Revista
territorios y paisajes SEPTIEMBRE 2018
#37
prácticas.
Apropiación del espacio público. Diseño participativo
en villa El Cabildo en el contexto del programa Quiero mi Barrio 2014
Conocer y actuar en el paisaje.
| 04 | 12
Los catálogos de paisaje de Cataluña y su aplicación en la planificación
una posibilidad de incorporar el paisaje fragmentado de la comuna de La Florida
Mapeamos Historias, Narramos Lugares: Corporación Cultura de Paisaje en Chile
Infraestructura Verde e Instrumentos de Planificación territorial:
Metodologías participativas:
| 32
Instrumentos para la visualización y reflexión colectiva en torno al paisaje
actores.
Entrevista a Julián Sobrino Simal
columnas.
Entre paisajes de sobreacumulación y subsistencia.
Continuidad, reducción y fragmentación en el espacio mapuche contemporáneo
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| 52 El lado oscuro de los territorios de extracción en Chile | 57 Territorio y Paisaje: dos palabras en busca de lugar
Land-scape: ¿Protección o destrucción de nuestros paisajes?
| 64
Alameda de Santiago de Chile: un territorio en tensión permanente Paisajes dominados por la infraestructura en Río de Janeiro
| 82
reseñas.
OVERVIEW: Una nueva perspectiva de la Tierra
K’urpay ¿Hacia la destrucción de los paisajes andinos?
| 74
| 86 Hacia una nueva mirada del Paisaje en el Territorio | 90
| 18 | 26
| 69
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c om i té edi tori a l –Instituto de Estudios Urbanos y Territoriales UCDirector | Arturo Orellana Editora General | Piera Medina Equipo Editorial | Tai Lin, Acoyani Adame, Paulina Zúñiga, Pia Acevedo Diseño Planeo Digital | Paula Bravo Todos los trabajos publicados se adscriben a Creative Commons en su modalidad 2.5, que establece que todo el material publicado es de dominio público y puede re-publicarse, siempre y cuando: no sea con fines comerciales; no se modifique ni se mencione claramente autor y fuente. Las imagenes publicadas que no poseen fuente fueron producidas por la Revista Planeo y se adscriben igualmente a Creative Commons en su modalidad 2.5.
PLANEO es una revista bimestral dedicada al análisis de temáticas urbanas y regionales, desarrollada por académicos y estudiantes del Instituto de Estudios Urbanos y Territoriales (IEUT) de la Pontificia Universidad Católica de Chile Santiago de Chile. PLANEO nace en diciembre de 2011 con el interés de constituirse en un espacio de discusión que posicione los temas urbanos y regionales en la agenda del debate nacional y regional. En términos específicos, la revista se reconoce como un vehículo de estudio y promoción de la planificación urbana y territorial. Es una revista con línea editorial que se concentra en la generación de propuestas, visiones y opiniones. Comunidad PLANEO PLANEO busca ser una plataforma de expresión de las personas interesadas en las ciudades y territorios, todos aquellos que, desde diversas posiciones, se propongan mejorar la calidad de vida de los ciudadanos.
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Comité de obras en visita 100% obra terminada en Plaza La Estrella
Portonazo en La Florida / Fuente: Nunorktimes, 2018
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apropiación del espacio público. diseño participativo en villa el cabildo en el contexto del programa quiero mi barrio 2014 Víctor Hugo Lenin Acuña Jiménez Sociólogo Universidad Academia de Humanismo Cristiano, Magister en Psicología, Mención en Psicología Comunitaria Universidad de Chile. María Magdalena Barros McIntosh Arquitecta PUC, Arquitecta del Paisaje PUC, Magister en Proyectos de Arquitectura y Urbanismo FUNIBER
El siguiente articulo propone una reflexión sobre las consecuencias de la participación de la comunidad en la ejecución del programa de Recuperación de Barrio
S
e habla mucho de la recuperación de Barrios, pero ¿Qué es lo que se recupera cuando se recupera
un barrio? Bajo diversas perspectivas la recuperación
“Quiero mi barrio” implementado en la Villa el cabildo
de un barrio considera, a lo menos, dos dimensiones
de Pudahuel Sur y en la apropiación del espacio público.
(MINVU, 2014): una física o espacial, donde recobramos un espacio que no tiene un uso, o tiene un uso no
recuperación barrial / espacio público /
deseado, o no tiene un equipamiento apropiado, y una
diseño participativo
segunda dimensión más bien social, que se refiere a la re significación del lugar, de manera que aquello que es ajeno o no reconocido, se vuelva parte de aquello que reconocemos como parte de nuestra cultura, de nuestra identidad (Iñiguez, 2001), y que las personas se apropien de él. Desde otro punto de vista, las intervenciones territoriales consideran varias dimensiones: estructural, urbana, rural, medioambiental y PAISAJÍSTICA (Visión
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Imagen objetivo proyectos de barrio
integradora de las anteriores…). “Se trata de una di-
plaza existente, pero que los vecinos no consideraban
versidad que resulta de la articulación de lo físico, lo
como propia. Se diseña un espacio que diversifica las
biológico y lo cultural en cada lugar…“ (Mata, 2006).
zonas para el uso de diferentes actores, reconociendo
Desde esta perspectiva, la intervención que expone-
los usos y tránsitos cotidianos preexistentes. Ambos
mos reconoce esta complejidad de múltiples aspectos.
proyectos se abordaron adaptándose a los contextos
Una de las experiencias que consideramos exito-
de la ciudad y permitiendo una apropiación de dichos
sas en la recuperación de Barrio, dadas las dimensio-
espacios por parte de los vecinos/as, re construyendo
nes anteriores, es la realización del programa Quiero
o re modelando con ello su identidad.
mi Barrio en la Villa el Cabildo de Pudahuel Sur, que co-
El trabajo del programa Quiero mi Barrio instala
mienza el año 2014 con la instalación de iluminación
una metodología participativa que permite generar
peatonal por Av. Los Mares, para luego fijar proyectos
por una parte, la definición física de los proyectos y por
de espacios públicos con la comunidad, a recuperar
otra una apropiación significativa de los espacios que
dentro del barrio: 1. Recuperación de borde barrial,
se reconocen por parte de los vecinos como lugares de
consiste en el mejoramiento de las platabandas que
encuentro cotidiano y de generación de vida de barrio.
se encontraban abandonadas en todo el contorno del
A través de la utilización de las metodologías par-
barrio, a través de elementos constructivos y de paisa-
ticipativas, en este barrio consideramos al menos tres
je que dieran diversidad de usos pero continuidad es-
aspectos que creemos interesante relevar, tres aspec-
pacial; 2. Plaza La Estrella, que consistía en mejorar una
tos que dan sustento al uso de dichas metodologías:
prácticas
Participación adultos con maquetas proyectivas
1. Las diferentes instancias de participación (maque-
2. Parte de la metodología fue visitar otros barrios y
tas de propuesta, dibujos de preferencias significati-
espacios públicos que permitieran una apertura de
vas, conversaciones, juegos, etc.) permitieron que los
miradas sobre la organización barrial así como las po-
vecinos reconocieran sus usos cotidianos, estos fueran
sibilidades de espacialidades novedosas para los ve-
valorados y, luego, respetados en el diseño y ejecución
cinos de El Cabildo, las que facilitaron la amplitud de
de los proyectos, de manera de explorar esas cotidia-
propuesta espacial de los proyectos y generaron una
nidades que construyen la propia historia;
mirada positiva al trabajo comunitario; 3. Se incorpora la participación de niños en la propuesta de diagnóstico que fue marcada por un gran interés en la recuperación de los espacios públicos, mientras que en los adultos la mirada era más bien de desapego de estos espacios y de valorización de los espacios privados. Este contrapunto fue trabajado con la comunidad permitiendo generar un cambio de mirada de los adultos en relación a estos lugares.
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Participación de niños a través de dibujos
Hoy, con las obras ya construidas, los vecinos han generado nuevas acciones en su espacio de barrio y es posible observar las siguientes potencialidades del proyecto: A-. La iluminación permitió volver a recorrer los espacios en diferentes horarios, por lo que recuperó un uso que se había perdido, además de permitir mayor sensación de seguridad y en definitiva mayor confianza; B-. Se han generado nuevos puntos de encuentro entre vecinos y vecinas, diversificando los actores que hacen uso del espacio público, permitiendo conocerse entre ellos y generando un mayor sustrato de participación; C-. En una dimensión identitaria, la participación permitió que los vecinos y vecinas reconozcan como propias las decisiones que se tomaron en los procesos de diseño dando validación y apropiación a los nuevos espacios, lo que facilita los compromisos de cuidado y mantención, más allá de las responsabilidades estatales sobre ello; D-. Se ha promovido la belleza y la particularidad de los diseños y ejecuciones, generando con ello un estándar de excelencia que da un mayor valor económico y social, como una política de equidad, que también aumenta los estándares de la propia población hacia la entidad pública; E-. Se ha facilitado la valoración de especies nativas incorporadas a los proyectos; F.-Por último, los procesos participativos han permitido la articulación de los diversos actores comunitarios y estatales, en una relación directa que la hace sustentable en el tiempo más allá de la permanencia del programa y el equipo barrial, que ya en esta etapa permite que la comunidad se vincule directamente con las unidades municipales para coordinar o gestionar acciones de barrio.
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«En una dimensión identitaria, la participación permitió que los vecinos y vecinas reconozcan como propias las decisiones que se tomaron en los procesos de diseño dando validación y apropiación a los nuevos espacios, lo que facilita los compromisos de cuidado y mantención»
prácticas 11 Por último, tenemos la convicción que la recuperación en barrio El Cabildo se ha logrado por la apropiación e identificación de los espacios por parte de la comunidad, que han permitido tener nueva vida en espacios públicos antiguamente abandonados. Consideramos sin embargo, que más allá de la utilización de metodologías participativas, las cuales se constituyen como una herramienta, estas deben estar asociadas a una voluntad política, y práctica, para ejercer la gobernanza desde los insumos que las metodologías generan, adecuando los tiempos y procedimientos, dentro de lo posible, a los procesos comunitarios y a la madurez de las organizaciones existentes, alineando a todos los actores en mayor horizontalidad, de conocimiento y, en última instancia, de poder, no solo en la toma de decisiones sino en las practicas permanentes. Un nuePlaza La Estrella abierta a la comunidad en sus primeros días
vo trato en la aplicación de la política pública. ¶
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conocer y actuar en el paisaje. los catálogos de paisaje de cataluña y su aplicación en la planificación Pere Sala i Martí Director del Observatorio del Paisaje de Cataluña www.catpaisatge.net
En el marco del Observatorio del paisaje en Cataluña, comunidad autónoma de España, se aborda en la pre-
E
n diciembre del año 2000, el Parlamento de Cataluña se adhirió al Convenio Europeo del Paisaje
sente práctica cómo este elemento ha sido incorporado
(CEP), y en el 2005 se aprobó la Ley 8/2005, de pro-
dentro de la gestión y planificación territorial como un
tección, gestión y ordenación del paisaje. A través de
activo a través de la discusión acerca de los catálogos de
la aprobación de esta Ley, el paisaje deja de tener una
paisajes creados por esta entidad.
connotación exclusivamente estética para pasar a ser un elemento activo en la ordenación y gestión del te-
paisaje / catálogo / planificación
rritorio, como también un motor de desarrollo. En paralelo a este proceso, se creó el Observatorio del Paisaje de Cataluña, entendido como un centro de pensamiento, estudio, documentación y acción sobre el paisaje, y un punto de encuentro entre todas aquellas instituciones, entidades y personas que, en Cataluña y fuera de Cataluña se preocupan y se interesan por esta temática. Una de las principales actividades del Observatorio del Paisaje desde 2005 ha sido la elaboración de los siete catálogos de paisaje de Cataluña,
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The Landscape Catalogues of Catalonia. Observatorio del paisaje.
creados por la Ley del paisaje, encargados por el De-
cos en el planeamiento territorial y urbanístico, como
partamento de Territorio y Sostenibilidad de la Gene-
también constituyen una referencia para estrategias
ralidad de Cataluña, y pensados como instrumento de
sectoriales asociadas al paisaje (agrarias o turísticas,
caracterización del paisaje con el fin de introducirlo en
por ejemplo), o para campañas de sensibilización so-
la planificación territorial y sectorial.
cial sobre la diversidad paisajística de un territorio. Los catálogos no son un mero inventario de ele-
Los catálogos de paisaje, del conocimiento
mentos, espacios o valores, tal y como podría suscitar
a la acción
su nombre. Son mucho más que esto. Constituyen
El conocimiento es la base para poder tomar deci-
las herramientas que permiten conocer cómo es el
siones acerca del paisaje. Desde esta perspectiva, los
paisaje y qué valores contiene, qué factores explican
catálogos constituyen el principal proyecto de gene-
que tengamos unos paisajes determinados y no otros,
ración de conocimiento, definidos por la Ley 8/2005
cómo evolucionan estos paisajes en función de las ac-
de protección, gestión y ordenaciones como los «do-
tuales dinámicas económicas y sociales y, finalmente,
cumentos de carácter descriptivo y prospectivo que
qué tipo de paisaje queremos y cómo podemos con-
determinan la tipología de los paisajes de Cataluña,
seguirlos. Actualmente, con el 100% de los paisajes de
identifican sus valores y estado de conservación y
Cataluña identificados y caracterizados a través de los
proponen objetivos de calidad que deben cumplir».
catálogos, su marco conceptual, metodológico y pro-
En este sentido, el principal objetivo de los catálogos
cedimental para la elaboración de los siete catálogos
es contribuir a la incorporación de objetivos paisajísti-
se publicó una vez terminados [1].
prácticas 15
«El principal resultado y el más visible de los catálogos ha sido el mapa de 134 unidades de paisaje, o 134 paisajes, que cubren todo el territorio de Cataluña, y que no son vistas como entidades político-administrativas, sino como espacios de vida, lugares de encuentro, contenedores de memorias colectivas o, incluso, ámbitos idóneos para repensar el gobierno del paisaje.»
La implicación de los agentes públicos y privados,
tro, contenedores de memorias colectivas o, incluso,
y de la ciudadanía
ámbitos idóneos para repensar el gobierno del paisaje.
Los catálogos han intentado superar la clásica lógi-
No son sólo ámbitos de comprensión y descripción del
ca sectorial y han articulado formas participativas y
carácter de un determinado paisaje, sino ámbitos de
transversales de trabajar y de generar el conocimiento.
gestión, de ordenación y de intervención. A estas cua-
Con el fin de incidir en todas sus fases de elaboración.
lidades se les debe sumar su gran capacidad didáctica
Buscando la máxima representatividad, se combina-
y de sensibilización.
ron diversas técnicas de participación pública, como entrevistas telefónicas, estudios de opinión, consultas
Aplicación de los catálogos de paisaje en las
a través de internet, entrevistas a los agentes ya exper-
políticas territoriales y sectoriales, y el ámbito
tos, talleres de trabajo, sesiones informativas, etc.
local Otra de las principales peculiaridades de los catálogos
Las unidades de paisaje, nuevos ámbitos de
de paisaje es que de ellos se derivan las Directrices de
referencia para la planificación
paisaje, creadas por la Ley homónima, y que recogen los
El principal resultado y el más visible de los catálogos
objetivos de calidad paisajística de los catálogos y los
ha sido el mapa de 134 unidades de paisaje, o 134 pai-
introducen normativamente en los planes territoriales
sajes, que cubren todo el territorio de Cataluña, y que
aprobados por el Gobierno. El conocimiento aportado
no son vistas como entidades político-administrati-
por los catálogos también empieza a ser utilizado en
vas, sino como espacios de vida, lugares de encuen-
las políticas sectoriales. En el ámbito energético, por
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Els Paisatge de Catalunya. www.catpaisatge.net
ejemplo, el Observatorio ha elaborado la guía «Orien-
por la Administración y por la misma sociedad civil.
taciones para una adecuada implantación de los ae-
Muchas de ellas, en forma de cartas (como la carta del
rogeneradores en Cataluña», dirigida a promotoras y
paisaje del Priorat o del Lluçanès) o planes de paisaje
profesionales, aportando orientaciones para colocar
(como el Plan de paisaje transfronterizo de la Cerdaña,
adecuadamente estas infraestructuras en el territorio
o el plan de paisaje de Cervera), son experiencias que
en función de la diversidad de paisajes de Cataluña y
crean nuevos espacios de diálogo y concertación entre
de sus valores reconocidos en los siete Catálogos.
actores, promoviendo de esta forma la corresponsa-
En paralelo, el mundo local se interesa cada vez más en el paisaje, y fruto de ello nacen iniciativas de gestión y ordenación de este lideradas o coliderada
bilidad con la aplicación de las políticas y acciones de paisaje.
prácticas 17 Cartas de Paisaje. www.catpaisatge.net
Para concluir
más utilidades que las contempladas por la Ley. Sobre
La función del Observatorio del Paisaje es la de
todo, para aquellos territorios que buscan nuevos con-
actuar de punto de encuentro entre todas aquellas
tenidos y nuevas respuestas, y para aquellas adminis-
instituciones, entidades y personas que, en Cataluña y
traciones y entidades que ponen sobre la mesa nuevas
fuera de Cataluña, se preocupan y se interesan por el
formas de alcanzar acuerdos y de actuar, y donde el
tema del paisaje, tanto desde el Administración, como
paisaje es visto cada vez más como un bien común,
desde el ámbito profesional, docente y de la investi-
como un motor para su desarrollo, y como una vía para
gación. Con su trabajo simultáneo de generación de
incrementar su nivel de autoestima, de identidad, así
conocimiento y de planificación del territorio desde
como la calidad de vida de la ciudadanía. ¶
el paisaje, intenta contribuir a hacer realidad la consolidación de un nuevo paradigma que instaure nuevas formas de democracia participativa en todo lo relativo al gobierno y la gestión del territorio. En este sentido, los catálogos de paisaje han marcado un antes y un después en el conocimiento y la
notas
gestión del paisaje en Cataluña, tanto por su capaci-
[1] Nogué, Joan; Sala i Martí, Pere; Grau, Jordi, Els catàlegs de
dad de documentar y orientar a las políticas públicas,
paisatge de Catalunya: metodología = The Landscape Ca-
como por su potencial pedagógico o de sensibilización
talogues of Catalonia. Metodology. Olot: Observatori del
a la sociedad. Estas iniciativas, cada vez están teniendo
Paisatge de Catalunya, 2016.
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Catastro de recursos fluviales y áreas verdes barriales, comunales y metropolitanas en la comuna de La Florida
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infraestructura verde e instrumentos de planificación territorial : una posibilidad de incorporar el paisaje fragmentado de la comuna de la florida Aaron Jiménez Quezada Arquitecto de la Pontificia Universidad Católica de Valparaíso, Departamento de Urbanismo Dirección de Obras Municipalidad de La Florida, Diplomado en Nuevas Tecnologias Digitales en Arquitectura de la Pontificia Universidad Católica.
La presente práctica expone el estudio y mapeo de las áreas verdes en la Comuna de Florida, debido al alto déficit de estas, causado por la explosión urbana
L
a Florida es una comuna ubicada en el sector suroriente de la ciudad de Santiago en la Región Me-
tropolitana. Debido a su gran envergadura colinda con
poco planificada de los últimos 30 años en las co-
5 comunas: Puente Alto, Macul, Peñalolén, La Granja,
munas periféricas de Santiago. Identificando espa-
San Joaquín y La Pintana. Dicha ubicación es privile-
cios remanentes y sitios eriazos en la trama urbana
giada, no solo en términos de conexión con otras co-
con el potencial de vincularse como infraestructura
munas de Santiago, sino que, por su proximidad a la
verde con áreas verdes existentes. A partir de ello, se
precordillera, la cual le otorga diversos servicios eco-
analizó y reflexionó sobre la oportunidad de poner
sistémicos; se emplaza a pie de cerro de la Cordillera
en valor el paisaje precordillerano del valle central,
de los Andes, importante fuente de flora, fauna y re-
actualmente fragmentado, a partir del manejo de
cursos hídricos que alimentan al gran Santiago. Entre
los instrumentos de planificación territorial.
ellos se puede contar el Canal de Las Perdices, Canal San Carlos y Zanjón de la Aguada. Por otro lado, tiene
áreas verdes / paisaje fragmentado /
dos cerros islas, Chequén y Jardín Alto, pertenecientes
instrumentos de planificación territorial
a la red de 26 cerros islas en Santiago. Aun teniendo esta posición geográfica privilegiada en términos de biodiversidad, y de potenciales áreas verdes, esta comuna cuenta con un grave déficit
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«[...] la comuna de La Florida está alcanzado su límite de expansión urbana, a pesar de ello, existen distintos predios dentro de la trama urbana: como áreas verdes privadas, sitios eriazos, corredores naturales y recursos fluviales, los cuales tienen el potencial de contrarrestar este déficit de áreas verdes y fragmentación del paisaje natural, para integrarlo y generar una ciudad más sostenible y resiliente en el tiempo.»
prácticas 21 Fig. 2 Imagen de la izquierda muestra la densidad predial. Imagen de la derecha sitios eriazos con potencial de transformarse en áreas verdes.
de áreas verdes de 2.5 M2/hab (Centro de Políticas Pú-
Hoy la comuna de La Florida está alcanzado su lí-
blicas UC, 2017), muy por debajo de lo recomendado
mite de expansión urbana, a pesar de ello, existen dis-
por la Organización Mundial de Salud (OMS), que son 9
tintos predios dentro de la trama urbana: como áreas
m2/hab. Realidad que cobra mayor importancia al ubi-
verdes privadas, sitios eriazos, corredores naturales
car a la comuna de La Florida como la cuarta más pobla-
y recursos fluviales, los cuales tienen el potencial de
da de Santiago con 366.916 habitantes (CENSO, 2017).
contrarrestar este déficit de áreas verdes y fragmenta-
Para entender el déficit de áreas verdes que presenta la comuna, es necesario contextualizar la historia
ción del paisaje natural, para integrarlo y generar una ciudad más sostenible y resiliente en el tiempo.
urbana de la zona sur oriente de Santiago entendiendo
Es bajo este criterio de urbanización en el cual es
que, las comunas ubicadas fuera del anillo de Américo
importante destacar la visión que tiene Vásquez (2018)
Vespucio, fueron las primeras en ser afectadas por el
sobre los espacios verdes, señalando que “Hay que de-
explosivo y poco regulado crecimiento que ha perju-
jar de ver los espacios verdes simplemente como tie-
dicado a la Periferia en los últimos 30 años. Durante
rras vacantes que aún no han sido urbanizadas y a la
los años 90 se construyeron distintos proyectos de
espera de serlo, para verlos como una tipología de uso
viviendas sociales y de estratos medios que fueron
por sí misma que entrega múltiples beneficios sociales,
emplazados sin una planificación previa dejándolas en
económicos y ecológicos, y que por lo tanto son un eje
terrenos pocos conectados, sin el equipamiento nece-
estratégico en el desarrollo urbano”.
sario y áreas verdes recomendadas, aprovechando los
Bajo esta premisa, a través de un análisis de la den-
bajos costos de terreno que ofrecía la periferia. Lo que
sidad predial (fig.2), con información del Departamen-
produjo que esta expansión fuera desordenada, frag-
to Catastro Municipalidad de La Florida y de acuerdo al
mentada y con una nula cobertura de bienes públicos
Plan Regulador Comunal vigente, se realiza un mapeo
urbanos. Obteniendo como resultado comunas des-
de áreas verdes y recursos fluviales en la comuna, con
vinculadas de su contexto geográfico y territorial; con
el fin de identificar predios y espacios remanentes en
un paisaje fragmentado, sin consolidar ni reconocer su
la trama urbana, tanto públicos como privados, que
valor por parte del estado.
tengan el potencial de conservación ecológica o de transformarse en nuevas áreas verdes públicas.
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Fig. 3. Catastro de áreas verdes Barriales
Fig. 4. Catastro de áreas verdes comunales
prácticas 23
Fig. 5. Catastro de áreas verdes Metropolitanas
Al momento de catastrar, el criterio utilizado para de clasificación utilizado para identificar las áreas verdes de la comuna fue ordenarlas según su escala y junto a ello su radio de influencia con respecto a su entorno urbano. Es decir mientras mayores metros cuadrados tiene el área verde, mayor es el área de influencia en la ciudad. A partir de ello se denominan las siguientes escalas: a) Escala Barrial (fig. 3): Con un tamaño de 0 a 5 Ha. donde se pueden encontrar plazas, plazuelas y bandejones centrales. b) Escala comunal (fig. 4): Con un tamaño de 5 a 30 Ha, donde se pueden encontrar Centro de eventos, terreno religiosos, cerros islas y terrenos municipales no consolidados. c) Escala metropolitana (fig. 5): Con un tamaño de 30 a más Ha. Terrenos privados y públicos con el potencial y el tamaño para transformarse en áreas verde intercomunales. Parte de los resultados de este análisis es destacar la existencia de distintos sitios eriazos privados, protegidos como áreas verdes por el Plan Regulador Comunal (PRC) con el potencial de transformarse en áreas verdes públicas para la comuna. Está el caso del Cerro Isla Chequen de 39.1 Ha. y parte del Cerro isla Jardín Alto con 4.6 Ha. protegidos por el PRC como área verde. Por otro lado existe el caso del Parque La Salle un terreno eriazo de 61 ha., de las cuales 26 están protegidas por el PRC como Parque Intercomunal. Por otro lado el estudio nos revela que el área verde pública más grande de la comuna de La Florida es el Parque Frei con menos de 5 Ha. (fig. 6)
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prácticas 25 Es así, como el concepto de Infraestructura Verde (Benedict y McMahon, 2002) surge como una aproximación para comprender cómo se puede compatibilizar el crecimiento urbano con la protección del medio ambiente, haciendo énfasis en los servicios y Fig. 6. Estudio final, análisis del catastro de áreas verdes públicas y privadas de la comuna de la florida.
beneficios, tanto ecológicos como sociales; dentro de los cuales es posible destacar la capacidad de regular temperaturas, albergar especies nativas, proporcionar espacios para la recreación, mejorando la calidad de vida de muchas personas. Debido a lo anterior, es posible señalar que se reconoce la oportunidad de vincular el paisaje fragmentado en la Comuna de la Florida a partir de la consolidación de distintos sitios eriazos, en conjunto con las existentes áreas verdes reconocidas en los instrumentos de planificación territorial, para propiciar el encuentro de ecosistemas precordilleranos con el fin de poner en valor el paisaje cordillerano del Valle Central. ¶
bibliografía BENEDICT, M. & MCMAHON, E. (2002) Green Infrastructure. Washington: Island Press. Centro de Políticas Públicas UC (2017), Informe de investigación Mesa de áreas verdes del proyecto ciudad con todos. CENSO (2017) comuna de La Florida, Santiago, Chile. Departamento de Catastro (2018) Dirección de Obras Municipalidad de la comuna de La Florida, Santiago, Chile. Plan Regulador Comunal, PRLF-2/12 (2015) Comuna de La Florida, Santiago, Chile. Vásquez (2016) Infraestructura verde, servicios ecosistémicos y sus aportes para enfrentar el cambio climático en ciudades: el caso del corredor ribereño del río Mapocho en Santiago de Chile.
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Proyecto DAV, Refugio DAV Deutscher Andenverein (nd) © Archivo Club Alemán Andino de Santiago
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mapeamos historias, narramos lugares: corporación cultura de paisaje en chile Romy Hecht Marchant Directora de proyectos Corporación Cultura de Paisaje en Chile, Arquitecta y Magister en Arquitectura Pontificia Universidad Católica de Chile y Ph.D. en Historia y Teoría de la Arquitectura Universidad de Princeton.
En la presente práctica se aborda el concepto de paisaje desde la Corporación Cultura de Paisaje en Chile, una organización cuyo objetivo es poner
E
l año 2016 se formó la Corporación Cultura de Paisaje en Chile (www.culturadepaisaje.com), una
organización autónoma y sin fines de lucro dedicada
en valor este elemento, así como también generar
de modo exclusivo e integral al desarrollo de pro-
iniciativas y proyectos que promuevan su entendi-
yectos de puesta en valor y conservación del paisaje
miento, comprensión y resguardo.
en nuestro país. Cada uno de los proyectos incluyen publicaciones, exposiciones y difusión educativa que
paisaje / patrimonio / corporación
nos permitirán identificar, mirar, entender y valorar el paisaje que hemos construido para así superar su entendimiento habitual como naturaleza prístina y apartada del hombre. Consecuentemente, el objetivo central de la corporación es difundir la idea de paisaje chileno como una colección de obras humanas, como un registro de interacciones y diálogos históricos del hombre con su entorno y como una articulación entre recursos naturales y asentamientos humanos.
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Proyecto DAV, Cajón del Maipo, sector El Volcán (2018) © Philippe Boisier para Cultura de Paisaje en Chile
prácticas 29
«Hablar de paisajes en Chile obliga a superar divisiones político-administrativas y articular la conectividad, funciones ecológicas y programas de ocupación de, por ejemplo, áreas sometidas a períodos extensos de extracción minera y de áreas sometidas a riesgo inminente frente a movimientos telúricos o erupciones volcánicas, entre otros.»
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Entre los proyectos en proceso de desarrollo y gestión se encuentran la construcción de: un atlas cartográfico de los 25 volcanes más activos en Chile; la historia de paisajes productivos de valor patrimonial en Chile, identificados como territorios que han sido transformados de manera visible y permanente por oficios ancestrales desarrollados en un ámbito comunitario; un registro del potencial oculto en la reincorporación de los relaves mineros como áreas que pueden recomponerse y reinsertarse en torno a comunidades específicas; estrategias de reclamación de faenas mineras urbanas en condición de abandono, paralización y/o cierre como nuevos paisajes públicos; y la valoración del excursionismo desarrollado por el Club Alemán Andino de Santiago en los cerros de la Región Metropolitana. Si bien Chile ofrece una peculiar configuración geográfica, su territorio no necesariamente ha sido ocupado considerando su condición dinámica, vale decir, no necesariamente se ha logrado construir una asociación funcional entre sistemas naturales y proyectos estratégicos en torno a la transformación de sitios, urbanos, complejos y relevantes. Por ende, la construcción de una cultura de paisaje no es una tarea sencilla, pues demanda al menos tres líneas de acción en la manera de presentar nuestros paisajes:
prácticas 31
1. Identificar, describir e interpretar sistemas
evolución y adaptación frente a perturbaciones ines-
pre-existentes. Hablar de paisajes en Chile obliga a
peradas o nuevos programas de uso y eventos, formu-
superar divisiones político-administrativas y articular
lando como resultados objetivos de transformación
la conectividad, funciones ecológicas y programas de
y no tan solo de mitigación que vuelven a crear una
ocupación de, por ejemplo, áreas sometidas a períodos
visión unitaria para una forma final preconcebida.
extensos de extracción minera y de áreas sometidas
El paisaje en Chile es más que campo y ciudad,
a riesgo inminente frente a movimientos telúricos o
cordillera y mar, desierto y bosques: es el resultado de
erupciones volcánicas, entre otros.
una articulación de sistemas ecológicos diversos, de infraestructura ya construida y de una memoria histó-
2. Reforzar la investigación de patrones de
rica y colectiva.
transformación de los sistemas. Ello supone la cons-
El paisaje en Chile es la suma de la multiplicidad
trucción de inventarios tanto ecológicos como de in-
de sistemas naturales que caracterizan a nuestro terri-
tereses económicos, de cambios demográficos, de lo-
torio y los asentamientos que hemos construido para
calización de recursos y de niveles de toxicidad, entre
utilizarlos y/o disfrutarlos. Por este motivo, necesita
otros, cuestionando cómo y porqué se ha llegado al
ser abordado como un proyecto complejo y potencial-
estado presente. Ello permitiría la elaboración de un
mente capaz de articular relaciones entre usos esta-
catastro no sólo de áreas de riesgo, sino también de
blecidos y futuros urbanos imaginados, de crear nue-
potenciales sitios de intervención y expansión a partir
vos paisajes donde no hay “espacio oficial” para ello
del entendimiento de las fuerzas interactuando en un
y de constituir modelos de urbanización y de recon-
sitio, revelando así su trayectoria hacia una condición
versión de ecologías urbanas en desuso, estableciendo
futura.
epistemológica y técnicamente una estructura base capaz de definir mejores lógicas de transformación de
3. Cambiar el verbo mitigar por anticipar. Si se
las formas urbanas.
logra entender que la ocupación territorial es un pro-
Esperamos entonces contribuir a la construcción
ceso evolutivo análogo a la materialización de un pro-
de nuevas narrativas de paisaje en Chile como oportu-
yecto de paisaje, entonces se entenderá también que
nidades de desarrollo de nuestra identidad y patrimo-
su diseño implica anticipar y acomodar crecimiento,
nio del mañana. ¶
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Resultado de la técnica “Construcción de Paisajes” desarrollados en el marco del Taller de Iconoclasistas en el Diplomado de Metodologías Participativas de Arteduca, 2018
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metodologías participativas : instrumentos para la visualización y reflexión colectiva en torno al paisaje Catalina Loren Santana Antropóloga Social, Universidad de Chile, Diplomada en Planificación y Gestión Urbana Integrada, Universidad Católica de Chile, ONG Observatorio CITé.
El aumento y diversificación en el uso de metodo-
a su hábitat. La técnica de “Construcción de Paisajes”
logías participativas para el trabajo socio territo-
desarrollada por Iconoclasistas ha resultado ser un ins-
rial ha surgido como respuesta a nuevos modos de
trumento esencial en esta labor, en la cual por medio
conceptualizar y entender el entorno que habita-
de la utilización de fotografías y diversos recursos grá-
mos. Es así como la perspectiva teórica del paisaje
ficos los habitantes logran representar problemáticas o
ha permitido vincular aspectos medioambientales,
temáticas de interés asociadas a su entorno, desarro-
ecológicos y objetivos del territorio, con elementos
llando procesos creativos y dinámicos que invitan a una
subjetivos tales como valorizaciones sociales, patri-
vinculación entre razón e intuición, para lograr final-
moniales o dinámicas locales, donde se hace nece-
mente una planificación y gestión integral, sostenible y
sario observar lo que no es evidente a simple vista.
participativa del territorio.
Es por esto que en el último tiempo se han desarrollado innovadores instrumentos para la implementación de procesos participativos territoriales, donde por medio de nuevos modos de visualizar y representar el espacio habitado, las personas logran generar una reflexión y consenso colectivo respecto
metodologías participativas / cartografía / paisaje
34
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E
n el último tiempo hemos sido testigos de la apertura de instituciones públicas y privadas al desa-
rrollo de cada vez más diversos procesos de participación ciudadana, además de la formulación de políticas y proyectos que vinculen de mejor modo a ejecutores y beneficiarios por medio de lógicas colaborativas. Es así como las intervenciones a nivel territorial no han quedado exentas de estos procesos, desplegándose así diferentes modalidades de trabajo con los habitantes, las cuales van del orden de mesas intersectoriales que buscan dialogar y llegar a acuerdos entre las partes, a iniciativas que los involucran activamente en la planificación y gestión de su entorno, empoderándolos y capacitándolos en esta labor. De este modo, los instrumentos y técnicas empleadas en estas instancias cada vez se han ido complejizando más, a partir de una mayor reflexión y vinculación teórica respecto a los contextos en los que se aplican, así como también, por los aprendizajes obtenidos en estas experiencias. Es en relación a esta vinculación entre teoría y técnica que el concepto de paisaje ha resultado altamente provechoso, dotando de un carácter histórico, dinámico y escalar al territorio, permitiendo la exploración de nuevos modos de visualización y entendimiento del entorno por parte de sus habitantes. Tal como señalaba el geógrafo Milton Santos, el paisaje representa un conjunto de formas capaces de expresar las herencias sucesivas de relaciones localizadas entre naturaleza y ser humano, reuniendo objetos pasados y presentes, teniendo así un carácter transtemporal asociado a una geografía retrospectiva que recupera la memoria del pasado, en la cual el paisaje como instrumento de trabajo permite aproximarnos a esas etapas pretéritas desde una perspectiva de conjunto (SANTOS, 2000). De este modo, incorporar la dimensión del paisaje ha permitido un cambio de paradigma en la planificación, que dinamiza la gestión del territorio al considerar enfoques cualitativos, participativos y propositivos, conociendo en profundidad sus historias, dinámicas propias y características de las comunidades que lo habitan, para lo cual los instrumentos que se aplican deben contar con una variedad de tipologías, ya sean estas cartografías, textos, relatos o imágenes que
prácticas 35
Resultado de la técnica “Construcción de Paisajes” desarrollados en el marco del Taller de Iconoclasistas en el Diplomado de Metodologías Participativas de Arteduca, 2018
permitan ajustarse a cada contexto. Por otra parte, la
e identitarias de la población respecto a su experien-
reaparición de la idea de paisaje responde a la nece-
cia de habitabilidad en ellos. Es así como la cartografía
sidad de atender problemáticas medioambientales y
resulta ser un medio visual provechoso para estimular
ecológicas, ya que su consideración permite el enten-
la intuición, creatividad y acción en el observador, al
dimiento de los lugares en una lógica escalar, la cual
inducirlo a una lógica imaginativa, perceptiva y reflexi-
vincula procesos naturales con valoraciones sociales,
va sobre su entorno, haciendo aflorar aquello que no
patrimoniales y económicas de manera compleja. El
es evidente y posibilitando nuevas lecturas respecto
paisaje presentaría territorios humanizados, al reunir
a éste. Así, la cartografía permitiría resolver esta apa-
lo natural, cultural e identitario, siendo el ser humano
rente contradicción entre razón e intuición, dado que
una parte integral del sistema ambiental que habita,
por un lado presenta elementos objetivos del territo-
logrando desarrollar así su protección, planificación y
rio, pero a su vez, hace emerger los aspectos subjetivos
gestión de manera completa y sostenible (GARCÍA &
que se vinculan a ellos, permitiendo anticipar transfor-
BOROBIO, 2012).
maciones en los paisajes e invitando a su proyección
Esta transformación en la conceptualización del
y apropiación por parte de sus comunidades. Es por
territorio ha traído aparejado el desafío de explorar
esto que, para la utilización de la cartografía debe-
nuevas e innovadoras herramientas, instrumentos y
mos recurrir a todos los recursos que complementen
técnicas para su aproximación y entendimiento en
y complejicen el territorio, con el fin de realizar una
procesos de participación ciudadana, en los cuales se
caracterización toponímica y extensiva de ellos, que
logre plasmar las interpretaciones sociales, culturales
enfaticen en sus narrativas y singularidades, donde la
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| n° 37 | septiembre 2018
«La herramienta de la cartografía participativa o mapeo colectivo ha acompañado a este cambio de paradigma en la aproximación al territorio, donde se considera una nueva conceptualización, la del paisaje, modificando así también los modos de gestionarlo y planificarlo. De esta manera, a partir del análisis de las diversas escalas que representa un paisaje se logra vislumbrar los elementos históricos y patrimoniales del territorio, sus dinámicas y modos de habitar particulares, así como también, sus trasformaciones y proyecciones de una manera creativa, reflexiva y comunitaria.»
idea de paisaje permite visibilizar la escala humana e histórica de los territorios (BOROBIO & GARCÍA, 2011). Es a partir de esta aproximación conceptual y metodológica del paisaje que se rescata la experiencia del dúo argentino Iconoclasistas, los cuales tienen una vasta experiencia respecto investigación territorial colaborativa, uso de cartografías críticas y experimentación con arte gráfico de código abierto, invitando por medio de su aplicación a prácticas de resistencia y transformación social. Dentro de sus múltiples herramientas, las cuales son presentadas en el “Manual de Mapeo Colectivo”, encontramos la técnica de Construcción de Paisajes la cual consiste en la elaboración de un collage fotográfico que presenta un relato visual respecto a panoramas urbanos, en el cual se problematiza y analiza determinada temática de interés en la comunidad a partir de recursos gráficos. Las fotografías utilizadas pueden ser
prácticas 37
bibliografía BOROBIO, M; GARCÍA, M. “Paisajes en transformación vs razón e intuición: la cartografía como herramienta de planificación y gestión sostenible del territorio” En: Transformaciones urbanas sostenibles (2011) 38-65. GARCÍA, M; BOROBIO, M. “El paisaje como medio para la planificación territorial”. Revista Ciudades N°15 (2012) 115-132 RISLER, J; ARES, P. “Manual de Mapeo Colectivo: recursos cartográficos críticos para procesos territoriales de creación colaborativa” (2013). SANTOS, M. “Capítulo 3: El espacio geográfico, un híbrido” En: La naturaleza del espacio (2000).
obtenidas en una etapa previa de deriva o recorrido
paradigma en la aproximación al territorio, donde se
territorial, donde los participantes registran las esce-
considera una nueva conceptualización, la del paisaje,
nas que para ellos se vinculan de mejor modo al tema
modificando así también los modos de gestionarlo y
a trabajar, o pueden corresponder a fotografías previa-
planificarlo. De esta manera, a partir del análisis de las
mente capturadas, las cuales sean seleccionadas por
diversas escalas que representa un paisaje se logra vis-
los asistentes para la sesión de trabajo en función de
lumbrar los elementos históricos y patrimoniales del
sus objetivos y expectativas. Posteriormente, con es-
territorio, sus dinámicas y modos de habitar particu-
tas fotografías se construyen colectivamente paisajes
lares, así como también, sus trasformaciones y proyec-
arquetípicos, los cuales no necesariamente reflejan la
ciones de una manera creativa, reflexiva y comunitaria.
realidad del territorio, sino que buscan generar paisa-
Es de esperar que a futuro nuevas herramientas surjan
jes que reflejen situaciones emblemáticas, visibilizan-
con el objetivo de continuar en la línea del trabajo te-
do conexiones, responsables, resistencias o transfor-
rritorial colaborativo, donde se logre llegar a procesos
maciones. Las fotografías se pueden combinar entre
cada vez más inclusivos que logren atender la diversi-
sí y también se pueden sumar nuevos recursos, tales
dad social de cada lugar, para que se implementen ini-
como dibujos u otros elementos gráficos para su ade-
ciativas que respondan y conecten de manera precisa
cuada representación (RISLER & ARES, 2013).
con las necesidades y deseos de cada territorio. ¶
La herramienta de la cartografía participativa o mapeo colectivo ha acompañado a este cambio de
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«Ya no entendemos los paisajes sólo como una transformación morfológica y, por tanto material»
actores 39
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s
entrevista a julián sobrino simal por Pia Acevedo Doctoranda en Arquitectura y Estudios Urbanos (puc). Becaria conicyt. Magíster en Gestión Cultural (u. chile). Licenciada en Historia (udp).
Julián Sobrino es Doctor en Historia del Arte. Profesor
Posees una vasta trayectoria en torno a la tipología
Titular de la Escuela Técnica Superior de Arquitectura de
del patrimonio industrial y su relación con el
la Universidad de Sevilla. Docente del Master de Arqui-
territorio. ¿Cómo definirías el rol de la industria en la
tectura y Patrimonio y parte del Programa de Doctorado
configuración del paisaje en España? ¿Cuál ha sido el
de Arquitectura de dicho centro de estudios. Sus inves-
impacto de este tipo de actividad económica desde la
tigaciones se relacionan con los paisajes industriales, el
perspectiva social y espacial en el contexto español?
patrimonio cultural y las transformaciones territoriales
La industria, la producción, es parte constitutiva de la
a partir de las actividades productivas en España.
especie humana y por tanto los paisajes, como bien sabemos, han sido modificados desde el comienzo de las actividades productivas en diferentes grados. Desde el primer tecnopaisaje, a comienzos del Paleolítico, hasta hoy, el planeta Tierra y sus diferentes áreas geoculturales son el resultado de la acción humana, llegando incluso a la definición de una nueva Era como es en la actualidad la que la comunidad científica ha denominado como Antropoceno [1]. En nuestra época debemos combinar la visión global con la local, de modo que cuando hablamos del paisaje industrial en España no podemos obviar el contexto relacional histórico que, desde hace milenios, la noción de longue durée, nos permite explicar el actual estado del paisaje
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| n° 37 | septiembre 2018
en el territorio español en contacto con diferentes
diferentes fases de los procesos productivos, desde la
procesos históricos, endógenos y exógenos, a lo largo
obtención de la materia prima hasta llegar al producto
de nuestra dilatada historia. Hoy el estudio del Patri-
final, para descubrir un paisaje dinámico y evolutivo
monio Cultural y, singularmente, el del Patrimonio In-
que, de carácter tradicional o innovador, constituye
dustrial, no deberían desligarse de sus estrechas im-
hoy la expresión territorial de la economía.
plicaciones con la transformación del medio natural,
Pero al mismo tiempo que destacamos la histo-
partiendo de estos tres enfoques: 1. La influencia del
ricidad del paisaje-materia, me gustaría insistir en la
medio en el desarrollo de las civilizaciones; 2. Las acti-
dimensión del paisaje-memoria. La noción de paisaje
tudes humanas respecto de la naturaleza; 3. El efecto
industrial, o de la producción en mi terminología, se
de las civilizaciones sobre el medio natural.
inserta en la memoria de cada generación y, por tanto,
En cuanto al impacto de la industria en el paisa-
se asocia a un tiempo histórico concreto, relacionán-
je debemos comprenderlo desde una perspectiva del
dose, ineludiblemente, con las características que la
crecimiento exponencial en relación con los diferen-
economía, en estrecha vinculación con la técnica, tuvo
tes modos de producción. Ya que ésta, la aceleración
en cada uno de sus periodos. Por tanto se deben esta-
histórica, es una de sus principales características en
blecer diversas categorías de paisaje de la producción
cuanto a la extensión, sus escalas, y en cuanto a la
en relación dialéctica con el tiempo y con el espacio,
intensificación, sus impactos. Además debe ser com-
ya que es muy diferente la memoria de lo productivo,
prendido el impacto de la industria sobre el territorio,
de su paisaje, como tecnopaisaje, del observado, se-
entendido como paisaje de la producción, no sólo des-
gún sea la edad de las personas que lo recuerdan. El
de su dimensión física sino también desde su dimen-
paisaje-memoria de la producción es un paisaje vivido,
sión social. Ya no entendemos los paisajes sólo como
entre su propia realidad y la subjetividad de las histo-
una transformación morfológica y, por tanto material,
rias individuales.
sino que la variable perceptiva de carácter fenomeno-
Paisaje estructural de la producción. Es de esca-
lógico, inmaterial, conforma la definición poliédrica del
la regional, es el territorio de los recursos naturales,
paisaje. Conformando un palimpsesto de carácter cro-
puede disponer de centros de transformación pri-
noespacial: en el que en el espacio leemos el tiempo [2].
maria, cuenta con capital técnico mixto, tanto obsoleto como avanzado, y los oficios se distinguen por
Considerando lo anterior ¿cómo podríamos definir
la polivalencia. Generándose un paisaje productivo
un paisaje industrial? ¿Cuáles son sus elementos más
predominantemente extractivo y de transformación
característicos y que le permiten diferenciarse de
primaria de los recursos. En esta escala se observa
otro tipo de paisajes?
como históricamente, desde la Edad Moderna, se ha
El paisaje industrial constituye un sistema integral en
ido acentuando una pérdida progresiva de autonomía
el que la geología, la historia, los oficios, las infraes-
de las escalas locales de microproducción en beneficio
tructuras y la sociabilidad han modelado diacrónica-
de su concentración en escalas locales de mesopro-
mente un territorio concreto. Y constatamos cómo,
ducción, como resultado del complejo y articulado sis-
en este sistema complejo, es esencial distinguir las
tema de ciudades así como del carácter acumulativo
actores 41
«[...] debe ser comprendido el impacto de la industria sobre el territorio, entendido como paisaje de la producción, no sólo desde su dimensión física sino también desde su dimensión social. Ya no entendemos los paisajes sólo como una transformación morfológica y, por tanto material, sino que la variable perceptiva de carácter fenomenológico, inmaterial, conforma la definición poliédrica del paisaje. Conformando un palimpsesto de carácter cronoespacial: en el que en el espacio leemos el tiempo.»
propio del sistema capitalista en sus modos de influir
dio en el que se producen los intercambios de flujos
en la organización del territorio. Este ámbito estructu-
entre el paisaje estructural y el funcional en relación
ral posee unas ventajas definidas fundamentalmente
con las materias primas, la tecnología y la energía, ge-
por la gran escala territorial, la disponibilidad de masa
nerando un paisaje en tránsito en el que predominan
laboral de bajo coste y la localización de importantes
las infraestructuras con toda su capacidad, demostrada
y rentables recursos naturales. Esta escala nos ilustra
históricamente, de influir en la ordenación territorial:
acerca de la importancia que históricamente han teni-
hacia la ciudad y desde la ciudad. Destacándose el pro-
do los recursos primarios de un extenso territorio que
ceso de intensificación que ha ido produciendo, como
progresivamente se articuló en relación con los intere-
resultado de la constante sustitución o superposición
ses radicados en el espacio funcional de la producción.
de infraestructuras, un paisaje en permanente movi-
Paisaje articulador de la producción. Es de escala
miento que hoy refleja a la perfección el concepto de
metropolitana, es el territorio de localización intensiva
ciudad difusa en su provisionalidad, en sus iconos y en
de las redes y las comunicaciones, es un lugar interme-
su significado. Este ámbito territorial articulador po-
42
| n° 37 | septiembre 2018
see unos atributos fundamentalmente instrumenta-
su hinterland de influencia y, en el otro, la devolución
les, logísticos y articuladores. Nos sirve para explicar el
de recursos por medio del mercado en forma de tec-
valor que las infraestructuras, los servicios y la reserva
nologías, productos y gestión del territorio; y el esta-
de suelo han tenido para el desarrollo de las activida-
blecimiento de un modelo evolutivo de crecimiento
des productivas desarrolladas en el paisaje funcional.
urbano en el que se pueden reconocer los efectos de
Esta tipología suele tener connotaciones paisajísticas
las actividades económicas en la morfología urbana,
negativas, como todo lugar intermedio, espacio inters-
en la red de comunicaciones, en la localización de los
ticial, territorio degradado, que hacen de él una asig-
usos del suelo y en las tipologías arquitectónicas des-
natura pendiente para la ciudad contemporánea.
tinadas a la producción.
Paisaje funcional de la producción. Es de escala local, es el espacio del mercado, es el espacio del poder.
De acuerdo a tu experiencia, has desarrollado
Del nivel de interacción con la escala media, articula-
distintas iniciativas con foco en la activación de
dora, y regional, estructurante, ha dependido históri-
espacios industriales y la visualización de datos a
camente el éxito de la ciudad capital. Observándose
través de sistemas SIG ¿Qué aspectos concretos
que su diversidad funcional constituye una ventaja
aporta este cruce en la configuración de los paisajes
comparativa frente a la especialización. De manera
industriales?
que podemos definir como habilidades urbanas aque-
El concepto de Humanidades Digitales hace referen-
llos sistemas de organización productiva de la ciudad
cia a la utilización de las Tecnologías de la Información
que mantienen viva la complejidad de usos. El paisaje
y la Comunicación por parte de los investigadores de
funcional de la producción está compuesto por sitios
las Ciencias Sociales en el marco de unos profundos
fósiles y activos y ha generado diversos modelos de
cambios que afectan al modo de investigar y, lo que es
urbanismo industrial en relación con cada etapa his-
más importante, como resultado de la aplicación de
tórica. Este ámbito territorial funcional posee unos
las nuevas herramientas de análisis digital al propio
rasgos fundamentalmente operativos, tecnológicos y
objeto de la investigación.
de mercado, y nos sirve para reconocer históricamente
Partimos de la idea de que los medios digitales
la importancia de la ciudad como artefacto que, des-
son una herramienta y no un fin y que el paradigma
de su consideración urbanística, ha de ser entendida
desde el que partimos se expresa con el concepto de
como un paisaje funcional de la producción que se
“Investigar con datos para cartografiar sus relaciones”.
caracteriza por: los factores de desarrollo endógenos
En mis proyectos la investigación con datos se aplica
propios de la evolución de los espacios urbanos, que
desde los campos de la geografía, la historia, la antro-
se identifican con la acumulación de capital técnico y
pología, la sociología y la literatura. Esta metodología
financiero, con la disponibilidad de recursos humanos
de investigación activa, en tiempo real, permite cono-
y con la implantación de las estructuras de poder; los
cer, evaluar, orientar y diseñar temáticas de estudio en
factores de desarrollo exógenos, basados en un me-
simetría y sincronía con las necesidades y demandas
canismo dual, que tiene en un extremo el control de
de los investigadores.
las fuentes externas de riqueza que se concentran en
actores 43
La extraordinaria potencialidad para la detección
Frecuentemente vemos que la metodología de
de problemas, demandas y resignificaciones que per-
trabajo sobre paisajes industriales considera la figura
mitan la formulación de nuevas hipótesis de investi-
del «LAB» ¿Cómo podríamos definir este tipo de
gación hace que esta metodología pueda transformar-
metodología y qué ventajas ofrece esta para otros
se en un Laboratorio Activo.
tipos de paisajes?
La importancia de esta metodología, que como he
El patrimonio industrial nos ofrece la posibilidad
indicado, se inserta en la corriente de las Humanida-
de pensar el patrimonio (heritage and heridity) con
des Digitales, consiste en la capacidad de analizar los
unas nuevas herramientas: de carácter conceptual, de
paisajes de la producción a través de sus capas visibles
ensayo metodológico, de práctica instrumental y de
e invisibles (geodatos, sociodatos, ecodatos, cliodatos
gestión activa. Con la intención de generar un Labo-
[3]), sus iniciativas, sus potencialidades y la posibili-
ratorio Activo capaz de convertirse en un escenario
dad de gestionar los espacios productivos hoy semi-
de acción transdiscipinar que encuentre su profunda
utilizados o en desuso para uso ciudadano (cultural,
razón de ser en el Laboratorio de los Paisajes Históri-
productivo, habitacional) mediante la elaboración de
cos de la Producción (LAB-PHPA), dadas las complejas
un prototipo de mapa que los identifique, para generar
variables que afectan a estos espacios, entre las que
un sistema espacial de iniciativas ciudadanas, una pla-
destacamos: los conflictos entre los distintos modelos
taforma abierta, colaborativa y orientada a promover,
sociales, las máquinas y la naturaleza; la dinamicidad
difundir, analizar y apoyar otras iniciativas que tengan
como resultado de los constantes cambios que en
especial incidencia en el territorio, la ciudad y el espa-
ellos se operan; la variabilidad de escala; la ruptura de
cio público. Como aplicación de estas metodologías y
los límites administrativos convencionales; la cliodi-
herramientas geodigitales debe destacarse la utiliza-
versidad que en ellos existe; la ausencia de indicado-
ción de un nuevo avance tecnológico como es el de la
res de caracterización consensuados; las dificultades
Infraestructura de Datos Espaciales (IDE) que es, sinté-
para su protección.
ticamente, una plataforma interactiva de combinación
Variables que conforman un territorio dialéctico,
de recursos (estadísticos, aplicaciones, desarrollos, pá-
acerca del antes, el ahora y el después, de lo que con-
ginas web, servidores, metadatos y proyectos on-line)
vencionalmente entendemos como valores patrimo-
que permite el acceso y la gestión conjunta de datos,
niales, y que, en estos espacios, ponen de manifiesto
recursos y servicios geográficos desde Internet. Cons-
las contradicciones existentes entre los usuarios, los
tituye un conjunto de tecnologías conectadas para ad-
propietarios, los gestores, las empresas, las institucio-
quirir, integrar, procesar, almacenar, distribuir y analizar
nes, los visitantes, las organizaciones conservacionis-
cualquier tipo de información mediante los SIG y coe-
tas, los académicos y los técnicos, en los ámbitos local,
xisten diversas normativas internacionales que, en el
regional, nacional e internacional, y, todo ello, desde la
caso europeo, se denomina Directiva INSPIRE (Infras-
propia esencia de los bienes culturales: desde su auten-
tucture for Spatial Information in Europe) la cual es-
ticidad, desde su integridad y desde su documentalidad.
tablece las reglas generales de los Estados miembros.
44
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«[...] recomiendo desarrollar una nueva actitud ante la industria y sus paisajes, dada la dificultad de comprensión de sus valores, que debería consistir en cuestionar el propio concepto de paisaje industrial, pues más allá de una apreciación idealista, nostálgica y fetichizada, nos encontramos, en numerosos casos, con paisajes del dolor, de la explotación del hombre por el hombre, de expolio de los bienes naturales y de graves impactos medioambientales. Problemas que deben ser registrados desde una visión renovada de un patrimonio cultural crítico.»
El LAB-PHPA tiene un carácter dinámico, rodante, espiral, inductivo y deductivo a la vez. Aspira a ser
la resolución de los desafíos a los que se enfrenta la cliodiversidad.
un vehículo de ideas en transición, a incorporar a todos aquellos pasajeros que les apetezca iniciar juntos
En Chile existe un gran interés por el patrimonio
este viaje sin límites, a impulsar las iniciativas locales, a
industrial, tanto así que este año seremos la sede
coordinar los enfoques sistémicos y a promover inves-
del congreso mundial de Patrimonio industrial
tigaciones radicales.
organizado por TICCIH, y hemos podido avanzar de
El LAB-PHPA pretende ofrecer un espacio de ex-
una visión monumental del patrimonio a una visión
perimentación que permita la transferencia simul-
de conjunto, identificando un paisaje en las salitreras
tánea de conocimiento aplicado a la sociedad, con
del norte de Chile, de la zona carbonífera, de una
la intención manifiesta de mejorar la gobernanza de
zona petrolera en el extremo sur, etc. Además de las
nuestros recursos culturales desde una posición éti-
ventajas de identificar y valorizar estos espacios ¿Qué
ca que asegure tanto su disfrute armonioso como
dificultades puede traer aparejadas este ejercicio?
actores 45 ¿Qué elementos deberíamos considerar para su
Finalmente, a nivel mundial, ¿qué ejemplos de
gestión teniendo en cuenta las herramientas que se
paisajes industriales te resultan más significativos y
han desarrollado en España como el Plan Nacional de
relevantes para la configuración del devenir actual de
Patrimonio Industrial?
esas naciones?
Chile es un territorio en el que siguiendo a Benjamín
Volvería a insistir en la caracterización tipológica que
Subercaseaux en “Chile o una loca geografía” (1940)
he enunciado para Chile basada en las culturas de la
encontramos toda la variedad climática y, por tanto,
producción. En todo el mundo encontramos hoy en
de paisajes, lo cual nos lleva a la conclusión de que
día numerosos ejemplos de regeneración y activación
los paisajes de la producción chilenos son también
de áreas industrial que en este espacio de entrevista
extraordinariamente variados. Pudiéndose establecer
no podrían reseñarse dada su amplitud. Pero sí que re-
seis grandes áreas de la cultura de la producción de
comiendo desarrollar una nueva actitud ante la indus-
Chile: 1. La cultura minera y metalúrgica; 2. La cultura
tria y sus paisajes, dada la dificultad de comprensión
agraria, ganadera y de la silvicultura; 3. la cultura de la
de sus valores, que debería consistir en cuestionar el
pesca y de la navegación; 4. La cultura de los bienes de
propio concepto de paisaje industrial, pues más allá de
consumo urbanos y de las artesanías; 5. La cultura del
una apreciación idealista, nostálgica y fetichizada, nos
agua y de la energía; 6. La cultura de los transportes y
encontramos, en numerosos casos, con paisajes del
las comunicaciones. Entendido todo este sistema de la
dolor, de la explotación del hombre por el hombre, de
producción de Chile en la diacronía de su marco histó-
expolio de los bienes naturales y de graves impactos
rico, en las peculiaridades de las distintas áreas morfo-
medioambientales. Problemas que deben ser registra-
lógicas del territorio chileno, en las iniciativas de inno-
dos desde una visión renovada de un patrimonio cul-
vación o inercia de los procedimientos tecnológicos,
tural crítico. Los paisajes industriales son escenarios
en las tendencias de cambio o tradición, en los usos
de conflictos, entre los seres humanos, entre la huma-
sociales y en las permanencias y transformaciones de
nidad y la técnica y entre las variables anteriores y la
carácter simbólico.
naturaleza en perfecta ósmosis. Hoy, éste es el reto. ¶
Ante la situación actual pienso que Chille debería desarrollar una estrategia propia de patrimonio industrial basada en: Realización de un inventario general de patrimonio industrial, la catalogación de los archivos de las empresas históricas, la selección de los bienes más representativos y se promueva su conservación y rehabilitación, la monitorización experta de los lugares industriales declarados patrimonio mundial, la coordinación de proyectos en los que intervengan varias administraciones, el asesoramiento de las iniciativas locales, provinciales o regionales, tanto públicas como privadas, el establecimiento de programas y líneas de investigación y difusión, la creación del Sistema Chileno de Museos de la Industria, la Ciencia y la Etnografía y, por último, en este sintético diseño, la creación del Centro de Documentación de las Culturas del Trabajo en Chile.
notas [1] https://www.sostenibilidad.com/desarrollo-sostenible/ antropoceno-era-impacto-ser-humano-tierra/ [2] Schlogel Karl (2007) En el espacio leemos el tiempo (Sobre historia de la civilización y geopolítica). Madrid: Editorial Siruela. [3] http://www.juntadeandalucia.es/cultura/archivos/web_ es/detalleArticulo?id=3052618d-ff82-11de-8f67-000ae4865a5f
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Marcha por la resistencia Mapuche. 12 de Octubre 2015. Fuente: Fotografía Mauro Fontana.
columnas 47
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entre paisajes de sobreacumulación y subsistencia. continuidad, reducción y fragmentación en el espacio mapuche contemporáneo Mauro Camilo Fontana Flores Arquitecto. Magister en Asentamientos Humanos y Medioambiente. Doctorando en Arquitectura y Estudios Urbanos.
Las transformaciones territoriales de las últimas cuatro
maciones, las cuales ha sido acompañadas de perma-
décadas, producto del giro neoliberal del Estado, son la
nentes cambios en las formas de reconocimiento estatal
causa y el medio en que se gestan las condiciones, para
hacia el mundo indígena, a través de las cuales se per-
que, a fines del siglo XX, estalle un proceso que se extien-
petúa una comprensión reductiva y fragmentada de su
de hasta hoy, que la prensa y la discusión académica,
condición de pueblo en el espacio, funcional a los nuevos
han tendido a instalar como el “Conflicto Mapuche”.
paisajes de acumulación y subsistencia que produce el
Dicho concepto establece una connotación, así como un
Estado sobre el territorio.
recorte temporal, territorial y demográfico intencionado, sobre un proceso más complejo, de más larga data y
continuidad / reducción / fragmentación /
con más actores que sólo las comunidades mapuche que
espacio mapuche
radicalizan su movilización desde fines del siglo pasado. Habitantes de áreas rurales del sur del país, fuertemente impactadas por el nuevo paisaje productivo que impone la recolonización mono-forestal, iniciada dos décadas antes, bajo la promoción del Estado y la inversión privada. Sin embargo, tanto los pu mapuche de áreas rurales como urbanas, han sido impactados por estas transfor-
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Marcha por la resistencia Mapuche. 12 de Octubre 2015. Fuente: Fotografía Mauro Fontana.
A
la par de los arreglos estructurales que a mediados
ralización absoluta del suelo rural, incluyendo las re-
de la década de los 70´s propician la metropoliza-
ducciones mapuche, las cuales permanecieron fuera
ción de Santiago, en las áreas rurales del sur del país,
del mercado de tierras, según los propios términos es-
las comunidades reduccionales mapuche enfrentan
tablecidos por los Títulos de Merced otorgados por el
otra serie de arreglos, que propician la llamada Con-
Estado entre 1881 y 1933. Áreas de confinamiento indí-
trareforma Agraria (Correa, Molina, & Yañez, 2005). Un
gena, donde se redujo el reconocimiento comunitario
proceso que marca una nueva etapa en las condicio-
e inalienable de las tierras que se les dejaron, según
nes de desposesión sobre el pueblo mapuche (Pinchi-
los polígonos definidos por los topógrafos del Estado.
nao, 2015), bajo la imposición de una nueva estructura
Operación con la que se fragmentó, física y legalmen-
productiva extractivista, que insertará a parte impor-
te, su reconocimiento político como pueblo, desarti-
tante de su población rural dentro de nuevos paisajes
culando toda aquella antigua estructura orgánica de
de acumulación y subsistencia que propicia el Estado.
comunidades o lof mapuche que habitaron en conti-
Lejos de tratarse de dos procesos aislados, éstos
nuidad, entre lo que hoy es parte de Chile y Argentina,
se encadenan y configuran una continuidad en el espa-
conformando un territorio propio llamado wallmapu.
cio que permite articular nuevos flujos de capital, bajo
El cual sostuvo autonomía política, productiva y cul-
una nueva concepción liberal totalizante del territorio
tural por siglos, y que hoy, tanto los pu mapuche de
(Harvey, 2007). El Estado fomenta nuevas formas de
áreas rurales como urbanas, vuelven a reivindicar acti-
propiedad y uso de la tierra que permiten re-orientar
vamente en su imaginario político y cultural (Marimán,
recursos (forestales, mineros, hídricos, etc.) que vienen
2014; Pairicán, 2014). Un territorio borrado del relato
siendo explotados desde más largo aliento que los go-
histórico y las cartografías del Estado, según una ecua-
biernos de turno, en función de los nuevos procesos
ción de ocupación territorial que planteó la reducción
de acumulación y concentración de capitales.
del espacio mapuche versus la expansión colona. Me-
Las primeras plantaciones mono-forestales he-
diando el uso de la fuerza y la ley.
chas por el Estado datan de la década de los sesenta
El boom forestal privado, que se desata desde la
del S.XX y son muy acotadas en el territorio. Fueron
década de los ochenta del S.XX, reitera esta lógica. La
emplazadas entre una compleja trama de latifundios,
expansión de los monocultivos forestales se hará so-
minifundios y reducciones mapuche, que configuró el
bre la concentración y continuidad espacial de latifun-
propio Estado, para colonizar la Araucanía tras su ocu-
dios, minifundios y ahora ex -propiedades comunita-
pación militar en 1881 (Bengoa, 2014). Estas plantacio-
rias mapuche, que son adquiridas y acumuladas por
nes forestales, en su origen, fueron concebidas como
unas pocas empresas, favorecidas por el Estado con
un complemento a las necesidades de subsistencia del
la exención del pago de impuesto territorial. Así como
minifundio y las reducciones indígenas (leña y made-
también con el subsidio del 75% de las plantaciones,
ra), bajo la hegemonía productiva de un paisaje tri-
a través del DL 701 de 1978, vigente hasta hoy. En dos
guero latifundista, con el que se colonizó durante gran
décadas estas empresas llegarán a concentrar alrede-
parte del S. XX, los otrora territorios mapuche.
dor de 2 millones de hectáreas mono-productivas a
Con la Contrareforma Agraria, se induce una libe-
nivel país, 366.000 aprox. en la región de la Araucanía.
columnas 49
Mientras que las comunidades reduccionales mapuche serán nuevamente fragmentadas por el Estado, mediante la individualización de sus tierras comunitarias, según lo dispuesto por el DL 2568. Entre 1978 y 1988 se desarticulará el total de las 2918 Mercedes de Tierras mapuche, que comprendían alrededor de 519.257 Há (Comisión Verdad Histórica y Nuevo Trato de los Pueblos Indígenas, 2003). La dramática precarización de las condiciones de subsistencia comunitaria, producto de la acción conjunta de estos decretos, somete a las ya reducidas comunidades mapuche, a los profundos impactos ambientales, productivos y culturales de esta mega-actividad. El reemplazo del bosque nativo que proveía de alimentos y medicinas; la desecación de las napas superficiales y subterráneas que proveían de agua; la escasa mano de obra requerida, por temporadas y bajo las peores con-
50
| n° 37 | septiembre 2018
diciones de flexibilización laboral; la ruptura de rela-
cambio de siglo (Montencino, 1990; Aravena, 2003;
ciones comunitarias e intercomunitarias, producto de
Antileo, 2015). Una mayoría de ellas y ellos, trabajando
individualización de la tierra y las barreras físicas que
invisiblemente en ese cono de alta renta, donde sedi-
configuran los extensos monocultivos custodiados
mentarán las ganancias de la comoditización forestal,
por guardias armadas; entre otros, componen un con-
pero habitando en los sectores más pobres y segrega-
junto de condiciones que gatillan la nueva etapa de
dos de la metrópoli, bajo la impronta de nuevas polí-
movilización social y política de este pueblo frente al
ticas de vivienda social que los reciben y dispersan en
Estado a fines del milenio (Fontana, 2008), un período
la periferia. Así lo revelan las investigaciones (Rasse &
de agencia que el historiador Fernando Pairicán (2014)
Sabatini, 2013) y ratifican los propios censos realizados
llamará el tiempo del Malón, cuyos alcances se han ex-
por el Estado a partir de la década de los noventa del
tendido a más ámbitos con los años.
S.XX en adelante.
Pero estas condiciones de subsistencia también
Un momento en que se decide reestablecer el
agudizan un silencioso y masivo desplazamiento eco-
reconocimiento estatal sobre la población indígena,
nómico hacia áreas urbanas del país, no cuantificado,
bajo un nuevo prisma multicultural basado en el indi-
y que los pu mapuche vienen desarrollando a través
viduo, la segmentación urbano-rural y con énfasis en
de todo el S.XX, con el fin de enfrentar las condicio-
lo cultural y el emprendimiento, como focos priorita-
nes históricas de desposesión instaladas por el Estado
rios de su intervención. Todo acompañado, de manera
en sus territorios originarios, constituyendo a Santiago
sutil, por los discursos de los gobiernos de turno que
como el principal destino final de esta diáspora (Mari-
instalan la idea del reconocimiento de minorías étni-
mán, 1997; Antileo & Alvarado, 2018). Con la salvedad,
cas y no de pueblos.
que esta vez, quienes migran quedan legalmente des-
Bajo este nuevo enfoque, la vida cotidiana de las y
terrados, según lo dispuesto por el DL 2568, que dejaba
los pu mapuche rurales y urbanos, durante las últimas
sin propiedad titular a quienes no tuviesen presencia
dos décadas, transitará a través de nuevas políticas de
efectiva sobre la tierra.
reconocimiento, que volverán a visibilizar de manera
La paradoja es que con este impulso, en poco más
reducida y fragmentada su condición de pueblo, aho-
de una década, la actividad forestal pasará a convertir-
ra, en función de sujetos urbanos y rurales, objetos de
se en la segunda actividad exportadora del país, contri-
subsidio. Políticas que facilitan su acceso a bienes y
buyendo con sus tributaciones y ganancias a alimentar
servicios, pero que no revierten las dinámicas de acu-
parte de la acumulación y concentración de capitales
mulación mediante las cuales se continúan reducien-
que permitirán el despegue fiduciario de la emergente
do y fragmentando sus posibilidades de dominio co-
metrópoli. Por otro lado, durante ese período, muchas
lectivo sobre el espacio, bajo un Estado que perpetúa
y muchos pu mapuche desplazados por este proceso,
la colonización productiva de sus territorios de origen.
llegaran a emplearse en esta misma ciudad, tal como
Motor que sigue también alimentando su agencia his-
generaciones anteriores lo hicieron, ocupándose prin-
tórica como pueblo, hoy desplegada tanto en áreas ru-
cipalmente como empleadas, panaderos y obreros,
rales como urbanas. ¶
como recoge gran parte de la antropología urbana del
columnas 51
bibliografía Antileo, E. (2015). Trabajo racializado. Una reflexión a partir de datos de población indígena y testimonios de la migración y residencia mapuche en Santiago de Chile. Meridional, 71-96.
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| n° 37 | septiembre 2018 Valle de Santiago desde el norte, 2014, foto Guy Wenborne. Fuente: http://www.santiagocerrosisla.cl
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territorio y paisaje : dos palabras en busca de lugar Pedro Bannen Lanata Instituto de Estudios Urbanos Pontificia Universidad Católica de Chile
Desde una sucinta revisión del proceso de configuración de un lugar como país –Chile– y otro como ciudad capital –Santiago– se intenta explorar la diversidad
E
n una cultura dominante del fraccionamiento compulsivo del conocimiento en campos discipli-
nares y subdisciplinares que se multiplican de forma
contenida en conceptos como territorio y paisaje, donde
acelerada, cualquier palabra que aspira a la condición
se entrecruzan las aproximaciones disciplinares con
de concepto multiplica con igual velocidad los signifi-
lo esencial de cada término. Territorio asumido como
cados y las acepciones que se hacen cargo de la defi-
la voluntad de poder ejercida sobre una determinada
nición del mismo. Los términos de territorio y paisaje
porción de espacio, y paisaje como la modelación per-
no son la excepción. Una aproximación muy general
manente de un lugar ejercida por la ocupación del ser
nos dirá que territorio apunta a la condición del po-
humano en todas sus expresiones.
der sobre el espacio, es decir, un territorio aparece, se concibe o se configura como tal cuando existe una vo-
territorio / paisaje / lugar
luntad o una comprensión de dominio sobre el mismo. No basta la existencia previa del espacio en sí mismo, necesariamente debe existir esa expresión de voluntad sobre su existencia previa. Una aproximación equivalente al término de paisaje nos remite a la relación asumida entre la naturaleza de un lugar y cualquier expresión de asentamiento humano instalada en ella.
54
| n° 37 | septiembre 2018
«Una aproximación muy general nos dirá que territorio apunta a la condición del poder sobre el espacio, es decir, un territorio aparece, se concibe o se configura como tal cuando existe una voluntad o una comprensión de dominio sobre el mismo.»
La alteración humanizada de un cierto espacio natu-
torio elaborado en su cultura, podrá expandir su domi-
ral, sea cual fuere su escala o grado de intervención, se
nio incorporando a las configuraciones preexistentes
ha constituido en un paisaje determinado. Las tantas
en la medida que les traspasan el manejo de la auto-
veces que ese lugar sea modificado o alterado por la
sustentación que garantiza la técnica de riego y las
misma u otra expresión de instalación humanizada lo
mejores semillas como alimento. Pero topando como
hará y rehará como paisaje.
frontera hacia el sur contra el territorio asumido por el
La comprensión de un país como Chile, ya sea
poder de la cultura mapuche. Todos ellos construyen
como territorio o como paisaje requiere de la lectura
paisajes sucesivos sobre un mismo espacio que se asu-
atenta de aquellos procesos de instalación de asen-
me y se comprende en escalas de distinta magnitud y
tamientos humanos en su extensión. La etapa de sus
complejidad, acorde a la envergadura de los imperios
pueblos originarios se hunde en un pasado de muchos
concebidos y las metrópolis que sirve cada uno. La caí-
siglos que acumulan y sobreponen comprensiones
da del imperio inca en manos de la corona española
locales que van dando forma a modos de ocupación
es otra sustitución de poder donde la magnitud es in-
fragmentada que despliega grupos culturales que asu-
tercontinental y donde el día que se conquista Cuzco,
men secuencialmente las culturas de la caza, la pesca
ha caído bajo el nuevo dominio todo el territorio inca,
y la recolección, para abrir otros de precario diseño de
aunque la constatación de su extensión demore algu-
cultivos o ganadería. Todos condicionados a una tem-
nos años. Almagro avanza hacia el sur en las claves de
poralidad dominada por la presencia/ausencia de fac-
su cultura de conquista europea que confía del borde
tores claves para cada uno (agua, animales, especies
costero como el derrotero por excelencia, cruzando
vegetales, ciclos de las estaciones,…) Paisajes pixelados
un desierto de aridez insospechada y topografía acci-
sobre micro territorios coincidentes, con excepción de
dentada que diezma la empresa. El paso por el valle de
la cultura mapuche que desde la precariedad de una
Santiago es casi accidental, ocurre de mar a cordillera
estructura de clanes y subsistencia por recolección de
y es incapaz de detectar la riqueza mineral que osten-
piñones, configuran un territorio mayor al tener con-
ta el lugar. Valdivia con pretensiones más ambiciosas y
ciencia de la fuerza de una voluntad de asociatividad
capacidad de leer los códigos locales del paisaje antes
en caso de sentirse bajo cualquier amenaza. La llegada
elaborado, emprende el mismo viaje por el pie cordi-
del inca con otra magnitud de comprensión del terri-
llerano, es decir, por el camino del inca, establecido
columnas 55
«Razones tiene Parra para considerarnos apenas paisaje, cuando el territorio de país se hace difuso en los convulsos cambios de modelos que perpetúan las distancias (no geográficas) para alcanzar el noble hace un siglo y con abastecimiento de agua y alimento en toda la extensión de su territorio dominado. La voluntad de llegar donde funda la ciudad de Santiago es establecer un punto a medio camino entre Cuzco y el Estrecho de Magallanes, su verdadero objetivo, del que pretende ser su administrador como capitán general en representación del rey, zafando su talento estratega de la pugna por dominar Cuzco. La llegada al valle de Santiago la hace por el cami-
rango de ciudadanos por todos sus habitantes, y a cambio de configurar nuevos paisajes para el mismo lugar, donde se replican reconfiguradas las mismas limitaciones para verdaderamente hacer historia.»
no preexistente y se asienta definitivamente sobre el tambo, hoy supuestamente bajo la catedral. Contacta al representante del inca, único habitante del valle que
mente dominado por la cultura mapuche, la que será
no somete a su dominio, el cual está establecido a los
confrontada en guerras interminables y ofrendando la
pies occidentales del actual cerro San Luis, es decir, en
vida del conquistador, por modificar el poder sobre el
el punto con las mejores napas de agua subterránea
territorio, y soslayada con la conquista del extremo sur
del valle hasta hoy. Larga será la conquista del territo-
por mar consecuente al sentido de su fin último, con-
rio pretendido inicialmente, que se encuentra parcial-
trolar la navegación mundial por el paso austral.
56
| n° 37 | septiembre 2018 Para consolidar la conquista es necesario tanto someter las culturas anteriores activas en el lugar, como controlar la geografía que desbarata tanto las pretensiones de constituir un territorio como conformar un paisaje de cobijo. A modo de ejemplo, el torrente del Mapocho, hipotético proveedor del agua necesaria para los requerimientos de la ciudad y los cultivos y ganadería de sus alrededores, se debate entre las furiosas crecidas del invierno y los largos ciclos de sequedad de verano y otoño de cada año. Esfuerzos paralelos de construir defensas contra las crecidas, y de trasvasar aguas del Maipo hacia el cauce cercano, tomarán siglos para su culminación. Al momento de lograrlo, la ciudad es ya una capital republicana, donde el territorio nacional configura un dominio de poder y el paisaje del valle central es la expresión que acuñará por décadas, desafíos, sueños, privilegios y postergaciones que a dos centurias del evento se sigue intentando superar, al menos, de forma parcial. Razones tiene Parra para considerarnos apenas paisaje, cuando el territorio de país se hace difuso en los convulsos cambios de modelos que perpetúan las distancias (no geográficas) para alcanzar el noble rango de ciudadanos por todos sus habitantes, y a cambio de configurar nuevos paisajes para el mismo lugar, donde se replican reconfiguradas las mismas limitaciones para verdaderamente hacer historia. ¶
bibliografía CARERI, Francesco. Walkscapes. O caminhar como prática estética. Barcelona. Editorial Gustavo Gili, 2013. CORNER, James (ed.). “Recovering Landscape as a Critical Cultural Practice”. In: Recovering Landscape. Essays in Contemporary Landscape Architecture. New York. Princeton Architectural Press, 1999. FAVERO, Marcos. “Urbanismo Infraestructural”. In: Revista Prumo. v. 2 n. 3 : Cidades Latino Americanas, 2017. Disponible en: https://issuu.com/revistaprumo/docs/prumo_3__ vers__o_final___04_07_2017 LERNER J. Acupuntura urbana. Edit. Record. Rio de janeiro, São Paulo, 2011.
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s
el lado oscuro de los territorios de extracción en chile María Inés Ramírez Silva Geógrafa de la Universidad de Chile; estudiante de Magíster en Geografía de la Universidad de Chile; Asistente de Investigación en CEDEUS; Asistente de Investigación en Proyecto Fondecyt 1160848. Javiera Crisóstomo López Geógrafa de la Universidad de Chile; estudiante de Magíster en Intervención y Gestión Ambiental: Persona y Sociedad, otorgado conjuntamente por la Universidad de Barcelona y la Universidad Autónoma de Barcelona; Asistente de Investigación en CEDEUS. Sebastián Rodríguez Leiva Geógrafo de la Pontificia Universidad Católica de Chile; MSc Gobernanza de Riesgos y Recursos Naturales, Ruprecht–Karls– Universität Heidelberg, Alemania; Consultor en Fundación Patrimonio Desierto de Atacama y Asistente de Investigación en CEDEUS
Las transformaciones económicas neoliberales en Chile
efectos negativos de ambas actividades económicas en
cambiaron la matriz productiva hacia una de carác-
las macro-áreas donde se emplaza (norte y extremo sur
ter extractivista. Es de conocimiento público el exce-
del país, respectivamente), desde una mirada sobre las
lente rendimiento económico de la minería del cobre
transformaciones territoriales, evidenciadas a través de
o la industria salmonera, las principales exportacio-
cambios en el paisaje y las pautas socio-culturales de
nes que genera el país en la actualidad. No obstante,
sus habitantes. Se concluye que, a través de un análisis
no se otorga el mismo énfasis a transformaciones a
territorial enfocado en la escala local, se observa la cara
nivel local, como los cambios del paisaje o las dinámi-
menos amigable de los territorios de exportación.
cas sociales, económicas o culturales de sus habitantes. En esta columna se realiza una lectura general sobre los
territorio / minería / salmonicultura
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columnas 59
A
lo largo de la historia, el desarrollo de Chile ha estado estrechamente relacionado con la extrac-
ción – exportación de recursos naturales. Dos sectores de gran relevancia no solo para el país, sino que tam-
Contaminación en lagunas del borde este del Salar de Atacama. Fuente: Sebastián Rodríguez.
bién, para el contexto regional y local son la minería, en particular la minería del cobre en el norte; y, la acuicultura, específicamente la salmonicultura en el sur. A pesar de sus distintas características, distribución y medio de explotación, ambos sectores comparten los efectos que ejercen sobre el contexto local, desde la perspectiva de la modificación del paisaje, y la transformación en las pautas y dinámicas sociales de las comunidades locales. Esto último representa el argumento central detrás de esta discusión. Más allá de los efectos positivos – principalmente económicos – de ambas actividades, lo cual ha sido ampliamente estudiado y discutido en el contexto nacional e internacional, se vuelve necesario cambiar de escala y de parámetro, desde lo nacional a lo local, y ver en qué medida los territorios de extracción han sufrido transformaciones, particularmente aquellas referidas a cambios físico – naturales, y socioculturales. Por ello, es que planteamos que dichas transformaciones representan el rostro menos “amigable”, en lo que denominamos el sacrificio de los territorios de extracción. La concepción de territorio juega un rol clave en esta discusión. Esto, ya que los territorios marcados por la extracción de recursos, representan espacios que se han ido construyendo y deconstruyendo en el tiempo, vinculado a la realidad físico – material como puede ser el paisaje natural existente y también, el carácter subjetivo, perceptivo y simbólico que las comunidades locales tienen de este espacio. Así, se plantea entonces, que el territorio es el resultado de la socialización del ser humano en un espacio, convirtiéndolo en un paisaje de significación que considera aspectos tangibles e intangibles (Bello, 2011).
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«[...] los territorios de extracción, marcados no solo por instalaciones asociadas a la extracción minera y salmonera, sino que también, por la existencia de comunidades que habitan en estos espacios, se presentan como áreas sensibles, donde las múltiples dinámicas asociadas a dichas actividades han perturbado el paisaje próximo a los sitios de extracción, transformando las pautas sociales y culturales de las comunidades locales.»
Bajo esta mirada, los territorios de extracción,
el fondo marino en el caso de la salmonicultura, daños
marcados no solo por instalaciones asociadas a la ex-
en algunos casos irreversibles en la flora y fauna, entre
tracción minera y salmonera, sino que también, por la
muchos otros.
existencia de comunidades que habitan en estos es-
Desde la perspectiva sociocultural, al incidir un
pacios, se presentan como áreas sensibles, donde las
nuevo modelo económico sobre un territorio éste
múltiples dinámicas asociadas a dichas actividades
genera distintos tipos de impactos, unos cuantifica-
han perturbado el paisaje próximo a los sitios de ex-
bles y otros subjetivos. Entre los primeros es posible
tracción, transformando las pautas sociales y culturales
encontrar incrementos de población no residente,
de las comunidades locales. Específicamente, desde la
desarrollando problemas sociales internos debido a
dimensión física del territorio, los impactos descritos
diferencias de ingresos entre residentes y no residen-
se asocian, principalmente, con la transformación del
tes; sobrecarga de la infraestructura urbana, vivienda
paisaje y la perturbación de ecosistemas frágiles am-
y servicios; y conflictos con población indígena, por
bientalmente, la contaminación de los suelos, el aire y
mencionar algunos (Sincovich et al., 2018). Dentro de
columnas 61
los segundos, se encuentran cambios en las relaciones comunitarias, así como impactos en los modos de vida que llevan al abandono de tradiciones antiguas del territorio (por ejemplo, en la zona salmonera de Chiloé), así como transformaciones en los símbolos e hitos espaciales, por ello en la percepción del territorio, entre otros. Estos cambios, más allá de ser entendidos como un escenario de devastación cultural, muestran cómo los paisajes se transforman, son dinámicos y están en constante construcción (Yañez, 2010), forzando la reinterpretación del territorio para sus habitantes. En el norte del país, se puede apreciar cómo la actividad minera ha transformado el paisaje, impactando
Juego elaborado con restos de infraestructura de la industria salmonera en Isla Cailín, Quellón. Fuente: Francisca Caniguan Velarde.
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en las lagunas y vegas, en la flora y fauna, y en los sue-
desarrollar la salmonicultura, las estructuras tradicio-
los del Salar de Atacama, zona considerada frágil am-
nales y roles en las familias cambiaron por la inserción
bientalmente. Por su parte, los impactos en las comu-
laboral de la mujer, y el dinero ganó preponderancia
nidades indígenas que habitan la zona desde tiempos
como sistema de intercambio, producto del sistema
inmemoriales, han visto cómo la actividad minera ha
de pago salmonero asalariado. Otras manifestaciones,
modificado pautas sociales, referidas a actividades so-
como mingas chilotas, han sido relegadas en el pro-
cioeconómicas como la recolección de recursos pre-
ceso, y han aumentado problemas sociales, como el
sentes en el Salar, y también culturales, asociadas a la
alcoholismo.
transformación del territorio ancestral, donde sitios
En definitiva, creemos que la perspectiva territo-
representativos de la identidad local y cargados de
rial permite comprender de mejor forma la relación
significado se han dañado con el tiempo y en algunos
entre actividad extractiva – exportadora y su medio,
casos, hasta desaparecido, sin haber responsables de
considerando aspectos tangibles relacionados con la
aquel perjuicio o transformación para los habitantes.
modificación del paisaje natural, e intangibles, vincu-
La actividad salmonera, por su parte, es en sí mis-
lados a transformaciones socioculturales en las comu-
ma un elemento disruptivo en términos de paisaje.
nidades locales. Finalmente, es en la escala local don-
En los fiordos entre Los Lagos y Magallanes abundan
de se plantea que, si bien las actividades extractivas
jaulas de cultivo y pontones, a los que se asocia con-
han cumplido el rol de generar mayor dinamismo en
taminación de mares y playas. Los asentamientos
las regiones donde se emplazan, muestra el rostro más
también han sido transformados, producto del rápido
crudo, en lo que denominamos el sacrificio de los te-
crecimiento urbano asociado a migraciones intra e in-
rritorios marcados por las actividades mineras en el
ter regional. Nuevos patrones de construcción, desa-
norte y la salmonicultura en el sur. Ello invita a ana-
rrollo de infraestructura vial y portuaria (Avilés, 2015),
lizar el impacto de las dinámicas económicas de ma-
y problemas con la gestión de residuos acompañan
nera multi-escalar, con especial atención a los hechos
este proceso. En términos culturales, labores asocia-
que son invisibilizados por los grandes números que
das al campo y la pesca han sido abandonados para
acompañan a estas actividades. ¶
columnas 63
«[...] es en la escala local donde se plantea que, si bien las actividades extractivas han cumplido el rol de generar mayor dinamismo en las regiones donde se emplazan, muestra el rostro más crudo, en lo que denominamos el sacrificio de los territorios marcados por las actividades mineras en el norte y la salmonicultura en el sur.»
bibliografía Avilés, D. (2015). Construcción de una economía política híbrida: análisis comparativo de las inversiones públicas y
privadas
desde
una
perspectiva
neoestructural.
En Revolución Salmonera. Paradojas y transformaciones territoriales en Chiloé (p. 276). Santiago de Chile: Editorial Universitaria. Bello, Á. (2011). “Nampülkafe: El viaje de los mapuche de la Araucanía a las pampas argentinas”. Temuco, Ediciones Universidad Católica de Temuco. Sincovich, A., Gregory, T., Wilson, A., Brinkman, S. (2018). The social impacts of mining on local communities in Australia, Rural Society, 27:1, 18-34 Yañez, R. (2010). “Transformaciones identitarias en el archipiélago de Chiloé: Una discusión en torno al concepto identidad y su relación con los procesos de cambio”. Tesis para optar al grado de Antropólogo Social. Universidad de Chile. Santiago, Chile.
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Santiago de Chile. Fuente: Elaboración propia
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land-scape : ¿protección o destrucción de nuestros paisajes? Eva Pulido Melcón Geógrafa. Graduada en Geografía y Ordenación del Territorio por la Universidad Autónoma de Barcelona (UAB)
El siglo XXI se enmarca en un paradigma de sostenibilidad que centra su atención en la protección, conservación y gestión del territorio bajo la óptica del desarrollo sustentable. Académicos, planificadores, investigadores y políticos, así como la propia ciudadanía, están más conscientes de los retos ambientales, económicos y sociales que se derivan del uso del territorio, en cuanto a su utilización e inevitable transformación se refiere. Esta columna pretende que los lectores se cuestionen qué papel tenemos cada uno de nosotros en la conservación y transformación de nuestros paisajes, tensionando la relación entre las políticas que se diseñan desde los organismos públicos y privados y las opiniones que tenemos los ciudadanos. ¿Tenemos herramientas para decidir cómo cambia nuestro entorno, nuestro territorio, nuestros paisajes? identidad / conflicto / participación
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¿
Qué imagen le viene a la mente si piensa en el con-
el territorio – como algo para ser utilizado, algo que
cepto paisaje? Muchos autores han definido el pai-
existe para el beneficio humano (Tuan, 2007). Lo he-
saje desde distintos puntos de vista. Considerándolo,
mos ido transformando y adaptando para vivir en él y
por ejemplo, como un producto social, como el resul-
de él. En este sentido, no hay duda de que, durante las
tado de una transformación colectiva de la naturaleza
últimas décadas, hemos modificado el territorio como
y como la proyección cultural de una sociedad en un
nunca antes habíamos sido capaces de hacerlo y, ello,
espacio determinado (Nogué, 2007). Otros autores, por
no ha redundado en una mejora de la calidad del pai-
el contrario, consideran que el paisaje no es un objeto
saje, sino más bien lo contrario (Nogué, 2010).
grande, tampoco es un conjunto de objetos configu-
La continua transformación del territorio ligada al
rados por la naturaleza o transformados por la acción
proceso de globalización, ha facilitado que el espacio
humana, ni siquiera es el medio físico que nos rodea o
y el tiempo se hayan comprimido, que las distancias se
sobre el que nos situamos. El paisaje es un constructo,
hayan relativizado y las barreras espaciales se hayan
una elaboración mental que las personas realizamos
suavizado. Este hecho ha permitido que nos podamos
a través de los fenómenos de la cultura (Maderuelo,
desplazar más lejos en un tiempo y con un coste ac-
2005).
cesible para gran parte de la población. Actualmente,
No hay dos personas que perciban exactamen-
viajar y conocer otros territorios, otras culturas y otros
te igual una misma realidad, y es que en la reacción a
paisajes es muy recurrente: cada año, muchas fami-
un lugar, a un territorio, a un paisaje, entran en juego
lias nos desplazamos a distintos lugares con esta fi-
nuestros sentidos: la visión, el oído, el olfato, el tacto,
nalidad, lugares en los que, sin duda, somos agentes
que se interiorizan de forma distinta según cada per-
activos que potenciamos dichas modificaciones. Cada
sona. Adicionalmente, los seres humanos sentimos y
vez más, nuestros viajes dejan a su paso huellas que
muchas veces experimentamos fuertes emociones
alteran la identidad de muchos paisajes y territorios
con respecto a los lugares que hemos visitado o vivido
para que podamos disfrutar de ellos. ¿Somos cons-
(Tuan, 2007). Por lo que no es sólo la estética lo que
cientes de los cambios que produce nuestro turismo
define el paisaje, sino también las vivencias y el víncu-
estacional a las ciudades y comunidades que habitan
lo que tenemos o creamos hacia este.
los principales destinos?
El hombre siempre ha concebido la naturaleza – y
El siglo XXI, sin duda, parece que sí. Los conceptos
columnas 67
«Cada vez más, nuestros viajes dejan a su paso huellas que alteran la identidad de muchos paisajes y territorios para que podamos disfrutar de ellos. ¿Somos conscientes de los cambios que produce nuestro turismo estacional a las ciudades y comunidades que habitan los principales destinos?»
de sostenibilidad y resiliencia centran la atención de académicos, planificadores, investigadores, políticos y, también, de una ciudadanía cada vez más activa y empoderada (Flores, 2015). Estamos más conscientes de los retos ambientales, económicos y sociales que plantea este siglo. Esto se constata en diversos informes y proyectos, elaborados por organismos internacionales, en los que se repiensan e impulsan nuevas políticas para la protección, conservación y gestión de los paisajes, con el fin de preservar sus valores naturales, patrimoniales, culturales, sociales y económicos en un marco de desarrollo sostenible (Generalitat Catalunya, 2005). Varios países, como es el caso de Chile, han considerado la importancia de la gestión y conservación del paisaje. El Instituto Chileno de Arquitectos Paisajistas (ICHAP), por ejemplo, se adhiere a la iniciativa de la Convención Global del Paisaje firmando la carta Chilena del Paisaje en 2011, cuyo objetivo es gestionar paisajísticamente todo el territorio nacional, para que los valores culturales, la biodiversidad y la calidad de vida sean preservados (ICHAP, 2011). A pesar de firmar su compromiso mediante la carta, y a pesar de contar con organizaciones no gubernamentales que se interesan en los temas de paisaje, no logra diseñar e implementar verdaderas políticas de gestión y conservación para la protección de su paisaje.
68
| n° 37 | septiembre 2018 Estas políticas, además, deberían estar sustentadas por la participación de la comunidad y de las entidades públicas, ya que su implicación es fundamental para la recuperación, rehabilitación y conservación de dichos paisajes. Incluyendo esta participación, no se tienen en cuenta sólo los valores objetivos y tangibles del territorio, sino también las vivencias e identidades de la comunidad. La participación ciudadana es fundamental para la puesta en valor de los recursos naturales, históricos, culturales y patrimoniales y, a su vez, para potenciar un desarrollo local sostenible, el sentimiento de pertinencia y el compromiso con el lugar o con el paisaje. En suma, el paisaje desempeña un papel fundamental, no sólo en el proceso de creación de identidades territoriales, a todas las escalas, sino también en su mantenimiento y consolidación (Nogué, 2010). Es por ello que el paisaje no cabe entenderlo sólo como fenómeno, sino como proceso dinámico en la construcción social de la realidad y como un modo de vínculo, de punto de contacto e interacción entre los fenómenos mundiales y la experiencia individual (Nogué, 2010). En la actualidad se nos presenta una paradoja: estamos tomando conciencia del paisaje y de sus valores desde varias disciplinas, formando una sensibilidad que se va extendiendo a amplias capas de la sociedad, y, a la vez, estamos asistiendo a un deterioro irreversible del territorio que está siendo sometido a actuaciones como las urbanizaciones de la costa, el desordenado crecimiento de los suburbios de las ciudades, el abandono de la agricultura, la ocupación residencial del campo y la aparición de enormes infraestructuras que no sólo provocan fuertes impactos visuales, sino que producen auténticas heridas en el territorio de las que cada vez nos encontramos con más dificultades para suturar (Maderuelo, 2008). ¶
bibliografía Flores, O. M. (2015). Paisajes en emergencia: Transformación, adaptación, resiliencia. Revista INVI, 30(83), 9–17. https://doi.org/10.4067/invi.v30i83.978 Generalitat de Catalunya. (2005). Consultado en http://web. gencat.cat/ca/temes/urbanisme/ ICHAP. (2011). Carta Chilena del Paisaje. Consultado en https://laliniciativablog.files.wordpress.com/2013/04/ chile-carta-del-paisaje-2011.pdf Maderuelo, J. (2005). El paisaje. Génesis de un concepto. Madrid: Abada Editorial. Maderuelo, J. (2008). Paisaje y territorio. Madrid: Abada Editorial. Nogué, J. (2007). La construcción social del paisaje. Editorial Biblioteca Nueva. Nogué, J. (2010). El retorno al paisaje. Enrahonar, 45, 123–136. https://doi.org/eISSN 123-136 Tuan, Y.-F. (2007). Topofilia. Un estudio de las percepciones, actitudes y valores sobre el entorno. España: Editorial Melusina. Consultado en https://es.scribd.com/ doc/102293451/Fu-Tuan-Yi-Topofilia en fecha 10/08/2018
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alameda de santiago de chile : un territorio en tensión permanente Carolina Quilodrán Rubio Geógrafo (U. Chile), Doctoranda en Arquitectura y Estudios Urbanos (PUC), Magister en Geomática (U. de Santiago de Chile), Profesora Asistente Instituto de Historia y Patrimonio (Facultad de Arquitectura y Urbanismo, U. de Chile).
Los fenómenos de la ciudad y la configuración de San-
A modo de capas estratigráficas, se fueron superponien-
tiago de Chile han sido un tema importante en la dis-
do, en un mismo espacio, diversos procesos urbanos,
cusión de la transformación y las nuevas formas de
desde la escala geográfica y territorial, en un claro em-
organización espacial. La Alameda, como parte de la
plazamiento de levante-poniente en el Valle del Mapo-
estructura primigenia, ha tenido un proceso histórico y
cho, hasta el proyecto urbano en el arranque del periodo
un desarrollo que definió la forma en que el territorio
de modernización de la ciudad cuando se introducen
y su entorno se fue transformando. Sus cambios urba-
nuevos programas, usos y tipos arquitectónicos.
nísticos desde una calle-camino de borde de la ciudad
Por lo tanto, la Alameda, como pieza urbana, ha evolu-
consolidada a una gran vía especializada han sido parte
cionado adquiriendo un carácter complejo, funcional y
del registro de encadenamiento de operaciones urbanas
de identidad en la ciudad de Santiago, que parece indis-
en distintas etapas de su historia.
pensable revisitar en la celebración de su bicentenario. ocupación del territorio / proyecto urbano
70
| n° 37 | septiembre 2018
L
a Alameda, a través del tiempo, ha sido parte de distintos procesos, cada uno de ellos de trascen-
dencia urbanística y geográfica. Entonces cualquier renovación debiera entender cuáles son las lógicas de proyecto que derivan de su condición. Pero, ¿qué hay detrás de la configuración espacial, morfológica y funcional de la Alameda? Parece una paradoja, pero la principal avenida de la ciudad de Santiago de Chile está en constante tensión y, por qué no decirlo, en un proceso de consolidación permanente. Todas sus etapas de desarrollo han influido en su forma, función y relación con el territorio en el cual está inserta. En este contexto, sobre ella se ha posicionado una secuencia de estratificaciones culturales, sociales y económicas, materializadas espacialmente en el sistema natural y los procesos de urbanización: proyectos paisajísticos, de vialidad y de arquitectura han estado constantemente en disputa en su espacio físico. Se entrelazan, además, en este lugar, inmuebles patrimoniales, formas de vida y memoria histórica de Santiago. De este modo, en la configuración de su trama se distinguen, de entre varias edificaciones en primera línea, tres operaciones urbanas importantes: la Iglesia y Convento San Francisco, el cerro Santa Lucía y La Casa de Moneda. No sólo son operaciones de arquitectura, sino que son intervenciones que influyen tanto en el ancho como en la extensión de la Alameda. Igualmen-
columnas 71 Elevación fotográfica de la fachada sur de la Alameda, con la presencia de elementos naturales y culturales. Fuente: Fotografía de la autora.
te, es necesario considerar ciertos edificios que tam-
gráfico, al estar organizado, presupone la existencia de
bién fueron clave en su posicionamiento espacial y su
un orden lógico en el que concurren una infinidad de
uso: la Quinta Meiggs, la Estación Central y las edifica-
elementos de diversa naturaleza y magnitud, tanto fí-
ciones religiosas.
sicos como humanos.
En este sentido, el emplazamiento de Santiago en
Por lo tanto, ¿cuáles son las cualidades físico-
el Valle del Mapocho, desde su periodo prehispánico,
geográficas de la Alameda? Para esta discusión es
estuvo condicionado por el territorio geográfico: al
necesario volver a su matriz genética desde ser una
norte, por el torrente del Mapocho y la movilidad de
hondonada, un paseo, una vía emplazadora y una vía
sus aguas; al oriente, el cerro Huelén, como promon-
desplazadora y segregadora. Entonces, el compren-
torio que había que circunvalar para ir conformando
der el ensamblaje y forma de la Alameda tiene varias
el espacio urbano construido; al poniente, la chacra de
particularidades en su concepto espacial y sus proce-
Diego García de Cáceres, por la cual bajaban las aguas
sos. Siguiendo a Sassen (2010), es posible preguntarse
y al sur, La Cañada. Tal como planteó De Ramón (1978),
sobre la Alameda: ¿en qué marco espacial, económico
la Alameda era un límite urbano y de segregación es-
y social se entiende como fenómeno urbano? Una re-
pacial de los estratos socioeconómicos más allá del
puesta sería que “al analizar las transiciones históricas,
radio de la ciudad central. Haciendo alusión a lo que
el conocimiento sobre las dinámicas que les dan forma
pone de relieve Corboz (2015), el territorio no es aquí
puede contribuir a elevar el nivel de complejidad para
un dato, sino que es el resultado de diversos procesos.
estudiar y comprender las transformaciones actuales”
Y es, precisamente, en estos procesos donde la antigua
(p. 27).
Cañada, más tarde denominada Alameda, cambiaría su
Efectivamente, se podría decir que la Alameda tie-
forma urbana. Es entonces cuando, además, la Alame-
ne un origen diverso y una transformación compleja.
da pasó de ser un borde al sur de la cuadrícula, en un
No han sido pocos los proyectos urbanos que se han
territorio emplazado en sentido levante-poniente, a
suscitado en su espacio físico. Claro ejemplo de ello
una calle-camino que sustentaba una actividad como
es el Metro de Santiago, cuya construcción se inició en
un paseo público de las Delicias, apoyado en la con-
el año 1969 y se trabajó intensamente hasta 1980. Un
formación de alamedas. Para hacerlo más explícito,
trazado en el eje oriente-poniente en la avenida más
Miralbes e Higueras (1993) señalan que el espacio geo-
significativa de la ciudad. Una intervención cardinal
72
| n° 37 | septiembre 2018
«[...] el cambio de condición de la Alameda de un borde a una vía emplazadora oriente-poniente, tiene lugar ante un telón de fondo cultural y político. La aparición de nuevas disciplinas con la participación de arquitectos y urbanistas franceses; la renta inmobiliaria y el aprovechamiento del suelo y la urbanización y nuevas formas de vida (barrio París-Londres y San Francisco), son algunos ejemplos. Es, por tanto, un hecho de trascendencia urbanística de la ciudad de Santiago, un episodio notable, que en su origen y configuración ha sido parte del territorio geográfico y topográfico, que surge de las relaciones entre variables naturales y culturales, su forma urbana, combinación de relieve y ciudad artificial.»
columnas 73 que, sin lugar a dudas, se une a lo realizado por Karl
Pero en cada transformación del territorio de la
Brunner en el inicio del proceso de modernización de
Alameda cada pieza constituyente es parte de la ar-
la ciudad de Santiago a partir de la década de 1930.
ticulación total. Considerando las palabras de Massey
En esta nueva organización espacial planteada por
(citado por Steane, 2015), es posible considerar a la
Brunner existiría una tensión entre la gran avenida de
Alameda como un lugar extrovertido, no estático, que
la ciudad capital y la gran vialidad especializada de la
no tiene una identidad singular; es algo reconstruido
metrópolis. Más recientemente, el proyecto Alameda-
día a día a través de una referencia con muchos otros
Providencia nos advierte de un nuevo cambio en su
lugares. Son, como señala Yi FU Tuan (citado por Stea-
territorio: la propuesta de rediseño de 12 kilómetros
ne, 2015), pequeños mundos. ¶
de su espacio público, de la infraestructura de transporte y el mejoramiento del espacio de circulación de los peatones. Por lo tanto, el cambio de condición de la Alameda de un borde a una vía emplazadora oriente-poniente, tiene lugar ante un telón de fondo cultural y político. La aparición de nuevas disciplinas con la participación de arquitectos y urbanistas franceses; la renta inmobiliaria y el aprovechamiento del suelo y la urbanización y nuevas formas de vida (barrio París-Londres y San Francisco), son algunos ejemplos. Es, por tanto, un hecho de trascendencia urbanística de la ciudad de Santiago, un episodio notable, que en su origen y configuración ha sido parte del territorio geográfico y topográfico, que surge de las relaciones entre variables naturales y culturales, su forma urbana, combinación de relieve y ciudad artificial. Pero, cabe preguntarse: ¿está la Alameda en declinación? ¿Dónde está la delicia de caminar por ella? El espacio público, el lugar de encuentro y el paseo de las distintas clases sociales es una situación que resulta anodina en la Alameda de hoy. Es prácticamente imposible que se pueda romper con el ritmo, pausar y hacer sensible la presencia del mundo. La composición de la Alameda ha cambiado: la arborización de álamos ha dado paso a un bandejón central; no existe la acequia que cruzaba por el paseo de las Delicias, la avifauna y sus ruidos ya no son perceptibles, producto de la migración de las especies y por su disminución derivada de la contaminación de la ciudad de Santiago; el antiguo paseo de las Delicias se convirtió en una vía de movilidad y, hacia el oriente, la vista magnificente del siglo XIX de la Cordillera de los Andes ha sido interrumpida por la aparición de las edificaciones en altura en el tejido urbano.
bibliografía Flores, O. M. (2015). Paisajes en emergencia: Transformación, adaptación, resiliencia. Revista INVI, 30(83), 9–17. https://doi.org/10.4067/invi.v30i83.978 Generalitat de Catalunya. (2005). Consultado en http://web. gencat.cat/ca/temes/urbanisme/ ICHAP. (2011). Carta Chilena del Paisaje. Consultado en https://laliniciativablog.files.wordpress.com/2013/04/ chile-carta-del-paisaje-2011.pdf Maderuelo, J. (2005). El paisaje. Génesis de un concepto. Madrid: Abada Editorial. Maderuelo, J. (2008). Paisaje y territorio. Madrid: Abada Editorial. Nogué, J. (2007). La construcción social del paisaje. Editorial Biblioteca Nueva. Nogué, J. (2010). El retorno al paisaje. Enrahonar, 45, 123–136. https://doi.org/eISSN 123-136 Tuan, Y.-F. (2007). Topofilia. Un estudio de las percepciones, actitudes y valores sobre el entorno. España: Editorial Melusina. Consultado en https://es.scribd.com/ doc/102293451/Fu-Tuan-Yi-Topofilia en fecha 10/08/2018
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Estructuras de sustentación de las pistas del BRT que conectan el centro de Río de Janeiro con el aeropuerto Internacional Tom Jobim. Croquis realizado desde una de las áreas de embarque del terminal 2. Fuente: Autor.
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paisajes dominados por la infraestructura en río de janeiro Fernando Espósito Galarce Pontificia Universidad Católica de Río de Janeiro. Dr. Arquitecto. Profesor del Programa de Posgrado en Arquitectura (PPGA) del Departamento de Arquitectura y Urbanismo (DAU PUC-Rio), Rio de Janeiro, Brasil
Con ocasión del Mundial de Futbol 2014 y los Juegos
infraestructural para poder enfrentar muchos de los de-
Olímpicos Rio 2016, el Gobierno del Estado y la Prefec-
safíos que nuestras ciudades nos imponen, no siempre
tura de Rio de Janeiro ejecutaron una serie de obras de
con los resultados esperados. Esta columna presenta una
infraestructura de movilidad. Entre ellas, el BRT o Bus de
breve observación al paisaje urbano carioca modificado
Rápido Transito, que conecta gran parte de la ciudad,
por la infraestructura de movilidad, específicamente del
significó importantes inversiones y trajo para el paisa-
BRT, centrando esta mirada en la relación entre arqui-
je urbano vistosas alteraciones, tanto en su percepción
tectura e infraestructura, pues estas intervenciones, si
a distancia como en la vida próxima a esos objetos in-
bien han respondido en gran parte a las demandas del
fraestructurales. En la ciudad contemporánea, tanto el
trasporte, también han afectado el paisaje y las diferen-
urbanismo, el paisajismo como la arquitectura, se han
tes relaciones entre este y sus habitantes.
visto en la necesidad de lidiar con los proyectos a escala infraestructura / paisaje / movilidad
| n° 37 | septiembre 2018
76
(Imagen 1) Vista de la estación del BRT (Bus de Rápido Transito) de conexión entre la línea Trans-Oeste y Trans-Olímpica, desde uno de los edificios residencias de Barra de Tijuca. Fuente: Amanda Senna Pettená.
Introducción
E
n las últimas décadas, los proyectos urbanos, paisajísticos y arquitectónicos, se han visto en la ne-
cesidad de lidiar con los proyectos a escala infraestructural para poder enfrentar muchos de los desafíos que nuestras ciudades nos imponen. Este tipo de proyectos, en mayor o menor medida, intervienen el paisaje y afectan nuestras vidas, algunos de manera más evidente y otros de formas menos visibles. Una de las principales condiciones de toda infraestructura que se precie de tal es que debe funcionar. Tal vez por ese motivo es que no le exigimos a la infraestructura algunas condiciones que normalmente le exigimos a la arquitectura, entre ellas la “belleza”, o por lo menos algún sentido estético. Pero cuando la tienen, indudablemente que marcan una diferencia y la valoramos más allá de su solo funcionamiento y utilidad. Así, aspectos propios de la arquitectura y el urbanismo como los sociales, culturales, y en general lo que podríamos denominar una cierta contextualización
rando con ese tipo de estrategia la arquitectura pue-
sensible y significativa de la noción de lugar, pueden
de recuperar su “capacidad de mejorar la condición
verse afectados.
humana”, en lugar de solamente ser una oportunidad
Favero (2017: 184), en la presentación de la tra-
para “expresar la condición humana”.
ducción del texto de Stan Allen titulado Urbanismo
Por otro lado, si consideramos que “paisaje no
Infraestructural [1], observa que este reconsidera y re-
es simplemente un reflejo de la cultura sino que un
califica la infraestructura como un dispositivo de es-
instrumento activo en la formalización de la cultura
tructuración que opera a la escala de la ciudad, tanto a
moderna” (Corner, 1999: 1), será fundamental para esa
través de los sistemas más tangibles como de los me-
noción de lugar operar tanto en la escala infraestruc-
nos visibles. En esa situación la arquitectura también
tural como arquitectónica, articulando la necesidad de
puede expresarse, ya no necesariamente como signi-
la movilidad con la necesidad de permanecer en los
ficado u objeto, sino que como desempeño urbano y
lugares.
territorial, pues en esa coyuntura entre infraestructu-
Dependiendo de las variables comprometidas, los
ra, paisaje, territorio y ciudad es donde la arquitectura
efectos del proyecto infraestructural determinarán
puede asumir un papel como proceso socio-técnico
gran parte de las oportunidades en que la arquitectura
en beneficio de la vida urbana. Allen afirma que ope-
puede expresarse en la definición de la vida urbana.
columnas 77
«[...] si consideramos que “paisaje no es simplemente un reflejo de la cultura sino que un instrumento activo en la formalización de la cultura moderna” (Corner, 1999:1), será fundamental para esa noción de lugar operar tanto en la escala infraestructural como arquitectónica, articulando la necesidad de la movilidad con la necesidad de permanecer en los lugares.»
78
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Paisajes de la movilidad entre la arquitectura y la infraestructura. Entre los campos en los que la infraestructura interviene, la movilidad se presenta como un complejo sistema que determina fuertemente la vida ciudadana. Los efectos que las redes y sistemas de transporte tienen en nuestro cotidiano determinan en gran parte la sensación de calidad de vida y la percepción que del paisaje urbano podemos tener (Imagen 1). Con ocasión del Mundial de Futbol 2014 y los Juegos Olímpicos Rio 2016, el Gobierno del Estado y la Prefectura de Rio de Janeiro ejecutaron una serie de obras de infraestructura en Río de Janeiro. Desde el punto de vista de la movilidad, la implementación del VLT o Vehículo Liviano sobre Trilhos (rieles), que recorre diferentes puntos del centro de la ciudad, el BRT o Bus de Rápido Transito, que conecta el aeropuerto con
columnas 79 (Imagen 2) Mobiliario y bicicletarios en la estación del BRT Salvador Allende, bario de Barra da Tijuca. Fuente: Amanda Senna Pettená.
la Zona Oeste (Barra de Tijuca), pasando por la Zona
entre arquitectura y urbanismo que muchas veces ol-
Norte, junto a la extensión del Metro hacia la Zona Sur
vidamos. A través de lo que Careri denomina “tran-
y Barra de Tijuca, significaron grandes inversiones. Es-
surbancia” (Careri, 2013: 33), la arquitectura expande
tos sistemas fueron fuertemente criticados en su mo-
su campo de acción al paisaje y al acto de recorrer. En
mento y aún lo son, sin embargo y desde el punto de
esos espacios del recorrer la arquitectura puede reco-
vista de su funcionamiento, aparentemente atienden
nocer una geografía y un medio en el cual se pueden
gran parte de la demanda para la que fueron creados.
crear nuevas formas de intervenir, acordes a las fun-
El problema es que si observamos estos sistemas
ciones a las que la escala infraestructural no responde.
y redes infraestructurales a una escala arquitectónica,
Es allí donde el habitar se hace susceptible a la arqui-
urbana y paisajística, los resultados distan de ser los
tectura y necesita de ella para otorgarle un sentido de
configuradores de un lugar de calidad (Imagen 2).
lugar. Esas formas de uso y de ocupación más sensibles
La principal dificultad para operar arquitectóni-
al lugar finalmente acaban manifestándose espontá-
camente es la diferencia de escala entre el proyecto
neamente, e muchas veces de manera efímera e insur-
infraestructural y la escala arquitectónica, ya no como
gente para llenar aquellos vacíos que la infraestructura
eficiencia y desempeño sino que como experiencia
no planificó (Imagen 3).
de habitar. Para Francesco Careri, esa es la relación que existe
La arquitectura en el campo de la infraestructura debe recuperar algo que según Allen (Favero, 2017: 189)
80
| n° 37 | septiembre 2018
«A través de lo que Careri denomina “transurbancia” (Careri, 2013: 33), la
(Imagen 3) Toldos y quitasoles implementados como puestos de comida rápida en las proximidades de la estación Salvador Allende del BRT. Fuente: Amanda Senna Pettená.
arquitectura expande su campo de acción al paisaje y al acto de recorrer. En esos espacios del recorrer la arquitectura puede reconocer una geografía y un medio en el cual se pueden crear nuevas formas de intervenir, acordes a las funciones a las que la escala infraestructural no responde. Es allí donde el habitar se hace susceptible a la arquitectura y necesita de ella para otorgarle un sentido de lugar.»
aún está perdido, que es la capacidad de imaginar, de proponer y construir realidades alternativas, asumiendo que las problemáticas tal vez más complejas y difíciles del desempeño urbano territorial son inseparables del proyecto infraestructural a escala arquitectónica y paisajística. Finalmente, a través de la arquitectura es posible responder a los desafíos que muchas veces la planificación y la infraestructura no atienden. Jaime Lerner (2011:37) denomina a ese tipo de acciones una acupuntura urbana. Pequeñas o grandes acciones que redefinen un contexto ciudadano a escala arquitectónica dentro de una escala mayor. Esta puede actuar identificando lo que falta, incorporando actividades y estimulando más vida. ¶
columnas 81
notas
bibliografía
[1] Allen, S. Infraestructural Urbanism. Points + Lines. Dia-
CARERI, Francesco. Walkscapes. O caminhar como prática es-
grams and projects for the city. Nova York: Princeton Ar-
tética. Barcelona. Editorial Gustavo Gili, 2013.
chitectural Press, 1999. p. 46-57. Traducido del inglés al
CORNER, James (ed.). “Recovering Landscape as a Critical
portugués por Marcos Favero (prof. Programa de Posgra-
Cultural Practice”. In: Recovering Landscape. Essays in
duación en Arquitectura, PPGArq, de la PUC-Rio); Lucas Di
Contemporary Landscape Architecture. New York. Prince-
Gioia y Victor Cattete (alumnos DAU / becarios de inicia-
ton Architectural Press, 1999.
ción científica).
FAVERO, Marcos. “Urbanismo Infraestructural”. In: Revista Prumo. v. 2 n. 3: Cidades Latino Americanas, 2017. Disponible en: https://issuu.com/revistaprumo/docs/prumo_3__ vers__o_final___04_07_2017 LERNER J. Acupuntura urbana. Edit. Record. Rio de janeiro, São Paulo, 2011.
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overview: una nueva perspectiva de la tierra Libro: Overview Autor: Benjamin Grant Editorial: Amphoto Books Año: 2016
Por Marianne Bitsch Bidart, Arquitecto del Paisaje
Los avances tecnológicos han permitido que hoy tengamos imágenes extraordinarias y detalladas de la Tierra, nos permiten apreciar las conexiones que hay dentro de ella, y nos ayuda de entender y evaluar el estado actual
Introducción
O
verview tiene como traducción al español el concepto de visión general o conjunta, y dicho por el
autor, se refiere a la impresión que experimentan los
de nuestro planeta.
astronautas cuando miran hacia la Tierra. Pero, ¿qué es
Overview de Benjamin Grant es una selección de más de
lo que incluye esta visión general? Es el paisaje desde
200 imágenes originales de fotografías satelitales de
una escala que pocos han podido observar y analizar
alta resolución que, junto a una pequeña reseña, expli-
desde esa perspectiva.
ca la ubicación de la imagen, donde se pueden apreciar
Según la RAE, Paisaje se define como la parte de
ciudades, carreteras, campos mineros, ríos y bosques,
un territorio que puede ser observada desde un de-
entre otros. Estas imágenes de asombrosa composición
terminado lugar, o en este caso la porción del espacio
muestran la vitalidad de nuestro planeta hoy en día, a
que ve el observador. Este paisaje que podemos ob-
través de formas, colores y contrastes, pero al mismo
servar en Overview, donde se incluyen las variables
tiempo muestra el impacto que ha ejercido el humano
naturales y sociales que se van transformando en el
en él. El objetivo de Grant no es sólo inspirar una nueva
tiempo dado su propio dinamismo. Se puede apreciar
perspectiva de nuestro planeta, sino también fomentar
completamente el esplendor de las cosas que hemos
una nueva reflexión del impacto provocado en él.
construido, la gran complejidad de los sistemas que
reseñas 83
Imagen de Overview: Valparaíso, Chile
hemos desarrollado y el impacto que hemos tenido
de ciudades altamente densas como Tehran (Irán) que
en nuestro planeta, que podemos observar clara y am-
se contrapone con la baja densidad de los suburbios de
pliamente desde la perspectiva del espacio.
Londres y sus parques. También se observa el desarro-
A partir de las imágenes podemos identificar y en-
llo de ciudades en lugares geográficos curiosos, como
tender varias situaciones a nivel global, que responden
el caso de Valparaíso (Chile), donde se observa la ciu-
a dónde; como por ejemplo donde trabajamos, donde
dad construida en los cerros con sus abruptas laderas,
cosechamos, o donde nos movemos, ya que cada ima-
montándose sobre la geografía irregular y adaptándo-
gen nos ubica en un punto geográfico. Mientras que, al
se a su geometría, colindando con el océano Pacífico y
hacer un análisis de la imagen, podemos entender el
donde la naturaleza del mar parece amenazante.
cómo resolvemos esas situaciones.
Las imágenes de carreteras y autopistas representan el ícono de la intervención humana que fragmenta
Donde vivimos
el paisaje natural. Como el paso de Los Caracoles (Chi-
Dentro de las imágenes que encontramos en el libro,
le), en la Cordillera de Los Andes hacia la frontera con
muchas corresponden a áreas urbanas o periurbanas.
Argentina, donde una fotografía perfectamente equi-
En ellas podemos observar el desarrollo de las ciuda-
librada permite observar el contraste de lo natural y
des, la alta densificación o la fragmentación por causa
lo construido, la verde cordillera, sus valles, con el gris
de las autopistas, comparando diferentes situaciones
de la carretera sinuosa y oscilante, y dentro de ella,
84
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«Se puede apreciar completamente el esplendor de las cosas que hemos construido, la gran complejidad de los sistemas que hemos desarrollado y el impacto que hemos tenido en nuestro planeta, que podemos observar clara y ampliamente desde la perspectiva del espacio.»
los camiones trasladándose por esta vía. La imagen te
irreparable a los bosques vírgenes de la selva.
permite reflexionar sobre el riesgo que corren quienes
Este paisaje general reconoce la parte por el todo
transitan por estos lugares y, a la vez, comparar situa-
y viceversa, la escala global de nuestra intervención en
ciones similares a lo largo del mundo.
el territorio, del espacio que ocupamos y cómo ocu-
Además, el libro presenta fotografías de parques nacionales, reservas naturales o playas que maravillan
pamos este espacio para vivir, para movernos y estar en la Tierra.
por sus colores y formas, que finalmente se contradicen por la destrucción de otros lugares. Las imágenes
Conclusión
más inquietantes son las que relacionan la naturaleza
Entender el paisaje desde esta escala, nos ayuda a ser
impactada directamente por extracción de minerales
más conscientes respecto a la situación del territorio
o deforestación. La relación entre lo natural y artificial
y permite preguntarnos, ¿cómo surgieron estos siste-
sensibiliza la belleza y fragilidad del paisaje al mismo
mas?, ¿Dónde están los límites del impacto sobre la
tiempo, como, por ejemplo, la deforestación del bos-
naturaleza a nivel global? ¿Cómo compartimos el terri-
que en Santa Cruz (Bolivia), impulsada por la agricul-
torio? Grant espera que uno tome conciencia e, ideal-
tura. Se puede observar una geometría casi exacta de
mente, una motivación para actuar de una manera que
los polígonos de predios agrícolas, con distintos tonos
asegure la prosperidad de la Tierra.
de verdes, pero que a la vez está causando un daño
Es interesante observar cómo hemos habitado el
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planeta y entender que no somos únicos, que muchas
bibliografía
problemáticas territoriales se repiten a nivel mundial
GRANT, Benjamin (2016). Overview: A new perspective of
y, para bien o para mal, somos responsables del impac-
Earth. Amphoto Books. Londres.
to provocado, pero a la vez responsables en plantear
Real Academia Española. (2001). Diccionario de la lengua es-
soluciones para el futuro. En palabras de Rosa Barba
pañola (22.a ed.). Consultado en: http://www.rae.es/rae.html
“cada paisaje lleva impresa la huella de quienes lo han precedido y deja para el futuro otra huella que otros reconocerán en él. Por ello el paisaje continúa”. Tal vez aún estamos a tiempo de mejorarlo. ¶
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k’urpay ¿hacia la destrucción de los paisajes andinos? Película: Nuna, la agonía del Wamaní Autor: Jimy Carhuas Tintaya Año: 2016
Por Lesly Irina Pereira Camac, Arquitecta.
Unidad. Cosmovisión, comunidad y los paisajes naturales y culturales de los Andes. Créditos: Origami Studio
“Nuna, La Agonía del Wamaní”, prometedora película de animación peruana que viene obteniendo reconocimientos importantes a nivel nacional e internacional,
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n la actualidad, podemos apreciar que muchos de los paisajes andinos peruanos están siendo vulne-
rados ante decisiones políticas, como el caso “La Mon-
donde se observa el mensaje colectivo que resalta el valor
taña de Siete Colores” o Cerro Vinicunca, ubicado en
cultural de la sierra andina y de los relatos del escritor
Cuzco. Dicho lugar fue concesionado a una empresa
famoso José María Arguedas con la obra «La agonía de
minera, perjudicando a las comunidades andinas, tan-
Rasu Ñiti». El misticismo presentado, desde la canción
to a los pobladores por los problemas de contamina-
realizada en el idioma nativo quechua, van mostrando
ción que se puedan suscitar y la pérdida de su principal
los asombrosos paisajes andinos conformados por ne-
sustento económico basado en el turismo, así como
vados, valles, montañas y de las comunidades alto an-
la destrucción del paisaje natural. Existió mucha polé-
dinas distribuidas en el territorio, donde muestran las
mica y preocupación por parte de organizaciones y la
diferentes tipologías de viviendas y su integración con el
población local, donde mostraron su rechazo, nacional
entorno, así como de su biodiversidad. Sin embargo, en
e internacional. Con esto, se consiguió la paralización
el trasfondo tiene un mensaje profundo sobre la impor-
del proyecto en esta zona y la solicitud para ser esta-
tancia que tienen los paisajes andinos por protegerlos
blecido como área protegida por el estado, así como
de las constantes amenazas que vienen suscitando por
las coordinaciones para poder declararlo ante Unesco.
la intervención del hombre.
Actualmente, la empresa minera ha anunciado su de-
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cisión de ceder la concesión adquirida en este emblemático patrimonio natural y cultural reconocido por los auténticos paisajes Latinoamericanos. Como este caso, existen muchos que no tienen esta condición de patrimonio y, por ello, presentan grandes transformaciones del paisaje junto a un gran impacto ambiental negativo dado por la minería legal e ilegal del país. Un ejemplo preocupante está ocurriendo desde hace varios años en la provincia de Cajamarca, debido a los continuos trabajos que realizan las empresas Newmont Mining Corporation y Minas Buenaventura, pues vienen extrayendo oro de la mina Yanacocha, la segunda mina aurífera más grande del mundo. Los problemas generados se están manifestando en la escasez del agua y el riesgo de contaminación de las lagunas, ríos y canales de irrigación para la agricultura local. Como consecuencia, estas problemá-
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ticas han afectado a las comunidades cercanas como
que el valor histórico y natural merece ser protegido al
Choropampa y, con ello, arrastró una cadena de pobre-
momento de planificar e intervenir en el territorio. Si
za expresada por los pobladores. Además, es impac-
no ocurre un cambio de esta tendencia, se continuará
tante la gran destrucción del paisaje montañoso de
con la destrucción de estos maravillosos paisajes que,
la región reflejada en grandes superficies perforadas
en la actualidad, están siendo destruidos por el hom-
y excavadas que rompen con la armonía sinuosa del
bre y no miden los daños que pueden ocasionar en el
entorno natural de los Andes peruanos.
tiempo. ¶
Ante estos hechos existe un profundo mensaje al transmitir el avance de película que va más allá de expresar los efectos animados. Pues muestra a personajes como El Wamani (espíritu de la montaña) o El Amaru (espíritu del clima) como representantes de la cosmovisión andina y la naturaleza, en donde se puede denotar la importancia que tienen por protegerlos para que las comunidades puedan vivir en equilibrio e integración con su territorio. Además, el largometraje expresa con cada paisaje representativo de los Andes
reseñas 89 Paisaje. La integración entre la naturaleza y el terrirorio andino. Créditos: Origami Studio
bibliografía De Echave, J., Hoetmer, R., & Palacios, M. (2009). Minería y territorio en el Perú. Conflictos, resistencias y propuestas en tiempos de globalización, 432. Diario Gestión. (2018). MEM inicia consultas técnicas para revertir concesión minera de la Montaña de Siete Colores. Disponible en: https://gestion.pe/economia/empresas/ mem-inicia-consultas-tecnicas-revertir-concesion-minera-montana-siete-colores-236576 [Recuperado el 29 de agosto de 2018]. El Comercio. (2017). “Nuna”, la animación peruana que se presentó en Cannes. Disponible en https://elcomercio.pe/ luces/cine/facebook-nuna-animacion-peruana-presento-cannes-video-425137 [Recuperado el 29 de agosto de 2018].
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hacia una nueva mirada del paisaje en el territorio Libro: El gran libro del Paisajismo Urbano Autor: Alex Sanchez Vidiella Editorial: Loft Publicaciones Año: 2012
Portada de El gran libro del paisajismo urbano
Por Valentina Santander, Arquitecto del Paisaje. Diplomado en Planificación y Gestión Urbana Integrada.
La urbanización es uno de los fenómenos de transformación más importantes que ocurre sobre el territorio, donde el desarrollo de ciudades reemplaza las áreas rurales y naturales. Este fenómeno ha dotado a las ciudades de infraestructura en viviendas, comercio, servicios, oportunidades de empleo y crecimiento económico, comienza a ser un lugar atractivo para vivir, aumentando
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n Chile se han manifestado las mismas consecuencias de la acelerada y poco planificada urbaniza-
ción que se ha vivido en gran parte del mundo, dando
rápidamente su población y su tamaño. Actualmente
paso al reemplazo de nuestro territorio nacional natu-
podemos ver cómo este crecimiento poco planificado,
ral en ciudades densas y desiguales, sobre todo en las
en relación con el medio ambiente, ha provocado una
metrópolis. Hoy en día, en relación con el territorio y el
transformación agresiva y muy evidente del medio na-
paisaje en el espacio urbano, hay una alta inequidad en
tural, el paisaje, tanto en las zonas más urbanizadas
la distribución de las áreas verdes y el espacio público
como en las rurales. Hoy en día estas tendencias de poca
en la ciudad, donde no existen parámetros de calidad
valoración del paisaje se han visto disminuidas, dando
estandarizados y carecen de herramientas más inno-
paso a una mayor conciencia de protección hacia el en-
vadoras para intervenir el espacio en todas sus escalas.
torno natural, haciéndose el hombre en las últimas dé-
Estas características son señales de una escasa plani-
cadas cargo de estos daños planteando nuevos desafíos
ficación, con escasa integración de los actores invo-
de generar y regenerar estos espacios. Son estas tenden-
lucrados que, no solo deben generar proyectos, sino
cias contemporáneas con relación al paisaje y territorio
también lograr que perduren en el tiempo y ayuden a
las que El Gran Libro del Paisajismo Urbano recopila e
mejorar la calidad de vida de todos los habitantes y la
invita a conocer.
calidad urbana sobre el territorio.
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La arquitectura del paisaje contemporánea está
dencias y hoy en día también con las necesidades.
llena de contrastes y colores, las que encontramos
El libro está compuesto por siete capítulos, de
tanto en entornos urbanos como rurales. En el senti-
los cuales destacaré aquellos que inspiran en la trans-
do más funcional y social, se están empleando nue-
formación del territorio en diversas escalas donde el
vas herramientas que permitirán los desarrollos más
paisaje cobra vida y se valora su importancia para el
innovadores como la diversidad biológica, el diseño
bienestar humano, ambiental y urbano. Entre estos ca-
sostenible y el menor consumo de recursos. El Gran Li-
pítulos se encuentran: a) Intervenciones a Gran Escala,
bro del Paisajismo Urbano muestra una visión amplia
que abarca proyectos en lugares naturales sin pertur-
de cómo el paisaje y el territorio urbanizado conver-
bar su aspecto original, con una vocación de protec-
gen, interpretando el paisajismo como una disciplina
ción ambiental y patrimonial por una actual preocu-
multidimensional, donde la arquitectura, el diseño, la
pación social mejorando sus condiciones existentes;
planificación, la gestión, la preservación y la rehabili-
b) Parques Urbanos, basado principalmente en inter-
tación del suelo, se integran para dar paso a proyectos
venciones que aportan a mejorar la calidad de vida de
en diversas escalas, que de forma armónica y respon-
los habitantes en la ciudad, en pro de un desarrollo
sable intervienen el territorio entregando espacios de
sostenible y un aumento de la biodiversidad perdida; y
calidad necesarios para sus habitantes. El libro plantea
c) Plazas, que recopila los proyectos más renovadores,
que el arte del paisaje evoluciona con la moda, las ten-
donde la restauración, rehabilitación y rediseño jue-
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«[...] muestra una visión amplia de cómo el paisaje y el territorio urbanizado convergen, interpretando el paisajismo como una disciplina multidimensional, donde la arquitectura, el diseño, la planificación, la gestión, la preservación y la rehabilitación del suelo, se integran para dar paso a proyectos en diversas escalas, que de forma armónica y responsable intervienen el territorio entregando espacios de calidad necesarios para sus habitantes.»
gan un papel importante, se plantea el desarrollo más
bemos conducir nuestro desarrollo en estas materias.
innovador en el contexto urbano, para el bien estar de
Esta es una recomendación e invitación para ampliar la
ciudadanos satisfaciendo las demandas en constante
perspectiva del paisaje, el territorio, la calidad de vida
crecimiento. Este capítulo muestra las estrategias cen-
humana y urbana. ¶
tradas en energías renovables, ecología urbana, tecnologías verdes, educación ambiental y arte. Hoy las áreas verdes y el espacio público se han convertido en una necesidad, son los espacios de recreación, esparcimiento, integración, ambientales, educativos, artísticos, deportivos, que hoy los habitantes de las ciudades requieren para mejorar su calidad de vida. El Gran Libro del Paisajismo Urbano, a través de la recopilación de diferentes proyectos ilustrados con imágenes y planos, muestra las tendencias en espacios públicos y áreas verdes tanto en áreas urbanas como rurales de diferentes países del mundo que sirven como inspiración y aspiración de hacia donde de-
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Referencias capítulos destacados
Revista
revistaplaneo.uc.cl