LA MUERTE DESDE UN ENFOQUE INTER Y MULTIDISCIPLINARIO Hacia una terapia psicosocial y cultural Editor Roberto Ágreda Maldonado
Cochabamba, Bolivia 2021
Primera edición digital, 20 de julio de 2021 Editor y coautor Roberto Ágreda Maldonado, (compilación, diagramación y estilo). Docente de Psicología Jurídica de los grupos 25 y 42 de la Carrera de Derecho de la Facultad de Ciencias Jurídicas y Políticas. Universidad Mayor de San Simón (UMSS) Depósito Legal: 2-1-3367-2021 Tapa: Imagen del ángel de la muerte. Fuente: https://www.data:image/jpeg;base64,/9j/4AAQSkZJRg ABAQAAAQABAAD/2wCEAAoHCBUWFRgVFRUY Consultado Cbba., 19/7/2021 @ autores: María Isabel Núñez (Venezuela) Guiomar Bejarano Gerke (Bolivia) Richard Aguilar Moscoso (Bolivia) Amalia Noemi Vargas (Argentina) Roberto Agreda Maldonado (Bolivia) Rómulo Raúl López Soria (Bolivia) María Luisa Romero Olañeta (Bolivia) Elena Rossio Lineo Flores (Bolivia) Amílcar Zambrana Balladares (Bolivia) Vladimir Mendoza Manjón (Bolivia) Daniel Vásquez Torrez (Bolivia)
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Está permitida la reproducción parcial o total para su lectura, investigación y realizar exposiciones científicas, culturales siempre y cuando se citen a los autores y al editor, y no se lucre con ello. Para otros fines, quedan reservados los derechos de autor y propiedad intelectual de los escritores que forman parte de este libro y bajo las sanciones establecidas por las leyes penales correspondientes. Teléfono 591 4361539. Celular y WhatsApp 70736520 Emails: robertoagreda@gmail.com
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Dedicatoria: A las víctimas del Covid-19 en el mundo. A los médicos, las enfermeras y para todas las personas que han luchado y luchan contra el Covid-19 y sus secuelas.
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Agradecimientos especiales: A los antropólogos del mundo A los investigadores, estudiosos, escritores, docentes y estudiantes de tópicos sobre la muerte. A los coautores de este libro.
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ÍNDICE
Prólogo La muerte en la vida cotidiana y en el pensamiento complejo María Isabel Núñez La muerte, la psicología y el Covid-19 Guiomar Bejarano Gerke
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La muerte en tiempos de pandemia, dejo de ser una utopía Richard Aguilar Moscoso
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Rituales de muerte, despedida en el norte argentino Amalia Noemi Vargas
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¿Qué es la muerte de las ciencias humanas? Roberto Agreda Maldonado
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La muerte por vía equivocada Rómulo Raúl López Soria
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La muerte, ¿nacimos con ella? María Luisa Romero Olañeta
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¿Existe la muerte? Elena Rossio Lineo Flores
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La muerte, la espiritualidad y las prácticas agropecuarias entre las comunidades campesinas de Torotoro
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Amílcar Zambrana Balladares Una breve consideración sobre el suicidio Vladimir Mendoza Manjón
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Negación de muerte Daniel Vásquez Torrez
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Anexos de fotos de Todos Santos
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Fuente: https://www.google.com/search?q=dibujos+a+la+lapiz +sobre+la+muerte&tbm=isch&ved=2ahUKEwjmffoqPDxAhV8GLkGHTs6BBkQ2 Consultado Cbba., 19/7/2021
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PRÓLOGO La tarea académica del proceso enseñanza y aprendizaje requiere investigación e interacción social universitaria para completar la dialéctica educativa de integración de la comunidad educativa. Este libro es producto del evento virtual Simposio La muerte desde un enfoque inter y multidisciplinario. Hacia una terapia psicosocial y cultural para combatir las secuelas del Covid-19. Se felicita a los expositores por su brillante participación en el evento académico mencionado y a los moderadores que se esforzaron por hacer un buen papel en la dinámica grupal y cultural para que lo organizado sea un éxito. Gracias y felicidades: Ligia Sandra Calatayud Peralta, José Carlos Justiniano Giguerba y Ángela Nataly Sánchez Vargas, estudiantes de Psicología Jurídica. La lectora o el lector tiene frente a sus ojos un trabajo fruto de la dedicación y pasión de personas que han dado su tiempo para escribir y exponer conocimientos, experiencias y reflexiones sobre la muerte desde distintas perspectivas profesionales o de estudio. Espero que esta publicación virtual sea del agrado de todos, felicidades a los lectores, docentes, investigadores y estudiantes de la Psicología Jurídica y otras ciencias humanas. RAM
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Simposio La muerte desde un enfoque inter y multidisciplinario. Sábado 17 de julio de 2021: 19:00 a 21:20
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LA MUERTE EN LA VIDA COTIDIANA Y EN EL PENSAMIENTO COMPLEJO
MARÍA ISABEL NÚÑEZ1 (Venezuela) La realidad actual obliga a estudiar científicamente la sociedad como un todo, al individuo con sus valores y normas. Esto conduce a una nueva postura en el tratamiento de las ciencias sociales que, a partir de enfoques inter multidisciplinarios, permiten crear estructuras epistemológicas en diferentes ciencias que le son inherentes al estudio de la muerte desde una mirada en la vida cotidiana y en el pensamiento complejo.
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Nació en Venezuela el 24 de marzo de 1963. Docente y ensayista. Profesora de Inglés. Profesora en Educación. Diplomada en PNL Nivel Practitioner. Diplomada en Investigación y Redacción de Artículos Científicos. Magíster en Scientiarium en Gerencia de Recursos Humanos. Doctora en Ciencias de la Educación. Ph. D. en Filosofía de la Educación. Conferencista internacional. Coordinadora académica de posgrado en universidad nacional experimental Rafael María Baralt. Publicó artículos, ensayos en periódicos y revistas de su país. Participó en eventos nacionales e internacionales como ponente. Email: marisanu2403@gmail.com MÓVIL: +58424 6285713 11
En el marco de las investigaciones sobre la muerte en su totalidad, vistas desde diferentes posiciones, no logran responder a la realidad integradora que sólo puede observarse, descubrirse, bajo nuevas formas de percepciones y valoraciones, desde la narrativa inter multidisciplinar. Esto comprende acciones de interpretación entre diversas ramas del saber, la transferencia de métodos de uno a otro, el estudio del objeto de una sola y de una misma por medio de varias disciplinas a la vez. El dilema de la muerte es verla más allá del conocimiento, de las diferentes disciplinas entre ellas la inter multidisciplinar, intercambio epistemológico, métodos científicos y saberes. No es bajo un enfoque, sino también a través del pensamiento complejo, mediante la integración, la transformación de perspectivas gnoseológicas distintas, así como de investigaciones por medio del conocimiento transdisciplinario. Otro aspecto a considerar, la teoría bibliológicainformativa, la cual es inter multidisciplinar ya que estudia fenómenos que corresponden a distintas formas de transferencia de la información humana. El carácter radica en describir el sistema de conocimientos que identifica como un todo en interacción con los elementos de la realidad social, esto conduce a mirar la muerte como un acontecimiento que por su propia naturaleza presupone limitaciones de su comprensión, se establece en el paradigma clásico o simplista dado sobre el determinismo.
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Sin embargo, desde otro contexto se pretende interpretar la muerte bajo una mirada abarcadora de todo el universo, es cuando aparece el pensamiento complejo como una nueva epistemología que toma base de la teoría de sistemas y de la cibernética elementos de la física como la segunda ley de la termodinámica, así como otras ciencias filosofía, psicología, sociología, geología, biología, antropología entre otras. En este sentido, surge el elemento primordial de separar el sujeto del objeto y desde esta realidad se hace referente uno de los principios de la complejidad como es la recursividad donde se rompe la conexión de causa efecto, quedando establecido que todo lo que es producido es a su vez productor, se establece entonces que todo aquello que tenga vida pasa a tener muerte. Aunado a ello, hablar de la muerte es intentar abarcar un mundo casi infinito de posibilidades. Su complejidad hace que su estudio pueda adoptar muy distintas perspectivas y, aunque morir es siempre un proceso individual, es también un acontecimiento que afecta a aquellos que se relacionan con quien muere, evidenciando una dimensión social, emocional, cultural. De allí que las actitudes, comportamientos que las personas adoptan ante la muerte sean el resultado de características, circunstancias individuales, por un lado, como el concepto y sentido de la muerte imperante en la sociedad, vista por el otro.
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Es fundamental, que se establezca la muerte no como un fenómeno de fácil conceptualización, sino la acepción más aceptada, por lo evidente e innegable, cuando se le considere como la cesación o el término de la vida. En consecuencia, la muerte es como el principio de una nueva existencia la del alma despojada del cuerpo que la aprisiona o como final de una etapa detrás de la cual no hay nada. En el mismo orden de ideas, la muerte de una persona es un suceso doloroso, pero ¿por qué se sufre con la muerte de un ser querido o cercano? Se sufre por los lazos de afectividad existentes; por la relación de familia, padre, madre, hermano, primo o por la dependencia moral, social o económica que pudo haberse generado. En el caso de la vida cotidiana, la muerte sucede de manera rápida, es decir, es cuestión de horas, días, semanas, meses e inclusive años, pero no como sucede con la muerte por enfermedades puntuales en donde hay un deterioro lento. Por otro lado, existe el ser humano común, aquél que no se ha interesado por las discusiones filosóficas, percibe a la muerte como un suceso en el cual se termina la vida, la relación con la persona fallecida, aunque, en algunos casos, el recuerdo perdura en el tiempo. Para otros, es difícil percibir la muerte de otra forma que no sea la ausencia física del ser querido ya que los referentes están en su conciencia y le indican que la muerte del cuerpo implica la desaparición total del ser querido, aunque la 14
iglesia y sus representantes enfaticen, platónicamente, que el alma perdurará donde solamente el cuerpo ha muerto, dándose un profundo dolor en el alma, por la ausencia de ese ser. Sin embargo, aunque no se piense en la muerte o no se quiera admitir que ella llegará en un momento de nuestra vida, es un hecho que no tiene alternativa y, tarde o temprano, se presentará. Ante esto, podría intentarse una preparación personal para concebir a la muerte de una forma distinta, pero también se requiere que la familia, los amigos, los conocidos, estructuren su conciencia con referentes que propicien el pensar en la muerte como parte de la vida, como parte de la naturaleza y no solamente como un proceso doloroso. Con respecto a lo anterior se considera la postura de Salvarezza (2002) quien plantea que la construcción de significados sobre la muerte cambia a partir de la mediana edad, cuando se produce una personificación de la muerte, este proceso supone que es vivida como una experiencia cercana. Desde otra postura Durán (2004) destaca que la muerte se va desplazando hacia la última etapa vital a la que se percibe como antesala de la muerte. Consideraciones finales Hoy día existen muchos debates y discusión teórica acerca de la muerte y posturas de filósofos, lo que constituye un dialogo inagotable que se desarrolla dentro de un continuo epistemológico, el cual, se aborda desde el 15
dinamismo como paradigma cosmológico para construir explicaciones de la muerte y la vida. Entre algunas de las más importantes reflexiones se tiene que, la muerte desde el dinamismo como cosmovisión permite dar cuenta de su complejidad como un proceso disciplinar histórico social donde el individuo solo estará claro y la aceptará en sus pensamientos, cuando se reeduque a si mismo desde la revalorización de su condición biopsicosocial humana, resituando la inter multidisciplinar y el pensamiento complejo en el principio de incertidumbre y caos. La muerte es uno de los últimos acontecimientos en que participa el ser humano, pero es a su vez el suceso que pone fin a la existencia del individuo, por tanto, morirse es una experiencia individual, única que depende de la trayectoria, formación y condiciones, así como el contexto social en el cual se desenvuelve, lo que trae consigo diferentes comportamientos y aceptaciones. A pesar de que el temor a la muerte parece ser más reciente, no es así, porque desde toda la historia y existencia de vida del hombre y la mujer han tenido el miedo a la muerte. En este contexto se toma el aporte del siglo XVIII de Jean J. Rousseau quien expresó: Aquel que afirma que no tiene miedo a la muerte, miente. Todos los hombres temen a la muerte. Esto es un gran misterio, que se estudia y tiene letras escritas en la inter multidisciplinar como en la conformación del pensamiento complejo porque se conoce cuando llegamos a tener vida, pero se 16
desconoce el momento cuando toda la especie humana llegara a morir, de allí la necesidad enorme de vivir con pasión, planificando y creando proyectos con entusiasmo, creatividad, alegría e iniciativas que inviten a seguir haciendo donde otros no hacen. No pensemos en la muerte y mucho menos tengamos temor porque realmente el verdadero significado de temer a la muerte, es creer que vamos a morir y esto impide que avancemos con dignidad humana. Pertinente tomar en consideración la frase de Cicerón quien decía: la vida de los muertos es puesta en la memoria de los vivos. La muerte, es cuando mi cuerpo físico se desvanecerá, y solamente quedarán las emociones en la memoria de todas las personas que me amaron y compartieron momentos significativos conmigo, pero mi mente brillará en conocimiento por todos los aprendizajes adquiridos iniciando un recorrido por el infinito. Referencias Bibliográficas Durán, M.A. 2004 La calidad de la muerte como componente de la calidad de vida. Revista española de investigaciones sociológicas. 106. pp. 9-32 Salvarezza, L. 2002 Factores biológicos y sociales que inciden en la psicología del envejecimiento. Buenos Aires. Paidós. pp.46-72 17
Fuente: https://www.google.com/search?q=dibujos+a+la+lapiz +sobre+la+muerte&tbm=isch&ved=2ahUKEwjmffoqPDxAhV8GLkGHTs6BBkQ2 Consultado Cbba., 19/7/2021
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LA MUERTE, LA PSICOLOGÍA Y EL COVID-19
GUIOMAR BEJARANO GERKE2 (Bolivia) ¿Qué es la muerte? Tiene muchos significados, interpretaciones, implicancias y sentimientos. Biológicamente es cuando en el cuerpo se detiene el corazón y se deja de respirar, pero a la Psicología le interesa e incumbe el antes y el después de ello. El “antes”, por el proceso emocional que la persona cruzó, largo o corto, hasta ese momento de su muerte, donde se puede involucrar también a la familia en él, y en el “después”, al 2
Dipl. Psych. Presidente de la Asociación Científica de Psicología Forense, La Paz-Bolivia. Directora Científica por Bolivia de la Asociación Científica de Psicología Jurídica y Forense. Es coautora de varios libros sobre su especialidad. Es autora de ensayos y artículos científicos sobre Psicología Jurídica y/o Forense a nivel nacional e internacional. 19
acompañar a la familia en el proceso de duelo. En ambos casos se trata de enfrentar en distintos momentos diferentes emociones, tales como el miedo, la ira, la incertidumbre, la tristeza, etc., emociones básicas que implican un maremágnum de sentimientos en cada una de esas personas, dentro del “antes” y del “después” expresadas en distintos tiempos, pero donde les toca convivir a todos en los mismos momentos de su vida. Adicionalmente, enfrentar la muerte de un ser querido de primera línea es ya de por sí un proceso muy difícil, aunque se trate de los padres o abuelos por causas naturales y a una edad avanzada, dado a que de alguna manera la gente crece con la idea que quienes nos anteceden, van a morir antes y muy probablemente por causas naturales, factores que suelen reducir la profundidad y dificultad del duelo. Sin embargo, enfrentar la muerte de un hijo, de un hermano, de un esposo/a joven, de un padre/madre siendo niño/a, implica un duelo mucho más complicado y difícil de sobrellevar, dado a que de forma muy probable, la muerte haya sido el resultado de alguna circunstancia imprevista, sea una muerte violenta, una muerte súbita o por las razones de la pandemia que azota al mundo desde comienzos del 2020 con el Covid-19, mismo que viene cobrando vidas de familiares de forma inesperada. El azote del Covid-19 sobre la humanidad es muy complejo precisamente por la cantidad de muertes inesperadas de personas que gozaban de plena salud y 20
tenían un pronóstico aún largo de vida. Si bien en muchas situaciones el hecho que tantas personas pasen por lo mismo pueda ser un consuelo, en los casos de muerte por Covid-19 parece que ello no es válido, dado al prolongado proceso de internación donde ha habido incomunicación con el enfermo, dificultando aún más el proceso de duelo, porque la familia no ha podido despedirse directamente de su ser querido por razones de protección, factor que representa una nueva dificultad, sumándose a ésta, la obligación de limitar al mínimo de participantes a la asistencia al velorio y al entierro, reduciendo drásticamente de esta forma, las muestras de cariño, apoyo y consuelo que las familias y amistades transmiten a los deudos, lo que generalmente facilita un proceso de duelo normal. Lo que, en mi experiencia como psicóloga, he ido observando en situaciones de duelo por muerte por Covid-19, es que se dan procesos de duelo más complicados por las circunstancias arriba mencionadas. Así, se debe entender por duelo el proceso psicoemocional afectivo, incluso físico, por el que atraviesa la persona que ha sufrido una pérdida por la muerte de un ser querido, donde las personas reaccionan de distintas formas ante la situación, presentándose diferentes determinantes de la reacción ante el duelo: así, según Montoya Carrasquilla (2017), existen los siguientes factores ante la pérdida de un ser querido en la persona sobreviviente: o Características del apego, lo que implica que el grado del vínculo o lazo afectivo con la persona 21
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fallecida, determinará la facilidad de llevar un duelo positivo o no. Tipo de pérdida: mismo que plantea que mientras más inesperada y/o difícil haya sido la forma de morir, más difícil será el proceso de duelo, factor que con la muerte por Covid-19, resulta muy difícil. Personalidad: implica que si existe inestabilidad o desajustes en la personalidad, la persona sobreviviente tendrá mayores dificultades de superar el duelo fácilmente. Calidad y cantidad de los recursos internos y externos: este factor se complementa con el anterior, vinculando la dificultad actual de compartir en familia y amigos por la necesidad de cumplir con el distanciamiento social. Participación y cuidado en el tiempo de la enfermedad: este factor se ve especialmente dificultado en un familiar por muerte por Covid-19, dado a que generalmente la persona llega a fallecer únicamente en manos de los médicos y enfermeras, sin que la familia haya podido brindarle un cuidado directo, lo que viene a generar una sensación de “haberle fallado y faltado” a la persona. Nivel de comunicación: este elemento también llega presentar dificultades para el proceso de duelo, dado a que la comunicación se ve interrumpida con la persona internada y alejada de su familia por Covid-19.
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o Crisis concurrentes: este factor dependerá de otras circunstancias complejas adicionales que puedan vincularse a la muerte por Covid-19, como problemas intrafamiliares que puedan surgir por la presión, así como por los gastos médicos emergentes, entre otros, y que vayan a agudizar la situación. o Rol del fallecido: componente muy importante relacionado a la importancia en la función dentro de la familia que cumplía esta persona, por ejemplo, si era el proveedor de la familia o la madre que atendía a niños pequeños. o Cultura y concepto de muerte: este factor resulta el hecho de involucrar un sentir más abstracto dentro del contexto específico de los implicados, aspectos que podrían dificultar o facilitar el proceso de duelo. o Edad del deudo y del ausente: la muerte de un niño o cualquier persona de forma inesperada resulta siempre más difícil que la muerte de un anciano, así como que para un hijo chico o un/a esposo/a joven resulta más grave la pérdida, situación que el Covid19 viene generando. o Pérdidas secundarias asociadas: este elemento hace referencia básicamente a factores de índole económico que hayan podido generar los gastos por la enfermedad del Covid-19 que traen zozobra a la familia, si no tuvieron un seguro médico que les haya cubierto la totalidad de los gastos. 23
o Religiosidad, mitos personales, familiares y sociales vigentes: estos componentes son de índole individual y siempre juegan un rol complementario en procesos de duelo. Adicionalmente Montoya Carrasquilla (1998) plantea fases en todo proceso de duelo, mismas que son variables en las personas acorde a las circunstancias y los propios sujetos, donde la muerte por Covid-19 juega un rol adicional, puesto a que por los elementos mencionados de las circunstancias de la muerte de haber estado lejos, lo inesperado de la persona fallecida, no haber podido despedirse, el distanciamiento social entre los deudos, etc., todos ellos dificultan y encrudecen las siguientes fases: o Primera fase, la aflicción aguda: sensación de dolor emocional extremo e intenso por el impacto de la muerte. o Segunda fase, conciencia de pérdida: la realidad de la irreversibilidad de la muerta va siendo o es asumida. o Tercera fase, conservación y aislamiento: suele ser la fase más difícil del duelo en general, porque los deudos, de forma individual realizan un balance, con culpas, auto reproches, sentimientos encontrados etc., de lo que en vida fue la persona fallecida vinculada a él/ella. o Cuarta fase, cicatrización: esta fase es cuando el resultado del balance llega a ser equilibrado y llega la resignación. 24
o Quinta fase: renovación: fase que permite mirar hacia adelante sin dolor, donde los recuerdos de la persona fallecida se realizan nuevamente de forma compartida y sin dolor, como recuerdos anecdóticos, de agradecimiento y de paz. El proceso de muerto por Covid-19 llega a ser un proceso relacionado a una experiencia traumática, así (Guillem y Cols. 2008) plantean esta crisis al explicar estos pasos de duelo a través de un fenómeno emocional por el que suelen pasar las personas que experimentan experiencias críticas en el tiempo, mismos que pasan por varias fases hasta superar el problema o sentir necesidad de apoyo profesional para superar las dificultades. No todas las personas lo superan de la misma forma, pero existen muchos factores en común en la manera en que éstas se recuperan de estos tipos de trauma. Estos sentimientos pueden variar en intensidad. Aplicado al proceso por muerte por Covid-19 la recuperación, a menudo depende del tipo o la severidad de la experiencia, de la prolongación de la enfermedad y puede tomar mucho tiempo. Pensamientos negativos o extraños se podrían presentar y comúnmente estas personas se culpan de muchas maneras por la enfermedad o tienen pensamientos irracionales que explican lo sucedido, es decir que se dan explicaciones irracionales que elevan el cuadro de desajuste. Cuando una persona ha vivenciado una experiencia donde surge la impotencia de enfrentarla, comienza a lidiar con la situación, resulta que no es inusual que experimente emociones intensas como el miedo o la 25
ira o pensamientos obsesivos. Éstos y otros tantos pensamientos, si están presentes, van limitando el desarrollo armónico del proceso normal de duelo, generado cambios en su rutina en comparación al desenvolvimiento previo de su vida antes de la enfermedad, lo que puede empeorar en el tiempo. La mayoría de las personas pasan por varias etapas, mismas que se van superando poco a poco conforme el proceso de duelo y el estrés que generó va madurando hasta su finalización y retorno a la normalidad. Por todo ello se podría decir que la muerte de un familiar de primer orden por Covid-19 por las características expresadas, puede generar una patología vinculada clasificada por el DsM-5 a través del “trastorno persistente de duelo complicado (TPDS)”, expresada con una cronificación de varios de los síntomas aún no superados y entremezclados de las fases de un duelo común complicadas por los elementos arriba descritos. Asimismo, por lo expresado es que la víctima fatal por el Covid-19 no es la única víctima, sino que los familiares cercanos resultan ser “víctimas extendidas” de la situación, término que está aún en evolución, entendiéndose para los fines del presente planteamiento, como el daño generado en la familia o en allegados directos a la víctima. (Bejarano, 2015). Esta compleja situación implica prácticamente un nuevo reto para la Psicología, puesto a que este fenómeno de Pandemia sufrido por nuestras sociedades en nuestra 26
realidad actual, ha producido distintas formas de desajustes psicológicos para los cuales aún no se tienen los abordajes terapéuticos cabales por los diversos factores adicionales que han surgido.
Referencias Bibliográficas - Bejarano Gerke, Guiomar (2015): Las víctimas secundarias de familiares asesinados. Investigación publicada en el libro “La víctima”, de la Asociación Latinoamericana de Psicología Jurídica y Forense. Colombia. - DSM-5 (2013): Manual Diagnóstico y Estadístico de Trastornos Mentales (DSM-5, por sus siglas en inglés) - Guillem Porta, Vicente, Romero Retes, Rocío y Oliete Ramírez, Elena. (2008). Manifestaciones del duelo. Valencia, España. - Montoya Carrasquilla, Jorge (2017): Guía para el duelo. Editorial Trillas. México.
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Fuente: https://www.google.com/search?q=dibujos+a+la+lapiz +sobre+la+muerte&tbm=isch&ved=2ahUKEwjmffoqPDxAhV8GLkGHTs6BBkQ2 Consultado Cbba.,19/7/2021 28
LA MUERTE EN TIEMPOS DE PANDEMIA, DEJO DE SER UNA UTOPIA
RICHARD AGUILAR MOSCOSO3 (Bolivia) Introducción Si entendemos que una utopía es la representación de una idea, pero cuya realización se aleja de la realidad por su complejidad o imposibilidad de materializar en una sola definición con tiempo y espacio concretos, como algo que sabemos que puede suceder, pero no sabemos cuándo, entonces la muerte, es el mejor ejemplo de utopía que siempre ha tenido la humanidad.
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Nació en Cochabamba, Bolivia el 23 de marzo de 1959. Estudio en Universidad Complutense Madrid, España y en la Universidad Mayor de San Simón de Cochabamba, Bolivia. Licenciado en Ciencias de la Educación. Psicopedagogo y Logopeda (Psicopatólogo de la Comunicación Humana). Magíster en Gestión Universitaria. Docente titular en la Facultad de Humanidades y Ciencias de la Educación de la UMSS. 29
¿Qué es la muerte? Nadie a ciencia cierta sabía hasta antes de la pandemia, cuando, como y donde nos alcanzaría la muerte. La presencia del corona virus, rompe con esta utopía para que la humanidad se vea obligada a cambiar su percepción sobre la vida. Esta situación de utopía en la humanidad, con respecto a la muerte, en los últimos años, ha sido confrontada y obligada para convivir con ella, creando una situación de temor que nos obliga a replantear muchas dimensiones de la realidad. La muerte ha dejado de ser una utopía, porque ahora todos sabemos que con el corona virus no es más una sorpresa para nadie, puede llegar en un tiempo determinado, fijo y concreto. Se puede saber cuándo, cómo y dónde sucederá. Todos evitamos hablar de la muerte, pero aun así es un tema que ha sido tratado desde tiempos antiguos desde diferentes perspectivas. De cualquier forma, en la mayoría genera sufrimiento. Todos sabemos que vamos a morir un día, pero lo que no sabemos es cuando como y donde (utopía). La muerte ha sido motivo de reiteradas reflexiones a lo largo de la historia humana. A diferencia de los demás seres vivos, los humanos somos los únicos que sabemos que 30
todos vamos a morir, pero ignoramos el cómo, cuándo y dónde (utopía). La idea de acceder a una vida después de la muerte es uno de los consuelos para los seres humanos ante la inevitabilidad de ese acontecimiento en algún momento inesperado. También es un consuelo para los familiares y amigos de un muerto, que lo imaginen en el cielo, o en otra dimensión, de tal manera que volverán a encontrarlo cuando también ellos mueran. Lo cierto es que ahora con la pandemia surgió la necesidad de revalorizar la vida. La muerte nos enseña a ser agradecidos con ella, que no es muy frecuente atributo de los seres humanos. Parece irónico, pero lo que más contaminamos en la vida es el aire que respiramos y, precisamente la causa de muerte más común tiene que ver con la dificultad para respirar y entonces vemos que cobran mucho valor las máquinas de producir oxígeno. Esta situación amerita replantear la influencia que tiene la conducta humana sobre el medio ambiente. Es necesario que el bienestar que depositamos en las cosas simples sea parte de esa revalorización del aire que respiramos (tres billones de exhalaciones al día). Asimismo, podemos ver que el encierro por causa de esta enfermedad es propicio para reflexionar sobre temas que vienen colateralmente vinculados a toda la 31
problemática que se está viviendo en el mundo, tales como la familia con sus malos actos y pésimas decisiones que adelantan la presencia de la muerte. Ante esta realidad se puede advertir que la educación tampoco está preparada para educar sobre temas de la muerte y el cómo vivir en el encierro. Todos aprendimos que el bienestar se alcanza en plena libertad, trabajando desmedidamente para obtener bienes materiales sin importar las consecuencias. La literatura, la poesía, la pintura, el cine y las narraciones populares están llenos de estas misteriosas apariciones que nutren a las creencias religiosas. En Bolivia y otros países se invita a comer a los difuntos cada año en todos santos, coincidiendo con la “noche de brujas” (Halloween) que se celebra en otros países en alusión a sucesos extraños que provienen de esa otra dimensión en la que habitan los muertos, convertidos en espantos a los que se les teme porque vienen a asustar y a hacer morir a otros. No obstante, cada quien, en su propia dimensión, podría trastornar y hacer sentir amenazado al más ecuánime, pues a la posibilidad de la muerte no es agradable para nadie y, por ende, es mejor no tocar el tema, hasta que un día llega y no hay otra opción que aceptarla y, si se puede, “morir en paz”. ¿Qué es la vida? El sentir que uno está vivo inspira el bienestar para seguir y continuar viviendo. Hay quienes antes de morir 32
han muerto ya en su interés por la vida, todo es intrascendente y sólo pueden sentir que viven al disfrutar de todo lo bueno que nos ofrece la vida. En cada país ahora se enfrenta la humanidad con la necesidad de reconciliarse con el entorno y entonces es urgente hablar de todo aquello que implica VIDA, desde el punto de vista psicológico, medico, social, familiar, ambiental y sobre todo espiritual. Cada ser humano tiene su vida que lo motiva a seguir viviendo, algo esencial, que sin duda sobrevive a la muerte, a su manera de ser, su manera de pensar, su manera de actuar, sus actitudes, sus gustos, su estilo personal, su red de relaciones, sus cosas personales, su obra, su historia, su trabajo y su nombre que son realidad mientras se viva en un mundo social, es decir, a través de otros, de una historia que incluso puede perdurar en el pensamiento de otros. Por otra parte, la muerte significa “dejar de ser” y si bien una persona al morir deja de ser lo que era y se transforma en algo distinto, ahora vive esencialmente a través de los demás, también hay que observar que esto ocurre de manera continua. Los adultos de hoy han dejado de ser los niños que fueron; esos niños están muertos. En el adulto el niño que fue vive de otra forma, pero ya no es lo que era. Es decir, estamos muriendo a cada instante. Vivir es morir continuamente y morir es otra forma de 33
vivir. La vida es como el fuego que justamente es más intenso conforme más rápido consume lo que lo hace vivir. El combustible humano es la con-vivencia, que permite a cada uno integrar en su propia vida la vida de otros. Entre más una persona integre a su ser el ser de los otros, su vida será más intensa y duradera, trascendiendo con mayor profundidad a la muerte corporal. Definitivamente la muerte en tiempo de pandemia y encierro, obliga a replantear la forma en que vivimos, la forma en que nos relacionamos y la forma en que nos educamos. La familia puede fortalecer lazos y tener mayor conocimiento el uno con el otro, de lo contrario ser víctima de un entorno controvertido. Podemos concluir diciendo que nadie ha sido educado para vivir en el encierro y mucho menos para encarar a la muerte, nadie nos educó para vivir sin contacto social, nadie nos educó para ser felices en cuarentenas aislados del mundo. Convencidos estamos ahora de que somos vulnerables a vivir en cuarentenas y amenazados por la muerte. La educación es responsable de replantear sus propósitos ante la presencia de efectos colaterales de alto impacto psicosocial a corto plazo como la perdida de hábitos, violencia intrafamiliar, abuso de nuevas tecnologías, perdida de rutinas, estrés psicosocial, perdida del interés por el juego socializado, presencia de miedos, ansiedad, preocupación, síntomas depresivos, trastornos alimentarios, incluso crisis familiar ante nuevos estilos de convivencia que se deben asumir. 34
RITUALES DE MUERTE, DESPEDIDA EN EL NORTE ARGENTINO
AMALIA NOEMÍ VARGAS4 (Argentina) Introducción Agradezco al profesor Roberto Agreda Maldonado por la invitación a este Simposio sobre la Muerte. Mi exposición, se referirá a prácticas rituales registradas en el Departamento del Carmen cuidad Perico, en la Provincia de San Salvador de Jujuy. Lugar donde he nacido y vivido hasta mí partida hacia Buenos Aires. Motivo por el cual mi relato puede dejar entrever el sentimiento y la creencia que me une a este ritual que 4
Licenciada en Culturas Tradicionales. Magister en Cultura y Sociedad, Sistema de Creencias. Licenciada en Bellas Artes. Posdoctorado de Medicina Tradicional. Autora de ensayos, artículos científicos y libros sobre su especialidad. Gestora cultural. Conferencista internacional. 35
describiré, este rito lo realizamos para mi tía Lucia Carrazana hermana de mi madre. Debo decir que la despedida del difunto, es una celebración plenamente vigente pero solo se da en algunas familias las cuales siguen realizando el rito, he participado de varias despedidas de difuntos desde pequeña, pero este es uno de los más completos que he presenciado, según mi madre “así lo hacían los antepasados”. En ella intervienen elemento de índole económica, lúdico, estético. Los cuales siempre están presentes en rituales de esta zona andina. El pasado y la creencia se reivindican en este tributo a los antepasados que han forjado la historia y la cultura que detenta el grupo. Así, una celebración particular adquiere trascendencia comunitaria en esta práctica que refleja el sentir de toda la familia y comunidad Periqueña. Antiguamente según algunos arqueólogos la gente enterraba a sus familiares, dentro de las viviendas o en los patios de las viviendas. Se creía que, al enterrarlo dentro de la casa, el muerto desde el otro mundo todavía, los acompañaba, según mi abuela Emiliana dice “si nuestros muertos están en esta tierra, esta tierra también nos cuida y nosotros cuidamos de ella” es una manera de afianzarse con la Pachamama, madre tierra. De alguna manera era un buen presagio enterrar al difunto cerca de la casa, además cada actividad que se hacia dentro de la vivienda, era bien vista por los ancestros, por 36
eso esta creencia y estos ritos a lo largo del tiempo se hicieron cada vez más fuertes. A partir del 1200 aproximadamente se encuentran sitios arqueológicos con cementerios, pero se continúan enterrando dentro de las casas. Los cuerpos que se encontraron siempre estaban en posición fetal, en una especie de bota bajo la tierra rodeada de piedras, siempre con sus ajuares mortuorios u ofrendas, Con la llegada del conquistador vino el cambio de ideología, la imposición del cristianismo una de las cosas que cambio es la visión de la muerte, no se encuentran registro escritos anteriores a la conquista de que pensaba el indígena acerca de sus muertos, pero al igual que en otras épocas hoy algunas familias continúan las tradiciones ancestrales andinas. Un ritual en el noroeste argentino En la zona de la altiplanicie Puneña aún habitan comunidades aborígenes "qollas” prevalecen rasgos lingüísticos del quechua y del aymara. Para esta investigación tome Perico del Carmen, situada en un amplio valle llamado de los Pericos, 27 Km. al sur de San Salvador de Jujuy por Ruta Nacional Nº 9, y a 1.268 m.s.n.m. Forma parte indudablemente, de una de las zonas más fértiles de la provincia.
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El Carmen fue habitado por los jujuies, denominación genérica dada por los hispanos a los pueblos indígenas del sur del actual territorio provincial: churumatas, ocloyas, osas y paypayas. Entre estos los más importantes fueron los primeros, ubicados en el margen izquierdo del río Perico para proveerse de agua y alimentos. A fines del siglo XV quedaron bajo el predominio del imperio incaico, en su etapa de mayor expansión, y el lugar se transformó en una posta más del camino del inca. Donde, susurra el viento, y acompaña las plegarias de nuestros muertos. Pueblos de artesanos, de gente calla¬da, de clima cambiante, de sombras, de sole¬dad, de sol, de edad indefinida. En este contexto se produce un ritual de despedida. Una despedida que provoca para estos días, el traslado de parientes cercanos desde varios puntos de la provincia. La muerte y los pasos rituales La secuencia de las celebraciones o ceremonias son varios desde que muere hasta que cierra el ciclo de despedida final; este tiempo dura tres años. Todos los familiares y amigos cumplen un rol muy importante en este largo proceso de desapego para despedir al nuevo difunto, entre otras, las siguientes funciones relacionadas con el principio teológico inicial de que la vida no termina, solo se transforma sin desvincular al difunto de los sobrevivientes. A partir de su deceso, el difunto cumple las 38
siguientes funciones: 1) marcar el cambio de estatus del difunto, que pasa a ser alma, nuna, ajayu; 2) preparar al alma para su largo viaje dándole lo que necesite; 3) asegurar el bienestar y las ulteriores relaciones con los sobrevivientes; 4) reafirmar la vida, con la alegría y de manera comunitaria; 5) sobre todo en sus primeras fases iniciales, brinda también signos y augurios sobre futuras muertes en la familia o comunidad. Es importante, en sus fases finales, resaltar la relación bienhechora de los muertos con la lluvia y con todo el ciclo productivo. La nueva vida del fallecido tiene mucha relación con toda la vida del cosmos (Albó, 2009). Es por este motivo que se debe cumplir con los ritos preestablecidos tradicionalmente. A continuación, realizaremos una breve descripción de las etapas rituales, que se explicarán con mayor profundidad posteriormente. Velorio del cuerpo. Generalmente al difunto se lo vela durante dos días en la casa donde él vivía, se reza y coquea toda la noche, mientras se cuentan principalmente historias de otros difuntos y algunos cuentos de almas en pena. • Lavatorio del cuerpo del muerto. Este rito se realiza luego del deceso del familiar, generalmente el tercer día. Una vez enterrado el cuerpo, se lavan todas las pertenecías del difunto, tanto objetos como prendas, estas son purificadas en el río, a 4 kilómetros de ciudad Perico, Jujuy. • Armado del altar con “escalera”. Este espacio es consagrado por la familia; en este lugar se construye con maderas una especie de esca- lera por donde subirá el •
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alma o ánima del difunto. El altar tendrá la imagen del difunto, agua bendita, flores y velas; frente a este altar se rezará durante nueve días consecutivos por las noches. Armado del muñeco y quema. Se realiza luego del lavatorio; con las prendas purificadas se arma una estructura de madera, se construye una réplica idéntica del difunto y un caballo para que lo lleve al hanan pacha o ámbito superior, ambos de 1 metro de altura, luego se lo quema en el monte a las 0 horas del último día de la novena. Como cierre definitivo del velorio, desde el primer día de su muerte hasta este último día, la duración de este rito es de doce a trece días. Levantamiento de luto. Esta ceremonia se realiza al año de la muerte del familiar, se realizan una misa, una cena y un baile, en donde los dolientes se cambian la ropa negra utilizada durante el año de luto por prendas de colores vivos. Día de los Muertos. Este rito se realiza el 1 y 2 de noviembre de cada año. Se espera a las almas con ofrendas hechas de harina de maíz y con todo tipo de alimentos que le gustaban al ser querido. Bautismo de tantawawa (niños de pan). Se realiza al finalizar el día de las almas el 2 de noviembre. En este rito se bautiza a los panes con formas de niños o niñas, se les inventa un nombre gracioso y se les imparte el bautismo, de este rito, nace una nueva unión de padrinos y madrinas, que luego se llamarán entre ellos compadre y comadre.
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A continuación, comparto en este capítulo el Velatorio y la preparación del cuerpo del difunto El velatorio del cuerpo Luego de la muerte del ser querido, comienza una serie de etapas, además del dolor y condolencias que provoca la muerte de un ser cercano, sobre todo si ha sido una persona respetada y querida, este acontecimiento enfrenta inevitablemente a los presentes con los del más allá, de cuya realidad no tiene ninguna duda. ¿Cómo enfrentan esta realidad? Quizá las preocupaciones que han quedado más claramente codificadas en las respuestas culturales andinas a este misterio son las tres siguientes: la necesidad de dejar claramente la línea divisoria entre el nuevo muerto y quienes lo sobreviven; dedicar al difunto todos los cuidados rituales para garantizar su agradecimiento y bienestar futuro evitando así que se convierta en un peligro para los vivientes y, por último, buscar indicios y señales para ver a quién más llegará la muerte a través de distintos indicios. Para los fines de nuestro tema, me centraré principalmente en las dos primeras. Es importante tener en cuenta y conocer las necesidades del difunto, del alma todo es percibido en este momento, desde las tradiciones cada anciano o anciana va decodificando cualquier movimiento de la naturaleza, de los insectos se va observando e interpretan lo que se debe hacer. La necesidad de marcar la diferencia entre el muerto y los vivos se manifiesta en numerosos detalles, para los principales cuidados que ocupa el 41
cadáver desde su fallecimiento hasta su entierro, se busca a los que no son parientes, porque los más allegados corren peligro, por tener un con- tacto directo con el difunto. Describiremos el desarrollo del velorio según lo observado en el trabajo de campo. Para esto debemos tener en cuenta que para los actores el muerto o las almas son deidades ambivalentes que tanto pueden propiciar la bonanza de sus parientes como castigarlos si no cumplen con los debidos rituales que garantizan el paso del alma al descanso eterno. Esta idea está presente en las diferentes entrevistas que hicimos, y en lo observado aparece muy bien documentada, particularmente en los rezos, imágenes icónicas y plegarias que realizan tanto los resiris5 como los familiares para las almas. Cabe efectuar al respecto una distinción conceptual entre las categorías de fe y creencia. Advertimos que las creencias vinculadas con los ritos mortuorios se encuentran ligadas a la adhesión trascendental constitutiva de la fe (Campagne, 2002). Por lo tanto, al ser tan importantes estas almas para la protección de la familia, ya desde su muerte se comienza a hacer una serie de ritos que describiremos a continuación. Concepción de cuerpo y tratamiento del cuerpo Antes de compartir cómo es el tratamiento del cuerpo del difunto y su purificación, me parece importante comprender la
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Resiris, personas dedicadas a realizar rezos en las novenas. 42
noción del cuerpo que tienen tanto la mujer como el hombre andino. La noción de cuerpo para la cosmovisión andina está relacionada con la totalidad que lo rodea. El cuerpo y el cuidado en el pensamiento an- dino no son individuales, el cuidado está en relación con el entorno que lo rodea porque es este el que da salud y vitalidad. Nuestro cuerpo tiene cuatro lados al igual que la Tierra, desde el ombligo hasta tu cabeza es el hanan pacha, del ombligo a tus pies es el uku pacha, el centro de tu cuerpo es el uku donde está la energía de nuestro amor, nuestra energía pura, tenemos pola-ridad negativa y positiva, el cuerpo tiene su lado paña derecha y el lloque la izquierda. (Numitor, sanador andino) Encontramos estos cuatro lados arriba, abajo, a la izquierda y a la de- recha; esa es la cuadratura según el pensamiento andino en el que se rige su entorno. Al cuidar el cuerpo de la Tierra, al alimentarlo en sus ceremonias, uno está en consonancia con el propio cuerpo, y esto traerá una buena alimentación para el cuerpo, energético, físico, psíquico y espiritual. Al morir, el cuerpo alimentará a la Pachamama, para ello debemos entregar algo sano y en equilibrio en todas sus formas en su completitud. Porque al estar todo en equilibrio en su entorno y cumplir con sus quehaceres, todo estará bien en la vida de uno mismo, aquí y en el otro mundo. Esto es tomado desde su 43
concepción de ayni (reciprocidad). El principio de reciprocidad es la aplicación ética y social del principio de complementariedad. Cada acto humano (pero también divino) recién llega a su finalidad integral cuando le corresponde un acto recíproco y complementario equivalente de otro(s). Una acción unilateral distorsiona el equilibrio delicado entre los actores, tanto en lo económico, organizativo y ético como también en lo religioso. Lo que el campesino saca de la Pachamama tiene que devolverlo de una u otra manera, aunque sea de manera simbólica.6 Purificación del cuerpo Al morir Geranaro el 30 de enero en ciudad Perico, se avisa a todos los familiares del difunto mayor de cincuenta años. Se pregunta a los hombres que llegan quiénes pueden ayudar a bañar al difunto. El baño del cuerpo del difunto no lo puede hacer cualquiera, no lo puede hacer un familiar directo, sino un amigo o compadre lejano, “no es así nomás”, es importante estar atento de cada momento, decía una abuela. Cuando muere una mujer, las encargadas de lavar el cuerpo son las mujeres y cuando muere
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Existen muchos ritos con respecto a la Madre Tierra que tienen como finalidad el restablecimiento de la reciprocidad entre el ser humano y la naturaleza. Con el pago, el campesino pide permiso (licenciaykiwan) a la Pachamama para poder abrirla (arar y sembrar), con la ch’alla o la t’ika (esparcir licor o chicha) devuelve en forma simbólica algo de sus frutos, suponiendo que “tiene sed”. 44
un hombre, los encargados deben ser hombres, siempre debe ser así. Para ello las personas más ancianas que saben del tema son las que eligen quiénes podrían hacer este trabajo, como amigos, compañeros del trabajo, compadres espirituales 41 que no tengan relación consanguínea directa, ya que se cree que el espíritu del familiar está tan ligado a este mundo y que solo con la presencia del familiar directo y en contacto con el cuerpo puede quedar atado a esta Tierra, o se podría llevar a ese familiar, quien moriría en los meses siguientes. Don Alfredo nos decía acerca de este tema: Nosotros nunca lavamos o bañamos al familiar que murió, porque los abuelos nos decían que nos pueden llevar con ellos, tampoco esos días desde que muere hasta que lo enterramos no debemos bañarnos porque nos iremos con el difunto. El baño purificatorio, como vemos, despega el alma o espíritu de esta Tierra, también accionaría en los familiares directos que se bañan en este tiempo sagrado, ya que está en un contexto de desapego, si alguien se baña en sus hogares dentro de ese tiempo, se estarían rompiendo ciertas reglas preestablecidas de los rituales mortuorios, y esto podría causar un desequilibrio en la persona que lo haga y en el ambiente; según Alfredo, se corre el riesgo de enfermar. Para dar comienzo al baño, los amigos del difunto desvisten el cuerpo con mucho cuidado y lo tratan como si el difunto estuviese durmiendo. Este momento es muy importante, ya que 45
se realiza un baño del cuerpo primero con agua y luego se lo viste cuidadosamente para después sahumarlo, seguidamente se sahúma el espacio o la habitación donde se produjo el lavatorio, nuevamente se purifica el espacio y a los presentes. De acuerdo con lo que plantea Cazeneuve (1957), el muerto constituye un objeto o ser impuro, al igual que las cosas insólitas. El mundo de las normas debe ser preservado de su peligroso contacto. Todos los que tocaron el cadáver, o aun si tan solo asistieron a funerales, corren el riesgo de estar contaminados por la mancha u olor del difunto, lo mismo pasa con sus pertenencias. Según Lévy Bruhl (1922), el principio de participación desempeñaría un papel más importante que la noción de mancha en la formación del tabú sobre las pertenencias del muerto. En realidad, los dos principios van a la par: la mancha (energía, espíritu) se extiende a las pertenencias porque estas participan de la naturaleza del muerto. Algunos grupos no establecen una distinción entre la persona y lo que le pertenece. Este es uno de los aspectos del “contagio” que, como se ha visto, se explica por las características particulares del pensamiento simbólico. Si el muerto es tabú, sus propiedades, su casa, sus utensilios domésticos lo son y hay que respetarlos. Así, de esta misma forma, lo entienden las personas de estos valles, punas y quebradas. Por eso, al terminar de lavar el cuerpo del muerto, comienzan a sahumar el lugar, la habitación donde se realizó el último lavatorio para limpiar y purificar el lugar, también se sahúman a todas las personas que realizaron el baño al difunto. Este lavatorio o baño del difunto es de carácter purificatorio en cuanto al tratamiento del cadáver y, a la vez, inicia la separación del muerto del mundo de los vivos, dado que algunas prácticas 46
tienen el efecto de des- prenderlo de este mundo para que pueda viajar al otro mundo o paqarina, el lugar de origen del alma. El tratamiento del cuerpo para los descendientes es muy importante, si nos remitimos a tiempos antiguos, tanto en las crónicas como en la documentación colonial aparecen estos tratamientos. Un ejemplo claro es el caso de Atahualpa,7 quien, de ninguna manera convertido por la fe al cristianismo, acepta el bautismo únicamente para evitar la destrucción de su cuerpo, como nos lo recuerda Pedro Sancho de la Hoz (1962), secretario de Pizarro (Astete, 2012). La necesidad de conservar el cuerpo del pariente muerto estuvo también muy presente en la época colonial. Por ello, una parte importante de los procesos de lucha contra la idolatría están relacionados con la organización de desentierros masivos por parte de los indígenas a fin de llevar los restos de sus difuntos a sus cue- vas o machayes.8 7
Tras la muerte de Atahualpa, sin embargo, se sabe que después no se cumplió con el trato y que se lo quemó parcialmente, como informa el propio Pedro Sancho de la Hoz (1962) y completa Betanzos al confirmar que el cuerpo quemado de Atahualpa es retirado por Cusi Yupanqui y enviado en andas a Quito, donde se encontraba Rumiñahui. Según Betanzos, Rumiñahui estuvo preocupado por el traslado del cuerpo de Atahualpa a cargo de Cuasi Yupanqui porque pensó que este se quedaría con el cuerpo para intentar matarlo y quitarle el poder que tenía en Quito. Por estas razones parecería entonces que no solo resulta importante mantener el cuerpo del muerto, sino que su posición otorgaría poder (Betanzos, 1987), por lo que el cuerpo resultaba sumamente apreciado y, por lo tanto, era cuidado. Un tratamiento similar también debió recibir el bulto del gobernante, pues de la misma manera que el cuerpo otorgaba poder a quien lo cuidaba, los bultos serían las pertenencias, como uñas y cabellos y accesorios de uso cotidiano. 8
Pierre Duviols (2003), entre los papeles de idolatrías de Cajatambo, publicó varios documentos en los que se evidencian estas prácticas. Asimismo, el clérigo Bartolomé Álvarez (1998) comenta esta situación 47
Asimismo, hay otro momento de purificación corporal que pudimos ver en uno de los entierros en los valles. Durante la parte final, luego de las palabras de los familiares y la plegaria final, todas las personas tenían en sus manos una rama de la planta de molle; se la pasaron todos al mismo tiempo por el cuerpo y luego todos los presentes tiraron a la fosa la rama de molle. Una de las mujeres mayores, Santusa, nos decía: Nosotros nos limpiamos para sacar todas las impurezas, todos los olores y cosas que puedan quedar del difunto, y de esta manera todo lo que pertenece al difunto se vaya con él, así está completo y descansa. Podemos decir que esta purificación tiende a la preservación del hombre que queda en este plano, en este kay pacha, contra toda asechanza de los poderes del muerto y las energías de los otros planos que en ese momento se encuentran presentes o abiertos. El mecanismo del pensamiento simbólico y, en especial, los principios de la transferencia y el contagio bastan para poner en claro qué interdicciones y purificaciones no son más que distintas formas de una misma tendencia a repeler los símbolos angustiantes de lo incondicionado (Cazeneuve; 1957).
y da cuenta de qué hacen cuando les es imposible desenterrar los cuerpos de las iglesias, afirmando que “cuando no pueden hablar los cuerpos de los muertos, como he dicho, les cortan las uñas de los pies y las manos y unos pocos cabellos; y esto envuelto con un poco de coca y atado en un paño lo llevan a enterrar en el lugar donde les hacen veneración”. 48
Continuando con la narración, luego de la purificación del cuerpo del difunto, se lo vistió con sus mejores prendas, pero en otros lugares hemos visto que le colocan la mortaja. Doña Adela nos comentó lo siguiente: Antes se le colocaba mortaja y en su cajón el látigo que usaba todos los días. Hoy algunos lo hacen y otros no; será que la gente joven se está olvidando, no sé. Y Jesús Vargas agregó: Los encargados de hacer el cordón lloque que funcionará como cinturón a veces son hombres y otras mujeres. Este cordón servirá para que el alma camine tranquila al más allá; le colocamos los cuatro maíces para que cuando se le aparezcan los perros los espante.
Esta precaución de elaborar la mortaja, el cordón lloque de manera artesanal, muestra un gran cuidado al espíritu o alma del ser querido. El cinturón lloque es elaborado con lana blanca y negra y torcido a la inversa, o sea hacia la izquierda, para desandar el camino ya caminado en vida; ahora corresponde devolver ese tiempo y espacio prestado. En las pun- tas de ese cordón se hacen las borlas, una de cada lado, y las arreglan de manera tal que parecen muñequitas. Antes de realizar estas muñequitas, atan dos maíces secos y duros de cada lado, dando siete veces vuelta con el mismo cordón alrededor del maíz. De esta manera, terminan de vestir al difunto y colocar todos los símbolos precautorios para que pueda llegar al más allá. Los maíces son para espantar a los perros que se apa- recen en el camino; incluso 49
se dice que los perros que aúllan afuera del velatorio lo hacen porque vieron el alma caminando y quieren morderlo, entonces 9
el alma les pega a los perros con el maíz para que la dejen pasar tranquila, y de ahí el perro se queda llorando, aullando. Luego de vestirlo y colocarle todos los elementos necesarios que necesitará el difunto para el viaje, es ubicado en el cajón10 y se coloca al fondo de una de las habitaciones de la casa; se eligió la más grande ya que tiene que venir mucha gente a visitar al difunto para su despedida. A los costados se colocaron dos velas pequeñas encendidas a cada lado del rostro. Las personas que iban llegando venían cargadas con alimentos y velas, algunas traían verduras, otras, arroz, pan, etc.; luego de entregar todo al familiar más cercano, se ponían a los pies del difundo y le rezaban una breve oración, algunos solo le hablaban 9
Marcin Mróz (1984) refiere en los relatos de Auquimarca lo siguiente: primero, tiene que pasar por una serie de “cepos” identificados como huequitos en las apachetas de las abras de los cerros; son como “puestos de control”. Luego llega a la llaqta alqo (pueblo de los perros), donde se encuentran las almas de los perros muertos. El alma ruega a un perro negro que la pase al otro lado de un río llamado mapa mayu (río sucio); los perros blancos no quieren hacerle este favor para no ensuciarse, el perro negro será quien la ayuda a pasar el río. Luego de cruzar el río, recorre una pampa calurosa, e ingresa sucesivamente al michi llaqta (pueblo de los gatos), wallpa llaqta (pueblo de las gallinas), quowillaqta (pueblo de los cuyes). Los animales la atacan arrancándole las carnes y en forma de esqueleto el alma llega a mankallaqta (pueblo de las ollas), donde se regenera su cuerpo. Las ollas regañan solamente a las mujeres por haberlas puesto en el fuego. Luego el alma llega al apu qorpuna, donde la reciben sus compadres misti abrazándola y atendiéndola humildemente. 10 El cajón antiguamente no existía. Doña Carmenza contaba que enterraban sin cajón, solo envueltos en cubrecamas tejidos a manos fabricados en telar inka, o tal vez con unas maderas a los costados y nada más. Hoy todos utilizan el cajón. 50
al cuerpo. Luego de un tiempo se incorporaron al grupo de mujeres que habían llegado antes que nosotros, saludamos a los dolientes vestidos de negro y al resto de los varones que estaban sentados alrededor de las chuspas11 y tari de coca extendidas; había varios grupos, algunos adentro, otros al fondo, otros afuera. Las mujeres comenzaron a llegar sobre las 2 de la tarde vistiendo mantas, llijta,12 las más ancianas algunas llevaban sombreros de color negro, polleras amplias negras y mantas negras; se sentaron al lado de la construcción donde estaba recostado el difunto, bastante al margen de los varones. Las mujeres que recientemente tuvieron hijos dejaron a sus guaguas en casa; prácticamente ningún infante se acercó a curiosear durante el sepelio, ya que se cree que podrían sentir y absorber el olor del muerto y ser aikados13 por el difunto. En caso de no poder dejar al niño con algún familiar, las madres pintan en su frente un círculo o cruz para evitar que le entre este mal. Recordemos, como dijimos anteriormente, que el cadáver per manece impuro, se encuentra en “estado de marginalidad”. Velorio en Sumaj Pacha A continuación, relataré un velorio que presencié y en el cual participé realizando la mortaja, ya que no era familiar directo del difunto. Estaba en Tilcara, en pascuas, realizando 11
Chuspa: pequeña bolsa realizada en telar andino en la cual guardan las hojas de coca. 12 Pasta dura que se utiliza para masticar coca. 13 10Enfermedad que provoca el difunto a los niños; produce enflaquecimiento y palidez, puede provocar la muerte si no se lo cura.
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altares de flores. Me enteré del fallecimiento de un familiar de una amiga y pedí asistir. En el pueblo de Sumaj Pacha había muerto don Feliciano, un señor de sesenta años, por pulmonía, además de que tenía artritis. Llegué a la casa a las 19:20, ya estaba muy oscuro, y todos los familiares estaban esperando que el cuerpo del difunto fuera bañado y vestido para colocarlo en el ataúd. El cuerpo estaba siendo lavado, fui la primera en entrar, la habitación donde se velaría al difunto estaba llena de humo, se sentía un aroma de koha, sahumaron toda la habitación para purificarla y que se encontrara en condiciones para la velación. La gente entraba de a una y cada uno iba a tocar el cajón y rezaba frente a este, que aún estaba vacío; se fueron sentando alrededor en silencio. Luego, un grupo de mujeres comenzó a confeccionar flores de papel crep (es costumbre realizar este tipo de flores ya que la zona es árida). La hija del difunto había comprado los papeles de diferentes colores, las mujeres prepararon engrudo con harina para pegarlas; hicieron rosas, claveles, tulipanes, una gran variedad multicolor. Las personas encargadas de hacer las flores eran solo mujeres. Al otro costado del cajón un grupo de mujeres realizaba unas coronas con alambre y ramas, las forraban de color verde imitando hojas donde se pondrían las flores de papel. Los hombres hacían cadenas de color violeta y negro, otros de color azul y negro. En esta zona se utilizan estos colores para la gente adulta. Alrededor de las 23 se sirvió la cena a todos los que estaban en la casa, se sirvió un arroz con salsa y luego sopa. Para este momento llegaron fa- miliares de diferentes lugares, como de Purmamarca, Abra Pampa, Jujuy, La Quiaca. Los que llegaron 52
saludaron y las mujeres se ofrecían para ayudar. En un principio, no había gente que cocinara y ayudara. A eso de las 0 horas se hizo una novena; mientras varios rezaban otros seguían cocinando en el fondo. Luego de la novena se comenzó a preguntar a las mujeres para que hilaran lana negra y blanca, pero nadie decía nada; luego de un rato, dos mujeres se ofrecieron “nosotras hilaremos, qué se le va hacer, hay que acompañar al finado”. Estas mujeres estaban sentadas cerca del cajón y se pusieron a hilar en ese mismo instante, porque se decía que se debía terminar esa noche y lavar la lana, ya que con esa lana se iba a realizar el cordón para la mortaja del difunto. Luego pidieron que ayudaran a hacer la mortaja. Me pidieron a mí ya que no era familiar y nada me podría pasar, pues el difunto no me conocía. Al igual que doña Delia y María, que tenían que manejar la lana, no debían ser parientes o familiares de sangre directa, pues la desgracia puede contagiarse. O debe ser pobre, pues uno asume algo así por necesidad y el pago para esta mujer es elevado, recibe prenda nueva como contribución por esta tarea. La mortaja que se hizo era de algodón blanco, la tela era muy grande. ¿Por qué debía ser grande la mortaja? Porque la mortaja se debe colocar al difunto por arriba de la ropa que ya tiene puesta. Por lo general, usan la ropa más linda que tenía el difunto. La mortaja tenía una capucha, con un cordón que se colocó al final se le hizo un nudo alrededor de la cintura, luego se le hicieron los siete misterios, estos se hicieron al final del cordón con nudos simulando cuentas de un rosario. Mientras confeccionábamos la mortaja, hablábamos 53
de cómo se hacía antes y cómo se debe hacer, aunque no se tengan todos los materiales. Doña Hortensia, una mujer de unos sesenta y cinco años, nos contaba: El que hace los hilos lloque o hilos invertidos cae peligrosa- mente en las penas y tristezas, decían los abuelos. El que hila los hilos invertidos, puede caer en ellas. Las penas y tristezas se le pueden quedar pegadas, por eso uno debe ser fuerte si lo hace y no tener miedo, sino le gana el miedo y te podés enfermar. Por ello, en este momento todo se realiza con sumo cuidado y pueden estar horas esperando que alguien realice este hilado o la confección de la mortaja. Hay que aclarar que, en este caso, el material (como la lana de oveja hasta ese momento) no estuvo de ninguna manera en contacto con los dolientes (los que recién en el futuro entrarían en contacto con ellos), ya que puede ser algo peligroso. El peligro, sin necesidad de roce o contacto, viene desde el futuro y se manifiesta en el presente. Lo que vincula el presente con el futuro es el hilado hacia la izquierda. Pero el contagio del futuro en el presente no solo se da a través del inmediato contacto físico de las manos que hilan, sino que este contagio (como penas, tristezas, desgracias) afecta también casas y patios, familia y ganado; también se contagian las plantitas del campo que todavía no han acabado de crecer y las crías de las vacas u ovejas y llamas que están por nacer. Por ello, todos se sahúman y limpian con plantas cuando se despiden. Puesto que todo está impregnado de enfermedad, de muerte, de penas y tristezas, de desgracia (todos los objetos de la casa y hasta la misma basura de la casa y el patio), entonces, estas 54
mujeres que así frecuentan peligros deben tomar medidas de autoprotección o autopurificación. También pueden pedirle a un médico tradicional que las libere de la .desgracia, pero, en general, se trata de mujeres de bajos recursos que no podrían pagarle al médico ni siquiera en especias, sin perder parte de lo que ganan precisamente al asumir estos trabajos y sus peligros. Pero en este mundo, el ritual y la vida cotidiana están de tal manera mutuamente entramados que no es necesario que ellas recurran a un médico; en estos pueblos, no hay prácticamente nadie que no sepa preparar una mesa de limpieza o sahumar su casa y que no lo haya hecho innumerables veces en su vida en distintas circunstancias. Hemos presenciado varios velorios con muchos kilómetros de distancia unos de otros; con ellos podemos dar cuenta de ciertas características andinas que aún se conservan, como el lavatorio, la confección de flores, de altares, de prendas, de alimentos, de animales, de cuerpos, que describiré más adelante. Se trata de creencias y prácticas actuales que sin lugar a dudas dejan ver su raigambre hispana, pero que han sido adaptadas a la época actual, reinterpretando los elementos que conforman su visión del mundo a circunstancias cambiantes, con la finalidad de seguir guiando a las almas que esperan ser favorecidas por sus familiares en este despegue hacia el hanan pacha o mundo de arriba. Por otro lado, podemos considerar la velación del cadáver como un ordenamiento o práctica ritual de actos apoyados en un conjunto de relaciones sociales, encaminado a mantener el equilibrio social ante lo que se antoja ser un acto desestructurarte. Lo que está en el origen del duelo es la 55
impresión, el debilitamiento que siente el grupo cuando pierde a uno de sus miembros. Por ello, la secuencia, como veníamos diciendo, permite a los dolientes pasar de un estado afectivo a otro; de la sorpresa al dolor y junto a la dolencia de la pérdida se manifiesta la tranquilidad que surge al sentir la solidaridad social, o podríamos decir la reciprocidad constante, que se da en este grupo social durante los diferentes ritos mortuorios. Silvia Citro (2010) ha seña- lado que la materialidad del cuerpo y sus prácticas están atravesadas por los significantes culturales, de allí la denominación cuerpos significantes que da a la constitución material-simbólica de la corporalidad. El cuerpo atravesado por la cultura hasta su muerte de esta manera se resignifica y valora desde un lugar más unido a la naturaleza. Por otro lado, quisiera agregar con respecto a la reciprocidad, contribución o ayni, que en cada región varía: en la puna se entrega una oveja o llama; en los pueblos, elementos como mercadería o ropas, pero la concepción de retribución, o sea ayni, no se ha perdido, de esta manera se intercambian energías, acciones que llevan a mantener el equilibrio en las comunidades tanto rurales como urbanas, ya que es uno de los principios más importantes en el mundo andino. Aunque en al- gunas zonas se perdió la lengua y no se utiliza esta palabra, el concepto está vivo, vigente, es una obligación el devolver; primero recibimos y luego devolvemos, pero antes siempre hemos estado recibiendo desde que nacemos, sea de la Pachamama o de la comunidad. Un claro ejemplo es el rurichico, rutucha chuschachukuy,14 bautismo y corte 14
Rutucha, rutichico (aymara), chuschachucuy (quechua). Cuando un niño nace en los andes al cumplir tres o cuatro años, va a depender de los padres el momento en que quieran hacer este rito de pasaje. Las familias realizan el bautismo y corte de cabello. El bautismo tiene que 56
de pelo, es por ello que en la conciencia andina el pensamiento, las costumbres, las ceremonias prehispánicas están vivas, tal vez con algunos cambios, pero conservando su esencia. El ayni o reciprocidad es el principio es- tructurante principal de las comunidades andinas. Las personas andinas completas son aquellas que muestran predisposición y están en relación y voluntad para intercambiar trabajo, para compartir comida y para participar y colaborar en actividades comunales, incluidos los rituales (Allen, 1988; Van Vleet, 2008). La falta de participación y colaboración como el incumplimiento con las obligaciones y la reciprocidad producen rupturas y son considerados signos de enfermedad. Enfermedad porque rompen la energía circular del ayni y uno mismo pierde esa armonía y parte de su energía. El velorio La velación15 del cuerpo se realiza siempre en la casa donde vivía el difunto, ya que se necesita hacer ritos y pedidos durante toda la noche. Además, todos los familiares ver con lo impuesto por Occidente, luego de ello se realiza la ceremonia prehispánica, que es más familiar y privada, donde se hace la presentación a la comunidad del niño o niña, se le da el nombre y comienza a ser una persona nombrada y forma parte desde entonces públicamente de la comunidad, será reconocida por todos. Este niño o niña recibe donaciones por parte de la comunidad, entre ellas ovejas, llamas, terreno o dinero; esta sería la primera hacienda o primera economía, el primer regalo que recibe a través del ayni; es ayni porque intercambia su cabello por el regalo que recibe, este cabello para las comunidades tiene poder y fuerza y trae suerte, por eso es tan preciado y cuidado; no debemos olvidar que en el cabello también está parte del espíritu energético. Esta ceremonia sigue vigente en Argentina, Bolivia y Perú (Vargas, 2013a, 2013b). 15 importante aclarar que la velación de la mayoría de las personas que aún practican sus ceremonias siempre es realizada en las casas. Todos los accesorios necesarios, como el cajón, los trae la cochería. 57
directos deben acompañar al difunto durante toda la noche con rezos, juegos, a veces se realizan flores de pa pel, se hila lana para hacer el cinto del alma, la mortaja, como ya vimos. En algunos velorios se juega al botón, un juego que lo realizan los más adultos, en otros se cuentan leyendas, otros juegan a las cartas, a la loba (este juego lo realizan los más jóvenes, para no dormirse y estar atentos acompañando al alma y a las visitas que llegan durante toda la noche). Para estas comunidades es importante cumplir por dos razones: primero porque se debe acompañar al difunto porque está sufriendo el desapego de este mundo y de su cuerpo y, segundo, el permanecer despiertos era una medida preventiva para evitar que el muerto tome represalias con tra los vivos (por ejemplo, si alguien dormía, durante el sueño el alma te tiraría del pie). Nosotros no podemos dormir porque está mal, sería una falta de respeto, además el alma se enoja y te tira del pie. A mí me ha sucedido una vez: estaba cansada en el velorio de mi tío Eusebio y me fui a dormir y me tiraron del pie, me desperté y no había nadie, solo se escuchaban los rezos en la otra habitación donde lo estaban velando. Yo tenía como quince años en ese momento. (Andrea, cuarenta años) En las experiencias narradas vemos cómo hay vivencias empíricas; de lo que se habla no son solo dichos, sino también vivencias relacionadas con las almas en diferentes momentos. En lo referente al respeto y cuidado, Duviols (1986) recopila en los rituales funerarios de Cajatambo del siglo XVII textos elaborados sobre los documentos de extirpación de idolatría y 58
hechicerías. En el caso del rito de aya paqaricuy o velatorio de muertos, se tenía programado un con- junto de ceremonias, durante el día y la noche, las cuales por norma no debían ser interrumpidas. Según la versión dada en Cajatambo, por dos razones importantes: primero, el sacrificio de permanecer despierto era una demostración de afecto hacia el difunto y demostración de solidaridad con los familiares; segundo, el permanecer despiertos era una medida preventiva para evitar que el muerto tomara represalias contra los vivos. Los juegos, los cuales se realizaban durante toda la noche, cumplían el rol de mantener a las personas despiertas. El juego del botón es uno de los más comunes y se sigue realizando aún hoy, al igual que el de la pis qa,16 que se realiza para estas ocasiones más que nada en el norte. Don Jesús nos contaba acerca del juego del botón: El juego del botón lo hacemos siempre cuando muere alguien. Primero nos sentamos en un círculo hombres El vocablo quechua pisqa se traduce como el número cinco. El rito o ceremonia de la pisqa se realizaba al quinto día después de la muerte. La particularidad de esta ceremonia es la participación de los familiares por afinidad. El juego se realiza con granos de maíz, y los granos recogidos después del juego son las oraciones que se “gana” el alma. Cuando sale el “hueco” (representado en una de las caras del dado), se lo considera como de servicio al alma. Terminadas las ceremonias, los granos de maíz se encierran en el atado como fiambre, del cual se provee al alma para la otra vida. En la actualidad aún subsiste la ceremonia del quinto día. Se conoce con el nombre del “juego de la pisqa”. Según algunos relatos, también se realiza durante el velatorio. La finalidad es conocer las necesidades del alma y poder ayudarla. 16
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y mujeres, todos los que quieren jugar, después pasa una persona, que puede ser hombre o mujer, con las palmas de las manos juntas y lleva un botón. Todos esperamos de la misma manera con los puños cerrados y cuando se acerca abrimos las manos, él o ella pasa y te deja el botón o no. Luego que termina de dar la vuelta completa al círculo, pregunta a cualquier persona: “¿Quién tiene el botón?”. Si la persona no acierta tiene que pagar una prenda. La prenda es recibir dos o tres golpes en la palma de la mano con la vaina del cuchillo, es decir, la parte trasera de un cuchillo. Y si la persona acierta, es aplaudida y ella comienza nuevamente el juego. Así seguimos jugando toda la noche, vainazo va y viene, y nos divertimos muchísimo, nos reímos de los que se equivocan y reciben los vainazos. En las ceremonias andinas, siempre en diferentes momentos luego del entierro las personas se ríen mucho, hay una forma de catalizar esa tristeza mediante los juegos, el chiste y los cuentos; esta es una manera de transitar el duelo de una manera sana, podríamos decir que se va dando día a día y noche a noche. En el mundo andino en otras regiones antiguamente se realizaba el rito de la pisqa.17 Los ritos y mitos de Huarochirí quizá nos ayuden a conocer la importancia de la ceremonia del quinto día. “Vamos a describir como, en tiempos antiguos, los hombres decían al morir que iban a volver al cabo de cinco días. Se dice que, en los tiempos muy antiguos, cuando un hombre moría, velaban su cadáver durante cinco días. Entonces, su alma, no más grande 17
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La familia acompaña al muerto esa noche con estos distintos juegos y plegarias. Durante la noche también es importante invitar a la reza- dora o rezador, el resiri, quien viene a dar la última bendición, tanto en la casa como en el cementerio antes del entierro, para que el alma del difunto se vaya en paz. Esa noche la rezadora realiza varias oraciones en nombre del difunto. Pide por el alma de este y canta una canción que habla de volver al sol, la purificación y el descanso. De acuerdo con Rosa, una rezadora, la bendición lo liberará de sus pecados y aliviará que una mosca, salía de su cuerpo y echaba a volar produciendo un ruido sibilante. Después de cinco días solían volver a sus casas y sus familiares los esperaban preparándoles comida y bebida. Al llegar no decían más que «ya he vuelto» y se regocijaban mucho, con sus padres y sus hermanos diciéndoles «no voy a morir toda- vía para siempre». Ocurrió que en esa época murió un hombre. Sus padres, hermanos y su esposa lo esperaban el día en que debía llegar. Pero este hombre llegó al día siguiente, es decir, al sexto día. Sus padres, hermanos y su mujer lo esperaban muy encolerizados. Cuando llegó, su mujer enojada le dijo: «¿Por qué eres tan perezoso? Los otros hombres llegan sin faltar a la costumbre. ¿Quién eres tú para habernos hecho esperar ayer en vano?», y le regañó sin parar. Enojada, le arrojó una tusa de maíz contra el ánima que llegaba. El ánima produjo un ruido sibilante y luego regresó. Desde entonces ya ningún hombre volvió después de morir. La primera referencia es la sanción al incumplimiento de un compromiso. Nuevamente encontramos referencias al valor del cumplimiento de los compromisos y la falta se considera como un factor causante de la muerte definitiva de los hombres. A pesar de ello vemos que existe aún la esperanza de que el sujeto re- torne al quinto día. Esta puede ser una de las razones por las que los velatorios de época prehispánica se programaban durante cinco días y noches sin interrupción. La religión 61
su carga durante el viaje al más allá. Los llantos también son parte de estas prácticas. El llanto es el último suspiro que el pariente desencadena entre lágrimas y lamentaciones. Se cree que hay que llorar ruidosamente porque el alma está presente y escucha el sufrimiento de los familiares; además, es una manera de probar al mundo que se amaba al difunto y que se siente aflicción por el trágico acontecimiento. Sobre todo, se trata de probar al alma que se siente pesar por ella (Paredes-Candia, 1995). El alma debe sentir que se llora verdaderamente su partida, a fin de que quede satisfecha y no castigue a los vivos que fueron sus parientes. Recordemos que las almas de los difuntos son tomadas como deidades que siguen interactuando con el viviente. Por otra parte, podemos considerar el duelo como un conjunto de acciones que intentan regular y hacer cordiales las relaciones entre los vi- vos y los muertos. Este rito liminar, como propone Van Gennep (1909), se da en todo este tiempo sagrado hasta su entierro. Este momento es un período de tristeza y angustia que provoca la muerte del ser querido. Los deudos pasan de la tristeza y angustia a la confianza y seguridad hacia los muertos, porque saben que, al cumplir con los sacrificios rituales, logran la protección y bienestar de su difunto. Así, Genaro también continúa su destino, para los familiares él vuelve a los abrazos de la Madre Tierra, la vida no es otra cosa que el desprendimiento de las entrañas de la Tierra, la muerte se reduce a un retorno “al hogar”. Don Damacio Castillo nos decía “de la tierra venimos a la tierra volvemos”, así debe ser.
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En el noroeste argentino el mayor deseo es ser enterrado en la tierra donde uno nació, en su pago; hay una necesidad de volver a la propia casa, al rumi huasi o casa de piedra, donde la tierra los parió. El deseo tan frecuente de ser enterrado en la tierra no es sino una forma de la necesidad de regresar a la propia casa. Recordemos que antes estos hombres y mujeres qollas vivían en casas de piedra; en Jujuy, en los límites con Bolivia, hoy algunas de esas casas aún están de pie. No son de barro, sino que solo están construidas con piedras. Doña Juana, de ciudad Perico, nos comentó: Antiguamente las tumbas, cuando vivíamos más al norte, eran hechas con piedras de lajas, no había cajones, todo lo hacíamos con piedras, las poníamos por los costados del cuerpo y lo tapábamos, porque en estos lugares no crecen muchos árboles. Nosotros enterrábamos al cuerpo envuelto en nuestras textiles que tejimos, ahí lo envolvíamos, luego con el tiempo se empezó a hacer de madera y acá en la ciudad ya usamos más el cajón. El cambio de hábitat fue modificando algunas de las formas de enterrar al difunto, también produjo cambios en la estructura de los ritos, los tiempos, y se agregaron nuevos elementos, como el cajón. Ya no se teje en telar de cuatro estacas (solo en algunas zonas, pero no en las ciudades). Se utilizan hoy los nichos de cemento en algunos casos. Estas ceremonias son muy largas y tienen varios pasos como detalle arriba en este trabajo comparto el primer
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capítulo de nuestra investigación, que ya se encuentra publicado. Se ofrendan velas, hojas de coca, plegarias y cigarrillos.
Celestina Inca da de tomar chicha a la tierra para que beba el alma de su difunto Cabe destacar el carácter de obligatoriedad y compromiso comunitario en la participación y acompañamiento en el velorio al difunto. Es realmente una expresión profunda del ayni, reciprocidad energética. Todos llegaremos a ese momento. Tal vez, entre los vivos podemos tener indiferencias, pero con el difunto no es posible ser indiferente. Ellos tienen que ser muy bien atendidos y sus recomendaciones deben ser bien escuchadas. En la imagen podemos ver a la abuela brindando con chicha de maíz frente a la tumba de su familiar, dando antes que 64
nada un sorbo a la tierra, a la Pachamama, para luego tomar por el difunto; de esta manera toda la familia toma y come lo que al difunto le gustaba y lo acompaña ese día tan especial en el que todas las puertas están abiertas, en el que se puede hablar con todos los ancestros, ellos están ahí presentes en la ronda, sentados, escuchando y conversando entre ellos a su manera. Hay otro momento complejo simbólico asociado sobre todo al entierro, dedicado a resaltar la seguridad de que solo se trata de un rito de paso. A continuación, presentamos unas imágenes de la despedida del difunto en el cementerio, agrego la ceremonia de purificación con plantas y sahúmos (todas las fotos son de la autora). Llegada de los “curanderos” del monte
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“A pesar de los esfuerzos repetidos por alejar a las almas del entorno de los vivos, las tumbas y enterramientos son lugares propicios para que las almas se presenten a los incautos que pasan solos de noche por sus inmediaciones. Las almas celebran bailes en los cementerios situados en los márgenes de la comunidad apartados del entorno de los vivos”. Según algunos cuentos de distintos familiares las almas son extremadamente caprichosas, pudiendo
arrebatar el ajallu (parte del alma humana) a las personas que caminan de noche por sus dominios. Conclusiones En nuestra cultura, el dolor que provoca la pérdida del ser querido y el temor a ese pasaje que nadie puede describir, ubican al tema de la muerte en un lugar importante y del cual se habla cotidianamente, y es uno de los ritos más importante en el mundo andino, ya que uno renace en el otro plano y se cree que seguirá viviendo, o sea no morimos. 66
“Nacimos para morir", sería una afirmación irrefutable que intentamos evadir para no enfrentarnos a la idea de que la vida corporal es limitada, y que el hecho de ignorar lo que sucede una vez cumplido el ciclo de vida en la tierra, nos enfrenta a una imponente sensación de vacío. Aunque ésta intente mitigarse desde las diversas creencias religiosas o espirituales, persiste inevitablemente en nosotros la impotencia de no poder saltear esa circunstancia inevitable. El dolor se instala en el momento de la pérdida y sólo se atenuará con el paso del tiempo y la posibilidad de su aceptación. Los rituales descriptos en este trabajo se vinculan, son prácticas que permiten la elaboración del duelo de una manera colectiva y comunitaria. En este contexto cultural, prevalece la creencia de que el difunto debe partir y los que quedan deben ayudarlo a que esta partida sea más sencilla para su paz eterna. Las creencias de los pueblos del NOA, aseguran que después de muerto el individuo, su espíritu aún pervive más allá de la muerte, tal vez en el cuerpo de las montañas o en sus piedras. De este modo la comunidad toda acepta la muerte como un inevitable pasaje que debe ser honrado. Es en este proceso la familia es muy importante, porque puede ayudar al deudo en la transición que esta experimentando, convirtiéndose en su fuente de apoyo, de intimidad, compañía y consuelo, apoyándolo para que este no quede solo en este pasaje al mas allá. Se crea de esta manera una realidad consiente sobre la percepción de la vida y la 67
muerte que se expresa en el ritual que pervive en la tradición familiar y comunitaria. Este trabajo fue elaborado fundamentalmente sobre la base de material de campo de primera mano y con él quisiera dejar un testimonio de amor a mi pueblo jujeño y al ancestral origen que me enorgullece. En estos tiempos de pandemia no se ha podido despedir el cuerpo como se los hacían, pero se continua, lavando su utensilio, su ropa y su casa momento donde más allá de la purificación se descontamina de diferentes energías y se siguen juntando para hacer sus plegarias y novenas, con los cuidados que implica. Recordemos el hombre y la mujer andina realizan ceremonias al universo a los espíritus, apus achachilas, en ella lo que hacen es renovar cada año su lazo con el universo y da cuenta que hay una conexión espiritual con los ancestros y ancestros, hay un ayni milenario, intercambios de energías entre vivos y muertos, energías vivientes, y es por ello que los ancestros son tan importantes como los vivos. Porque son quien hoy los cuidan y guían desde el mundo Invisible. Los abuelos dicen “cuidarlo a ellos es cuidarse a uno mismo así sembramos semillas en nuestros hijos, porque seremos cuidados, porque somos willka muju- semillas sagradas” Amalia Noemí Vargas* Referencias Bibliográficas Albó, X (2009), “Teología narrativa de la muerte andina, fuente de nueva vida”, en J. Estermann y A. Colque 68
(coords.), Teología andina: el tejido diverso de la fe indígena, La Paz, IseAT, tomo II, 275-303. Cazeneuve, J. (1957), Sociología del rito, Buenos Aires, Amorrortu. Cieza de León, P. (1984), La crónica del Perú, Lima, Inca. Cieza de León (1986), Descubrimiento y conquista del Perú, Madrid, Cambio 16. Citro, S. (2010), Cuerpos plurales: antropología de y desde los cuerpos, Buenos Aires, Biblos. Civila Orellana, V. (2012), Narrativa folklórica patrimonial: una perspectiva comunicacional (inédito). Cobo, B. (1964), Obras del P. Bernabé Cobo de la Compañía de Jesús, Ma- drid, Adas. Colatarci, M. A. (1994), “Aportes para el estudio de las celebraciones vigentes en la puna jujeña”, Mitológicas, 9: 15-46. Coluccio Félix. “Fiestas y costumbres de Latinoamérica” editorial Corregidor. 2° edición Impreso en Argentina 1991 Eliade Milcea.” Tratado de historia de las religiones y Mitos” Cristiandad. Madrid 1974. Páez Jorge – Dragosky Graciela “Fiestas y ceremonias Tradicionales” CEL Bs. As. 1972 Klarsfeld A; Frederic R. (2002), Biología de la Muerte. España. Complutense. Editorial Barcelona. Girault, L. (1988) Rituales en las regiones Anadinas de Bolivia y Perú. Impreso Talleres Gráficos Don Bosco, Bolivia. Paleari Antonio “Diccionario Mágico Jujeño” S.S. de Jujuy 1982 Teresa Porzecanski; (2008) El Cuerpo y sus espejos, Estudios antropológicos culturales. Editorial Planeta. S.A. Taylor G. (1987) Ritos y Tradiciones de Huarochirí del Siglo XVII. Lima: 1987: 411-414 cap. 27. Peru 69
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¿QUÉ ES LA MUERTE DESDE LAS CIENCIAS HUMANAS?
ROBERTO ÁGREDA MALDONADO18 (Bolivia) Introducción Este ensayo desarrolla reflexiones sobre la muerte desde las ciencias humanas, pero no de todas las ciencias del ser humano, sino de las más conocidas como la filosofía, la antropología, la psicología, las ciencias de la educación, el derecho y la ciencia política, y con esos conocimientos contribuir a la terapia psicosocial y cultural para combatir las consecuencias del Covid-19, que soporta 18
Nació el 29 de abril de 1966. Abogado, pedagogo, cientista social, escritor, conferencista y docente universitario de las carreras de Ciencias Jurídicas y Ciencias de la Educación de la Universidad Mayor de San Simón. Libros recientes: Filosofía de la educación (6ª ed., 2018), Diccionario del poder (2018), Diccionario de Psicología Jurídica (2018), Diccionario de filosofía (2018). 71
Bolivia desde marzo de 2020 hasta el presente, como parte del planeta Tierra. Responder al problema ¿Qué es la muerte para las ciencias humanas? No es una tarea fácil, requiere de la indagación en las ciencias mencionadas a partir de la producción intelectual de los autores que han trabajado muchos años, sus textos lexicográficos y desarrollar las inferencias que cada disciplina académica provoque y exponer con la mayor humildad posible. Con la esperanza de responder a las expectativas de encontrar repuestas a lo que es la muerte, desde un enfoque inter y multidisciplinario. Hacia una terapia psicosocial y cultural para combatir las consecuencias de la pandemia del Covid-19 en Bolivia. Desarrollo “Conocer es pensar lo que es: el conocimiento es cierta relación —de conformidad, de similitud, de adecuación— entre el espíritu y el mundo, entre sujeto y objeto (Comte-Sponville 2007:61).
La muerte es un fenómeno normal y comprensible de la mayoría de los seres vivos y claro del ser humano en particular. La muerte puede ser una consecuencia natural, algo accidental, hecho súbito o algo necesario cuando no se puede vivir, cuando hay demasiado dolor o existe ya una muerte cerebral. 72
La muerte es un tema que asusta, pero comprenderla, también puede servir de terapia psicosocial y cultural para combatir las secuelas de la pandemia del Covid.19 y otras causas de muerte, porque se desmitifica y se lo hace comprensible a la luz de la filosofía, la antropología, la psicología, las ciencias de la educación, el derecho y la ciencia política. La muerte para filosofía “Nosotros, que no somos sabios, que no somos más que aprendices de la sabiduría, esto es, filósofos, todavía hemos de aprender a vivir, a pensar, a amar. Nunca se acaba de aprender, y por eso necesitamos siempre filosofar” (Comte-Sponville 2007:164).
El campo de conocimiento de los filósofos de todos los tiempos es un desafío para comprender lo general de la naturaleza, la sociedad, la cultural, la ciencia y la tecnología. Es cierto como sistematiza André ComteSponville, la filosofía nos enseña a vivir bien y a aprender a morir. La sabiduría es la meta y la filosofía el camino (Comte-Sponville 2007:156). Adelante entonces. No se puede desarrollar un ensayo sin explicar el papel de la filosofía como una disciplina de la investigación del todo, dentro de él, el tema que atinge, la muerte a causa de la pandemia del Covid-19 u otra causa. La muerte ha despertado un enorme interés a los filósofos de todos los tiempos. Dicho interés se ha centrado en dos cuestiones: tratar de entenderla y tratar de aceptarla de modo que no afecta la vida. […] Sócrates insiste en varias oportunidades […] en que no le teme a la muerte e, incluso, en que puede 73
consistir en algo bueno para él […] En Platón, la muerte es un hecho liberador, que permite que el alma inmortal abandone el cuerpo y tenga la posibilidad de pasar un tiempo disfrutando de su vida inmaterial. […] Quizá el mejor argumento contra muerte sea el brindado por Epicuro. […] El argumento es simple: mientras alguien está vivo, la muerte no lo afecta. Cuando la muerte llega, no lo encuentra. Es decir, a la muerte no lo siente ni los vivos ni los muertos. Y como para Epicuro la sensación es la que brinda el criterio para distinguir lo bueno de lo malo, la muerte no puede ser considerada un mal (Santiago y Zorzut 2009:260261).
Por ello, la muerte debe ser comprendida como un suceso normal, lo que hay que aceptar y evitar que afecte a la vida de los que viven. Sin embargo, no se puede ignorar a la muerte. “Heidegger denomina a la muerte `la posibilidad más propia´ del hombre, puesto que es la única posibilidad que sabe con certeza que ha de realizarse” (2009:261), pase lo pase, se haga lo que se haga, aunque con José Luis Cordeiro19 y los nuevos descubrimientos de células que no mueren y las células que no mueren se pueden reemplazar, natural o artificialmente. Lo precedente es una esperanza de vida eterna. Sin embargo, para la mayoría para vivir dignamente hay que darle sentido a la vida y cuando se está a punto de perder, hay que renovar el sentido de la vida. Para no angustiarse es necesario recoger el pensamiento de Baruch Spinoza. “En Spinoza, la muerte, considerada desde el 19
Autor que escribió y brindó conferencia denominada: La muerte de la muerte. 74
punto de vista de sustancia, no es nada. Ya que la sustancia, como tal, nada pierde con la transformación de sus modos” (Spinoza cit. por Santiago y Zorzut 2009:261). Además “Spinoza sostiene que `el hombre sabio en nada piensa menos que en la muere´ (2009:261). Esto es importante, lo sabios no piensan en la muerte, sino en la vida, en la realización de sus ideales, de sus proyectos, de sus sueños, trabajan el presente y el porvenir. Hay que trabajar con libros, herramientas, máquinas, personas la vida y no la muere. La muerte para antropología Una de las ciencias más importante de las ciencias humanas es la antropología que estudia al hombre en relación con la tradición y la cultural de un espacio y tiempo determinados. Las ciencias sociales más influidas por la antropología son la psicología, la pedagogía, el derecho y la ciencia política. Para antropología el ser humano es un ser vivo que hace cultura y transforma todo lo que toca y a su vez, es transformado por todo lo que vive y muere de su contexto histórico y cultural. La Real Academia de la Lengua Española, define la muerte como la “1. Cesación o término de la vida. 2. En el pensamiento tradicional, separación del cuerpo y el alma […]” (RAE 2014:1508). Esta segunda conceptualización, asume en parte la antropología tradicional y las religiones. Esto se verá a continuación. En el mundo a nadie se le puede prohibir que escriba, es más se debe más bien estimular a todos a leer 75
comprensivamente, a pensar, a escribir y testimoniar la existencia humana. Henriette Eva Szabó publicó en forma privada el voluminoso Diccionario de la antropología boliviana y ella parece extranjera. Es un llamado a los antropólogos bolivianos que hagan su parte. Luego de esa digresión, se cita la explicación de la muerte que hizo la autora mencionada: Las ideas sobre la vida después de la muerte existen en todas las culturas. En Bolivia, en las diferentes culturas indígenas, muchas veces, las posesiones del difunto eran quemadas después de su muere para que nadie más las posea, porque se creía que su dueño les traía enfermedad o maldición. En otros casos, eran enterrados junto con el muerto para servirle en la vida de ultratumba. […] El rol de los muertos puede ser variado, benigno o maligno, pero siempre son respetados y temidos. En la cosmovisión andina la muerte no significa el fin de la existencia, sino pasar a otro mundo, continuando la existencia en otro nivel. […] Están presentes en el mundo de los vivos a través de los `achachilas` y diferentes partes de la naturaleza, y tienen un rol ambiguo: cuidan y protegen a los vivos, pero también pueden causar daño, por lo tanto, todo el año se les hacen ofrendas, especialmente en Todos Santos, pero su culto se liga con toda la estación lluviosa hasta más o menos Carnaval (Szabó 2008:466).
De la cita precedente se desprende e infiere que la muerte para la antropología boliviana basada en las tradiciones culturales prehispánicas, similar a la antropología de otros países, interpreta que la muerte no significa el fin de la existencia sino el pasar a otro mundo. 76
En la cultura andina, los muertos siguen realizando actividades, pueden ser buenas para unos y malas para otros. En síntesis, la muerte para la antropología boliviana basada en la cosmovisión andina, es un suceso de cambio de mundo, del mundo de los vivos, al mundo de los muertos que se visualiza en cada velorio, en cada entierro y en forma más amplia en la fiesta de Todos Santos. En el pensamiento teológico, el cambio de mundo, se racionaliza como la separación del alma del cuerpo del fallecido, que vivirá con la divinidad o por contrario con el diablo. La muerte para la antropología es un suceso cultural y tradicional de los seres humanos que dejan de estar entre los otros en forma física, para permanecer en forma más espiritual en los recuerdos de sus seres queridos. Las acciones del fallecido (verbales o de hechos) vivirán por siempre en las personas que los recuerden. La forma de la muerte es fundamental para explicar los efectos en sus seres queridos y otros conocidos o de personas que recién se enteran del muerto. La muerte para psicología Se parte de que la psicología es una ciencia humana que estudia los fenómenos psíquicos del ser humano, la subjetividad, la personalidad; lo interno, lo externo y lo latente, como producto de la relación del hombre con la naturaleza, la sociedad y la cultura.
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La muerte para la psicología, según Howard Warren es simplemente la “cesación definitiva de la coordinación en los organismos, produciendo la terminación de los procesos vitales” (Warren 2010:234). En cambio, para Friedrich Dorsch et al., la muerte es el Último destino natural del hombre, que se diferencia de todos los demás animales por conocer la propia muerte y trascenderla en su pensamiento. Por eso es importante psicológicamente que el hecho de la muerte suscite problemas filosófico-religiosos últimos acerca de la trascendencia, el sentido de la existencia y la escatología [psicología de la religión] (Dorsch 2008:509).
La muerte humana es interpretada como una especie de metamuerte, conocimiento de la muerte y por contrapartida, la valoración de la vida, el sentido de la existencia, que es más filosófica, y la psicología de la muerte. Por su parte, el psicopedagogo Alberto Merani, con la teoría de Freud, describe el impulso o instinto de muerte que tiende a la destrucción del individuo, su muerte; se presenta desde el punto de vista psicológico como huida de la realidad, y se opone a los impulsos de vida; como consecuencia de esta oposición, que impide la realización completa de ambos impulsos, el individuo solamente muere cuando se completa del todo el ciclo normal de vida (Merani 1979:109110).
A su vez, los psicoanalistas amplían la explicación y dicen que las pulsiones de la muerte 78
[…]tienden a la reducción completa de las tensiones, es decir, a devolver al ser vivo al estado inorgánico. Las pulsiones de muerte se dirigen primeramente hacia el interior y tienden a la autodestrucción; secundariamente se dirigirán hacia el exterior, manifestándose entonces en forma de pulsión agresiva o destructiva (Lagache, Laplanche y Pontalis 2013:336).
Intelección biopsicológica, de la destrucción de lo interior (el carácter, el temperamento) a la exterior (funciones vitales). En suma, se asume que la psicología explica la muerte como la cesación de las funciones vitales de un ser humano y como finalización de la personalidad humana, que evita las relaciones interpsíquicas individuos y las actividades intrapsíquicas de una persona. La muerte para las ciencias de la educación Las ciencias de la educación son disciplinas auxiliares de la pedagogía que desde sus objetos de estudio específicos estudian el proceso educativo. Otros autores asumen las ciencias de la educación como una macrodisciplina comprendería la pedagogía y otras ciencias con capacidad de resolver problemas del proceso educativo. Esta segunda perspectiva domina el ambiente académico, por ello las carreras que se inicialmente se llamaba pedagogía o afines ahora se llaman Ciencias de la Educación.
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En el mundo de las ciencias de la educación, la muerte puede ser explicada como el hecho que impide la formación, actualización o reeducación de la persona. La editorial española denominada cultura, en su diccionario de pedagogía y psicología define la muerte como el “cese completo, definitivo e irreversible de las funciones vitales” (Cultural 2002:225), que no dice mucho en relación a la educación. La extinción de la vida puede ser muerte súbita Aquella que sobreviene de un modo imprevisto y repentino. La muerte súbita es la principal causa de mortalidad de los bebes que tienen entre dos semanas de vida y un año. Los niños prematuros, varones o hijos de una mujer fumadora o drogadicta tienen más probabilidad que el resto de sufrir este tipo de muerte (Martí et al. 2003:309).
Una visión más médica que educativa, a no ser que quiera ver como prevención o preparación pedagógica para aceptar la muerte prematura por los padres. Se asume que la muerte en las ciencias de la educación, es un el hecho biológico individual que impide la formación, actualización o reeducación de un sujeto educativo, como cualquier ciudadano sin importar la edad y el nivel cultural. La muerte para el derecho La muerte para las ciencias jurídicas, es el “Fin, extinción, término, cesación de la vida, al menos en el aspecto corporal. Homicidio, sea casual o intencional. 80
Pena de muerte” (Martínez 1995:305). A lo que complementa Cabanellas: “Destrucción, ruina, desolación. Cese en una actividad, paralización de la misma” (Cabanellas 2006: 259). Forman parte de la familia de los términos jurídicos sobre la muerte: muerte aparente, muerte civil, muerte simultánea, muerte violenta, muerte accidental, muerte del imputado, muerte del trabajador, muerte natural, muerte presunta, etc. Néstor Darío Rombola y Lucio Martín Reboiras explica la muerte como no solo como el fin de la vida sino la consecuencia de ese hecho. El ser humano, al dejar la vida, trasmiten los derechos que poseían hasta entonces a las personas que le suceden o reemplazan; y por eso este acontecimiento debe hacerse constar de un modo solemne, para que no haya incertidumbre sobre los derechos que genera (Rombola y Reboiras 2011:658). Datos que son interesantes para fines judiciales, relativos a bienes, herencia y derechos. “El cuerpo de una persona muerta se denomina cadáver” (2011:658). Estos autores complementan su explicación con datos históricos sobre el muerto y el derecho. En la antigüedad, la práctica de ejecutar sentencias penales aun sobre cadáveres, era de frecuente uso. En la antigua España, la Ley de partidas, decía que ´muerto el delincuente, no ha de imponerse pena alguna a su cadáver, ni aun por razón de aquellos delitos en que puede procederse contra sus autores después de muertos, pues solo hay lugar de proceder en estos casos contra su memoria y sus bienes, y no 81
contra sus cuerpos´. No se oponía a esta disposición la práctica, en aquel entonces legal, de colgar por los caminos públicos a los ajusticiados, ni la de echar al mar o al río sus cadáveres, pues tales penas eran solo penas continuadas y no impuesta sobre el cadáver (2011:659).
Lo que no deja de sorprender, pero también hace entender que la muerte responde a una concepción jurídica de un tiempo y país determinado. Al que hay incluir, sus dominios ya sean colonias u otras categorías de regiones/territorios subordinados a otro país colonial o poscolonial. La muerte para la ciencia política La ciencia política es la ciencia humana y social que estudia el poder, la práctica política, los sistemas políticos y el comportamiento político. Lo que tal vez sirva en este discurrir, sería la muerte civil: Situación jurídica de antiguos ordenamientos que preceptuaban, en la vida de una persona, el despojo o privación de todos sus derechos civiles y políticos. En Roma se conoció en la forma la aquae et ignis interdictio (la privación del agua y del fuego), que empujaba a la emigración forzosa. La institución fue incorporada al Código de Napoleón, pero hoy está abolida por todas partes, excluidas ciertas formas de persecución de las tiranías. Tan solo un eco es la moderna interdicción civil, limitada a ciertos derechos (Ossorio 2009:631).
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Para emitir un comentario, es necesario completar lo anterior con la explicación del lexicógrafo político Rafael Garzaro, quien en su Diccionario de política explica lo siguiente: Condición jurídica en que quedaban los individuos a quienes se les privaba como parte de una condena por la comisión de un delito de todo derecho a intervenir en las actividades de una sociedad. Esta institución desapareció en el siglo XIX. También se consideraba en esa misma condición a los individuos que profesaban en una orden religiosa (Garzaro 1977:245).
Entonces, la muerte civil era un castigo que privaba a una persona de los derechos civiles y políticos que impedían participar en las actividades de su sociedad. La novedad de Garzaro, es que se aplicaba no solo a políticos sino también a integrantes de órdenes religiosas. La muerte en la ciencia política se asocia, en forma más directa, con la categoría de muerte política: Condición en que queda una persona que por decisión de la autoridad es despojada de todos sus derechos políticos, y queda, por tanto, privada de participación en los procesos políticos de su propio Estado. Esta medida es está generalizando en varios países suramericanos (:245).
La muerte política aparece como una especie de venganza política para privar al adversario de participar en actividades políticas en su propio país. Hay disposiciones legales con diferente grado y de variados ámbitos jurídicos que pueden ser usadas en esa dirección. Esto se evidencia 83
cuando caen o suben al poder grupos políticos de derecha o de izquierda, uno después del otro. Esto se ha abstraído como la judialización de la política y o politización de la justicia, tiene diferencias de matices, pero con la misma lógica sectaria, antijurídica y antidemocrática. La muerte para un revolucionario es un suceso normal como parte de la lucha política por una sociedad sin explotadores ni explotados. Es una entrega, un sacrificio, un servicio a la humanidad para contribuir a la realización social e individual. Las cárceles para los revolucionarios son escuelas, colegios y universidades para estudiar, escribir libros y transformar el mundo.
Conclusiones Por todo lo expuesto a lo largo del presente ensayo, se ha arribado a las siguientes conclusiones: Primera. Inicialmente la muerte es un fenómeno normal y comprensible de la mayoría de los seres vivos y claro del ser humano en particular. La muerte puede ser una consecuencia natural de envejecimiento, algo accidental; un hecho súbito o algo necesario cuando hay demasiado dolor o haya una muerte cerebral. Segunda. La muerte desde la filosofía tiene el mismo significado que el nacer. Por ello, la muerte debe ser comprendida como un suceso normal, lo que hay que aceptar y evitar que afecte a la vida de los que viven. La muerte puede llegar, se haga lo que se haga, pero no hay 84
que destruir o destruirse por ello. Aunque con José Luis Cordeiro y los nuevos descubrimientos de células que no mueren y las células que mueren se pueden reemplazar, natural o artificialmente, se abre la esperanza de una vida indefinida. Sin embargo, dentro de la certeza de la mayoría que esta segura de la muerte, se debe dar sentido a la vida y cuando se está a punto de perder, hay que renovar la razón de vivir e incluso para morir en paz. Tercera. La muerte para la antropología boliviana basada en la cosmovisión andina, es un suceso de cambio de mundo, del mundo de los vivos, al mundo de los muertos lo que se manifiesta de forma natural en los velorios, en los entierro y en la festividad de Todos Santos. cuarta. La muerte desde la psicología es la conclusión de la personalidad humana, por ausencia de contacto interpsíquico y actividad intrapsíquica. Quinta. La muerte para las ciencias jurídicas es la finalización de un ser humano sujeto de derechos y susceptible de obligaciones, pero que sigue los derechos de los herederos sobre los bienes del muerto. Está regulado en las leyes y códigos las consecuencias de la muerte y también la muerte presunta, por la desaparición de una persona más allá de un plazo determinado. Los términos allegados son homicidio, suicidio, asesinato, pena de muerte, presunción de la muerte, muerte violenta, muerte accidental, muerte súbita, muerte del trabajador, etc. Sexta. La muerte para la política, hace siglos hacía referencia a la muerte civil, que era la pérdida de derechos 85
civiles y políticos y daba lugar a la migración o al exilio. Ahora se habla más de la muerte política, aplicada por gobiernos dictatoriales democráticos o de facto que evitan que ciertas personas participen en actividades políticas de un Estado, como enemigos políticos ya sean de izquierda o derecha, los unos y los otros, con argucias jurídicas y/o de otra naturaleza como la judicialización de la justicia o politización de la justicia. Novena. La muerte para un revolucionario es una acción transformadora que aporta a una lucha por una sociedad sin explotados ni explotadores, para una sociedad equitativa y solidaria. Recomendaciones En base a las conclusiones se sugieren las siguientes acciones: Primera. Antes y durante una ola de pandemia, las instituciones llamadas por ley con el asesoramiento de los profesionales pertinentes deben realizar campañas para preparar psicológicamente a los habitantes de un país para que enfrente en forma madura ese peligro y evitar se siembre terror, miedo, desesperación, estrés y otros daños psicológicos que aceleran o a veces provocan la muerte. Segunda. Difundir por los medios de comunicación una terapia psicosocial y cultural que disminuya los efectos del Covid-19 para las personas o familias que tienen uno o varios enfermos o que han perdido a un ser querido por el Covid-19.
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Tercera. Realizar un estudio de tesis sobre la muerte en casos de personas con muerte cerebral o cuando la curación en tan dolorosa que valdría más morir que vivir y casi con una mínima posibilidad de que el enfermo recuperé la vida en forma satisfactoria. Referencias Bibliográficas Cabanellas de Torres, Guillermo 2006 Diccionario jurídico elemental. Actualizado, corregido y aumentado por Guillermo Cabanellas de las Cuevas. Buenos Aires: Edit. Heliasta. Comte-Sponville, André 2007 Invitación a la filosofía. Trad. Dalia Ares. Buenos Aires: Edit. Paidós. Cultural Editorial 2002 Diccionario de pedagogía y psicología. Madrid: Cultural S.A. Dorsch, Friedrich et al. 2008 Diccionario de psicología. Trad. Diorki. 9ª reimp. Barcelona: Edit. Herder. Garzaro, Rafael 1977 Diccionario de política. Prólogo E. Tierno Galván. Madrid: Edit. Tecnos. Martí Castro, María Isabel et al. 2003 Diccionario enciclopédico de educación. Madrid: CEAC. Martínez de Navarrete, Alonso 1995 Diccionario jurídico básico. Buenos Aires: Edit. Heliasta. Merani, Alberto L. 1979 Diccionario de psicología. 3ª ed. México: 87
Edit. Grijalbo. Ossorio, Manuel 2009 Diccionario de ciencias jurídicas, políticas y sociales. 27ª ed. Argentina: Edit. Heliasta. Piaget, Jean 1999 De la pedagogía. Trad. Jorge Piatigorsky. Introducción Silvia Parrat-Dayan y Anastasia Tryphon. Buenos Aires: Edit. Paidós. Real Academia de la Lengua Española 2014 Diccionario de la lengua española. 23ª ed. Madrid: Grupo Editorial Planeta. Rombola, Néstor Darío y Lucio Martín Reboiras 2011 Diccionario de ciencias jurídicas y sociales. 6ª ed. Argentina: Edit. Ruy Díaz. Santiago, Gustavo y Verónica Zorzut 2009 Diccionario de filosofía. Buenos Aires: Edit. Valletta. Szabó, Henriette Eva 2008 Diccionario de la antropología boliviana. Santa Cruz: Edit. Simple Estudios. Warren, Howard (compilador) 2010 Diccionario de psicología. Traducción y revisión E. Imaz, A. Alatorre y L. Alaminos. 4ª ed. México: Edit. FCE.
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LA MUERTE POR LA VÍA EQUIVOCADA
RÓMULO RAÚL LÓPEZ SORIA20 (Bolivia) El suicidio es el acto voluntario de quitarse la vida que generalmente lo hace alguien en un momento de mucho dolor, sufrimiento, ofuscamiento con la vana esperanza de poner fin a este suplicio; pero no sucede así. Todo lo contrario, y es que el suicida continúa sufriendo después de la muerte con pensamientos obsesivos del trágico momento, a los que se suman entidades oscuras que aumentan su sufrimiento, pues estas entidades oscuras se alimentan con el sufrimiento. Y la manera de ayudar al suicida es que sus familiares o amigos lo que el suicida rechazo, por ejemplo, una decepción por algo que podía tener solución. o sea que 20
Nació en Oruro, Bolivia el 6 de julio de 1946. Médico, narrador y poeta. Se lo conoce más con su seudónimo Nevado Andeslis. Asiste a eventos literarios y culturales con mucha asiduidad. Libros. Novela: Potosí entre dos siglos (1992), Amadis el soñador amante (1997). Sublime arco iris en el puente del Topater (2000). Poesía: Hades y naves I (1998), Hades y naves II —poemas y cuentos— (2000), El águila y el Silala (2019).
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sufre el suicida sufren los amigos, los familiares. Además, este acto va contra las leyes naturales y universales. Dale Carnegie en su libro: Como suprimir las preocupaciones, explica que son más los norteamericanos que se suicidan que los que mueren de las 5 enfermedades transmisibles corrientes. Sobre el sufrimiento de los suicidas después de su trágica determinación se debe tomar en cuenta la enseñanza universal. Es importante advertir que cuando alguien manifiesta la idea de suicidarse, tiene que ser atendido por un psicólogo, un médico, un psiquiatra y si el caso es álgido será conveniente la hospitalización. En síntesis, hay que evitar el suicidio
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LA MUERTE, ¿NACIMOS CON ELLA?
MARÍA LUISA ROMERO OLAÑETA21 (Bolivia) Este trabajo es un resumen de varios libros sobre la muerte y una inferencia en base a la reflexión de los mismos. Seguro algún día todos nos hemos preguntado sobre la vida y la muerte de ¿de dónde venimos? ¿A dónde iremos después de nuestra muerte? Son preguntas que los seres humanos nos hacemos constantemente. Cuando no sabemos de dónde venimos ni a dónde iremos luego de nuestra muerte, significa que vivimos y
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Nació en Sucre, Bolivia el 7 de marzo de 1981. Profesora de Comunicación, Lenguaje y Literatura, Normal Católica Boliviana 2005. Licenciada en Lenguaje y Literatura, Universidad Pedagógica 2017. Diplomado den Gestión Educativa Estudiante de Psicología Jurídica. Carrera de Derecho. Facultad de Ciencias Jurídicas y Políticas. Universidad Mayor de San Simón. Gestión 2021. 91
morimos de una forma confusa, sin saber ni comprender realmente el sentido de la vida. La muerte nos acompaña, nos persigue, nos obsesiona, es nuestra eterna compañera. No podemos escapar de ella y no solo porque nos llegará el momento, sino por todas las personas que vemos morir cada día y también, con toda posibilidad, de las que mueren sea para que nosotros vivamos mejor y vemos también que es curiosa la amabilidad de la gente cuando uno ya está muerto. A la mayor parte de nosotros nos es indiferente la muerte de las personas. Únicamente cuando lo vemos en la televisión o el internet, con bastante crudeza o cuando muere alguien cercano tomamos conciencia de lo que es. Normalmente no pensamos en ella, hasta que ya es demasiado tarde. Esta es la idea que quiero transmitir; que no solo hay que aceptarla y asumirla, sino vivir con ella y tenerla siempre presente. Pienso que morir es un proceso que inicia cuando los humanos nacemos, ¿Desde que fuimos engendrados? Iniciamos una curva ascendente que llega a la cúspide en el momento de nacer, para de ahí, iniciar el declive, es decir morimos desde que nacemos; el proceso al principio lento, se acelera a medida que el tiempo avanza, hasta llegar al fin. Quizás nuestro mayor miedo a la muerte en realidad sea un miedo a la vida o tal vez a que la vida se nos va día a día con cada minuto que pasa, se consume hasta llegar 92
inevitablemente al final del camino donde nos espera la muerte, es como fingir para evitar que el tiempo pase y así llegue más pronto el tiempo de la partida. Por eso hablar de la muerte y sus circunstancias se ha convertido en un tema tabú y para muchos de nosotros admitir que la vida es limitada, nos produce una horrible sensación de vacío; nos cuesta reconocer que parte del proceso de crecer, es aprender a convivir con ella, nacimos para morir. Sobre la muerte y los procesos que se viven han escrito algunos autores: Elizabeth Kubler-Ross (8/Jul/192622 24/ago/2004) , en su libro Sobre la muerte y los moribundos dice: "Hay muchas razones por las que no se afronta la muerte con tranquilidad, ya que morir se ha convertido en algo solitario e impersonal, porque a menudo las personas enfermas son arrebatados de su ambiente familiar y llevado a un hospital donde se les trata como a seres sin 22
Fue una psiquiatra suizo-estadounidense, pionera en los estudios cercanos a la muerte y autora del libro más vendido a nivel internacional, On Death and Dying (1969), donde primero discutió su teoría de las cinco etapas del duelo, también conocida como el " modelo de Kübler-Ross". El 2007 en el Salón Nacional de la Fama de la Mujer fue nombrada por Time como una de las "100 Pensadoras Más Importantes del siglo XX” y recibió diecinueve títulos honoríficos. En julio de 1982, explicó a 125.000 estudiantes lo que es la muerte y los moribundos en colegios, seminarios, escuelas de medicina, hospitales e instituciones de trabajo social. 93
derecho de opinar, tomando otros las decisiones por ellos, olvidándonos que estas tienen sentimiento, deseos, opiniones y sobre todo el derecho a ser escuchadas y a tomar la decisión de si quieren o no estar en ese lugar. Alberth Schweitzer23, escribió: "Si queremos llegar a ser buenas personas de verdad, debemos familiarizarnos con la idea de la muerte. No necesitamos pensar en ella todos los días ni a cada hora. Pero cuando la senda de la vida nos conduzca a una posición ventajosa donde el paisaje alrededor desaparezca, y contemplemos la vista distante hasta el mismo final, no cerremos los ojos. Hagamos una pausa por un momento, observemos el paisaje lejano, y luego prosigamos. Pensar en la muerte de este modo produce amor por la vida. Cuando estamos familiarizados con la muerte, aceptamos cada semana, cada día como un don. Solo cuando somos capaces de aceptar así la vida, poco a poco ésta se torna preciosa"
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Nació en Kaysersbergen, Alsacia y Lorena (en ese entonces parte del Imperio Alemán y en la actualidad, de Francia) el 14 de enero de 1875. El pequeño Albert vino al mundo en un hogar lleno de influencia musical y sentido cristiano. Su padre Luis Schweitzer, era pastor protestante y su madre, hija de un organista famoso. En 1917 fueron llevados a Francia. Allí Albert aprovechó para escribir Filosofía de la civilización, un tratado de ética en el que analizaba la decadencia de las sociedades modernas, en el tocó el tema de la muerte. 94
Freud dice en su trabajo: "Consideraciones de actualidad sobre la guerra y la muerte" ¿Qué sucede con esta suerte de viscosidad de la libido, que se niega, cuando ha perdido algo, a pasar a otra cosa? Al describir el proceso por el que la libido se dirige a los objetos, dice que estos pasan en cierto modo a estar incluidos en nuestro yo, de modo que se trata de un pedazo del yo, en definitiva, de lo que hay que desprenderse. Cada uno de aquellos seres amados era, en efecto un trozo de su propio y amado yo. El hombre aprende por el otro, la experiencia dolorosa de la propia muerte. La propia muerte es imaginable, siempre que intentamos aproximarnos a ella lo hacemos con respecto a la muerte del otro, adoptamos una actitud convencional que se derrumba cuando se trata de lo (la) pérdida de una persona amada. Enterramos con ella nuestra esperanza, nuestras aspiraciones y nuestros goces, no queremos consolarnos y nos negamos a toda sustitución del ser perdido. Christine Longaker24 en su libro Afrontar la muerte y vivir con esperanza dice:
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Es la exdirectora del hospicio del condado de Santa Cruz (California) y es considerada una pionera en el movimiento de hospicio. Ha brindado capacitaciones sobre el cuidado de los moribundos en todo el mundo desde 1978. Codiseñó la capacitación acreditada de la Universidad de Naropa en 'Atención contemplativa al final de la vida', y es autora de Enfrentando la muerte. Buscando la esperanza: Una guía para el cuidado emocional y espiritual de los moribundo, que se ha traducido a nueve idiomas y se utiliza en centros de cuidados paliativos en todo el mundo. 95
"Para la mayoría de nosotros morir significa tener que experimentar un cierto sufrimiento inevitable". Es así que vemos la muerte desde distintos puntos de vista como el amor es el sentimiento que mayores recompensas y satisfacciones puede brindarnos. Es por medio del amor que logramos vivir, por eso, perder a la esposa o esposo de toda una vida causa un vacío que las demás personas no pueden llenar. Cuando la compañera o el compañero nos abandona para siempre, se inicia el proceso de duelo más doloroso que existe, según los estudios pues deja una herida emocional inevitable, ya que esto implica, además de la partida del compañero, la partida del amigo, el amante, protector y hasta un estilo de vida; lo cual obliga a reaprender muchas cosas. Las personas de la tercera edad se enfrentan tarde o temprano a la inexorabilidad de la muerte. Las múltiples perdidas que acompañan al proceso del envejecimiento conducen paulatinamente a la toma de conciencia de la propia muerte como acontecimiento próximo e inevitable. Lamentablemente el consumo de alcohol y otras drogas, así como el trabajo y el ocio, se han convertido en herramientas para evadir el sentimiento trágico y la angustia que produce la muerte. Antes era un proceso que antes ayudaba a las personas a desarrollar una mayor valoración sobre la vida. Esto también se traducía en priorizar a los seres queridos, disfrutando al máximo cada momento con ellos.
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Hoy en día nuestras nuevas generaciones no comprenden la fragilidad de su existencia, y suelen desperdiciar el tiempo en actividades poco relevantes que caracterizan a esta era digital. Aunque la certeza de la muerte puede resultar en un primer instante algo aterrador, también permite entender que cada día posee un valor incalculable. Cuando se tiene esto en claro, cualquier individuo llega a la conclusión de que debe descartar todo aquello que resulta frívolo y superficial. Dentro de lo posible, el tiempo no tiene que ser desperdiciado de ninguna forma, y debe enfocarse a la trascendencia personal en distintos niveles. Conclusiones Se podría decir que la muerte es la negación de la vida, la muerte es algo que directamente impacta, es lo que cada ser humano toma en cuenta en consideración a la simple razón que representa el final de nuestra existencia. Por el solo nacer toda persona nace con la muerte, porque no hay otra cosa segura que va ocurrir con Covid19 o sin Covid-19, se haga lo que se haga y pase lo pase.
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Fuente: https://www.google.com/search?q=im%C3%A1n+po%C3 %A9tica+de+la+muerte&rlz=1C1CHWL Consultado Cbba., 19/7/2021
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¿EXISTE LA MUERTE?
ELENA ROSSIO LINEO FLORES25 (Bolivia) Introducción Sin duda la pérdida de un ser querido siempre será uno de los eventos más difíciles y dolorosos por los que todos debemos atravesar en un momento de nuestras vidas; la muerte forma parte de nuestro cotidiano vivir, sin embargo, ¿cuánto hacemos por entenderla? Nos encontramos muy afanados en nuestras actividades como si ella no estuviera latente en nuestro existir y solo cuando la sentimos próxima hacemos un alto; nos preocupamos por lo que hicimos, lo que debimos hacer, lo que debimos decir, lo que callamos…es cuando nos damos cuenta de que no supimos aprovechar el 25
Nació en Potosí 23 de noviembre 1975. Licenciada en Contaduría Pública. Actual gerente Administrativo y Financiero de la empresa SERING S.R.L. Hasta la fecha aportó 24 años con servicios para la construcción del país. Además de trabajos realizados en Brasil y Perú. Cursa el primer año de la Carrera de Derecho de la Faculta de Ciencias Jurídicas y Políticas en la Universidad Mayor de San Simón. Gestión 2021. 99
tiempo presente, el hacer de un día ordinario en algo extraordinario. Desarrollo Para entender un poco de la muerte, les hablaré del libro, La muerte un amanecer (1989), escrito por una maravillosa e increíble mujer quien es Elisabeth Kübler Ross26 Psiquiatra, escritora y pionera en tanatología. Ella cuenta con un registro documentado de más de 30 mil casos de personas a las que se les declaro clínicamente muertas y regresaron a la vida. Personas a las que ella acompaño y genero un contacto tan afectuoso que podemos decir que pudieron tener una muerte digna, debido a su entrega en la preparación del enfermo y de la familia. La muerte es una experiencia general e independiente del hecho de que quien sea, la edad, el sexo, la condición social o económica, si es creyente o ateo. Es un evento natural similar al nacimiento. ¿Morir debería ser triste? Nació en Suiza el 8 de Julio de 1926. Fue una reconocida psiquiatra, pionera en los estudios sobre la muerte cercana, y autora del libro On Death and Dying en 1969 donde se realizan las primeras discusiones del modelo de Kübler-Ross. Cuenta con un registro documentado de más de 30 mil casos de personas, a quienes se les declaro clínicamente muertas y regresaron a la vida. Recibió numerosos premios y reconocimientos, entre ellos, 25 doctorados honoríficos. En 2007 se le coloca en el Salón Nacional de la Fama de la Mujer en Nueva York, Estado Unidos de América. Falleció en EUA Arizona, a los 79 años, el 24 de agosto de 2004. 26
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¿Qué sucede en el momento de morir? La escritora Elisabeth nos hace entender y aceptar que la muerte tiene tres etapas: 1. Primera etapa: Fallecimiento del cuerpo humano, lo equivalente a salir del capullo para el vuelo de la mariposa. 2. Segunda etapa: Abandonar el capullo. (sin interesar la causa). Cuando el alma deja el cuerpo empiezas a percibir todo lo que sucede en el lugar donde la persona murió. Te sientes, sano, fuerte, con una sensación indescriptible de amor. El cuerpo es como una casa ocupada de modo provisional. Morir significa, simplemente, mudarse a una casa más bella. Entre los numerosos casos científicamente documentados por Elisabeth, citare dos: - Relato de la niña de 12 años y su hermanito. - Relato de la enfermera y el accidente de laboratorio. Nadie muere solo, la mayoría de las personas documentadas en ese estudio afirmaron haber sido recibidos por un ser querido que había fallecido y otros afirman haber encontrado un guía espiritual. 3. Tercera etapa: Encuentras el cielo que te imaginaste ya sea cruzando un túnel, flotando, o pasando un puente. Al cruzar el túnel te encuentras 101
con una luz blanca que te envuelve y te hace sentir el más grande e indescriptible e incondicional amor que hayas podido imaginar. Elisabeth nos dice, que debemos aceptar con humildad, que hay millones de cosas que no entendemos todavía, pero esto no quiere decir que sólo por el hecho de no comprenderlas no existan o no sean realidades. (Ejemplo el silbato de un perro, el no oírlo no significa que no exista). Debemos entender que la muerte no es más que un desprendimiento del cuerpo físico, NO es el final sino el principio de una nueva vida. La vida es solo un pedacito de toda nuestra maravillosa existencia. Hay que aprovecharla mientras la tenemos Reflexión Nunca es fácil, pero debemos darnos una oportunidad AHORA, antes de ser uno de esos miles de moribundos con los que habló Elisabeth Kübler-Ross y que se lamentaron por lo NO VIVIDO. Al final siempre es MIEDO: a la falta de dinero, a las críticas, a la incomprensión, a nuestras capacidades, al futuro …
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Ojalá las enseñanzas de esta gran mujer y sus miles de pacientes nos den a todos el VALOR para vivir siguiendo nuestro corazón y nuestra conciencia. Es muy importante que hagas lo que de verdad te importa sólo así podrás bendecir la vida cuando la muerte esté cerca. Vive de tal forma que al mirar hacia atrás no lamentes haber desperdiciado la existencia. Vive de tal forma que no lamentes las cosas que has hecho, ni desees haber actuado de otra manera. Vive con sinceridad y plenamente vive. Conclusión A veces la vida no es fácil, pero cada día es una oportunidad que debemos recibir con agradecimiento y tener la enorme satisfacción de terminar el día sabiendo que dimos lo mejor, solo así estaremos preparados para partir. Relación con la Psicología Jurídica Este libro tiene relación con la unidad 5 la Psicología Forense de Psicología Jurídica, por cuanto la temática hace referencia a la muerte hecho que es susceptible de terapia para la familia de la víctima, el victimario. También porque la persona que muere, puede
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ser objeto de una autopsia psicológica, cuando se desconoce o se duda de la causa de la muerte. Referencia Bibliográfica KUBLER, Elisabeth. 1989 La muerte… un amanecer. s/l: Editorial Luciérnaga
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LA MUERTE, LA ESPIRITUALIDAD Y LAS PRÁCTICAS AGROPECUARIAS ENTRE LAS COMUNIDADES CAMPESINAS DE TOROTORO27
AMÍLCAR ZAMBRANA BALLADARES28 (Bolivia) Resumen El presente trabajo consiste en una aproximación antropológica a las percepciones e interacciones andinas relacionadas con los muertos y el mundo espiritual. Introducción Si existe una experiencia que de modo universal nos provoca incertidumbre y es un misterio para los humanos es sin duda la muerte. Así, mueren seres amados, familiares, amigos, mascotas, plantas y hasta nosotros mismos. Desde el punto de vista de la biología, la muerte 27
Versión preliminar de una investigación en curso. Antropólogo. Docente e investigador de la Facultad de Ciencias Sociales de la Universidad Mayor de San Simón. Músico y compositor boliviano. Autor y coautor de ensayos, artículos científicos y libros sobre su especialidad. 28
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simplemente supone la extinción de la vida, es decir, la finalización de la existencia de los organismos vivos (animales o vegetales). En antropología, sin embargo, el problema plantea mayor complejidad que en ciencias naturales, pues esta realidad orgánica universal contrasta con una diversidad de concepciones, percepciones y representaciones sociales, así como con una multiplicidad de comportamientos, actitudes y rituales aprendidos, compartidos y recreados continuamente por los diferentes grupos sociales. Por ello, cabe subrayar que no existe una sola forma cultural de interpretar a la muerte ni de actuar frente a ella, como tampoco existe una cultura universal que dé sentido a dicha posibilidad. Aunque la colonización europea conllevó un sistemático y prolongado proceso de dominación social, cultural y económico sobre los pueblos conquistados, en la actualidad continúan vigentes concepciones, visiones y prácticas prehispánicas sobre la muerte, las cuales desafían a la modernidad eurocéntrica y a sus unívocas cultura occidental y religión judeocristiana. A nuestro juicio, la vigencia de una diversidad de formas alternas de procesar la muerte principalmente tiene que ver con tres cosas: Primero, con el hecho de que la tradición cultural local y los recursos simbólicos con los que ésta cuenta -para hacerla inteligible y asimilable- son eficientes para enfrentar a la muerte y luego recomponer el orden social interpelado por dicho suceso. Segundo, con el hecho de que los modos particulares de concebir y experimentar esta realidad están articulados, de modo interdependiente, a otros elementos culturales con los que entran en correlato y son parte del mismo sistema cultural. Tercero, porque estos conceptos, discursos y prácticas religiosas son parte de las actividades productivas realizadas por los 106
campesinos en el marco de sus ancestrales estrategias de supervivencia y recreación de sus proyectos de vida y desarrollo. Desde épocas prehispánicas, los pueblos de la región andina asignaron a la muerte una importancia sustancial, tanto en su vida diaria como en sus sistemas de comprensión, interpretación y representación de la realidad. Desde una visión cíclica, en la que la historia y el tiempo no son lineales ni definitivos, sino circulares y reversibles (Fernando Silva 1978), la muerte representa una etapa más en la existencia de los sujetos, pero no su inexorable final, como en la cultura occidental. Ella permite el paso de un mundo hacia otro, el tránsito del mundo de los vivos hacia el mundo de los muertos, donde los difuntos pasan al plano de lo indómito y se transforman en espíritus protectores y benefactores de su grupo social, si éste los honra y rememora habitualmente; o se convierten en seres malignos y peligrosos, si su sociedad no guarda observancia a las normas de convivencia tradicionales o simplemente si su grupo social los olvida (Harris, 1983; Van den Berg, 1990). Tiempo y espacio Una expresión de la importancia que para los pueblos andinos tiene la muerte, y los seres míticos, tiene que ver con su particular concepción de tiempo y espacio, así como con la asociación que establecen entre el mundo espiritual, las estaciones del año y el territorio. Según esta, el calendario andino está dividido en dos épocas o periodos temporales (Jocquenghem, 1998 o Harris): el primero está asociado al ámbito masculino (awti), a un tiempo seco, soleado y frío; el segundo, en cambio, está 107
asociado al ámbito femenino de la realidad, a la llegada de la época lluviosa, húmeda y fértil (Jallupacha). De acuerdo a la permanencia o el cambio de estaciones conllevan implícita la realización de una serie de ceremonias, rituales y ofrendas cuyos principales destinatarios son los muertos y los seres espirituales que pueblan el universo social andino. Cabe señalar que, como producto de la presión ejercida por la colonización europea, muchas ceremonias y fiestas de origen prehispánico se encuentran encubiertas en el calendario de celebraciones oficiales de la Iglesia Católica. Como en todo proceso de encuentro cultural disímil, esta institución religiosa se ha esforzado por cambiar el contenido y los significados originales de las celebraciones religiosas indígenas para reemplazarlos por otros culturalmente más acordes con su sistema de dominación; sin embargo, al parecer, este esfuerzo ha tenido un éxito parcial, pues detrás de las celebraciones católicas continúan vigentes, y gozando de mucha vitalidad, lógicas, sentidos y propósitos prehispánicos. El culto a la muerte y a los seres míticos se explicita en la realización periódica de rituales al espíritu de sus muertos, entre ellos el encendido de velas que los días lunes muchas familias realizan en torno a la imagen de sus seres queridos; la realización de “misas de almas” que por encargo de los familiares se realizan en la iglesia católica; la celebración de la fiesta de los Difuntos, a principios de noviembre; las ofrendas que se hacen en honor a los espíritus que moran en áreas deshabitadas; las ofrendas y libaciones que los padres de niños asustados hacen a la zona en que se asustaron; los diversos rituales que se realizan en torno a los recién nacidos y no bautizados, para garantizar su seguridad emocional; entre otros. 108
Intuimos que la realización de los diversos rituales y eventos festivos agrocéntricos tienen el propósito de restaurar la armonía y tejer lazos de reciprocidad y solidaridad con la naturaleza, a través de la mediación de los difuntos; asimismo, tienen el propósito de restituir a los muertos en el grupo social al que pertenecieron en vida. Así, por un lado, los muertos son incorporados al conjunto de seres espirituales que ayudan y protegen a su comunidad de origen; y, por otro lado, se constituyen en modelos ideales a imitar, por parte de las generaciones más jóvenes del grupo. Relación con el territorio El hombre andino conoce detalladamente su espacio y emplea una serie de estrategias y recursos nemotécnicos para aprehender sobre la realidad social de su territorio; reconocer cada parte de él e identificar sus características y atributos individuales. Entre dichas estrategias podemos mencionar el uso de toponimias que hacen alusión a las características morfológicas de la zona, a los elementos naturales que en ella existen, al color y temperatura de la tierra, a la proximidad de entre otros factores. Los muertos y los Saqras Debido a que, en la visión local, la muerte es parte del ciclo de la vida, al morir, las personas continúan siendo susceptibles de ser atacadas por los espíritus malignos (o Saqras) que habitan en el ukupacha (mundo de adentro o dimensión oculta de la realidad); que es el plano al que son integradas con su muerte. En este caso, la muerte hace que el peligro de ser atacados por espíritus malignos se potencie, pues, así como cuando eran fetos o se 109
encontraban sin recibir el bautismo, con la muerte ingresan a un mundo donde están sujetos a las reglas de la oscuridad, del mundo de lo indómito, lo phuruma. Por esta razón, familiares y amigos deben orar por ellas y facilitarles dones para sobrellevar su largo y solitario camino hacia su destino. Algunas acciones que sus familiares realizan para ayudarles, consisten en sacrificar perros negros para que éstos los acompañen en su larga caminata hacia el mundo de los muertos (el oeste), brindarles alimentos, lavar y quemar sus prendas íntimas, perdonar sus deudas o iluminar su camino en los denominados “alma días” (ocho días, tres meses, un año, tres años, Carnavales, Pascua, Todos Santos y cada primer viernes del mes). Si bien las almas son susceptibles de daño por parte de los Saqras, también tienen la capacidad de influir en las fuerzas espirituales que manejan los fenómenos climáticos. Por ello, en calidad de representantes de su familia y su comunidad pueden ayudar a que haya lluvia, que no caiga la helada u otras desgracias. Por ello, los campesinos dialogan con los espíritus de sus seres queridos y piden la ayuda de quienes en vida fueron grandes líderes en su comunidad, aunque no hayan sido sus familiares en vida, pues en la muerte son Achachilas (seres espirituales benefactores de toda la comunidad). Así, por ejemplo, antes de realizar la roturación de los suelos agrícolas, deben ofrendar una q’ua y pedir permiso a las “cumbreras”, es decir, a los espíritus de los ancestros que habitan en las cumbres y otros parajes. Lo propio deben hacer para recoger los primeros productos agrícolas antes de la cosecha, luego de adornarlos, 110
cargarlos y hacerlos bailar durante su visita a las diferentes chacras de sus familiares y amigos (esto se conoce como Anata o carnaval). Al acudir a recoger leña, los pobladores del campo deben pedir permiso para ingresar a las áreas forestales, y en particular deben evitar acercarse y recoger leña de donde cayó el rayo, pues estos lugares y la leña queman la piel de los visitantes y contienen portales que llevan a otros mundos diabólicos. Dichos espacios son parte del territorio de espíritus llamados saqras (malignos), los cuales podrían maldecir y hacer enfermar a los recolectores de leña. Esto mismo pasa con los remolinos de viento, las vertientes, los arcoíris o los humedales, pues los espíritus que moran en ellos no tienen piedad con los visitantes inoportunos; por ello, los torotoreños deben guardar estricta observancia a las normas y reglas de comportamiento social y cultural. Periodos de reencuentro con los difuntos Aunque entre los especialistas no existe acuerdo en torno a la forma en que los pueblos andinos dividen los periodos del año, advertimos que las comunidades norte potosinas reconocen tres ciclos climáticos, frío (de abril a julio), seco (de agosto a octubre) y lluvioso (noviembre a marzo). En cuanto a los rituales funerarios, sin embargo, al igual que otras comunidades de la región29, evidenciamos que los campesinos de Torotoro reconocen dos periodos temporales en los que realizan ceremonias dedicadas a los muertos. El primero de ellos se vincula con los rituales que dan inicio a las actividades de siembra y 29
Por ejemplo, de acuerdo a Harris (1983), los Laymis también reconocen dos periodos festivo-rituales: el tiempo que inaugura la siembra y el tiempo que inaugura la cosecha. 111
pedido de lluvias, que a su vez se caracteriza por ser de mayor laboriosidad y solemnidad; el otro, por su parte, se relaciona con los rituales de precosecha, conocidos como “anata”, entre los aymaras. Este último es un periodo más bien alegre y festivo, que, tal vez por influjo del carnaval europeo, propicia el juego y la ruptura del orden social establecido; ejemplos de ello son el robo consentido de productos agrícolas entre vecinos y el pícaro contenido de las coplas que se cantan en carnavales. La división del calendario ritual funerario en los dos periodos citados se refuerza por el hecho de que existen ritmos e instrumentos musicales sacralizados exclusivos de cada uno de ellos. Así, durante la época seca, que está asociada al lado masculino de las cosas, pues, en el mundo andino, hasta los cerros y las plantas poseen identidad sexual, los instrumentos que pueden tocarse son el siku y el jula jula. En cambio, en la época lluviosa, asociada a la fertilidad y el lado femenino, los instrumentos que pueden tocarse son la tarka y el pinquillo. Decimos “pueden” porque no deben tocarse los instrumentos de la época seca en tiempo lluvioso, y viceversa; lo contrario implicaría provocar la llegada de alguna calamidad a la comunidad. Las melodías que corresponden a cada uno de estos dos periodos también guardan relación con el estado de ánimo de los comunarios, pues durante las épocas fría y seca, la música que se ejecuta con los aerófonos es pausadas y, según los comunarios, melancólica. En la época lluviosa, que es donde crece la producción agrícola y el paisaje se transforma en verde y colorido, como producto del florecimiento de las chacras, la música es más rápida y animada. Observamos que el hecho de que cada época tenga su propio repertorio y sus propios instrumentos musicales, 112
más allá de ser un patrón cultural recurrente entre las comunidades de zona andina, se constituye en una norma de convivencia con el universo y sus componentes, y también en el testimonio de la vigencia de una visión territorializada del tiempo y el espacio. En este sentido, cualquier transgresión a las normas de convivencia con la comunidad de seres espirituales podría desencadenar el desequilibrio en el cosmos, quebrantar la armonía de la comunidad y repercutir en la salud, las relaciones sociales o la producción agropecuaria. Conclusiones Una conclusión tácita a la que arribamos con nuestro trabajo es que, en el escenario colonial (que se mantiene vigente gracias al sistema económico capitalista), el encuentro entre diferentes no se desarrolla de manera armónica, ni horizontal. Por el contrario, el encuentro entre diferentes está mediatizada por factores como la jerarquía social se da en territorios en disputa. Si bien existe literatura sobre discursos y prácticas relacionadas a la muerte, y a los seres espirituales en los Andes, no se ha estudiado lo suficiente sobre la manera en que estas expresiones culturales se vinculan con la vigencia de formas alternas de ser, de existir e interrelacionarse con el territorio y sus habitantes. Decimos: “formas alternas” pues como producto de procesos de dominación política, económica y cultural occidental de larga data, los actuales pobladores de la zona andina (en la ciudad y el campo) han internalizado la idea de que existe una forma correcta de ser, y en consecuencia de relacionarse con el medio que les rodea. Dicha forma está indisolublemente asociada con la sociedad occidental y su cultura, pues ellas han sido presentadas (por parte las agencias estatales y la sociedad 113
dominante) como “correctas”, “normales” o “aceptables” en la conducta de los ciudadanos. En este sentido, con nuestra investigación constatamos que además del pensamiento racional occidental, promovido tradicionalmente por el Estado y sus instituciones, en las comunidades campesinas de la zona andina opera también un pensamiento alterno, es decir, un pensamiento basado en las emociones y las sensaciones. En dicho sistema cognitivo, los hombres y su entorno afectivo están gobernados por entes espirituales, que poseen su propio territorio espacial y temporal, y tienen poder sobre él. Los entes espirituales pueden categorizarse (de manera provisional, pues la investigación requiere profundizarse) santos, almas y espíritus malignos (saqras). De manera similar a las comunidades indígenas de tierras bajas, en las que evidenciamos la vigencia de una visión territorializada del universo30, en la que cada ser (individual, colectivo o espiritual) posee su propio “dominio territorial”, es decir, su propio campo de acción, que le permite reproducirse material y simbólicamente31; en las comunidades indígenas de tierras altas encontramos una visión sorprendentemente análoga. En ambas visiones, la conjunción de espacio y tiempo configura un dominio territorial específico, tanto de la comunidad humana, como del universo de seres espirituales que habitan en el mismo hábitat. 30
Ver Zambrana (2009); Zambrana (2015). Por ejemplo, el mito y la historia oral son parte del dominio territorial de los ancianos; el manejo del arco y la flecha lo es de los cazadores; animales, plantas, arroyos y otros parajes son parte del territorio de los espíritus o “dueño del monte”, razón por la cual hay que implorarles su permiso, para poder tocarlos. 31
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En la visión andina, el tiempo transforma las características fundamentales del espacio, transfigurando un lugar seguro en un lugar peligroso, de manera continua y cíclica. En este sentido, el calendario (festivo, religioso y productivo) se constituye en un indicador de las transformaciones del espacio en el que habita la comunidad campesina, de los cambios en la personalidad de los sitios y la continua mutación andina entre lo profano y lo sagrado. En esta lógica, cada espacio-tiempo32 es parte del dominio territorial de un ser espiritual particular; así, cuando algún miembro de la comunidad requiere desplazarse en las chacras, las pampas o las serranías, sabe al hacerlo inevitablemente ingresará al dominio territorial de algún ser espiritual, y que, si no pide adecuadamente permiso para hacerlo, podría ofenderlo y recibir su castigo. Por ello, hombres y mujeres se esmeran por realizar apropiadamente los rituales suplicatorios y por realizar ofrendas significativas a los dueños del territorio visitado; lo contrario significaría arriesgarse a ser objeto de una maldición o una calamidad. La convivencia andina con el mundo espiritual, en la región norte de Potosí, y en particular en Torotoro, debe entenderse en el contexto de la vigencia de un “modelo ideal”33 que, de modo alterno al de la sociedad occidental, 32
Por ejemplo, leer la suerte en la hoja de coca o hacer que de un gajo salga una nueva planta es exclusivo de algunos miembros de la familia o la comunidad. 33 De acuerdo con Juan José Bautista (2014), el modelo ideal constituye una “gran narrativa” que explica “todo lo que es y existe en el cosmos”. En el caso occidental, el modelo ideal, o gran narrativa, descansaría en los mitos fundacionales de la modernidad. Su perspectiva crítica al proceso colonial plantea la necesidad de 115
se constituye en una trama panandina de sentidos y significados sobre la realidad. Desde épocas prehispánicas, dicha trama discursiva/explicativa se fue generalizando entre las poblaciones nativas del territorio andino 34 (en tanto que, como producto de diversos acontecimientos históricos, como la conformación de confederaciones aymaras o la expansión del incario, por ejemplo, permitieron que se constituyera en una gran “comunidad de comunicación”). Dicha narración terminó por consolidarse como la versión andina de la realidad, es decir, el universo (verso único) o la “gran narrativa” 35 que de un modo amplio explica y da sentido al mundo en el que los andinos habitan; la forma en que reconstruyen e interpretan su historia, emociones, sensaciones y experiencias de vida. En este caso, el presente artículo constituye una aproximación empírica a esta “gran narrativa andina”, desde las acciones, opiniones y discursos que los habitantes del municipio de Torotoro tienen con respecto al mundo de los muertos y los espíritus que moran en su reconocer que la “gran narrativa moderna” no es universal, sino más bien “local”, inherente única y exclusivamente a las sociedades de tradición europea y norteamericana. Esta versión de la realidad, “eurocéntrica”, sería presentada como si fuera universal entre las sociedades no occidentales, mediante las instituciones estatales y otros dispositivos de dominación y expansión colonial, propios de los grupos hegemónicos. 34
El término andino puede concebirse desde perspectivas geográficas o demográficas, por ejemplo, sin embargo, para fines de este artículo, empleamos la expresión para referirnos a la producción cultural desarrollada en el marco de la tradición cultural prehispánica. 35 Para profundizar este concepto, ver Juan José Bautista (2014). 116
territorio. En segunda instancia, también se constituye en un acercamiento al estudio de la convivencia contemporánea de por lo menos dos distintos modelos ideales, o dos grandes narrativas, que confluyen en el territorio de una comunidad campesina; es decir, de los procesos de encuentro, tensión y lucha por lograr la hegemonía en los procesos de significación de la realidad 36; de la imposición, resistencia y/o negociación de estos significados; de la coexistencia de proyectos de vida, de sentidos comunes y de horizontes de interpretación de disímiles actores sociales que interactúan en diferentes tiempos y espacios. En este sentido, los hallazgos de la investigación podrían contribuir a repensar términos como ciudadanía, interculturalidad o desarrollo, pues se constituyen en aproximaciones ontológicas del hombre y mujer indígenas de la zona andina. Al ser un estudio concreto en una comunidad concreta, pero representativa de una realidad común a muchas regiones en las que la coexisten realidades culturales múltiples, saber que las sociedades heterogéneas no solo implican la presencia de una diversidad de lenguas, valores o estilos de vida, sino también una diversidad de formas de concebir al propio Ser y su entorno, se constituye en un punto de partida significativo para entender y comprender la otredad. Referencias Bibliográficas Bautista, Juan José 2014 ¿Qué significa pensar desde América Latina? Hacia una racionalidad 36
Bertely (2017) 117
transmoderna y postoccidental. Madrid: Akal Bertely, María 2000 Conociendo nuestras escuelas. Un acercamiento etnográfico a la cultura escolar. México: Paidós Harris, Olivia 1983 “Los muertos y los diablos entre los laymi de Bolivia”. En: Revista Chungara, Nº11, Chile, pp. 135-152. Hinkelammert, Franz 1970 Ideologías del desarrollo y dialéctica de la historia. Santiago de Chile: Edit. Universidad Católica de Santiago de Chile.
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UNA BREVE CONSIDERACIÓN SOBRE EL SUICIDIO37
VLADIMIR MENDOZA MANJÓN38 (Bolivia) Caso 139 Pamela. Adolescente de 16 años de edad, cursante de tercero de secundaria. Fallece días después de la finalización del año escolar y cuatro días antes de cumplir 17. Vivía en una zona periférica, a una hora del centro de la ciudad. A su zona no llega ningún medio de transporte, sus pobladores recogen agua de pozo, no tienen centro de salud y la energía eléctrica había llegado apenas dos años antes de la muerte de Pamela. 37
Apuntes basados en el artículo “Acerca del suicidio” de Karl Marx. Nació en Sucre, Bolivia el 3 de noviembre de 1983. Psicólogo, escritor y maestro de secundaria y docente universitario. Profesor de Filosofía y Psicología. Fue dirigente del magisterio cochabambino. Docente de las carreras de Sociología y Antropología de la Universidad Mayor de San Simón de Cochabamba. Es autor de ensayos y artículos científicos en periódicos, revistas y libros. Libro: Descolonización, Interculturalidad y Socialismo. El debate político en la Bolivia del siglo XXI (2ª ed., 2014). 39 Extracto de Estudio de caso de muerte materna de adolescentes por suicidio en la ciudad de La Paz y El Alto. En Coordinadora de la mujer, 2017 38
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Pamela asistía regularmente a su escuela, desde pequeña fue callada e introvertida. Ella tomó la decisión de suicidarse con raticida en una madrugada, fueron los vecinos quienes la auxiliaron y avisaron a la familia. Muere al ser trasladada al centro de salud. En el examen forense se identifica su embarazo. Como el padre de la adolescente viajaba todo el tiempo y la madre no vivía con ella, ignoraban quien podía ser la pareja de su hija El testimonio de sus profesores, compañeros de clase y vecinos da cuenta que el embarazo fue la causa del suicidio. Cuentan que el novio, un vecino de más edad que ella, no quiso hacerse cargo de la paternidad. Las condiciones de vida en las zonas como las que vivía Pamela, de por sí muy duras para cualquier habitante, son doblemente duras para las mujeres y todavía peores para las adolescentes convertidas en madres. Caso 2. Un ciudadano acude a la oficina de policía a denunciar a su propio hermano como responsable de la muerte de su cuñada, una joven mujer que recientemente había muerto ahogada en el río, el hecho fue considerado un suicidio debido a que la mujer había atado cuidadosamente el ruedo de la falda en torno a sus pies. El denunciante sostiene que su hermano, el esposo de la joven, un acaudalado ciudadano, había quedado enfermo hace no mucho de un mal que lo desfiguraba corporalmente. Acomplejado, el esposo decidió encerrarse y vivir de forma ermitaña en casa. Las visitas de familiares y amigos comunes que recibía su esposa lo 120
enfermaron de celos. Se llenó de sospechas y de violencias hacia el último reducto de su orgullo y su único consuelo: la joven y atractiva esposa. A “los celos se les da de comer con cualquier pequeñez y aunque no sepan de qué agarrarse se renuevan antes de desaparecer y se las ingenian para renovarse, prácticamente todo les sirve de alimento” (p. 83) “La esposa fue condenada así a la esclavitud más intolerable. El marido celoso la encerró junto a él con los mismos cerrojos que el avaro cierra su cofre. Como si la mujer fuera parte del inventario” “¡Mira! me vienen unas ganas espantosas de desfigurarte, de que te vuelvas parecida a mí, para que no puedas conservar la esperanza de consolarte con tus amantes del mal día en que me conociste. Voy a romper todos los espejos de esta casa para que no me echen en cara ningún contraste, de esos que no dejan de alimentar tu soberbia” (p. 83). Éstos eran los insoportables pensamientos que rondaban la mente y los actos de la insoportable vida que el marido impuso a la mujer. En tales circunstancias no parece desproporcionado que ella haya decidido la muerte antes de continuar el tipo de vida en que le habían encerrado. El caso 1, sucedió en La Paz, Bolivia, más específicamente en la zona periurbana de Achachicala. Pamela se suicidó al saberse sola y pobre, esperando un hijo de un novio que la había abandonado. El caso 2, sucedió en la primera mitad del siglo XIX en Paris, Francia. Fue relatado por el mismo encargado de la policía que recibió la denuncia, Jacques Peuchet. 121
No quisimos dar los datos concretos del contexto temporal ni geográfico para mostrar que son dos casos que, de alguna forma, representan a la modernidad capitalista. O como se quiera denominar a la todavía vigente sociedad burguesa. El caso 1 pudo haber sucedido en una villa miseria de Buenos Aires o en un suburbio de Madrid. El caso 2 pudo haberle pasado a la esposa de un acaudalado jeque de Emiratos Árabes o, como de hecho le ocurre, a la cantante de pop Britner Spears. Uno de los más agudos críticos del sistema capitalista, Karl Marx, dejó en claro que no sólo son el hambre y la miseria de vastas multitudes las que hacen decadente al capitalismo, pues para Marx, las contradicciones del capitalismo se manifiestan no sólo entre clases sociales “sino en todos los circuitos y figuras del intercambio cotidiano de hoy”. No basta, continúa razonando Marx, con dar un poco de pan y educación a los proletarios, porque ellos y ellas no son los únicos en soportar las condiciones sociales del sistema social (p. 63). El caso de la adolescente de familia migrante y trabajadora en Achachicala de La Paz y el de la desdichada joven esposa convertida en prisionera de su marido ricachón, confirman el razonamiento de Marx. En su afán por profundizar una crítica de la vida privada en el capitalismo Marx publicó, en 1846, un artículo titulado “Acerca del suicidio” sobre la base de una traducción libre y comentada del informe de un archivista de la policía de París, de nombre Jacques Peuchet. Marx escribió el artículo para una revista de los socialistas alemanes, con el fin de orientar las discusiones de la 122
izquierda más hacia la vida cotidiana que a las abstracciones filosóficas. En el contexto histórico en el que Marx está forjando su pensamiento revolucionario (escribirá el célebre “Manifiesto comunista” dos años después, en 1848) se sitúan los procesos de industrialización en Europa occidental, el anonimato de la sociedad moderna, el origen de las instituciones policiales, de las ciencias sociales, de los mecanismos disciplinarios y un auge de la literatura sobre relatos policiales (Abduca, R. en Marx, 2012, p. 21) Es verdad que la cuestión del suicidio atraviesa todas las formas sociales y culturales de la humanidad. Pero no siempre aparece de la misma manera. ¿Qué tanto preocupa a las ciencias sociales, políticas y jurídicas de Bolivia el suicidio? ¿Qué tan presente tenemos los ciudadanos y ciudadanas de este país la realidad del país respecto a las muertes por suicidio? Bolivia es el sexto país en Sudamérica según su tasa de mortalidad por suicidio (Banco Mundial, 2019) y ocupa el tercer lugar del mundo en cuanto índices de suicidios en personas de 5 a 14 años, según datos de la OMS (Por distintas latitudes, 2018). Quise traer algunas pinceladas sobre este fenómeno multicausal del suicidio para rescatar también las ideas de Karl Marx, cuya perspectiva histórica de la emancipación completa del ser humana, supera, como él mismo dijo, al “comunismo tosco” que limita su horizonte a la economía, en este caso, a la supresión de la propiedad privada de los medios de producción. Es fundamental, pero en absoluto suficiente, socializar los grandes monopolios industriales, financieros y comerciales, que actualmente están en manos 123
de un puñado de capitalistas. Marx precisa extiende su crítica de la propiedad privada a la esfera de las relaciones intersubjetivas, por ejemplo, cuando habla de los celos, tan común hasta ahora y tan presente a la hora de analizar muchos feminicidios, “el celoso, dicen Marx y Peuchet, necesitan una esclava, el celoso puede amar, pero el amor que siente no es más que la contraparte lujuriosa de sus celos; el celoso es, ante todo, un propietario privado” (p. 88, cursivas en el original). No es necesario ser marxista para constatar que, en el capitalismo global de hoy, existe una hegemonía de la desesperanza. No por nada la palabra distopía se ha puesto de moda. Este siglo XXI es tan carente de utopías, tan carente de imaginación revolucionaria, que, como habrán escuchado muchas veces, parece más fácil imaginar el fin del mundo antes que el fin del capitalismo. Este impasse histórico que estamos habitando vino a recrudecerse con la pandemia y la extensión de la crisis económica, política, cultural al ámbito de la sanidad. Fijémonos a nuestro alrededor y nos daremos cuenta que vivimos en ciudades llenas de soledad, tanto que, como dice Marx, eso que se llama “opinión pública” “está demasiado fragmentada a causa del aislamiento humano, es demasiado estúpida, demasiado depravada porque cada uno es extraño para sí mismo y todos son extraños entre sí”. (p. 89). Entre tantas cosas que tenemos que cambiar, se hace importante, por ejemplo, prestar atención desprejuiciada a los fenómenos culturales de la adolescencia y juventud. Se me viene a la mente, por ejemplo, el trap, donde a partir de lo poco que he 124
escuchado, tiene mucha relación con el suicidio, parafraseando a Marx, podemos decir que una juventud que no cree en nada, tiende a buscar el descanso en la nada. Pero no señalemos a la juventud con una soberbia acusadora, dejemos de añorar míticos tiempos mejores en el pasado, preguntémonos más bien “¿qué clase de sociedad es ésta, en la que se encuentra en el seno de millones de almas, la más profunda soledad; en la que uno puede tener el deseo inexorable de matarse sin que ninguno de nosotros pueda presentirlo? Esta sociedad no es una sociedad; es un desierto, como decía Rousseau, poblado por fieras salvajes” (p. 71). Lo que una lección reflexiva, válida también para el presente.
Referencias Bibliográficas Banco Mundial (2019) Tasa de mortalidad por suicidio (por cada 100 000 habitantes) – Bolivia. Visto en: https://datos.bancomundial.org/indicator/SH.STA.SUI C.P5?contextual=region&end=2019&locations=BO&sta rt=2019&view=bar Coordinadora de la Mujer (2017) Estudio de caso de muerte materna de adolescentes por suicidio en la ciudad de La Paz y El Alto. Visto en: http://www.coordinadoradelamujer.org.bo/observatorio /archivos/publicaciones/LIBROESTUDIODECASO_2 89.pdf
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Marx, K. (2012) Acerca del suicidio. Buenos Aires, Argentina: Las cuarenta. Por distintas latitudes (2018) Suicidio en América Latina: esta es la situación en siete países de la región. Visto en https://distintaslatitudes.net/explicadores/suicidiojovenes-en-america-latina
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NEGACIÓN DE MUERTE “El psicodiagnóstico, la psicoterapia, los tratamientos, los fármacos ayudan y mucho […] En la consulta no encontrará magia, ni milagros, ni charlatanes, solo un saber científico transmitido […]” (Urra 2009:14).
DANIEL VÁSQUEZ TORREZ40 (Bolivia) A continuación, una interpretación psicológica. En junio de 2020 Nadia perdió a su hija, no aceptó por ningún motivo la repentina partida de Natalia, su hija, la enfermedad fue brutal, tan sólo en 10 días de haberse contagiado con el Covid, quién sabe dónde y cuándo, después de tenerla en un hospital privado le anunciaron; “nada se pudo hacer, lamentablemente se nos fue”.
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Nació en Bolivia. Licenciado en Psicología. Especialista en adicciones en la UNAM de México. Magíster en Salud Pública con mención en Epidemiología en la UATF Potosí. Psicoterapeuta cognitivo-conductual ICC de México. Docente titular de la carrera de Psicología de la Facultad de Humanidades y Ciencias de la Educación de la Universidad Mayor de Simón (UMSS). Docente en la carrera de Trabajo Social. Realizó el Doctorado en Ciencias de la Educación ECEM. Cochabamba. Líder deportista. 127
Ella, enfermera de profesión, había logrado el respeto y la admiración por sus logros académicos y, sobre todo, por su desempeño laboral, no daba crédito que la muerte se llevara a su tesoro más preciado. Su niña hermosa, acababa de cumplir 23 años, estaba encaminada a ser su doctorita, su orgullo máximo. Todo le cayó como un balde de agua helada, fue tan doloroso que no supo reaccionar a semejante golpe de la vida. Se encerró en su habitación, por nada del mundo permitiría que le hablen de la muerte de su hija. Los Tiempos del 23 de julio del 2020 informaba. El Ministerio de Salud reportó 1.117 nuevos casos de coronavirus y 79 decesos, esta cifra es la más alta registrada hasta el momento. Complementaba: El reporte diario detalló que, del total de decesos, 17 se registraron en Santa Cruz; en Cochabamba 15, Potosí 10, Chuquisaca 9, La Paz 9, Pando 9, Oruro 6, Beni 3 y Tarija 1, haciendo un total de 2.407 fallecidos en todo el territorio nacional. El pico más alto hasta ese momento, el Covid se había mostrado implacable, con todos sus tentáculos infectaba por doquier y con una saña jamás experimentado. No permitiría que la población se organizara, tomó de sorpresa a todo el mundo, los médicos no sabían cómo tratarlo, las noticias a más de informar confundían con los cientos de tratamientos ofertados, además de mostrar que los países del primer mundo estaban siendo azotados por esa pandemia. El fenómeno nocebo hacía estragos, pensar y creer que de un modo u otros se infectarán y morirán, que no hay cura, así se percibía el ambiente en junio – julio del 128
2020. La creencia de los efectos irreversibles del Covid 19, de su mortal ataque llevaba a la desconfianza en el médico, en el medicamento, provocaba serios daños en la salud mental de la gente. Del mismo modo, no dio tiempo de reparar siquiera que los parientes se despidiesen de los suyos, peor aún no había dónde enterrarlos había que cremarlos pues este sería el procedimiento para que no se contagien más personas. Nadia se encerró en su mundo, olvidando que tenía dos hijas menores a las que había ignorado del propio dolor que les agobiaba. No hubo velorio, ni lavatorio, ni misa ni nada, todo fue arreglado por su familia, sus padres y hermanos se hicieron cargo del entierro ya que de las exequias no se puede hablar, así de la noche a la mañana se fue sin permitir a la familia despedirse. Se entiende que las personas cuando pierden a un ser querido deben elaborar duelo, sin embargo, cuando este proceso no se cumple puede desatar síntomas que a la larga perjudican, por un lado, porque no se hace consciente de semejante pérdida y por otro porque esta negación puede tener una larga duración, es decir la tristeza profunda puede derivar en una melancolía o una depresión distímica. Diversos especialistas nos darán conceptos de las etapas por las cuales pasan los seres humanos cuando pierden un ser querido, sin embargo, el ser humano es un mundo y desde esa perspectiva cada uno tiene su propia experiencia, peor aun cuando vive una experiencia en una situación confusa y turbulenta. La psicología cognitiva nos planteará que la creencia 129
preexistente sobre la pérdida disminuirá su capacidad o habilidad intelectual para lograr la elaboración del duelo. Se ensaña el sufrimiento, la persona se enfrasca o se entrega al sufrimiento, con esto paraliza todo tipo de razonamiento que lo ayude a salir de su pérdida, un sentimiento de impotencia de lograr enfrentar toda la situación vivida. Nadia había estado atendiendo enfermos de Covid, había visto morir muchas personas, había experimentado el dolor de las familias que perdían a sus seres queridos, mas nada le había garantizado y menos preparado para la experiencia de perder a su propia hija. Le dolió tanto que era incapaz de absorber todas estas emociones juntas, el sufrimiento puede ser la muerte en vida, Natalia sufrió los días que estuvo enferma ahora la madre sufría la pérdida, los especialistas dijeran que ella manifiesta un brote psicótico a causa del dolor, ese dolor interno que la imposibilita hablar, exteriorizar su frustración, su dolor. Se desentendía u olvidaba que tenía hijas, padres y de asistir a su trabajo, olvida el mundo, sumergida en su sufrimiento. Después de un año, continúa poniendo el plato en la mesa para Natalia, no permite que sus hijas hablen de la muerte de su hermana. Se deshizo del celular, no quiere que la llamen, que la busquen. Tiene el teléfono fijo por donde sólo se comunica con sus padres y las conversaciones se limitan a los saludos y uno que otro encargo cumplido. Mantiene las cortinas cerradas, el cuarto de su hija está intacto, nadie se atreve a decirle lo que debe hacer, aunque hace un par de meses volvió 130
trabajar, eso si ya no atiende enfermos del Covid, no quiere tener contacto social con nadie. Al igual que las familias, las sociedades también están reguladas por reglas y normas, que son aceptadas por las familias y los individuos. Pero cuando los entornos cambian drásticamente, las reglas y las demandas de comportamiento social también pueden cambiar drásticamente. En cada sociedad se establecen ciertos rituales hacia el difunto que actúan como una manifestación pública del dolor, que ayuda al “superviviente” dándole la oportunidad de comunicar sus sentimientos y dejar que otros le den su amor y apoyo, aliviando el “tránsito”. Nadia no aceptó la solidaridad de la familia, ni siquiera el pésame de sus más allegado, no permitió que la acompañen en su dolor, no pudo o no quiso aceptar la muerte de su hija. El estrés postraumático sigue presente, persiste la rumia mental de mantener viva a su hija, que no puede haberse marchado así por así, revive el dolor y se niega a la vez el mismo, no acepta apoyo alguno. Rechaza la muerte, la niega, expulsó a la muerte sin embargo la vive cada día, en cada respiro, lo peor es que sus hijas están cansadas, ya no aguantan que su madre se encierre en su dolor. A través de una amiga suya, recibe tratamiento psiquiátrico, antidepresivos y ansiolíticos, esperando que se recupere de este trauma, la familia manifiesta cierto alivio y esperanza en el tratamiento que recibe. El coronavirus ha desatado un sinfín de problemas de salud mental, depresión, ansiedad, consumo de drogas y alcohol, estos se han incrementado según la asistencia en 131
el consultorio, y otros más, lo más peligroso es que llegó intempestivamente, no permitió elaborar duelo por la pérdida de un ser querido. Esta situación aporta un sinfín de complicaciones para sí mismos, así como para su entorno inmediato. Hoy en día se oculta al enfermo o al desahuciado que la muerte está cerca porque simple y llanamente creemos que es lo mejor pues es mejor una muerte inconsciente, una muerte silenciosa disfrazada en el anonimato, discreta en sumo, por ello no se acepta la muerte de forma natural como parte de la vida, aceptar la muerte es aceptar la vida misma. Jung, el psicoanalista, planteaba la biofilia como el amor a la vida, a la alegría, a la esperanza, por el otro lado decía que existía la necrofilia, la inclinación a la muerte, al dolor, a la destrucción propia. Cada ser humano posee ambos instintos, es deber sembrar y cosechar la vida, conectarse con ella, aunque sean tiempos difíciles. Referencias bibliográficas Aristizabal Diazgranados, Edith y José Amar 2015 Psicología forense. Estudios de la mente criminal. Colombia: Edit. Universidad del Norte. Serna, Juan Moisés de la y Paul Valent 2021 "Estrés y trauma en tiempos pandémicos" Tektime Editions, 2021 en internet [https://www.traduzionelibri.it]Consultado 15/7/2021 Urra, Javier (director) 2009 Secretos de consulta. Lo que escuchan psicólogos y psiquiatras. Barcelona: Edit. Planeta. 132
ANEXOS DE FOTOS DE TODOS SANTOS
Mesa de Todos Santos en homenaje a los muertos. Bolivia Fuente: https://www.google.com/search?q=IM%C3%81GENE+DE+TODOS+SA NTOS+EN+TARATA&tbm=isch&ved=2ahUKEwj03MzMt_DxAhVrCLkG HYF9D0AQ2 Consultado Cbba.19/7/2021
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Mesa de Todos Santos en homenaje a los muertos. Bolivia Fuente: https://www.google.com/search?q=IM%C3%81GENE+DE+TODOS+SA NTOS+DE+BOLIVIA&rlz=1C1CHWL_esBO920BO920&sxsrf=ALeKk00_s -1g1RmiNV Consultado Cbba., 19/7/2021
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Mesa de Todos Santos en homenaje a los muertos. Bolivia Fuente: https://www.google.com/search?q=IM%C3%81GENE+DE+TODOS+SA NTOS+EN+TARATA&tbm=isch&ved=2ahUKEwj03MzMt_DxAhVrCLkG HYF9D0AQ2 Consultado Cbba., 19/7/2021
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Mesa de homenaje a los muertos en norte argentino Fuente: Gentileza de Amalia Noemí Vargas
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COLOFÓN Se terminó de diseñar el libro La muerte desde un enfoque inter y multidisciplinar. Hacia una terapia psicosocial contra los efectos del covid-19, hoy martes 20 de julio de 2021.
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Fuente: https://www.google.com/search?q=im%C3%A1genes+ de+la+diosa+de+la+medicina&tbm=isch&ved Consultado Cbba., 17/07/2021
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