Jugando desde el fondo - Artículos cortos de periodismo deportivo
El deporte contra la brutalidad policial Domingo 30 de agosto de 2020 Pichincha Comunicaciones
Ante el estupor de los seguidores de la más prestigiosa liga de baloncesto del planeta, el quinto partido de los playoffs de la serie entre Milwaukee Bucks ante Orlando Magic fue boicoteado. Los Bucks se negaron a jugar el pasado miércoles 26 de agosto, luego de que tres días antes un ciudadano afroamericano fuera baleado brutalmente con siete disparos por la espalda en Wisconsin, Estado al que representan. Las protestas están prohibidas por contrato en la NBA, pero la unión puede más que la fuerza. Los Magic abandonaron también el coliseo a las 15:56, cuatro minutos antes de la hora programada para el juego: se adherían a la huelga. Horas después, todos los juegos de la NBA fueron boicoteados y hasta las mismas autoridades de la Liga aplaudieron, quizá por la fuerza de las circunstancias, la decisión. “Se necesitarán todas nuestras instituciones para defender nuestros valores”, escribió el propio Barack Obama, encomiando la revuelta. “Cada vez que veo mi camiseta veo a un hombre negro disparado siete veces”, dijo Jaylen Brown, jugador de los Celtics de Boston, que lleva el número siete en su espalda. “Tenemos miedo de ser negros en Estados Unidos”, completó LeBron James, la estrella de los Lakers de Los Ángeles. Jacob Blake, quien se debate entre la vida y la muerte, volvió a abrir la llaga aun sangrante del crimen contra George Floyd. La temporada 2020 de la NBA se disputa por completo en Orlando, donde se construyó una burbuja mágica propia de Disney World para continuar con los juegos, mientras Estados Unidos cuenta por miles los muertos del coronavirus. “No deberíamos haber venido”, lamenta George Hill, jugador de los 97