COFRADÍA CALIFORNIA
Balbino de la Cerra Barceló, Balbino para los procesionistas cartageneros, es probablemente el californio más carismático de la segunda mitad del siglo XX. Además de una intensa labor como cofrade, a través de los cargos que desempeñó en la Mesa de la cofradía y en su agrupación de la Virgen California, Balbino fue autor de un gran número de dibujos, más de setenta, según su hijo1, que sirvieron de base para la ejecución de otros tantos bordados para las cofradías pasionarias de Cartagena. Su obra, desarrollada a lo largo de más de sesenta años, desde la Semana Santa de 1940, cuando dibujó un nuevo estandarte para la Agrupación de San Pedro Apóstol2, hasta su muerte, en el verano de 2003, se ha convertido con el paso del tiempo en un referente de la Semana Santa de Cartagena. Hasta el punto que los diseños de Balbino, a base de grandes dibujos dotados de una gran plasticidad, se han llegado a identificar como el auténtico bordado de “estilo cartagenero”. Los trabajos de Balbino tienen una serie de características que les confieren un estilo propio, singular e irrepetible. Todos se articulan en torno a un eje axial que los divide en dos mitades perfectamente simétricas. Este rasgo, común a toda su obra, quizá sea más evidente en algunos diseños como el del manto procesional de la Virgen del Primer Dolor, su obra más importante sin duda, donde creó una composición vertical, una especie de candilieri gigante del que surgen los motivos ornamentales que se despliegan por toda la superficie decorada. Pero esta simetría la encontraremos, incluso, en sus obras menores. Habitualmente Balbino se servirá de una figura central, el escudo de la institución que le hace el encargo, casi nunca situada en el centro físico del dibujo, a la que envuelve con una serie elementos decorativos creando como una especie de marco complejo. Esta disposición asimétrica del motivo central en sus diseños le ayudará a disimular la monotonía de unas composiciones demasiado regulares, dotándolas así de un dinamismo que no tendrían si ese motivo central se hubiese emplazado en el centro mismo del dibujo. Como ejemplo podemos de nuevo servirnos del manto de procesión de la Virgen del Primer Dolor, cuyo centro son dos dragones afrontados dispuestos sobre el anagrama del Ave María, situados, sin embargo, en la parte baja del manto. Los dibujos simétricos imperaban en los bordados cofrades cuando Balbino comenzó su labor artística. Estos diseños regulares habían surgido en los talleres sevillanos del último tercio del siglo XIX, como una reacción a las creaciones
Semana Santa 2018 Cartagena
Los dibujos de Balbino, la estética de una época
románticas asimétricas y abigarradas, y se consagraron con los dibujos de Juan Manuel Rodríguez Ojeda, el genio que renovó el arte del bordado en Sevilla3. La influencia de estos nuevos diseños, dada la proyección de la Semana Santa sevillana, se dejó sentir pronto en los ambientes cofrades de otros lugares. En Cartagena ya podemos apreciarla en una pieza tan temprana como la túnica del Cristo del Prendimiento, confeccionada en 1891, en Lyon, sobre un dibujo del arquitecto cartagenero Francisco de Paula Oliver4. Una obra de transición cuyo diseño, en líneas generales, sigue un esquema simétrico, aunque en el dibujo todavía son perceptibles algunas irregularidades en los motivos secundarios. Sin embargo, en el nuevo ajuar de la Virgen del Primer Dolor, una túnica y un manto, diseñado y realizado en 1912 por los talleres de Burillo en Valencia5, dos décadas después, sus bordados se ajustarán a composiciones con una rígida simetría sin ningún elemento que la rompa. Estas piezas comentadas, pero sobre todo el rico conjunto de bordados ejecutado en los talleres del asilo de San Miguel, entre 1929 y 19366, para la cofradía california, que siguen en general unos diseños regulares, influirán notablemente en Balbino que los tendrá siempre como un referente en su obra. Pero su gusto por los dibujos simétricos no parece inspirado solamente en los antiguos bordados conservados en las cofradías cartageneras, sino también en las labores de los talleres sevillanos de comienzos del siglo XX. Trabajos que debía conocer, aunque la primera vez que estuvo en Sevilla fue en el año 19877, a través de fotografías o documentales como el NODO. El esquema y la manera de resolver el manto de la Virgen del Primer Dolor, al que ya se ha hecho referencia, serían inconcebibles si previamente no hubiese conocido los bordados realizados por Juan Manuel Rodríguez Ojeda en sus últimos años8.
1. Ortiz Martínez, D. El arte del bordado en la Semana Santa de Cartagena. Cartagena 2006, p. 82 2. EL NOTICIERO, 19 de abril de 1943 y Ortiz Martínez, D. El arte del bordado...Op. cit. p.81 3. Mañas Manaute, A. Juan Manuel, el genio de Rodríguez Ojeda. Catálogo de la exposición: “Juan Manuel, el genio de Rodríguez Ojeda”. Sevilla, 2000, p. 71 4. EL ECO DE CARTAGENA, 18 de marzo de 1891 5. EL ECO DE CARTAGENA, 25 de marzo de 1912 6. Ortiz Martínez, D. El arte del bordado…Op. cit. pp. 21-23 7. Comunicación personal de su hijo Salvador de la Cerra Hódar 8. Huertas Amorós, AJ. Mater California. Cartagena, 2004, p.108
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