LAGUNITA • BEBIDAS
El arte de servir el Por Gladys Zapiain Fotografía: Cortesía de David Hernández, Miriam A. Gómez y Adriana Z. Moreno Agradecimientos: Anamelia Reyes y Raúl Arriaga
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uando se tiene en la mano una humeante taza de té se tienen atrapados miles de años de historia. El té es la bebida más consumida en el mundo luego del agua y el café. Su significado y ceremonial varía en cada pueblo y cultura ofreciendo en cada sorbo una experiencia que trasciende lo sensorial. Nativo de China, el té viajó a Japón conquistando territorios que formaban parte de la cordillera del Himalaya y, en el siglo XVI llegó a Portugal, Holanda y, finalmente, a Inglaterra. La bebida milenaria es resultado de la infusión de hojas y brotes de Camellia Sinensis, nombre de la planta que le da origen. Alabado por sus múltiples beneficios para la salud, como símbolo de espiritualidad, como estimulante o relajante al mismo tiempo, la variedad de tés en el mundo es amplísima. Actualmente se identifican seis tipos: té negro (fermentado), té verde (no fermentado) y el oolong (semi-fermentado), té blanco (sólo secado), té amarillo (marchitado a la sombra) y el Pu-Erh (doblemente fermentado/añejado). También encontramos miles de blends o mezclas de té con hierbas, especias y frutas, que se denomina infusión. Ante el abanico de opciones “el mejor té es indudablemente el que satisfaga su paladar, aquel que le ofrezca el placer que usted merece”, así lo afirman los fundadores de Camelia Casa de Té, Raúl Arriaga y Anamelia Reyes, promotores de su cultura y consumo en Venezuela. Definitivamente hay que probar y experimentar como la mejor forma de apreciar las bondades del té y expandir el paladar.
Un mundo de rituales Una taza de té es el inicio de un viaje imaginario de aroma, sabor y tradición que condensa
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Té
“Bebe tu té lenta y reverentemente como si fuera el eje que hace girar el mundo: lentamente, serenamente, sin precipitarte hacia el futuro” ” (Thích Nhất Hạnh)
