exclusión social del país. La pandemia del SARS-CoV2, reveló que estas desigualdades tenían una profundidad de mayor calado, construida a lo largo de décadas de políticas educativas neoliberales.
1.2 Problematización sobre lo nacional y lo básico
La obligatoriedad y el currículo de la educación básica han sido parte de un sistema político y económico que fue pensado para la diferenciación social existente.24 Esto ha exacerbado las desigualdades y exclusiones basadas en la clase, género, condición física, grupo étnico y sexual, debido a que la articulación de lo común con lo diverso está ausente del currículo nacional, en las actividades educativas, en las relaciones de poder dentro de las escuelas y en las formas de evaluación.25 Pese a las distintas reformas que se han aplicado en la educación básica en los últimos treinta años, ha prevalecido el referente identitario surgido en el periodo posrevolucionario en tanto programa de la modernidad, centrado en al menos cuatro elementos: nacionalismo, mestizaje, positivismo y patriarcado.26
Lo anterior reproduce la desigualdad, el
racismo y el clasismo como mecanismos estructurales que a su vez generan los llamados grandes problemas educativos, tales como el abandono escolar, la repetición, el bajo rendimiento académico “medido” por las pruebas estandarizadas a gran escala.
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José Gimeno Sacristán (2015), “El significado del currículo en la enseñanza obligatoria”, en José Gimeno Sacristán et al., Ensayos sobre el currículum: teoría y práctica, Madrid, Ediciones Morata, p. 91. 25 Stephen Kemmis (1988), El curriculum: más allá de la teoría de la reproducción, Madrid, Ediciones Morata, p. 162. 26 Ana Laura Gallardo (2014), Racismo y discriminación en el sistema educativo mexicano: claves desde las reformas a la educación básica nacional en Siglo XXI (2006 y 2011), Tesis de doctorado, UNAM.
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