LOS MUSEOS MILITARES
EL REAL MUSEO MILITAR
La historia del Real Museo Militar, creado en virtud de una Real Orden de 29 de marzo de 1803, se convierte en una verdadera odisea al intentar seguir su origen y posterior trayectoria no solo como institución sino al rastrear la génesis, traslados e identificación de sus fondos, todo entreverado con tiempos y fechas muy complicadas en general, y de muy especial alcance en el ámbito militar, comenzando por el descalabro de la Guerra de Independencia y siguiendo con los vaivenes políticos bajo Fernando VII, de tal modo que hasta los años de Isabel II no se hallará una cierta estabilidad en los asuntos que aquí nos conciernen. Añádase a ello la incorporación, a lo largo del siglo XIX, de otros fondos de modelos muy importantes procedentes de instituciones tan dispares como el Real Gabinete Topográfico, la Biblioteca Nacional de España, la Real Academia de Caballeros Cadetes del Regimiento de Guardias Españolas o el Gabinete de Fortificación de la Academia del Cuerpo de Ingenieros en Guadalajara, entre otras. Aquel primer Real Museo Militar estuvo instalado en la casa del marqués de Monteleón, en el barrio de Las Maravillas de Madrid, en cuya posesión estuvo el Parque de Artillería en condiciones muy precarias pero agravadas por la guerra. Tenemos pocas noticias de los primeros años tras la guerra, pero uno de sus objetivos más urgentes fue el de recuperar los objetos sustraídos de sus colecciones como las “planchas de cobre en que están grabadas algunas de las láminas correspondientes al tratado de artillería de D. Tomás de Morla” 46. Para estas cuestiones se contaba en 1812 con un Pagador, Prudencio Ventura Gómez47 que, entre otras cosas, se hacía cargo del abono de gastos y recompensas por hallar las piezas robadas, al tiempo que desde el propio museo atendía
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“Habiéndose notado la falta de varias planchas de cobre en que están grabadas algunas de las láminas correspondientes al tratado de artillería de D. Tomás de Morla, se espera que las personas a cuyo poder hayan ido a parar las entregarán desde luego en el museo militar de esta corte (casa del marqués de Monteleón) al encargado D. Prudencio Ventura... Estas planchas son de suma importancia empleadas en su objeto, y muy poco servicio pueden hacer a un particular, aun cuando un miserable interés le hiciese olvidar que son una propiedad nacional dedicada a la instrucción de nuestra juventud militar“ (Diario de Madrid, 26 de septiembre de 1812, nº 269, pp. 358-359.
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Este Prudencio Ventura Gómez tendrá luego una interesante trayectoria administrativa en el Cuerpo de Artillería. Su nombre figura en la “Lista general por antigüedad de los individuos del Ministerio de Cuenta y Razón de Artillería que sirven con Real despacho en la Península y Ultramar...”. Pertenecía al Departamento de Valladolid, pero estuvo destinado en el Museo Militar de Madrid, al menos hasta 1835, llevando entonces poco más de 29 años de servicio (Real Cuerpo de Artillería. Estado general, 1836, Madrid, Imp. Eusebio Aguado, p. 110). Para los primeros pasos del Real Museo Militar vid. HERRERO, María Dolores (1996): Orígenes del Museo del Ejército. Aproximación histórica al primer Real Museo Militar Español, Madrid, Ministerio de Defensa.