RETRATO
ENTRE EL ARTE Y LA CRÍTICA A 120 AÑOS DEL FALLECIMIENTO DE OSCAR WILDE, HACEMOS UN MUY BREVE REPASO DE SU VIDA. TEXTO MARCO CUEVAS
Oscar Wilde nació en Dublín, Irlanda, el 16 de octubre de 1854.
MARZO 2020
LA OBLIGACIÓN DEL ARTISTA ES MENTIR. En La decadencia de la mentira, una obra que acaso no goza de la popularidad de aquellas que le dieron fama y fortuna (El retrato de Dorian Gray, La importancia de llamarse Ernesto), pero que es capital para entender su profundidad razonadora como pensador, Wilde articula la idea de que el arte no debería imitar a la realidad, sino que la obligación del verdadero artista es inventar otra realidad exquisita. Mentir. Crear una mentira tan buena que no necesite ser explicada ni probada, porque en tal caso no estaría suficientemente bien hecha. Así, los escritores y los poetas deberían ser, antes que otra cosa, artistas de la mentira. Y con esa idea confeccionó un traje para su personaje que usó por siempre. Además, Wilde, tuvo entre otras de sus facetas la crítica literaria, de la que fue un ferviente defensor. Pero más que un mentiroso, en la acepción vulgar del término, Wilde era un ocurrente infinito. Inventaba juegos de palabras inverosímiles y era encantador: con el mismo finísimo pulso y un variopinto anecdotario dirigía por igual fútiles charlas de borrachos en un pub que agudas negociaciones de teatro con empresarios en un distinguido restaurante (llegaría a ser un encumbrado dramaturgo en el Londres de la década final del siglo XIX). Mucha gente lo halló repelente al primer golpe de vista, pero todos coincidían en señalar que tal sensación se desvanecía en cuanto el escritor empezaba a hablar e, incluso, se veía sustituida por otra, de abierta admiración y simpatía incondicional. Sus biógrafos y no pocos filmes sobre su vida —como La importancia de llamarse Oscar Wilde, dirigido y protagonizado por Rupert Everett— retoman una escena en particular. El marqués de Queensbe-
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