Marejada Vol. 18, Núm. 2, 2020

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Las Salinas de Cabo Rojo: Un espacio único en el Caribe

Vol. 18 Núm. 2 2020
REVISTA AMBIENTAL

El archipiélago de Puerto Rico cuenta con una variedad de recursos y atracciones naturales que ofrecen un sinnúmero de oportunidades económicas y recreativas, aparte de servir como habitáculo a una gran variedad de especies de flora y fauna. En esta edición de Marejada, resaltamos a las Salinas de Cabo Rojo (SCR), un lugar de alto valor histórico, ecológico, social y cultural, y uno de los habitáculos más importantes para las aves costeras en Puerto Rico. Estos atributos hacen de las SCR un lugar especial para desarrollar actividades educativas y de conservación de recursos y atracciones naturales.

Este habitáculo crítico de vida silvestre no está exento de los impactos generados por el cambio climático y debe ser protegido y preservado por ser único e irreemplazable, tanto a nivel nacional como para la región del Caribe. Existen múltiples factores que han impactado el área durante los pasados años incluyendo eventos climáticos extremos, el aumento en el nivel del mar y la actividad sísmica en el área oeste de Puerto Rico. Estos eventos naturales amenazan el funcionamiento del área como habitáculo y su capacidad de generar beneficios económicos siendo esta, la primera industria de extracción de sal documentada en el Continente Americano.

Más de 40,000 aves dependen de las SCR para descansar y completar su ciclo migratorio entre Norte y Sudamérica y también sirve de área de anidación para algunas especies endémicas o que están presentes todo el año.

Reconociendo la importancia de estas aves dentro de los ecosistemas de las SCR, presentamos varias infografías que muestran algunas de las aves migratorias y residentes que utilizan las SCR para alimentarse, recuperarse de largos viajes y reabastecerse con las fuentes de alimentos ofrecidos por este habitáculo.

Por otra parte, en el artículo “La mortalidad de mangles en Cabo Rojo”, se presentan los hallazgos principales de un análisis geográfico-temporal donde se determina el cambio en la cobertura de mangle en el sector La

Playuela en Cabo Rojo interpretando fotografías entre los años 1998 y 2019 y se ofrecen algunos factores que contribuyen a la mortalidad de mangles.

Asimismo, resaltamos la gran labor educativa y creación de proyectos demostrativos de conservación ambiental llevada a cabo por el Comité Caborrojeños Pro Salud y Ambiente, Inc. (CCPSAI). Reconocemos la labor que han realizado los doctores Dafne Javier y Pedro Valle, quienes, junto a otros miembros de CCPSAI, han desarrollado los esfuerzos del agrónomo Efrén Pérez Rivera, líder del Comité Caborrojeños Pro Salud y Ambiente, Inc.

Para cerrar la publicación de esta edición de Marejada, se resalta la colaboración del Programa Sea Grant de la UPR con el Centro Nacional para el Adiestramiento en la Preparación para Desastres (NDPTC, por sus siglas en inglés) bajo el liderato de Lillian Ramírez Durand, Especialista en Desarrollo Costero Comunitario en nuestro programa. En este proyecto de extensión marina, la señora Ramírez Durand atiende poblaciones vulnerables que viven en comunidades costeras para aumentar su resiliencia a eventos naturales extremos.

Esperamos que la información ofrecida en esta edición de Marejada nos ayude a valorar las atracciones y recursos naturales de Puerto Rico y que entendamos la fragilidad de estos ante el cambio climático en especial el aumento en el nivel del mar, eventos naturales extremos y su relación con la vulnerabilidad y resiliencia de las comunidades costeras.

Ruperto Chaparro Serrano, MA Fotografía de portada: José R. Almodóvar Rivera

Las Salinas de Cabo Rojo: Un espacio único en el Caribe

Foto: Oliver Bencosme

Visión

Mucha gente piensa que el espacio sideral, el universo, es nuestra frontera final de la exploración y del conocimiento. Sin embargo, los océanos todavía son una región desconocida y nuestros mares, los que nos quedan a unos pasos de nuestras casas, aguardan por nuestros esfuerzos en investigación, para conocerlos a profundidad, mantener su valor ecológico y salvaguardarlos para que las generaciones futuras puedan beneficiarse de las oportunidades económicas y recreativas que estos ofrecen. Tal vez, lo irónico es que muchos conocen sobre el planeta Tierra o sobre nuestro sistema solar, pero conocen muy poco sobre los ecosistemas marinos y costeros y su extraordinaria biodiversidad, su fuerza y su energía física, así como su papel en la climatología. Como ciudadanos, debemos entender bien esa inmensa parte de esta biosfera que está formada por las aguas de los océanos.

Marejada surge como un medio de comunicación enfocado en educar a los hispanoparlantes acerca de la importancia de proteger nuestros mares y océanos de los complejos procesos climáticos y antropogénicos que los amenazan.

Marejada es una revista ambiental comprometida con la conservación y el desarrollo sustentable de nuestros recursos y atracciones marinas y costeras. Nuestro interés es educar al público general y llevarle información científica de una manera sencilla y fácil de entender. Para nosotros, uno de los puntos clave, en el marco de las investigaciones científicas aplicadas, es poder desarrollar proyectos dirigidos a solucionar problemas actuales que afectan los recursos marinos y costeros que nos rodean, al tiempo que facilitamos los resultados de estas investigaciones a los manejadores y los usuarios de estos recursos. Estos resultados deben ser publicados y puestos al alcance de la mayor cantidad de personas. Esta revista ambiental constituye ese espacio accesible para que los investigadores, los científicos, los usuarios de los recursos, los educadores, los manejadores y los especialistas publiquen artículos cónsonos a nuestra visión, al tiempo que el lector disfruta en este proceso del saber.

Marejada: una manera de acercarte más a la costa.

Marejada es publicada por la División de Comunicaciones y Publicaciones del Programa Sea Grant de la Universidad de Puerto Rico, bajo la subvención Núm. NA180AR4170089 del Departamento de Comercio de Estados Unidos y la Administración Nacional Oceanográfica y Atmosférica (NOAA).

ISSN 1947-1424

Para este número

Cristina D. Olán Martínez: Editora

Esther M. Vélez Bonilla: Redactora de información

Oliver Bencosme Palmer: Diseñador editorial

Cynthia Lee Gotay: Diseñadora de infografías

Raúl Omar Ortiz Arroyo (“Pichón Duarte”): Impresión

División de Comunicaciones y Publicaciones

Ruperto Chaparro Serrano: Director del Programa Sea Grant de la Universidad de Puerto Rico, Recinto de Mayagüez

Stephanie Díaz Pérez: Directora de Comunicaciones/Directora Editorial

Delmis del C. Alicea Segarra: Especialista en currículo y evaluación

Cristina D. Olán Martínez: Editora

Esther M. Vélez Bonilla: Redactora de información

Cynthia Lee Gotay Colón: Ilustradora científica

Fabiola Nieves Guerrero: Ilustradora científica

Oliver Bencosme Palmer: Artista gráfico/Diseñador editorial

Raúl Omar Ortiz Arroyo (“Pichón Duarte”): Jefe de imprenta

Wilmarie Cruz Franceschi: Traductora

Las opiniones y los puntos de vista expresados en esta revista no necesariamente reflejan los de la Universidad de Puerto Rico o los del Programa Sea Grant. La mención de marcas de productos no debe ser interpretada como un endoso a las mismas.

Las Salinas de Cabo Rojo: Un aeropuerto para las aves datos de seis de estas especies. ramas, que captura en vuelo. Se alimenta de insectos, pequeños crustáceos otros invertebrados. Querequequé/Antillean Nighthawk Chordeiles gundlachii Chorlito Marino/Wilson’s Plover Charadrius wilsonia Se alimenta de invertebrados, incluyendo insectos crustáceos. escombros, en lugares de poca vegetación. Chorlito Blanco/Snowy Plover Charadrius nivosus Se alimenta de insectos, crustáceos invertebrados Generalmente, anida en suelos arenosos en áreas abiertas Charrancito/Least Tern Sternulla atillarum Se alimenta de peces pequeños. lugares de anidación es Las Salinas de Cabo Rojo. Anida en terrenos abiertos, veces sobre techos planos. No hace nidos; pone sus huevos directamente sobre superficies Anida dentro de los enredos de raíces de árboles caídos, en ¿Más información sobre aves marinas de Puerto Rico? https://issuu.com/seagrantpr/docs/aves-marinas-mayo11-2016 síguenos en ISSUU. Foto: Oliver Bencosme 6 Las Salinas de Cabo Rojo: Un espacio único en El Caribe 10 Ecosistemas de Las Salinas de Cabo Rojo: Amplia variedad en un mismo espacio 13 Aves en Las Salinas de Cabo Rojo 14 Infografías de aves 20 ¡Son unas duras!: Plantas en Las Salinas de Cabo Rojo 25 Mortalidad de mangles en Cabo Rojo, Puerto Rico 32 Comité Caborrojeños Pro Salud y Ambiente, Inc. 34 Sólida la colaboración entre NDPTC y el Programa Sea Grant REVISTA
AMBIENTAL

Las Salinas de Cabo Rojo: Un espacio único en El Caribe

Imaginar una comida sin sal es casi imposible. Durante milenios, la sal ha sido uno de los productos más preciados en el mundo por sus múltiples usos agrícolas, farmacológicos y gastronómicos. Ha sido usada como moneda, vinculando a los seres humanos unos con los otros ya sea porque se ha ofrecido como pago por un trabajo, porque forma parte del trueque de bienes o por haber sido pieza fundamental en el contrabando.

La sal sigue siendo un mineral intensamente extraído alrededor del Planeta. Según el portal electrónico Statista, tan solo en 2019, la producción mundial de sal alcanzó las 283 toneladas métricas. Y a pesar de que Puerto Rico no se sitúa como un país líder en la producción de sal, sí es sumamente importante señalar que es custodio de Las Salinas de Cabo Rojo, un lugar de alto valor histórico, social, cultural y ecológico.

Las Salinas de Cabo Rojo están ubicadas al suroeste de Puerto Rico y constituyen la primera industria de extracción de sal documentada en el Continente Americano. Los documentos oficiales ubican el comienzo de esta industria en la fecha del 25 de julio de 1511, momento en que la Corona Española

autorizó la explotación industrial salinera. Y aunque ya los taínos la recogían para distintos usos, es desde este punto en adelante donde se registran datos de la extracción para propósitos industriales y todo un andamiaje económico y social que giraba alrededor de la sal.

Las Salinas de Cabo Rojo fueron lugar de conflicto entre diversas potencias europeas (franceses, ingleses y holandeses) que buscaron tener el control de este recurso. A nivel local, también surgieron enfrentamientos por el control de la sal. Ejemplo de ello es el combate entre vecinos de Aguada y salineros de Cabo Rojo en 1769. De ahí que a los caborrojeños se les conozca como “mata con hacha” y la playa donde ocurrió el enfrentamiento se llame El Combate.

Con el transcurso de los siglos, diversas familias fueron adquiriendo el control del recurso y la administración de los procesos de extracción de sal. Sin embargo, las condiciones de los obreros de la sal, por mucho tiempo, fueron paupérrimas. Estas pobres condiciones laborales, caracterizadas por la sobreexplotación de los trabajadores, fueron combustible para huelgas durante las primeras décadas del siglo XX. Asimismo, dieron paso a un fuerte movimiento obrero que trajo consigo la fundación de la Unión Independiente de los Trabajadores de la Sal, una de las más antiguas de Puerto Rico.

Hoy día, a más de 500 años del inicio de Las Salinas de Cabo Rojo como industria, el valor de esta zona

Foto: José R. Almodóvar Rivera

sigue vigente. Es manejada por el Servicio Federal de Pesca y Vida Silvestre (USFWS) y forma parte integral del Refugio de Vida Silvestre de Cabo Rojo. Las Salinas de Cabo Rojo comprenden toda una red de ecosistemas que dan vida a: plantas capacitadas para sobrevivir bajo condiciones de calor extremo, diminutos crustáceos y aves que residen y migran a través de esta región. Todos estos organismos, en conjunto con la intervención humana mediante la extracción de sal, hacen de este espacio un lugar único y atractivo para la recreación y el turismo. Anualmente, miles de visitantes se detienen a observar y a tomar fotos de los cuajaderos rosados, cuyo color es provisto por el camaroncillo de salmuera (Artemia spp.). Este camaroncillo se alimenta del alga rosada Dunaliella salina y de ahí obtiene su peculiar color.

Sin embargo, múltiples factores han impactado el área durante los pasados años. El cambio en la entrada de agua es uno de los más notables. Estas transformaciones abruptas comenzaron a notarse bien marcadamente desde 2008 aproximadamente, con la apertura del área en Punta Águila. Tanto las áreas de Punta Águila como Bahía Sucia están abiertas. Esto provoca la entrada continua de agua de mar y tiene como consecuencia la merma en la habilidad de producir sal y la reducción del hábitat del cual dependen las aves migratorias para alimentarse y anidar.

Los eventos climáticos y geológicos figuran entre los causantes de estos cambios. Sistemas atmosféricos–como el huracán María en 2017–el aumento en el

nivel del mar y posiblemente, la actividad sísmica en esta área han ocasionado que los hábitats que caracterizan las salinas (manglares, dunas, bermas) y protegen el sistema de la acción de las olas e inundaciones, se hayan visto afectados por la erosión y la mortandad masiva de los manglares. A pesar de que el área de Punta Águila llegó a estabilizarse naturalmente en años previos al huracán María, el paso de este ciclón desencadenó nuevamente la apertura de esta zona. En un intento por disminuir la entrada de agua, los salineros llegaron a reacomodar la arena del lugar para tratar de bloquear el paso del agua, pero esta iniciativa no fue suficiente.

Esto genera una ola de preocupaciones por parte de muchos sectores: científicos, agencias gubernamentales, comunidad, entre otros. La calidad del hábitat es la raíz de la importancia funcional de Las Salinas de Cabo Rojo para las aves residentes y migratorias. Las condiciones de inundación sin control comprometen dicha calidad y se va perdiendo el mosaico diverso del mismo, el cual sostiene la supervivencia de las diferentes especies. Al mismo tiempo, se afecta significativamente la industria de la sal, que por siglos ha dejado huella en la historia, la sociedad y la economía de la región. El Servicio de Pesca y Vida Silvestre trabaja en colaboración con otras agencias federales, estatales y locales, así como diversas organizaciones incluyendo el Programa Sea Grant, a fines de analizar e implementar soluciones a corto y a largo plazo para la restauración de Las Salinas de Cabo Rojo. Estos esfuerzos pudieran ser abordados en próximas ediciones de Marejada

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Foto: Oliver Bencosme

Por el momento, en este número, te invitamos a conocer un poco más sobre los ecosistemas, las aves residentes y migratorias, y las plantas de las Salinas de Cabo Rojo. Todos estos organismos en su conjunto son, en gran medida, héroes de una zona caracterizada por condiciones extremas. Antes, una zona siempre seca y calurosa, y ahora,

Referencias

batallando con una situación más compleja, gracias a cambios súbitos en los patrones hidrológicos del lugar. También destacamos la labor comunitaria que, junto con las agencias gubernamentales, el sector científico y la academia, han contribuido a resaltar el valor de la zona y procurar su conservación.

Comité Caborrojeño Pro Salud y Ambiente, Inc. https://ccpsai.org/

Ramírez-Padilla, L. (s.f.). Sal, Sangre y Sudor: Memorias históricas de las Salinas de Cabo Rojo. Ediciones CCPSAI.

Statista. https://es.statista.com/

Agradecimiento

La autora agradece la información provista por el Servicio Federal de Pesca y Vida Silvestre (USFWS) y el Comité Caborrojeño Pro Salud y Ambiente, Inc. (CCPSAI). También agradece la colaboración de Ana Román, Líder de Proyecto de USFWS y la revisión realizada por Lillian Ramírez Durand, Asesora en Desarrollo Costero Comunitario del PSGUPR y Gisella Burgos, Especialista en Servicios al Visitante en USFWS.

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Foto: José R. Almodóvar Rivera

Ecosistemas de Las Salinas de Cabo Rojo: Amplia variedad en un mismo espacio

Las Salinas de Cabo Rojo sobresale por la variedad de ecosistemas que se desarrollan en un mismo espacio. Ecosistemas tales como las lagunas hipersalinas, los manglares y el bosque seco subtropical sobreviven a las altas temperaturas, a la escasa precipitación y, por supuesto, a la extrema salinidad. Sus características hacen de este ambiente uno único: múltiples ecosistemas con características propias funcionando en conjunto y al servicio de todas las especies que habitan en ese entorno. A continuación, los describimos brevemente.

Lagunas hipersalinas

Son charcas de alta salinidad que se forman gracias a la inundación por marea en aguas llanas. En estas lagunas, el agua se evapora rápido y se forman cristales de sal.  Camarones, moscas, larvas de insectos, algas, bacterias e insectos acuáticos viven en estas lagunas. Estos organismos forman parte de la dieta de las aves que llegan a Las Salinas en búsqueda de descanso y alimento. Las lagunas Fraternidad y Candelaria en Las Salinas de Cabo Rojo son ejemplo de este tipo de ecosistema.

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Fotos: Oliver Bencosme

Bosque seco subtropical

Este tipo de bosque se caracteriza por la poca precipitación que recibe: unas 30 a 35 pulgadas (76.2 a 88.9 centímetros) de lluvia anualmente. De la mano con la poca precipitación, viene el calor. Las temperaturas en las que se desarrollan los bosques secos oscilan entre 80°F (26.7°C) bajo sombra y 100°F (37.8°C) en áreas de sol. En el verano, se pueden alcanzar temperaturas sobre los 100°F.

En Las Salinas, dentro del bosque seco subtropical, podemos encontrar plantas tales como: pitahaya (Leptocereus quadricostatus), melón de costa (Melocactus intortus), tuna (Opuntia rubescens), sebucán (Pilosocereus royenii), yaití (Gymnanthes lucida), albarillo (Exostema caribaeum), corcho blanco (Pisonia albida), tachuelo (Pictetia aculeata), ceboruquillo (Thouinia portoricensis), almácigo (Bursera simaruba), manglillo (Erithalis fruticosa), cucubano (Guettarda krugii) y roble blanco (Tabebuia heterophylla). Dichas plantas se han adaptado a condiciones extremas. Tienen espinas, cera en sus hojas (para disminuir la pérdida de agua durante la transpiración) y/o mudan sus hojas simultáneamente para prevenir la pérdida de agua durante la sequía. Esto le permite continuar con sus funciones vitales y también proveer hábitat a diversas especies, particularmente a las aves que se posan y anidan en sus ramas.

Manglares

Un manglar es un bosque compuesto por árboles de mangle. En Puerto Rico, los manglares están compuestos por cuatro especies de mangle: rojo (Rhizophora mangle), blanco (Laguncularia racemosa), negro (Avicennia germinans) y botón (Conocarpus erectus). La zonación (acomodo de los árboles en el ecosistema) más común sigue el orden antes mencionado; nos obstante, es importante señalar que algunas de estas especies (ej. negro y blanco) pueden intercambiarse en el orden de zonación. Cada especie de mangle tiene cualidades únicas que le permiten sobrevivir a condiciones de altas temperaturas, alta salinidad, poca oxigenación e inestabilidad de los suelos. Los manglares, al igual que los demás ecosistemas presentes en Las Salinas, sirven de hábitat para diversas especies. Las raíces del mangle rojo, por ejemplo, sirven de vivero para peces pequeños y, junto a las demás especies de mangle, brindan albergue a las aves que se posan en sus ramas y se resguardan bajo su sombra. Los manglares, además, constituyen una barrera efectiva para la protección ante el oleaje y la marejada ciclónica. También, sirven como filtro de las escorrentías que vienen de tierra adentro, lo que contribuye a una mejor calidad de agua. Actualmente, el área de Las Salinas de Cabo Rojo y los terrenos circundantes al Faro de Los Morrillos confrontan una pérdida significativa de árboles de mangle, situación que está bajo estudio científico.

La autora agradece la información provista por el botánico Omar A. Monsegur Rivera, Biólogo de Pesca y Vida Silvestre-Botánico y por Gisella Burgos, Especialista en Servicios al Visitante, ambos del Servicio Nacional de Pesca y Vida Silvestre (USFWS, por sus siglas en inglés). Gracias a USFWS por los documentos provistos.

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Mangle rojo (Rhizophora mangle) Mangle blanco (Laguncularia racemosa) Mangle botón (Conocarpus erectus) Mangle negro (Avicennia germinans)

Aves en Las Salinas de Cabo Rojo

Las aves son un componente fundamental en Las Salinas de Cabo Rojo. Este espacio es considerado como un aeropuerto para las aves, dado a la cantidad de especies de aves residentes y migratorias que utilizan el lugar. Lagunas hipersalinas, salinas, bosque seco subtropical y manglares, todos en su conjunto, ofrecen un espacio privilegiado en el cual las aves residentes habitan y se desarrollan, y las aves migratorias se recuperan de sus largos viajes y encuentran fuentes de alimento para reabastecerse.

Las Salinas de Cabo Rojo, manejadas por el Servicio Federal de Pesca y Vida Silvestre (USFWS), forman parte del Refugio Nacional de Vida Silvestre de Cabo Rojo. El Refugio, a su vez, cuenta con importantes designaciones vinculadas a la importancia que tiene este espacio para la supervivencia de las aves.

Es el primer lugar en el Caribe designado por la Red Hemisférica de Reservas para las Aves Playeras. Por su parte, Birdlife International designó el Refugio como un Área Importante para la Conservación de Aves. Además, es hábitat crítico de la mariquita, especie endémica de Puerto Rico. También, figura como un Área Crítica de Vida Silvestre en Puerto Rico.

Asimismo, la Sociedad Ornitológica Puertorriqueña, Inc. (SOPI) es un socio activo en la conservación de aves del lugar.1

A continuación, te compartimos varias infografías que te ayudarán a conocer parte de las especies  de aves residentes y migratorias que habitan en la zona.

1 Véase Las Salinas de Cabo Rojo en https://whsrn.org/es/whsrn_sites/las-salinas-de-cabo-rojo/

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Foto: Oliver Bencosme

Las Salinas de Cabo Rojo: Un aeropuerto para las aves

Decenas de aves migratorias visitan Las Salinas de Cabo Rojo para alimentarse y descansar de sus largos viajes. A continuación, te compartimos datos de seis de estas especies.

Reinita Galana/Prairie Warbler (Setophaga discolor)

Se alimenta de insectos y arañas que atrapa de las hojas y las ramas, o que captura en vuelo.

Vive en manglares, bosques, jardines y huertos.

Anida en árboles y arbustos al este de las Grandes Planicies de Nueva Inglaterra (este de Norteamérica) y en la parte baja del centro oeste de la costa del Golfo. Es visitante invernal de Puerto Rico.

Pizpita de Mangle/Northern Waterthrush (Parkesia noveboracensis)

Se alimenta de insectos, pequeños crustáceos y otros invertebrados.

En el Caribe, vive principalmente cerca de manglares y humedales.

Anida dentro de los enredos de raíces de árboles caídos, en parches de vegetación cerca del agua o dentro de huecos en las orillas de los ríos al norte de Norteamérica. Es visitante invernal de Puerto Rico.

Querequequé/Antillean Nighthawk (Chordeiles gundlachii)

Se alimenta de insectos voladores.

Habita en áreas abiertas, bosques costeros, fincas y pastizales.

Anida en terrenos abiertos, a veces sobre techos planos. No hace nidos; pone sus huevos directamente sobre superficies planas.

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Chorlito Marino/Wilson’s Plover (Charadrius wilsonia)

Se alimenta de invertebrados, incluyendo insectos y crustáceos.

Se mantiene en áreas arenosas cercanas al agua.

Anida en suelos arenosos, cerca de algún pedazo de madera o escombros, en lugares de poca vegetación.

Chorlito Blanco/Snowy Plover (Charadrius nivosus)

Se alimenta de insectos, crustáceos e invertebrados marinos.

Casi siempre se mantiene en o cerca de la playa y también se le ve en las salinas y en las ciénagas.

Generalmente, anida en suelos arenosos en áreas abiertas pero cuando hay mucha depredación, anida en ramas caídas y restos flotantes. Uno de sus lugares de anidación es Las Salinas de Cabo Rojo.

Charrancito/Least Tern (Sternulla atillarum)

Se alimenta de peces pequeños.

Habita en las costas.

Anida en salitrales y suelos arenosos. Uno de sus lugares de anidación es Las Salinas de Cabo Rojo.

¿Más información sobre aves marinas de Puerto Rico?

Visita https://issuu.com/seagrantpr/docs/aves-marinas-mayo11-2016 y síguenos en ISSUU.

Referencias consultadas: All About Birds (The Cornell Lab), American Ornithological Society: Checklist of North and Middle American Birds, Audubon, Aves del Recinto Universitario de Mayagüez, AvesPR.org, BirdsCaribbean, BirdWeb, USFWS. Agradecemos la revisión de la Dra. Adrianne G. Tossas Cavalliery. Infografía preparada por: Cristina D. Olán Martínez y Cynthia L. Gotay Colón. Ilustraciones por: Daniel Irrizari Oquendo, Deifchiramary Tirado Choque y Cynthia L. Gotay Colón.

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¡También residen en Puerto Rico!

Las Salinas de Cabo Rojo también son hogar de especies de aves que residen durante todo el año en Puerto Rico. Se les puede ver anidando en el sotobosque, en el suelo, en los manglares y la copa de los árboles. A continuación, destacamos ocho especies, entre las que sobresale la Mariquita, una especie endémica (sólo habita en Puerto Rico) que se encuentra en peligro de extinción.

Canario de Mangle/Yellow Warbler (Setophaga petechia)

Se alimenta mayormente de insectos.

Vive en manglares y cerca de humedales.

Anida en arbustos y árboles pequeños.

Juí blanco/Caribbean Elaenia (Elaenia martinica)

Se alimenta de insectos y frutos pequeños.

Habita en bosques, arbustos, llanos secos costeros y a veces, en montañas.

Construye sus nidos con ramitas en arbustos o árboles.

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Falconcito Común/American Kestrel (Falco sparverius)

Se alimenta mayormente de insectos y otros invertebrados, así como de aves y roedores pequeños y ocasionalmente, de reptiles pequeños.

Vive en áreas abiertas y con árboles dispersos. Se le ve en zonas de bosque seco y pastizales, así como en áreas llanas donde crecen arbustos. También se le observa en áreas de actividad humana tales como parques y ciudades.

Anida en cavidades en los árboles, rocas o edificaciones humanas.

Mariquita /Yellow-shouldered Blackbird (Agelaius xanthomus)

Se alimenta mayormente de insectos que captura en los árboles.

Se encuentra en las zonas suroeste y sureste de Puerto Rico, y en las islas de Mona y Monito. Habita en llanos costeros, matorrales y manglares.

Anida en árboles, palmas, arbustos y en cavidades naturales y artificiales.

Reinita Común/Bananaquit (Coereba flaveola)

Se alimenta de néctar y de fruta, y también de arañas e insectos.

Es común en todos los ambientes donde hay árboles, arbustos y flores.

Anida en las ramas de arbustos y árboles.

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Rolita/Common Ground-Dove (Columbina passerina)

Se alimenta de pequeñas semillas y frutos.

Habita en una gran variedad de espacios tales como: tierras abiertas de bosque árido, arbustos, pastos, arboledas y espacios de actividad humana.

Turpial/Troupial (Icterus icterus )

Se alimenta de frutos, como por ejemplo, de la palma real y del sebucán. En época de reproducción aumenta su consumo de insectos, huevos y pichones de otras aves.

Habita en bosques, sabanas, lugares áridos y urbanizaciones con arboledas.

Construye nidos sobre cactus, arbustos espinosos y árboles. mangles, cavidades, postes o tiestos, entre muchos otros.

Anida en el suelo, arbustos, ramas bajas de los árboles,

Viuda/Black-necked Stilt (Himantopus mexicanus)

Captura invertebrados acuáticos, pequeños crustáceos, anfibios, caracoles y diminutos peces en aguas llanas.

Habita en humedales llanos con poca vegetación, incluyendo lagunas saladas, terrenos inundados a lo largo de los ríos, lagunas poco profundas, salitrales, manglares y marismas.

Anida principalmente en el suelo.

Referencias consultadas: All About Birds (The Cornell Lab), Audubon, Aves del Recinto Universitario de Mayagüez, AvesPR.org, Aves en Peligro de Extinción de Puerto Rico. BirdsCaribbean, BirdWeb, USFWS. Agradecemos la revisión de la Dra. Adrianne G. Tossas Cavalliery. Infografía preparada por: Cristina D. Olán Martínez y Cynthia L. Gotay Colón. Ilustraciones por: Cynthia L. Gotay Colón.

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Playeros en Las Salinas de Cabo Rojo: ¿Los has visto?

El nombre de estas aves en español ofrece la imagen de alguien en la arena, relajado a la orilla del mar. En Las Salinas de Cabo Rojo, a estas aves se les observa en las lagunas, los manglares y las costas, alimentándose, principalmente, de pequeños invertebrados acuáticos. Son aves migratorias cuyos conteos más altos se registran en los meses de agosto a diciembre, época lluviosa en Puerto Rico, según el estudio Abundance and Distribution of Shorebirds at the Cabo Rojo Salt Flats, Puerto Rico (Abundancia y distribución de los playeros en Las Salinas de Cabo Rojo, Puerto Rico). De acuerdo con este mismo estudio, Las Salinas de Cabo Rojo son numéricamente el área más importante para los playeros en Puerto Rico. Aquí te presentamos cinco especies de playeros que se encuentran en esta zona.

¿Más información sobre aves marinas de Puerto Rico? Visita https://issuu.com/seagrantpr/ docs/aves-marinas-mayo11-2016 y síguenos en ISSUU.

Playero Guineillla Mayor

Greater Yellowlegs (Tringa melanoleuca)

Playero Guineilla Menor

Lesser Yellow Legs (Tringa flavipes)

Playero Zancudo

Stilt Sandpipe (Calidris himantopus)

Playero Gracioso

Playero Menudillo

Least Sandpiper Calidris minutilla)

Semipalmated Sandpiper (Calidris pusilla)

Referencias consultadas: Abundance and Distribution of Shorebirds at the Cabo Rojo Salt Flats, Puerto Rico. Agradecemos el apoyo de la Dra. Adrianne Tossas Cavalliery en la revisión y en la búsqueda de información. Infografía preparada por: Cristina D. Olán Martínez y Cynthia L. Gotay Colón. Ilustraciones por: Daniel Irrizari Oquendo, Deifchiramary Tirado Choque y Cynthia L. Gotay Colón.

¡Son unas duras!: Plantas en Las Salinas de Cabo Rojo

Cuando se trata de sobrevivir a ambientes secos, calurosos, con poca lluvia y alta salinidad, las plantas de Las Salinas de Cabo Rojo han ganado el primer lugar. Plantas suculentas, árboles nativos y gramíneas nativas conforman el grupo de plantas que abundan en Las Salinas de Cabo Rojo.

Frecuentemente, las plantas de los bosques secos pasan desapercibidas por los seres humanos. Sin embargo, estas plantas forman parte del tipo de bosque más predominante en las zonas subtropicales y tropicales. Según los doctores Peter G. Murphy y Ariel E. Lugo en su trabajo “Ecology of Tropical Dry Forest” (“Ecología del bosque seco tropical”), cerca del 40% de la masa terrestre tropical y subtropical está cubierta por bosques abiertos o cerrados. De esa porción cubierta por

bosques, 42% está ocupada por bosque seco, 33% por bosque húmedo y 25% por bosque lluvioso. En otras palabras, ¡los bosques secos son los que predominan en esta distribución!

Las plantas en los bosques secos subtropicales han desarrollado características que les permiten sobrevivir la escasez de agua que enfrentan durante todo el año. Basta con tan solo comparar el promedio anual de precipitación de El Yunque (bosque tropical lluvioso) con el promedio anual en Las Salinas de Cabo Rojo para ver cuánta resistencia han desarrollado estas plantas a la carencia de una fuente de agua fresca constante. En El Yunque, el promedio anual de precipitación alcanza las 140 pulgadas (3,556 mm), de acuerdo con lo presentado en el portal Recursos de agua

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de Puerto Rico. En Las Salinas de Cabo Rojo, por su parte, se estima que este promedio alcanza solamente unas 36.6 pulgadas (929 milímetros), según lo presentado por E. Medina y E. Cuevas en su artículo “Propiedades fotosintéticas y eficiencia de uso de agua de las plantas leñosas del Bosque Seco de Guánica: consideraciones generales y resultados preliminares”. Esto es menos de una cuarta parte de la precipitación disponible en el bosque tropical lluvioso.

Adaptaciones

1. Tricomas (pelos o escamas) - Actúan como bloqueadores solares que reflejan la luz solar e impiden que la planta se sobrecaliente y pierda demasiada agua en sus procesos de evapotranspiración. Asimismo, los pelos protegen los estomas y repelen el viento seco que pasa por la superficie de las hojas. Esto funciona como un abrigo y reduce la pérdida de agua ya que evita el contacto de las hojas con el aire seco y caliente.

2. Cutícula gruesa - La capa cerosa de las hojas previene la pérdida excesiva de agua.

La falta de agua y el intenso calor han llevado a que, a través de procesos evolutivos, estas plantas desarrollen mecanismos que les facilitan sobrellevar estas condiciones extremas.

La presencia de tricomas (pelos y escamas), la cutícula gruesa, las espinas y la acumulación de agua son algunas de las estrategias evolutivas que han permitido la supervivencia de las plantas del bosque seco. Aquí las explicamos brevemente:

3. Espinas - Evitan la depredación. Las espinas actúan como mecanismos de defensa ante posibles depredadores que pudieran querer consumir las plantas en busca del preciado líquido. En un ambiente en el que las plantas y los organismos en general, deben invertir tanta energía en conservar el agua, resulta necesario desarrollar mecanismos que prevengan que se pierda ese nivel de esfuerzo.

4. Almacenamiento de agua en sus organismosEste es el mecanismo con el que cuentan las plantas suculentas (ej. cactus). En ausencia de agua, la planta cuenta con agua en su interior.

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Foto: José R. Almodóvar Rivera Foto: Oliver Bencosme Palmer

Monsegur

Fotos: Omar

A continuación, presentamos algunas de las especies de plantas que habitan en Las Salinas de Cabo Rojo. Podrás irlas identificando en visitas que realices a este espacio en el suroeste de Puerto Rico.

Plantas suculentas

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Melón de costa - Melocactus intortus Pitahaya - Leptocereus quadricostatus Tuna - Opuntia rubescens Sebucán - Pilosocereus royenii Foto: David J. Stang

Árboles nativos

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Albarillo - Exostema caribaeum Ceboruquillo - Thouinia portoricensis Almácigo - Bursera simaruba Corcho blanco - Pisonia albida Fotos: Omar
Monsegur
Cucubano - Guettarda krugii Manglillo - Erithalis fruticosa Roble blanco - Tabebuia heterophylla Tachuelo - Pictetia aculeata
T. Croat CC BY-NC-SA
Foto:

Gramíneas

Yerba de alambre - Uniola virgata

La autora agradece la colaboración, toda la información y referencias provistas por el botánico Omar

Monsegur, Biólogo de Pesca y Vida Silvestre del Servicio Federal de Pesca y Vida Silvestre, Oficina de Servicios Ecológicos del Caribe.

Glosario

estomas - Aberturas pequeñas en las hojas de las plantas por las cuales se lleva a cabo el intercambio de gases y líquidos desde el interior hacia el exterior.

evapotranspiración - Procesos de evaporación y transpiración por los cuales la planta pierde el agua hacia la atmósfera. Cuando se evapora, sale en su estado gaseoso y cuando se transpira sale en su estado líquido (como si sudara).

tricomas - Estructuras presentes en la epidermis de las plantas. Los pelos y las escamas en las plantas son tricomas.

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Yaití - Gymnanthes lucida nativas
https://archive.org/details/floresprlres/page/731/ mode/2up?q=Uniola
Foto: Dr. José Mari Mutt

Mortalidad de mangles en Cabo Rojo, Puerto Rico

Introducción

Los mangles son un recurso natural importante; los mismos tienen alto valor ecológico y social por lo que resulta fundamental conservarlos. En zonas costeras, los mangles son una franja de bosque que sirve de transición entre la tierra y el mar. Estos impiden o disminuyen la erosión costera, ayudan a minimizar el daño de eventos naturales tales como marejadas de tormentas y huracanes, producen materia orgánica, ayudan a capturar carbono atmosférico, producen oxígeno y fungen como hábitat para una gran cantidad de especies marinas y aves costeras. Los mangles, además, proveen beneficios económicos y sociales. Estos actúan, por ejemplo, como criaderos para muchos peces y mariscos y son áreas recreativas por su alto valor escénico y recreacional. La disminución o pérdida de estos bosques costeros, consecuentemente, resulta en un efecto adverso para las especies

incluyendo a los humanos―que, de una manera u otra, dependen o se benefician de ellos.

Los bosques de mangle son un ecosistema dinámico; hay periodos donde las áreas de mangle aumentan y otros donde disminuyen. En muchas ocasiones, estos cambios son partes del ciclo de establecimiento, crecimiento y mortalidad de estos ecosistemas. En otras, se debe a la intervención directa de los seres humanos. Conocer las dinámicas de cambio el dónde, cuánto y por qué están cambiando es importante ya que dicha información es útil para la búsqueda e implementación de prácticas que mitiguen la disminución o posible pérdida de mangles y, consecuentemente, los beneficios que estos ofrecen.

Al visitar el área cerca al Faro de Cabo Rojo, es inevitable observar el paisaje compuesto por mangles

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Foto: Oliver Bencosme Figura 1.

muertos que bordea el camino hacia Playa Playuela, comúnmente conocida como Playa Sucia (Figura 1).

En este artículo, presentamos los hallazgos principales de un análisis geográfico-temporal donde se determinó el cambio en la cobertura de mangle en el sector cercano a La Playuela en Cabo Rojo, Puerto Rico, durante un periodo de 21 años, entre el 1998 y el 2019 (Figura 1).

Objetivos

Los objetivos del análisis fueron:

• Identificar el área de mangle entre 1998 y 2019.

• Determinar el área de mangle muerto durante el periodo de estudio.

• Listar algunos factores que puedan contribuir a la mortalidad de mangles.

Métodos

Para llevar a cabo el análisis, se interpretaron fotografías aéreas entre los años 1998 y 2019. Mediante un Sistema de Información Geográfica se delimitaron las áreas de mangle en el área de estudio. Se utilizo el año 1998 como año base ya que, a partir de las imágenes aéreas disponibles, fue el año donde el área de estudio contó con el área de mangles vivo en su totalidad. Se interpretaron fotografías aéreas en intervalos de seis (6) años para el periodo entre 1998 y 2016. A raíz del paso del huracán María, se interpretaron fotografías del año 2017 (antes y después del paso del huracán).

Finalmente, y para conocer sobre la situación luego de dos años del paso del huracán, se interpretaron fotos del 2019 (año para el cual se tiene las fotos más recientes). Para los años 2004, 2016, 2017 y 2019 se utilizaron imágenes de Google Earth. A pesar de posibles limitaciones relacionadas al uso de imágenes de Google Earth, las mismas fueron utilizadas dado a la falta de disponibilidad de otra fuente; además, de que proveen información más reciente. En este contexto, los datos resultantes son útiles para mostrar tendencias de cambio, en este caso de mortalidad de mangle. Para un análisis más preciso, sin embargo, el uso de imágenes de mayor resolución y trabajo de campo son recomendados.

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Figura 2. Área de estudio en el Municipio de Cabo Rojo. Figura 3. Ejemplo de área de mangle vivo y mangle muerto según identificados mediante fotografía aérea

Luego de delinear las áreas de mangle, se categorizaron como mangles vivos o muertos (Figura 3). Finalmente, se determinó el área de mangle para los años de estudio, tanto en términos del área total de mangle, como el área de mangle vivo y muerto.

Para explorar algunos de los factores que se han asociado a la mortandad de mangles, se revisaron una serie de artículos y documentos sobre el tema, tanto de investigaciones y estudios de casos de Puerto Rico, como de otras regiones del Caribe y el mundo.

Hallazgos principales

El área total de cobertura de mangle en el año 1998 fue de 165,324 m2; en ese año la totalidad del mangle estaba vivo. En el año 2004, se identificaron 6,992m2 de mangle muerto, un 4% de la totalidad del mangle en ese año (164,555m2) (Tabla 1).

El área de mortalidad de mangle en el 2004 ocurrió cercana al área de salitral (Figura 4). Para el año 2010, el área de mangle muerto aumentó a 32,748 m2, o un 20% del área de mangle en ese año (161,868 m2). En términos generales, el área de mangle muerto continuó expandiéndose al área cercana al mangle muerto en el 2004 y cercano al área del salitral.

En el año 2016, el área de mangle muerto no solamente aumentó en cantidad, sino que también cambió en términos de su distribución geográfica (Mapa 2). En ese año, se identificaron 72,202 m2 de mangle muerto, lo que representó un 43% del total del mangle para ese año (168,049 m2) (Tabla 1).

La interpretación de fotografías aéreas para el mes de junio de 2017, antes del paso del huracán María reveló una disminución del área de mangle respecto al año 2016. En junio del 2017, el área de mangle fue de 123,401 m2, del cual 31% se clasificó como mangle muerto (Figura 5). En el 2017, parte del mangle muerto identificado en el 2016 al norte del salitral no se identificó como mangle (ni como mangle muerto). Por otra parte, el área de mangle muerto continuó aumentando hacia el noroeste del salitral.

Luego del paso del huracán María, la interpretación de las fotografías de noviembre de 2017 reflejó un

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Tabla 1. Área de mangle en el área de estudio entre 1998 y 2016 Figura 4. Distribución de mangle en el área de estudio: 1998, 2004, 2010 y 2016

área total de mangle similar al de junio (Tabla 2). En noviembre se identificó un total de 123,453m2 de mangle; sin embargo, el porciento de mangle identificado como mangle muerto aumentó a 55%. El aumento de área de mangle muerto en la región hacia el oeste del salitral fue notable (Figura 5).

En diciembre de 2019, luego de dos años del paso del huracán María, se determinó un aumento del área de mangle en comparación con el 2017 (unos 7,000 m2). En el 2019, se determinó un área de 130,336 m2 de mangle, siendo casi la mitad de este (48%) clasificado como mangle muerto (Tabla 2, Figura 6).

A partir del año 2004, el porcentaje de área de mangle muerto ha ido, en términos generales, en aumento (Tabla 2). Luego del paso del huracán María el porciento aumentó. Dos años más tarde, dicho porciento disminuyó un poco, lo que puede reflejar la capacidad de recuperación del ecosistema. Los factores asociados a estos cambios son variados y deben ser parte de un análisis más detallado y exhaustivo.

Factores relacionados a la mortalidad de mangles -

La mortalidad de mangles es considerado por algunos investigadores como parte de procesos

cíclicos del desarrollo de estos ecosistemas. De hecho, las interacciones que regularmente se dan entre individuos y su ecosistema producen mortalidad ‘normal’ de árboles de mangle, independientemente de cambios ambientales o humanos drásticos. Los factores relacionados a la mortalidad de mangles sobre todo aquellas consideradas como mortalidades masivas pueden resultar tanto por causas o procesos naturales, como por aquellos causados o influenciados

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Tabla 2. Área de mangle en el área de estudio entre 1998 y 2019 Figura 5. Distribución de mangle en el área de estudio antes y después del paso del huracán María: junio 2017 y noviembre 2017 Figura 6. Distribución de mangle en el área de estudio: diciembre 2019

por el ser humano. Los mismos pueden variar dependiendo de las situaciones particulares del área geográfica y, en muchos casos, por cambios en las condiciones ambientales en dichos lugares. Diferentes factores, además, interactúan, se relacionan entre sí, o inducen a la ocurrencia de otros factores que, a su vez, causan mortalidad. Algunos factores, inclusive, tienen diferentes efectos en la mortalidad de mangles, por ejemplo, a diferentes escalas temporales. A continuación, presentamos algunos de los factores identificados en la literatura como posibles causantes de mortalidad de mangles en diferentes partes del mundo.

Condiciones de alta salinidad (hipersalinidad)La mortalidad de árboles de mangle se ha relacionado a umbrales de salinidad de suelo (cercano o mayor a 65 ⁰/00); dichas condiciones no son favorables para ciertos tipos de mangle. Factores asociados a alta salinidad incluyen: la presencia de obstáculos (por ejemplo, que agua salada inunde un a rea y que un obstáculo “atrape” el agua salada contribuyendo a mantener una mayor concentración de sales en ese espacio), altos niveles de evaporación, altas temperaturas del aire, poca precipitación, entre otros. Los cambios en salinidad pueden, a su vez, cambiar el metabolismo o funcionamiento de los árboles de mangle; cambios que pueden inducir a la mortalidad de mangles. Por ejemplo, si la salinidad del agua aumenta, el metabolismo de la planta se altera y la productividad neta disminuye; situación que aumenta los costos energéticos requeridos para lidiar con cambios y estresores ambientales.

Huracanes - Los huracanes pueden tener diferentes efectos en la mortalidad de mangle. Por una parte, por ejemplo, causan mortalidad por el impacto directo del viento o el agua en los árboles de mangle (rotura de troncos, defoliación, entre otros). Pueden, sin embargo, ser un mecanismo natural capaz de revertir el desarrollo de condiciones de suelo hipersalino. Las tormentas o huracanes son, además, una fuente de lluvia y pueden facilitar el drenaje de agua.

Inundaciones - Insumos de agua fresca pueden ser positivos al ecosistema, por ejemplo en condiciones de suelo hipersalino. Sin embargo; altos insumos de agua fresca e inundación prolongada pueden causar condiciones anóxicas

(poco oxígeno disuelto, en este caso, en el agua), las cuales no son condiciones favorables y que pueden causar la mortalidad de mangles.

Alteración de sistemas hidrológicos - Pueden modificar patrones de drenaje―por ejemplo, bloquear la entrada o salida de agua salada―que, a su vez, pueden crear condiciones de hipersalinidad no favorables para los mangles. Los cambios en sistemas hidrológicos, por otra parte, pueden abrir drenaje que faciliten el flujo de agua (salada o dulce) que creen las condiciones favorables para el establecimiento y desarrollo de algunos tipos de mangle.

Canalización de cuerpos de agua, construcción de represas y construcción de diques - Dichas construcciones alteran las condiciones hídricas y edáficas (de los suelos) de los mangles y pueden resultar en condiciones desfavorables para su desarrollo.

Disminución de precipitación, falta de agua dulce y aumento de las temperaturas del agua y la atmósfera - Resultan en condiciones ambientales estresantes que van más allá de la tolerancia de los árboles de mangle a esas condiciones ambient.

Sedimentación - Altas tasas de sedimentación― ya sea por fuentes naturales como huracanes u oleaje, o por actividades humanas como dragados o deforestación en partes altas de cuencas hidrológicas interfieren con el funcionamiento (por ejemplo, reciclaje de nutrientes) en los

Áreas de mangle muerto en el área de estudio en septiembre de 2019.

Foto: Efra Figueroa

bosques de mangle y, por ende, pueden causar mortalidad de los mismos.

Enriquecimiento de nutrientes - Un aumento en la concentración de nutrientes causa cambios en las condiciones ambientales donde se desarrollan los mangles. Puede causar, por ejemplo, disminución de oxígeno en el agua, alta salinidad y baja humedad; condiciones que no es favorable para el ecosistema. El aumento en nutrientes puede resultar por procesos naturales, pero también por actividades humanas como actividades agrícolas, uso de pesticidas y fertilizantes, y disposición inadecuada de aguas usadas.

Reducción de escorrentía - Puede aumentar la concentración de ciertos tóxicos dañinos al ecosistema y disminuir la disponibilidad de nutrientes necesarios para el desarrollo de los árboles de mangles. Incidencia de insectos plagas, hongos y bacterias patógenas. Aun cuando esta no es una causa principal en la mortalidad de mangle a nivel mundial, hay casos de infestaciones de hongos y otras plagas que han causado enfermedades y muertes de mangles.

Cambio climático - Los posibles efectos asociados al cambio climático―como por ejemplo, temperaturas más altas, variación en patrones de precipitación, cambio en el patrón de frecuencia y/o intensidad de huracanes, inundaciones y sequías, y aumento en el nivel del mar pueden causar cambios en la extensión (tanto hacia tierra adentro o hacia el mar), composición de especies, funcionamiento y desarrollo del mangle. Pueden causar también cambios en las condiciones ambientales en las que los mangles se desarrollan; provocando condiciones de estrés para el ecosistema que pueden exceder la tolerancia fisiológica del mangle a las mismas.

Conclusión

En el año 1998, no se identificó mangle muerto en el área de estudio; mientras que para el año 2019 se identificaron 61,990m2 de área de mangle muerto (un 48% del área total de mangle en ese año). Ciertamente, estos cambios pueden resultar en implicaciones adversas para el ecosistema y para los organismos que se benefician de los servicios que proveen. Como mencionamos en la sección

anterior, hay diferentes factores que pueden influir en la mortalidad de mangles. Es importante reconocer que estos cambios pueden darse por mecanismos naturales e, inclusive, ser cambios cíclicos en respuestas a cambios en las condiciones del área donde ocurren dichas mortalidades. Pueden, también, responder a factores antropogénicos o a una combinación de ambos. Los factores inducidos por las actividades humanas pueden amplificar o acelerar los factores naturales que causan mortalidad de mangles; pueden, inclusive crear nuevas condiciones ecológicas y ambientales inadecuadas para la regeneración de los mismos. Ante diferentes escenarios de cambios climáticos y calentamiento global, las condiciones ambientales donde se desarrollan estos ecosistemas pueden ser modificadas.

En el caso de Puerto Rico, y del área de estudio en particular, algunos factores asociados a la mortalidad de mangles pueden influir más que otros. Algunos factores que causan mortalidad de mangles en unos lugares del mundo, no necesariamente tengan un papel tan importante en la isla, mientras, puede haber factores adicionales que sí los tengan. El próximo paso de esta investigación es, precisamente, auscultar más en detalle cuáles son aquellos factores que tienen más probabilidad en la incidencia de mortalidad de mangles en el área de estudio. Para ello, estaremos entrevistando a expertos en el tema como parte de la evaluación de los posibles factores de cambio y mortalidad. El atribuir la mortalidad de mangles a un factor u otro sin el entendimiento o la información necesaria puede resultar en decisiones o prácticas de manejos que no son necesariamente adecuadas. Es por ello la importancia de conocer los procesos y factores que específicamente causan mortalidad de mangle en diferentes lugares y bajo diferentes condiciones.

Referencias consultadas

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Jiménez, J. y A.E. Lugo. (1985). Tree Mortality in Mangrove Forests. Biotropica 17(3): 177-185. Layman, C. 2012. Mangrove Death: A Summary of Possible Causes. North Carolina State University: Abaco Scientist Blog. Recuperado de https://appliedecology. cals.ncsu.edu/absci/2012/07/2689/

Lovelock, C.E., M.C. Ball, K.C. Martin & I.C. Feller. (2009). Nutrient Enrichment Increases Mortality of Mangroves. PLoS ONE 4(5): e5600. doi:10.1371/ journal.pone.0005600

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ABC Report. Recuperado de http://www.abc.net.au/ news/2016-07-10/unprecedented-10000-hectares-ofmangroves-die/755296

Agradecimientos

Ruperto Chaparro Serrano y Lillian Ramírez Durand (ambos del Programa Sea Grant de la UPRM) y Antonio González Toro (GeoInformatica, Inc.) revisaron el escrito y proveyeron comentarios. Este trabajo se llevó a cabo gracias a la subvención del Centro Educativo sobre el Cambio Climático Ambiental (CenECCA), del Programa Sea Grant de la UPR-M. Sobre los autores Isabel A. Escalera García tiene un bachillerato del Departamento de Ciencias Agroambientales de la Universidad de Puerto Rico, Recinto Universitario de Mayagüez. Fue Asistente de Investigación en el Centro Interdisciplinario de Estudios del Litoral. Carlos F. Rivera López es estudiante subgraduado del Departamento de Biología de la Universidad de Puerto Rico, Recinto Universitario de Mayagüez. Fue Asistente de Investigación en el Centro Interdisciplinario de Estudios del Litoral. Tania López Marrero es Catedrática Asociada del Departamento de Ciencias Sociales de la Universidad de Puerto Rico, Recinto Universitario de Mayagüez. Es directora del Centro Interdisciplinario de Estudios del Litoral.

Cómo citar este artículo

Escalera García, I.A., C.F. Rivera López y T. López Marrero. 2020. Mortalidad de mangles en Cabo Rojo, Puerto Rico. Centro Interdisciplinario de Estudios del Litoral. Marejada, Programa Sea Grant de Puerto Rico: Recinto Universitario de Mayagüez, Universidad de Puerto Rico. 25 p.

¡Conozca más!

Para acceder la versión electrónica de esta, y otros apuntes de investigación del CIEL, visite https://www. cieluprm.com/publicaciones.html.

Para conocer acerca del Centro Interdisciplinario de Estudios del Litoral, visite https://www.cieluprm.com/ o escriba un correo electrónico a ciel@uprm.edu.

Para conocer acerca del Centro Educativo sobre el Cambio Climático Ambiental, visite http://seagrantpr. org/es/programa-de-extension/centro-educativosobre-el-cambio-climatico-ambiental

Foto: José R. Almodovar Rivera

Comité Caborrojeños Pro Salud y Ambiente, Inc.

Un grupo comprometido de caborrojeñas y caborrojeños, ha dado frente a los asuntos de protección y conservación del medio ambiente durante aproximadamente 40 años y para 1990, fundaron una organización que sigue en pie hasta el sol de hoy. Ese es el Comité Caborrojeños Pro Salud y Ambiente, Inc. (CCPSAI).

“En las luchas ambientales de la década de los 80 se fueron uniendo personas de Cabo Rojo y decidieron crear la organización bajo el liderato del agrónomo Efrén Pérez Rivera,” expresó la doctora Dafne Javier, voluntaria en CCPSAI durante más de 20 años.

La oposición al establecimiento de la Cogentrix en Mayagüez y de minas a cielo abierto en la región central de Puerto Rico en esa década sirvieron como punto de convergencia para que este grupo de ciudadanos se constituyera como una organización formal. En sus comienzos, CCPSAI dirigió sus esfuerzos a combatir el desarrollo desmedido en la zona de Cabo Rojo y aquellas acciones que afectaban la salud y el bienestar del medio ambiente y de la comunidad.

La participación en vistas públicas, protestas, piquetes y campañas de educación fue clave en esta primera etapa de la organización. Estas campañas educativas y protestas se concretizaron en proyectos tales como “Salvemos El Faro, es nuestro” (1998) y campaña de oposición a la construcción del proyecto “Marina de Boquerón”. Este último se realizó y, desafortunadamente, acabó con la pérdida de 11 cuerdas de mangle en el poblado de Boquerón.

Con el pasar del tiempo y la llegada del llamado Nuevo Milenio (2000), los esfuerzos de CCPSAI se fueron dirigiendo a la educación y la creación de proyectos demostrativos de conservación ambiental. Esta etapa de CCPSAI ha estado enfocada mayormente a proyectos y programas encaminados a la reforestación de áreas naturales y urbanas; restauración ecológica de valiosos recursos naturales; diseño e implantación de programas educativos; cursos de capacitación para personas interesadas en crear pequeños negocios y acciones para proveer ayuda a ciudadanos afectados por desastres naturales. Entre estos programas, sobresalen los siguientes:

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Vista interior del CIS. Los paneles interpretativos fueron preparados gracias a una colaboración entre USFWS, PRSG y CCPSAI. Foto: Cristina D. Olán Martínez

• Semillas para el Ambiente - currículo de educación ambiental dirigido a estudiantes de escuela elemental que les provee instrucción teórica y práctica sobre temas ecológicos.

• Árboles: El pulmón urbano - programa de reforestación y manejo de árboles en zonas urbanas.

• Programa de Orientación al Consumidorprograma dirigido a brindar al consumidor educación e información para la toma de decisiones responsables y sustentables con el ambiente.

• Desarrollo económico comunitarioprograma para fomentar el desarrollo económico sostenible a través del apoyo a micro y pequeños empresarios, así como a organizaciones sin fines de lucro.

• Charlas - Se ofrecen alrededor de 20 charlas a escuelas, comunidades, grupos y organizaciones según soliciten.

• Centro Interpretativo de Las Salinas de Cabo Rojo Efrén Pérez (CIS) - programa educativo y ecoturístico inaugurado en el 2004.

• Aliados para el Ambiente - programa dirigido a continuar los servicios de educación ambiental y ecoturismo mediante donativos.

Misión de CCPSAI

Contribuir con la conservación de nuestros recursos naturales y la preservación de la salud y calidad de vida de los seres humanos a través de programas, proyectos, actividades e iniciativas educativas y cívicas. Colaboramos con el desarrollo económico sostenible mediante el desarrollo de programas y otras iniciativas dirigidas a respaldar o expandir una pequeña empresa. Fomentamos el desarrollo de programas, proyectos y actividades dirigidos a respaldar el desarrollo de la industria de ecoturismo.

Centro Interpretativo de Las Salinas de Cabo Rojo (CIS)

El CIS fue inaugurado en 2004 y surge gracias al interés común entre el Servicio Federal de Pesca y Vida Silvestre y CCPSAI en conservar y dar a conocer la importancia histórica y ecológica del área. Esta alianza entre USFWS y CCPSAI ha sido vital para que año tras año, miles de personas puedan profundizar en el valor incalculable que tienen Las Salinas de

Cabo Rojo para Puerto Rico, América y el mundo entero.

El CIS opera en 1,250 acres de terreno perteneciente al Refugio del Servicio de Pesca y Vida Silvestre de Cabo Rojo. Las estructuras del mismo han sido desarrolladas por el Comité con la ayuda de donantes y trabajo voluntario. El CIS se ha convertido en el medio principal del Comité para educar a visitantes sobre temas ecológicos y de conservación. En el mismo se encuentran las siguientes atracciones, entre otras: museo de interpretación del medio ambiente, video sobre las aves del refugio, rutas interpretativas, vivero, glorieta y torre de observación Ángel Ruiz. La experiencia de visitar el CIS y sus rutas interpretativas combina la educación en temas ambientales y la observación de la flora y fauna del bosque seco sub tropical y varias lagunas, con información histórica de la industria de la sal, la cual tiene 500 años.

“Recibimos grupos. La experiencia incluye tres actividades: caminata, película y visita a la torre de observación con un guía experto,” explicó la doctora Dafne Javier.

La entrada al CIS es gratuita y muchos de los servicios que se ofrecen también. La labor de CCPSAI se mantiene gracias al compromiso de su directiva, sus miembros y voluntarios. El CIS está abierto al público los sábados y domingos de 9:30 a.m. a 3:30 p.m. ¡No dejes de visitarlo! Y si ya has ido, ¡VUELVE!

Más información: https://ccpsai.org/

Nota de agradecimiento

La autora agradece la información y los documentos provistas por la doctora Dafne Javier en la preparación de este escrito. Gran parte de la información aquí incluida fue obtenida del documento Comité Caborrojeño Pro Salud y Ambiente: convergencia, educación y acción de la autoría del doctor Pedro Valle, Presidente de CCPSAI. Igualmente, agradecemos la amabilidad de la joven Paulina Gierbolini, voluntaria en el CIS y estudiante de la UPR-Mayagüez, quien nos atendió en nuestra visita al CIS. De parte del Programa Sea Grant, va nuestra gratitud para la directiva, miembros y voluntarios de CCPSAI por su labor.

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Sólida la colaboración entre NDPTC y el Programa Sea Grant

Aumento en el nivel del mar, incremento en la cantidad, duración e intensidad de tormentas, cambios drásticos en las temperaturas, alteración en los patrones de sequía y precipitación… El cambio climático supone muchos desafíos para la adaptación y el resiliencia de las comunidades costeras. A estos elementos se les suman importantes factores sociales tales como el aumento en el nivel de pobreza en Puerto Rico en años recientes y el hecho de que una parte significativa de nuestra población reside en municipios costeros.

Para el año 2010, 417,588 habitantes residían a aproximadamente un kilómetro de la costa. Esto equivale al 18% de a población en municipios costeros y al 11.2% de la población de Puerto Rico para ese año1. Por otra parte, durante el periodo de 2014-2018, se encontró que 36 de los 78 municipios de Puerto Rico contaban con 50% o

1 Estos datos fueron obtenidos del trabajo Dinámicas poblacionales de los municipios costeros de Puerto Rico: 1980 al 2015, publicado por el PSGUPR en 2016. Puede acceder al mismo en https://drive.google.com/file/d/1a2ldibVEj_UvV0EK-Q14NAY2BOetiC0m/view

más de su población en situación de pobreza2. De estos 36 municipios, 19 son municipios costeros, entre los que sobresalen Lajas y Guánica, con un 60-64% de su población en nivel de pobreza. Sobre estos municipios cae también el peso de los estragos de los terremotos en el año 2020, situación que los coloca en un estado de precariedad notable. Todo el panorama en su conjunto produce un cuadro de gran vulnerabilidad para una cantidad significativa de familias puertorriqueñas.

En respuesta a esta situación, el Programa Sea Grant de la Universidad de Puerto Rico (PSGUPR) mantiene un acuerdo con el Centro Nacional para el Adiestramiento en la Preparación para Desastres (NDPTC, por sus siglas en inglés). El mismo está vigente desde el año 2016 y tiene como propósito incrementar la resiliencia de las comunidades costeras y reducir su nivel de vulnerabilidad.

2 Información publicada en diciembre de 2019 por el State Data Center del Negociado del Censo de los Estados Unidos de América y basada en los datos obtenidos a través de la Encuesta sobre la Comunidad de Puerto Rico. Para más información, debe acceder a https://censo.estadisticas.pr/ Comunicado-de-prensa/2019-12-19t145558

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Fotos: Efra Figueroa Lillian Ramírez Durand, Asesora en Desarrollo Costero comunitario del Programa Sea Grant UPR, ofrece uno de los talleres que forman parte del acuerdo con NDPTC.

Contar con un compañero de equipo como el NDPTC ha sido una ganancia para el PSGUPR. NDPTC es miembro del Consorcio Nacional de Preparación Doméstica. También es apoyado por la Administración Federal para el Manejo de Emergencias (FEMA) y la Universidad de Hawai’i. Este centro trabaja colaborativamente para desarrollar y brindar adiestramiento y educación en la preparación, respuesta y recuperación ante desastres. Integra temas tales como: uso de terreno, infraestructura, planificación urbana, manejo ambiental y tecnologías emergentes. Está enfocado en atender poblaciones vulnerables que viven en comunidades costeras e isleñas, y aumentar la resiliencia de estas.

“En los talleres participan líderes comunitarios, ingenieros de todas las especialidades, planificadores, maestros, legisladores municipales, manejadores de recursos naturales y emergencias, personal de agencias federales, estatales y municipales. También participan personas del sector privado y hasta público general,” nos dice Lillian Ramírez Durand, Especialista en Desarrollo Costero Comunitario del PSUPR.

Después del paso del huracán María, se han ofrecido 11 cursos del NDPTC en los cuales han participado casi 300 personas de los 44 municipios de Puerto Rico. Estas capacitaciones han permitido desarrollar proyectos para obtener fondos para

mitigación, adiestrar personas en el manejo de emergencias y desastres, y aumentar la resiliencia de las comunidades participantes. Con la llegada de la pandemia de COVID-19, los cursos se han ofrecido de forma virtual, una modalidad que ha permitido continuar los adiestramientos y seguir apoyando a las comunidades.

“Concientización sobre desastres naturales para líderes comunitarios; Planificación y adaptación al clima para para manejo de emergencias; Planificación comunitaria para el manejo de desastres, Peligros de las inundaciones: ciencia y preparación; y Planificación para el manejo de escombros, son los cursos que se han ofrecido en los años 2019 y 2020,” mencionó Lillian, quien desde 2018 comenzó a certificarse como instructora de NDPTC y, por consiguiente, ofrece estos talleres también.

En el corto y mediano plazo, se busca continuar ampliando la oferta de cursos disponibles en español para incrementar la participación de personas de habla hispana. Para más información sobre NDPTC y sus talleres, puede acceder a https://ndptc.hawaii.edu/ y/o enviar un mensaje a lillian.ramirez@upr.edu.

La autora agradece la información provista por Lillian Ramírez Durand, Especialista en Desarrollo Costero Comunitario del PSGUPR.

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Grupo de participantes de los talleres de NDPTC.

¡BUSCA LAS HOJAS DE DATOS!

Visita nuestra página en ISSUU y descárgalas en inglés y en español.

https://issuu.com/seagrantpr/stacks/803c3a09caff4d12840952bfe3d8100a

Estas hojas fueron publicadas gracias a varias colaboraciones con USDA, el Servicio Forestal, USFWS y el Programa Sea Grant UPR.

Sea Grant Puerto Rico

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