramos el anverso y el reverso de una de ellas– constituyen una fuente de información de valor incalculable.
ue los antiguos egipcios se puedan atribuir la medalla de haber protagonizado, en gran medida, la invención de la escritura no significa que las letras estuvieran a la orden del día entre los habitantes de las dos tierras, el Alto y el Bajo Egipto. La escritura, vehículo siempre sagrado y cargado de una enorme magia y carga simbólica, era extremadamente especial, y se reservaba a ciertos individuos y estamentos de la sociedad y a casos muy concretos, vinculados principalmente a la burocracia y la administración del Estado, así como a los cultos religiosos y funerarios. Pocos eran los que tenían acceso a su aprendizaje y conocimiento, y menos aún los que podían hacer uso de ella en POR TITO VIVAS beneficio propio. Re-
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@titovivas
sulta muy complicado encontrar, entre la literatura legada desde el Antiguo Egipto, algún ejemplo del género epistolar. No digamos ya de cartas privadas entre particulares, de las que se pueden enumerar los casos con los dedos de una mano. POR MENCIONAR UN EJEMPLO, TAL VEZ EL MÁS INTERESANTE SEA EL de las cartas de Heqanakht (en las imágenes de arriba). Estos papiros brindan una valiosa e interesante –por escasa– información sobre la vida común de los miembros de la que podríamos definir como clase media en el periodo correspondiente al reinado de Senuseret I, en el Reino Medio. Heqanakht era un sacerdote que oficiaba al servicio funerario de un personaje llamado Ipi. Debido a sus responsabilidades laborales en la necrópolis, Heqanakht se vio obligado a permanecer en el área tebana un largo periodo de tiempo durante el cual escribió una serie de cartas sobre su día a día y
sus problemas más cotidianos para que su familia, afincada en el área del Fayum, tuviera conocimiento de ellos. Sin embargo, algunas de estas cartas nunca llegaron a sus receptores, sino que se perdieron para siempre entre la basura: los papiros fueron encontrados accidentalmente entre los escombros utilizados en el interior de la tumba de Ipi, su señor, para formar una rampa por la que empujar un pesado sarcófago hasta la cámara sepulcral. Lo que en su día no tuvo ningún valor, hoy es gran fuente de conocimiento. Sin embargo, frente a estas cartas escritas para ser enviadas a amigos y familiares vivos, de las que apenas se conservan ejemplos, aparece en el Antiguo Egipto otro género epistolar mucho más prolífico y que nos ha brindado muchos más ejemplos: las cartas escritas a los muertos. Entre los muchos y misteriosos rituales y exóticos procederes de los antiguos egipcios, la práctica de escribir misivas a los