La incursión de nuevas ciencias como la Neurogastronomía permiten conocer el proceso del sistema nervioso y su interacción con los sentidos mientras se come o bebe algo, para crear lo que posteriormente el cerebro registrará como una ilusión llamada “sabor” en la que intervienen los sentidos, las emociones, los recuerdos y el ambiente.
Así, el proyecto Sensory Food busca dejar huella digital de una parte, de la gran variedad de platillos tradicionales mexicanos, que se han mantenido a través del tiempo. En este caso, de la comida tradicional michoacana, considerada Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad. Para ello, se ha propuesto realizar una metodología cualitativa, que permita conocer la reacción de las personas al estímulo de cada sentido ocasionado por aromas, sabores, sonidos, texturas y colores, de cada uno de los platillos seleccionados para el estudio.