E-commerce y la cultura digital en la estructura organizacional de la empresa
mercado negro
OPINIÓN
PG.28
Ferencz Villamonte Rojas Strategic Planning for LATAM at GhFly
En la actualidad se calcula que los ingresos generados por el e-commerce a nivel mundial alcanzarán los 1.035.029 millones de dólares, según estimaciones de Statista. En Perú, este es uno de los sectores que mayor crecimiento ha mostrado en los últimos años gracias a la rápida penetración de las nuevas tecnologías y al cambio en los hábitos de consumo. Se prevé que para este 2020 el gasto en publicidad digital se incremente en 7%, posicionándose como el segundo con mayor participación de inversión publicitaria total, después de la televisión [Estadísticas digitales del Perú 2019]. Como consecuencia de la consolidación de estas tecnologías y la exigencia de los consumidores por acceder a productos y servicios de calidad en menor tiempo y de forma más sencilla, se pronostica que el comercio electrónico mantenga una alta tasa de crecimiento. Durante la evolución que ha presentado este canal, las áreas que más se han destacado y lo han impulsado han sido las de marketing, ventas y tecnologías de
información, por tales motivos la palabra e-commerce se relaciona directamente con ellas. Sin embargo, la clave para una buena gestión de comercio electrónico está en que todas las áreas de la empresa se comprometan a estimular este canal, así que es primordial establecer una cultura digital en el conjunto de la estructura organizacional. En la mayoría de los casos es fácil resaltar la importancia de los departamentos que tienen mayor contacto con el canal e-commerce, ya que por su funcionamiento, la relación es más próxima, es decir, el equipo de ventas puede ver exactamente la cantidad de productos despachados por este canal, la gente de marketing puede medir fácilmente el número de personas al que se llegó promocionando un determinado producto, y el personal de análisis y desarrollo puede conocer las causas de la diferencia entre las ventas de un producto A y un producto B. No obstante, en la mayoría de las empresas aún se piensa que ciertas áreas como logística, compras, operaciones y costos poco tienen que ver con el e-commerce y la experiencia digital, cuando la verdad es