Leer me dio alas
Miguel y sus mil libros
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Miguel, el niño bibliotecario, tiene los ojos vivaces, es gentil y de voz suave, a�irma que las niñas y los niños de su centro educativo ha cambiado desde que llegó la biblioteca
Blue Lupin. «Sé que me dan fama porque atiendo la biblioteca, pero son las niñas y los niños que hacen todo: entran, escogen un libro, se anotan y se lo llevan a su casa. Yo
únicamente me sonrió con ellos. Nunca los había visto tan motivados con la lectura:
solo se necesitan que la biblioteca esté abierta, incluso quienes juegan al futbol en el recreo, hoy dejan un tiempo para leer. Lo mejor de todo es que leen por voluntad, sin que un maestro los obligue».
Miguel comenta que a él antes le daba pereza leer «Yo no estaba muy convencido, pero decidí entrar al grupo de animación lectora; ahí aprendí que la lectura no era tan
complicada y que más bien era divertida; aprendí a leer jugando y descubrí que podía
escribir buenas historias. Lo que me gustó de las jornadas de animación lectora fueron las jitanjáforas que consisten en unir palabras, hasta inventar palabras nuevas
y darles signi�icado, dibujarlas y hacer historias con ellas, así escribí muchos cuentos».
Miguel a�irma que antes del proyecto de bibliotecas los niños y niñas del centro