EUGENIO MONTEJO , HACIA UNA POESIA DE LA GRACIA Claudia Posadas
Eugenio Montejo (Caracas, Venezuela, 1938) es un poeta que en su palabra celebra al mundo y su paisaje. Muy ligado a la cultura mexicana, a Pellicer y Alfonso Reyes, su escritura es una epifanía de la estancia del hombre en la Tierra y del misterio que significa la vida: la "terredad", diría el autor. En su poesía fluye el mito fundacional de las geografías americanas junto con una fuerte presencia de este continente, es decir, sus voces, su trópico, su épica, su historia, pero buscando siempre un sentido universal. Además, el poeta encuentra señales, símbolos o materializaciones del misterio del mundo y del paso del tiempo en lo cotidiano y lo cercano a su realidad: la mesa, la casa, la piedra, el árbol, los pájaros, el café. Por otro lado, su verdadero apellido es Hernández Álvarez; el pseudónimo Montejo fue adoptado desde inicios de su escritura. El poeta explica el origen de su nombre remontándose a sus ancestros en Güigüe: "Yo pertenezco a dos familias. Mi nombre es Hernández Álvarez. Pero ninguno de esos es mi nombre. Mi nombre se pierde". 20ULRIKA
La poética de Eugenio Montejo da cuenta de un registro que busca recuperar cierta esfera de naturalidad no tomada en cuenta por la vanguardia. Poesía emotiva, al mismo tiempo constituye una reflexión profunda de la naturaleza de la vida. Poesía directa, contundente, de economía de recursos, quiere descifrar, en su evocación y celebración del misterio, "el alfabeto del mundo", frase última que da título al libro editado por El Fondo de Cultura Económica, que compila la poesía escrita por Eugenio Montejo de 1967 a 1986 y recogida en sus principales libros: Elegos (1967), Muerte y memoria (1972), Algunas palabras (1977), Terredad (1978), Trópico absoluto (1982) y Alfabeto del mundo (1986). Su más reciente volumen de poesía es Partitura de la cigarra (1999). Como ensayista, Eugenio Montejo obtuvo el Premio Nacional de Literatura de su país en 1999 con El cuaderno de Bias Col/ (1983), libro de escritura heteronímica que coparticipa de las calidades de narración y ensayo sobre el lenguaje o, mejor, sobre los lenguajes posibles. Otros libros en este rubro, herencia de los juegos heteronímicos de Pessoa, son Guitarra del horizon te (1991) y El ha-
cha de seda. Es autor también de las colecciones de ensayos, La ventana oblicua (l 974) y El taller de blanco (1983). Claudia Posadas - ¿Cuál es el sentido de la epifanía en su poesía? Eugenio Montejo - Se encuentra ligado al concepto de "terredad". Dicho sencillamente, la terredad es un intento de definir la condición misteriosa de los días del hombre sobre la Tierra. Esa experiencia de la terredad se basa en lo que se llama la emoción de lo existente. Dentro de esto, a menudo reiteramos emociones terribles come e! confrontarnos con el misterio de que nos precede un inmenso océano de nada y de que somos como una isla. Es percibir la fugacidad de la vida, tan breve, que es un soplo. Ya Sófocles no le llamaba "hombre" al h ombre, sino "efímeros". Él decía "Oh efímeros, qué se es, qué no se es". Bien. Dentro de estas experiencias de lo terrible de la condición humana, a veces no se puede olvidar que también es parte de lo otro. ¿Qué es lo otro? La celebración de la vida, el milagro irrepetible de estar aquí. Cada minuto uno se maravilla de