GERENCIA
a v iaci ó n
¿Qué lecciones deja el caso de Germán Efromovich? Después de rechazar ofertas de compra hasta de US$2.000 millones por Avianca, el empresario se vio desplazado de la junta directiva de la compañía de la que aún sigue siendo el mayor accionista. Hace 15 años, un empresario desconocido y hecho a pulso, Germán Efromovich, tomó el control de Avianca, la segunda aerolínea más antigua del mundo, que a finales de 2019 celebra 100 años, en un momento en el que la compañía enfrentaba
problemas financieros y laborales que la tenían al borde de la liquidación, por lo cual pudo adquirirla a precio de saldo: US$64 millones. Con mano firme, Efromovich y el equipo gerencial liderado por Fabio Villegas, lograron transformar a Avianca que en ese momento solo contaba con 37 aviones viejos y transportaba 6 millones de pasajeros al año, gracias también al ciclo expansivo que atravesó la economía colombiana entre 2004 y 2014. Como parte del proceso de recuperación, Avianca se acogió a la ley de quiebras de Estados Unidos, renovó y modernizó su flota a partir de 2007 y en 2010 absorbió a TACA, gracias a lo cual fortaleció su presencia en Norte, Centro y Suramérica, convirtiéndose en la segunda aerolínea de la región por tamaño, después de LATAM Airlines, con una flota de 190 aviones, 30,5 millones de viajeros transportados el año pasado, 563.000 toneladas de carga y US$4.900 millones de ingresos, en 2018. Sin embargo, el pasado viernes 24 de mayo United Continental Holdings, matriz de la aerolínea norteamericana del mismo nombre, anunció un revolcón en la junta directiva de la compañía, relevando a Efromovich, quien ejercía como su presidente, y a su hermano, José, y nombrando a Roberto Kriete (accionista minoritario de Avianca con un 21,9%) en reemplazo del empresario boliviano brasilero y máximo accionista con el 78.1% de las acciones ordinarias con derecho a voto. ¿Qué pasó con la magia que, en su mejor momento, muchos le atribuían a este empresario y cómo se explica su ascenso y caída, al punto de ser expulsado de la junta directiva de su propia compañía?
Ascenso y caída
A mediados de 2016, Germán Efromovich estuvo al borde de una situación de incumplimiento de varios cientos de millones de dólares. El prestamista era Paul E. Singer, de Elliott Management, un fondo buitre que lo había apalancado para tomar el control de Avianca. La garantía fue su participación en la compañía. En ese momento, Efromovich se encontraba en medio de una dura disputa legal con Kriete, quien lo había demandado en una Corte de Nueva York, y Avianca enfrentaba problemas financieros por cuenta de la situa-
24
ción económica de los principales países donde opera y un deuda cercana a los US$4.000 millones. Según un artículo publicado a finales de 2016 por el New York Times, para la mayoría de la junta directiva la solución consistía en vender parte o toda la empresa, aunque Efromovich se oponía a ello. En un inusual rol, ejecutivos de Elliott se sentaron en la mesa de negociación para conocer a los compradores potenciales, participar en las reuniones de la junta directiva y vigilar a su prestatario. En ese proceso, Delta, United y Copa hicieron varias ofertas. “United ofreció un présta-
mo privilegiado a Avianca y potencialmente a uno de sus accionistas claves por US$500 millones. Copa ofreció por todas las acciones o una mezcla de efectivo con acciones, que representaban una prima de más de US$2.000 millones o el 150% del precio de la acción al cierre de noviembre de 2016. Delta ofreció más de US$1.000 millones en efectivo para comprar la mayoría de la participación de Synergy Group, la rama inversionista de Efromovich, y la cantidad restante sería para Avianca. La oferta de Delta implicaba un valor neto de US$1.900 millones”, explicó el citado medio. Elliot Management es conocido por tomar posiciones