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V. Las hermanas Goce López…
De los diez hijos de Enrique Goce Fernández (Ares-A Coruña, 1884) y Concepción López Castro (Baiona, 1892), nacidos todos en Baiona, se tiene una buena información. Algunos dejaron más huella que otros en la villa, pero suelen aparecer con mayor o menor asiduidad en las fotografías familiares. Se sabe que María Luisa Goce López, la mayor de los hermanos, nacida en 1914, falleció joven, dejando dos hijos, Carmiña y Eduardo. Enrique, su padre, la había enviado a Buenos Aires a vivir con un pariente residente allí, a fin de separarla de un baionés que la cortejaba y que a él no le gustaba. Eduardo Álvarez “o caldeireiro”, que así se llamaba, se embarcó a escondidas detrás de Luisa, y se encontraron de nuevo a lo largo del viaje, por entonces de más de veinte días de duración. Acabaron casándose en Argentina, donde nació su primera hija, Carmiña. Poco tiempo después regresaron a Baiona, y tuvieron el segundo hijo, Eduardo. <<Mis dos hermanos Emilio y Rogelio habían combatido en la Guerra Civil en bandos distintos -cuenta Amparo Goce, la hermana pequeña-. Al finalizar la contienda, 1939, celebramos el feliz regreso con una cena en casa de mi madre, en el barrio de San Xoán, con la asistencia de casi todos los hermanos. Luisa, que estaba embarazada, empezó a encontrarse mal. Falleció a las pocas horas. Tenía algo más de veinticinco años. >> Carmiña, la hija de Luisa, también vivió un problema similar al de su madre. Emigró a Buenos Aires a causa de una conflictiva situación laboral en la villa, y su novio, Ulpiano Vilar “Piano”, no dudó ni un momento en seguirla hasta allá. Se casaron, y asentaron su residencia en la capital argentina para siempre. Vinieron a Baiona en una única ocasión, 1987, pero tan sólo de visita. Su vida ya estaba totalmente establecida en Buenos Aires. Carmiña, enviudó hace poco tiempo, y rebasa en la actualidad los ochenta años de edad.