VINCULACIÓN Y NUEVOS TALENTOS
PONIENDO EL ACENTO DE LA ENERGÍA EN EL BIEN-VIVIR En pro de identificar lo que realmente requieren las familias con respecto a sus necesidades energéticas, el Instituto de Energías Renovables (IER) de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) comparte cuatro casos de estudio en distintas comunidades rurales de México bajo la alianza Newton Fund-CONAHCyT
KARLA CEDANO
Doctora en Ingeniería y Ciencias Aplicadas. Es académica del Instituto de Energías Renovables (IER) de la UNAM y responsable administrativa del Centro Mexicano de Innovación en Energía Solar.
ANA BALDERAS Consultora en Desarrollo y Gestión Interculturales. Interesada por temas del hábitat y el habitar; experimentadora del trabajo con personas, tallerista y fanzinera.
KARLA RICALDE
Consultora en temas de sustentabilidad y energía, enfocada en crear futuros energéticos más justos, incluyentes y sustentables.
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odas las personas que hemos trabajado en algún eslabón de la cadena fotovoltaica hemos escuchado la anécdota, o más bien la leyenda urbana, de que los paneles “regalados” terminan siendo usados como mesa en una comunidad remota. Y como esa, cada vez se escuchan más historias como las de refrigeradores solares que se usan “solo para cervezas” o de sistemas que terminan alimentando una tele “solo para ver las novelas”; entre otras anécdotas que, entre broma y broma, dejan ver los presupuestos y prejuicios que quienes trabajamos en energía, tenemos ante las decisiones que toman las personas “normales” sobre su energía. El problema, creemos, es que, aunque cada vez cuestionamos más los orígenes y procesos para adquirir, almacenar y distribuir la energía, rara vez nos detenemos a preguntar ¿qué tipo de energía?, ¿para quién? o, aún mejor, ¿energía para qué? Con ganas de cambiar esto, y con el apoyo del Consejo Nacional de Humanidades, Ciencias y Tecnologías (Conahcyt) y del British Council mediante el programa Newton Fund, nos embarcamos en la tarea de diseñar una metodología para ayudar a familias y proveedores en la elección de las tecnologías que respondan directamente a las necesidades energéticas, y así minimizar las historias de fracasos tecnológicos.
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