Boletín Alas-OE #352

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OBSERVATORIO ECLESIAL AÑO 7 * 23 - 29 MAY 2020 * NUM. 352

Solo unos poquitos gremios profesionales y algunas organizaciones sociales y eclesiales merecen sobresaliente cum laude. Finalmente, la mañana nos invita a recordar el cumpleaños del presidente Kennedy, nacido un día como hoy de 1917, cuya truncada presidencia, una de las mejores de Estados Unidos en opinión de muchos, estuvo sobrecargada de tensiones que nos hicieron temblar a todos. Como conclusión de este desayuno, recordemos la importante declaración que hizo sobre su catolicismo en

un discurso pronunciado en septiembre de 1960: ―Al contrario de lo que los periódicos señalan, yo no soy el candidato católico a presidente. Soy el candidato del Partido Demócrata a presidente, que resulta que también es católico. No hablo por mi Iglesia en temas públicos y la Iglesia no habla por mí. Pero si alguna vez llegara el tiempo, aunque no creo que tal conflicto sea remotamente posible, cuando el cargo requiera o que viole mi conciencia o que viole el interés nacional, entonces renunciaré al cargo; y espero que cualquier servidor público cuerdo haga lo mismo‖. (religiondigital.org) 29/05/2020

ÁMBITO POLÍTICO 11. La deuda social de la Iglesia católica: Bernardo Barranco

más alta autoridad eclesiástica hasta el pederasta, pasando por los eslabones intermedios del poder religioso‖.

Ante los escándalos y denuncias registradas por los medios de comunicación, la Iglesia católica ha jugado un desacertado papel. Primero niega los hechos. A partir de 2002 con las revelaciones del Boston Globe, ante la avalancha de denuncias en todo el mundo. La Iglesia se dice víctima de complots internacionales para desacreditarla.

Nombres de cardenales encubridores han desfilado, como Bernard Law (Boston), Hans Hermann Groër (Viena), Jeorge Pell (Sídney) entre muchos otros. Y en México emerge la figura del cardenal Norberto Rivera Carrera.

Se pretende atrincherar como una ciudadela asediada por enemigos que buscan destruirla. Las víctimas son olvidadas e incluso concebidas como amenazas porque, según la lógica de la autovictimización, son manipuladas para alimentar la hostilidad internacional. En suma, a la Iglesia católica le ha costado aceptar la pederastia como un mal endémico y bajo el pontificado de Francisco quiere, pero no puede. La inercia institucional es demasiado pesada para que opere un cambio profundo a corto plazo. Sin duda la Iglesia enfrenta una gran crisis histórica de credibilidad. Sus números han decaído y sobre todo sus ingresos se han mermado dramáticamente a causa de la desconfianza y desaprobación de su conducta. La crisis de pederastia ha sacudido la autoridad moral de una institución cuya materia prima son justamente los valores. A lo largo de una década emergieron vicios institucionales que conmovieron a la opinión pública. La cultura del silencio, el disimulo para proteger a los sacerdotes depredadores, la reticencia a colaborar con la justicia secular, es decir, el encubrimiento institucional de criminales. Como dice el teólogo Tamayo: ―La pederastia se convierte no sólo en una agresión sexual individual, sino en una práctica legitimada estructural e institucionalmente –al menos de manera indirecta– por la jerarquía eclesiástica en todos sus niveles en una cadena de ocultamiento que va desde la

Sin duda, Rivera será recordado por el encubrimiento cómplice de diversos pederastas sicópatas, como Marcial Maciel, a quien defendió a ultranza, y al cura retorcido Nicolás Aguilar, acusado de violar a centenares de niños. Rivera decía seguir los lineamientos de Roma y que los medios eran los culpables de querer destruir su imagen. En una cárcel de mujeres en diciembre de 2007 acusó a los medios de prostitutos por querer dañar su imagen. Rivera nunca se hizo responsable de encubrir pederastas ni asomó nunca una dosis de autocrítica. Predominó la soberbia y despreció los señalamientos de la sociedad. La dificultad proviene del hecho de que la palabra de la Iglesia no puede reducirse a sus discursos ni a sus declaraciones. No basta el cómo difundir un precepto si no se acompaña de una comunicación integral que abarque la congruencia. Resalta la importancia del lenguaje no verbal hasta un lenguaje simbólico coherente. ¿Cómo creerle al cardenal Rivera que no ha encubierto a pederastas, como él pregona, cuando hasta el último, públicamente, defendió con ardor a Marcial Maciel? ¿Cómo confiar en la opción por los pobres si Rivera sólo se pavonea públicamente con los ricos? Pasaba puentes vacacionales con los empresarios más connotados de México y España, en los lugares más exclusivos del mundo, además de portar suntuosa joyería personal. ¿Cómo validar su desapego a los bienes materiales cuando ha pasado por numerosos escándalos centaveros?

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