Last Mile Delivery: el desafío detrás de la tercera generación del ecommerce La distribución de productos a nivel urbano, especialmente el reparto a domicilio, conlleva una gestión compleja subyacente. El equilibrio entre los costes del reparto y la maximización del beneficio de la entrega ha mantenido al sector del ‘delivery’ en una constante cuerda floja que, con la introducción de cambios normativos, como la conocida como Ley Rider, ha puesto sobre la mesa la viabilidad de este tipo de operativas.
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on muchos los motivos por los cuales la demanda de envíos a domicilio ha aumentado, pero la razón principal ha sido en mayor medida el ritmo natural de la sociedad. Impulsado en el último periodo por la pandemia, las largas jornadas de trabajo y el poco tiempo para hacer frente a todas las necesidades del día a día, han hecho de la compra a domicilio el comportamiento de consumo ‘más lógico’.
Eliminar las barreras espacio-temporales dejó hace mucho de sorprender y, sin embargo, desde que se realiza la compra, hasta que el pedido llega al punto de entrega especificado, ocurren una serie de gestiones que los compradores desconocen y que, precisamente, son los factores que conforman la eficiencia de su servicio. La era del quick commerce El papel de las empresas de delivery ha sido analizado en numerosas ocasiones por
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