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EDITORIAL PIEDAD ALIJA
Un año más, la junta directiva saca a la luz, una nueva entrega de la revista Hacendera. Como la mayoría ya sois habituales y fieles a la revista, os recuerdo que cada año distintas personas colaboran en la realización de distintos artículos, de las que estamos muy agradecidas, unos, muy fieles a ésta entrega y otras, nuevas incorporaciones a las cuales damos la bienvenida, ya que sin ellas, sería imposible que la revista siguiera adelante, por todo ello, nuestro agradecimiento principal. Como no, no olvidarse de todos aquellos que participáis en la realización de actividades que cada año se realizan, que formáis parte de este reparto fotográfico. Sentimos mucho que todos no pueden salir reflejados en las fotos. Esperamos que un año más os ilusione la revista, pasen un rato entretenidos leyendo las descripciones, perdonéis los errores y sobre todo, disfrutad de las fiestas en honor a Santiago Apostol. Gracias por mantener viva la llama. ¡Salud y suerte! La Junta Directiva.
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Sumario 03 Editorial. Por Piedad Alija 06 Valcabado, señorío o realengo. Por Martín Turrado Vidal 12 Erase una vez un río. Por Felipe de la Fuente. 14 Valcabado dentro de 100 años. Por David Fernández 16 El mandil de la abuela. Por Dionisio López Martínez 17 Crónicas de la Ferrera. Por Paco Pines 18 La familia. Por María González 20 Aires de verano. Por Grelea 24 Valcabado en el censo del Conde Aranda. Por Juan López Versos y bardos de aquí 26 El silencio. Por María González 27 Frases y dichos célebres. Por Valentín Monje 28 Frases de Josemi y Sandra. 30 Interiomismo. Por Cristina Alfayate 27 Chistacos 2017. Por Valentín Monje 34 Primer viaje de fiesta y……, lejos. Por Chonina 36 La fiesta en los pueblos leoneses. Por Dionisio López Martínez 38 Tarde entre costuras. Por Eva de la Fuente 40 La víspera de la fiesta. Por Encarna Monje 42 Antiguos y nuevos oficios en Valcabado. Por Dominga Alija 45 En tierra hostil. Por Roberto Carro 46
In Itínere
Edición: Ave Fénix Coordinación: Roberto Carro Fernández | Piedad Alija Martínez Diseño: Verónica Fernández Simón Fotografía: José Manuel Olmos Velázquez y fondo de archivo Ave Fénix Impresión: Editorial MIC
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VALCABADO DEL PÁRAMO, ¿pueblo de realengo o de señorío? MARTÍN TURRADO VIDAL (HISTORIADOR)
Introducción
El día 26 de agosto de 1752 todos los componentes de una comisión creada en Valcabado para contestar a un largo y engorroso interrogatorio estuvieron de acuerdo en que lo habían respondido correctamente y procedieron a firmarlo y rubricarlo en la casa del párroco, donde habían mantenido las re-
uniones previas. Era solamente una parte de lo que tenían que averiguar sobre el pueblo y que constituiría el núcleo de las respuestas generales, porque cada vecino tuvo que responder a un cuestionario parecido, adaptado a cada uno de ellos, que sería la parte fundamental de las respuestas de particulares, que
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completan la información de las anteriores. Esta vez se va a ceñir el comentario a una parte muy pequeña de las generales de lo que se conoce como el Catastro de Ensenada. Como titula una de sus artículos la mejor conocedora de este catastro, Concepción Camarero
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Bullón, se trataba de averiguarlo todo sobre todos con dos fines: uno, tratar de unificar el sistema impositivo del siglo XVIII que era sumamente complicado y, dos, saber a ciencia cierta cuáles eran las posesiones de la monarquía en cada pueblo. El mecanismo para ello se puso en marcha en 1749: se elaboró ese interrogatorio general y el de los particulares y el método de recoger los datos por los pueblos. Se invirtió mucho dinero, porque participaron en la recogida de datos infinidad de personas, a las que se tuvo que dotar de medios para que pudieran llevarlo a cabo. Se generó una documentación de tal volumen que no tiene par en Europa. Volviendo a lo ocurrido en Valcabado. Se cumplieron todos los trámites establecidos y se reunieron los datos suficientes para responder a las preguntas. Una de ellas, la segunda, venía a ser la del título del artículo: Valcabado, ¿era un pueblo de realengo o de señorío? Los vecinos responden con muchas vacilaciones, porque no lo tenían muy claro. Se va a intentar dejarlo algo más.
• Enmarcando la pregunta La pregunta segunda se debe poner en el contexto del interrogatorio y de las respuestas. Había tres grandes cuestiones: la primera se refiere al pueblo, a sus habitantes y a las relaciones con la monarquía; la segun-
da, a la tierra (calidad, cantidad, propiedad, producción, ganadería y apicultura) y la tercera a los impuestos eclesiásticos y civiles, ingresos y gastos y a las penas vinales1. La respuesta se enmarca dentro de las relaciones del pueblo con la monarquía, porque no era lo mismo depender directamente de ella, ser un pueblo de realengo, que hacerlo a través de un señor, ser un pueblo de señorío. No se olvide que una de las pretensiones del Catastro era precisamente la de averiguar cuáles eran las posesiones del Rey. De donde se deriva la importancia que tenía la respuesta. En cuanto al pueblo se dice cómo se llamaba, con quién lindaba; que tenía 49 vecinos, es decir unos 200 habitantes; que solamente había un pobre de solemnidad ; que tenía 59 casas, dos corrales, una fragua y quince cuevas para elaborar el vino tinto que se cosechaba. La pregunta se hace inmediatamente después de la referida al nombre del pueblo. Estaba formulada así: “2 Si es de realengo o de señorío, a quién pertenece, qué derechos percibe y cuánto produce”. Parecería que la respuesta era sencilla, pero, para los que respondieron a ese cuestionario, entrañó muchas vacilaciones y no se quedaron demasiado satisfechos con la respuesta que dieron. Eran muy conscientes de que había cosas que no cuadraban en ella. Esta fue literalmente:
“A la segunda dijeron esta dicha villa es de realengo, perteneciente a S. M. que Dios guarde, no obstante en esta dicha villa pone el Ilustrísimo Sr. Obispo de Astorga un merino, natural de esta dicha villa que ejerce igual jurisdicción preventiva con los Alcaldes Ordinarios que en cada un año nombra el común y que asimismo despacha Juez de visita cada tres años dicho Ilmo. No saben con qué título aunque lo han visto practicar de inmemorial tiempo a esta parte”. El problema está en el “no obstante” con el que comienza el relato de lo que hacía el Obispo de Astorga y que ocupa la mayor parte de la respuesta. De momento se debe retener que éste nombraba a la máxima autoridad del pueblo, el merino, y que mandaba cada tres años un juez de visita. Este asunto no quedaba dilucidado aquí del todo: hay otros dos pasajes en las respuestas en los que se incide en estas dudas. Cuando en la veintiséis responden enumerando las deudas que tiene el pueblo, reconocen que están pagando trescientos sesenta y cuatro reales (unos 1.117 euros) anualmente al obispo de “un préstamo forero”, “sin que se puedan persuadir que dicha pago procede por razón de señorío” y cuando se habla del reparto de los diezmos, no se mencionan para nada ni las tres novenas partes que correspondían al Rey (las tercias reales) ni tampoco la existencia del excusado, es decir, el hecho de que el mayor contribuyente por este concepto debiera tributar al Rey y no al Obispo.
Se llamaban así porque eran unas multas contempladas en las ordenanzas del pueblo cuya forma de pago se hacía mediante una cantidad de vino. 2 Es decir que era extremadamente pobre, al que muchos de sus convecinos socorrían, incluso, llevándole comida. 1
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Valcabado, ¿era un pueblo de realengo o de señorío? Los vecinos responden con muchas vacilaciones, porque no lo tenían muy claro
• Nombramiento de merino y de Juez de Visita El merino era la máxima autoridad del pueblo por encima incluso de los alcaldes ordinarios. La potestad de nombrar esta autoridad, aunque estuviera limitada a escoger a alguien dentro de los propios vecinos del pueblo, era una de las principales formas de ejercer el señorío jurisdiccional, porque de esta forma se controlaba todo lo que sucediera en el pueblo. El Juez de visita actuaba como delegado de la autoridad del obispo en todas aquellas cuestiones que afectaban a sus relaciones con el pueblo. Por eso entre sus competencias había que hacer esta distinción: por un lado, las relacionadas con la parroquia con todas sus derivadas y, por otra, con el ejercicio de la autoridad civil.
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Las autoridades civiles eran sometidas a una exhaustiva investigación cada tres años. Se les interrogaba sobre el cumplimiento de lo ordenado en el último juicio de residencia; sobre su asistencia al concejo y cumplimiento de sus resoluciones; sobre si habían defendido de forma conveniente los límites de los bienes del pueblo tanto de propios como comunes, sobre si los arrendamientos de los bienes de propios se habían realizado sin perjuicio para el Ayuntamiento y habían sido subastados legalmente sin que esos cargos públicos hubieran intervenido directa o indirectamente en los arrendadores de ellos y se adjudicaran siempre a los mejores postores; sobre los abastos del vino; sobre si se habían dilatado las causas con perjuicio para los litigantes; sobre el cumplimiento de las ordenanzas y la exigencia de que se guarden los privilegios, exencione y ordenanzas del pueblo. Terminaba el interrogatorio con una traca final: se les preguntaba si habían siempre sido siempre celosos del bien común y si habían sido deshonestos o amancebados.
•El foro o préstamo forero
La clave de todo es la palabra foro, que es sinónimo de fuero. Pagaban por tener un fuero. ¿Era esto cierto? La respuesta es afirmativa. Ese fuero les fue concedido por el obispo de Astorga en el año 1220 siendo obispo de Astorga Pedro Fernández y reinando Alfonso IX. Pero el “foro” se pagaba por el pueblo desde muchos años atrás, pues esos fueron redactados para evitar más litigios y enfrentamientos. El año 1085, el de la reconquista de
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Toledo, Alfonso VI confirma las posesiones de la diócesis de Astorga, entre las que incluyó a “Valcabado” sin hacer mención alguna del monasterio. El año 1158 la infanta Doña Sancha hace donación al obispo de “toda su heredad en Valcabado” y la confirma dos días después el rey Fernando II. Poco tiempo después el obispo intercambia con los señores de Genestacio su posesión de “Santiago” en Valcabado. En 1181 el mismo rey Fernando II confirma la entrega de la behetría de Valcabado al obispo. A estos hechos le sucedieron unas revueltas, al parecer por lo elevado de los impuestos, que obligaron a intervenir al rey Alfonso IX en 1206, quien ordena a los habitantes del pueblo que respeten la autoridad del obispo y que “le hagan el consiguiente foro”. Todas estas revueltas y litigios hicieron que ese foro o fuero se pusiera por escrito para despejar cualquier tipo de dudas. El texto íntegro de él lo ha publicado Quintana Prieto, a quien estamos siguiendo en el relato de los hechos que dieron lugar a esa redacción. En él se decía lo siguiente: “Por tanto yo, Pedro, por la gracia de Dios, obispo de Astorga, con el consentimiento y autorización del Cabildo de la misma Iglesia, os doy y concedo a vosotros mis vasallos de Valcabado, todas aquellas viñas que están entre el camino antiguo y las viñas de Roperuelos, exceptuando las que son del Arcediano y del hospital de Santa María con esta condición y convenio: Que vosotros dividáis en setenta porciones y repartáis con fidelidad y sin engaño todas estas
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viñas y todas las otras viñas, préstamos foreros y todas las tierras donde quiera que estén. Vosotros y vuestros sucesores debéis ser fieles vasallos míos sin ningún otro Señor; y debéis poblar mis dominios y habitar corporalmente en ellos”. Según se desprende de este texto, cada vecino recibió del obispo una porción de tierra perteneciente al obispo a cambio de pagar una cantidad en dinero y en especie anualmente. La cesión se hacía de forma indefinida, sin límites en el tiempo. Solamente en el caso de que el vecino abandonara el pueblo, el obispo se volvería a hacer cargo de esas tierras y de todo lo que poseyera en Valcabado y “hará de ella lo que quisiere”. Los pagos se modificaron después en varias ocasiones, y, en siglo XVIII estaba fijado en esos trescientos sesenta y cuatro reales.
•Los diezmos
La cuarta tiene relación precisamente con el pago de los diezmos (“las décimas de lo que recolectéis o ganéis”, como se decía en el fuero). En la respuesta, llaman mucho la atención dos cosas: la primera es que no existan tercias reales y la segunda que tampoco se haga mención alguna del excusado. Según la respuesta a la pregunta 15, dos terceras partes de los diezmos los cobraba el obispo y la otra tercera parte, el párroco de Valcabado. ¿Qué pasaba con las llamadas tercias reales o tres novenas partes de esos diezmos que le correspondían al rey? Pues según es fácil de deducir, esas tercias reales iban a parar al obispo, que era el mayor beneficiario del cobro de los diezmos bien sea porque se las cediera el rey o bien por-
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La recuperación de la historia de los pueblos es esencial para explicarse muchas cosas. Valcabado presenta numerosas peculiaridades respecto a otros pueblos de la comarca que nunca las llegara a cobrar. La ausencia del excusado tiene la misma explicación que las tercias reales. Fue una concesión del Papa al Rey Felipe II, por la cual el monarca podía escoger la era del mayor contribuyente por los diezmos y quedarse con esa parte de ellos. En unos lugares elegía primero el cura siempre, en otros, se turnaban el cura y el señor del pueblo, porque también solía acontecer que estos impuestos reales estuvieran enajenados (es decir, vendidos a cambio de unas cantidades anuales). En Valcabado el problema tenía una solución mucho más radical: no existía el excusado.
• Conclusión
A la luz de todo lo que se lleva expuesto, la respuesta a la pregunta segunda del cuestionario es, evidentemente, errónea. Valcabado no era un pueblo de realengo, no pertenecía a Su Majestad que Dios guarde, sino que era un pueblo de señorío dependiente del Obispado de Astorga. El Obispo se comportaba como su señor jurisdiccional: nombraba el merino, el Juez de Visita, cobraba derechos de señorío (el foro o préstamo forero) y no repartía con nadie los productos que obtenía del cobro de los diezmos. Son estas cuatro razones de
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mucho peso las que abonan la teoría de que pertenecían a un señor. La quinta son las propias vacilaciones de los vecinos y su desconocimiento de dónde venía el pago del préstamo forero, los 364 reales que anualmente pagaban por este concepto. En este caso, como en otros muchos, es muy curioso constatar cómo se pierden hechos fundamentales en la memoria de las colectividades. Ninguno de los habitantes de Valcabado en el siglo XVIII era consciente de estar labrando tierras cedidas por el obispo en el siglo XIII, y que, como consecuencia de ello, estaban pagando una renta a la que se habían sometido sus antepasados lejanísimos. La recuperación de la historia de los pueblos es esencial para explicarse muchas cosas. Valcabado presenta numerosas peculiaridades respecto a otros pueblos de la comarca y es posible rastrearlas en sus respuestas al interrogatorio del Catastro de Ensenada. La mayor parte de ellas tiene su origen en esa dependencia del Obispado de Astorga, cuyo poder señorial se ejerció siempre con mucha más suavidad y menores exigencias económicas que en pueblos vecinos dependientes de los Señores de Bazán o del Conde Luna.
ÉRASE UNA VEZ UN RÍO FELIPE DE LA FUENTE …En cuyas claras aguas nacía la vida cada día y en sus verdes riberas la vida pasaba cada día, desde hacía muchos días. Plantaciones de chopos, paleras silvestres, prados, pastos y cultivos; ovejas y vacas, hombres, mujeres y niños visitaban sus márgenes. ¡A lavar al río!, gritaba la señora María “la Francesa”, para responder al señor Justino sobre sus quehaceres en esa mañana. Era verano y pronto los primeros bañistas se acercarían al río, los mayores en “La Isla”, a cruzar la manga a nado, ir y
volver sin parar, si sabías nadar. Los pequeños abajo, en el pico arriba, pero abajo y más tarde en el pico abajo, pero arriba.
cultivar las mejores patatas que la fértil tierra, oscura y sin piedras, nos pueden brindar, patata ribereña, de la buena la mejor.
También los rebaños acudían al río para dar buena cuenta de sus pastos y de sus frescas veredas de sombra fresquísima entre las choperas, junto a pescadores que vienen y vuelven, son muchas las truchas, los barbos y bogas y también “los pintos” y quizás las sardas.
Y cerca, muy cerca, el mosto ya corría por los lagares para convertir en vino la uva recién vendimiada. Vino recio de la tierra, a veces más tinto, a veces clarete, mezcla almibarada de reflejos pardos.
Muchos también son los vecinos que siembran “los arrotos” que hay en trambasaguas para
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Y cuándo el Otoño asomaba su faz y un manto infinito de infinitas hojas de colores ocres y pastel cubría sus riberas, era ya el tiempo de pisar el manto
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y disfrutar a carreras toda esa abundancia, todo ese colchón donde caer sin “mancarse”, donde divertirse hasta que la noche era ya cerrada.
pronto también el manto verde cubrirá de vida sus frescas veredas. Llegarán de nuevo, nuevos otros animales, ágiles y torpes, que de todo habrá.
Ya luego en invierno, era pista de hielo donde patinar, teniendo cuidado que no resquebraje y nos deje aislados en medio del agua helada. En más de una ocasión eso sucedió y tocó llegar a casa empapado, tiritando y sin que te vieran cambiarte de ropa y “aquí no ha pasado nada”, pero el resfriado y la calentura al fin te delataba y nadie te libraba de unas buenas friegas con “vicks vaporub”.
Y por fin con el correr de los años, el río se quedará solo, casi triste, casi mudo, porque ya serán pocos los que se acerquen a disfrutar de su compañía; algún pescador recalcitrante, algún paseante ideando un poema, tal vez un bañista solitario al fin. Ahora la vida transcurre en el pueblo alto muy lejos de él. Los hombres modernos prefieren cómodas piscinas, antes que sus aguas que ya no son claras y la sombra triste de tristes sombrillas, antes que las frescas y verdes praderas de maleza llenas.
Pronto será de nuevo primavera, los árboles se cubrirán de nuevo con su “traje” verde y
¿Qué es lo que ha pasado, que nadie se admira jugando en mis aguas, por qué se me ha ido la vida allá arriba, por qué nadie baja a llenar sus redes y regar sus campos? se pregunta el río. Esto es el progreso, es la evolución, el agua del riego ya canalizada, los campos inmensos de maíz, de trigo, cebada y alfalfa. Todo sucede arriba, lejos, tan lejos…se responde él mismo. Y aquí en mis riberas queda solo olvido, susurros del viento, recuerdos de un tiempo que no volverá. Pero la vida sigue mi querido río, mi querido ÓRBIGO tan lindo y lejano. Te pido perdón, en nombre de un pueblo, el de Valcabado, que te ha abandonado. Sé fuerte !!!
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VALCABADO DENTRO DE 100 AÑOS
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iempre hemos hablado sobre la historia de nuestro pueblo, sobre sus orígenes y sobre su desarrollo a lo largo del tiempo desde su creación, pero yo planteo otra cuestión, ¿Qué será de nuestro pueblo dentro de 100 años?. Es difícil saber la verdad, pero yo propongo un ejercicio de abstracción e imaginación para poder intentar averiguar qué cosas cambiarán y qué cosas podrán mantenerse tal y como las conocemos hoy en día. Una de las cosas a destacar que posiblemente ocurra es que nuestro pueblo tenga un pequeño desarrollo e impulso económico debido al turismo que se intenta potenciar en la zona.
DAVID FERNÁNDEZ
El número de turistas que llegan cada año a nuestro país no deja de crecer, muchos de ellos comienzan a interesarse por nuestro medio rural, cargado de cultura, monumentos, gastronomía, naturaleza y tranquilidad, cosas que a nuestro pueblo no le faltan. En nuestro pueblo se está intentando realizar un impulso a este sector, dando a conocer nuestra historia e intentando sacar todo nuestro potencial a relucir. Valcabado se encuentra enclavado en lo que en su día fue la ruta de la vía de la Plata, camino que muchas instituciones están empezando a ver como una posible fuente de ingresos. También desde una administración mucho más cercana como la Diputación o el Ayuntamien-
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to que han invertido ya a día de hoy para incentivar la visitas de turistas, ya sea a través de la creación de la casa de cultura, la edificación de la ya llamada “Plaza del Monolito” o también gracias a la gran apuesta por la cultura llevada a cabo a través de talleres de teatro, costura... o las diversas charlas o conciertos de índole cultural. Otro de los grandes problemas que deberá afrontar nuestro pueblo es la despoblación que esta sufriendo todo el medio rural. Durante estos años Valcabado, aunque no ha tenido tendencia de crecimiento, sino más bien del revés, todavía cuenta en la actualidad con una escuela que muchos pueblos de la zona
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está en riesgo de perder, o ya ha perdido. El clima de nuestro pueblo posiblemente tampoco sea el mismo, lo hemos visto durante los últimos años, ya no vienen esos inviernos con tantas heladas y nieve, las estaciones ya no están tan definidas... Dentro de 100 años posiblemente veamos un río Orbigo más mermado, contaminado y un reguero por el que circule el agua canalizada bajo tierra. El poco monte con el que contamos se secará y será aprovechado para cultivos... Veremos más extraña la presencia de corzos o jabalís.... Toda la parte en la que entorno natural y clima se refiera, será posiblemente la más afectada negativamente. Todo lo que se refiere a desarrollo en cuanto a tecnología o ciencia en la actualidad ya parece imparable, en a penas 50 años hemos sido capaces de realizar más avances que en el resto de nuestra existencia como especie y esto también se ha notado en lo que se refiere al campo, si el sal-
to en innovación que se ha realizado en España en temas agrícolas en estos últimos 50 años ha sido impresionante, en los próximos 100 lo será aun más. Creo que en ese tiempo, nuestro pueblo, al igual que todo el campo español, contará con tractores sin necesidad de conductor y seremos capaces de controlar el clima, las precipitaciones y todas las variantes temporales para un mejor desarrollo de los cultivos, los cuales no necesitarán insecticidas u otro tipo de sustancias porque ya vendrán adaptados genéticamente en función del medio, el terreno y el clima. A pesar de todos los cambios que se producirán debido al avance imparable de la humanidad a una sociedad mucho más culta, con menos trabajo físico y con más presencia tecnológica nuestro pueblo mantendrá siempre esa esencia que a todos nosotros nos caracteriza, nuestra unidad, la confianza que tenemos los unos en los otros, la ayuda y apoyo que prestamos a nuestros vecinos, las alegrías
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Otro de los grandes problemas que deberá afrontar nuestro pueblo es la despoblación que esta sufriendo todo el medio rural y tristezas compartidas y la intención de que nuestro pueblo tenga una posición cada vez más privilegiada y de relevancia entre todos los de su entorno. En definitiva Valcabado dentro de 100 años cambiará bastante más de lo que nosotros mismos podemos imaginar, lo que si es seguro es que los futuros habitantes de nuestro pueblo estarán orgullosos de las acciones y esfuerzos llevados a cabo por sus antepasados. Luchemos por dejar el mejor Valcabado posible a los que nos sucederán.
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LA ABUELA DIONISIO LÓPEZ MARTÍNEZ
¿TE ACUERDAS DEL DELANTAL DE LA ABUELA? La principal función del delantal de la abuela era proteger el vestido que estaba debajo. Pero además servía de agarradera para retirar la sartén, más que caliente del fuego. Era una maravilla secando las lágrimas de los niños y, en ciertas ocasiones, limpiándoles sus caritas sucias. El delantal servía para transportar desde el gallinero los huevos, que a veces, golpeados, terminaban en el horno. También se utilizaba para trasladar los pollitos que necesitaban terapia intensiva. Con él se recogían los frutos que caían de los árboles al terminar el verano. Cuando llegaban visitas, el delantal servía de refugio a los niños tímidos y, cuando hacía frío, la abuela se envolvía los brazos en él. Servía también de canasto para llevar las verduras desde la huerta. Cuando se acercaba la hora de comer, la abuela salía a la puerta y agitaba el delantal y entonces los hombres que estaban en los campos comprendían de inmediato que el almuerzo estaba listo. Después de usarse en la cosecha de la cebada le tocaba el turno con los repollos. Cuando alguien llegaba inesperadamente era sorprendente la rapidez con que el viejo delantal podía sacar el polvo de los muebles. Pasarán años antes de que alguien invente un objeto que pueda reemplazar a aquel viejo delantal que tantas funciones cumplía. En nuestros tiempos no necesitamos proteger el vestido, dado que hoy el armario está lleno y tenemos máquinas que los lavan.
Las caritas de los niños las lavamos con toallitas húmedas. El fuego lo avivamos con un botón o una llave. Y el polvo lo quitamos con bayetas ecológicas que repelen el polvo. En memoria de mi abuela, hoy tengo colgado en mi cocina un delantal que me recuerda a aquella persona tan querida que tantas cosas era capaz de hacer con el delantal y sobre todo con tanto cariño. DEDICADO A TODOS LOS ABUELOS Y ABUELAS.
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Y TODO LEÓN ESTALLÓ PACO PINES
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omo impulsado, sacudido, propulsado por un resorte metálico que lejos de oxidarse y perder vigor ante las eternas decepciones sufridas en mil batallas, permaneció dormido durante 47 años a la espera de su momento; porque la vida, mis queridos impacientes, son momentos, situaciones puntuales como ésta y este segundo, el instante mágico de eclosión Leonesa mascado durante una larga y triunfal temporada que con las poco halagüeñas experiencias anteriores, se vio asediada de tremendas dudas a medida que se acercaba el final, pero logró remontar y campeonó y con el campeonato en el bolsillo, origen del momento, fabricó una rotura de maleficio en el mini estadio de Barcelona, esa ciudad otrora tan fabril, y culminó en el Reino, el reino de León - qué tiempos aquellos- la gloriosa tarde del 28 de mayo de 2017. Quizá no fuera mala idea, visto lo visto, aprovechando el nombre del estadio, proponer esa fecha como fiesta nacional del futuro Reino de León, si por casualidad ahora que vamos volviendo a vivir experiencias pasadas, alguna vez regresará el antiguo formato administrativo que nos gobernó hace ahora algo más de mil años. Pero no nos desviemos del asunto que, para que nos vamos a
engañar, de celebraciones andamos más bien escasos y para una que pillamos no la vamos a dejar escapar. Por una vez, recordando la canción de Mecano, los Leoneses hicimos algo a la vez y aunque parezca raro no fue tirar la presa, bajar la compuerta y quitarle el agua al vecino, no. Fue celebrar con el vecino que, perdía toda esperanza de solvencia en la balompédica sociedad hace dos años, con el equipo cargado de deudas y a punto de desaparecer, increíblemente la Cultural levantó el vuelo como nuestra Ave local y, de sopetón, a la chita callando y sin hacer ruido, se nos plantó en la división de plata -no confundir con la Ruta- del fútbol patrio. ¿Qué maravilloso ungüento aplicaron los fisios a los nuevos componentes del equipo?, ¿se les cambió la dieta, incrementando la ingesta de alubias de Páramo, chorizo o cecina patria? ¿Cuál fue la táctica utilizada durante la temporada - 4/3/3, 4/4/2, 4/5/1? ¿Se recurrió a la brujería o la plantada indiscriminada de ajos en el estadio?,¿era año bisiesto? Nada de todo eso sucedió, simplemente se recurrió a la fórmula que, siglos ha, inventó Don Francisco de Quevedo y Villegas, aquel dicho tan actual de que la pela es la pela, lo que en vernáculo medieval decía así “Madre yo al oro humillo, él es mi amante y mi amado y de puro enamorado en continuo anda amarillo”. Oséase: poderoso caballero es don, dirín, dindón, es don dinero.
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LA FAMILIA Como vivían las familias de los pueblos parameses de la provincia de León. MARÍA GONZÁLEZ Casi todos eran labradores y vivían de lo que producían sus campos. Criaban cerdos, conejos, gallinas…etc. También tenían animales para labrar la tierra y un rebaño de ovejas con dos o tres cabras, las cuales ordeñaban para el sustento familiar. Su vida es esta: Por ejemplo, una pareja de jóvenes se enamoraban, que por lo general solían ser del mismo pueblo, se casaban y celebraban una boda muy rumbosa con muchos invitados, buena comida, baile y muchos regalos; pero sin viaje de novios. Todo era muy bonito, siempre juntos al trabajo y a todas partes. “Son muy felices”. Se van a vivir a una vieja casita de sus padres o arrendada a un vecino. Pasados unos meses, en lo que todo es alegría y felicidad, anuncian la pronta llegada de la cigüeña, con muchísima ilusión para toda la familia. Llega el nacimiento del bebé, no hay hospitales ni médicos; la parturienta es atendida por una señora del pueblo que hace de comadrona. El bebé y la mamá son cuidados por los abuelos maternos y paternos. “Todo va muy bien”. Pero pasados unos 15 días, todo cambia, hay que atender al bebé, darle el pecho, cambiar pañales, lavarlos -porque eran de tela y no de usar y tirar-, y sobre todo aguantar los llantos por las noches,...etc. Todo esto es para la
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mamá, porque el papá dice que “eso es cosas de mujeres”. Pero no es todo, si el niño nace en invierno, como en este caso, cuando las aguas de los ríos y regueros están heladas, tenían que romper el hielo para poder lavar la ropa. Cuando la mujer llegaba a casa con la ropa lavada -sus manos heladas y doloridas-, tenía que prender la chimenea y el brasero para calentarse. Todo esto mientras dormía un rato el bebé. Cierto es que en algunas casas había un pequeño pozo y el agua solía ser potable, así que los vecinos iban a pedirla para el consumo de la casa, beber y hacer comidas. Preguntaréis…. ¿y el papá que hacía? Pues hasta la hora de la comida partía la leña para la chimenea y el brasero, dar de comer a los animales, -el que los tenía, claro-, y sino de parola con los vecinos a las esquinas. Cuando llegaba marzo empezaban los trabajos en el campo, preparaban la tierra y echaban abono. Entonces el marido decía a la mujer: -Oye, mejor venías conmigo, así mientras yo derramo el abono, tú lo vas tapando con el arado-. La mujer dejaba al niño con la abuela o con la vecina y se iba al campo con el marido. Hacia las once de la mañana, regresaba a casa para dar el pecho al niño y poner los garbanzos con un poco de chorizo y tocino en el pote al fuego de la chimenea, para que cuando llegasen del campo estuvieran cocidos. El marido recogía el ganado y les daba de comer, luego se sentaba a descansar y la mujer que había trabajado tanto o más que él, tenía que dar el pecho al bebé, cambiarlo y hacer la comida. El marido después de comer dormía la siesta (“porque en febrero duerme un rato el obrero y en marzo un ratazo”), mientras la mujer recogía la casa, lavaba y otra vez a darle el pecho para poder dejarlo con la abuela o la vecina hasta la puesta del sol. Así que toda la tarde sin cambiarlo ni darle el pecho. Si lloraba le daban una especie de chupete, o sea, una moña: un poco de azúcar en un trozo de tela atado y así le quitaban el hambre. Así era la vida de una mujer con hijos durante todo el año. La que no tenía con quien dejarlos cuando los niños eran pequeños, los llevaba a la espalda atados con un “clengue”, como un chal con unas puntas muy largas que daban vueltas al cuerpo y sujetaban al niño. Así los llevaban al campo, a la siega, la lavar y a todos los trabajos del campo. Cuando eran un poco mayores los dejaban a la sombra o a la brigada del carro, y si era verano a la de las morenas (montones de pajas cortadas de trigo o centeno). Lo peor era cuando llegaba el segundo o tercer hijo, porque siempre venían cuando el marido quería ¡Como a él no le daban tanto trabajo…! Así que la mujer seguía con los mismos trabajos, pero duplicados. Llega otra vez el invierno, cesan los trabajos en el campo para los hombres pero las mujeres siguen igual con la casa, con los hijos y las malas noches. El día no da para nada, el marido no ayuda a la mujer con los hijos ni con la casa. Después
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de comer se va a la cantina de la Ramona a echar la partida con los amigos. Ya tarde vuelve y dice a la mujer: ¿Me preparas algo para ir a la cueva con Juan, Pedro y Andrés? Y la mujer hasta le prepara una buena tortilla con chorizo. ¡Será tonta…! Mientras ella, después de dar de cenar a los niños y acostarlos, a la luz del candil o una vela, se queda haciendo punto y cosiendo. A las tantas de la madrugada llega el marido con unos tragos de más y la panza llena, y claro, se va a la cama. Si luego despierta o llora un niño, dice: Aquí no hay quien duerma, y se va para otra habitación. Llega la mañana, la mujer se levanta muy temprano, prende la chimenea, pone el brasero para que cuando se levanten los niños y el marido esté la cocina caliente. Luego prepara a los niños para ir a la escuela, y otra vez a las labores de la casa. Ah! sí hay unos días de fiesta -los domingos y las fiestas patronales-, donde la mujer tiene más trabajo preparando a todos para ir a misa o procesión, pero el marido no se apura… Total, para ir a tomar el vermut, le sobra tiempo. Esta era la vida de la mayoría de las familias de mi pueblo hasta el año mil novecientos cincuenta.
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AIRES DE VERANO GRELEA Todos los jóvenes siempre deseamos que llegue el verano. La libertad de dejar atrás las obligaciones. Aunque el verano nos da uno: divertirnos. La mayoría de nosotros buscamos nuestros proyectos para que el verano se nos haga corto. Y yo soy una experta en este tipo de historias. Este año os escribo estas dos historias para reír, disfrutar y recordar ese aire de verano. Todos tenemos nuestras propias historias de verano y espero poder vivirlas con la mayoría de vosotros para seguir contándoles y llenaros de recuerdos las cabezas. Y si no las conocéis, ya tendréis una historia que sepáis, la mía. Grelea
El error que llevó a la aventura Verano. Esa palabra para mí significa libertad y aventura. En el pueblo se vive de una manera muy singular, puesto que en la ciudad la libertad es cambiar de habitación y aventura cruzar la carretera. En cambio, en el pueblo libertad significa no entrar en casa durante todo el día. Por el contrario, la aventura, es meterse en lugares en los cuales siempre acabo con algún moratón; claro, que ya estoy tan acostumbrada a que no me preocupa el mal color que tiene. En resumen, cada día se vive una aventura, más grande o más pequeña, en un pueblo o en una ciudad, en la calle o en casa, viviéndola o escuchándola… En esta ocasión fue una aventura por error. Que así empiezan normalmente las aventuras. Así que, a disfrutar de la historia y sumergiros en ella, porque aquí empieza mí aventura por error. Era una tarde de agosto, exactamente el 9 de agosto del 2016, en la cual pasábamos el rato ju-
gando a las cartas. En la partida se encontraba mis primas Olga y Elsa, y mis primos César y Pepe. Maite, la madre de César y Pepe, hacía las tareas del hogar. Después de unas horas de puro aburrimiento se nos ocurrió la idea de dar un tranquilo y relajante paseo por donde antes estaban las vías del tren y donde se encontraban alguna que otra bodega. La entrada estaba en medio de la carretera, y ésta abría paso a una cuesta muy empinada, perfecta para tirarse sin frenos con la bicicleta. Mientras pasábamos por el túnel íbamos gritando y escuchando nuestras voces a través del eco. Decidimos ir hacia la izquierda en la cual, tras las ramas había un pequeño camino que llevaba hasta una fuente. De ella brotaba el agua más pura y fresca del lugar. Detrás de la fuente, había una rama gigante, llena de otras ramas espinosas. César, Olga y yo miramos un poco a través de ese camino. Realmente, no se podía avanzar mucho más que
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dos míseros pasos, puesto que rama que tocabas, rama que te pinchaba. Salimos de aquel camino que llevaba a la fuente y volvimos a coger las bicicletas continuando nuestro camino. El paso iba tranquilo y sereno como se esperaba que fuera. Alguna que
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otra zarza sacaba sus ramas y, a veces, conseguía clavarnos sus espinas puntiagudas. Al bajar una pequeña cuesta, decidimos bajarnos de las bicis y pasar por las vías hasta un camino que llevaba a un recinto donde se encontraban algún que otro chopo y, enfrente, el majestuoso río. Desde lo alto, el río parecía no tener fondo y que sus corrientes podían llevarte si te descuidas. No bajamos al río, puesto que se estaba haciendo tarde. Mientras caminábamos a nuestras bicis contábamos chistes malos: “¿Cuál es el pez que puede sacar a un mono de su jaula? El salmonete.” “¿Cuál es el pez que siempre va mojado? El bacalao.” “¿Qué le dice un árbol a otro? ¿Qué pasa tronco? No te me vayas a ir por las ramas.”
“¿Cuál es el colmo de un panda? Que le saquen una foto en color y salga en blanco y negro.” Y así estuvimos hasta llegar a las bicis.
instante los demás habían llegado y Olga había confirmado que la salida era el manantial en el cual antes habíamos bebido su dulce y refrescante agua.
Volvimos a subirnos a las bicis y bajamos por un camino. En un momento no hubo salida, hasta que vimos que entre las zarzas había un camino. Como se hacía tarde decidimos tomar esa ruta. Al cabo de unos segundos nos costaba empujar las bicis, puesto que ni nos podíamos subir en ellas ni eran ligeras, por lo que el trayecto no fue cómodo. No se me olvida mencionar las manos de las plantas, garras que intentaban coger nuestra ropa y nuestra piel para clavarnos sus afilados pinchos y que de nuestro cuerpo brotase al menos una gota de sangre o también aquellos pequeños erizos que se te clavaban en el pie haciendo que tus pasos fueran dolorosos e incómodos.
Olga nos fue diciendo que el trecho que nos quedaba, era un bosque de pinchos y que uno a uno no lo conseguiríamos puesto que la gran rama era demasiado baja. Entonces decidimos montar una cadena. Olga y César llevaron sus bicis con la ayuda de Maite y éstos se quedaron al final para que cuando Maite les diera las demás bicis; ellos las colocaran.
Llegó un momento en el camino en el cual perdimos de vista a Maite, Elsa y Pepe. Olga tomó la iniciativa de que dejáramos las bicis y siguiéramos andando para ver si había alguna salida. Pero en esa conversación se escuchó un grito. César supo al instante que era su hermano y dejando la bici tirada volvió atrás. Yo así, no podía avanzar, por lo que Olga fue la única que fue a ver si aquel camino de dolor había valido la pena. Antes de irse me pidió la chaqueta para que, si se pinchaba las espinas, se clavaron a la ropa y no a la piel. Después de un rato gritando los nombres de los que se habían quedado atrás, se escuchó la voz de mi prima Elsa. Cuando llegó a mi lado, le pregunté si estaba bien y ella respondió que sí. Al
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Pepe estaba triste porque se veía culpable de haber cogido ese camino que tanto daño les había hecho. Yo le conté una historia, que ahora no voy a contar, que me hizo ver que un error puede hacerte perder uno de los mejores días de tu vida. Con esa historia Pepe estaba animado cuando llegó Maite. En este caso yo tuve que quitar una rama que le pinchaba para que Pepe pudiera pasar. Las últimas eran la de Maite y la mía, en la cual nos ayudamos mutuamente. Estuvimos un buen rato en el manantial quitándonos los pinchos más molestos y bebiendo agua como si acabáramos de pasar un desierto. Después, salimos por el camino gritando libertad, puesto que ver solo ramas y ramas, y no de las suaves, el sol era la bendición más grande que había. Llegábamos ya a casa cuando empecé a relatar esta historia. Éramos aventureros pasando por encima del peligro, riéndonos de él a los cuatro vientos! En esta aventura participaron: Maite, la protectora; Olga, la lista; César, el intrépido, Elsa, la más pequeña pero que aguantó como la que más; Pepe, el pensador y yo, bue-
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no yo, la ayudante o la narradora. Éramos como los cinco, solo que sin perro y con una persona más. Tal vez aquella tarde de verano, nos parecía aburrida y sin nada que hacer, pero, para no estar todo el día en el sofá, hace falta una aventura; y tal vez no nos enfrentamos a cocodrilos, ni nadamos con tiburones, ni comiéramos animales, ni saltásemos por lianas, ni aguantamos temperaturas extremas… Pero una aventura era la cual se viven en compañía, haciendo lo imposible para llegar a la meta y que tuviera algún que otro peligro. Como decía al principio, en la ciudad es peligroso pasar la carretera y en el pueblo es peligroso ir en bici sin frenos, pero tal vez, sobre todo en verano, busquemos el peligro para iniciar aventura. TORMENTA DE VERANO Cuando pensamos en verano jamás pensamos en la lluvia. Pero todos conocemos las llamadas tormentas de verano. Aquella noche la lluvia había arrojado tanta agua que la tierra era barro y los charcos eran lagos. Esta historia ocurre en un pueblo vecino: Moscas del Páramo. Era un día cualquiera. Al despertar mi madre me pidió que le llevara una botella de agua a mi tío que estaba en las tierras. Le
explicó a dónde teníamos que ir a mi prima Olga. Cogimos las bicicletas y nos dirigimos con valor al lugar. El sol pegaba fuerte. Íbamos cargadas con dos botellas puesto que no solo estaba mi tío, sino mis primas y mi hermana. El camino era recto y se veía sencillo. Tras una media hora de marcha vimos los primeros problemas: charcos. Al principio, pasamos por encima de ellos como si nada, hasta que algunos de ellos nos hundían las bicicletas. El más hondo hacía que mi bicicleta quedase hundida hasta casi llegar al asiento. Estábamos llenas de barro. Pasó otra media hora y no encontrábamos a la familia. Paramos en una zona de hierba. Ahí nos limpiamos un poco. - ¿Seguro que este es el camino?pregunté yo dudando de la orientación de mi prima-. - Tu madre me dijo que era todo recto y por ahora no hemos cambiado de dirección. - Pero ya es la una y aún no hemos llegado. - Pues quedará aún un trecho. Han ido en coche, así que estará lejos - Siempre van en coche para cargar las cosas. - Pero habrá que seguir. No seas vaga. Y así seguimos durante una hora
más. Yo iba mucho más atrás que mi prima. Estaba atascada en un charco y había perdido una chancla. Al salir del charco mi prima solo era una figura en el horizonte. En ese momento, pasaba un motorista que se paró en seco a hablar conmigo. Parecía extrañado de vernos por allí. - ¿A dónde os dirigís? - Vamos a llevar estas botellas a mi tío que están en la tierra. - Pues como sigáis recto vais a llegar al bosque. Será mejor que deis la vuelta porque creo que os habéis equivocado. Al oír esa noticia empecé a gritar a mi prima. Ésta no me oía. El motorista se ofreció a pararla. Al encontrarla le conté todo y su mirada era igual que la mía. Habíamos perdido dos horas de la mañana. Los charcos seguían tan hondos como siempre. Las bicicletas estaban teñidas de un color marrón. Nuestras uñas no se distinguían entre tanta agua. No quería ni verme. - Tu madre se la va a cargar cuando la vea -dijo mi prima muy enfadada-. - Por supuesto. ¿Dónde podrán estar, si hemos ido por el sitio y no hemos girado? En ningún momento hemos cambiado de dirección…! - Lo único que sé que necesito es una ducha. Al llegar a casa nos encontramos con mi prima y mi hermana. Al vernos se empezaron a reír. Llevábamos barro hasta las cejas. Mi madre, al vernos, estaba triste por habernos dado mal la dirección. ¡Era por el otro lado! Cuando estuvimos duchadas, prometimos que jamás íbamos a volver a llevar ninguna botella a ningún sitio. Y todo por culpa de aquella tormenta de verano.
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UN CURA, SUS MAYORDOMOS Y UNA RELIGIOSA DE
San Francisco JUAN FRANCISCO LÓPEZ GALLEGO
EL CENSO DEL CONDE DE ARANDA, CONSIDERADO EL PRIMERO DE CARÁCTER MODERNO EN EUROPA, CONTABILIZA 129 HABITANTES EN VALCABADO EN 1768, ENCAMINADO A AVERIGUAR LA VERDADERA POBLACIÓN DE LA MONARQUÍA PARA PROMOVER “IDEAS ÚTILES” AL ESTADO
A
quella mañana de 1768, al terminar la eucaristía, el cura del pueblo informó a los feligreses, que en aquel momento eran casi todos los vecinos de Valcabado del Páramo, de que el Obispado de Astorga había solicitado la participación de cada una de las parroquias en la elaboración del Censo del Conde de Aranda. No resultaba extraño. Años atrás, entre 1750 y 1753, cada uno de los habitantes de la localidad se habían visto obligados a trasladar la documentación requerida por el Estado en el conocido Catastro del Marqués de la Ensenada, para que cada cual pagara sus impuestos en base a sus posesiones. Al abandonar la iglesia, muchos se preguntaron a qué se debía esta nueva reclamación por parte de los representantes estatales. Esta vez, nada más y nada menos, que a tra-
vés del poder eclesiástico, con un poder sobre la sociedad muy superior al actual. El sacerdote rellenó un formulario que días antes le habían hecho llegar desde la cercana Astorga y punto por punto llegó a la conclusión de que en la población residían 129 vecinos, 61 varones y 68 mujeres. Junto a ellos, “un cura, sus mayordomos y una “hermana de la religión de San Francisco”, tal y como reza, y nunca mejor dicho, el Censo de Aranda.
y su sociedad económica del Partido Aragonés, con el que colaboró en obras y desarrollo de Aragón y España, contribuyó en la “mejora y cuantificación de la sociedad española de su tiempo”.
La situación de incertidumbre generada en aquellos días pudo asemejarse a este relato, más o menos ficticio. Lo cierto es que el aragonés Pedro Pablo Abarca de Bolea, X conde de Aranda, fue un noble, militar y estadista ilustrado español, que llegó a ser presidente del Consejo de Castilla y secretario de Estado de Carlos IV. Con su censo de población, considerado el primero de Europa,
EMPIEZA LA HISTORIA DE LOS CENSOS Así, la verdadera historia de los censos de población en España comienza en 1768, año en el que este mandatario dio las órdenes oportunas para iniciar los trabajos encaminados a averiguar la verdadera población de la Monarquía, para de esta forma poder promover “ideas útiles” al Estado, según los sexos y las edades. Y es que además
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Fue un hombre que dedicó su vida a la patria y al servicio de los reyes Felipe V, Luis I, Fernando VI, Carlos III y el propio Carlos IV, planeando su ideología reformista ilustrada para el gobierno de la nación.
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de dividir por género, el documento implica a 28 hombres y 36 mujeres casadas, varias de ellas viudas; y 33 solteros y 32 solteras. Por edades, sólo 33 personas pasaban de los 40 años, algo vinculado a la corta vida media de otras épocas históricas que nada tienen que ver con la actualidad. Otros 24 eran niños menores de siete años, 28 contaban entre los siete y los 16 años; y el resto, en edad adulta. La realización del Censo del Conde de Aranda se encomendó a los obispos, que recibieron instrucciones para recoger, a través de los párrocos de sus respectivas diócesis, los datos requeridos de los diferentes lugares de las mismas. En una tabla de doble entrada se debía resumir la población de acuerdo con seis grupos de edad, el sexo y el estado civil. Todo ello en un formulario tipo para todas las parroquias. Por su condición, existían exenciones de ofrecer esta información: Hidalguía, Real Servicio, Real Hacienda, Cruzada e Inquisición; y la enumeración de eclesiásticos y sirvientes de Iglesia y de los hospitales. En Valcabado se observa una exención por Real Servicio, si bien el censo no aporta más detalles. TRAS EL MOTÍN DE ESQUILACHE El conde de Aranda había alcanzado la Presidencia del Consejo de Castilla a raíz del conocido Motín de Esquilache, que había finalizado gracias a las concesiones arrancadas a Carlos III, que el pueblo consideraba como una victoria. El espíritu de sedición se extendió hasta producir sangrientos episodios en Zaragoza (1766) y más tarde en
Cuenca, Palencia, Ciudad Real, La Coruña y Guipúzcoa. Durante los años que estuvo al frente del Consejo de Castilla instauró una política reformista basada en los principios de la Ilustración, con la que consiguió el aprecio popular. Para llevar a cabo las reformas contó con la colaboración de Campomanes, persona de máxima influencia del rey durante la época. Éstas se centraron en la cuestión agraria; colonización de Sierra Morena, medidas regalistas, apoyo a las Sociedades Económicas de Amigos del País y en la elaboración del propio Censo de Aranda. LA DOCUMENTACIÓN Actualmente, la documentación original sólo se dispone en el Archivo Histórico Nacional
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de España. En el siglo XVIII se realizaron varias copias que se conservan en la biblioteca de la Real Academia de la Historia, aunque faltan datos de algunos obispados y de varios pueblos. Los resultados generales fueron estimados en 9,3 millones de habitantes, motivo por el cual los demógrafos consideran que los datos no son del todo fiables y destacan como más completo el posterior de Floridablanca (1775-1787). Para un mejor estudio de los datos, el Instituto Nacional de Estadística (INE) reclasificó la información de los pueblos, que en origen estaban ordenados por circunscripciones religiosas, y la organizó de acuerdo con la división provincial vigente y completando las tablas estadísticas con cartografía actual.
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EL SILENCIO MARÍA GONZÁLEZ El silencio es un pensamiento que penetra en el corazón recordando el pasado con alegría y dolor Piensas en tu infancia y juventud en tu vejez y ancianidad recordando el pasado que no supiste aprovechar Como el disfrutar de tus seres queridos y que ahora ya no están y sientes con tristeza no poder volver atrás. Recordando con cariño aquellos juegos de niños las fiestas de los amigos que supiste disfrutar Aquellos amores que tuviste y no supiste comprender y que ahora te duelen recordar Aquellos hijos queridos que crecieron sin darte cuenta de que pronto volarían del hogar Pensando y pensando seguirás culpándote de no haber hecho lo que ahora hubieras querido haber hecho más Por eso queridos hijos disfrutad lo que la vida os da porque no solo con el trabajo se alcanza la felicidad.
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FRASE Y DICHOS CÉLEBRES VALENTÍN MONJE Cuando era joven leía casi siempre para aprender; hoy, a veces, leo para olvidar. Giovanni Papini (1881-1956) Escritor italiano.
Vivimos en un mundo donde nos escondemos para hacer el amor, pero la violencia es practicada a plena luz del día. John Lennon Cuando los que mandan pierden la vergüenza, los que obedecen, pierden el respeto. Georg Christoph Lichtenberg
Lo que sabemos es una gota de agua; lo que ignoramos es el océano. Isaac Newton (1642-1727) Matemático y físico británico.
El que lee mucho y anda mucho, ve mucho y sabe mucho. Miguel de Cervantes (1547-1616) Escritor español.
La medicina ha prolongado nuestra vida, pero no nos ha facilitado una buena razón para seguir viviendo. Miguel Delibes (1920-2010) Escritor español.
Cuando oigo que un hombre tiene el hábito de la lectura, estoy predispuesto a pensar bien de él. Nicolás de Avellaneda (1837-1885) Político y periodista
Cuando una medicina no hace daño, deberíamos alegrarnos y no exigir además que sirva para algo. Pierre Augustin de Beaumarchais (1732-1799) Poeta dramático francés. La medicina es el arte de acompañar al sepulcro con palabras griegas. Enrique Jardiel Poncela (1901-1952) Escritor español.
Libros, caminos y días dan al hombre sabiduría. Proverbio árabe La lectura es a la mente lo que el ejercicio al cuerpo. Joseph Addison (1672-1719) Ensayista, poeta y dramaturgo.
Creo firmemente que si todos los medicamentos del mundo fueran lanzados al mar, sería mucho mejor para la humanidad y mucho peor para los peces. Oliver Wendell Holmes (1809-1894) Poeta y médico estadounidense.
Allí donde se queman los libros, se acaba por quemar a los hombres. Heinrich Heine (1797-1856) Poeta alemán.
El cielo cura y el médico cobra la minuta. Benjamin Franklin (1706-1790) Estadista y científico estadounidense.
Cuanto menos se lee, más daño hace lo que se lee. Miguel de Unamuno (1864-1936) Filósofo y escritor español.
Los médicos como la cerveza, mejor cuanto más viejos. Thomas Fuller (1610-1661) Clérigo y escritor británico.
Lee y conducirás, no leas y serás conducido. Santa Teresa de Jesús (1515-1582) Escritora mística española.
El arte de la medicina consiste en entretener al paciente mientras la naturaleza cura la enfermedad. Voltaire (1694-1778) Filósofo y escritor francés.
En Egipto se llamaban las bibliotecas el tesoro de los remedios del alma. En efecto, se curaba en ellas de la ignorancia, la más peligrosa de las enfermedades y el origen de todas las demás. Jacques Benigne Bossuet (1627-1704) Clérigo católico francés y escritor.
Cuando un médico va detrás del féretro de su paciente, a veces la causa sigue al efecto. Robert Koch (1843-1910) Científico alemán.
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FRASES DE JOSEMI Y SANDRA Rápidas, sencillas y para toda la familia No es quien te busca cuando ya te has ido. Es quien te detiene mientras te vas.
Me gustan las personas que aunque no sepan bailar, bailan. Que aunque no sepan cantar, cantan. Que viven a pesar de no entender la vida.
Te conocí como a cualquiera, sin buscar nada, y terminé queriéndote como a nadie, encontrándolo todo.
No siempre logramos cuanto queremos, pero sino cesamos en nuestro empeño algún día podremos lograr cuanto necesitamos.
Si deseas conocer a una persona, no escuches lo que los demás piensen de ella, escucha lo que ella dice de los demás.
Cuando hagas algo noble y hermoso y nadie se dé cuenta, no estés triste. El amanecer es un espectáculo hermoso y sin embargo la mayor parte de la gente duerme todavía. La dificultad no es sino una palabra para designar la cantidad de fuerza que es necesaria para vencer un obstáculo.
Aprende a decir “NO” sin sentirte culpable o creer que lastimas a alguien… querer agradar a todos es un desgaste enorme. Si te emociona lo que haces, estás creando, sino, estás obedeciendo.
Un mejor amigo: “ve caer la primera lágrima, atrapa la segunda, detiene la tercera… y la transforma en sonrisas”.
Muchas personas van por la vida huyendo de algo que ni siquiera les persigue. “El amor” incluye, no excluye; multiplica y suma; no divide, acerca; no aleja, abraza; no patea, comprende y no juzga.
Si tienes mucho, da de tu riqueza; si tienes poco, da de tu corazón. Hay bastante diferencia entre hacer lo posible y hacerlo posible.
Quiero que me protejas sin mentiras. Aquello que une y separa a las personas, no son las diferencias, sino los valores…
En ocasiones tenemos que abandonar la vida que habíamos planeado porque ya no somos la misma persona que hizo aquellos planes.
¿Y si decidimos ser protagonistas en lugar de víctimas? Dejaríamos de perder el tiempo culpando a los demás y tendríamos energía para diseñar la vida que queremos vivir.
El mal genio es el que nos mete en líos, el orgullo es lo que nos mantiene en ellos.
Persigue tus sueños. Y si no los alcanzas, al menos adelgazas.
No digas “no puedo” ni en broma, porque el inconsciente no tiene sentido del humor, lo tomará en serio y te lo recordará cada vez que lo intentes.
El éxito no consiste en cuánto dinero tienes ni en cuánto poder acumulas, sino en cuántos ojos haces brillar con tu presencia.
No es necesario mostrar bellezas a los ciegos ni decir verdades a los sordos… Basta con no mentir al que te escucha ni decepcionar al que confió en ti.
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Las palabras conquistan temporalmente… pero los hechos… esos si nos ganan o nos pierden para siempre.
Si la vida te golpea y te tira al suelo, levántate, sacúdete y dile: “pegas como una nena”. Él había puesto tres puntos suspensivos a la historia. Ella borró dos.
Si vieras el tamaño de la bendición que te está por llegar, entenderías la magnitud de la batalla que estás librando.
La diferencia entre lo que hacemos y lo que somos capaces de hacer, bastaría para solucionar la mayoría de los problemas del mundo.
La vida es muy peligrosa. No por las personas que hacen el mal, sino por los que se sientan a ver lo que pasa.
La meta no es ser el mejor, es cada día mejorarse a sí mismo.
Tanto como si crees que puedes hacerlo, como si no, en los dos casos tienes razón.
Sabes que estás en el camino correcto cuando pierdes el interés de mirar atrás…
Si es importante para ti, encontrarás la manera. Si no es importante para ti, encontrarás una excusa.
A las personas que me hacen pasar momentos difíciles las veo como maestros que me hacen crecer ante la adversidad.
No mires hacia atrás con ira ni hacia delante con miedo, si no alrededor con atención. La sonrisa cuesta menos que la electricidad y da más luz.
Nunca te canses de hacer el bien, porque aquel que da sin esperar nada a cambio, todo lo que siembra un día lo cosechará en abundancia.
Educar a un niño, no hacerle aprender algo que no sabía, sino hacer de él alguien que no existía.
Es mejor dar un paso al futuro incierto, que andarse en un presente mediocre.
Cuando señales con el dedo observa que otros tres dedos te observan a ti.
Todos tus intentos son éxitos. Unas veces se ganan… y otras….se aprende.
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“interiomismo” CRISTINA ALFAYATE
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y que ien, ha rmar b o l d ara afi , pensa demás miserable, p da hay que y vi ser mu apreciar la muerte. De a r la que pa frimiento o erosamente u s en l g e e ver cercan ban la vida d a e s e precia l dolor , los qu hecho s sufren ya a aso, vieron e ta c os ne a quie o, o en todo prender a c pero n a a d, Y antem en querido. riste realida i t u en alg ajeno es una erdad? l ¿v m este del a r un deseo, ue en q e s s a t e o e no r pued sonas s de qu ce, pero r e t e n p e i n c cono Existe o son cons adie lo ras los N nt . e o m n i o m est ient n su d san m conoce aben y pien ocupados. s ar re ellos lo ivimos desp uy cruel est v m s s á dem onas e nto. s pers su sufrimie que no me a t s e A s a s as a la s ni un ándole record ersonas rot remendarle nte p e ar Existen ría en intent n profundam en so ta ello moles triz porque más b sin o l n a c o i r c a s, sola sí. Sac s, pero toda a s a s hermo es momento vivido. r os lar de los peo n, no haberl s gusta hab le ió excepc ersonas no . a sp A esta efieren la vid r p , dolor
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ay quien dice que la tiene só lo porque sus padres se la pudieran p a gar. Hay quien la tiene buena, hay q uien la tiene mala, y, por su puesto, hay q tiene ni la ten uien no la drá jamás. Es por donde dicen que em pieza el desa de cualquier rrollo país. Porque nos hace me profesionales, jo res sí. Pero, sobre todo, es porq hace mejor p ue te ersona. Es la única fo rma de gana rse el respeto merecer la li y de bertad. Es aquello qu e se echa de menos cuand demasiado ta o ya es rde. Es cierto, que acceder a ell a no suele re barato, pero sultar es que no ha cerlo, te pued salir carísimo e llegar a . Bienvenidos a la mejor he rencia que alg puede dejar, uien te bienvenidos a la educación .
ve te ad gra rible d e m r enfe a ter ias o una sgraci Cuand ndo una de a le das grac c ua toca, c arcado, nun s vivimos o m e va d a te dej no¨. Casi to l ¨a mí no m d é ti a al ¨des blemente en sa tranquilid tu y e a ri t confor y despertar para el espí r¨ lo a pasa uesta es ma p m autoi duele.
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CHISTES VALENTÍN MONJE
MARIDOS Y MUJERES • ¿Y dice que soy estéril? ¿y qué ya lo era en el 98? Sí, de nacimiento. ¡Joder, a ver cómo le digo a mi mujer que los hijos no son míos!! • Qué hace una neurona en la cabeza de un hombre? ¡Turismo!!!. • ¿En qué se parece una escoba a un hombre? ¡en que sin el palo no sirven!! • Cuando los hombres cagan, piensan y cuando piensan………la cagan. • ¿Cómo pierde una mujer 80 kg. de grasa inútil? ¡divorciándose!!!
• Estaba una señora con su esposo en el centro comercial y le dijo: “¿cariño me compras ese vestido tan lindo?” “¡no, para ese cuerpo de lavadora no, claro que no!” despues ve una blusa y dice: “mi amor, ¿me compras esa blusa?” y responde el hombre: “¡no, para ese cuerpo de lavadora, claro que no!” y se fueron sin comprar nada. ya en la noche, el esposo se calienta y le dice: cariño, ¿por qué no ponemos esa lavadora a andar? y la mujer le responde: “umm… para ese trapito, ¡mejor lávalo a mano!!!”
SESENTONES • Paco, ¿y tú desde cuando llevas pendiente? desde que lo encontró mi mujer en el coche y le dije que era mío!!!
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FELIGRESES • Casi al final del servicio dominical, el sacerdote preguntó: ¿cuántos de ustedes han perdonado a sus enemigos? el 80% de la sala levantó la mano. el sacerdote insistió en la pregunta…. todos respondieron esta vez excepto una viejecita. sra. josefa…¿no está dispuesta a perdonar a sus enemigos? yo no tengo enemigos, respondió dulcemente. sra. josefa, eso es muy raro, ¿cuántos años tiene usted? 99 respondió. Los feligreses se levantaron y aplaudieron. ¿puede pasar al frente y explicarnos como se llega a los 99 años sin tener enemigos? la sra. josefa pasó al frente, se dirigió a los feligreses y dijo: ¡porque ya se murieron todos esos desgraciados!!!!
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CONVERSACIÓN DE BAR:
BORRACHOS Y PAREJAS
• La mujer de Julián Muñoz no sabía nada… La mujer de Bárcenas no sabía nada… La mujer de Urdangarín no sabía nada… ¡y la tuya y la mía se enteran de todo!!!!
• Un borracho es detenido por un policía a las tres de la mañana. El policía le pregunta: ¿a dónde va usted? el borracho responde: voy a una conferencia sobre el abuso del alcohol y sus efectos letales en el organismo, el mal ejemplo para los hijos y las consecuencias nefastas para la familia, el problema que causa en la economía familiar, y la irresposabilidad absoluta… el policía lo mira incrédulo y le dice: ¿en serio?, ¿y quién va a dar esa conferencia a esta hora? ¿quién va a ser?....¡¡¡mi mujer cuando llegue a casa!!!!!
CHACHARAS DE ANCIANAS • Anoche viene pepe todo calentorro y me dice: “josefa, preparate que voy a marte toda la noche” y le contesté: “por mí como si te vas a jupiter toda tu puta vida”.
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• Una pareja que va caminando por la calle se encuentra a un hombre borracho tirado por el suelo. La mujer le dice a su esposo: ¿ves a ese borracho? era mi novio, desde que lo dejé hace 15 años empezó a beber. El esposo contesta: ¡Nunca había visto a alguien celebrar por tanto tiempo!!! • Mi esposa dice que si volviera a nacer, se volvería a casar conmigo. No entiendo porque tanto odio ¿qué le he hecho yo a esta mujer???
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PRIMER VIAJE DE FIESTA Y…LEJOS CHONINA
DE TODOS SON SABIDAS LAS FIESTAS DE NUESTRO PUEBLO. DOS, BUENO TRES; NO SON MUCHAS MÁS. • En honor a nuestro patrón Santiago, se celebra el 25 de julio ahora; años antes, muchos antes, se celebraba el 30 y 31 de diciembre. Dado que en aquellos años la gente salía a ganar el jornal (el pan nuestro de cada día) a tierra de campos, porque era época de siega y muchos jóvenes se ausentaban del pueblo por esa época. Es por todo esto que de forma solidaria, todos decidieron no privar a nadie de este acontecimiento y la cambiaron para tiempo de frío y descanso, vísperas de año nuevo. ¡Bien pensado!
Años más tarde, ¡cómo hemos cambiado!...cosechadoras, tractores, pivots… Cómo van a pensar aquellos hombres y mujeres que llegarían máquinas y traerían calidad de vida y tiempo para fiestas, pues “ala, el 25 de julio fiesta y grande”. • Otras fiestas, no nos olvidemos, son San Gregorio, San Isidro, Santo Tirso, tortillero y las que vengan, cuantas más fiestas mejor; que no falten, que días de penas sobran a todos. • Toca el turno a los carnavales, cómo no. El domingo nos vestíamos de “guapo”: rodao, mantón, mandil, abalorios y lo que hubiera
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o nos prestaran (a mí en concreto era gracias a la Señora Esperanza). Nos pintábamos los labios y el colorete. Después vuelta y vuelta por el pueblo y más vueltas. El martes de carnaval era “untrejo”. Ese día vestirnos era más fácil, pues era con ropa vieja y de eso teníamos todos. Por supuesto que esto se hacía después de salir de la escuela, pues no había vacaciones como ahora. También sacaban un toro por las calles, para asustar a los pequeños y dar la murga a los no tan pequeños. Yo lo vi pocas veces y poco puedo contar, pero creo que aún existe. Y al igual que el domingo…, vuelta y vuelta y más vueltas por el pueblo. ¡Lo pasábamos bien, bien!!!
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• Vamos con otra fiesta. Distinta, íbamos a misa, había procesión, llegaba hasta detrás de la escuela, siguiendo faroles, cruces y estandartes…y ese día, yo no sé si siempre, venían las monjas del asilo de Astorga a pedir por las puertas. Las acompañábamos las chicas de la escuela. La gente les daba alubias, patatas y huevos. ¡Otra vez solidario nuestro pueblo! Ese día por la tarde “Lunes de Pascua”, ¡ay, ay, ay que emoción!, nada más comer…. ¡ay qué nervios! empezaba el desfile por la carretera. Los pequeños no tenían otra serenata que vamos, vamos, vamos…!! Y a lo que voy, nos hacíamos mayores, 12 o 13 años, para esta fiesta no necesitábamos a nadie y por primera vez empezábamos a salir de “viaje” las amigas solas. ¡Qué carreras! Componiéndonos y consultándonos, atando zapatillas y envolviendo zapatos…, carretera adelante, lejos y solas. Después de un largo trecho llegábamos a una gran explanada, una orquesta majestuosa y sobre todo encontrábamos al heladero (que era de Villanueva y sigue siendo), con su carrito, donde hacíamos la primera parada, antes de nada. También conocimos a Carmen “la caramelera” que era de Cebrones. Aquí comprábamos el regalo para los pequeños, unas cachas de caramelo grandísimas que duraban un mes si la racionaban las madres. También unas chiflatas. Aún las estoy viendo, doradas o plateadas, con dos borlas colgadas, una roja y otra verde, para que los pequeños dieran la lata.
Pues no hemos cambiado mucho, se sigue rezando, cantando, bailando, saludando a la gente y comiendo las avellanas. Y como habréis supuesto mi primera salida de viaje fue a PASQUILLA. Los primeros años la ermita de la Virgen no la vi, me importaba más la fiesta. Pero 40 años más tarde sigo asistiendo y ya me importa más la ermita, bien bonita, bien cuidada y con una virgen venerada que es de todos, que está en Moscas del Páramo y en el corazón de muchos de nosotros.
En esta fiesta se rezaba, se cantaba, se bailaba, se saludaba a los amigos…, y como no, se comían las avellanas, higos, cacahuetes…, se bebía vino o vino y la promesa de volver si Dios quería el año próximo.
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Pues vírgenes hay muchas pero la nuestra está en Moscas, ese pueblo nos recibe a la entrada, para misa solemne, acoge insignias y cruces que nos representan. Y que a mí me gustaría que no se perdiera esa tradición que tantos recuerdos me trae, que es tan cercana a nosotros y que año tras año emociona la fuerza con la que toda la gente canta ¡¡VIVA LA VIRGEN DE LAS ANGUSTIAS QUE EN ESTA ERMITA TIENE SU ALTAR...!!
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LA FIESTA
EN LOS PUEBLOS LEONESES DIONISIO LÓPEZ MARTÍNEZ
“La fiesta” en los pueblos leoneses era, y aún lo sigue siendo, el único acontecimiento festivo y reseñable de todo el año en medio de la monotonía de las labores domésticas y campesinas. Por eso, cuando llega el verano y con él las fiestas patronales, los campesinos se prestan a celebrarlas a lo grande haciendo un alto en las tareas de recolección que tiene lugar por esas épocas del año.
Días antes de la fiesta ya están las mujeres pensando lo que tienen que hacer, como encalar las paredes de la cocina de humo con caldo de barro, las paredes de la vivienda con cal viva y los hombres tapar los agujeros de la fachada con barro, arreglar la pata de la silla o quitar las piedras de la puerta de la calle y tenerla bien para cuando pase la procesión. También las mujeres sacan las colchas nuevas del arca para ponerlas en la cama.
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Hay que matar la machorra (oveja) que se ha estado cebando para este día tan señalado; hacer el arroz con leche, magdalenas, mazapán (que a veces salía “pan mazao” y lo celebraban los que por allí merodeaban porque así no había que esperar al día de la fiesta), bollos etc. El trajín es incesante en las cocinas durante varios días, pero al final todo está preparado para la víspera. Las mujeres leonesas, que suelen ser muy apañadas y ahorradoras,
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se vuelven generosas y tiran la casa por la ventana de la humildad para no quedar mal con los invitados. Por eso les agrada que después, éstos, coman hasta hartarse y alaben sus platos y sus dulces. Las fiestas comenzaban normalmente el día de la víspera, con la alegría entrevista del día grande. Las mujeres en las cocinas, las correrías de los niños y las rondas y canciones de los mozos anuncian que el día llega. En la víspera, las mozas se acercaban al atardecer a la iglesia para limpiarla y adornarla con flores. Y es que en aquella época las cosas se hacían “como Dios man-
da”; bueno…, como el cura decía y el maestro enseñaba. La fiesta comenzaba por la mañana con la misa solemne y a ser posible con tute de reyes. Entre el volteo de las campanas, los campesinos se acercaban a la iglesia con sus trajes nuevos y echaban un cigarrillo en el pórtico mientras saludaban a los invitados que ya habían ido llegando. Ese día la iglesia suele estar llena y el cura se desahoga a sus anchas de su escasa audiencia durante el resto del año. Los monaguillos también lo celebran pues el cura, satisfecho, les suele doblar la propina. Acabada la misa, las mujeres van a su casa a preparar la mesa y los
“Donde se cantan y cuentas historias tejidos por el filum de la tradición”
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hombres, que son muy machos, van hasta la cantina a tomar el vermut o unos blancos. Como en los pueblos leoneses se guarda con mucho cuidado el parentesco, era mucha la gente que se reunía a comer en cada casa. Después de comer, las mujeres fregaban los platos y los hombres, que seguían siendo muy machos, iban a la plaza a jugar a los bolos o al trinquete. La fiesta continuaba al atardecer: juegos de niños, cucañas, carreras de sacos, etc. Y por último, el baile con los dulzaineros que duraba hasta la madrugada. Hasta el próximo año no habrá otra, así que a saborearla hasta el final.
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TARDE ENTRE COSTURAS EVA DE LA FUENTE DURANTE NUESTRA INFANCIA LAS ACTIVIDADES SE REPARTÍAN POR MESES. ALGO SIMILAR A LA CONOCIDA CAMPAÑA “DOCE MESES…DOCE CAUSAS”, PERO EN NUESTRO CASO SE TRATABA DE OCIO BUENO, BONITO Y SOBRE TODO BARATO.
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l verano era exclusivo de río por la tarde, juegos seudorománticos por la noche y muchas, muchas pipas. Los meses de otoño nos decantábamos por el pino y los santos, actividades que sólo requerían una buena pared, un suelo sin muchas piedras y una baraja con ochos y nueves. El invierno se dedicaba al patinaje, cartas, picar puertas y tres navíos en el mar, juego que mejoraba mucho con niebla y frío.
Entonces llegaba la primavera con aquellas tardes interminables, que hoy nos hubiesen parecido meses. Sin duda era un respiro para unos niños que nunca íbamos bien abrigados en invierno, teníamos por calefacción un simple brasero de leña y sacar un dedo en la cama era de osados. Aunque había muchas actividades mixtas en el colegio como la comba, la goma, el fútbol o el frontón; las primeras un suplicio para niños sin elasticidad y las segundas una agonía para niñas sin puntería, lo
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cierto es que las tardes se convertían en oasis para nosotras gracias a la costura. Lo primero que había que hacer para que la tarde resultara perfecta era encontrar un sitio adecuado, con sol, sombra y sobretodo brigada. No era difícil considerando que generaciones anteriores a la nuestra ya practicaban el costureo y básicamente ya tenían seleccionadas las zonas perfectas (salvo cambios arquitectónicos de última hora, claro).
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Después era muy importante el costurero. Esa pieza marcaba toda tu adolescencia ya que un costurero grande y completo aumentaba tu valor como costurera, mientras que una bolsa del CIELO, significaba tu ruina aunque hicieses encaje de bolillos… Por último sólo nos queda la costura propiamente dicha, que era variopinta dependiendo de la pericia y la paciencia de la costurera. Las más relajadas se decantaban por cuadros con perros o rosas donde solo tenías que meter y sacar la aguja en el color correspondiente. Nuestras paredes aún adornan con rosales completos. Otras hacían tapetes a ganchillo con piñas o motivos florales. Más de una sigue arrepintiéndose de haber llenado la casa de estos seres, que a día de hoy siguen colocados encima de la mesa del comedor y que la fuerza de la costumbre hace que sea imposible deshacerse de ellos. Además aguantan impertérritos, buen hilo el de antes!!! También se hacían cojines a ganchillo con lanas multicolores, para ser exacto las que tuvieras por casa. Era complicado ya que muchos de ellos se acababan convirtiendo en gorros para la Nancy debido a que no se conseguía que fueran planos. Para evitar que la pobre muñeca terminase con el vestido de comunión con la que te la habían regalado y un gorro perroflauta estaban las abuelas, que cuando llegabas a su casa (donde prácticamente vivías durante las estaciones de labranza) te supervisaba lo que habías hecho esa tarde y si veía que el abombamiento era evidente te lo deshacía tranquilamente recitando como un mantra… HACER Y DESHACER LLAMA EL APRENDER…
aparecían. Por ejemplo los niquis hechos con tapones, que creaban un look muy alternativo, o el típico camisón con la parte de arriba de ganchillo y de tirantes que jamás ibas a estrenar. Entre las cosas más prácticas estaban las bolsas del río. Sólo se necesitaba un saco de azúcar sin demasiados agujeros y elegir un bonito motivo veraniego para hacer a punto de cruz. Con estos ingredientes y si la costurera era un poco hábil, tenías bolsa del río para toda tu adolescencia.
contorno del mantel hecho a vainica. Suponía dos primaveras para el borde de vainica, otros dos para los motivos de las esquinas, otros dos para el centro y otros dos para la cenefa, en total ocho años. Empezando a los doce años, estaría para los veinte años que era la edad a la que nos pensábamos casar (esto al final no fue tan exacto). Como sucedáneo para las que no se veían con fuerzas para emprender esta heroicidad, estaba el TU y YO, que también da mucho prestigio entre las costureras. Ese no servía para nada, pero quedaba monísimo.
No puedo dejar de comentar las labores estrella del costureo. Las personas que realizan estas actividades eran sin dudas las más valoradas y nunca nadie cuestionaba su trabajo. Se trataba de las mantelerías. Un mantel de mesa de comedor con sus doce servilletas (que por supuesto nunca nadie ha utilizado jamás). ¡Era una pasada!!!. Llevaba un motivo floral por esquina, otro más grande en el centro y la cenefa todo alrededor, todo ello aderezado con un borde por todo el
Lo único cierto es que aunque nos hagan reír estas anécdotas la realidad es que continuamos juntándonos para coser, aunque ahora lo llamen taller de costura. Así que muchos años después seguimos haciendo las mismas cosas que hacían nuestras abuelas y bisabuelas y como ellas charlamos, reímos y no nos engañemos COTILLEAMOS (la que esa tarde no va, ya sabe lo que hay…ja ja), todo ello aderezado de mucha, mucha ARMONÍA.
Había piezas que eran moda durante un verano o dos y luego des-
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LA VÍSPERA DE LA FIESTA ENCARNA MONJE
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a víspera por antonomasia, viene siendo el día inmediatamente anterior a otro. Y esto no ha cambiado en la actualidad porque así lo define el diccionario de la Real Academia. Lo que yo creo que sí evolucionó es el uso
que hacemos de este día, y si me apuras, no del día, sino de los días previos. De cómo es actualmente es obvio que no merece la pena hablar porque todos lo hemos vivido, parece como si existiera
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una predisposición de cara a él, vamos que nos cambia un poco el chip y nos entra cierta euforia. Compramos comida, más de la habitual, para no dejar con hambre a nuestros invitados, se limpia la casa, también más de lo habitual, e incluso a veces,
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ropa; es aquí donde ya ha habido un tremendo cambio. Antes no había niño que no estrenara para la fiesta, ya su madre o incluso su abuela, se había encargado de este tema tanto en la fiesta del verano, como en la del invierno. Y es que antes no había rebajas, con lo cual, para renovar el vestuario la excusa venía siendo la fiesta. De ahí, que ese gran día nos preocupáramos en misa más que del sermón del cura, de preguntarnos a todos y cada uno: “¿tú que estrenas?” a lo que cada cual exponía con orgullo su equipamiento. Otro hito que marcaba la víspera era un personaje muy singular, de pelo blanco y mandil largo, se llamaba Lucía, alias “la cacharrera”, ¡¡sí!!, no se concebía una festividad sin que esta mujer viniera a vender y nos deleitara con su inmensidad de artículos. Su puesto se componía de todo tipo de útiles para la cocina, ya fueran cubiertos, cazuelas, platos, vasos…El material también iba cambiando, primero venían siendo de porcelana, a la que se le hacían agujeros con el uso, pero ella misma vendía la solución, parches del mismo material, para atornillarlos, obturar el agujero y aquello quedaba como nuevo. Luego esto evolucionó al cristal (platos y vasos) y por último, al duralex, ¡¡sí!!, ella fue la precursora del duralex, ¿Quién podía resistirse a cambiar la vajilla, viendo aquella gama de colores y dibujos que hasta gusto daba comer así?. También vendía unos cuencos que llamaban “tanques” que
Otro hito que marcaba la víspera era un personaje muy singular, de pelo blanco y mandil largo, se llamaba Lucía, alias “la cacharrera”, ¡¡sí!!, no se concebía una festividad sin que esta mujer viniera a vender y nos deleitara con su inmensidad de artículos nada tenían que ver con guerras, llevaban un asa adherida y se utilizaban para desayunar.
gocio, lo heredaron sus hijos pero aquesto se renovó y perdió parte de su gracia.
Tenía otra sección potencialmente de plástico en la que exponía escurridores, palanganas, calderos, orinales…(de todo menos tuppers, pues de aquella no existían) e infinidad de utensilios imposibles de definir en poco espacio.
Otro hecho que suponía que aquello olía a fiesta era cuando tocaban las campanas y no para acudir a misa, a hacendera o a apagar un fuego, ¡¡no!! Era para hacer saber a los vecinos, que en una casa del pueblo se había matado una vaca y justo en ese momento se procedía al descuartizamiento y posterior venta. Ni que decir tenía que había que respetar un orden de llegada porque los primeros elegían la parte del animal que deseaban, luego a los últimos les quedaba lo que les dejaran, que a veces era nada, porque el animal daba para lo que daba. Ahí no existía matadero, ni exigencias sanitarias, pero doy fe que la carne eras fresca, fresca.
Todos estos útiles los ordenaba o desordenaba (depende de cómo se mire) por el suelo “en la plaza del rollo”, las madres y abuelas se dirigen allí alertadas por el boca a boca, que funcionaba de maravilla, con una lista hecha previamente, parecida a la del supermercado, y le iban indicando lo que querían, ella, con sus largas sallas y una habilidad alucinante se movía por entre los cacharros para ofrecerte el que necesitaras sin pisarlos. Te cobraba y la recaudación iba a parar a su particular caja registradora, los bolsos intercomunicados de su mandil. Aquella mujer envejeció entre nosotros y cuando dejó el ne-
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Este sin fin de actividades, mis queridos contemporáneos, estaréis de acuerdo conmigo en que tiene cierta analogía con la actual semana cultural, y aunque cultural era poco, llevaba intrínseca su gracia, ¿A que sí?.
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ANTIGUOS Y NUEVOS OFICIOS EN VALCABADO DOMINGA ALIJA
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asta donde alcanzan mis recuerdos había en Valcabado oficios relacionados con los modos de vida. Prácticamente todos los trabajos se realizaban de manera manual, ayudados por animales y herramientas sencillas: arar, segar, trillar, vendimiar…, y para atender ésas, había distintos negocios: Comenzamos con los herreros y sus fraguas, de las que había tres, la de Antonio Alija “el herrero” (mi tío), Ramón Blanco y Machín (dos de ellos fallecidos recientemente, vaya mi pésame). En éstas se hacían las herraduras para herrar a las caballerías, burros y vacas. A tal fin
tenían un utensilio que se llamaba “potro”. Allí se ataban los animales a unas anillas y se podían herrar más fácilmente. También en las fraguas se hacían las rejas de los arados, avinadoras, calderos para los pozos, adoberas (que como su nombre indica servían para hacer adobes para construir casas, las bóvedas de entrada a las bodegas…y un largo etc.). Las fraguas, en tiempo de invierno servían de lugar de encuentro para los hombres pues siempre había buen fuego para calentar el hierro. Allí ayudaban a tirar del fuelle para avivar el
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fuego, golpear hierros en el yunque para modelarlos. También había una pila grande de agua para enfriar los hierros que estaban al rojo vivo. En fin, todo muy entretenido. También y para atender las caballerías había esquilador, este oficio era ejercido por el señor Quico “Pinche” y sus hijos. Normalmente se les llevaban los equinos a esquilar los domingos por la mañana y les hacían unos dibujos preciosos y muy originales en la parte trasera del lomo. Así mismo estaban los poceros, que aunque era una cosa familiar, siempre había algunas per-
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Canto, el señor Modesto y el señor Valentín Monje acompañado de su hijo Antonio. Una genialidad de oficio, artesanía pura. Como únicas herramientas, las manos limpias y un palo de ayuda para golpear la mimbre que se llamaba el “boje” (no sé el origen de tal nombre). Almacenistas, había de patatas y alubias regentados por los “gallegos” (el origen del apodo es que como el nombre indica procedían de Galicia, en concreto de Monforte de Lemos). Eran cinco hermanos y no les fue mal en el cambio de Monforte a Valcabado. También había un almacén grande llamado “la Comarcal”, recibía grandes cantidades de cereal, algunos días llegaban 80 ó 90 carros, que hoy quizás no parezcan gran cosa, pero entonces eran un gran negocio. Su titular era el señor José “Barrera”.
sonas que a jornal les tocaban los de todos como Taviano, Felicísimo, Manuel Monje, y después para colocar los bloques y hacer las regaderas subterráneas, tío Joaquín y Abelardo. Los hombres de la casa bajaban al fondo a picar y llenar los baldes de material, los niños tirando de las vacas que tenían enganchado un cable que pasaba a través de la polea. Las mujeres haciendo la comida para todos. Era una odisea y yo pasaba mucho miedo. Los cesteros (para hacer cestos y talegas para transportar la uva de la vendimia), de los que había cuatro. El señor David Garabito, el señor José del
Tratantes de ganado, este negocio estaba regentado por la familia Simón “Los Quillas”, (no sé el origen de este apodo). Se dedicaban a la compra y venta de cerdos. Ya disponían de camiones cuando no pasaban ni dos en todo el día por la carretera. En el negocio trabajaban allá por 30 personas. El negocio tuvo continuidad en los hijos durante muchos años. Taller carretero, donde hacían buenos carros (la envidia de toda la comarca) el señor Julio y la señora Agripina. Recuerdo siempre la Plaza de la Mediavilla llena de montones de madera para ejercer su trabajo. La Estación, que favorecía que hubiese muchos ferroviarios en el pueblo, con un sueldo fijo, gracias al cual vivían bien.
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Había otros negocios no relacionados con el campo como barbero y peluquero, se encargaban el sr. Narciso y sus hijos, eran de categoría y funcionaban como una empresa. La panadería a cargo de Eliseo y Emilse, sólo pan y torta. Los dulces los hacían las familias en su propio horno cuando llegaban las fiestas, eso sí, una talega de pastas para llenar la barriga (pero como las familias no eran de dos o tres, sino de cuatro para arriba, no les dábamos tiempo a que se pusieran duros). Los carniceros, se ocupaban de ello el señor Julián y el señor Casimiro y su mujer, la señora Celia. Para el pueblo no necesitábamos tanto (comíamos carne el día de la fiesta y gracias, pero vendían la carne en toda la comarca, la cual transportaban en un cesto con la bicicleta (mucho sacrificio como veis). Aguardientero, con su alambique ejercido por mi suegro el señor Cayetano Ramos, donde salían miles y miles de litros de aguardiente, un gran negocio y con ocho hijos, no le faltaba ayuda, pues el negocio funcionaba las 24 horas. Zapatero remendón, oficio de mi hermano Celestino. Tintorería, a cargo del señor Vicente y Manuela “los tintoleros” (de ahí su apodo). Los hijos en vez de heredar el negocio, heredaron el apodo. Obrador de fideos, a cargo de la señora Esperanza y el señor Domingo, era un negocio artesano como todos. Colgaban los fideos en las latas para que se secaran (como los chorizos). Mucho recuerdo tengo de ello.
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Sastrerías, regentada por el señor Gabino, la señora Ángela y sus hijos de ayudantes. Trabajaban mucho los pantalones de pana, chalecos...(se dedicaban más a ropa de caballeros, del vestuario femenino se ocupaba la señora Crispina Frade, que era una muy buena modista). Tiendas de coloniales, así se llamaban, la de la señora María con su mostrador de madera y unas vasijas de aceite que tendrían mil litros. La de la señora Elena “la porreta” que vendía zapatillas, botas, sombreros, azadas, bildas, palas, puntas, escabeche (que era típico sacarlo de la lata con las manos y una cuchara de madera), no había nada envasado, ….y SULFATO, que también vendía. En fin una mezcla difícil de enumerar (se ve que entonces los de sanidad tenían otras cosas más importantes que vigilar). Más tarde abrieron el super Spar Fernando y Serafina. Catalina/Mónica y Pili, estas ya tenían vitrinas y arcones para conservar en frío yogures, fiambres, quesos frescos, en fin, ya era otra cosa. No me puedo olvidar de Narciso y Citas, unos genios, él un gran negociante y ella la persona más simpática del pueblo. Collares, horquillas, hilo, agujas, ropa, galochas, zapatillas, brochas, pintura, mandiles, cemento...; en fin, en esa tienda había de todo. El suelo era de tierra, pero siempre estaba limpio, regado a caracoles, precioso. Cantina (posteriormente bares), posada, para dar comidas a los arrieros en ruta de Galicia a Madrid. Estaba regentada por mi tía Laureana y mi tío Dionisio. También la Señora Ramona y el señor Pedro Alija, que también tenían estanco con tabaco
de cuarterón, ideales, cerillas, sellos…., ¡como veis no faltaba de nada, sólo dinero!. No puedo dejar de recordar el bar de Pepe/ Lola y el de Ubaldo. A estos bares íbamos a ver los toros por un butano y una peseta de pipas. Toreaban el Cordobés, Jaime Ostos, Paco Camino, El Litri, Palomo Linares, … etc. En el bar de Ubaldo celebré mí boda, un recuerdo para todos los clientes de entonces, pues este año cumplimos las bodas de oro. Estos bares tenían tele y como entonces todavía no había teles en las casas… ¡Todos al bar! Y por último personas fijas en el pueblo, médico, maestro y maestra (niñas solas, niños solos), cura, recaudador de impuestos y hasta comadronas (a las cuales no les faltaba trabajo) ejercido por la señora Valentina y Angelina “la huevera”, que como el apodo indica, tenía doble trabajo. Los negocios ahora son distintos, más especializados y grandes. Enormes almacenes, (Cooperativa y Gonzuer), enormes naves de vacas, cerdos, pollos, empresarios de la construcción,
instaladores de canalones, farmacia, peluquería, taller de vehículos, camiones de transporte, cosechadoras, agricultores con todo tipo de maquinaria, un supermercado y dos bares como lugar de encuentro y convivencia de todo el pueblo. Si de alguien me olvido, mil perdones. Como nexo de unión dos Asociaciones que la gente protege y valora, a la que pertenecen niños, jóvenes y mayores. Por supuesto una Alcaldesa que modera de forma digna. Gracias en nombre de todo el pueblo y en el mío propio. Espero que nadie se ofenda por personalizar y poner apodos que en todo caso son cariñosos, como yo los recuerdo. A todos muchas gracias y si el año que viene tengo buena cabeza, saldrá algún tema nuevo. ¡¡Adelante Valcabado y sus habitantes!!!
Prácticamente todos los trabajos se realizaban de manera manual, ayudados por animales y herramientas sencillas: arar, segar, trillar, vendimiar…, y para atender ésas, había distintos negocios 44
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EN TIERRA HOSTIL
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o vi el otro día. Intentaba racionalizar aquello que se le ofrecía incompresible, superficial. Y allí se debatía, en medio de aquella absoluta nada. Vestía correcto y para la ocasión que se presumía. Pantalón de pana marrón, camisa blanca de algodón remangada por encima del codo. Zapatos desgastados en el tacón, cuarteados por el exceso de betún pero convenientemente lustrados. El pelo cano, peinado hacia atrás y con leves reflejos de humedad. Los ojos glaucos, enmarcados por unas cejas abundantes y un tanto descuidadas, contrastan armónicamente con una tez agrietada por el exceso de temporales. Los brazos son fibrosos y llevan impresos los efectos de un sol de justicia. Unas manos callosas en cuyo dorso se talla un árbol de venas que suben,
ROBERTO CARRO FERNÁNDEZ bajan y se pierden entre el curtido de una piel que ha pasado demasiadas horas al raso. Está quieto como le han dicho, frente a un expositor de artículos; intentando comprender el sentido de todo aquello que le rodea. Luces focales, leds de última generación orientados hacia los bastidores de diseño donde se concentran cachivaches, ajuares, que marcan las tendencias de la última temporada primavera-verano –recuerda la voz enlatada que se abre paso entre el sonido ambiente y una música pertinaz de ritmos chill-out, que le desconciertan aún más-. Está claro que alguien le ha dicho que espere ahí, que disfrute de lo que ve mientras sus acompañantes van al probador o a echar un vistazo a una sección que está al otro lado de la planta. Quizá pensaron
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que sacándole de su cotidianidad sencilla, viendo esos otros mundos que le son ajenos, comprendería mejor los dictados de la sociedad moderna; el mantra, los ritmos urbanitas que nada tienen que ver con su retiro rural. Pero resulta que no, su semblante no dice que el lugar le resulte gratificante. Le cuesta entender el “sentido” de todo aquello. No acaba de asimilar qué tiene que ver con él todo ese despliegue de reclamos con los que -según dice la megafonía-: “marcarás tendencia”. Busca entre la muchedumbre la cara conocida, el rescate de la persona que le ha dicho que espere, que disfrute de la modernidad. Y él, leal como la madre que lo parió, ahí sigue, atrincherado entre expositores y luces led. En tierra hostil.
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In Itínere
(Actividades del año)
MAGOSTO SOLIDARIO Disfrutando de los frutos típicos de esta época, calor y música RAMO DE NAVIDAD Día de Navidad, atuendo y frío para ofrecer el Ramo. ZUMBA Nuestras chicas, realizando un poco de deporte a ritmo de música. CARRERA SOLIDARIA Un día espectacular por una buena causa, el alzhéimer.
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REYES Los reyes nunca dejan de visitar Valcabado para repartir regalos, principalmente entre los más pequeños. SANTO TIRSO Con una enorme hoguera y cayendo la tarde, nos reunimos para comer el chorizo. SANTA ÁGUEDA Nueva adquisición de Santa Águeda, esperemos que dure mucho tiempo…Nuestras mayores, disfrutaron del día.
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TORTILLERO Exquisitas tortillas y postres acompañan a los vecinos en la celebración del tortillero. SAN ISIDRO Honor a San Isidro, procesión, pan, vino y escabeche.
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