BIOLOGÍA DE PLANTAS, HONGOS Y ANIMALES, Y LA ETOLOGÍA
10. TIPOS DE CONDUCTA DE LOS ANIMALES La conducta o comportamiento animal ha sido tema de muchos estudios. Actualmente se sabe que tiene su base en la información genética que el individuo recibe por medio de sus genes, los cuales determinan el nivel de complejidad de su sistema nervioso y su estructura corporal. No obstante, el comportamiento puede modificarse debido a estímulos ambientales. Esto significa que el comportamiento de los animales es el resultado de la interacción entre la constitución genética del organismo y la acción del ambiente (fig. 3.90). El comportamiento es producto de la respuesta que el organismo da a los estímulos que recibe del ambiente y que el cerebro procesa. Sin embargo, la estructura de los órganos sensoriales —encargados de recibir la información de los estímulos— y la capacidad del cerebro para procesar la información y dar una respuesta se determinan por la información genética de cada especie.
Figura 3.91
La información genética puede ser modificada por estímulos ambientales.
Comportamientos innatos y aprendidos Innatos Algunos comportamientos se determinan completamente por el programa genético del individuo y reciben el nombre de innatos (fig. 3.91). El comportamiento innato aparece esencialmente completo desde la primera vez que el organismo se encuentra con un estímulo particular y debido a que se rige por los genes no requiere de aprendizaje o experiencia previa. Cinesis. Es una conducta innata en la cual se presenta la modificación de la velocidad de locomoción de un animal como respuesta a la intensidad de un estímulo externo, sin que dicha respuesta se oriente necesariamente en dirección al estímulo. Acelera sus movimientos para huir de un medio que le es desfavorable y se detiene cuando encuentra uno que le favorece. El invertebrado que más se identifica con este tipo de comportamiento es la cochinilla de humedad (Oniscus asellus). Son animales sumamente sensibles a la humedad y tienden a concentrarse en lugares húmedos. Cuando se encuentran en un terreno seco se desplazan con rapidez; en cambio, al alcanzar un lugar húmedo, disminuyen la velocidad hasta llegar a la zona más húmeda en la cual permanecen (fig. 3.92). En 1954, Harden Jones de la Universidad de Cambridge halló que las larvas de la lamprea de arroyo (Lampetra planeri) mostraban un comportamiento fotocinético, es decir, que la presencia de luz les estimulaba movimientos natatorios al azar que, eventualmente les llevaban a lugares oscuros donde descansaban en ausencia de más estímulos. Taxias. En las taxias, las respuestas del organismo tienen un sentido hacia el origen del estímulo. Cuando el desplazamiento es en dirección al estímulo se trata de una respuesta positiva y si es en dirección opuesta es negativa. Por ejemplo, cuando los insectos son atraídos por la luz de una lámpara, demuestran una fototaxia positiva (fig. 3.93); en cambio, las cucarachas que se alejan de la luz realizan una fototaxia negativa (fig. 3.94). Las algas protistas fotosintéticas, como la Euglena y la Chlamydomona que son componentes del fitoplancton, demuestran fototaxia positiva cuando se trasladan hacia zonas de mejores condiciones de iluminación; en cambio, tienden alejarse del área donde la luz es muy brillante, con ello ejecutan una fototaxia negativa. Los patrones de comportamiento fijo (fixed action pattern, FAP) son comportamientos innatos complejos, que pueden realizarse correctamente desde la primera vez en que el individuo se enfrenta a un estímulo evocador, el cual se llama liberador. Este tipo de comportamiento tiende a ser muy estereotipado; es decir, a realizarse siempre de igual manera, razón por la que se llama patrón de acción fija (fig. 3.95). Como ejemplos 169
Figura 3.92
La cochinilla (Oniscus asellus) es el único crustáceo adaptado a vivir solamente en la tierra.
Figura 3.93
Fototaxia positiva.
Figura 3.94
Fototaxia negativa.