DÍA DIFÍCIL EN LA OFICINA ¿Es verdad que los pilotos de biplaza son los que más se divierten? Haydon Gray revela la vida detrás del selfie sonriente
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i alguna vez has estado en el despegue de una zona de biplazas concurrida como Annecy, Interlaken u Oludeniz y te has preguntado cómo es ser piloto biplaza, deja que te muestre cómo es en realidad. Los siguientes ejemplos son tres casos de la vida de un piloto biplaza; no necesariamente los mejores ni los peores, simplemente algunas de mis reflexiones.
Panorama uno
Hacen -10ºC y estoy boca abajo en nieve profunda frente al despegue. Un grito tímido de mi pasajera coreana aplastada debajo de mí me recordó que no era el único atascado, aunque seguro que ella tenía más preguntas que yo. Tenemos las bandas cruzadas entre nosotros, lo que hace que sea más difícil moverse y los mosquetones están congelados. Me retuerzo y me sacudo para tratar de liberar a mi pasajera de nuestra maraña tipo karmasutra. Logramos desenredarnos y nos ponemos de pie mientras los demás pilotos nos pasan por encima. Empujo a mi pasajera hacia el despegue mientras hago un coliflor con el ala. El borde de ataque se llena de nieve, lo que hace que sea aún más dif ícil cargarla y grito palabrotas mientras el sudor corre por mi espalda debajo de mi ropa de invierno. Vamos a despegar de nuevo, pero esta vez empezaremos más atrás, esperaré que haya menos viento de cola y mi pasajera correrá más rápido y espero que despeguemos.
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