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Compañía de Desminado Humanitario La evolución del desminado humanitario en el Perú tiene sus inicios en el año de 1995, tras el Conflicto del Alto Cenepa en la frontera Perú - Ecuador. Este fue el motivo por el cual la mayor concentración de minas antipersonal se encuentran a lo largo de la zona de selva denominada Cordillera del Cóndor. Perú y Ecuador instalaron campos minados a lo largo de la frontera terrestre en zonas de probable acceso de tropas. En 1998 se firmó el Acuerdo de Paz entre ambos países y en 1999, entró en vigor la Convención de Ottawa sobre la prohibición del uso de minas antipersonal del cual ambas naciones son parte. Se estableció un plazo inicial de 10 años para la limpieza o liberación de tierras y teniendo como resultado la destrucción a la fecha 403 704 minas AP. Debido a esto, se está ejecutando un plan de desminado humanitario y de evacuación médica común por parte de los dos países. Este hecho permite, tanto al Perú como a Ecuador, cumplir con los compromisos asumidos en la Convención de Ottawa. Debido a las condiciones meteorológicas de la zona de operaciones, problemas logísticos y presupuestales, no se cumplió con el objetivo de destruir todas las minas antipersonales a fines del 2008. En la IX Conferencia en Ottawa, el Perú solicitó la ampliación de plazo de eliminación de minas desde el primero de marzo 2009 al 17 de octubre de 2017. En ese período se logró destruir 11 019 minas antipersonales. En diciembre del 2016, el Perú solicitó una prórroga de ampliación de plazo para ejecutar el Plan Nacional de Desminado Humanitario del 2017 al 2024, teniendo como meta la destrucción de 8 089 minas antipersonales. Las operaciones de desminado humanitario que se desarrollan en el sector denominado Cordillera del Cóndor, en la frontera norte que compartimos con el vecino país de Ecuador, las operaciones de desminado, planeamiento, supervisión y gestión de calidad se encuentran a cargo de la DIGEDEHUME, que tiene dos compañías de desactivación de explosivos: La Compañía de Desactivación de Explosivos N° 111, con sede en Chiclayo – Pimentel, así como la Compañía de Desactivación de Explosivos N° 116, que tiene su base en Bagua Grande – Amazonas. Ambas unidades tienen que desplazarse por vía terrestre hasta la localidad de Urakuza – Condorcanqui – Amazonas (aproximadamente 570 kilómetros) y, posteriormente, a Tiwinza (zona de operaciones) que se ubica a una hora de vuelo en helicóptero (aprox. 300 kilómetros) de Urakuza.
Esto hace que el desplazamiento de los desminadores tome un tiempo mínimo de tres días, antes del inicio, y tres después de cada jornada, extendiéndose más cuando las condiciones meteorológicas son adversas (lluvias, neblina). Las unidades disponen de un total de 124 efectivos militares, entrenados en labores de desminado humanitario y con equipamiento especializado para tal labor. Así mismo, se cuenta con 51 efectivos militares que poseen una gran experiencia en la remoción de minas, reconociendo su trabajo en Tumbes y Piura. A este personal, se suma los 73 zapadores existentes en Amazonas. Con el apoyo del Programa de Asistencia a la Acción Integral contra las Minas Antipersonal de OEA, a través de la Junta Interamericana de Defensa, se ha previsto el reentrenamiento y capacitación de los zapadores sobre los procedimientos internacionales aplicables.
Bicentenario del Ejérito