SALUD
Silvia Romero COACHING EJECUTIVO Bienestar emocional en tiempos de Pandemia Hablar de nuestras emociones no es sencillo, pues significa expresar lo más profundo de nosotros mismos: lo que sentimos. ¿Te ha pasado alguna vez que quieres compartir con alguien cómo te sientes y no te atreves? ¿Por qué nos pasa eso hasta con personas con las que vivimos o convivimos frecuentemente? Las razones pueden ser varias y van desde nuestras propias limitaciones internas para reconocer u ocultar lo que estamos sintiendo, o tener temor por la forma en que ciertas personas han reaccionado anteriormente cuando nos hemos atrevido a compartir lo que sentimos desde lo más profundo de nuestros corazones.
S
i alguna vez te atreviste a expresar lo que sentías y te resultó mal porque se rieron de ti, se enojaron o no le importó siquiera a la persona lo que decías, entonces es común mejor guardarte lo que sientes para evitar otra frustración o agrandar el problema, pero … ¿Sabes cuál es el riesgo? Que ese sentimiento que te está haciendo mal permanecerá ahí, guardado y latente, y lo peor es que puede explotar o detonarse de un momento a otro y de la forma menos apropiada. ¿A poco no te ha pasado esto o lo has visto en otras personas? “Parecía tan tranquilo y de repente explotó! …” ¿Es importante conocer y saber expresar nuestras emociones? ¡Por supuesto que sí! Aunque claro, no se trata en ser un libro abierto e ir soltando todo lo que sentimos a todo el mundo, la magia es saber gestionar
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aquellos sentimientos que tienen un significado para ti y que marcan una diferencia en nuestra vida si los dejamos ir, si los ocultamos o los expresamos. Durante esta pandemia he notado como se ha visto afectada la salud emocional de un gran número de personas. Sin importar la edad o género: desde niños, jóvenes, mujeres y hombres están viviendo su propia batalla. ¿Por qué? Es bastante simple de explicar, es difícil de vivir. Nuestra forma de vida y nuestra rutina habitual cambiaron drásticamente. El confinamiento trajo a nuestra casa el tener que convivir más tiempo con quienes vivimos o con alguien, y aquellas personas que viven solos y solían salir a convivir, esta pandemia los ha limitado también. Las personas que siguieron saliendo
a trabajar, algunos temían contagiarse de la enfermedad y otros no, sin embargo, el temor de llevar el virus a casa casi siempre está latente. Nuestros espacios se vieron afectados, ¡Por mucho que ames a tu hijo, pareja o padres, una cosa es que los veas en ciertas horas y esperes con ansias el tiempo para convivir con ellos, y otra es tenerlos todo el tiempo encima de ti! Además ahora se requieren de espacios con más tecnología para estudiar o trabajar en casa, los adultos prestan más atención y supervisan a los niños para que estudien, entre muchas otras afectaciones que son detonadores emocionales que han estado sucediendo. El sentimiento de culpa nace en algunas personas, en ocasiones no pueden reconocerlo o expresarlo abiertamente, tenemos un “ya basta” ahogado en