La sala de cine era uno de sus patios, donde se acomodaban varias sillas frente a una pantalla pegada a un pared y mientras pasaban la función podías consumir los platillos de un agradable menú. Quizás estos fueron mis lugares favoritos porque en esa época de juventud pasó por mi mente ser documentalista o un director de películas muy alejada de las fórmulas y guiones comerciales. Si la memoria no me falla o enreda recuerdos, también vi películas en el Teatrito, ubicado en la colonia Chuburná Hidalgo; además, cuando no había slam, ni trova, la Casa de Todos también presentaba alguna película de corte revolucionario. Sin duda, la pandemia del coronavirus modificará nuevamente al centro de Mérida por el cierre de espacios y cambios de giro; ojalá, en estos cambios, aparezcan foros culturales que prioricen en el arte cinematográfico al menos un día la semana.
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delatripa 42
agosto 2020